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Amar después de la muerte


Pedro Calderón de la Barca



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PERSONAJES
 

 
DON ÁLVARO TUZANÍ.
DON JUAN MALEC,   viejo.
DON FERNANDO DE VÁLOR.
ALCUZCUZ,   morisco.
CADÍ,   morisco viejo.
DON JUAN DE MENDOZA.
EL SEÑOR DON JUAN DE AUSTRIA.
DON LOPE DE FIGUEROA.
DON ALONSO DE ZÚÑIGA,   corregidor.
GARCÉS,   soldado.
DOÑA ISABEL TUZANÍ.
DOÑA CLARA MALEC.
BEATRIZ,   criada.
INÉS,   criada.
UN CRIADO.
MORISCOS.
MORISCAS.
SOLDADOS CRISTIANOS.
SOLDADOS MORISCOS.
 

La escena es en Granada y en varios puntos de la Alpujarra.

 




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Jornada I

 

Sala en casa de CADÍ, en Granada.

 

Escena I

 

MORISCOS, con casaquillas y calzoncillos, y MORISCAS con jubones blancos e instrumentos; CADÍ y ALCUZCUZ.

 
CADÍ
¿Están cerradas las puertas?
ALCUZCUZ
Ya el portas estar cerradas.
CADÍ
No entre nadie sin la seña
y prosígase la zambra.
Celebremos nuestro día, 5
que es el viernes, a la usanza
de nuestra nación, sin que
pueda esta gente cristiana,
entre quien vivimos hoy
presos en miseria tanta, 10
calumniar ni reprender
nuestras ceremonias.
TODOS
Vaya.
ALCUZCUZ
Me pensar hacer astilias,
sé también entrar en danza.
UNO

  (Canta.) 

Aunque en triste cautiverio, 15
de Alá por justo misterio,
llore el africano imperio
su mísera ley esquiva...
TODOS

  (Cantando.) 

¡Su ley viva!
UNO
Viva la memoria extraña 20
de aquella gloriosa hazaña
que en la libertad de España
a España tuvo cautiva.
TODOS
Su ley viva.
ALCUZCUZ

 (Cantando.) 

Viva aquel escaramuza 25
que hacer el jarife Muza,
cuando darle en caperuza
al españolilio antigua.
TODOS
¡Su ley viva!
 

(Llaman dentro muy recio.)

 
CADÍ
¿Qué es esto?
UNO
Las puertas rompen.
30
CADÍ
Sin duda cogernos tratan
en nuestras juntas; que como
el rey por edictos manda
que se veden, la justicia,
viendo entrar en esta casa 35
a tantos moriscos, viene
siguiéndonos.
 

(Llaman.)

 
ALCUZCUZ
Pues ya escampa.


Escena II

 

DON JUAN MALEC.-Dichos.

 
MALEC

  (Dentro.) 

¿Cómo os tardáis en abrir
a quien desta suerte llama?
ALCUZCUZ
En vano llama a la puerta 40
quien no ha llamado en el alma.
UNO
¿Qué haremos?
CADÍ
Esconder todos
los instrumentos, y abran
diciendo que sólo a verme
vinisteis.
OTRO
Muy bien lo trazas.
45
CADÍ
Pues todos disimulemos.
Alcuzcuz, corre: ¿qué aguardas?
ALCUZCUZ
Al abrir del porta, temo
que ha de darme con la estaca
cien palos el alguacil 50
en barriga, e ser desgracia
que en barriga de Alcuzcuz
el leña, y no alcuzcuz haya.
 

(Abre ALCUZCUZ, y sale DON JUAN MALEC.)

 
MALEC
No os receléis.
CADÍ
Pues, señor
don Juan, cuya sangre clara 55
de Malec os pudo hacer
veinticuatro de Granada,
aunque de africano origen,
¡vos desta suerte en mi casa!
MALEC
Y no con poca ocasión 60
hoy vengo buscándôs: basta
deciros que a ella me traen
arrastrando mis desgracias.
CADÍ

 (Aparte a los MORISCOS.)  

Él sin duda a reprendernos
viene.
ALCUZCUZ
Eso no perder nada.
65
¿Prender no fuera peor
que reprender?
CADÍ
¿Qué nos mandas?
MALEC
Reportaos todos, amigos,
del susto que el verme os causa.
Hoy entrando en el cabildo, 70
envió desde la sala
del rey Felipe segundo
el presidente una carta,
para que la ejecución
de lo que por ella manda, 75
de la ciudad quede a cuenta.
Abrióse, empezó en voz alta
a leerla el secretario
del cabildo; y todas cuantas
instrucciones contenía, 80
todas eran ordenadas
en vuestro agravio. ¡Qué bien
pareja del tiempo llaman
a la fortuna, pues ambos
sobre una rueda y dos alas, 85
para el bien o para el mal
corren siempre y nunca paran!
Las condiciones, pues, eran
algunas de las pasadas
y otras nuevas que venían 90
escritas con más instancia,
en razón de que ninguno
de la nación africana,
que hoy es caduca ceniza
de aquella invencible llama 95
en que ardió España, pudiese
tener fiestas, hacer zambras,
vestir sedas, verse en baños,
ni oírse en alguna casa
hablar en su algarabía, 100
sino en lengua castellana.
Yo, que por el más antiguo,
el primero me tocaba
hablar, dije que aunque era
ley justa y prevención santa 105
ir haciendo poco a poco
de la costumbre africana
olvido, no era razón
que fuese con furia tanta;
y así, que se procediese 110
en el caso con templanza,
porque la violencia sobra
donde la costumbre falta.
Don Juan, don Juan de Mendoza,
deudo de la ilustre casa 115
del gran marqués de Mondéjar,
dijo entonces: «Don Juan habla
apasionado, porque
naturaleza le llama
a que mire por los suyos, 120
y así, remite y dilata
el castigo a los moriscos,
gente vil, humilde y baja.-
Señor don Juan de Mendoza
(dije) cuando estuvo España 125
en la opresión de los moros
cautiva en su propia patria,
los cristianos, que mezclados
con los árabes estaban,
que hoy mozárabes se dicen, 130
no se ofenden, ni se infaman
de haberlo estado, porque
más engrandece y ensalza
la fortuna al padecerla
a veces, que al dominarla. 135
Y en cuanto a que son humildes,
gente abatida y esclava,
los que fueron caballeros
moros no debieron nada
a caballeros cristianos 140
el día que con el agua
del bautismo recibieron
su fe católica y santa;
mayormente los que tienen,
como yo, de reyes tanta.- 145
Sí; pero de reyes moros,
dijo.- Como si dejara
de ser real, le respondí,
por mora, siendo cristiana
la de Valores, Cegríes, 150
de Venegas y Granadas».
De una palabra a otra, en fin,
como entramos sin espadas,
unos y otros se empeñaron...
¡Mal haya ocasión, mal haya, 155
sin espadas y con lenguas,
que son las peores armas,
pues una herida mejor
se cura que una palabra!
Alguna acaso le dije 160
que obligase a su arrogancia
a que (aquí tiemblo al decirlo)
tomándome (¡pena extraña!)
el báculo de las manos,
con él... pero hasta esto basta; 165
que hay cosas que cuesta más
el decirlas que el pasarlas.
Este agravio que en defensa,
esta ofensa que en demanda
vuestra a mí me ha sucedido, 170
a todos juntos alcanza,
pues no tengo un hijo yo
que desagravie mis canas,
sino una hija, consuelo
que aflige más que descansa. 175
Ea, valientes moriscos,
noble reliquia africana,
los cristianos solamente
haceros esclavos tratan;
la Alpujarra (aquesa sierra 180
que al sol la cerviz levanta,
y que poblada de villas,
es mar de peñas y plantas,
adonde sus poblaciones
ondas navegan de plata, 185
por quien nombres las pusieron
de Galera, Berja y Gavia)
toda es nuestra: retiremos
a ella bastimentos y armas.
Elegid una cabeza 190
de la antigua estirpe clara
de vuestros Abenhumeyas,
pues hay en Castilla tantas,
y haceos señores, de esclavos;
que yo, a costa de mis ansias, 195
iré persuadiendo a todos
que es bajeza, que es infamia
que a todos toque mi agravio,
y no a todos mi venganza.
CADÍ
Yo para el hecho que intentas... 200
OTRO
Yo para la acción que trazas...
CADÍ
Mi vida y mi hacienda ofrezco.
OTRO
Ofrezco mi vida y alma.
UNO
Todos decimos lo mismo.
UNA MORISCA
Y yo en el nombre de cuantas 205
moriscas Granada tiene,
ofrezco joyas y galas.
 

(Vanse MALEC y varios MORISCOS.)

 
ALCUZCUZ
Me, que sólo tener una
tendecilia en Vevarambla
de aceite, vinagre e higos, 210
nueces, almendras e pasas,
cebolias, ajos, pimentos,
cintas, escobas de palma,
hilo, agujas, faldriqueras
con papel blanco e de estraza, 215
alcamonios, agujetas
de perro, tabaco, varas,
caniones para hacer plumas,
hostios para cerrar cartas,
ofrecer lievarla a cuestas 220
con todas sus zarandajas,
porque me he de ver, si llegan
a colmo mis esperanzas,
de todos los Alcuzcuzes
marqués, conde o duque.
UNO
Calla,
225
que estás loco.
ALCUZCUZ
No estar loco.
OTRO
Si no loco, es cosa clara
que estás borracho.
ALCUZCUZ
No estar,
que jonior Mahoma manda
en su alacran no beber 230
vino, y en mi vida nada
lo he bebido... por los ojos;
que si alguna vez me agrada,
por no quebrar el costumbre,
me lo bebo por la barba. 235
 

(Vanse.)

 
 

Sala en casa de MALEC.

 


Escena III

 

DOÑA CLARA, BEATRIZ.

 
DOÑA CLARA
Déjame, Beatriz, llorar
en tantas penas y enojos;
débanles algo a mis ojos
mi desdicha y mi pesar.
Ya que no puedo matar 240
a quien llegó a deslucir
mi honor, déjame sentir
las afrentas que le heredo,
pues ya que matar no puedo,
pueda a lo menos morir. 245
¡Qué baja naturaleza
con nosotras se mostró,
pues cuando mucho, nos dio
un ingenio, una belleza
adonde el honor tropieza, 250
mas no donde pueda estar
seguro! ¿Qué más pesar,
si a padre y marido vemos
que quitar su honor podemos,
y no le podemos dar? 255
Si hubiera varón nacido,
Granada y el mundo viera
hoy, si con un joven era
tan soberbio y atrevido
el Mendoza, como ha sido 260
con un viejo... Y por hacer
estoy que llegue a entender
que no por mujer le dejo;
pues quien riñó con un viejo,
podrá con una mujer. 265
Pero es loca mi esperanza.
Esto es solamente hablar.
¡Oh si pudiera llegar
a mis manos mi venganza!
Y mayor pena me alcanza 270
verme ¡ay infelice! así,
porque en un día perdí
padre y esposo, pues ya
por mujer no me querrá
don Álvaro Tuzaní. 275


Escena IV

 

DON ÁLVARO.-DOÑA CLARA, BEATRIZ.

 
DON ÁLVARO
Por mal agüero he tenido,
cuando ya en nada repara
mi amor, haber, bella Clara,
mi nombre en tu boca oído;
porque si la voz ha sido 280
eco del pecho, sospecho
que él, que en lágrimas deshecho
está, sus penas dirá:
luego soy tu pena ya,
pues que me arrojas del pecho. 285
DOÑA CLARA
No puedo negar que llena
de penas el alma esté,
y andas tú en ellas, porque
no eres tú mi menor pena.
De ti el cielo me enajena: 290
¡Mira si eres la mayor!
Porque es tan grande mi amor,
que tu mujer no he de ser,
porque no tengas mujer
tú, de un padre sin honor. 295
DON ÁLVARO
Clara, no quiero acordarte
cuánto respeto he tenido
a tu amor, y cuánto ha sido
mi respeto en adorarte;
sólo quiero en esta parte 300
disculparme de que así
haya entrado hoy hasta aquí,
antes de haberte vengado;
porque haberlo dilatado
es lo más que hago por ti. 305
Que aunque en las leyes del duelo
con mujer no se ha de hablar,
y aunque puedo consolar
tu pena y tu desconsuelo
con decir a tu desvelo 310
que no llore y que no sienta;
porque la acción que se intenta
sin espada (mayormente
cuando hay justicia presente)
ni agravia, ofende ni afrenta; 315
de uno ni otro me aprovecho,
mas de otra disculpa sí,
y es decir que entrarme aquí
antes de haber satisfecho
(pasando al Mendoza el pecho) 320
a tu padre, acción ha sido
cuerda; porque recibido
está que no se vengó
bien del ofensor, si no
le dio muerte el ofendido, 325
si no es que su hijo sea
o sea su hermano menor:
y así, para que su honor
hoy imposible no vea
la venganza que desea, 330
una fineza he de hacer,
que es pedirte por mujer
a don Juan: y así, colijo
que en siendo una vez su hijo,
le podré satisfacer. 335
Sólo a esto, Clara, he venido;
y si me tuvo hasta aquí
cobarde en pedirte así,
haber tan pobre nacido;
hoy que esto le ha sucedido, 340
sólo le pida mi labio
su agravio en dote: y es sabio
acuerdo dármele, pues
ya sabe el mundo que es
dote de un pobre un agravio. 345
DOÑA CLARA
Ni yo, don Álvaro, espero
acordarte, cuando lloro,
la verdad con que te adoro
y la fe con que te quiero.
No intento decir que muero 350
hoy, dos veces ofendida,
no que a tu afición rendida,
no que en amorosa calma
eres vida de mi alma
y eres alma de mi vida; 355
que sólo dar a entender
quiero en confusión tan brava,
que quien fuera ayer tu esclava,
hoy no será tu mujer;
porque si cobarde ayer 360
no me pediste, y hoy sí,
no quiero yo que de ti,
murmurando el mundo, arguya
que para ser mujer tuya,
hubo que suplir en mí. 365
Rica y honrada pensé
yo que aún no te merecía;
mas como era dicha mía,
solamente lo dudé:
Mira cómo hoy te daré 370
en vez de favor castigo,
haciendo al mundo testigo
que fue menester, señor,
que me hallases sin honor
para casarte conmigo. 375
DON ÁLVARO
Yo lo intento por vengarte.
DOÑA CLARA
Yo lo excuso por temerte.
DON ÁLVARO
Esto, Clara, ¿no es quererte?
DOÑA CLARA
¿No es esto, Álvaro, estimarte?
DON ÁLVARO
No has de poder excusarte... 380
DOÑA CLARA
Darme la muerte podré.
DON ÁLVARO
Que yo a don Juan le diré
mi amor.
DOÑA CLARA
Diré que es error.
DON ÁLVARO
Y eso ¿es lealtad?
DOÑA CLARA
Es honor.
DON ÁLVARO
Y eso ¿es fineza?
DOÑA CLARA
Esto es fe;
385
pues a los cielos les juro
de no ser de otro mujer,
como mi honor llegue a ver
de toda excepción seguro.
Sólo esto lograr procuro. 390
DON ÁLVARO
¿Qué importa si...?
BEATRIZ
Mi señor
sube por el corredor
con mucho acompañamiento.
DOÑA CLARA
Retírate a este aposento.
DON ÁLVARO
¡Qué desdicha!
DOÑA CLARA
¡Qué rigor!
395
 

(Vanse DON ÁLVARO y BEATRIZ.)

 

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