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Texto
- Título:
-
Segunda Celestina / Feliciano de Silva - Registro bibliográfico
- Autor:
-
Silva, Feliciano de, aproximadamente 1492-1554
- Pub. orig.:
- Venecia, Estephano de Sabio, 1536.
- Materia:
-
Teatro español Siglo 16º
- Fragmentos
'la segunda celestina' en la obra
: (329
coincidencias encontradas)
-
-
CELESTINA.- A la fe, hijas, pues agora lo
podéys dezir con razón, que traygo más
sciencia que llevé.
-
CELESTINA.- Por cierto, hija, no me llegó
a los dientes.
-
CELESTINA.- Hija, quiero descansar y tomar otros
dos traguitos, que en mi ánima, que con la priessa
-
CELESTINA.- Hija, no hay mejor lavar, para
refrescar, que los gargueros; que como del estómago viene
-
CELESTINA.- Hijas, basta, que aý queda
para remojar otra vez los labrios.
-
CELESTINA.- He visto, hija, tanto, que no se
puede dezir; y agora más tiempo es de descansar de mi camino
-
CELESTINA.- ¿Qué cosas son
éstas? Seme testigos, y mira tú en essa casa,
Elicia.
-
CELESTINA.- ¿Qué torna, torna?
-
CELESTINA.- ¿Y cómo
compassión?, ¿no te parece que tengo
razón?
-
CELESTINA.- Por amor de ti, assí lo
haré, mas con condición que mañana no me lo
estorbes y que entrés
-
CELESTINA.- ¡Dios, que a esso me embiaran
acá del otro mundo!; ¿paréceos a vos?
-
CELESTINA.- Más déxate tú
dessas rufianerías, que te las entiendo yo a ti mejor.
-
CELESTINA.- Desso huelgo yo, de dalla a Dios y a
todo el mundo. ¿Qué es esto?
-
CELESTINA.- Porque no me diste tú lugar,
ni me quesiste oýr.
-
CELESTINA.- Señora, en buena parte caye,
que no se me han passado los días en balde, que bien
sé que
-
CELESTINA.- ¡Y cómo, hija, tienes
razón!
-
CELESTINA.- Yo diré mi parecer; mas no
tengo dicha, quiero callar.
-
CELESTINA.- Pues, señora, lo que a
mí me parece para que no haya tantas ydas y venidas y esto
se concluya
-
CELESTINA.- ¿Quién está
aý?
PANDULPHO.- Abre, madre, que yo soy.
-
CELESTINA.- Válale el diablo, ¿y
qué querrá agora este rufianazo?
-
CELESTINA.- Hijo, mi amor, yo tengo cierta
priessa; dy de aý lo que mandas, que desta ventana te
oyré
-
CELESTINA.- Ora, sus, yo quiero abrille, y si
algo fuere, yo preveniré al tiempo con la necessidad.
-
CELESTINA.- Algo es lo que yo digo, mas bien es
que no trae armas, y a palabras, palabras.
-
CELESTINA.- Hijo, que acabes tu razón,
que después yo te responderé; y por cierto, que todo
lo que por
-
CELESTINA.- Calla señor, que estoy
burlando contigo, que ni lo uno ni lo otro no se sufre.
-
CELESTINA.- De que quiero que no nos oyan lo que
quiero agora dezirte, y por esso, para desmentir las
-
CELESTINA.- No prometas más,
señor, que basta lo prometido, y mucho huelgo que te hayas
empleado en
-
CELESTINA.- No te fíes de moços ni
moças, señor, que en un día dirán, no
sabiendo negociar, lo que no
-
CELESTINA.- Pues sea assí, pues no tienes
sufrimiento.
-
CELESTINA.- Para mí no es menester tan
galán, no digan, mal pecado, a la burra vieja, arracadas
nuevas
-
CELESTINA.- Ta ta ta.
ELICIA.- ¿Quién está
aý?
-
CELESTINA.- Abre, hija, que yo soy. ¡O,
hija Areúsa!, ¿acá estás?
-
CELESTINA.- ¿Quién, hija?
AREÚSA.- El despensero del Arcediano.
-
CELESTINA.- ¿Quién es el
despensero del Arcediano?
-
CELESTINA.- Ya, ya, hija, al cabo estoy; mas
mala landre nunca me tome si me acordava.
-
CELESTINA.- Él y los buenos años,
que, por cierto, huelgo mucho dello.
-
CELESTINA.- ¿Cómo es su
gracia?
AREÚSA.- Grajales.
CELESTINA.- ¿Grajales, hija?
-
CELESTINA.- Hija Elicia, mira quién llama
aý.
ELICIA.- ¿Quién está
aý?
-
CELESTINA.- Bien venga si trae recaudo;
ábrele, hija, y suba.
-
CELESTINA.- Hijo, mi amor, ¿qué
buena venida es ésta?
-
CELESTINA.- Según esso, el manto deves de
traer.
-
CELESTINA.- Más cortos los passos y larga
la bolsa quisiera yo este galán.
-
CELESTINA.- Jesús, hijo, no digo sino que
no tengo yo tan cortos los passos para no abaxar a recebir
-
CELESTINA.- No hables en esso, mi amor, que no
soy tan mal criada.
-
CELESTINA.- Señor Felides, ¿y para
qué tomavas tanto trabajo?
-
CELESTINA.- ¿Dasme licencia?
PONCIA.- ¡Di ya, ahora, madre, que me
congoxo!
-
CELESTINA.- Hija, pues el enamorado
questá muerto por ti, sabe que es Jesuchristo, que de amores
de
-
CELESTINA.- ¿Y quién havía
de ser, bova, diziéndotelo yo?
-
CELESTINA.- He, he, he; por tu vida, hija, que
no lo conozco.
-
CELESTINA.- ¡Ay hija, ay hija!
¿Qué seguro tienes tomado de Dios para bivir
más que yo?
-
CELESTINA.- Hija, será de celos, que es
mi enamorado.
-
CELESTINA.- No te vayas, hija, que no es cosa
que no puedes oýr.
-
CELESTINA.- He, he, he; en forma estoy namorada
desta perla de donzella.
-
CELESTINA.- Señora, esto más me
paresce yjada que no madre.
-
CELESTINA.- Pues Quincia, mi amor,
tomarás y harás un saquito tan largo como la yjada, y
enchillo has
-
CELESTINA.- Esto es que yo desseava.
PALTRANA.- ¿Qué dizes,
tía?
-
CELESTINA.- Señora, que no tengo de cosa
más desseo que de esso, especial con tal
compañía.
-
CELESTINA.- Por cierto, fresco y deleytoso lugar
es éste, no paresce sino paraíso.
-
CELESTINA.- Hija señora, hay tantas cosas
que no se pueden dezir ni contar.
-
CELESTINA.- Ya, hija, me han preguntado essa
niñería otra vez.
-
CELESTINA.- Ya lo digo, que por mi vida, que no
lo bevo yo todo; y callémonos, no nos oyan reñir
sobre
-
PALANA.- Yo soy, que quiero dos palabras a la
señora Celestina.
-
CELESTINA.- ¿Quién es Palana?
ELICIA.- ¡O, Jesús madre,
qué mala memoria tienes!
-
CELESTINA.- Pues ¿qué quiere ella
en mi casa?
-
CELESTINA.- Por Dios, que estamos buenos; dile,
hija, que se vaya con Dios, que no son tales mugeres
-
CELESTINA.- Hija, dexa essa borracha, y
déxate destar con ella acullá fue mas acullá
vino desde la ventana
-
CELESTINA.- ¿Quién, hija?
ELICIA.- Un criado de Felides llamado
Pandulpho.
-
CELESTINA.- No cayo en quién es
Pandulpho.
CENTURIO.- He, he, he.
-
CELESTINA.- ¿De qué te
rýes, hijo?
-
CELESTINA.- ¿Cúyo hijo es
éste?
-
CELESTINA.- Sí conoscí.
-
CELESTINA.- Como a mí mesma; que por mi
vida, para con nosotros, que yo la vendí tres vezes por
virgen
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
-
CELESTINA.- Hija, dile que entre.
ELICIA.- Señor Pandulpho, que subas.
-
CELESTINA.- Hijo, ¿es cosa de priessa?
¿Levantarme he?
-
CELESTINA.- Pues siéntate, hijo, y
alcança dos bocados, por amor de mí.
-
CELESTINA.- Hijo, assí lo dize el poeta,
quel amor más enciende sus llamas, quanto le ponen mayor
defensión
-
CELESTINA.- ¿Pues tras quáles
cabras ando yo?
FELIDES.- ¿Qué dizes, madre?
-
CELESTINA.- Digo que no es tras esso lo que yo
ando.
-
CELESTINA.- ¿Y aconsejarme hías
tú, señor, que lo hiziesse?
-
CELESTINA.- ¿Y el alma, señor?
-
CELESTINA.- Hijo, ésse es una especie de
pecar en el Espíritu Santo, pecar en confiança de la
misericordia
-
CELESTINA.- Pues assí es, dame camino
para Elicia.
-
CELESTINA.- ¿Prométeslo
assí?
FELIDES.- Sí prometo.
-
CELESTINA.- Bien dizes, hijo.
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
-
CELESTINA.- Hijo, no has tú dicho hoy
cosas para salir yo de noche; quien tiene enemigos no le comple
-
CELESTINA.- Hijo, no quiero yo veros ni verme en
esse peligro; por tu vida, que de noche todo el mundo
-
CELESTINA.- Y contigo vaya, hijo. Y si
allá hay algún manto prestado, yo yré
luego.
-
CELESTINA.- Para mi santiguada, que pienso que
tengo un enfermo, con que le purgue de suerte que mudemos
-
CELESTINA.- Hijo, súfrete, que aún
agora no se puede dezir, que si fuere menester tú lo
sabrás.
-
CELESTINA.- Tómala tú, hijo, y no
estés en díselo tú.
-
CELESTINA.- Pues si lo sabes, sábe en tu
casa, hijo, que en la mía yo sé lo que me cumple,
pues ya sabes
-
CELESTINA.- Después de me quebrar la
cabeça, me unta el casco.
-
CELESTINA.- Harto, hijo, tengo que entender en
mis duelos, sin curar de los agenos, que a cada parte
-
CELESTINA.- Pues que estuviesse, ¿no
puede ser yda?
-
CELESTINA.- Si tengo la culpa, hijo, ya tengo
recebida la pena, que quien en ruin lugar haze leña, ya
-
CELESTINA.- Ya no puedes, hijo, a lo menos,
dexar de sello comigo, como lo has sido.
-
CELESTINA.- Elicia, súbete arriba y
déxate de secretos, hija.
ELICIA.- ¡Ay, tía!
-
CELESTINA.- Hijos, por mi amor, tal cosa no se
haga. ¡O, desventurada, que corriendo van!
-
CELESTINA.- Pues mira qué vino
quedó en el cangilón, para que si no tenemos vino
embiemos por ello,
-
CELESTINA.- De mala gana lo hago en saver que
hay poco vino, mas por ti lo quiero hazer; porque, por
-
CELESTINA.- Dígote que uno es el juego
por hazer comparación, para poner un muchacho con buen vino
anejo
-
CELESTINA.- Déxate de bozes, y lo que yo
dixere tenlo por fe, si no lo alcanças por razón; y
cenemos
-
CELESTINA.- Ora yo quiero ver, hijos, si tira
pernadas este cangilón, para varealle y hazer que passe
-
CELESTINA.- ¿Y vos también
motejáys?
-
CELESTINA.- ¿Y vos también
tomáys ya de Barrada a dezir donayres?
-
CELESTINA.- A osadas, hijo, que según
sabes bien empinar, que se te parece bien que aprendiste el
officio
-
CELESTINA.- Por mi vida, hijo, que quando yo
caý con él, que ya venía el señor turco
herido de más de
-
CELESTINA.- Por mi vida, pues que no eres
tú tan mal çurujano, que no llegaste tú por
presto que yo
-
CELESTINA.- Por mi vida, hijo, que lo eres
tú, aunque no has ydo allá ni has visto las
rebelaciones
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes tú,
hijo Grajales?
-
CELESTINA.- ¡Ándate aý a
dezir donayres, hijo!
-
CELESTINA.- ¿Pues qué pensavas,
bovo?
-
CELESTINA.- Hijo, por mi vida, que no los tomara
sino por lo que tengo dicho, que harta vergüença se
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes el dezidor?
Alguna gracia, a osadas, estás tú agora
comidiendo.
-
CELESTINA.- ¿No lo digo yo que algo es
ello?
-
CELESTINA.- ¿A qué
propósito, mi amor, dizes?
-
POLANDRIA.- Ya, Celestina, no me digas
más, ya se te ha gastado el cevo, que descubres el sedal con
-
CELESTINA.- Hija señora, mejor viva yo
que entiendo lo que dizes.
-
CELESTINA.- Malo va esto como el diablo.
POLANDRIA.- ¿Qué dizes entre
dientes?
-
CELESTINA.- Señora, ¿qué
tengo de dezir, viéndote tan sospechosa de mi innocencia y
diziendo que entiendes
-
CELESTINA.- Señora, no me deshonrres mis
canas y dañes mi crédito, que a mí no me
embía nadie a dezir
-
POLANDRIA.- A otro perro con esse huesso,
Celestina.
CELESTINA.- ¿Qué huesso,
señora?
-
CELESTINA.- Señora, Dios es santo, que yo
pecadora a Él me siento, y indigna de ser suya y llamarme
-
CELESTINA.- Señora, como a mis
entrañas, que no vengo a otra cosa.
-
CELESTINA.- Ora, señora, dexemos uno y
tomemos otro, que, como dize el proverbio, cada cosa en su tiempo
-
CELESTINA.- ¿Es aquí o
aquí?
-
CELESTINA.- Bendígate Dios tal cuerpo,
señora; por cierto, la señora Polandria con su
niñez no puede
-
CELESTINA.- A osadas, señora, que no
tienes necessidad de dezillo, que por lo presente se parece bien
-
CELESTINA.- A osadas, hija señora, que no
tiene necessidad de me lo dezir, que por el hilo saco yo bien
-
CELESTINA.- Pues oye, que sí diré.
-
CELESTINA.- Pues más que esso sé
yo, mas no te lo quiero dezir, pues te hazes tan santa.
-
CELESTINA.- ¿Dasme licencia?
POLANDRIA.- Sí, pardiós.
-
CELESTINA.- Ora, que no te lo quiero dezir, que
te enojarás.
-
CELESTINA.- Pues si acertare no me has de
encobrir la verdad.
-
CELESTINA.- Pues, en mi alma, que yo sé
que no lo quieres mal; y no me maravillo, porque un hombre que
-
CELESTINA.- Que después acá he
pensado en lo que te dixe y llevo un scrúpulo, y por
descargo de mi conciencia
-
CELESTINA.- Pues con esto me voy, y Dios quede
contigo.
-
Argumento de la XXI Cena
CELESTINA va a
Sant Martín y dize a FELIDES que tiene ganado de
POLANDRIA
-
Y
introdúzense:
CELESTINA,
FELIDES, PANDULPHO, SIGERIL.
-
CELESTINA.- ¡O, hermosa astucia!,
¡o, linda cautela!, ¡o, maravillosa burla!
-
FELIDES.- Válame Dios, aquélla me
paresce a Celestina; sí, ¿es ella?, ella es, por
Nuestro Señor.
-
Argumento de la XXII Cena
CELESTINA va a su
casa y muessa a ELICIA las
doblas, y en esto PALANA
-
Y
introdúzense:
CELESTINA,
ELICIA, PALANA, VEZINAS.
CELESTINA.- Ta ta.
-
CELESTINA.- Abre, hija Elicia, que yo soy.
-
CELESTINA.- Ay, hija, poco cuydado tienes de lo
que yo, yva para quien le cumple.
-
CELESTINA.- A la fe, hija, de mi oficio; y no
aprendas y ándate aý con tu Crito a cuestas, que al
cabo
-
CELESTINA.- Ora hija, pasarse ha la mocedad, y
quando viniere el tiempo que des los cañibetes, estonces
-
CELESTINA.- Hija, por tu vida, que no me
estés contando las vezes, pues yo no te arriendo los
escamochos
-
CELESTINA.- Torna acá, Elicia, no te
yguales con essa borracha.
-
.- Celestina, con lo que vos bevés
me emborracho yo.
-
CELESTINA.- Déxala, hija, que dize la
verdad, que Séneca dize que estonces es la muger buena,
quando
-
VEZINAS.-
Anda, en mal punto, ¿y con Celestina, vieja
honrrada, te has de tomar?
-
.- ¡Como si no supiéssemos
aquí quién es Celestina, a cabo de ser coronada tres
vezes por alcahueta!
-
CELESTINA.- ¡O, mala muger averiguada!
-
CELESTINA.- ¡Dexámela,
dexámela; que por el siglo de mi padre de hazelle
pedaços esta rueca en la cabeça
-
Argumento de la XXXIV Cena
En que AREÚSA llama a la puerta de
CELESTINA y ábrela
ELICIA, y dize
-
Y
introdúzense:
AREÚSA,
CELESTINA, ELICIA, BUZARCO, GRAJALES, BARRADA.
-
CELESTINA.- Mira, hija, quién llama
allí.
-
CELESTINA.- Ella y los buenos años
vengan.
-
CELESTINA.- Ello sea enhorabuena, hija; y a
osadas, que algo de bueno deves tú de traer, que nunca
tú
-
CELESTINA.- A osadas, hija, que no sea mala, que
yo lo tengo por tan complido y por tan hombre de bien
-
CELESTINA.- ¿Y cómo es su
gracia?
-
CELESTINA.- Aguarda hija, por cierto, que pienso
que conozco yo esse hombre de bien, veamos ¿él no es
-
CELESTINA.- Aguárdate, hija, que en el
pico de la lengua tengo a su madre; ¡válame Dios, y
cómo tengo
-
, aguarda, aguarda,
¿cómo se llamava, Celestina?
-
CELESTINA.- Hijo, ¿no quieres que llore,
padeciendo mi honrra con tan falso testimonio?
-
CELESTINA.- Hijo, mi amor, en otras cosas no me
quiero alabar, que, mal pecado, yo me conozco por pecadora
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
-
CELESTINA.- Mal siglo, hijos, les dé Dios
a señores y criados allá donde están, que tal
han parado mi
-
CELESTINA.- ¡Ándate aý a
dezir donaires!
-
CELESTINA.- Pues, hijo, como crees en Dios, cree
lo que te tengo dicho; y no estás engañado en el amor
-
CELESTINA.- Bien venga el señor Grajales
y la compañía.
-
CELESTINA.- Por cierto, presencia tiene
él para que yo gane en tal conoscimiento.
-
CELESTINA.- Hijo, haziendo está una cama
arriba.
-
CELESTINA.- Haze bien, que no es
desvergonçado como tú, que estás diziendo
malicias.
-
CELESTINA.- Tú lo desembolverás
presto, a osadas, hijo.
-
CELESTINA.- ¡Ay, putillo, deslavadillo!
-
CELESTINA.- Por tu vida, hijo, que es tuya
también como mía.
-
CELESTINA.- Pues assí queréys,
hija Elicia, sube tú, mi amor, allí por unas pajas
con que se limpien
-
CELESTINA.- Andad acá vosotros, hijos,
yrnos hemos a reposar.
-
CELESTINA.- Pues mirad, mal ora, que no os
sientan; que yo me voy a reposar, y vosotros quedáys a
Dios
-
ELICIA y
BARRADA passan en el
sobrado muchas razones, acechándolos GRAJALES y AREÚSA, y al ruydo acude
CELESTINA
-
; y estando con
ellos, llegan CENTURIO y
ALBACÍN y quieren
entrar, y despídelos CELESTINA por buena maña
-
Y
entrodúzense:
ELICIA,
BARRADA, AREÚSA, GRAJALES, CELESTINA, CENTURIO, ALBACÍN.
-
que
conozcas la voluntad que te tengo y el desseo de servirte, de lo
qual ya tengo dado a la señora Celestina
-
CELESTINA.- Por tu vida, hijo, no, sino que en
beviendo qualquier vino luego diré dónde es.
-
CELESTINA.- Hijo, por tu vida, que no dieras
tú peor del viento que yo, ni cayeras con la perdiz menos
-
CELESTINA.- No, por tu vida, hijo; antes, aquel
tu moço, Buzarco, dixo que era de Luque, pero a mí no
-
CELESTINA.- Por tu vida, hija, tal no oý
mas no me dexarás tú a mí mentir.
-
CELESTINA.- Para esso, hija, tienes tú
mucha vergüença, mas no para sacar la mía a la
plaça desmentiéndome
-
CELESTINA.- ¿Qué dize?
GRAJALES.- Que el potro, primero de otro.
-
CELESTINA.- No, a osadas, hijo, que bien se le
paresce a la mochacha, que tan boçal está, que
despantadiza
-
CELESTINA.- He, he, he. Ay, putillo, ¿y
esso me tenías guardado?, ¿tan buen ginete eres?
-
CELESTINA.- Atiéntale el freno, hijo,
pues le haze abrir la boca.
-
CELESTINA.- Por el siglo de mi madre, que lo
puedes bien dezir; que tan niña la conosció su
esposo,
-
CELESTINA.- Hijo, ¿y qué mal es el
suyo?
-
CELESTINA.- Hijo, si es mal de pena, yo
holgaré de consolarle, porque Dios dizen los
theólogos que es
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
-
CELESTINA.- Hijo, muerte de padres, de madres, y
de hijos y hermanos, pérdidas de haziendas, con otros
-
CELESTINA.- He, he, he; hijo, esse mal
más propio es de culpa de mirar y otras ocasiones; que la
pena
-
CELESTINA.- Pues, hijo, ¿qué
hallas tú en los amores para que no lo sea?
-
CELESTINA.- Señora, bésote las
manos; mas, ¿de qué es esse mal que te tiene en la
cama tan fatigada
-
CELESTINA.- Donzella de oro, hazed traer una
poca de lumbre, y calentaré las manos y tentaré a su
merced
-
CELESTINA.- Señora, mal pecado, la
espiriencia me ha hecho maestra, porque ya sabéys que no hay
tal
-
CELESTINA.- ¿Rýeste de lo que
digo, señora?
-
CELESTINA.- ¡Ay, gesto de ángel,
con qué gracia lo dizes!
-
CELESTINA.- No se entenderá aquí
esso, que, por cierto, ni tiene ella cara ni presencia para lo
dezir
-
CELESTINA.- Sí querrá,
señora.
-
CELESTINA.- Aquí parésceme que
pueden dezir que en casa del alboguero todos lo son, que
también esta
-
CELESTINA.- ¡Ándate aý con
tus vergüenças!
-
CELESTINA.- Que venga él; y si mucha
vergüença huvieres, háblele Poncia, y en dos
palabras dígale el
-
CELESTINA.- Señora, ¿tú
quieres y has gana casarte con este cavallero?
-
CELESTINA.- ¡Ándate aý a
dezir donayres!
-
CELESTINA.- Pues si lo quieres da al diablo
essas vergüenças, que barba a barba,
vergüença se acata.
-
¡Guayas de Celestina, que pienses tú
de entender mis razones a cabo de mis ochenta años a
cuestas, teniendo
-
CELESTINA.- ¡Ay, hija, angelito, angelito!
-
¿Y a Celestina avisas tú de secreto?
¡Dolor de mí!
-
CELESTINA.- Hijo, yo lo creo, que tampoco no lo
digo tanto por mí como para que no te dañe la
conversación
-
CELESTINA.- ¿Paréscete, hija, si
te dexo bien rascado aquell asno para hazelle sufrir el
albarda?
-
CELESTINA.- Pues a ti lo digo, mi hijuela,
entiéndelo tú, mi nuera; que no lo dixera yo tanto
por escantarle
-
CELESTINA.- ¿Fuesse ya Crito?
ELICIA.- ¿Quándo diablos se
havía de yr?
-
CELESTINA.- Pues no le hables de aquí
adelante sino fingendo que yo no lo sé ni me passa por
piensamiento
-
CELESTINA.- ¿Qué Crito, ni
qué Crita?
-
CELESTINA.- Elicia, lo que he visto o lo que no
he visto, esto mando yo, y en mi casa hase de hazer
-
.- No le pesaría desso a
Celestina.
FELIDES.- ¿Qué estáys
rezando?
-
CELESTINA.- No havía yo menester tantos
bachilleres como aquí veo.
-
CELESTINA.- Señor, que no es menester;
déxelos, que son moços y huélganse, que a los
mancebos de qualquiera
-
CELESTINA.- No, por mi vida, señor, sino
súbanse al fuego arriba, para Elicia, que es moça y
passarán
-
CELESTINA.- Señor, agora que estamos
solos, ¿qué mal es el tuyo?
-
CELESTINA.- Bien librada estava yo si tú
no lo tuviesses ya perdido.
-
CELESTINA.- No digo, señor, sino que no
fue mi tiempo perdido, que supe assí rodear mis lisonjas con
-
CELESTINA.- Alaçé, sola; y
díxele tales razones con que, por evitar prolexidad, queda
de suerte que
-
CELESTINA.- El harto, del ayuno no tiene cuydado
ninguno; caro me costaría a mí tanta prolexidad.
-
CELESTINA.- Señor, que no quieras por
agora saber más, porque hasta llegar a este fin todo fue
rigor
-
CELESTINA.- Señor, bésote las
manos por la merced, y mejor será, secretamente, que me la
hagas en dineros
-
CELESTINA.- ¿Qué es esso que a la
postre digeste entre dientes?
-
CELESTINA.- Que no está por salir.
-
CELESTINA.- Ora, por Barrada quiero hazer lo que
no tenía determinado. ¡Baxa acá, Elicia!
-
CELESTINA.- Baxa acá, hija, que
assí te quiere él.
-
CELESTINA.- ¿Para qué le hazes
subir? ¿Ya le quieres hazer como tú,
desvergonçado?
-
CELESTINA.- Mirá nos vean.
BARRADA.- Dios te salve, señora
hermosa.
-
CELESTINA.- ¿Qué quieres dezir por
esso?
-
CELESTINA.- ¿Qué quebrar o
qué nada? Sé, que rey tenemos, déxame parar a
aquella ventana.
-
CELESTINA.- Voto yo a ésse que vos
juráys que la justicia sepa lo que pasa.
-
CELESTINA.- ¿Qué garçones y
qué nada, y qué fieros?
-
CELESTINA.- ¿Qué abrir? Aguarda,
que sí abriré.
-
CELESTINA.- Dacá, dacá mi manto,
veamos qué fieros y qué burlería es
ésta desta noche.
-
CELESTINA.- Allá yréys,
rufianazos. ¿No veys con qué se venían aora?
-
CELESTINA.- Tú puedes, hijo, dormir a
sueño suelto.
-
CELESTINA.- Ora, hijo, que conoscido está
tu esfuerço; y nunca te pongas con los tales a aventurar la
-
hablando y topan a TRASO EL
COXO y a TRIPA EN
BRAÇO, y acuerdan de dar un repiquete de broquel en
casa de CELESTINA
-
; y van y
sale CELESTINA para se
quexar, y ellos se van; y queda ella y ELICIA hablando, y vienen BARRADA
-
Y
entrodúzense:
CENTURIO,
GRAJALES, BARRADA, ALBACÍN, TRASO EL COXO, TRIPA EN BRAÇO, CELESTINA
-
CELESTINA.- Pues hazerlo assí, hija; que
aun, por mi vida, el dolorcillo de la madreja la noche de
Pármeno
-
CELESTINA.- Declárate, señora, que
me suspendes con tus sospechas.
-
CELESTINA.- ¿Que lo dirás a mi
señora? Desso huelgo yo.
-
CELESTINA.- No creas tú, señora,
antes de tiempo, que mi urdidura no tiene malos liñuelos;
suplícote
-
CELESTINA.- No digas, señora, que me
embía, que si otra mi ygual fuera ya lo huviera respondido.
-
POLANDRIA.- Passo, passo, Celestina, no hagas
essas algaradas.
-
CELESTINA.- ¿Qué passo, passo?
-
CELESTINA.- Esta muchacha no es necia, aunque no
ha ydo a los infiernos como yo.
-
CELESTINA.- Hija, digo que no vi cosa más
en los infiernos castigarse que encubrir nada de la hazienda
-
CELESTINA.- ¿Rýeste, por mi vida,
de que te caý en el cantar?
-
CELESTINA.- Areúsa, no me hagas de ojo,
que al buen entendedor pocas palabras; que la verdad es que
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hija?
-
CELESTINA.- Assí que, tía, de la
burla tú llevaste lo mejor.
-
CELESTINA.- ¿Y cómo lo mejor?
-
CELESTINA.- Subíos vosotros arriba, y
ábrele, hija.
-
CELESTINA.- Hijo, y tú vengas con su
gracia.
-
CELESTINA.- Pues, hija Elicia, súbete
arriba. ¿Qué es lo que mandas, hijo?
-
CELESTINA.- Hijo, mi amor, que le beso las
manos, que no se espera menos de tal persona, y que es tanto
-
CELESTINA.- Por mi vida, sí
tomarás.
-
CELESTINA.- Hijo, y Él vaya contigo; y
ruégote que te aproveches desta casa como de la de tu
amo.
-
CELESTINA.- Ora yo quiero durmir, pues tengo ya
cobrada buena fama, que aquellos mancebos no se apartarán
-
Argumento de la XX Cena
PALTRANA dize a
QUINCIA que mire
quién llama, y ella dize que CELESTINA
-
Y
entrodúzense:
PALTRANA,
QUINCIA, CELESTINA, POLANDRIA, PONCIA.
-
CELESTINA.- Hija, di a la señora que
está aquí una criada y servidora suya.
-
Señora, mala muerte me tome si Celestina, la que
resucitó, no está allí.
-
CELESTINA.- Paz, salud, descanso sea en esta
casa.
-
CELESTINA.- Señora, yo te beso las manos,
y por essa voluntad que yo siempre de ti conoscí, que como
-
Argumento de la VII Cena
En que ZENARA,
manceba del ARCEDIANO,
passa con CELESTINA
grandes cosas
-
, sobre los celos que CELESTINA le dize que ha tenido del
ARCEDIANO viejo, en la
casa donde estava ascondida
-
Y
entrodúzense:
ZENARA,
CELESTINA, el ARCEDIANO, el PUEBLO, ELICIA, AREÚSA.
-
CELESTINA.- ¿Cómo?
¿Cómo, comadre?
-
CELESTINA.- Assí es; mas también,
comadre, muchas vezes, haziendo bien se recibe mal.
-
CELESTINA.- Tú me tienes entendida, y a
buen entendedor pocas palabras, porque al sabio no es menester
-
CELESTINA.- Pues yo por romance lo tengo; porque
yo, comadre, siempre me precié de ser muy clara con
-
CELESTINA.- Ora señor, yo te tengo, como
a señor, dada cuenta de mi vida; dime tus duelos, pues has
-
CELESTINA.- ¿En mis manos, señor?,
pluguiesse a Dios, que no la procuraré menos que la
mía propia.
-
CELESTINA.- He, he, he.
FELIDES.- ¿Rýeste, madre?
¿Piensas que burlo?
-
CELESTINA.- No pienso que burlas, señor,
mas rýome que para mí no es entender en tales
burlas.
-
CELESTINA.- Jesú, señor
mío, ¿y tal cosa me havías a mí de
dezir, sobre ochenta años a cuestas, muerta
-
CELESTINA.- Ésse te daré yo de muy
buena voluntad, que será que te apartes de tales
pensamientos, en
-
CELESTINA.- Pues te paresce, hija, toma tu
manto, y cierra essa puerta y vamos.
-
Argumento de la XXIII Cena
ELICIA dize a
CELESTINA cómo
viene AREÚSA a
vellas, y tras ella viene
-
PANDULPHO, y luego FELIDES, y PANDULPHO y SIGERIL burlando dél, de que
había en seso con el senado de CELESTINA
-
Y
entrodúzense:
ELICIA,
CELESTINA, AREÚSA, CENTURIO, FELIDES, PANDULPHO, SIGERIL, CANARÍN.
-
CELESTINA.- A la fe, hija, los malhechores no es
cosa nueva andar por yglesias.
-
CELESTINA.- ¡Qué dimonios de
escarapela!
-
Argumento de la XIX Cena
PANDULPHO va a
casa de CELESTINA con el
manto, y, después de ydo, CELESTINA
-
Y
introdúzense:
PANDULPHO,
CELESTINA, ELICIA, CRITO.
-
CELESTINA.- Mira, hija Elicia, quién
llama a la puerta.
-
CELESTINA.- Anda, mi amor, ábrele, que a
este su amo no se le deve de cozer el pan.
-
CELESTINA.- Hijo, ¿qué buena
venida es ésta?
-
CELESTINA.- Hijo, él es mejor que yo le
puedo mereçer a Dios; que plega a Dios, hijo, que él
biva muchos
-
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
-
CELESTINA.- Tal sea mi vida y tal sea mi vejez y
tal sea mi alma, como esso me contentado ha.
-
CELESTINA.- Que te guardes del diablo,
señora, y por los ojos que en la cara tienes, que no le oyas
-
CELESTINA.- No me parece mala señal
ésta, pues no quiere dexar la plática.
-
CELESTINA.- Jesús, señora,
¿y si me lo dixera, havíatelo yo de dezir?
-
CELESTINA.- ¡Ay, señora, y
quán mal me tienes conocida!
-
CELESTINA.- Calla, hija, que a ti te
verná tu Sant Martín otro día, y
andacá.
-
CELESTINA.- Esso yo lo llevo a cargo, que no he
rescebido mercedes para olvidar esta casa.
-
CELESTINA.- ¿Qué dize la donzella
graciosa?
-
CELESTINA.- ¡Ay, traydora, ojos de
arrebatacoraçón!, no dezías tú esso, en
mi alma.
-
CELESTINA.- Mi hija, por tu boca te condenas,
que de havellas murmuravas de lo que dezía.
-
CELESTINA.- Hija, para las hechas no hay mejor
edad que la tuya, ni para las sospechas que la mía, porque
-
CELESTINA.- ¡Ay, traydora!
-
CELESTINA.- ¿Burlas?
-
CELESTINA.- ¿Quieres que te lo diga?
-
CELESTINA.- Ora pues, con essa seguridad yo voy,
en el nombre de Dios, con intención de emendar mi vida
-
CELESTINA.- ¡Válasme Dios, y
qué de gente paresce y viene a mí, como si fuesse
lechuza o búho que camina
-
Aquélla,
Celestina, la que mataron los criados de Calisto, paresce.
¿es alguna visión?
-
CELESTINA.- Válalos el diablo, ¡y
qué mirar que tienen!
-
ELICIA.- ¡Ay, hermana mía, que mi
madre Celestina paresce!
-
CELESTINA.- ¡Ay bovas, y no hayáys
miedo, que yo soy!
-
CELESTINA.- ¡Ay bova, bovita!; ¿y
de qué das gritos, loca?
- Formatos:
-
-
Resultado número:2
Estudio crítico
- Título:
-
Un memorial autobiográfico de D. Diego de Torres Villarroel - Registro bibliográfico
- Autor:
-
Entrambasaguas, Joaquín de, 1904-1995
- Portal:
-
Diego de Torres Villarroel
Visitar sitio web
- Mat. aut.:
-
Torres Villarroel, Diego de (1693-1770)
- Fragmentos
'la segunda celestina' en la obra
: (5
coincidencias encontradas)
-
-
Cuando se casó por segunda
vez con el marqués de Almarza, don Vicente de Guzmán, adoptó el matrimonio
-
Piscator Othomano, jardinero de las estrellas, Sarrabal de Moscobia y nuevo Merlín de Europa con la madre Celestina
-
Nada se sabe acerca de si el Real Consejo accedió a esta segunda y más eficaz petición de Torres Villarroel
-
Mundo
sin tocar el vizcocho11, es un desconsuelo, que me haze creer, que para
mi solo se guardaba esta segunda
-
vn librito del Padre Parra39; en menos, en la Car37
El bizcocho o galletas es un «pan que se cuece segunda
- Formatos:
-
-
Resultado número:3
Estudio crítico
- Título:
-
Estudios y ensayos de investigación y crítica : de la leyenda de Rosamunda a Jovellanos / Joaquín de Entrambasaguas - Registro bibliográfico
- Autor:
-
Entrambasaguas, Joaquín de, 1904-1995
- Portales:
-
Fondo Antiguo de Universidades y Colecciones Singulares
Visitar sitio web
| Universidad Castilla-La Mancha. Fondo colección Joaquín de Entrambasaguas
Visitar sitio web
| Universidad de Castilla-La Mancha
Visitar sitio web
| Gaspar Melchor de Jovellanos
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- Materia:
-
Literatura española Historia y crítica
- Fragmentos
'la segunda celestina' en la obra
: (20
coincidencias encontradas)
-
-
Segunda época.
Volúmenes
X y XI. T.
-
las obras más
trascendentales de la literatura española, sólo rival, desde este punto de
vista, de La Celestina
-
Segunda edición, T. III, Vol.
-
xvi por el Renacimiento
Español y su curva ascendente, desde la corte de Enrique IV, el
Corbacho y la Celestina
-
aquí que pese a todas estas precauciones, puede surgir
veneno en la triaca misma y la dueña ser una Celestina
-
ENTRAMBASAGUAS
madre y le encomendará su secreto, como un lugar sagrado, y le
contará lo que la malvada [celestina
-
es tal vez la causa de que se echen de menos
algunas obras y autores que no se nombran siquiera: la Celestina
-
La Soledad
segunda está en verso. (Véase Poesías).
-
Parte
segunda
14. Madrid, 1659.
Parte Segunda de David Perseguido, y alivio de lastimados.
-
Parte Segunda de David Perseguido, y alivio de lastimados.
-
Parte Segunda: No hemos encontrado ejemplar.
-
Segunda y Tercera partes: no
conocemos ejemplar.
Rara.
-
Primera Parte, [y Segunda y Tercera]. Madrid. 1759.
-
Parte Segunda de David Perseguido. Madrid. 1656.
-
Corregidas y enmendadas en esta Segunda impresión.
-
Segunda edición de la Primera parte y primera de la Segunda.»
-
Piscator Othomano, jardinero de las estrellas, Sarrabal de Moscobia y nuevo Merlín de Europa con la madre Celestina
-
Segunda edición, corregida y aumentada. Tomo I. Madrid, 1967.
-
Segunda edición, corregida y aumentada.
Tomo II. Madrid, 1967.
-
Segunda Parte.
Censura coetánea de una poesía de Lope de Vega.
- Formatos:
-
-
Resultado número:4
Texto
- Título:
-
Libro del esforzado caballero don Tristán de Leonís y de sus grandes hechos en armas (1528) / [edición de Adolfo Bonilla San Martín] - Registro bibliográfico
- Portal:
-
Libros de caballerías
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- Pub. orig.:
- Sevilla, Juan Cromberger, 1528
- Materias:
-
Novela de caballería española | Caballeros y caballería
- Fragmentos
'la segunda celestina' en la obra
: (6
coincidencias encontradas)
-
-
, uállero para el, e dieronse tan grandes golpes
yo quiero vedar el passo de Tintoyl, e quie- de la segunda
-
Entiendo quefesesta la vez primera que el nombre de
estar aquí, e yo querría que vosotros fuesseuna tia- Celestina
-
tiraron afuera, e luego se
leuantaron, e fueron el vno para el otro, e
conbatieronse los caualleros de la segunda
-
tome venganza del»; e luego se fueron a ferir de muy
grandes golpes y espessos el vno al otro de
la segunda
-
La segunda,
porque el dixo primero su nonbre.
-
La segunda fue Tseo la Branda.
- Formatos:
-
Filtros aplicados:
-
Resultado número:1 Texto
- Título:
- Segunda Celestina / Feliciano de Silva - Registro bibliográfico
- Autor:
- Silva, Feliciano de, aproximadamente 1492-1554
- Pub. orig.:
- Venecia, Estephano de Sabio, 1536.
- Materia:
- Teatro español Siglo 16º
- Fragmentos 'la segunda celestina' en la obra : (329 coincidencias encontradas)
-
- CELESTINA.- A la fe, hijas, pues agora lo podéys dezir con razón, que traygo más sciencia que llevé.
- CELESTINA.- Por cierto, hija, no me llegó a los dientes.
- CELESTINA.- Hija, quiero descansar y tomar otros dos traguitos, que en mi ánima, que con la priessa
- CELESTINA.- Hija, no hay mejor lavar, para refrescar, que los gargueros; que como del estómago viene
- CELESTINA.- Hijas, basta, que aý queda para remojar otra vez los labrios.
- CELESTINA.- He visto, hija, tanto, que no se puede dezir; y agora más tiempo es de descansar de mi camino
- CELESTINA.- ¿Qué cosas son éstas? Seme testigos, y mira tú en essa casa, Elicia.
- CELESTINA.- ¿Qué torna, torna?
- CELESTINA.- ¿Y cómo compassión?, ¿no te parece que tengo razón?
- CELESTINA.- Por amor de ti, assí lo haré, mas con condición que mañana no me lo estorbes y que entrés
- CELESTINA.- ¡Dios, que a esso me embiaran acá del otro mundo!; ¿paréceos a vos?
- CELESTINA.- Más déxate tú dessas rufianerías, que te las entiendo yo a ti mejor.
- CELESTINA.- Desso huelgo yo, de dalla a Dios y a todo el mundo. ¿Qué es esto?
- CELESTINA.- Porque no me diste tú lugar, ni me quesiste oýr.
- CELESTINA.- Señora, en buena parte caye, que no se me han passado los días en balde, que bien sé que
- CELESTINA.- ¡Y cómo, hija, tienes razón!
- CELESTINA.- Yo diré mi parecer; mas no tengo dicha, quiero callar.
- CELESTINA.- Pues, señora, lo que a mí me parece para que no haya tantas ydas y venidas y esto se concluya
- CELESTINA.- ¿Quién está aý? PANDULPHO.- Abre, madre, que yo soy.
- CELESTINA.- Válale el diablo, ¿y qué querrá agora este rufianazo?
- CELESTINA.- Hijo, mi amor, yo tengo cierta priessa; dy de aý lo que mandas, que desta ventana te oyré
- CELESTINA.- Ora, sus, yo quiero abrille, y si algo fuere, yo preveniré al tiempo con la necessidad.
- CELESTINA.- Algo es lo que yo digo, mas bien es que no trae armas, y a palabras, palabras.
- CELESTINA.- Hijo, que acabes tu razón, que después yo te responderé; y por cierto, que todo lo que por
- CELESTINA.- Calla señor, que estoy burlando contigo, que ni lo uno ni lo otro no se sufre.
- CELESTINA.- De que quiero que no nos oyan lo que quiero agora dezirte, y por esso, para desmentir las
- CELESTINA.- No prometas más, señor, que basta lo prometido, y mucho huelgo que te hayas empleado en
- CELESTINA.- No te fíes de moços ni moças, señor, que en un día dirán, no sabiendo negociar, lo que no
- CELESTINA.- Pues sea assí, pues no tienes sufrimiento.
- CELESTINA.- Para mí no es menester tan galán, no digan, mal pecado, a la burra vieja, arracadas nuevas
- CELESTINA.- Ta ta ta. ELICIA.- ¿Quién está aý?
- CELESTINA.- Abre, hija, que yo soy. ¡O, hija Areúsa!, ¿acá estás?
- CELESTINA.- ¿Quién, hija? AREÚSA.- El despensero del Arcediano.
- CELESTINA.- ¿Quién es el despensero del Arcediano?
- CELESTINA.- Ya, ya, hija, al cabo estoy; mas mala landre nunca me tome si me acordava.
- CELESTINA.- Él y los buenos años, que, por cierto, huelgo mucho dello.
- CELESTINA.- ¿Cómo es su gracia? AREÚSA.- Grajales. CELESTINA.- ¿Grajales, hija?
- CELESTINA.- Hija Elicia, mira quién llama aý. ELICIA.- ¿Quién está aý?
- CELESTINA.- Bien venga si trae recaudo; ábrele, hija, y suba.
- CELESTINA.- Hijo, mi amor, ¿qué buena venida es ésta?
- CELESTINA.- Según esso, el manto deves de traer.
- CELESTINA.- Más cortos los passos y larga la bolsa quisiera yo este galán.
- CELESTINA.- Jesús, hijo, no digo sino que no tengo yo tan cortos los passos para no abaxar a recebir
- CELESTINA.- No hables en esso, mi amor, que no soy tan mal criada.
- CELESTINA.- Señor Felides, ¿y para qué tomavas tanto trabajo?
- CELESTINA.- ¿Dasme licencia? PONCIA.- ¡Di ya, ahora, madre, que me congoxo!
- CELESTINA.- Hija, pues el enamorado questá muerto por ti, sabe que es Jesuchristo, que de amores de
- CELESTINA.- ¿Y quién havía de ser, bova, diziéndotelo yo?
- CELESTINA.- He, he, he; por tu vida, hija, que no lo conozco.
- CELESTINA.- ¡Ay hija, ay hija! ¿Qué seguro tienes tomado de Dios para bivir más que yo?
- CELESTINA.- Hija, será de celos, que es mi enamorado.
- CELESTINA.- No te vayas, hija, que no es cosa que no puedes oýr.
- CELESTINA.- He, he, he; en forma estoy namorada desta perla de donzella.
- CELESTINA.- Señora, esto más me paresce yjada que no madre.
- CELESTINA.- Pues Quincia, mi amor, tomarás y harás un saquito tan largo como la yjada, y enchillo has
- CELESTINA.- Esto es que yo desseava. PALTRANA.- ¿Qué dizes, tía?
- CELESTINA.- Señora, que no tengo de cosa más desseo que de esso, especial con tal compañía.
- CELESTINA.- Por cierto, fresco y deleytoso lugar es éste, no paresce sino paraíso.
- CELESTINA.- Hija señora, hay tantas cosas que no se pueden dezir ni contar.
- CELESTINA.- Ya, hija, me han preguntado essa niñería otra vez.
- CELESTINA.- Ya lo digo, que por mi vida, que no lo bevo yo todo; y callémonos, no nos oyan reñir sobre
- PALANA.- Yo soy, que quiero dos palabras a la señora Celestina.
- CELESTINA.- ¿Quién es Palana? ELICIA.- ¡O, Jesús madre, qué mala memoria tienes!
- CELESTINA.- Pues ¿qué quiere ella en mi casa?
- CELESTINA.- Por Dios, que estamos buenos; dile, hija, que se vaya con Dios, que no son tales mugeres
- CELESTINA.- Hija, dexa essa borracha, y déxate destar con ella acullá fue mas acullá vino desde la ventana
- CELESTINA.- ¿Quién, hija? ELICIA.- Un criado de Felides llamado Pandulpho.
- CELESTINA.- No cayo en quién es Pandulpho. CENTURIO.- He, he, he.
- CELESTINA.- ¿De qué te rýes, hijo?
- CELESTINA.- ¿Cúyo hijo es éste?
- CELESTINA.- Sí conoscí.
- CELESTINA.- Como a mí mesma; que por mi vida, para con nosotros, que yo la vendí tres vezes por virgen
- CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
- CELESTINA.- Hija, dile que entre. ELICIA.- Señor Pandulpho, que subas.
- CELESTINA.- Hijo, ¿es cosa de priessa? ¿Levantarme he?
- CELESTINA.- Pues siéntate, hijo, y alcança dos bocados, por amor de mí.
- CELESTINA.- Hijo, assí lo dize el poeta, quel amor más enciende sus llamas, quanto le ponen mayor defensión
- CELESTINA.- ¿Pues tras quáles cabras ando yo? FELIDES.- ¿Qué dizes, madre?
- CELESTINA.- Digo que no es tras esso lo que yo ando.
- CELESTINA.- ¿Y aconsejarme hías tú, señor, que lo hiziesse?
- CELESTINA.- ¿Y el alma, señor?
- CELESTINA.- Hijo, ésse es una especie de pecar en el Espíritu Santo, pecar en confiança de la misericordia
- CELESTINA.- Pues assí es, dame camino para Elicia.
- CELESTINA.- ¿Prométeslo assí? FELIDES.- Sí prometo.
- CELESTINA.- Bien dizes, hijo.
- CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
- CELESTINA.- Hijo, no has tú dicho hoy cosas para salir yo de noche; quien tiene enemigos no le comple
- CELESTINA.- Hijo, no quiero yo veros ni verme en esse peligro; por tu vida, que de noche todo el mundo
- CELESTINA.- Y contigo vaya, hijo. Y si allá hay algún manto prestado, yo yré luego.
- CELESTINA.- Para mi santiguada, que pienso que tengo un enfermo, con que le purgue de suerte que mudemos
- CELESTINA.- Hijo, súfrete, que aún agora no se puede dezir, que si fuere menester tú lo sabrás.
- CELESTINA.- Tómala tú, hijo, y no estés en díselo tú.
- CELESTINA.- Pues si lo sabes, sábe en tu casa, hijo, que en la mía yo sé lo que me cumple, pues ya sabes
- CELESTINA.- Después de me quebrar la cabeça, me unta el casco.
- CELESTINA.- Harto, hijo, tengo que entender en mis duelos, sin curar de los agenos, que a cada parte
- CELESTINA.- Pues que estuviesse, ¿no puede ser yda?
- CELESTINA.- Si tengo la culpa, hijo, ya tengo recebida la pena, que quien en ruin lugar haze leña, ya
- CELESTINA.- Ya no puedes, hijo, a lo menos, dexar de sello comigo, como lo has sido.
- CELESTINA.- Elicia, súbete arriba y déxate de secretos, hija. ELICIA.- ¡Ay, tía!
- CELESTINA.- Hijos, por mi amor, tal cosa no se haga. ¡O, desventurada, que corriendo van!
- CELESTINA.- Pues mira qué vino quedó en el cangilón, para que si no tenemos vino embiemos por ello,
- CELESTINA.- De mala gana lo hago en saver que hay poco vino, mas por ti lo quiero hazer; porque, por
- CELESTINA.- Dígote que uno es el juego por hazer comparación, para poner un muchacho con buen vino anejo
- CELESTINA.- Déxate de bozes, y lo que yo dixere tenlo por fe, si no lo alcanças por razón; y cenemos
- CELESTINA.- Ora yo quiero ver, hijos, si tira pernadas este cangilón, para varealle y hazer que passe
- CELESTINA.- ¿Y vos también motejáys?
- CELESTINA.- ¿Y vos también tomáys ya de Barrada a dezir donayres?
- CELESTINA.- A osadas, hijo, que según sabes bien empinar, que se te parece bien que aprendiste el officio
- CELESTINA.- Por mi vida, hijo, que quando yo caý con él, que ya venía el señor turco herido de más de
- CELESTINA.- Por mi vida, pues que no eres tú tan mal çurujano, que no llegaste tú por presto que yo
- CELESTINA.- Por mi vida, hijo, que lo eres tú, aunque no has ydo allá ni has visto las rebelaciones
- CELESTINA.- ¿Qué dizes tú, hijo Grajales?
- CELESTINA.- ¡Ándate aý a dezir donayres, hijo!
- CELESTINA.- ¿Pues qué pensavas, bovo?
- CELESTINA.- Hijo, por mi vida, que no los tomara sino por lo que tengo dicho, que harta vergüença se
- CELESTINA.- ¿Qué dizes el dezidor? Alguna gracia, a osadas, estás tú agora comidiendo.
- CELESTINA.- ¿No lo digo yo que algo es ello?
- CELESTINA.- ¿A qué propósito, mi amor, dizes?
- POLANDRIA.- Ya, Celestina, no me digas más, ya se te ha gastado el cevo, que descubres el sedal con
- CELESTINA.- Hija señora, mejor viva yo que entiendo lo que dizes.
- CELESTINA.- Malo va esto como el diablo. POLANDRIA.- ¿Qué dizes entre dientes?
- CELESTINA.- Señora, ¿qué tengo de dezir, viéndote tan sospechosa de mi innocencia y diziendo que entiendes
- CELESTINA.- Señora, no me deshonrres mis canas y dañes mi crédito, que a mí no me embía nadie a dezir
- POLANDRIA.- A otro perro con esse huesso, Celestina. CELESTINA.- ¿Qué huesso, señora?
- CELESTINA.- Señora, Dios es santo, que yo pecadora a Él me siento, y indigna de ser suya y llamarme
- CELESTINA.- Señora, como a mis entrañas, que no vengo a otra cosa.
- CELESTINA.- Ora, señora, dexemos uno y tomemos otro, que, como dize el proverbio, cada cosa en su tiempo
- CELESTINA.- ¿Es aquí o aquí?
- CELESTINA.- Bendígate Dios tal cuerpo, señora; por cierto, la señora Polandria con su niñez no puede
- CELESTINA.- A osadas, señora, que no tienes necessidad de dezillo, que por lo presente se parece bien
- CELESTINA.- A osadas, hija señora, que no tiene necessidad de me lo dezir, que por el hilo saco yo bien
- CELESTINA.- Pues oye, que sí diré.
- CELESTINA.- Pues más que esso sé yo, mas no te lo quiero dezir, pues te hazes tan santa.
- CELESTINA.- ¿Dasme licencia? POLANDRIA.- Sí, pardiós.
- CELESTINA.- Ora, que no te lo quiero dezir, que te enojarás.
- CELESTINA.- Pues si acertare no me has de encobrir la verdad.
- CELESTINA.- Pues, en mi alma, que yo sé que no lo quieres mal; y no me maravillo, porque un hombre que
- CELESTINA.- Que después acá he pensado en lo que te dixe y llevo un scrúpulo, y por descargo de mi conciencia
- CELESTINA.- Pues con esto me voy, y Dios quede contigo.
- Argumento de la XXI Cena CELESTINA va a Sant Martín y dize a FELIDES que tiene ganado de POLANDRIA
- Y introdúzense: CELESTINA, FELIDES, PANDULPHO, SIGERIL.
- CELESTINA.- ¡O, hermosa astucia!, ¡o, linda cautela!, ¡o, maravillosa burla!
- FELIDES.- Válame Dios, aquélla me paresce a Celestina; sí, ¿es ella?, ella es, por Nuestro Señor.
- Argumento de la XXII Cena CELESTINA va a su casa y muessa a ELICIA las doblas, y en esto PALANA
- Y introdúzense: CELESTINA, ELICIA, PALANA, VEZINAS. CELESTINA.- Ta ta.
- CELESTINA.- Abre, hija Elicia, que yo soy.
- CELESTINA.- Ay, hija, poco cuydado tienes de lo que yo, yva para quien le cumple.
- CELESTINA.- A la fe, hija, de mi oficio; y no aprendas y ándate aý con tu Crito a cuestas, que al cabo
- CELESTINA.- Ora hija, pasarse ha la mocedad, y quando viniere el tiempo que des los cañibetes, estonces
- CELESTINA.- Hija, por tu vida, que no me estés contando las vezes, pues yo no te arriendo los escamochos
- CELESTINA.- Torna acá, Elicia, no te yguales con essa borracha.
- .- Celestina, con lo que vos bevés me emborracho yo.
- CELESTINA.- Déxala, hija, que dize la verdad, que Séneca dize que estonces es la muger buena, quando
- VEZINAS.- Anda, en mal punto, ¿y con Celestina, vieja honrrada, te has de tomar?
- .- ¡Como si no supiéssemos aquí quién es Celestina, a cabo de ser coronada tres vezes por alcahueta!
- CELESTINA.- ¡O, mala muger averiguada!
- CELESTINA.- ¡Dexámela, dexámela; que por el siglo de mi padre de hazelle pedaços esta rueca en la cabeça
- Argumento de la XXXIV Cena En que AREÚSA llama a la puerta de CELESTINA y ábrela ELICIA, y dize
- Y introdúzense: AREÚSA, CELESTINA, ELICIA, BUZARCO, GRAJALES, BARRADA.
- CELESTINA.- Mira, hija, quién llama allí.
- CELESTINA.- Ella y los buenos años vengan.
- CELESTINA.- Ello sea enhorabuena, hija; y a osadas, que algo de bueno deves tú de traer, que nunca tú
- CELESTINA.- A osadas, hija, que no sea mala, que yo lo tengo por tan complido y por tan hombre de bien
- CELESTINA.- ¿Y cómo es su gracia?
- CELESTINA.- Aguarda hija, por cierto, que pienso que conozco yo esse hombre de bien, veamos ¿él no es
- CELESTINA.- Aguárdate, hija, que en el pico de la lengua tengo a su madre; ¡válame Dios, y cómo tengo
- , aguarda, aguarda, ¿cómo se llamava, Celestina?
- CELESTINA.- Hijo, ¿no quieres que llore, padeciendo mi honrra con tan falso testimonio?
- CELESTINA.- Hijo, mi amor, en otras cosas no me quiero alabar, que, mal pecado, yo me conozco por pecadora
- CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
- CELESTINA.- Mal siglo, hijos, les dé Dios a señores y criados allá donde están, que tal han parado mi
- CELESTINA.- ¡Ándate aý a dezir donaires!
- CELESTINA.- Pues, hijo, como crees en Dios, cree lo que te tengo dicho; y no estás engañado en el amor
- CELESTINA.- Bien venga el señor Grajales y la compañía.
- CELESTINA.- Por cierto, presencia tiene él para que yo gane en tal conoscimiento.
- CELESTINA.- Hijo, haziendo está una cama arriba.
- CELESTINA.- Haze bien, que no es desvergonçado como tú, que estás diziendo malicias.
- CELESTINA.- Tú lo desembolverás presto, a osadas, hijo.
- CELESTINA.- ¡Ay, putillo, deslavadillo!
- CELESTINA.- Por tu vida, hijo, que es tuya también como mía.
- CELESTINA.- Pues assí queréys, hija Elicia, sube tú, mi amor, allí por unas pajas con que se limpien
- CELESTINA.- Andad acá vosotros, hijos, yrnos hemos a reposar.
- CELESTINA.- Pues mirad, mal ora, que no os sientan; que yo me voy a reposar, y vosotros quedáys a Dios
- ELICIA y BARRADA passan en el sobrado muchas razones, acechándolos GRAJALES y AREÚSA, y al ruydo acude CELESTINA
- ; y estando con ellos, llegan CENTURIO y ALBACÍN y quieren entrar, y despídelos CELESTINA por buena maña
- Y entrodúzense: ELICIA, BARRADA, AREÚSA, GRAJALES, CELESTINA, CENTURIO, ALBACÍN.
- que conozcas la voluntad que te tengo y el desseo de servirte, de lo qual ya tengo dado a la señora Celestina
- CELESTINA.- Por tu vida, hijo, no, sino que en beviendo qualquier vino luego diré dónde es.
- CELESTINA.- Hijo, por tu vida, que no dieras tú peor del viento que yo, ni cayeras con la perdiz menos
- CELESTINA.- No, por tu vida, hijo; antes, aquel tu moço, Buzarco, dixo que era de Luque, pero a mí no
- CELESTINA.- Por tu vida, hija, tal no oý mas no me dexarás tú a mí mentir.
- CELESTINA.- Para esso, hija, tienes tú mucha vergüença, mas no para sacar la mía a la plaça desmentiéndome
- CELESTINA.- ¿Qué dize? GRAJALES.- Que el potro, primero de otro.
- CELESTINA.- No, a osadas, hijo, que bien se le paresce a la mochacha, que tan boçal está, que despantadiza
- CELESTINA.- He, he, he. Ay, putillo, ¿y esso me tenías guardado?, ¿tan buen ginete eres?
- CELESTINA.- Atiéntale el freno, hijo, pues le haze abrir la boca.
- CELESTINA.- Por el siglo de mi madre, que lo puedes bien dezir; que tan niña la conosció su esposo,
- CELESTINA.- Hijo, ¿y qué mal es el suyo?
- CELESTINA.- Hijo, si es mal de pena, yo holgaré de consolarle, porque Dios dizen los theólogos que es
- CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
- CELESTINA.- Hijo, muerte de padres, de madres, y de hijos y hermanos, pérdidas de haziendas, con otros
- CELESTINA.- He, he, he; hijo, esse mal más propio es de culpa de mirar y otras ocasiones; que la pena
- CELESTINA.- Pues, hijo, ¿qué hallas tú en los amores para que no lo sea?
- CELESTINA.- Señora, bésote las manos; mas, ¿de qué es esse mal que te tiene en la cama tan fatigada
- CELESTINA.- Donzella de oro, hazed traer una poca de lumbre, y calentaré las manos y tentaré a su merced
- CELESTINA.- Señora, mal pecado, la espiriencia me ha hecho maestra, porque ya sabéys que no hay tal
- CELESTINA.- ¿Rýeste de lo que digo, señora?
- CELESTINA.- ¡Ay, gesto de ángel, con qué gracia lo dizes!
- CELESTINA.- No se entenderá aquí esso, que, por cierto, ni tiene ella cara ni presencia para lo dezir
- CELESTINA.- Sí querrá, señora.
- CELESTINA.- Aquí parésceme que pueden dezir que en casa del alboguero todos lo son, que también esta
- CELESTINA.- ¡Ándate aý con tus vergüenças!
- CELESTINA.- Que venga él; y si mucha vergüença huvieres, háblele Poncia, y en dos palabras dígale el
- CELESTINA.- Señora, ¿tú quieres y has gana casarte con este cavallero?
- CELESTINA.- ¡Ándate aý a dezir donayres!
- CELESTINA.- Pues si lo quieres da al diablo essas vergüenças, que barba a barba, vergüença se acata.
- ¡Guayas de Celestina, que pienses tú de entender mis razones a cabo de mis ochenta años a cuestas, teniendo
- CELESTINA.- ¡Ay, hija, angelito, angelito!
- ¿Y a Celestina avisas tú de secreto? ¡Dolor de mí!
- CELESTINA.- Hijo, yo lo creo, que tampoco no lo digo tanto por mí como para que no te dañe la conversación
- CELESTINA.- ¿Paréscete, hija, si te dexo bien rascado aquell asno para hazelle sufrir el albarda?
- CELESTINA.- Pues a ti lo digo, mi hijuela, entiéndelo tú, mi nuera; que no lo dixera yo tanto por escantarle
- CELESTINA.- ¿Fuesse ya Crito? ELICIA.- ¿Quándo diablos se havía de yr?
- CELESTINA.- Pues no le hables de aquí adelante sino fingendo que yo no lo sé ni me passa por piensamiento
- CELESTINA.- ¿Qué Crito, ni qué Crita?
- CELESTINA.- Elicia, lo que he visto o lo que no he visto, esto mando yo, y en mi casa hase de hazer
- .- No le pesaría desso a Celestina. FELIDES.- ¿Qué estáys rezando?
- CELESTINA.- No havía yo menester tantos bachilleres como aquí veo.
- CELESTINA.- Señor, que no es menester; déxelos, que son moços y huélganse, que a los mancebos de qualquiera
- CELESTINA.- No, por mi vida, señor, sino súbanse al fuego arriba, para Elicia, que es moça y passarán
- CELESTINA.- Señor, agora que estamos solos, ¿qué mal es el tuyo?
- CELESTINA.- Bien librada estava yo si tú no lo tuviesses ya perdido.
- CELESTINA.- No digo, señor, sino que no fue mi tiempo perdido, que supe assí rodear mis lisonjas con
- CELESTINA.- Alaçé, sola; y díxele tales razones con que, por evitar prolexidad, queda de suerte que
- CELESTINA.- El harto, del ayuno no tiene cuydado ninguno; caro me costaría a mí tanta prolexidad.
- CELESTINA.- Señor, que no quieras por agora saber más, porque hasta llegar a este fin todo fue rigor
- CELESTINA.- Señor, bésote las manos por la merced, y mejor será, secretamente, que me la hagas en dineros
- CELESTINA.- ¿Qué es esso que a la postre digeste entre dientes?
- CELESTINA.- Que no está por salir.
- CELESTINA.- Ora, por Barrada quiero hazer lo que no tenía determinado. ¡Baxa acá, Elicia!
- CELESTINA.- Baxa acá, hija, que assí te quiere él.
- CELESTINA.- ¿Para qué le hazes subir? ¿Ya le quieres hazer como tú, desvergonçado?
- CELESTINA.- Mirá nos vean. BARRADA.- Dios te salve, señora hermosa.
- CELESTINA.- ¿Qué quieres dezir por esso?
- CELESTINA.- ¿Qué quebrar o qué nada? Sé, que rey tenemos, déxame parar a aquella ventana.
- CELESTINA.- Voto yo a ésse que vos juráys que la justicia sepa lo que pasa.
- CELESTINA.- ¿Qué garçones y qué nada, y qué fieros?
- CELESTINA.- ¿Qué abrir? Aguarda, que sí abriré.
- CELESTINA.- Dacá, dacá mi manto, veamos qué fieros y qué burlería es ésta desta noche.
- CELESTINA.- Allá yréys, rufianazos. ¿No veys con qué se venían aora?
- CELESTINA.- Tú puedes, hijo, dormir a sueño suelto.
- CELESTINA.- Ora, hijo, que conoscido está tu esfuerço; y nunca te pongas con los tales a aventurar la
- hablando y topan a TRASO EL COXO y a TRIPA EN BRAÇO, y acuerdan de dar un repiquete de broquel en casa de CELESTINA
- ; y van y sale CELESTINA para se quexar, y ellos se van; y queda ella y ELICIA hablando, y vienen BARRADA
- Y entrodúzense: CENTURIO, GRAJALES, BARRADA, ALBACÍN, TRASO EL COXO, TRIPA EN BRAÇO, CELESTINA
- CELESTINA.- Pues hazerlo assí, hija; que aun, por mi vida, el dolorcillo de la madreja la noche de Pármeno
- CELESTINA.- Declárate, señora, que me suspendes con tus sospechas.
- CELESTINA.- ¿Que lo dirás a mi señora? Desso huelgo yo.
- CELESTINA.- No creas tú, señora, antes de tiempo, que mi urdidura no tiene malos liñuelos; suplícote
- CELESTINA.- No digas, señora, que me embía, que si otra mi ygual fuera ya lo huviera respondido.
- POLANDRIA.- Passo, passo, Celestina, no hagas essas algaradas.
- CELESTINA.- ¿Qué passo, passo?
- CELESTINA.- Esta muchacha no es necia, aunque no ha ydo a los infiernos como yo.
- CELESTINA.- Hija, digo que no vi cosa más en los infiernos castigarse que encubrir nada de la hazienda
- CELESTINA.- ¿Rýeste, por mi vida, de que te caý en el cantar?
- CELESTINA.- Areúsa, no me hagas de ojo, que al buen entendedor pocas palabras; que la verdad es que
- CELESTINA.- ¿Qué dizes, hija?
- CELESTINA.- Assí que, tía, de la burla tú llevaste lo mejor.
- CELESTINA.- ¿Y cómo lo mejor?
- CELESTINA.- Subíos vosotros arriba, y ábrele, hija.
- CELESTINA.- Hijo, y tú vengas con su gracia.
- CELESTINA.- Pues, hija Elicia, súbete arriba. ¿Qué es lo que mandas, hijo?
- CELESTINA.- Hijo, mi amor, que le beso las manos, que no se espera menos de tal persona, y que es tanto
- CELESTINA.- Por mi vida, sí tomarás.
- CELESTINA.- Hijo, y Él vaya contigo; y ruégote que te aproveches desta casa como de la de tu amo.
- CELESTINA.- Ora yo quiero durmir, pues tengo ya cobrada buena fama, que aquellos mancebos no se apartarán
- Argumento de la XX Cena PALTRANA dize a QUINCIA que mire quién llama, y ella dize que CELESTINA
- Y entrodúzense: PALTRANA, QUINCIA, CELESTINA, POLANDRIA, PONCIA.
- CELESTINA.- Hija, di a la señora que está aquí una criada y servidora suya.
- Señora, mala muerte me tome si Celestina, la que resucitó, no está allí.
- CELESTINA.- Paz, salud, descanso sea en esta casa.
- CELESTINA.- Señora, yo te beso las manos, y por essa voluntad que yo siempre de ti conoscí, que como
- Argumento de la VII Cena En que ZENARA, manceba del ARCEDIANO, passa con CELESTINA grandes cosas
- , sobre los celos que CELESTINA le dize que ha tenido del ARCEDIANO viejo, en la casa donde estava ascondida
- Y entrodúzense: ZENARA, CELESTINA, el ARCEDIANO, el PUEBLO, ELICIA, AREÚSA.
- CELESTINA.- ¿Cómo? ¿Cómo, comadre?
- CELESTINA.- Assí es; mas también, comadre, muchas vezes, haziendo bien se recibe mal.
- CELESTINA.- Tú me tienes entendida, y a buen entendedor pocas palabras, porque al sabio no es menester
- CELESTINA.- Pues yo por romance lo tengo; porque yo, comadre, siempre me precié de ser muy clara con
- CELESTINA.- Ora señor, yo te tengo, como a señor, dada cuenta de mi vida; dime tus duelos, pues has
- CELESTINA.- ¿En mis manos, señor?, pluguiesse a Dios, que no la procuraré menos que la mía propia.
- CELESTINA.- He, he, he. FELIDES.- ¿Rýeste, madre? ¿Piensas que burlo?
- CELESTINA.- No pienso que burlas, señor, mas rýome que para mí no es entender en tales burlas.
- CELESTINA.- Jesú, señor mío, ¿y tal cosa me havías a mí de dezir, sobre ochenta años a cuestas, muerta
- CELESTINA.- Ésse te daré yo de muy buena voluntad, que será que te apartes de tales pensamientos, en
- CELESTINA.- Pues te paresce, hija, toma tu manto, y cierra essa puerta y vamos.
- Argumento de la XXIII Cena ELICIA dize a CELESTINA cómo viene AREÚSA a vellas, y tras ella viene
- PANDULPHO, y luego FELIDES, y PANDULPHO y SIGERIL burlando dél, de que había en seso con el senado de CELESTINA
- Y entrodúzense: ELICIA, CELESTINA, AREÚSA, CENTURIO, FELIDES, PANDULPHO, SIGERIL, CANARÍN.
- CELESTINA.- A la fe, hija, los malhechores no es cosa nueva andar por yglesias.
- CELESTINA.- ¡Qué dimonios de escarapela!
- Argumento de la XIX Cena PANDULPHO va a casa de CELESTINA con el manto, y, después de ydo, CELESTINA
- Y introdúzense: PANDULPHO, CELESTINA, ELICIA, CRITO.
- CELESTINA.- Mira, hija Elicia, quién llama a la puerta.
- CELESTINA.- Anda, mi amor, ábrele, que a este su amo no se le deve de cozer el pan.
- CELESTINA.- Hijo, ¿qué buena venida es ésta?
- CELESTINA.- Hijo, él es mejor que yo le puedo mereçer a Dios; que plega a Dios, hijo, que él biva muchos
- CELESTINA.- ¿Qué dizes, hijo?
- CELESTINA.- Tal sea mi vida y tal sea mi vejez y tal sea mi alma, como esso me contentado ha.
- CELESTINA.- Que te guardes del diablo, señora, y por los ojos que en la cara tienes, que no le oyas
- CELESTINA.- No me parece mala señal ésta, pues no quiere dexar la plática.
- CELESTINA.- Jesús, señora, ¿y si me lo dixera, havíatelo yo de dezir?
- CELESTINA.- ¡Ay, señora, y quán mal me tienes conocida!
- CELESTINA.- Calla, hija, que a ti te verná tu Sant Martín otro día, y andacá.
- CELESTINA.- Esso yo lo llevo a cargo, que no he rescebido mercedes para olvidar esta casa.
- CELESTINA.- ¿Qué dize la donzella graciosa?
- CELESTINA.- ¡Ay, traydora, ojos de arrebatacoraçón!, no dezías tú esso, en mi alma.
- CELESTINA.- Mi hija, por tu boca te condenas, que de havellas murmuravas de lo que dezía.
- CELESTINA.- Hija, para las hechas no hay mejor edad que la tuya, ni para las sospechas que la mía, porque
- CELESTINA.- ¡Ay, traydora!
- CELESTINA.- ¿Burlas?
- CELESTINA.- ¿Quieres que te lo diga?
- CELESTINA.- Ora pues, con essa seguridad yo voy, en el nombre de Dios, con intención de emendar mi vida
- CELESTINA.- ¡Válasme Dios, y qué de gente paresce y viene a mí, como si fuesse lechuza o búho que camina
- Aquélla, Celestina, la que mataron los criados de Calisto, paresce. ¿es alguna visión?
- CELESTINA.- Válalos el diablo, ¡y qué mirar que tienen!
- ELICIA.- ¡Ay, hermana mía, que mi madre Celestina paresce!
- CELESTINA.- ¡Ay bovas, y no hayáys miedo, que yo soy!
- CELESTINA.- ¡Ay bova, bovita!; ¿y de qué das gritos, loca?
- Formatos:
-
Resultado número:2 Estudio crítico
- Título:
- Un memorial autobiográfico de D. Diego de Torres Villarroel - Registro bibliográfico
- Autor:
- Entrambasaguas, Joaquín de, 1904-1995
- Portal:
- Diego de Torres Villarroel Visitar sitio web
- Mat. aut.:
- Torres Villarroel, Diego de (1693-1770)
- Fragmentos 'la segunda celestina' en la obra : (5 coincidencias encontradas)
-
- Cuando se casó por segunda vez con el marqués de Almarza, don Vicente de Guzmán, adoptó el matrimonio
- Piscator Othomano, jardinero de las estrellas, Sarrabal de Moscobia y nuevo Merlín de Europa con la madre Celestina
- Nada se sabe acerca de si el Real Consejo accedió a esta segunda y más eficaz petición de Torres Villarroel
- Mundo sin tocar el vizcocho11, es un desconsuelo, que me haze creer, que para mi solo se guardaba esta segunda
- vn librito del Padre Parra39; en menos, en la Car37 El bizcocho o galletas es un «pan que se cuece segunda
- Formatos:
-
Resultado número:3 Estudio crítico
- Título:
- Estudios y ensayos de investigación y crítica : de la leyenda de Rosamunda a Jovellanos / Joaquín de Entrambasaguas - Registro bibliográfico
- Autor:
- Entrambasaguas, Joaquín de, 1904-1995
- Portales:
- Fondo Antiguo de Universidades y Colecciones Singulares Visitar sitio web | Universidad Castilla-La Mancha. Fondo colección Joaquín de Entrambasaguas Visitar sitio web | Universidad de Castilla-La Mancha Visitar sitio web | Gaspar Melchor de Jovellanos Visitar sitio web
- Materia:
- Literatura española Historia y crítica
- Fragmentos 'la segunda celestina' en la obra : (20 coincidencias encontradas)
-
- Segunda época. Volúmenes X y XI. T.
- las obras más trascendentales de la literatura española, sólo rival, desde este punto de vista, de La Celestina
- Segunda edición, T. III, Vol.
- xvi por el Renacimiento Español y su curva ascendente, desde la corte de Enrique IV, el Corbacho y la Celestina
- aquí que pese a todas estas precauciones, puede surgir veneno en la triaca misma y la dueña ser una Celestina
- ENTRAMBASAGUAS madre y le encomendará su secreto, como un lugar sagrado, y le contará lo que la malvada [celestina
- es tal vez la causa de que se echen de menos algunas obras y autores que no se nombran siquiera: la Celestina
- La Soledad segunda está en verso. (Véase Poesías).
- Parte segunda 14. Madrid, 1659. Parte Segunda de David Perseguido, y alivio de lastimados.
- Parte Segunda de David Perseguido, y alivio de lastimados.
- Parte Segunda: No hemos encontrado ejemplar.
- Segunda y Tercera partes: no conocemos ejemplar. Rara.
- Primera Parte, [y Segunda y Tercera]. Madrid. 1759.
- Parte Segunda de David Perseguido. Madrid. 1656.
- Corregidas y enmendadas en esta Segunda impresión.
- Segunda edición de la Primera parte y primera de la Segunda.»
- Piscator Othomano, jardinero de las estrellas, Sarrabal de Moscobia y nuevo Merlín de Europa con la madre Celestina
- Segunda edición, corregida y aumentada. Tomo I. Madrid, 1967.
- Segunda edición, corregida y aumentada. Tomo II. Madrid, 1967.
- Segunda Parte. Censura coetánea de una poesía de Lope de Vega.
- Formatos:
-
Resultado número:4 Texto
- Título:
- Libro del esforzado caballero don Tristán de Leonís y de sus grandes hechos en armas (1528) / [edición de Adolfo Bonilla San Martín] - Registro bibliográfico
- Portal:
- Libros de caballerías Visitar sitio web
- Pub. orig.:
- Sevilla, Juan Cromberger, 1528
- Materias:
- Novela de caballería española | Caballeros y caballería
- Fragmentos 'la segunda celestina' en la obra : (6 coincidencias encontradas)
-
- , uállero para el, e dieronse tan grandes golpes yo quiero vedar el passo de Tintoyl, e quie- de la segunda
- Entiendo quefesesta la vez primera que el nombre de estar aquí, e yo querría que vosotros fuesseuna tia- Celestina
- tiraron afuera, e luego se leuantaron, e fueron el vno para el otro, e conbatieronse los caualleros de la segunda
- tome venganza del»; e luego se fueron a ferir de muy grandes golpes y espessos el vno al otro de la segunda
- La segunda, porque el dixo primero su nonbre.
- La segunda fue Tseo la Branda.
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