Visor de obras.

Volumen 4 - carta nº 335

Pau, 14 enero 1881

Mi querido amigo Menendez: Esta será la última carta que escribiré á Vd. desde aquí. El 17 ó el 18 saldré para Madrid; me detendre en Biarritz, y el 20 estaré en esa con mi familia. He escrito de mi contestacion todo cuanto se podía escribir, sin libros y sin el discurso de Vd. a la vista.

Creo, no obstante, que hay mas de las dos terceras partes de lo que el discurso debe ser, y que durará la lectura, hasta ahora, de 35 á 40 minutos. Ahí acabaré mi obra ó la modificaré, si exige modificacion en vista de lo que Vd. diga.

Si nada mejor tiene Vd. que hacer, vaya el 21 á casa, ó almorzar conmigo, a las 12½, ó despues, si á almorzar no quiere ó no puede, y nos leeremos el uno al otro nuestros trabajos. Del mío no sé qué pensar. Yo no estoy bien de salud y cuanto hago me parece detestable: pero por falta de originalidad no creo que peco. Tambien entiendo que le doy á Vd. las merecidas alabanzas, aunque su modestia se ofenda.

¿Estamos convenidos que entrará Vd. en la Academia el 13 de Febrero?

Lo que yo tenga que añadir ahí, se añadirá pronto, y lo ya escrito podrá ir imprimiéndose, pues como nada hay contra la verdad catolica ni la moral cristiana en mi disertacion, cuento con que será aprobada, apesar de las Corinas, Safo y Aspasias.

Escriba Vd. el artículo sobre el dichoso autor de las anteriores lisonjas galantes a doña Maria de Zayas, y no se olvide de citar en él aquello tan característico del Poema de San José de no comprender como podía ser carpintero el Santo siendo tan hidalgo, y de suponer que tenía rentas:

Pues debió de tener juros reales
cual descendiente de señores tales.

Memorias cariñosas mías en el Museo alejandrino.

Déselas Vd. tambien á D. ⁿ Aureliano y demas amigos y creame suyo afmo.

Valera-Menéndez Pelayo, p. 78-79.