Encarecióme tanto Vuestra Excelencia, el día de aquel insigne torneo, la gallardía, destreza y gala con que se representó El premio de la Hermosura por lo mejor del mundo, que habiendo de salir a luz esta tragedia, que tuvo en otra ocasión las mismas calidades, he querido ofrecerla a su entendimiento y honrarla de su nombre, seguro de que los dueños de la traza, y que con tanta gracia y gentileza la representaron, darán por bien empleado mi pensamiento, y mi elección por justa. Reciba Vuestra Excelencia este reconocimiento humilde, en tanto que con mayores musas canto las hazañas de su Excelentísimo padre en Flandes, que tanto dejó que imitar con su heroica vida, y que sentir con su temprana muerte. Dios guarde a Vuestra Excelencia.
Lope de Vega Carpio.
Acto I |
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Salen MENANDRO y TIMBREO, pastores.
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[Quintillas.]
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MENANDRO | Prosigue, amigo Timbreo, | | la relación de tu mal; | | que ya sus desdenes creo. | |
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TIMBREO | Ver tu sentimiento igual | | a mis desdichas, deseo. | 5 | Como digo, entró Camila | | en el templo de Diana; | | seguí sus rayos, y vila | | como el alba, entre oro y grana, | | menudo aljófar destila. | 10 | Huyó la noche de ausencia | | luego que su luz salió. | | Más con esta diferencia: | | que el campo reverdeció, | | y me abrasó su presencia. | 15 | Iba con otras, y entre ellas | | excedía las más bellas | | lo que excede al cuerpo el alma, | | al mirto humilde la palma, | | y la luna a las estrellas. | 20 | Las colores que tenía, | | aunque al rubí y esmeralda, | | la rosa y clavel vencía, | | envidiaba la guirnalda | | que sus cabellos ceñía. | 25 | Cegaba el vellos tan bellos, | | que el aire formaba de ellos | | ondas, como suele el mar: | | pienso que para anegar | | mil vidas y almas en ellos. | 30 | Iban los azules velos | | de sus ojos, dulce guerra | | de amor, vistiendo los cielos; | | porque cielos en la tierra, | | daban a los cielos celos. | 35 | El vestido pudo hacer | | envidia a su compostura; | | que el saberse componer | | no es la menor hermosura | | de una gallarda mujer. | 40 | Las cuatro esferas primeras, | | Menandro, en Camila vieras: | | la luna en el pie gentil, | | de donde el florido abril | | sacaba las primaveras. | 45 | La esfera de Venus bella | | era el cuerpo, el dulce hablar | | Mercurio, el sol en la estrella | | del rostro. |
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MENANDRO | Aprenda a pintar | | la naturaleza, de ella. | 50 | si no es arte que te debe. | | Pero prosigue, que es breve | | el tiempo. |
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TIMBREO | A la lumbre pura, | | Menandro, de su hermosura | | llegué, convertido en nieve. | 55 | Fuíla a hablar, pero sentí | | asir la lengua al temor, | | y quedé fuera de mí: | | pero venciendo el amor, | | de tres veces, dije así: | 60 | «Pastor a de ojos serenos, | | aunque de mil rayos llenos, | | ¿cuándo vida me darás?» | |
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TIMBREO | No dije más, | | y me entendiera con menos. | 65 | Quedó entonces tan hermosa, | | como del alba a la risa | | suele salir vergonzosa, | | entre su verde camisa, | | bañada en sangre, la rosa. | 70 | Cuando quiso responder, | | vi que Frondoso llegaba; | | y sin hablar, sólo en ver, | | vi, Menandro, que la amaba. | |
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MENANDRO | Bien se puede conocer: | 75 | que si a Camila tenías | | por espejo, bien verías | | si se miraba Frondoso | | en la luz del rostro hermoso, | | cuando en su cristal te vías. | 80 | Al templo habemos llegado | | de Apolo. |
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TIMBREO | De este cuidado | | me sacará su respuesta. | |
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TIMBREO | Ninfa es ésta | | de extranjero monte y prado. | 85 |
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(Sale ATALANTA, ninfa, con un tocado de muchos velos pendientes con plumas, y el vestido a la traza antigua, con calzadillos o coturnos encintados, y un dardo en la mano.)
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[Canción (canzone).]
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ATALANTA | No desdice al estado | | de una doncella tierna | | querer saber el que tendrá su vida; | | que el femenil cuidado | | que nuestro ser gobierna, | 90 | no es bien que al varonil valor se mida. | | Cuando la edad florida | | a su límite llega, | | es la igual compañía | | lo que es el sol al día, | 95 | y el claro norte al que en el mar navega. | | Los hombres fueron hechos | | para alivio vital de nuestros pechos; | | que, fuera de ser forma | | de la materia nuestra, | 100 | y de nuestras potencias y sentidos | | alma que los informa, | | que los guía y adiestra, | | son Argos del honor, siempre advertidos. | | Amores atrevidos | 105 | defienden el deseo; | | y aun esto no es de suerte | | que con temprana muerte | | no descendiese la mujer de Orfeo | | al centro en que hoy suspira | 110 | contra la fuerza de su dulce lira. | | Saber quiero de Apolo, | | en su templo divino, | | qué esposo quiere darme en casamiento; | | que este cuidado solo | 115 | es solo peregrino | | de mi primero y casto pensamiento. | | Si miro el firmamento, | | unas con otras veo | | sus esferas casadas, | 120 | con manos argentadas. | | La luna abraza al sol, cuyo himeneo | | la alumbra y vivifica, | | y a su humildad los rayos de oro aplica. | | Si contemplo la tierra, | 125 | ¿cuál animal no tiene | | su semejante, con quien ande y viva? | | Cuantas plantas encierra, | | amor las entretiene; | | que su generación de amor deriva. | 130 | Esta hiedra lasciva, | | y esta vid trepadora, | | fresnos y olmos enlazan; | | los espinos se abrazan, | | la tórtola casada gime y llora, | 135 | del caro esposo ausente, | | su centro busca el agua de esta fuente. | | Dígame, pues, Apolo, | | qué esposo será el mío: | | Fórmese de dos almas Androgeo. | 140 | Quien nace para solo | | (cosa que desconfío), | | o es bestia o es deidad; y así deseo | | al yugo de Himeneo, | | rendir el cuello, a ejemplo | 145 | de cuantas cosas miro. | | Pero ¿por qué suspiro, | | si aqueste suntuoso y rico templo | | es, por lo menos, donde | | Apolo por su oráculo responde? | 150 |
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(Salen CAMILA y ALBANIA, pastoras.)
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[Redondillas.]
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CAMILA | [A ALBANIA.] | A buen tiempo hemos llegado, | | que aún está Apolo cubierto. | |
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ALBANIA | Más me mata un bien incierto | | que un daño determinado. | | Pues no pienses que será | 155 | solo aquí nuestro deseo: | | Menandro es aquél. |
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CAMILA | Timbreo, | | Albania, con él está. | |
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ALBANIA | ¿Qué querrán saber de Apolo? | |
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CAMILA | Lo que nosotras también. | 160 |
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ALBANIA | ¿A cuál de ellos quieres bien? | |
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CAMILA | Sí, porque no me forzara | | a declararme, sin ver | | que a quien me inclino a querer, | 165 | a quererme se inclinara. | |
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ALBANIA | ¿Que ninguno de los dos | | te ha dicho amores jamás? | |
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ALBANIA | Pues ¿tú sabes | | lo que yo quiero? |
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CAMILA | Imagino, | | temo, sospecho, adivino. | |
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ALBANIA | Si son nuestros ojos llaves | | de los secretos del alma, | 175 | abre con ellos el pecho. | |
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CAMILA | Ya lo contemplo, y sospecho | | de su tormenta y su calma. | | Que como la imán se va | | tras el norte, a quien camina, | 180 | así amor la vista inclina | | donde el pensamiento está. | |
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TIMBREO | [A MENANDRO.] | Camila, Menandro, viene | | a saber algún secreto. | |
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MENANDRO | Si ella te quiere, ¿a qué efeto | 185 | de tu amor sospechas tiene? | |
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TIMBREO | Albania viene con ella, | | que presumo que te adora. | |
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MENANDRO | De otro sol parece aurora, | | y de otra aurora la estrella. | 190 | (Aparte.) | Disimulé por saber | | a quién amaba Timbreo. | | Tanto a Camila deseo. | | cuanto puede un alma arder. | | Las sospechas que tenía | 195 | de Timbreo, he descubierto. | |
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(Sale FRONDOSO, pastor gracioso, con un pájaro en la mano.)
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FRONDOSO | Por saber si Apolo es cierto, | | o vana su profecía. | | este pájaro he traído | | para poderle engañar; | 200 | que se le pienso mostrar, | | pero en la mano escondido. | | Preguntaréle si está | | vivo: si dice que sí, | | apretaréle, y así | 205 | le diré que muerto es ya. | | Si me dijere que es muerto, | | soltaréle entonces yo, | | diciendo que no acertó, | | y que es su oráculo incierto. | 210 | Con esto, entre los pastores, | | desacreditado ya, | | ninguno amor mudará | | por el fin de sus amores; | | que por lo que pronostica | 215 | de bien, o mal, las mujeres, | | a diversos pareceres | | con sus respuestas aplica; | | y ellas, que no han menester | | achaques para mudarse, | 220 | saben muy bien disculparse | | de querer y aborrecer. | | Ya corrieron la cortina | | de Apolo al sagrado altar. | | Quiero primero escuchar | 225 | lo que a tantos adivina. | |
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(Descúbrese una cortina, y véase en un altar, sobre una basa, el dios APOLO, con su lira, y resplandor de sol en la cabeza, y vayan después que cese la música diciendo así:)
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[Liras.]
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TIMBREO | Dime, sagrado Apolo, | | divino autor del día: | | ¿ama la prenda mía, | | o a mí me quiere solo? | 230 |
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APOLO | Lo que tu prenda quiere, | | ausente vive, y por su ausencia muere. | |
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TIMBREO | ¡Ausente! Pues si agora | | me tiene aquí presente, | | ¿cómo dice que ausente, | 235 | y que su ausencia llora? | | Mas no soy yo a quien ama. | | Erró su centro mi amorosa llama. | |
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(Vase TIMBREO.)
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MENANDRO | Apolo, tú, que mides | | el tiempo con eterno | 240 | curso, y el frío invierno | | del verano divides, | | ¿veráse mi deseo | | a donde el fin de mi esperanza veo? | |
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APOLO | Sirve, pretende, espera: | 245 | todo, el amor lo alcanza. | |
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MENANDRO | ¡Ay, dichosa esperanza! | | Menandro, persevera; | | que el fin de un pensamiento | | es premio de mil años de tormento. | 250 |
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(Vase MENANDRO.)
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CAMILA | Febo, cuyo deseo | | nos dio el laurel hermoso, | | premio del estudioso, | | de las armas trofeo, | | ¿tendré ventura amando? | 255 |
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(Vase.)
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ALBANIA | Padre de cuanto vive, | | artífice del oro, | | ¿querráme quien adoro? | |
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APOLO | A olvidar te apercibe. | 260 |
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ALBANIA | ¿Tú eres Apolo santo? | | No en vano Dafnes te aborrece tanto. | |
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(Váyase.)
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[Romancillo de 7 sílabas
(endechas italianas).]
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FRONDOSO | A todos les ha dado | | su Oráculo fingido | | desabrida respuesta. | 265 | El Dios está mohino. | | Sospecho que es la causa | | que no le han ofrecido | | lo que otras veces suelen. | | Pues si dioses divinos | 270 | responden a los hombres | | con rostro desabrido | | cuando no les dan nada, | | ¿de qué nos afligimos | | si oráculos humanos, | 275 | por interés movidos, | | responden a la ofrenda | | alegres y propicios? | | Si aquellas blancas aras, | | del sacerdote al filo, | 280 | tiñeran de su sangre | | nevados corderillos; | | si las espigas rojas | | del ofrecido trigo | | cubrieran los altares; | 285 | o el oloroso vino; | | si perlas, si diamantes, | | si púrpura de Tiro, | | vistieran su persona... | | mirara lo que dijo. | 290 | Sin interés del premio, | | acuden siempre tibios, | | el soldado a las armas, | | el letrado a los libros. | | No pienso darle nada, | 295 | supuesto lo que digo, | | porque a engañarle vengo | | con este pajarillo. | | Diga, señor Apolo, | | el que pasa los ríos | 300 | sin mojarse los rayos | | de sus cabellos lindos. | | Alquimista famoso, | | que sin mercurios vivos | | sabe hacer oro y plata | 305 | en los crisoles indios. | | El que ve cuanto pasa, | | pasando los resquicios, | | mostrando al cielo a Venus | | con el planeta quinto. | 310 | En esta mano tengo | | cerrado un jilguerillo: | | ¿es vivo, o muerto acaso? | |
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APOLO | ¡Rústico cabrerizo, | | en tu imaginación | 315 | y pensamiento mismo! | | Conforme a mi respuesta, | | le tienes muerto y vivo: | | vivo, si digo muerto; | | muerto, si vivo digo. | 320 |
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FRONDOSO | ¡Vive Júpiter santo, | | que la verdad me ha dicho! | | ¡Tomarse con los dioses, | | temerario delito! | |
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APOLO | Merecieras, Frondoso, | 325 | como Júpiter hizo, | | a los fieros gigantes | | fulminarte en castigo. | | O que, como Anteón, | | en ciervo convertido, | 330 | huyeras de tus perros | | por árboles y riscos. | | Mas porque no te atrevas | | a extranjeros ni a amigos, | | parecerás lo que eres | 335 |
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FRONDOSO | ¡Qué loco y necio he sido! | | Adorno de los cielos, | | lámpara de los signos, | | corona de los días, | | poeta de los siglos, | 340 | medida de los tiempos, | | fitonicida altivo, | | compás de cielo y tierra, | | que desde tu epiciclo | | los miras y gobiernas | 345 | desde que Dios te hizo, | | ¡Ten piedad de Frondoso! | |
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FRONDOSO | Voyme, que estás airado. | | ¡Ay, Júpiter Olimpio! | 350 | todo se lo perdono, | | como no sea pollino, | | porque animal, y necio, | | es desdichado oficio. | |
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(Vase.)
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[Tercetos.]
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ATALANTA | Pues he quedado sola con Apolo, | 355 | quiero saber qué dice a mi deseo; | | que en él espero mi remedio sólo. | | Dime, supremo autor de cuanto veo, | | filósofo divino, sol hermoso, | | Délfico, Delio, Cintio y Didimeo, | 360 | ¿será mi casamiento venturoso? | |
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APOLO | Tarde, Atalanta, y con peligro. |
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ATALANTA | ¡Tarde, | | y con peligro! ¡Ay, cielo riguroso! | | ¡Peligro en el casarme! Dios me guarde | | de casarme jamás. ¡Triste respuesta, | 365 | que me ha dejado el corazón cobarde! | | En dura confusión estaba puesta. | | No la pienso tener de aquí adelante. | | Sola quiero vivir en vida honesta, | | Porque si de peligro semejante | 370 | puedo librarme, no es razón que viva | | sujeta a esposo ni a fingido amante. | | Yo pienso por los montes, fugitiva | | de los hombres, vivir entre las fieras, | | con ellas mansa, con el hombre altiva. | 375 | No me podrán sus burlas ni sus veras | | vencer eternamente, porque venzo | | las alas de los vientos más ligeras. | | Montes de Arcadia, desde aquí comienzo | | (porque del pensamiento que tenía | 380 | de pretender esposo, me avergüenzo) | | a vivir en vosotros. Este día, | | ninfas de bosques, prados, selvas, fuentes, | | me recibid en vuestra compañía. | | Con redes, con ardides diferentes, | 385 | los ciervos, osos, jabalíes y gamos, | | los toros más selvajes y valientes, | |
[Cuarteto.]
| sabré matar, y de sus fuertes ramos | | honrar los frontispicios de los templos. | | Ninfas de Cintia, vamos juntas, vamos. | 390 | Animen mi valor vuestros ejemplos. | |
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(Váyanse, y salgan VENUS y CUPIDO, con su arco y venda.)
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[Quintillas.]
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VENUS | Por estas márgenes hechas | | de clavellinas y rosas, | | sin cuidado y sin sospechas | | podrás matar mariposas, | 395 | Cupido, con esas flechas. | | Blancas, pajizas, doradas, | | verdes, claras y moradas, | | con más ojos que un pavón, | | andan, en esta ocasión, | 400 | seguras de ser tiradas. | | Mátame algunas; que quiero | | entre rosas del tocado | | ponérmelas, porque espero | | aquel sangriento soldado, | 405 | por cuyas hazañas muero. | | Parte, que en el traje humano | | quiero verle en esta selva, | | primero que Apolo indiano | | otra vez a verme vuelva, | 410 | y yo en la red de Vulcano. | |
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CUPIDO | ¡Donaire, madre, tenéis! | | ¿Mariposas me decís | | que mate? Pues ¿no sabéis | | que muerta por mí vivís | 415 | de amor del Dios que queréis? | | ¡Linda caza a quien derriba | | a la garza más altiva | | y al águila más real! | |
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VENUS | Cuando en vuelo celestial | 420 | subes de mi esfera arriba, | | muestra el poder que engrandeces; | | mas cuando estás en el suelo, | | imita lo que pareces. | |
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CUPIDO | Siendo primero que el cielo, | 425 | ¿nombre de niño me ofreces? | | ¿Háceslo para encubrir | | tus años? |
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VENUS | Si mariposas | | no es caza que ha de servir | | a tu gusto, entre estas rosas | 430 | tórtolas siento gemir. | | Ellas y otros pajarillos | | te podrán entretener, | | o de estos verdes junquillos | | puedes a esta sombra hacer | 435 | jaulas en que tengas grillos. | |
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CUPIDO | Quien los pone de prisión | | al más libre corazón, | | ¿cazará grillos del campo? | |
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VENUS | Palomas blancas, que al ampo | 440 | de la nieve iguales son, | | por ser quien mi carro tira, | | te mandaba no tirar; | | ya te doy licencia. |
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CUPIDO | Admira | | que mandes ejecutar | 445 | flechas de amor, armas de ira, | | en aves simples, señora; | | porque yo a las bravas tiro, | | donde la fiereza mora. | |
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VENUS | Temerosas liebres miro | 450 | por estos bosques agora; | | tira a alguna, y del pellejo, | | como Hércules, te viste. | |
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CUPIDO | Agradézcote el consejo. | | ¡Niño finalmente hiciste | 455 | al que es más que el tiempo viejo! | | Pues ¿no te acuerdas que a Apolo, | | que de haber muerto a Fitón | | se alababa, vencí solo? | | ¿Ignoras tú la opinión | 460 | que tengo de polo a polo? | | ¿Es esta la vez primera | | que yo te venzo? ¡De mí | | te ríes de esa manera! | |
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VENUS | Ya te conozco: ¡ay de mí! | 465 |
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CUPIDO | ¡Así me tratas! Espera, | | que antes de un hora verás | | si mariposas, palomas | | o liebres venzo. |
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VENUS | Jamás | | mis tiernas palabras tomas | 470 | como ellas son. ¿Dónde vas? | |
(Vase [CUPIDO].)
| Espera, Cupido, advierte... | | Fuése, y enojado parte; | | de su venganza me advierte: | | o enamora de otra a Marte, | 475 | o de su amor me divierte. | | Como es niño, al fin, Amor, | | presto se enoja: no sabe | | de burlas. |
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(Sale CAMILA.)
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CAMILA | ¡Con qué rigor | | Apolo, a todos süave, | 480 | dio respuesta a mi temor! | | Aconséjame que olvide... | | Pero ¿qué pastora es ésta | | que nuestra ribera mide? | | ¡Qué hermosa! ¡Qué bien compuesta! | 485 | ¡Qué rayos de amor despide! | | Quiérola hablar. Si eres diosa, | | perdóname, ninfa hermosa, | | mas si eres humana prenda, | | haz que de tu boca entienda | 490 | tu enigma dificultosa. | | ¿Eres, dime, de esta sierra, | | o extranjera? |
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CAMILA | ¿Qué buscas por esta tierra? | |
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VENUS | Buscando mi manso voy, | 495 | que del redil se destierra. | | ¿Hasle visto, por ventura? | |
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VENUS | Una carlanca | | y esquila de plata pura. | |
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VENUS | Encarnada y blanca, | 500 | con sola una mancha escura. | |
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VENUS | El remolino | | de la frente le cubrió. | |
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CAMILA | Ayer a este monte vino. | | Pero sospechara yo | 505 | que os trajo... |
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VENUS | Ya lo adivino. | | Algún amor, decir quieres. | |
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CAMILA | Bien podemos las mujeres | | unas con otras hablar. | |
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VENUS | Lo mismo vengo a buscar. | 510 | Profeta de amores eres. | | Y esto se causa también | | de que algún pastor querrás. | |
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CAMILA | Y tanto más, | 515 | que adoro... |
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CAMILA | Quisiera | | hablarte de espacio aquí. | |
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[Romance.]
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CAMILA | Amor, que a nadie perdona, | | porque si pueden sus fuerzas | | trastornar el armonía | | del cielo, ¿qué hará en la tierra? | 525 | Como se ve, por ejemplo, | | de Júpiter, que por ellas | | ya fue cisne, ya fue toro, | | como sus historias cuentan... | | Pues Venus..., con ser su madre, | 530 | mil veces por estas selvas | | la vieron seguir pastores, | | si Anquises guardaba ovejas. | | Diana, con ser tan casta, | | bajó de su blanca esfera | 535 | mil veces al monte Lathmo... | |
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VENUS | Hartas disculpas son esas. | | No digas más: ya sé yo | | que tiene amor fuerza extrema. | |
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CAMILA | Éste, pues, hizo que Mirra, | 540 | loca, aunque hermosa doncella, | | amase a su mismo padre; | | pero teniendo vergüenza, | | se descubrió a un ama suya, | | que temiendo que se diera | 545 | la muerte, por remedialla, | | llevarla a su padre intenta | | en forma de otra mujer. | | El Rey, sin saber quién era, | | ofendió los cielos altos. | 550 | Escondieron las estrellas | | sus rayos, de tal maldad. | | Pero la noche postrera, | | un hacha mandó traer | | para poder conocerla. | 555 | Apenas la vio Ciniras, | | cuando Mirra, con vergüenza | | de su padre y de sí misma, | | huyó por montes y selvas. | | A la tierra de Sabá | 560 | llegó la triste, y en ella | | pidió a los dioses castigo. | | Los dioses, porque su ofensa | | pudiese llorar mejor, | | cubriéndola de corteza, | 565 | en árbol la transformaron, | | que aquellas aromas tiernas | | llora, que se llaman mirra. | | Mirra, o lágrimas sabeas. | | Mas llegado el día del parto, | 570 | bramaba el tronco, que apenas, | | no siendo diosa Lucina, | | pudiera entender sus quejas. | | Vino y sacó un bello niño, | | que dándole a las deesas | 575 | de los ríos, le criaron | | con tan alta gentileza, | | que no hay náyade en su fuente, | | dría en bosque, en monte orea, | | amadríade por árbol, | 580 | que no se pierda por ella. | | Adonis tiene por nombre, | | Amores mejor dijeran, | | porque todos los del mundo | | se cifran en su belleza. | 585 | Una de las que le adoran, | | yo soy; pero no me quieras | | más mal, que como es tan niño, | | que le hablen de amor le pesa. | | Despreciando la hermosura, | 590 | su oficio es cazar las fieras; | | mas no ha cazado ninguna | | que como su pecho sea. | | Mas ¿para qué te le alabo? | | Él mismo a esta fuente llega. | 595 | Advierte que es basilisco: | | pon a tus ojos defensa. | |
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(Entre ADONIS con un venablo, montera, y vestido antiguo verde, medias blancas y calzadillos dorados con cintas, y CUPIDO detrás de él.)
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[Quintillas.]
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ADONIS | Selvas y bosques sombríos, | | adonde la primavera | | se baña en cristales fríos, | 600 | y donde la luz primera | | dio vida a los ojos míos. | | Árbol divino sabeo, | | cárcel de mi triste madre, | | por quien agora me veo | 605 | hijo y nieto de mi padre, | | y monstruo de su deseo: | | sabed que, en esta ocasión, | | sin estimar sus placeres, | | que siempre pesares son, | 610 | aborrecer las mujeres | | tengo por justo blasón. | | Como en vuestras espesuras, | | bosques de mi tierna edad, | | paso las horas seguras, | 615 | más precio mi libertad | | que todas sus hermosuras. | | Cansado de haber seguido | | un corcillo volador, | | que dejo en el monte herido, | 620 | para templar el calor, | | a vuestra sombra he venido. | | Por eso, fuente serena, | | cuyas aguas cristalinas, | | espejos de Filomena, | 625 | vuelven diamantes las chinas | | y perlas la blanca arena, | | perdonad si os enturbiare; | | que quiero bañarme en vos | | mientras este sol pasare. | 630 |
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CUPIDO | Hoy veréis si amor es Dios. | | Ya tiro: Venus repare, | | que aunque más mi madre sea, | | la tengo de herir de amor. | |
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(Tírela una flecha y váyase.)
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VENUS | ¿Qué puede ver quien te vea? | 635 | ¡Ay Dios, qué extraño dolor! | |
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CAMILA | Los ojos, pastora, emplea | | en Adonis con recato. | |
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VENUS | Él es del cielo un retrato; | | Pero el que adoro es divino. | 640 | (Aparte.) | Cupido a vengarse vino. | | ¡Mal hijo, rapaz ingrato! | | (A CAMILA.) | ¿Quieres que yo persuada | | a este Adonis, y le diga | | tus partes? |
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CAMILA | Serrana amada, | 645 | dile que mi amor obliga | | a un monte, a una piedra helada. | | Mis desatinos le cuenta. | |
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VENUS | Entre esos lirios te sienta, | | que le voy a hablar. |
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CAMILA | Los cielos | 650 | te libren de amor y celos, | | que es el mal que me atormenta. | |
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VENUS | Parte, que le voy a hablar. | | Allí me aguarda. |
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(Váyase CAMILA.)
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ADONIS | Destila, | 655 | viento, de este cedro, azar, | | tus varias alas afila, | | anima mi sentimiento, | | Favonio aromatizado; | | Céfiro, a mi voz atento, | 660 | hurta a las flores del prado | | de su boca el dulce aliento. | | Mi carcaj, arco y saetas | | y venablo, pongo aquí, | | hierba, en tus manos secretas. | 665 |
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ADONIS | ¡Ay, Dios! ¿Quién eres, di, | | que mi descanso inquietas? | |
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VENUS | No huyas, por mil razones. | | Por mujer, la principal. | |
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ADONIS | Con eso temor me pones. | 670 |
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VENUS | Si fuera mujer mortal, | | Y sujeta a imperfecciones... | |
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VENUS | Venus soy, | | que sólo a buscarte vengo | | de la esfera donde estoy. | 675 |
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ADONIS | Respeto a tu nombre tengo. | | Mil alabanzas te doy, | | y en sacrificio, Señora, | | la voluntad que jamás | | rendí a mujer. |
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VENUS | Desde agora | 680 | sabrás qué es amor, sabrás | | querer bien a quien te adora. | |
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ADONIS | Luego ¿querré lo que veo? | 685 |
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VENUS | Por tu condición lo creo. | |
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ADONIS | Cuéntanme de amor mil males; | | pónenme temor. |
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VENUS | Amor | | es falso entre los mortales. | 690 | No se entiende ese rigor | | con los dioses celestiales. | |
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ADONIS | Antes la misma razón | | me da a entender tu mudanza. | |
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VENUS | Los dioses nunca lo son. | 695 |
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ADONIS | Luego en humana esperanza, | | ¿hay divina posesión? | |
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VENUS | Cuando la humana hermosura | | el cielo baja a la tierra, | | ¿qué posesión más segura? | 700 |
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ADONIS | Dicen que el Dios de la guerra | | o la tiene, o la procura. | | Pues si amas a Marte, en parte | | mujer humana te veo. | |
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VENUS | Bien dices, que quiero a Marte, | 705 | no porque a Marte deseo, | | sino porque quiero a-marte. | | Ya no quiero aquel soldado | | que a mi celoso marido | | ha puesto en tanto cuidado. | 710 |
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ADONIS | ¡En tanto amor, tanto olvido! | |
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VENUS | No es amor gusto acabado. | |
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ADONIS | Si la memoria te vuelve, | | y de tu pasada historia | | tantos amores revuelve... | 715 |
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VENUS | ¿Y si olvidó la memoria | | quien a olvidar se resuelve? | |
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ADONIS | Yo, Venus, soy un mancebo | | de la manera que ves: | | a competir no me atrevo, | 720 | aunque licencia me des, | | ni con Marte ni con Febo; | | que cuando el fuego consumas, | | de las cenizas secretas | | saldrá, cuando más presumas, | 725 | en oyendo las trompetas, | | y en viendo brillar las plumas. | | Veo tus ojos divinos | | llenos de sol, veo dos cielos; | | pero ya son adivinos | 730 | los míos, que por tus celos | | vengo a llorar desatinos. | | Tu talle, tu bizarría, | | y tu deidad, de que arguyo | | mi dicha, con osadía | 735 | me fuerzan a ser más tuyo | | que tú pretendes ser mía. | | Pero si Febo o si Marte, | | celosos de mí... |
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VENUS | Detente. | | ¡Qué es ofenderte ni darte | 740 | disgusto! |
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ADONIS | Febo luciente, | | ¿no ha de hallarme en cualquier parte? | | Marte, ¿no puede también | | matarme con tantas armas? | |
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VENUS | No, mis ojos; no, mi bien. | 745 | Y en vano, Adonis, te armas, | | contra amor, dese desdén; | | Que así en el alma guardarte, | | y en mis ojos esconderte, | | sabrá el gusto de gozarte. | 750 | que ni Febo pueda verte. | | ni Marte pueda matarte. | | Vencido me ha tu hermosura: | | si te igualo al ser que soy, | | ¿pagarásme? |
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VENUS | Adonis, a Chipre voy. | | Fíame la nieve pura | | de esa blanca, hermosa mano. | |
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ADONIS | ¡Dichoso el mortal que vino | | desde el ser humilde humano | 760 | a merecer el divino | | de tu valor soberano! | |
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(Pónganse los dos en un carro, que se verá en una nube, y desaparézcalos con música, en diciendo lo que se sigue:)
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VENUS | Tú puedes honrar el suelo. | | Palomas, alzad el vuelo. | |
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ADONIS | No querría ser Faetón, | 765 | y caer por ambición | | hecho pedazos del cielo. | |
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FIN DEL PRIMER ACTO
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