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Resultado número:1
Texto
- Título:
-
El hijo santo / Gabriel Miró; edición literaria de Miguel Ángel Lozano Marco - Registro bibliográfico
- Autor:
-
Miró, Gabriel, 1879-1930
- Portal:
-
Gabriel Miró
Visitar sitio web
- Materia:
-
Novela española Siglo 20º
- Fragmentos
'asensio jose maria' en la obra
: (43
coincidencias encontradas)
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, entonces, doña María... -Y se levanta don Ignacio para retirarse.
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Quería negarse el humanista, pero la misma doña María le sirve delicadamente y le acerca el dorado cestillo
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-repite doña María-.
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tamizada luz de la redonda lámpara baña dulcemente la cintura, la espalda, la dorada cabeza de doña María
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racimito de noticias», entre las cuales se lee ésta: «En septiembre vi en su hacienda a nuestra amiga doña María
-
Doña María, envuelta en cándidas y rozagantes ropas, señala la bella aparición a su compañero; y luego
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«¡Oh, doña María, doña María, tú estás en todas partes de la tierra como el sol y el cielo!...».
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-¿Le contenta nuestro amado pueblo, doña María?
-
-exclama encantadoramente doña María.
-
* * *
Cabalmente acertaron los barruntos y hablas de Castroviejo, porque doña María de
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que casó con una mujer lozana; y así, para traer su memoria se hace murmurando: «el casado con doña María
-
de Illescas»; y no se determina nunca a doña María diciendo «la señora o la viuda de...».
-
Mas esto no se opuso a que doña María se hastiara del encierro de su palacio y quisiera pasar el rigor
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hogareño, y en una fresca pieza jugaban, por las tardes, al tresillo, que divertía grandemente a doña María
-
Doña María, reparando en el breviario que tiembla en las manos del presbítero, le dice pretendiendo retirarse
-
llanada, el mar celeste, de horizonte glorioso, los labriegos cantores de las pomposas hazas, doña María
-
...Doña María, el hijo y el mastín, agrupados bellamente, se inclinan mirando dentro de los panes.
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Doña María le enseña un hermoso brazado de púrpura, y el hijo le da una flor ancha, obscura, profunda
-
Las mejillas del presbítero se inflaman; doña María ríe infantilmente; y el hijo insiste aplaudiendo
-
Ignacio le golpea el corazón como en trance de pecado, y se le nubla el pensamiento y la mirada; y doña María
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magnificencia y ventura, resplandeciendo como una soberana en teatros y fiestas.
...Doña María
-
La madre del presbítero sufre en presencia de doña María atamientos de timidez y recelos.
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-Iba a rezar, me parece, doña María -le advierte con severidad la madre.
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-¡Aquí usted, doña María! -exclama gozoso. Y rápido mira a su madre-.
-
Doña María habla apenada de su Ramiro.
Ha venido dulcemente la noche.
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los coros trémulos y suaves de la menuda fauna campesina penetran dulcemente en el corazón de doña María
-
.- ¡Figúrese, doña María...!
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-Usted, nunca -pronuncia dulce doña María.
-
Doña María no le pidió que callase.
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-Le espero desde mañana, a las cuatro -le dice doña María.
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Es que no halló a doña María ni a sus hijos en Villa-Paz.
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Y al abrir se esparce en el obscuro pasillo, como una claridad celeste, la voz de doña María, voz que
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-¡Doña María!
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Le dice doña María que no se angustie, y les propone que regresen todos los pequeños en el carruaje y
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Y doña María le saluda como a un exquisito abate.
-
-Y doña María se duele del abandono de sus hijos, singularmente de Luis, porque al mayorcito sería crueldad
-
Pasa doña María.
De súbito entra el mayordomo y un niño alto y pálido.
-
-le grita doña María al hijo enfermo.
Y el niño desaparece.
-
En la senda aparece doña María, protegida por la cándida espuma de su sombrilla.
-
Aceptó doña María los prudentísimos avisos de don César; el cual, desde Castroviejo, le escribió: «Hay
-
Y suena un sollozo roto de doña Leocadia; doña María ve la luz del aposento enmarañada, loca, y unos
-
Doña María, ruborosa, lo envuelve en rápida mirada.
-
Durante el almuerzo, doña María ha dicho de su viaje inmediato.
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- Título:
- El hijo santo / Gabriel Miró; edición literaria de Miguel Ángel Lozano Marco - Registro bibliográfico
- Autor:
- Miró, Gabriel, 1879-1930
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- Novela española Siglo 20º
- Fragmentos 'asensio jose maria' en la obra : (43 coincidencias encontradas)
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- , entonces, doña María... -Y se levanta don Ignacio para retirarse.
- Quería negarse el humanista, pero la misma doña María le sirve delicadamente y le acerca el dorado cestillo
- -repite doña María-.
- tamizada luz de la redonda lámpara baña dulcemente la cintura, la espalda, la dorada cabeza de doña María
- racimito de noticias», entre las cuales se lee ésta: «En septiembre vi en su hacienda a nuestra amiga doña María
- Doña María, envuelta en cándidas y rozagantes ropas, señala la bella aparición a su compañero; y luego
- «¡Oh, doña María, doña María, tú estás en todas partes de la tierra como el sol y el cielo!...».
- -¿Le contenta nuestro amado pueblo, doña María?
- -exclama encantadoramente doña María.
- * * * Cabalmente acertaron los barruntos y hablas de Castroviejo, porque doña María de
- que casó con una mujer lozana; y así, para traer su memoria se hace murmurando: «el casado con doña María
- de Illescas»; y no se determina nunca a doña María diciendo «la señora o la viuda de...».
- Mas esto no se opuso a que doña María se hastiara del encierro de su palacio y quisiera pasar el rigor
- hogareño, y en una fresca pieza jugaban, por las tardes, al tresillo, que divertía grandemente a doña María
- Doña María, reparando en el breviario que tiembla en las manos del presbítero, le dice pretendiendo retirarse
- llanada, el mar celeste, de horizonte glorioso, los labriegos cantores de las pomposas hazas, doña María
- ...Doña María, el hijo y el mastín, agrupados bellamente, se inclinan mirando dentro de los panes.
- Doña María le enseña un hermoso brazado de púrpura, y el hijo le da una flor ancha, obscura, profunda
- Las mejillas del presbítero se inflaman; doña María ríe infantilmente; y el hijo insiste aplaudiendo
- Ignacio le golpea el corazón como en trance de pecado, y se le nubla el pensamiento y la mirada; y doña María
- magnificencia y ventura, resplandeciendo como una soberana en teatros y fiestas. ...Doña María
- La madre del presbítero sufre en presencia de doña María atamientos de timidez y recelos.
- -Iba a rezar, me parece, doña María -le advierte con severidad la madre.
- -¡Aquí usted, doña María! -exclama gozoso. Y rápido mira a su madre-.
- Doña María habla apenada de su Ramiro. Ha venido dulcemente la noche.
- los coros trémulos y suaves de la menuda fauna campesina penetran dulcemente en el corazón de doña María
- .- ¡Figúrese, doña María...!
- -Usted, nunca -pronuncia dulce doña María.
- Doña María no le pidió que callase.
- -Le espero desde mañana, a las cuatro -le dice doña María.
- Es que no halló a doña María ni a sus hijos en Villa-Paz.
- Y al abrir se esparce en el obscuro pasillo, como una claridad celeste, la voz de doña María, voz que
- -¡Doña María!
- Le dice doña María que no se angustie, y les propone que regresen todos los pequeños en el carruaje y
- Y doña María le saluda como a un exquisito abate.
- -Y doña María se duele del abandono de sus hijos, singularmente de Luis, porque al mayorcito sería crueldad
- Pasa doña María. De súbito entra el mayordomo y un niño alto y pálido.
- -le grita doña María al hijo enfermo. Y el niño desaparece.
- En la senda aparece doña María, protegida por la cándida espuma de su sombrilla.
- Aceptó doña María los prudentísimos avisos de don César; el cual, desde Castroviejo, le escribió: «Hay
- Y suena un sollozo roto de doña Leocadia; doña María ve la luz del aposento enmarañada, loca, y unos
- Doña María, ruborosa, lo envuelve en rápida mirada.
- Durante el almuerzo, doña María ha dicho de su viaje inmediato.
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