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Adonis y Venus

Tragedia

Lope de Vega


[Nota preliminar: Edición a cargo de Joan Oleza. Grupo de investigación ARTELOPE. Proyecto TC/12.

Texto de base utilizado para esta edición digital: Adonis y Venus, en Decimasexta Parte de las Comedias de Lope de Vega Carpio. Madrid: (Viuda de A. Martín-A. Pérez, 1621). Se han tenido en cuenta, además, los siguientes testimonios modernos: E. Hartzenbusch (ed.): Comedias escogidas de Lope de Vega. Madrid: (Biblioteca de Autores Españoles, vol. LII, 1860); Marcelino Menéndez Pelayo (ed.), Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española. Madrid: (RAE, 15 ts. 1890-1913. T. VI); Lope de Vega, Obras escogidas (Estudio preliminar... de Federico C. Sainz de Robles). Madrid: (Aguilar, t. III, 1955); Paloma Cuenca Muñoz y Jesús Gómez (eds.), Lope de Vega. Comedias. Madrid: (Editorial Turner-Fundación Castro, T. IX, 1993).

Edición digital: Violeta Ros Ferrer.]




Dedicada al Excmo. Sr. D. Rodrigo de Silva, Duque de Pastrana

Encarecióme tanto Vuestra Excelencia, el día de aquel insigne torneo, la gallardía, destreza y gala con que se representó El premio de la Hermosura por lo mejor del mundo, que habiendo de salir a luz esta tragedia, que tuvo en otra ocasión las mismas calidades, he querido ofrecerla a su entendimiento y honrarla de su nombre, seguro de que los dueños de la traza, y que con tanta gracia y gentileza la representaron, darán por bien empleado mi pensamiento, y mi elección por justa. Reciba Vuestra Excelencia este reconocimiento humilde, en tanto que con mayores musas canto las hazañas de su Excelentísimo padre en Flandes, que tanto dejó que imitar con su heroica vida, y que sentir con su temprana muerte. Dios guarde a Vuestra Excelencia.

Lope de Vega Carpio.



PERSONAS DE LA TRAGEDIA
 

 
MENANDRO.
TIMBREO.
ATALANTA.
CAMILA.
ALBANIA.
FRONDOSO.
APOLO.
VENUS.
CUPIDO.
ADONIS.
HIPÓMENES.
TEBANDRO.
NARCISO.
JACINTO.
GANIMEDES.
TESIFONTE.
[NINFAS.]
[PASTORES.]
[CUPIDILLOS.]
[MÚSICA.]





ArribaAbajoActo I

 

Salen MENANDRO y TIMBREO, pastores.

 
 

[Quintillas.]

 
MENANDRO
   Prosigue, amigo Timbreo,
la relación de tu mal;
que ya sus desdenes creo.
TIMBREO
Ver tu sentimiento igual
a mis desdichas, deseo. 5
   Como digo, entró Camila
en el templo de Diana;
seguí sus rayos, y vila
como el alba, entre oro y grana,
menudo aljófar destila. 10
   Huyó la noche de ausencia
luego que su luz salió.
Más con esta diferencia:
que el campo reverdeció,
y me abrasó su presencia. 15
   Iba con otras, y entre ellas
excedía las más bellas
lo que excede al cuerpo el alma,
al mirto humilde la palma,
y la luna a las estrellas. 20
   Las colores que tenía,
aunque al rubí y esmeralda,
la rosa y clavel vencía,
envidiaba la guirnalda
que sus cabellos ceñía. 25
   Cegaba el vellos tan bellos,
que el aire formaba de ellos
ondas, como suele el mar:
pienso que para anegar
mil vidas y almas en ellos. 30
   Iban los azules velos
de sus ojos, dulce guerra
de amor, vistiendo los cielos;
porque cielos en la tierra,
daban a los cielos celos. 35
   El vestido pudo hacer
envidia a su compostura;
que el saberse componer
no es la menor hermosura
de una gallarda mujer. 40
   Las cuatro esferas primeras,
Menandro, en Camila vieras:
la luna en el pie gentil,
de donde el florido abril
sacaba las primaveras. 45
   La esfera de Venus bella
era el cuerpo, el dulce hablar
Mercurio, el sol en la estrella
del rostro.
MENANDRO
Aprenda a pintar
la naturaleza, de ella. 50
   si no es arte que te debe.
Pero prosigue, que es breve
el tiempo.
TIMBREO
A la lumbre pura,
Menandro, de su hermosura
llegué, convertido en nieve. 55
   Fuíla a hablar, pero sentí
asir la lengua al temor,
y quedé fuera de mí:
pero venciendo el amor,
de tres veces, dije así: 60
   «Pastor a de ojos serenos,
aunque de mil rayos llenos,
¿cuándo vida me darás?»
MENANDRO
Prosigue.
TIMBREO
No dije más,
y me entendiera con menos. 65
   Quedó entonces tan hermosa,
como del alba a la risa
suele salir vergonzosa,
entre su verde camisa,
bañada en sangre, la rosa. 70
   Cuando quiso responder,
vi que Frondoso llegaba;
y sin hablar, sólo en ver,
vi, Menandro, que la amaba.
MENANDRO
Bien se puede conocer: 75
   que si a Camila tenías
por espejo, bien verías
si se miraba Frondoso
en la luz del rostro hermoso,
cuando en su cristal te vías. 80
   Al templo habemos llegado
de Apolo.
TIMBREO
De este cuidado
me sacará su respuesta.
MENANDRO
Gente viene.
TIMBREO
Ninfa es ésta
de extranjero monte y prado. 85
 

(Sale ATALANTA, ninfa, con un tocado de muchos velos pendientes con plumas, y el vestido a la traza antigua, con calzadillos o coturnos encintados, y un dardo en la mano.)

 
 

[Canción (canzone).]

 
ATALANTA
   No desdice al estado
de una doncella tierna
querer saber el que tendrá su vida;
que el femenil cuidado
que nuestro ser gobierna, 90
no es bien que al varonil valor se mida.
Cuando la edad florida
a su límite llega,
es la igual compañía
lo que es el sol al día, 95
y el claro norte al que en el mar navega.
Los hombres fueron hechos
para alivio vital de nuestros pechos;
   que, fuera de ser forma
de la materia nuestra, 100
y de nuestras potencias y sentidos
alma que los informa,
que los guía y adiestra,
son Argos del honor, siempre advertidos.
Amores atrevidos 105
defienden el deseo;
y aun esto no es de suerte
que con temprana muerte
no descendiese la mujer de Orfeo
al centro en que hoy suspira 110
contra la fuerza de su dulce lira.
   Saber quiero de Apolo,
en su templo divino,
qué esposo quiere darme en casamiento;
que este cuidado solo 115
es solo peregrino
de mi primero y casto pensamiento.
Si miro el firmamento,
unas con otras veo
sus esferas casadas, 120
con manos argentadas.
La luna abraza al sol, cuyo himeneo
la alumbra y vivifica,
y a su humildad los rayos de oro aplica.
   Si contemplo la tierra, 125
¿cuál animal no tiene
su semejante, con quien ande y viva?
Cuantas plantas encierra,
amor las entretiene;
que su generación de amor deriva. 130
Esta hiedra lasciva,
y esta vid trepadora,
fresnos y olmos enlazan;
los espinos se abrazan,
la tórtola casada gime y llora, 135
del caro esposo ausente,
su centro busca el agua de esta fuente.
   Dígame, pues, Apolo,
qué esposo será el mío:
Fórmese de dos almas Androgeo. 140
Quien nace para solo
(cosa que desconfío),
o es bestia o es deidad; y así deseo
al yugo de Himeneo,
rendir el cuello, a ejemplo 145
de cuantas cosas miro.
Pero ¿por qué suspiro,
si aqueste suntuoso y rico templo
es, por lo menos, donde
Apolo por su oráculo responde? 150
 

(Salen CAMILA y ALBANIA, pastoras.)

 
 

[Redondillas.]

 
CAMILA

 [A ALBANIA.] 

   A buen tiempo hemos llegado,
que aún está Apolo cubierto.
ALBANIA
Más me mata un bien incierto
que un daño determinado.
   Pues no pienses que será 155
solo aquí nuestro deseo:
Menandro es aquél.
CAMILA
Timbreo,
Albania, con él está.
ALBANIA
   ¿Qué querrán saber de Apolo?
CAMILA
Lo que nosotras también. 160
ALBANIA
¿A cuál de ellos quieres bien?
CAMILA
Sábelo Amor.
ALBANIA
¿Amor solo?
CAMILA
   Sí, porque no me forzara
a declararme, sin ver
que a quien me inclino a querer,165
a quererme se inclinara.
ALBANIA
   ¿Que ninguno de los dos
te ha dicho amores jamás?
CAMILA
Pienso que celosa estás.
ALBANIA
¿Yo celosa?
CAMILA
Sí, por Dios.
170
ALBANIA
   ¿De quién?
CAMILA
De mí.
ALBANIA
Pues ¿tú sabes
lo que yo quiero?
CAMILA
Imagino,
temo, sospecho, adivino.
ALBANIA
Si son nuestros ojos llaves
   de los secretos del alma, 175
abre con ellos el pecho.
CAMILA
Ya lo contemplo, y sospecho
de su tormenta y su calma.
   Que como la imán se va
tras el norte, a quien camina, 180
así amor la vista inclina
donde el pensamiento está.
TIMBREO

 [A MENANDRO.] 

   Camila, Menandro, viene
a saber algún secreto.
MENANDRO
Si ella te quiere, ¿a qué efeto 185
de tu amor sospechas tiene?
TIMBREO
   Albania viene con ella,
que presumo que te adora.
MENANDRO
De otro sol parece aurora,
y de otra aurora la estrella. 190

 (Aparte.) 

   Disimulé por saber
a quién amaba Timbreo.
Tanto a Camila deseo.
cuanto puede un alma arder.
   Las sospechas que tenía 195
de Timbreo, he descubierto.
 

(Sale FRONDOSO, pastor gracioso, con un pájaro en la mano.)

 
FRONDOSO
Por saber si Apolo es cierto,
o vana su profecía.
   este pájaro he traído
para poderle engañar; 200
que se le pienso mostrar,
pero en la mano escondido.
   Preguntaréle si está
vivo: si dice que sí,
apretaréle, y así 205
le diré que muerto es ya.
   Si me dijere que es muerto,
soltaréle entonces yo,
diciendo que no acertó,
y que es su oráculo incierto. 210
   Con esto, entre los pastores,
desacreditado ya,
ninguno amor mudará
por el fin de sus amores;
   que por lo que pronostica215
de bien, o mal, las mujeres,
a diversos pareceres
con sus respuestas aplica;
   y ellas, que no han menester
achaques para mudarse, 220
saben muy bien disculparse
de querer y aborrecer.
   Ya corrieron la cortina
de Apolo al sagrado altar.
Quiero primero escuchar225
lo que a tantos adivina.
 

(Descúbrese una cortina, y véase en un altar, sobre una basa, el dios APOLO, con su lira, y resplandor de sol en la cabeza, y vayan después que cese la música diciendo así:)

 
 

[Liras.]

 
TIMBREO
   Dime, sagrado Apolo,
divino autor del día:
¿ama la prenda mía,
o a mí me quiere solo? 230
APOLO
Lo que tu prenda quiere,
ausente vive, y por su ausencia muere.
TIMBREO
   ¡Ausente! Pues si agora
me tiene aquí presente,
¿cómo dice que ausente, 235
y que su ausencia llora?
Mas no soy yo a quien ama.
Erró su centro mi amorosa llama.
 

(Vase TIMBREO.)

 
MENANDRO
   Apolo, tú, que mides
el tiempo con eterno 240
curso, y el frío invierno
del verano divides,
¿veráse mi deseo
a donde el fin de mi esperanza veo?
APOLO
   Sirve, pretende, espera: 245
todo, el amor lo alcanza.
MENANDRO
¡Ay, dichosa esperanza!
Menandro, persevera;
que el fin de un pensamiento
es premio de mil años de tormento. 250
 

(Vase MENANDRO.)

 
CAMILA
   Febo, cuyo deseo
nos dio el laurel hermoso,
premio del estudioso,
de las armas trofeo,
¿tendré ventura amando? 255
APOLO
En vano esperas.
CAMILA
Moriré esperando.
 

(Vase.)

 
ALBANIA
   Padre de cuanto vive,
artífice del oro,
¿querráme quien adoro?
APOLO
A olvidar te apercibe. 260
ALBANIA
¿Tú eres Apolo santo?
No en vano Dafnes te aborrece tanto.
 

(Váyase.)

 
 

[Romancillo de 7 sílabas (endechas italianas).]

 
FRONDOSO
   A todos les ha dado
su Oráculo fingido
desabrida respuesta. 265
El Dios está mohino.
Sospecho que es la causa
que no le han ofrecido
lo que otras veces suelen.
Pues si dioses divinos 270
responden a los hombres
con rostro desabrido
cuando no les dan nada,
¿de qué nos afligimos
si oráculos humanos, 275
por interés movidos,
responden a la ofrenda
alegres y propicios?
Si aquellas blancas aras,
del sacerdote al filo, 280
tiñeran de su sangre
nevados corderillos;
si las espigas rojas
del ofrecido trigo
cubrieran los altares; 285
o el oloroso vino;
si perlas, si diamantes,
si púrpura de Tiro,
vistieran su persona...
mirara lo que dijo. 290
Sin interés del premio,
acuden siempre tibios,
el soldado a las armas,
el letrado a los libros.
No pienso darle nada, 295
supuesto lo que digo,
porque a engañarle vengo
con este pajarillo.
Diga, señor Apolo,
el que pasa los ríos 300
sin mojarse los rayos
de sus cabellos lindos.
Alquimista famoso,
que sin mercurios vivos
sabe hacer oro y plata 305
en los crisoles indios.
El que ve cuanto pasa,
pasando los resquicios,
mostrando al cielo a Venus
con el planeta quinto. 310
En esta mano tengo
cerrado un jilguerillo:
¿es vivo, o muerto acaso?
APOLO
¡Rústico cabrerizo,
en tu imaginación 315
y pensamiento mismo!
Conforme a mi respuesta,
le tienes muerto y vivo:
vivo, si digo muerto;
muerto, si vivo digo. 320
FRONDOSO
¡Vive Júpiter santo,
que la verdad me ha dicho!
¡Tomarse con los dioses,
temerario delito!
APOLO
Merecieras, Frondoso, 325
como Júpiter hizo,
a los fieros gigantes
fulminarte en castigo.
O que, como Anteón,
en ciervo convertido, 330
huyeras de tus perros
por árboles y riscos.
Mas porque no te atrevas
a extranjeros ni a amigos,
parecerás lo que eres 335
FRONDOSO
¡Qué loco y necio he sido!
Adorno de los cielos,
lámpara de los signos,
corona de los días,
poeta de los siglos, 340
medida de los tiempos,
fitonicida altivo,
compás de cielo y tierra,
que desde tu epiciclo
los miras y gobiernas 345
desde que Dios te hizo,
¡Ten piedad de Frondoso!
APOLO
¡Vete, villano indigno!
FRONDOSO
Voyme, que estás airado.
¡Ay, Júpiter Olimpio! 350
todo se lo perdono,
como no sea pollino,
porque animal, y necio,
es desdichado oficio.
 

(Vase.)

 
 

[Tercetos.]

 
ATALANTA
   Pues he quedado sola con Apolo, 355
quiero saber qué dice a mi deseo;
que en él espero mi remedio sólo.
   Dime, supremo autor de cuanto veo,
filósofo divino, sol hermoso,
Délfico, Delio, Cintio y Didimeo, 360
   ¿será mi casamiento venturoso?
APOLO
Tarde, Atalanta, y con peligro.
ATALANTA
¡Tarde,
y con peligro! ¡Ay, cielo riguroso!
   ¡Peligro en el casarme! Dios me guarde
de casarme jamás. ¡Triste respuesta, 365
que me ha dejado el corazón cobarde!
   En dura confusión estaba puesta.
No la pienso tener de aquí adelante.
Sola quiero vivir en vida honesta,
   Porque si de peligro semejante 370
puedo librarme, no es razón que viva
sujeta a esposo ni a fingido amante.
   Yo pienso por los montes, fugitiva
de los hombres, vivir entre las fieras,
con ellas mansa, con el hombre altiva. 375
   No me podrán sus burlas ni sus veras
vencer eternamente, porque venzo
las alas de los vientos más ligeras.
   Montes de Arcadia, desde aquí comienzo
(porque del pensamiento que tenía 380
de pretender esposo, me avergüenzo)
   a vivir en vosotros. Este día,
ninfas de bosques, prados, selvas, fuentes,
me recibid en vuestra compañía.
   Con redes, con ardides diferentes, 385
los ciervos, osos, jabalíes y gamos,
los toros más selvajes y valientes,
 

[Cuarteto.]

 
   sabré matar, y de sus fuertes ramos
honrar los frontispicios de los templos.
Ninfas de Cintia, vamos juntas, vamos. 390
Animen mi valor vuestros ejemplos.
 

(Váyanse, y salgan VENUS y CUPIDO, con su arco y venda.)

 
 

[Quintillas.]

 
VENUS
   Por estas márgenes hechas
de clavellinas y rosas,
sin cuidado y sin sospechas
podrás matar mariposas, 395
Cupido, con esas flechas.
   Blancas, pajizas, doradas,
verdes, claras y moradas,
con más ojos que un pavón,
andan, en esta ocasión, 400
seguras de ser tiradas.
   Mátame algunas; que quiero
entre rosas del tocado
ponérmelas, porque espero
aquel sangriento soldado, 405
por cuyas hazañas muero.
   Parte, que en el traje humano
quiero verle en esta selva,
primero que Apolo indiano
otra vez a verme vuelva, 410
y yo en la red de Vulcano.
CUPIDO
   ¡Donaire, madre, tenéis!
¿Mariposas me decís
que mate? Pues ¿no sabéis
que muerta por mí vivís 415
de amor del Dios que queréis?
   ¡Linda caza a quien derriba
a la garza más altiva
y al águila más real!
VENUS
Cuando en vuelo celestial 420
subes de mi esfera arriba,
   muestra el poder que engrandeces;
mas cuando estás en el suelo,
imita lo que pareces.
CUPIDO
Siendo primero que el cielo,425
¿nombre de niño me ofreces?
   ¿Háceslo para encubrir
tus años?
VENUS
Si mariposas
no es caza que ha de servir
a tu gusto, entre estas rosas 430
tórtolas siento gemir.
   Ellas y otros pajarillos
te podrán entretener,
o de estos verdes junquillos
puedes a esta sombra hacer 435
jaulas en que tengas grillos.
CUPIDO
   Quien los pone de prisión
al más libre corazón,
¿cazará grillos del campo?
VENUS
Palomas blancas, que al ampo440
de la nieve iguales son,
   por ser quien mi carro tira,
te mandaba no tirar;
ya te doy licencia.
CUPIDO
Admira
que mandes ejecutar 445
flechas de amor, armas de ira,
   en aves simples, señora;
porque yo a las bravas tiro,
donde la fiereza mora.
VENUS
Temerosas liebres miro 450
por estos bosques agora;
   tira a alguna, y del pellejo,
como Hércules, te viste.
CUPIDO
Agradézcote el consejo.
¡Niño finalmente hiciste 455
al que es más que el tiempo viejo!
   Pues ¿no te acuerdas que a Apolo,
que de haber muerto a Fitón
se alababa, vencí solo?
¿Ignoras tú la opinión460
que tengo de polo a polo?
   ¿Es esta la vez primera
que yo te venzo? ¡De mí
te ríes de esa manera!
VENUS
Ya te conozco: ¡ay de mí! 465
CUPIDO
¡Así me tratas! Espera,
   que antes de un hora verás
si mariposas, palomas
o liebres venzo.
VENUS
Jamás
mis tiernas palabras tomas 470
como ellas son. ¿Dónde vas?
 

(Vase [CUPIDO].)

 
   Espera, Cupido, advierte...
Fuése, y enojado parte;
de su venganza me advierte:
o enamora de otra a Marte, 475
o de su amor me divierte.
   Como es niño, al fin, Amor,
presto se enoja: no sabe
de burlas.
 

(Sale CAMILA.)

 
CAMILA
¡Con qué rigor
Apolo, a todos süave, 480
dio respuesta a mi temor!
   Aconséjame que olvide...
Pero ¿qué pastora es ésta
que nuestra ribera mide?
¡Qué hermosa! ¡Qué bien compuesta! 485
¡Qué rayos de amor despide!
   Quiérola hablar. Si eres diosa,
perdóname, ninfa hermosa,
mas si eres humana prenda,
haz que de tu boca entienda 490
tu enigma dificultosa.
   ¿Eres, dime, de esta sierra,
o extranjera?
VENUS
De otra soy.
CAMILA
¿Qué buscas por esta tierra?
VENUS
Buscando mi manso voy, 495
que del redil se destierra.
   ¿Hasle visto, por ventura?
CAMILA
¿Qué señas?
VENUS
Una carlanca
y esquila de plata pura.
CAMILA
¿Qué piel?
VENUS
Encarnada y blanca,
500
con sola una mancha escura.
CAMILA
   ¿Hacia dónde?
VENUS
El remolino
de la frente le cubrió.
CAMILA
Ayer a este monte vino.
Pero sospechara yo 505
que os trajo...
VENUS
Ya lo adivino.
   Algún amor, decir quieres.
CAMILA
Bien podemos las mujeres
unas con otras hablar.
VENUS
Lo mismo vengo a buscar. 510
Profeta de amores eres.
   Y esto se causa también
de que algún pastor querrás.
CAMILA
Alguno quiero también.
VENUS
¿Merécelo?
CAMILA
Y tanto más,
515
que adoro...
VENUS
¿Qué?
CAMILA
su desdén.
VENUS
   ¿Su desdén adoras?
CAMILA
Sí.
VENUS
¿Tanto merece?
CAMILA
Quisiera
hablarte de espacio aquí.
VENUS
Yo escucharte.
CAMILA
Pues espera.
520
VENUS
Comienza.
CAMILA
Escúchame.
VENUS
Di.
 

[Romance.]

 
CAMILA
   Amor, que a nadie perdona,
porque si pueden sus fuerzas
trastornar el armonía
del cielo, ¿qué hará en la tierra? 525
Como se ve, por ejemplo,
de Júpiter, que por ellas
ya fue cisne, ya fue toro,
como sus historias cuentan...
Pues Venus..., con ser su madre, 530
mil veces por estas selvas
la vieron seguir pastores,
si Anquises guardaba ovejas.
Diana, con ser tan casta,
bajó de su blanca esfera 535
mil veces al monte Lathmo...
VENUS
Hartas disculpas son esas.
No digas más: ya sé yo
que tiene amor fuerza extrema.
CAMILA
Éste, pues, hizo que Mirra,540
loca, aunque hermosa doncella,
amase a su mismo padre;
pero teniendo vergüenza,
se descubrió a un ama suya,
que temiendo que se diera 545
la muerte, por remedialla,
llevarla a su padre intenta
en forma de otra mujer.
El Rey, sin saber quién era,
ofendió los cielos altos. 550
Escondieron las estrellas
sus rayos, de tal maldad.
Pero la noche postrera,
un hacha mandó traer
para poder conocerla. 555
Apenas la vio Ciniras,
cuando Mirra, con vergüenza
de su padre y de sí misma,
huyó por montes y selvas.
A la tierra de Sabá 560
llegó la triste, y en ella
pidió a los dioses castigo.
Los dioses, porque su ofensa
pudiese llorar mejor,
cubriéndola de corteza,565
en árbol la transformaron,
que aquellas aromas tiernas
llora, que se llaman mirra.
Mirra, o lágrimas sabeas.
Mas llegado el día del parto, 570
bramaba el tronco, que apenas,
no siendo diosa Lucina,
pudiera entender sus quejas.
Vino y sacó un bello niño,
que dándole a las deesas 575
de los ríos, le criaron
con tan alta gentileza,
que no hay náyade en su fuente,
dría en bosque, en monte orea,
amadríade por árbol, 580
que no se pierda por ella.
Adonis tiene por nombre,
Amores mejor dijeran,
porque todos los del mundo
se cifran en su belleza. 585
Una de las que le adoran,
yo soy; pero no me quieras
más mal, que como es tan niño,
que le hablen de amor le pesa.
Despreciando la hermosura, 590
su oficio es cazar las fieras;
mas no ha cazado ninguna
que como su pecho sea.
Mas ¿para qué te le alabo?
Él mismo a esta fuente llega. 595
Advierte que es basilisco:
pon a tus ojos defensa.
 

(Entre ADONIS con un venablo, montera, y vestido antiguo verde, medias blancas y calzadillos dorados con cintas, y CUPIDO detrás de él.)

 
 

[Quintillas.]

 
ADONIS
   Selvas y bosques sombríos,
adonde la primavera
se baña en cristales fríos, 600
y donde la luz primera
dio vida a los ojos míos.
   Árbol divino sabeo,
cárcel de mi triste madre,
por quien agora me veo605
hijo y nieto de mi padre,
y monstruo de su deseo:
   sabed que, en esta ocasión,
sin estimar sus placeres,
que siempre pesares son, 610
aborrecer las mujeres
tengo por justo blasón.
   Como en vuestras espesuras,
bosques de mi tierna edad,
paso las horas seguras, 615
más precio mi libertad
que todas sus hermosuras.
   Cansado de haber seguido
un corcillo volador,
que dejo en el monte herido, 620
para templar el calor,
a vuestra sombra he venido.
   Por eso, fuente serena,
cuyas aguas cristalinas,
espejos de Filomena, 625
vuelven diamantes las chinas
y perlas la blanca arena,
   perdonad si os enturbiare;
que quiero bañarme en vos
mientras este sol pasare. 630
CUPIDO
Hoy veréis si amor es Dios.
Ya tiro: Venus repare,
   que aunque más mi madre sea,
la tengo de herir de amor.
 

(Tírela una flecha y váyase.)

 
VENUS
¿Qué puede ver quien te vea? 635
¡Ay Dios, qué extraño dolor!
CAMILA
Los ojos, pastora, emplea
   en Adonis con recato.
VENUS
Él es del cielo un retrato;
Pero el que adoro es divino. 640

 (Aparte.) 

Cupido a vengarse vino.
¡Mal hijo, rapaz ingrato!

 (A CAMILA.) 

   ¿Quieres que yo persuada
a este Adonis, y le diga
tus partes?
CAMILA
Serrana amada,
645
dile que mi amor obliga
a un monte, a una piedra helada.
   Mis desatinos le cuenta.
VENUS
Entre esos lirios te sienta,
que le voy a hablar.
CAMILA
Los cielos
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te libren de amor y celos,
que es el mal que me atormenta.
VENUS
   ¿Cómo te llamas?
CAMILA
Camila.
VENUS
Parte, que le voy a hablar.
Allí me aguarda.
 

(Váyase CAMILA.)

 
ADONIS
Destila,
655
viento, de este cedro, azar,
tus varias alas afila,
   anima mi sentimiento,
Favonio aromatizado;
Céfiro, a mi voz atento, 660
hurta a las flores del prado
de su boca el dulce aliento.
   Mi carcaj, arco y saetas
y venablo, pongo aquí,
hierba, en tus manos secretas. 665
VENUS
Tente.
ADONIS
¡Ay, Dios! ¿Quién eres, di,
que mi descanso inquietas?
VENUS
   No huyas, por mil razones.
Por mujer, la principal.
ADONIS
Con eso temor me pones. 670
VENUS
Si fuera mujer mortal,
Y sujeta a imperfecciones...
ADONIS
   Pues ¿quién eres?
VENUS
Venus soy,
que sólo a buscarte vengo
de la esfera donde estoy. 675
ADONIS
Respeto a tu nombre tengo.
Mil alabanzas te doy,
   y en sacrificio, Señora,
la voluntad que jamás
rendí a mujer.
VENUS
Desde agora
680
sabrás qué es amor, sabrás
querer bien a quien te adora.
ADONIS
   ¿Qué es amor?
VENUS
¿Amor?... Deseo.
ADONIS
¿De qué?
VENUS
De lo que es hermoso.
ADONIS
Luego ¿querré lo que veo?685
VENUS
Si te agrada.
ADONIS
Eso es forzoso.
VENUS
Por tu condición lo creo.
ADONIS
   Cuéntanme de amor mil males;
pónenme temor.
VENUS
Amor
es falso entre los mortales. 690
No se entiende ese rigor
con los dioses celestiales.
ADONIS
   Antes la misma razón
me da a entender tu mudanza.
VENUS
Los dioses nunca lo son.695
ADONIS
Luego en humana esperanza,
¿hay divina posesión?
VENUS
   Cuando la humana hermosura
el cielo baja a la tierra,
¿qué posesión más segura? 700
ADONIS
Dicen que el Dios de la guerra
o la tiene, o la procura.
   Pues si amas a Marte, en parte
mujer humana te veo.
VENUS
Bien dices, que quiero a Marte,705
no porque a Marte deseo,
sino porque quiero a-marte.
   Ya no quiero aquel soldado
que a mi celoso marido
ha puesto en tanto cuidado. 710
ADONIS
¡En tanto amor, tanto olvido!
VENUS
No es amor gusto acabado.
ADONIS
   Si la memoria te vuelve,
y de tu pasada historia
tantos amores revuelve... 715
VENUS
¿Y si olvidó la memoria
quien a olvidar se resuelve?
ADONIS
   Yo, Venus, soy un mancebo
de la manera que ves:
a competir no me atrevo, 720
aunque licencia me des,
ni con Marte ni con Febo;
   que cuando el fuego consumas,
de las cenizas secretas
saldrá, cuando más presumas,725
en oyendo las trompetas,
y en viendo brillar las plumas.
   Veo tus ojos divinos
llenos de sol, veo dos cielos;
pero ya son adivinos 730
los míos, que por tus celos
vengo a llorar desatinos.
   Tu talle, tu bizarría,
y tu deidad, de que arguyo
mi dicha, con osadía 735
me fuerzan a ser más tuyo
que tú pretendes ser mía.
   Pero si Febo o si Marte,
celosos de mí...
VENUS
Detente.
¡Qué es ofenderte ni darte 740
disgusto!
ADONIS
Febo luciente,
¿no ha de hallarme en cualquier parte?
   Marte, ¿no puede también
matarme con tantas armas?
VENUS
No, mis ojos; no, mi bien. 745
Y en vano, Adonis, te armas,
contra amor, dese desdén;
   Que así en el alma guardarte,
y en mis ojos esconderte,
sabrá el gusto de gozarte. 750
que ni Febo pueda verte.
ni Marte pueda matarte.
   Vencido me ha tu hermosura:
si te igualo al ser que soy,
¿pagarásme?
ADONIS
Está segura.
755
VENUS
Adonis, a Chipre voy.
Fíame la nieve pura
   de esa blanca, hermosa mano.
ADONIS
¡Dichoso el mortal que vino
desde el ser humilde humano 760
a merecer el divino
de tu valor soberano!
 

(Pónganse los dos en un carro, que se verá en una nube, y desaparézcalos con música, en diciendo lo que se sigue:)

 
VENUS
   Tú puedes honrar el suelo.
Palomas, alzad el vuelo.
ADONIS
No querría ser Faetón, 765
y caer por ambición
hecho pedazos del cielo.

 
 
FIN DEL PRIMER ACTO
 
 

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