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ArribaAbajoDeclaración de amor


ArribaAbajo Mándame quitar la vida,
si es delito el adorarte:
yo no he de ser el primero
que muero por ser tu amante.

Ingrata, mal pagadora  5
con quien te ha querido tanto,
no he podido con mi llanto
de ser tu amante, traidora.
Mi corazón gime y llora
de ver a mi alma afligida,  10
entre un pensar sumergida,
en continuo batallar
si yo te llego a engañar
mándame quitar la vida.

Confiésame la verdad  15
si no me tienes amor:
ya basta para rigor
y para tanta crueldad.
Si sigues con veleidad
jamás podrás apartarte  20
de mí; si quieres quejarte
yo soy amoroso y franco;
por eso siéntame al banco
si es delito el adorarte.

Me tienes con pasión poca  25
esperanzado, tirana:
regálame hoy o mañana
un sí de tu bella boca.
Aunque mi esperanza es loca,
dichoso me considero  30
viendo que me desespero
y la suerte me maltrata:
quien sufre por una ingrata
yo no he de ser el primero.

Lo que mi corazón siente  35
no te lo quiero contar
por no darte más pesar
al verme que estoy ausente.
Si hay alguno que te cuente
de que yo he sido farsante,  40
de verte tan inconstante
pienso dejar de existir
mas que tengan que decir
que muero por ser tu amante.

Al fin aquí yo te explico  45
lo que me hallo sufriendo
y me estás entreteniendo
lo mismo que niño chico
como amante te suplico
que no me hagas padecer;  50
díceme con qué placer
me aborreces y por qué;
y pienso que moriré
por tu ingratitud, mujer.71




ArribaAbajoVersos del lloro y canto de una tortolilla


ArribaAbajo   Arriba de un árbol verde
una tortolilla amante
lloraba su desventura
con un dolor incesante.

   Oí un lastimero llanto  5
que me causó confusión,
y me llenó de emoción
la pena de su quebranto.
Como el sufrir era tanto
hacia en los aires se pierde  10
solo porque yo recuerde,
del eco las vibraciones;
improvisa sus canciones
arriba de un árbol verde.

   De ver su melancolía  15
me dio congoja y tristeza,
y al punto con ligereza
propuse darle alegría.
Las penas que ellas tenía
se las quité en el instante,  20
con mi canto delirante
la hice ponerse risueña,
a fin que sea mi dueña
una tortolilla amante.

   Sus arrullos se enamoran  25
cual cánticos melodiosos,
los siento tan amorosos
cuando en mí se atesoran,
mis sentimientos devoran
su voz con tanta ternura,  30
dejándome el alma pura
dice a dicha perdí,
al acordarse de mí
lloraba su desventura.

   Era tanto el sentimiento  35
que tenía por su cielo,
y lloraba el desconsuelo
sin descansar un momento.
En su mucho abatimiento
lo pasaba suspirante,  40
pensando sólo en su amante
sin poderse consolar,
toda su vida era estar
con un dolor incesante.

   Por último, en una flor  45
de verla tan fragantosa
en la selva deleitosa
le dejé impreso mi amor.
El cual de consolador
le sirvió de aquella hora,  50
a la avecilla cantora
y aumentó su melodía
desde entonces hasta hoy día
me han dicho de que no llora.72

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ArribaAbajoRecuerdo de una enamorada a su amante


ArribaAbajo   Mucho te quise también
desde que te conocí
y el amor que puse en ti
lo pagas con un desdén.

   Aunque noticias me den  5
de ti que sois mentiroso,
en un tiempo, veleidoso,
mucho te quise también.

   Cuando le disteis el sí
a mi amorosa pasión,  10
te adoré con afición
desde que te conocí.

   Si te acordaras de mí,
ingrato desapiadado,
mirarías con agrado  15
el amor que puse en ti.

   Mis ojos cuando te ven,
y a amarte yo me prevengo,
el cariño que te tengo
lo pagas con un desdén.  20

   Al fin, decidme por qué,
aquí te pregunto yo,
si me has de querer o no
yo también te lo diré.73




ArribaAbajoLamentos de amores


ArribaAbajo   Ingrato, ¿por qué razón
te muestras tan lisonjero,
siendo que tanto te quiero
me hieres el corazón?

   Si me niegas tu perdón  5
moriré de sentimientos,
no me atiendes mis lamentos,
ingrato, ¿por qué razón?

   De ti una respuesta espero
para tranquila vivir,  10
pues para hacerme sufrir
te muestras tan lisonjero.

   Hermosísimo lucero,
reclamarte es natural:
¿por qué me pagaste tan mal  15
siendo que tanto te quiero?

   Dime ¿con qué galardón
me habéis echado en olvido?
Con ese amor tan fingido
me hieres el corazón.  20

   Al fin, ¿con qué atractivo
me borras del pensamiento
para aumentarme el tormento
sin que yo te dé motivo?74

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ArribaAbajoVersos de amor


ArribaAbajo   Una piedra con ser piedra,
al golpe de un eslabón
da una chispa de calor,
del mismo calor se quiebra.

   El amador que se ausenta  5
de su consorte adorada,
cuando pinta la alborada
triste gime y se lamenta.
Un gran sentir le atormenta,
mas si la pena le arredra  10
entre la marchita hiedra,
abatido en tiempo recio
siente el desdén del desprecio
una piedra con ser piedra.

   En un continuo desvelo  15
ardiendo su amor en fuego,
por ver si tiene sosiego
alza sus quejas al cielo.
Llora sin tener consuelo
cual valeroso Sansón;  20
su angustiado corazón,
en su desgraciada suerte,
ve acercarse la muerte
al golpe de un eslabón.

   No siente de sucumbir  25
el hombre por la mujer,
nació pues para querer
hasta vencer o morir.
Si ve el peligro venir
resiste por el amor  30
con el brillo brillador;
dirá al estar en conquista:
hermosa bella tu vista
de una chispa de calor.

   Cuando con alma afligida  35
se apasiona el hombre a veces
y sus caricias ofrece
al ídolo de su vida,
porque sea su querida
sigue del placer la hebra;  40
y de este modo se enhebra
el espejo cual ensayo;
dándole del fuego un rayo
del mismo calor se quiebra.

   Al fin, cuando ya consigue  45
el hombre cumplir su intento,
sigue amando más atento
sin que nadie se le obligue.
Acariciando prosigue
cuando es bien correspondido,  50
aunque lo echen en olvido
no le da jamás tristeza,
ni siente por su belleza
menoscabar su sentido.75




ArribaAbajoPuros prometimientos de amor


ArribaAbajo   Es imposible señora
privarme del que te quiera,
yo te tengo que adorar
hasta el día en que me muera.

   Decirle a mi corazón  5
que para siempre te olvido
mucho es lo que le pido
en su amorosa pasión.
Puse en ti mi afición
desde la primera hora,  10
te hallé tan encantadora
tan bella y resplandeciente,
vivir de tu vista ausente
es imposible, señora.

   Si llegará de Turquía  15
con su ejército un rey moro
a quitarme la que adoro
tal vez no conseguiría.
Miedo jamás le tendría
mas que a mi vista lo viera;  20
aunque la muerte viniera
a combatirse conmigo,
no podrá nunca, te digo,
privarme del que te quiera.

   Si un monarca del oriente  25
viniera con valentía
a llevarte vida mía,
pondría mi pecho al frente.
El que te ama nada siente
ni lo amedrenta el pesar;  30
por ti he de batallar
con mi alma triste y herida
hasta concluir mi vida
yo te tengo que adorar.

   Si mil muertes me rodearan  35
para hacerme fenecer
más firme te he de querer
aunque me amenazaran.
Cuando de ti me apartaran
y esté en una cordillera  40
no temeré ni a la fiera
sólo por venirte a hablar,
soy firme y te he de amar
hasta el día en que me muera.

   Por último, ni el rigor  45
me hará olvidar tu amistad,
te lo confieso en verdad
que es fino mi puro amor.
No siento ningún dolor
si quedo de amor herido  50
porque soy tu aborrecido;
el corazón se me parte,
sólo dejaré de amarte
en la mansión del olvido.76

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ArribaAbajoEl rotito enamorado


ArribaAbajo   Áteme con una trama,
si en algo le contradigo,
azóteme con un hilo
contra el pilar de su cama.

   Una vez en el Pasaje  5
que andaba en muy alta facha,
me le atraqué a una muchacha
como lo hace un personaje.
Le hablé con tan buen lenguaje
un discurso en mi proclama,  10
ardiendo en vívida llama
en mí no hallará mudanza,
y si tiene desconfianza
átame con una trama.

   Otra noche en el Portal  15
haciéndome muy maldito,
me le atraqué al ladito
a una joven, yo, ¿qué tal?
Hablándole muy legal
me le oferté como amigo,  20
donde usted vaya la sigo
por ver si me da un beso;
bien puede mandarme preso
si en algo le contradigo.

   Otra ocasión de sorpresa  25
como a las dos de la tarde,
para ver si era cobarde
me le atraqué a una belleza;
se echó el manto a la cabeza
y siguió en el mismo estilo,  30
¡ve qué traza de pililo!
me decía la morena,
y si acaso le doy pena
azóteme con un hilo.

   Sin aflojarle ni un punto  35
más y más me le atracaba,
cada vez que la encontraba
le hablaba sobre el asunto.
¡Vean qué traza de unto!
oí que dijo la dama,  40
a su hermoso panorama
si es que yo le haya faltado,
deme una vuelta amarrado
contra el pilar de su cama.

   Por último, en el Mercado,  45
sobre de amores le hablé,
y cuando me le cuadré
quedé muy avergonzado.
Me le oferté por su amado
no me dijo sí ni no.  50
Lo que ella me contestó
fue un tormento para mí,
y porque le dije así
hasta preso me mandó.77




ArribaAbajoVersos de sentimientos


ArribaAbajo   Esa por quien me olvidaste
con tanto rigor, mi dueño...
vos no me tienes amor
conforme yo te lo tengo.

   De primeras me dijiste  5
que ibas a ser mi amante:
un amor firme y constante
fue el que vos me prometiste;
pero siempre paso triste
al ver de que me dejaste;  10
ya no hay pena que me baste,
ni consuelo en el llorar;
la vida me va a quitar
esa por quien me olvidaste.

   Pues con un mal pensamiento  15
me quisiste cautivar:
me tendré yo que acordar
de tu falso juramento.
Fuiste de tan mal intento
y de semblante halagüeño;  20
te recuerdo con empeño
con mi corazón herido,
porque me echas en olvido
con tanto rigor, mi dueño.

   Ojalá nunca en mi vida  25
te viera yo a mi presencia,
por no sufrir impaciencia
y quedar más abatida.
Ya la esperanza perdida
está, pero no mi honor.  30
No seas mal pagador
con quien te supo querer;
te digo en mi padecer:
vos no me tienes amor.

   Me prometistes, infame,  35
de no echarme en el olvido,
pero hasta aquí no has cumplido
y es menester que reclame
al dios Cupido y lo llame;
desde luego me prevengo;  40
jamás con ninguno arengo;
te suplico, blanco Armiño,
no me tienes, pues, cariño
conforme yo te lo tengo.

   Al fin, con gran desconsuelo  45
sufro, y todo esto es injusto,
porque nunca tendré gusto
careciendo de tu cielo.
Sin encontrar un desvelo,
díganme ¿cómo estaré?  50
A todos les contaré
el mal trato que me has dado;
de ver cómo te has portado,
mientras viva lloraré.78

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ArribaAbajoLa mora y su amante


ArribaAbajo   Estoy queriendo una mora
porque es mora de nación,
es mora porque enamora
dentro de su corazón.

   Quiero una esbelta princesa  5
hija de un rey pagano,
con mi amor soberano
por su hermosura y belleza.
Su angelical gentileza
mi suerte y gracia devora,  10
cuando en mí se atesora
un suspiro lisonjero,
con cariño verdadero
estoy queriendo una mora.

   Sin respetar la opulencia  15
me le oferté por amante
en aquel glorioso instante
al hallarme en su presencia.
Con la más fina elocuencia
le declaré mi pasión,  20
al punto y con atención
de mis amores le hablé,
y jamás la olvidaré
porque es mora de nación.

   Lindo trono de diamantes,  25
le pondré en su palacio
adornado con topacio
de zafiros y brillantes.
Con brillos tan relumbrantes
para ti, bella señora,  30
música con voz sonora
le alegran en su elegancia,
desde su primera infancia
es mora porque enamora.

   Un castillo de cristales  35
le hice para su contento,
y le puse de ornamento
los más preciosos metales.
De todos estos materiales
le trabajé un pabellón,  40
y en seguida un balcón
donde pasee su gloria,
y que me tenga en memoria
dentro de su corazón.

   Al fin, una gran corona  45
le compré en Alejandría,
que da brillos como el día
y hermosea su persona.
Con sus rayos eslabona
el sol de su inmensa altura,  50
al contemplar su finura
hallándose despejado
le brinda un rayo dorado
de luz blanca, clara y pura.79




ArribaAbajoSentimiento de amor


ArribaAbajo   Hombre falso engañador
conmigo desapiadado
¿para qué me habéis amado
si no me tienes amor?

   Para qué me prometiste  5
que ibas a ser mi amante;
fiel, amoroso y constante
cuál es de que me cumpliste.
Dime si una cosa viste
en mi casto y puro honor,  10
te diré con gran dolor
si te llegase a encontrar,
de mí te quieres burlar
hombre falso, engañador.

   Me has ofertado riquezas  15
de todito corazón,
de plata y oro un millón
si te adoro con finezas
hoy faltas a las promesas
del cariño profesado,  20
estando juramentado
yo te lo recuerdo aquí,
por qué te muestras así
conmigo desapiadado.

   Hasta cuándo, dueño encanto,  25
no me amas como yo te amo,
con lágrimas te reclamo
a ti que te quiero tanto.
Cuando mitigas mi llanto
que por tu ausencia he llorado,  30
ya el corazón se ha secado
y no puedo más sufrir,
si me has de hacer morir,
¿para qué me habéis amado?

    Ya me falta el sufrimiento,  35
te lo confieso mi cielo,
la alegría y el consuelo
me los devora un tormento.
Es tan grande el sentimiento
que tengo, infame traidor,  40
perjuro, calumniador,
decírtelo es necesario,
retírate, pues, falsario,
si no me tienes amor.

   Al fin, qué piensas hacer,  45
confiesame la verdad,
si me has de tener piedad
no me hagas más padecer.
Jamás hallarás mujer
que te pague como yo,  50
te lo advierto, como no,
al concluir la porfía,
el amor que te tenía
hoy para mí se acabó.80

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ArribaAbajoPrometimientos de amores


ArribaAbajo   Astros, luna y sol dorado,
pena, tristeza y dulzura,
glorias que dan amarguras,
al amante desgraciado.

   Ya ves que por ti quisiera  5
te prometo con franqueza,
morir en suma bajeza
por tu sonrisa hechicera.
Tu mirada lisonjera,
me deja como encantado,  10
triste y descorazonado
suspiro como demente,
al ver brillar en tu frente
astros, luna y sol dorado.

   Borrarte de mi memoria  15
para mí es imposible,
siempre te tengo visible
porque eres mi dicha y gloria.
Con la pasión ilusoria
me encanta tu preciosura;  20
por gozar de mi ventura
contigo paso soñando;
aunque siempre me estás dando:
pena tristeza y dulzura.

   Mi alma cuando yo te miro  25
da al corazón su querella,
porque al verte hermosa bella,
me quejo y pego un suspiro.
Contigo sueño y deliro
cuando el amor me apura;  30
irán a la sepultura
mis amorosas delicias,
sólo hallan en tus caricias
glorias que dan amarguras.

   Si yo de amarte dejara  35
sólo hallaría la muerte,
porque mi vida es quererte
y estar mirando tu cara.
Si alguno me lo estorbara
privándome de tu lado,  40
si no he de ser tu adorado
te digo precioso cielo,
que tú le des el consuelo
al amante desgraciado.

   Al fin, por cuya razón,  45
tu gracia y cariño imploro,
y en pruebas de que te adoro
te entrego mi corazón.
Si me niegas el perdón
infeliz será mi suerte,  50
reducido a polvo inerte
quedaré como paciente
muriéndome solamente
he de dejar de quererte.81

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ArribaAbajoCarta de un amante a su bella


ArribaAbajo   Tomo la pluma en mi mano
para escribir mi pasión,
en esta carta amorosa
te mando mi corazón.

   Me tomo la preferencia,  5
y a tus caricias me ofrezco,
aunque yo no las merezco
mándame correspondencia.
Si me niegas tu presencia
herirás mi pecho sano,  10
con un dolor soberano
el corazón se me parte;
tan sólo por saludarte
tomo la pluma en mi mano.

   Con el mismo portador,  15
cuando tomes el papel
pasa la vista por él,
dáme pruebas de tu amor.
Y encontrarás mi dolor
en otra contestación:  20
con cuidado y atención
habéis de oír mi lamento
si me das consentimiento
para escribir mi pasión.

   Mucho siento el enfadarte  25
claro y brillante lucero,
de lo tanto que te quiero
el alma ya se me parte.
No quisiera molestarte,
niña bella y candorosa,  30
te muestras tan generosa;
así, muy bien, no te asombre
si hallas escrito mi nombre
en esta carta amorosa.

   Tintero, papel y pluma  35
deseo para escribirte,
y mis tristezas decirte
con una abnegación suma.
Siento un pesar que me abruma,
si me niegas tu perdón,  40
moriré sin galardón
por ti hermoso tesoro,
y en señas de que te adoro
te mando mi corazón.

   Al fin, hoy con dulce canto  45
te digo, al leer en ella,
corresponde, perla bella,
a quien te ha querido tanto.
Siendo mi amor sin quebranto
no me mires como extraño,  50
mi gloria, ¡jamás te engaño!
Y en ti lo paso pensando,
y tu respuesta aguardando
la hora se me hace un año.82




ArribaAbajoVersos humanos. El pajarillo portador de los amantes


ArribaAbajo   Pajarillo portador,
ya que vuelas tan violento,
llevámele este lamento
a la dueña de mi amor.

   Cuando ya quieras partir  5
y llegues donde mi dueña,
con tu carita halagüeña
declárale mi sufrir.
En nada le has de mentir,
te lo pido por favor,  10
yo seré buen pagador
contigo en todo lugar;
no me vayas a engañar
pajarillo portador.

   Ave de buen corazón,  15
según lo que te conteste,
aunque trabajo te cueste
ven a darme la razón.
Si ella me da su perdón
traémelo en el momento.  20
Para yo quedar contento
siquiera por un ratito
no te tardes pajarito
ya que vuelas tan violento.

   La vez que halles a mi gloria  25
y te pregunte por mí,
contéstale que sí
que yo la tengo en memoria.
En esta vida ilusoria
el vivir es un tormento,  30
y vos en el firmamento
alegre pasas cantando.
A la que yo estoy amando
llévamele este lamento.

   Si ella la contestación  35
te da, traémela luego,
con humildad te lo ruego
que es inmensa mi pasión.
Pónele toda atención
si eres buen observador,  40
para que lo hagas mejor
al darle mi embajada.
No le incomodes en nada
a la dueña de mi amor.

   Al fin, pajarillo, amante,  45
cumple con lo prometido,
que seré tu agradecido
desde este mismo instante.
De ver tu talle elegante
mi corazón se devora;  50
pajarillo en esta hora
anda y dile sin querella,
de que yo peno por ella
y ella por mí nunca llora.83

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ArribaAbajoCarta de amor


ArribaAbajo   Para escribirte una carta
tomé la pluma por ti:
si encuentras algún borrón,
no me eches la culpa a mí.

   Desde que me separé  5
de vos, me llevo pensando,
día y noche bartulando
si ya nunca te veré.
Prometo que volveré
a declararte mi falta,  10
y aunque el pecho se me parta,
tomo con angustia suma
tintero, papel y pluma
para escribirte una carta.

   Con pena y atribulado  15
estoy padeciendo injusto
y ya nunca tendré gusto
porque me encuentro atrilado.
Pero si tú me has amado
y aún te acuerdas de mí,  20
mándame siquiera un sí
de ese tu amor lisonjero,
que yo, en prueba que te quiero,
tomé la pluma por ti.

   Cuando tomes el papel,  25
tu amante te lo previene,
para ver lo que contiene
pasa la vista por él,
y no me trates de infiel
si hallas mojado un renglón,  30
mira que por mi pasión
son lágrimas que he llorado,
y debo ser perdonado
si encuentras algún borrón.

   Si encuentra en tu corazón  35
alivio un pobre amador,
con el mismo portador
mándame contestación.
Herido de una pasión
estoy desde que te vi,  40
por eso, con frenesí,
mi pobre alma se agita...
De esta carta mal escrita
no me eches la culpa a mí.

   Al fin, con gran sentimiento  45
y viendo a mi pecho herido,
que me contestes te pido
para aliviar mi tormento.
Ya me falta hasta el aliento
y no tengo resistencia;  50
por eso es que a tu clemencia
que no me olvide le pido,
si mi carta has recibido,
mándame correspondencia.84

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ArribaAbajoSentimiento de amor


ArribaAbajo   Ya se acabó mi placer,
mi gloria ya se deshizo,
pues quien perdió lo que quiso
no tiene más que perder.

   Ingrata, viendo tu encanto,  5
hoy si no me quieres, dí
siendo que muero por ti
¿por qué me aborreces tanto?
Me cubro del negro manto
y es de tanto padecer:  10
por tu ingratitud, mujer,
a morir solo me obligo,
me quejo, suspiro y digo:
ya se acabó mi placer.

   Antes, cuando era moderno,  15
me dirías: palomito,
ven a mis brazos, hijito,
y ahora soy un infierno.
Te amaba con amor tierno
porque era justo y preciso;  20
si acaso no te acaricio,
el odio será mortal;
porque me has pagado mal,
mi gloria ya se deshizo.

   Mas bien quisiera la muerte,  25
que no haberte conocido:
si he de ser tu aborrecido
¿qué sacaré con quererte?
Reducido a polvo inerte
quedo en el suelo en que piso;  30
cada vez que te diviso
te digo, si a ti me apego.
No podrá tener sosiego,
pues, quien perdió lo que quiso.

   Aunque me hallo entre cadena,  35
tú no te acuerdas de mí,
y si no me das el sí
me voy a morir de pena.
Creo que la hora suena
y me voy a enloquecer:  40
tirana, lo vas a ver,
te lo digo en este instante,
que aquel que pierde su amante
no tiene más que perder.

   Al fin, tirana, ¿por qué  45
no aminoras mi aflicción,
siendo que en mi corazón
yo jamás te olvidaré?
Con firmeza te adoré
desde mi primera infancia:  50
pongamos en la balanza
mi amor y el tuyo, es decir,
si te quieres disuadir,
déjame alguna esperanza.85




ArribaAbajoPenas de un amante


ArribaAbajo   Tengo ganas de llorar
pero ya se me han quitado
y de tanto que he llorado
no me puedo consolar.

   Esa estrella relumbrante  5
que alumbra en tu faz serena,
te hace desechar la pena
y te aumenta el ser brillante.
Ese tu amor inconstante
me hace el alma delirar:  10
hoy te vengo a declarar
lo que vos sois para mí
y al acordarme de ti
tengo ganas de llorar.

   Tu belleza y hermosura  15
ya me creo que perdí,
porque de vos conseguí
el ir a la sepultura.
Veo un rayo de luz pura
en tu cielo acristalado;  20
pero el aire le ha empañado
la más excelente parte:
tuve deseos de amarte,
pero ya se me han quitado.

   No hay joya, por más hermosa,  25
que te exceda, prenda mía;
ni la luz clara del día
te iguala, perla preciosa.
Sois tan linda y candorosa,
que eres un cielo estrellado;  30
si de ti soy despreciado,
digo, con justa razón,
se oprime mi corazón
y de tanto que he llorado.

   No hay astro en el firmamento  35
como tú en tanta fineza
y al contemplar tu belleza
brilla el sol en su aposento.
Ni el más grandioso portento
a vos podría alcanzar;  40
porque igualas al nacár
te han coronado de gloria
y al hacer de ti memoria
no me puedo consolar.

   Al fin, ni el puro diamante  45
te iguala, blanca perlita,
porque encantáis con tu vista
al más amoroso amante.
Sois guía del navegante,
consuelo del afligido;  50
en el jardín de Cupido
no he visto otra flor más bella,
y te digo en mi querella
que no me eches en olvido.86

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ArribaAbajoVersos de amor. Separación de un amante


ArribaAbajo   Ya fui a mi viaje y volví,
a tu presencia llegué,
en lo que me demoré
¿te has acordado de mí?

   Me retiro con tristeza,  5
desde tu lado señora,
pero pienso cada hora
en tu hermosura y belleza;
al punto y con ligereza
he de volver donde ti.  10
El tiempo que me perdí,
ha sido por buscar suerte;
en prueba que sé quererte
ya fui a mi viaje y volví.

   Cuando me encuentre distante  15
te mandaré una razón,
pidiendo me des perdón,
que seré tu fiel amante;
como peregrino errante
desde que me separé.  20
Muchas lágrimas lloré,
cual si fuera Magdalena,
por declararte mi pena
a tu presencia llegué.

   A buscar con sentimiento,  25
me separo de tu vista,
por estar a tu conquista
año se me hace un momento.
Se aumentó mi contento,
luego que te divisé;  30
también te preguntaré,
con mi humilde corazón
si has cambiado de pasión
en lo que me demoré.

   En una correspondencia,  35
que me entregó el portador,
me propuse con amor
de ponerme a tu presencia.
Me faltó la resistencia,
después que la recibí;  40
tan pronto que la leí,
fue más doble mi tormento,
de ver que ni en pensamiento
te has acordado de mí.

   Al fin mi adorado encanto,  45
vengo pisando entre abrojos,
a quitarle los enojos
con un entusiasmo santo.
No te cause ni espanto,
por lo que me he demorado;  50
debo de ser perdonado,
si te he hecho alguna ofensa,
ya que me hallo a tu presencia
debo de ser perdonado.87




ArribaAbajoVersos de sentimiento


ArribaAbajo   ¿Con qué flecha me tiraste
que a todo mi cuerpo heriste?
Díme ¿qué datos tuviste
que a mi corazón dañaste?

   Ingrata, me habéis borrado  5
de la lista del amor:
si a ti no fui traidor
¿por qué me has menospreciado?
En un lamentable estado
tú por otro me dejaste:  10
y aunque al mundo me arrojaste
que llorar a mi pesar,
no he podido adivinar
con qué flecha me tiraste.

   La vez que no llego a verte  15
lo paso desconsolado:
sólo por ser tu adorado
no le temo ni a la muerte.
En mi desgracia suerte
siento un pesar que me asiste,  20
y la vez que el sí me diste
de amores tan verdaderos,
con tus ojos hechiceros
a todo mi cuerpo heriste.

   Tu imagen me conquistó  25
y no me tienes amor:
en brazos de otro amador
no pensaba verte yo.
Mi corazón me avisó
que a mi amor te resististe  30
el que suspire y palpite
tus ojos no lo han de ver
para hacerme padecer
díme ¿qué datos tuviste?

   Si me llegas a olvidar  35
como suele acontecer,
soy firme y te he de querer
porque nací para amar.
Te tengo que avasallar
aunque otro por ti me mate  40
no me importa de que gaste
los ojos con que te miro,
si me has mandado un suspiro
que a mi corazón dañaste.

   Al fin ¿cuál es tu intención?  45
Díme si remedio no hay:
¿qué haces de que no le dai
alivio a mi corazón?
En ti pongo mi afición
como amante verdadero,  50
dichoso me considero
si es que muera hoy o mañana:
duélete de mí, tirana,
y dáme lo que yo quiero.88

  —51→  


ArribaAbajoVersos de sentimientos


ArribaAbajo   Con qué flecha me tiraste
que a todo mi cuerpo heriste
dime qué datos trajiste
que a mi corazón dañaste.

   Ingrata me habéis borrado  5
de la lista del amor
para ti no fui traidor
por qué me has menospreciado
en tal miserable estado
tú por otro me dejaste  10
ya no hay pena que me baste
para llorar mi pesar
no he podido adivinar
con qué flecha me tiraste.

   La vez que no llego a verte  15
lo paso desconsolado
sólo por ser tu adorado
no le temo ni a la muerte
en mi desgracia suerte
siento un pesar que me asiste  20
y la vez que el sí me diste
de ese tu amor verdadero
con tus ojos hechiceros
a todo mi cuerpo heriste.

   Cuando me dicen que vos  25
ya no me tienes amor
en brazos de otro amador
no pensaba verte yo
mi corazón me aviso
que a mi amor te resististe  30
el que suspire y palpite
tus ojos no lo han de ver
para hacerme padecer
díme qué datos trajiste.

   Si me llegas a olvidar  35
como suele acontecer
soy firme y te he de querer
porque nací para amar
te tengo que avasallar
aunque otro por ti me mate  40
no me importa de que gaste
los ojos con que te miro
y me has mandado un suspiro
que a mi corazón dañaste.

   Al fin cuál es tu intención  45
díme si remedio no hay
qué haces que no le dai
alivio a mi corazón
en ti pongo mi afición
como amante verdadero  50
dichoso me considero
si es que muera hoy o mañana
duélete de mí tirana
y dame lo que yo quiero.89




ArribaAbajoAventuras de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Voy a principiar contando
la historia de dos amantes,
que en estos mismos instantes
ambos se andaban buscando.

   José María salió  5
una mañana temprano,
y a Lorenzo su paisano
por casualidad encontró.

   Uno a otro se invitó
para ir a hacer la mañana;  10
el deseo y buena gana
a un despacho los llevó.

   Al momento el despachero
al ver entrar los dos huasos,
de arrollado unos dos masos  15
luego les proporcionó.

   Uno de ellos le pidió
una copa de aguardiente,
y una moneda corriente
en la mano le pasó.  20

   Muy jovial y placentero
al pronto él les sirvió,
y el odio les toleró
porque tenían dinero.

   Ahí encontraron garreo  25
los dos, para mi entender,
porque llegó una mujer
para colmo del deseo.

   La dama, de un de repente
llegó al despacho a comprar,  30
donde se vino a encontrar
con estos dos pretendientes.

   Uno de ellos más prudente
al otro empezó a decirle:
párate y anda a servirle  35
una copa de aguardiente.
   Luego se le fue atracando
el guasamaco a la dama.
Quien muy lueguito a la cama
me la siguió convidando.  40

   La pobre niña observando
abrió la boca y le dijo:
con un lenguaje prolijo
usted me está pololeando.

   Con bastante amor le habló  45
y siguió con su porfía,
pero cuanto él le decía
ella contestaba, no.

(Continuará)90

  —52→  

imagen




ArribaAbajoSigue la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Lorenzo es el pretendiente
de la bella Juana Rosa,
de verla tan buena moza
se puso muy exigente.

   Voy a dar unos detalles  5
del mancebo como son:
es de altivo corazón
cuando pasea en las calles.

   Tiene una cierta mirada
atractiva y seductora,  10
que es con la que éste enamora
al emprender la jornada.

   Su buena conversación
es amable y cariñosa,
tiene a mas no sé qué cosa  15
y maliciosa intención.

   Es moreno y nada feo,
y de muy linda mejilla.
En su pasión tan sencilla
arde en impuro deseo.  20

   El es91 blanco de nación
lo digo porque se ofrece,
cuando se afeita parece
un príncipe Napoleón.

   Es zarco, rubio y buen mozo,  25
y cortés en el hablar;
y tiene de singular
que es un tantito celoso.

   Al fin volvió a la porfía
y con más ganas le habló.  30
Pero ella le contestó
para nada lo quería.

   Llegó el momento deseado
para hablarle cara a cara;
que ella lo desengañara  35
para quedar conformado.

   Con su semblante altanero
la joven le refería,
de que a él no lo quería,
sino que a su compañero.  40

   Le habló poco y bien hablado
con cariño y dulce acento,
que lo despeno al momento
y quedó desengañado.

   Va a seguir la narración  45
entreteniendo a la gente
en otros versos siguientes
daré mas explicación.

(Continuará)92

  —53→  


ArribaAbajoSigue la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Vuelvo a principiar la historia
de los dos fieles amantes,
porque ya en estos instantes,
gozarán de dicha y gloria.

   Fue vedad que Juana Rosa  5
se quiso mandar cambiar
y al tiempo de irse a embarcar
halló otra suerte grandiosa.

   Con aquel nuevo adorado
que en la estación encontró,  10
mucho se regocijó,
porque le fue de su agrado.

   Él la supo enamorar,
y conquistarse su amor,
sin trabajo el que menor  15
por ella se hizo amar.

   Con gusto correspondió,
al amante las caricias;
con amorosas delicias
un fuerte abrazo le dio.  20

   Él le dijo con ternura
y le contó sus asuntos:
ahora que estamos juntos
gocemos nuestra ventura.

   Ella, con aquel contento,  25
rebosando de alegría,
al pobre José María
lo borró del pensamiento.

   José María en la cárcel
en una oscura prisión,  30
siempre tenía en la mente,
la imagen de su pasión.

   Sumergido en gran dolor,
con pena y melancolía
se lamenta, y decía:  35
caro me cuesta el amor.

   Triste al verse preso allí,
dijo con tierno desvelo:
¡dónde estará mi consuelo,
si se acordará de mí!  40

   ¡Ay! ¡qué pena y qué tormento!
¡Ay! ¡qué cruel esta hora!
Siento un fuego que me abrasa
y el corazón me devora.

   Ya no quisiera vivir,  45
de mí mismo yo me espanto,
cómo podré tener vida
sin ver a mi adorado encanto.

(Continuará)93




ArribaAbajoSigue la aventura de los dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Sigue la historia, señores,
de Lorenzo y Juana Rosa,
pero me falta una cosa
que advertir a mis lectores.

   Siguió con bastante empeño  5
hablándole del bolaco,
a ese tiempo llegó un paco,
y ella dijo: éste es mi dueño.

   Viendo esto el policial,
que era también gran tunante,  10
sin perder un solo instante
se propuso hacerle mal.

   El paco andaba sin plata
me creo que en aquel caso,
pero bolseándole al huaso  15
se curó hasta las patas.

   Ya lo que se vio curado
el perverso paco infiel,
fue a dar parte a su cuartel
de lo que había observado.  20

   De allá se mandó un sargento,
sin más datos que por eso,
al huaso lo llevó preso
por aquel atrevimiento.

   Lorenzo, con voz serena,  25
traiga usted, le dijo, así
para que me lleven a mí
de pacos una docena.

   El sargento, con prudencia,
le habló con tono severo,  30
lo llevo al cuartel si quiero
mas que se halle en defensa.

   Viendo ya la cosa seria,
le dijo que estaba dado;
como maso de tabaco  35
lo llevó preso, amarrado.

   Cuando ya siguió marchando
en viaje a la policía
con pena y melancolía
en su bella iba pensando.  40

   Para acrecentar el mal
aquellos hombres tiranos,
lo amarraron de las manos
como a cualquier criminal.

   Dejemos en la policía  45
al huaso pasando lista,
volvamos a la Juanita
que está con José María.

(Continuará)94

  —54→  


ArribaAbajoSigue la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Ya salió José María
de la prisión donde estaba,
buscando muy anheloso
la prenda que más amaba.

   Lo primero que pensó  5
fue de seguir a su bella
hasta que diese con ella,
y como hombre cumplió.

   Le dijeron de que Juana
con amoroso semblante,  10
estaba comprometida
con otro nuevo marchante.

   Contestó en esos momentos
al que la nueva le dio:
mientras no la vea yo,  15
pues no me creo de cuentos.

    Era tan grande el amor,
la voluntad y el cariño,
que le tenía a su armiño
puro y dulcificador.  20

   Como un loco, por las calles,
salió por ver si la hallaba,
¿dónde han visto a mi morena?
a todos les preguntaba.

   Ya libre de la prisión,  25
sin encontrar un atajo,
anduvo todito el día
calle arriba, calle abajo.

   En calle de Duarte afuera
halló a Juana en un ranchito,  30
viviendo con un rotito
muy alegre y placentera.

   Cuando él se le presentó
y le hizo la visita,
en ese día solita  35
en la casa la encontró.

   Ella, al verlo entrar
y hallándose sin defensa,
con temor y con vergüenza
dijo, aquí me va a matar.  40

   José María, contento,
le habló de amores a Juana,
y con más fuerza que gana
ella le convidó asiento.

   Él accedió muy gustoso  45
la oferta que ella le hizo,
y pronto, de un improviso,
le preguntó por su esposo.

(Continuará)95




ArribaAbajoSigue la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Juana, encontrándose sola
entre las glorias del mundo,
principió con el segundo
como a menearle la cola.

   Le habló, como por ejemplo,  5
la Juanita, al huaso así,
atráqueseme usted a mí
que le serviré de templo.

   Contestó, José María
que Juana no le gustó,  10
porque le menospreció
el amor que le tenía.

   Él le dijo, señorita,
como hace el que es amador,
mude a otra parte su amor  15
ahora que está solita.

   Componiéndose el por qué
le dijo muy pensativa,
para mí, mientras yo viva
no hay hombre conforme usté.  20

   No se deja ver qué más
contestó José María,
con bastante Sangre fría:
señora, no soy capaz.

   Contesta la bella Juana,  25
y dice: a todo me obligo,
con tal que viva conmigo,
aunque sea una semana.

   Es decirle la verdad.
Rosita, yo no la quiero;  30
vivir aparte prefiero
y ausente de su amistad.

   ¿Por qué hace Ud. menosprecio
de lo que le estoy hablando?
Me mira, y queda pensando,  35
como si fuese algún necio.

   Déjese usted de amolarme
señora, no sea loca;
que sea suya mi boca,
esos sería matarme.  40

   ¿Por qué tanta tiranía
tiene usted para conmigo?
Todo lo que yo le digo
lo deja para otro día.

   Sólo por no oírte hablar  45
y mi amor no corresponde,
donde nadie sepa donde
viva, me voy a enterrar.

(Continuará)96

  —55→  


ArribaAbajoSigue la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Por si viniera la muerte,
y yo no pueda servirle,
aquí yo voy a decirle
que por mí no pierda suerte.

   Ciega por una pasión  5
paso en continuo penar,
ver que no puedo ablandar,
a tu duro corazón.

   No te agravies Josesito,
si tengo la culpa yo;  10
si lo que hablé le enfadó,
discúlpeme mi negrito.

   Lo haré por usted chinita
el no marcharme y dejarla;
me quedaré por cuidarla  15
a usted que queda solita.

   Si acaso es por mí la pena,
con irme tendrá alegría;
adiós mi bella Juanita,
nos veremos otro día.  20

   Me prometió quedarse,
y vivir en mi campaña;
para mí será una dicha,
si acaso usted no me engaña.

   Si mi adorado supiera  25
lo que sufre un pecho sano,
no fuera tan inhumano,
y tal vez se condoliera.

   Yo no sé por qué motivo
a este hombre quiero tanto;  30
y hacerlo que él me quiera,
no he podido con mi llanto.

   Estoy de amor que me muero,
en una continua guerra,
sobre la faz de la tierra,  35
no hay otro como el que quiero.

   Sólo ella se busca el mal,
por salir con su porfía,
se lamentaba y decía
por qué seré tan fatal.  40

   Le habló por última vez
a su consorte con prosa,
si usted me menosprecea
dejo de ser Juana Rosa.

   Conociendo su locura  45
del hombre se despidió,
tomó el tren y se marchó,
a llorar su desventura.

(Continuará)97




ArribaAbajoSigue la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   De plata un gran puñado
sacó el huaso y le ofreció,
la dama no le admitió
y él se quedo burlado.

   Le juraba y le decía  5
que fueran a donde el cura:
y para tenerla segura
no hay duda él la convía.

   La dama le dijo: Ud.
me habla de casamiento,  10
y a su falso juramento
después le contestaré.

   Él la trató de abrazar
para lograr su intención,
y ella le dio un empujón  15
con el que lo hizo tesar.

   Se tiró como a enojar,
pero se recobró al momento,
diciendo entre el pensamiento:
no la tengo más de hablar.  20

   Volvió siempre al mismo punto
porque el otro lo aconseja,
y se le atracó a la oreja
a hablarle del mismo asunto.

   El nombre de la madama  25
se llamaba Juana Rosa:
era bella y muy hermosa
y de amor ardía en llama.

   Y para hacerse querer
tenía un cierto modito,  30
gorda pierna y pie chiquitito,
y muy bello proceder.

   Con un cuerpo muy esbelto
dejaba al hombre encantado,
engolfado en sumo grado,  35
y en una esperanza envuelto.

   Tenía el pecho de imán
y la mano pequeñita
la boca muy chiquitita
y un corazón de volcán.  40

   Una graciosa sonrisa
en sus labios de coral,
y su cara angelical
parecía una sonrisa.

   Ya dí todos los detalles  45
de la dama como son,
y al huaso en otro renglón
lo pondré, aunque no se halle.

(Continuará)98

  —56→  


ArribaAbajoFin de la aventura de dos jóvenes y una dama


ArribaAbajo   Habiéndose ya juntado
Juana con José María,
pasaron un feliz día
sin temor y sin cuidado.

   Él con gusto le decía,  5
¿por qué me estaba embromando?
Ella contestó llorando:
Dios así lo permitía.

   Yo decía, bartulando
de ver su inicua impiedad;  10
ausente de mi deidad
¿tendré que estar hasta cuando?

   No se pasaba un momento
sin acordarme de ti;
eran tristes para mí  15
las horas y un gran tormento.

   Cuando en la cárcel estaba
te lo confieso, mi cielo,
que con el mayor anhelo
con tus caricias soñaba.  20

   Noche y día suspirando
pasaba en el calabozo,
y con un sentir forzoso
me iba menoscabando.

   Con amorosas caricias  25
le dijo él con dulzura,
es bueno ir donde el cura
para unir nuestras delicias.

   Ella contestó al momento
con un gran desasosiego,  30
vamos a la iglesia luego
que nos den el Sacramento.

   Para hacer nuestra ventura
le pido con pecho sano,
por medio de un escribano  35
hagamos una escritura.

    Con gran júbilo y contento
el esposo con la esposa,
sin pensar ninguna cosa
se marcharon al convento.  40

   Después que ya se casaron
ambos los dos esposados,
con muchos, acompañados,
la boda la celebraron.

   Al fin, con veneración  45
el marido y la señora,
se encuentran viviendo ahora
en una feliz unión.99




ArribaAbajoCantares para señoras


ArribaAbajo   Desde que te conocí
sentí el fuego del amor,
por gozar la hermosa flor
que en tu corazón yo vi.

   Por lo linda y fragantosa  5
como ella otra no habrá,
porque me creo que es
flor de la virginidad.

   Mi corazón con dolor
quedó en lágrimas deshecho,  10
sintiendo arder dentro el pecho
un fuego devorador.

   Eres mi ángel de dulzura,
eres mi cielo estrellado,
eres dueña de mi agrado,  15
ninfa y linda criatura.

   Al fin, con gloria y encanto
tus delicias las corono,
para regalarte un trono
en el día de tu santo.  20

   Soy la estrella del oriente
aurora del claro día,
eres mi luz y mi guía,
lindo sol resplandeciente.

   Si mil vidas yo tuviera,  25
te lo digo, blanco armiño,
como en prueba de cariño
por amarte las perdiera.

   No canto como un canario
ni trino como el jilguero,  30
pero te adoro y te quiero
con amor parlamentario.

   Te lo prometo, mi vida,
sin demostrar un desliz,
de darte mi corazón,  35
a ver si me haces feliz.

   Al fin, te digo mi cielo
que ya me muero por ti,
dame de tu boca un sí
para tener un consuelo.100  40