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ArribaAbajoCapítulo cuarenta y dos

Observaciones sobre el matlatzinca o pirinda



Aritmética


1.

Beristain de Souza, en su Biblioteca hispanoamericana, hablando del padre Bravo Lagunas dijo: «Fue maestro peritísimo de la lengua Pirinda, llamada Tarasca» Aquí hay un error manifiesto, porque pirinda no es sinónimo de tarasco sino de matlatzinca. Sin embargo, el error de Beristain ha cundido entre varios autores, como por ejemplo, Brasseur en los Archivos de la Comisión científica de México (tomo 1.º, página 123), y Smith en la Noticia del Tarasco (Revue Américaine). Hervás en su Catálogo (tomo 1.º, página 290) distingue bien el tarasco del pirinda, y lo mismo Balbi en el Atlas etnográfico;   —94→   pero incurriendo ambos en otro error, y es el de poner como una tercera lengua el matlatzinca. Véase lo que nosotros hemos explicado en el capítulo anterior.




2.

Monsieur Charencey en su opúsculo Noticia sobre algunas familias de lenguas de México coloca indebidamente el pirinda al lado del otomí, como de una familia. El pirinda o matlatzinca no pertenece a la familia otomí, y ni siquiera al mismo grupo, pues aquél es un idioma polisintético de yuxtaposición, y el otomí un idioma cuasi monosilábico. Véase la comparación del otomí con el pirinda, capítulo 54.




3.

El señor Orozco, en su Geografía de las lenguas de México, considera al ocuilteco (que se hablaba en el pueblo de Ocuila, distrito de Toluca) como de la familia pirinda. Lo que yo he podido averiguar sobre ese idioma es que se ha extinguido, de manera que no me es posible rectificar la opinión del señor Orozco por medio de comparaciones filológicas.

Por lo demás, veo que el referido escritor se apoya en padre Sahagún; pero que éste precisamente dice lo contrario. He aquí las palabras de Sahagún: «Éstos que se llaman Ocuiltecos viven en el distrito de Toluca, en tierras y términos suyos, son de la misma vida y costumbres de los de Toluca, aunque su lenguaje es diferente». Bien pudiera suceder que la diferencia que encontraba Sahagún entre el ocuilteco y el matlatzinca no fuese tal que sus idiomas comparados resultasen de distinta familia; pero a falta de datos comparativos y sólo por el criterio de autoridad, tal como resulta de Sahagún, no   —95→   es lógico poner el ocuilteco al lado del pirinda. El dicho de los prácticos es suficiente para agrupar los idiomas, si revela semejanza entre ellos, pues esa semejanza debe ser notable cuando se percibe aun sin necesidad de procedimientos filológicos. Pero cuando esos mismos prácticos no encuentran analogía entre los idiomas, y aun la niegan terminantemente, no queda otro recurso para rectificar su parecer sino el paralelo lingüístico.




4.

Comparando el matlatzinca con el mixteco-zapoteco se observará fácilmente que tienen el mismo carácter morfológico, esto es, que el pirinda es un idioma polisilábico polisintético de yuxtaposición. Sin embargo, no puede colocarse el pirinda en el mismo grupo que el mixteco-zapoteco, ni menos en la misma familia, porque entre ellos hay las siguientes diferencias.

Desde luego, la de forma de signos gramaticales, sino es con alguna rara excepción.

El mixteco-zapoteco no tiene signos para expresar el número, mientras que abundan en el pirinda.

Este idioma posee todas las personas del pronombre, y en mixteco zapoteco falta el correspondiente a la tercera persona de plural.

El pirinda usa signos para la pasiva, y ya sabemos que el mixteco-zapoteco carece de esa voz.

El sistema léxico del mixteco-zapoteco y el del matlatzinca son distintos, pues sólo palabras aisladas se encuentran semejantes.




5.

En cuanto al mexicano y el tarasco, comparados con el pirinda, resulta desde luego, que mientras que aquellos   —96→   idiomas pueden considerarse como de subflexión, el pirinda es de yuxtaposición pura. Véase el capítulo 57 en que tratamos del carácter morfológico de estas lenguas.

Por lo demás, los idiomas que nos ocupan presentan diferencias muy marcadas en el diccionario y en la forma de los signos gramaticales: entre estos, la única analogía notable que encuentro es la de la sílaba ne, del pirinda, para marcar plural; en mexicano me; en comanche ne; en cahita m, etc.

Hablando en lo general, el pirinda tiene un aspecto diferente al grupo mexicano-ópata y al tarasco por su mucha irregularidad y excesiva complicación, verdadera exuberancia de formas gramaticales, como por ejemplo, los muchos signos para marcar número singular y la gran variedad de procedimientos respecto al posesivo que es de lo más característico en la gramática matlatzinca. Llama también la atención en este idioma el mayor influjo de las mujeres: tanto en mexicano-ópata como en mixteco-zapoteco y tarasco hemos visto algunas formas gramaticales y palabras propias del sexo femenino; pero en pirinda ese sistema llega a tal desarrollo que el padre Guevara observó «que en lo más hablaban las mugeres diferente de los hombres».




6.

Tocante a la circunstancia de considerar yo al pirinda como lengua de mera yuxtaposición, explicaré que no he encontrado en ella más que un caso que parece de inflexión, y es cuando la final i suele cambiar en e para formar plural. Esto se presenta como una rara excepción   —97→   al lado de la multitud de signos gramaticales que posee el idioma, todos usados por yuxtaposición.




7.

Para que el lector pueda, por sí mismo, hacer comparaciones, respecto al idioma que nos ocupa, pongo en seguida algunos ejemplos de palabras matlatzincas, donde considero generalmente sólo la radical, y no los signos prefijos para indicar número, ser animado, tiempo, etc., según lo explicado en el capítulo anterior. Teniendo unas veces que seguir a Basalenque y otros a Guevara, que usan diversa ortografía, no me será posible fijar ésta con la perfección que yo desearía.

Hombre, ma.

Niño, muvaa.

Mozo, muteti.

Mujer casada, merimaa.

Padre, thami.

Madre, nihui.

Hijo, dihui, rihui.

Esposa, baxuy.

Carne, cuerpo, turimi, indimi.

Ojo, tuu.

Nariz, mari.

Boca, hocico, naa, bama.

Oreja, che.

Cabeza, nu.

Mano, yeh.

Barriga, yaa.

Barbas, chixna.

  —98→  

Pie, moo.

Pierna, tzapoti.

Cielo, itiy, hiti.

Tierra, mundo, hami, bubeni.

Sol, yahbi.

Luna, Buee.

Estrella, etzee.

Granizo, too.

Hielo, teeh.

Nube, mahbo.

Frío, kitzee.

Calor, kipahui.

Río, nateve.

León, tzataa.

Venado, tzakapaari.

Perro, tzini.

Conejo, thachoo.

Liebre, keah.

Ratón, tepoo.

Águila, tehchini.

Búho, tebe hivi.

Cuervo, techaa.

Paloma, netetuto.

Culebra, techimi, chimi.

Gusano, teyoxii.

Hormiga, techachiki.

Pescado, hiv.

Maguey, xumi.

Árbol, tzaa.

  —99→  

Flor, tenii.

Caña, thihui.

Chile verde, xaami.

Chile seco, yoomi.

Nopal, mihati.

Maíz, tatui.

Frijol, chihu.

Calabaza, muu.

Arco (arma), tzotzaa.

Casa, baami.

Templo, bumibani.

Enfermedad, in-tey.

Medicina, teyeti.

Pan de trigo, imetaxi.

Pan de maíz, imehui.

Miel, unintuti.

Muerte, in-intuta.

Vida, in-inehta.

Nombre, yuh, yuu.

Voluntad, nahui.

Pecado, buchochi.

El mal, buti.

Grande, mahyee.

Chico, techaye.

Bueno, thohui.

Flaco, boyotza.

Enemigo, hanti.

Blanco, toxi.

Negro, botaa, boo.

  —100→  

Yo, tú, mío etc. Véanse los pronombres en el capítulo anterior.

Llover, mahbi.

Reír, teiti, tahati.

Gritar, nenaa.

Hacer, hehui.

Ver, nuu.

Oír, teti.

Oler, xuti.

Gustar, tzopinaa.

Tocar, titihiri.

Comer, tzitzi.

Amar, tochi.

Cantar, thehui.

Llorar, kuhe.

Matar, retuta.

Morir, tuy.

Dormir, hiui.

Sembrar, tuhmi.

Estar, chori.

Morder, xahui.

Hablar, temueti.

Ir, paa.

Venir, pee, pue.

Dar, pahaki.

Mañana, mutze.

Ayer, inta.

Ahora, hoy, chichí, achii.

  —101→  

Allí, dichotti.

Aquí, kikuini, kuini.

De, pinita.

Con, pi.

En, ipi.




8.

Concluiré este capítulo haciendo una indicación sobre la aritmética pirinda y mixteco-zapoteca.

El modo de contar de los pirindas era por veintenas, y lo mismo usaban los mixtecos y zapotecos. He aquí la explicación de padre Guevara respecto a los primeros: «Lo que usan generalmente es contar de veinte en veinte, y en contando cinco veces veinte que son ciento vuelven desde el número singular de uno». He aquí los números cardinales del pirinda, donde se observará que cuatrocientos tiene un nombre especial.

Uno, yndahui.

Dos, ynahui.

Tres, ynyuhu.

Cuatro, ynkunohuy.

Cinco, ynkuthaa.

Seis, yndahtohui.

Siete, ynethohui.

Ocho, ynenkunohui.

Nueve, ymurahtadahata.

Diez, yndahata.

Once, yndahata musdahui (10 + 1).

  —102→  

Veinte, yndohonta.

Cien, ynkuta-ta (5 x 20).

Cuatrocientos, dahanuta.

Respecto al mixteco-zapoteco voy a presentar luego los nombres de número, y aquí observaré que en uno y en otro el veinte tiene nombre propio, lo mismo que el cuatrocientos; el número ciento en mixteco y en zapoteco significa cinco veintes como en pirinda. El mismo sistema de contar que los mixtecos, zapotecos y pirindas tenían los mexicanos, tarascos y mixes. (Véase capítulo 32 y 40). Sin embargo, la forma de los adjetivos numerales presenta rara analogía en los idiomas de las seis naciones.

Mixteco Zapoteco
Uno Ek Tobi, chaga
Dos Uvui Topa, kato
Tres Uni Ch-ona
Cuatro Kmi Tapa, taa
Cinco Hoho Kaayo
Seis Iño Xopa
Siete Usa Caache
Ocho Una Xoono
Nueve Ee Kaa, gaa
Diez Usi Chii
Veinte Oko Kal-le
Ciento Hoho-dziko Kayoa
Cuatrocientos Ee-tuvui Tobiela, chagaela
Ocho mil Usitetue Chaguzoti, tobizoti
  —103→  

Para mayor claridad copiaré aquí lo que se lee sobre la aritmética de los zapotecos en el antiguo diccionario (manuscrito) que me sirve de guía: «Acerca del modo de contar de estos indios zapotecos es de notar. Que en el discurso de su cuenta cuando van contando tienen sus términos o paradas, donde descansa la cuenta, de la manera que nosotros vamos de diez en diez hasta ciento, y de ciento vamos por cientos hasta mil, y de allí por millares, etc. Así estos zapotecos cuentan hasta cinco al que llaman kaayo o kooyo, y de allí ponen cuatro veces cinco que son veinte al que llaman kal-le o kol-le. Y de allí van contando, y ponen cinco veces veinte que son ciento al que llaman kayoa o koyoa. Y de allí ponen cuatro veces ciento que son cuatrocientos que llaman tobiela o chagaela, que es como en nuestra cuenta el número mil. Y de allí ponen veinte veces cuatrocientos que son ocho mil, y a este número llaman tobizoti, chagazoti. Y éste es el mayor número que tienen, y de aquí van contando de ocho en ocho mil».







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ArribaAbajo Capítulo cuarenta y tres

El yucateco o maya19



Noticias preliminares

La lengua maya se habla en todo el Estado de Yucatán, Isla del Carmen, pueblo de Montecristo en Tabasco, y del Palenque en Chiapas. Con tal tenacidad han conservado los indios ese idioma, que hasta hoy no hablan otro, de modo que los blancos se han visto obligados a aprenderlo para darse a entender.

Los antiguos habitantes de Yucatán, dice el cronista Herrera, contaban que sus antecesores habían venido del Oriente. Según otro autor, en 1420 todos los mayas se reunieron bajo el mando de un solo monarca, siendo Mayapán la capital de aquel vasto imperio. Más adelante, la península se dividió en varios estados con sus jefes particulares.

Francisco Fernández de Córdoba fue el que descubrió   —106→   a Yucatán, en 1517, y le conquistó el capitán Francisco de Montejo en 1527.

Los españoles dan testimonio de la adelantada civilización que alcanzaron los yucatecos, casi tan avanzada como la de los mexicanos.

Herrera dice «que habitaban juntos en pueblos con mucha policía». Torquemada, que «el reino de Yucatán, que corre por más de trescientas leguas, así como fue muy poblado de gentes, fue también regido de señores particulares, que es el Estado de los reyes. Gobernábanse por leyes y costumbres buenas, vivían en paz y en justicia, que es argumento de su buen gobierno, y alude mucho a esto ser todos de una lengua, que no admira poco, que tanto gentío y tan extendido, en término de tantas leguas, se entendiesen con un propio lenguaje».

Lo que más llamó la atención de los españoles, en Yucatán, fue la multitud de edificios de piedra, de los cuales los más eran templos. En ellos adoraban los mayas muchos ídolos, a quienes ofrecían víctimas humanas; horrible práctica que, según se dice, introdujeron allí los mexicanos. Respecto a la religión de los mayas, agregan los autores que creían en la inmortalidad del alma, así como en las penas y recompensas futuras.

Los mayas conocían la escritura jeroglífica, y dividían el año como los mexicanos, es decir, en diez y ocho meses de a veinte días, agregando cinco al fin del último mes.

Para la descripción del maya he usado la gramática   —107→   del padre fray Gabriel de San Buenaventura (México, 1684). Después de concluido mi trabajo llegó a mis manos otra gramática más moderna y extensa, escrita por el padre Pedro Beltrán de Santa Rosa, la cual me he servido para rectificar algunas reglas de Buenaventura, y hacer algunas adiciones.




Descripción


1. Alfabeto

Las letras que se usan en el idioma yucateco son las siguientes:

a, b, c, Letra, ch, , h, i, k, l, m, n, o, p, Letra o LetraLetra, t, th, tz, u, x, y, Letra, z20.




2. Pronunciación

«La letra Letra -según Buenaventura- se pronuncia hiriendo con la lengua los dientes de arriba, con presteza y algún ímpetu».

«La ch -dice Beltrán- se pronuncia pegando con alguna fuerza la punta de la lengua al paladar, cerca del nacimiento de los dientes altos, y arrojando el aire con un poco de más ímpetu que en la antecedente letra (la Letra), se rempuja con él la lengua hacia abajo; pero quedándose ella en el aire».

La h, según Ruz y Beltrán, suena como jota.

La c se pronuncia como q, aun antes de e i.

«La Letra, o LetraLetra como algunos escriben, no pide más diligencia -dice Beltrán- que abrir un poco los dientes, y,   —108→   cerrados los labios sin que la lengua sirva de algo, echan el aire con ímpetu y brevedad».

«La th -según Buenaventura- se pronuncia hiriendo con la lengua los dientes o encías de arriba con presteza».

«La tz -dice el mismo autor- se pronuncia puesta la punta de la lengua junto a los labios, no del todo cerrados, con suavidad».

«La k -enseña Ruz- se ha de pronunciar arqueando un poco la lengua, de suerte que se encorve hacia el frenillo, tocando sí el nacimiento de los dientes bajos: con la punta y el arco que ella hace ha de tocar un poco en la bóveda del paladar al tiempo de expeler un pequeño aire impetuoso sin pronunciar, estándose ella queda con una poca diferencia de la que pronunciamos la o y la g».

El mismo padre Ruz observa que «se usa de la t sola entre vocablo y vocablo sólo para dar fuerza gutural; v. g., t Letraabi; de la c sola como este vocablo c toon, y de la h, como h kimu; de x, como x cħip».

Generalmente hablando, el idioma es gutural.




3. Combinación de letras

No se observa cargazón de consonantes en yucateco, y sí la repetición de una misma vocal en muchas palabras; verbi gratia, yaneech, kaanoob, toon, etc.

Son de tanto uso algunas figuras de dicción, que el padre Beltrán dice: «Es tan necesario el uso de las sinalefas y síncopas, que sin hipérbole se puede afirmar que todo el ser y hermosura de esta lengua es el uso de ellas,   —109→   y la parte más principal del arte es su explicación». Daré algunos ejemplos: en lugar de ma in kati, no quiero, se dice min kati; en vez de ti ca otoch, en nuestra casa, ti c otoch o t c otoch; por nacal in cah, yo subo, naclin cah, etc.




4. Sílabas

Como se puede observar en los ejemplos de palabras yucatecas que voy poniendo, este idioma es polisilábico, aunque tiene muchos monosílabos.




5. Acentos

No he encontrado en la gramática reglas sobre los acentos; pero se ven éstos en la escritura, y se nota que hay palabras cuyo significado cambia sólo por tener acento; verbi gratia, hutul, derrumbarse; hútul, cosa derrumbada; lubul, caer; lúbul, cosa caída21.




6. Composición

Se componen las palabras unas con otras o con partículas; pero la composición es de menos uso respecto a otras lenguas de México.




7. Riqueza

Es rico el idioma, de lo que nos da testimonio el padre Buenaventura cuando dice en la dedicatoria de su Gramática: «Es tan fecundo, que casi no padece equivocación en sus voces, propiamente pronunciadas; tan profuso, que no mendiga de otro alguno las propiedades; tan propio, que aun sus voces explican la naturaleza y propiedades de los objetos, que parece fue el más semejante al que en los labios de nuestro primer padre dio a cada cosa su esencial y nativo nombre».

Como una pequeña prueba de lo que dice Buenaventura, presentaré algunos ejemplos de verbos que abundan en el idioma, y de que nosotros carecemos.

  —110→  

ALetraLetra, quebrar cosas duras.

Kah, quebrar cosas largas.

Bab, vaciar licores.

Bitħ, tener algo con el dedo pulgar y el índice.

Cħicħ, recoger granos uno por uno.

Hab, apartar la leña del fuego.

HooLetra, sacar comida con la mano.

Keh, abrir una cosa suavemente con los dedos.

Lal, vaciar granos.

Letz, encoger una cosa suavemente con los dedos.

LiLetraLetra, asir una cosa sutilmente con dos dedos.

Mak, comer cosas blandas.

Ux, coger fruta de un árbol.

Xuc, caer de bruces con ímpetu.

He escogido estos verbos entre los monosilábicos para que no pueda dudarse que son palabras simples.




8. Número y género

No hay signos para marcar el número, pero puede distinguirse el plural por medio del pronombre; uinic ob, hombres: ob significa aquellos. Los verbales, terminados en an, tienen una terminación, tac, para expresar plural; chelan, echado, o cosa echada; chelantac, cosas echadas. También algunos adjetivos, terminados en nac, forman plural cambiando su terminación en lac; LetraLetrauLetraLetrauxnac, agachado; LetraLetrauLetraLetrauxlac, agachados.

La partícula ah o h, que significa el que, sirve para marcar el género masculino, e ix o x, que significa la que, el género femenino; sin embargo, esas partículas   —111→   sólo se usan con nombres sustantivos y adjetivos de personas, pues con los de animales se emplean las palabras xibil y cħupul, que significan macho y hembra. Estas reglas tienen rara excepción.

Hay algunos nombres de parentesco que cambian según el sexo del que habla; mehen, hijo, dice el padre; al, hijo, dice la madre.




9. Caso

El nombre no tiene declinación para expresar el caso, conociéndose éste por la posición de las palabras, el contexto del discurso y las preposiciones, entre las cuales, veremos al tratar de ellas, figura principalmente ti, que tiene varios significados.

Además, para expresar genitivo, se usa el pronombre posesivo antepuesto al nombre de la cosa poseída; verbi gratia, uzuhal Pedro, el miedo de Pedro; u, es el posesivo de la tercera persona de singular.

La terminación il también expresa genitivo, «cuando (según las propias palabras del padre Buenaventura) hay cierta posesión no propia de persona, sino que por razón de algún oficio se apropia la cosa; v. g., ullaveil kuna, la llave del templo»; en este caso se ve igualmente el posesivo u. El citado gramático agrega: «Va pospuesta la partícula il a nombres sustantivos». Por ejemplo; uzuhal Pedro, según vimos antes, significa el miedo de Pedro, es decir, el que Pedro tiene; pero si quiero significar el miedo que se tiene a Pedro, entonces diré uzuhalil Pedro. En este último caso la relación que se expresa con il es propiamente de ablativo22, y lo mismo sucede en los casos siguientes.

  —112→  

Cuando se significa que alguna persona, animal o cosa es de algún lugar; verbi gratia, kaknab, mar; kaknabil, chich, pájaro de mar.

Cuando se declara la materia de la cosa; mazcab, fierro; mazcabil cum, olla de fierro, aunque también se puede expresar esto sin poner signo alguno; mazcab cum.

El vocativo se expresa con la interjección e; cuhuy, virgen; cuhuye, ¡oh virgen!




10. Derivados

La terminación il, agregada a sustantivos y adjetivos, sirve para formar abstractos; uinic, hombre; uinicil, humanidad.

Se forman los comparativos anteponiendo a los nombres los posesivos u, i, y posponiéndoles una vocal igual a la en que terminan y una l; verbi gratia, lob, malo; ulobol, peor. Sin embargo, lo común es que los comparativos terminen en il, aunque no sea i la última vocal del nombre.

También se expresan los comparativos por medio de varios adverbios o adjetivos que indican comparación.

Con hach, hunac, que significan muy, se suplen los superlativos; hunac ahmiatz, muy docto.

La partícula ah, antepuesta, sirve para formar nombres gentilicios; ah México, mexicano.

La terminación tzil, según la gramática de Buenaventura, agregada a algunos nombres, «significa lo mismo que ellos con esta diferencia; que los primitivos llevan los pronombres que les competen y éstos no llevan pronombres; v. g., inyum, mi padre; yumtzil23, padre, sin   —113→   «denotar de quién; mehen, hijo; inmehen, mi hijo; mehentzil, hijo, sin declarar cuyo».

Con la terminación yen, los sustantivos se vuelven adjetivos del mismo significado; cicin, demonio; ciciyen, cosa endemoniada o del demonio.

Con liz, tul y uol24, también se forman adjetivos de los sustantivos; chum, principio; chumliz, cosa que tiene principio; tzotz, vello; tultzotz, velloso; luum, tierra; uol luum, lleno de tierra.

Ilan significa, según el padre Buenaventura, «lo que es tenido en lugar de lo que el nombre significa»; verbi gratia, yum, padre; yumilan, padrino. Lo mismo se significa con lah; zucun, hermano mayor; zucunlah, el que es tenido por tal.

Posponiendo cab y anteponiendo ah, se significa el poseedor, el dueño de aquello que indica el primitivo; tzimin, caballo, ah tzimin cab, el que tiene caballo. Lo mismo se expresa con sólo posponer nal; otoch, casa; otochnal, el dueño de la casa.

En cuanto a verbales, o derivados los hay de varias terminaciones. Algunos acaban en tzil, matzil, cosa maravillosa. La terminación ay con los verbos neutros y de la tercera conjugación, forman nombres sustantivos y adjetivos; zatal, perderse; zatay, perdición; numul, pasar; numay, cosa que pasa; mol, recoger; molay, congregación, junta. Hay otros verbales terminados en il, ul, correspondientes a los latinos en or; ahloil, redentor; ahsibul, escritor. De los verbos terminados en ancil se derivan nombres   —114→   cambiando la terminación del verbo en nac, cicilancil, temblar; cicilnac, cosa que tiembla.

El adjetivo numeral tiene muchos derivados, pues varía de terminación, según el sustantivo a que se aplica; por ejemplo, la terminación ac sirve para contar canoas, barcas, casas y otras cosas; balach, para contar rayas; ban, montones; cot, cuadrúpedos: coLetra, rollos o ruedas; cul, matas, arbustos: cħiic, heridas, cħuy, racimos, sartas; tul, seres racionales, y así otras muchas terminaciones.




11. Pronombre personal

He aquí el pronombre personal.

Ten, en, yo.

Tech, ech, tú.

Lay, laylo, lo, aquél.

Toon, on, nosotros.

Teex, ex, vosotros.

Loob, ob, aquéllos.

Lay puede significar como demostrativo; éste, ése.

También lay y heklay, que parece su compuesto, significan esto es, conviene a saber, el cual, lo cual.

La persona que padece se expresa con los pronombres abreviados en, ech, etc.; verbi gratia, yacunah incah, yo amo; yacunah incah ech, yo te amo.




12. Posesivo

El pronombre posesivo se expresa de este modo:

  —115→  

In, u, mío.

A, au, tuyo.

U, i, suyo, de aquél.

Ca, nuestro.

Aex, auex, vuestro.

Uob, yob, de aquéllos.

Este pronombre tiene a veces el significado de personal.

El nombre y el verbo, compuestos con el posesivo, se intercalan en la segunda y tercera persona del plural; verbi gratia, yum, padre; a-yum-ex, vuestro padre. Respecto al verbo, podremos observarlo en el ejemplo de conjugación que adelante veremos.

In, a, u, etc., se juntan con nombres y verbos que empiezan por consonante; u, au, i con los que empiezan por vocal; otoch, casa; uotoch, mi casa; esta última regla no es, sin embargo, general según Beltrán (página 12).

Para que el nombre que va junto con ca, nuestro, exprese plural, dice Buenaventura, se le agrega ob; cayum nuestro padre; cayumob, nuestros padres. Beltrán agrega que ob es tan necesaria para la segunda y tercera persona como para la primera.

Los demás usos del pronombre posesivo, así como los del personal, se verán al tratar del verbo.




13. Reflexivos y recíprocos

El pronombre reflexivo es éste:

Inba, a mí mismo, a mí, me.

Aba, a ti mismo, a ti, te.

  —116→  

Uba, a sí mismo, a sí, se.

Caba, a nosotros mismos, a nos, nos.

Abaex, a vosotros mismos, a vos, vos.

Ubaobi, ubaob, aquellos mismos, a sí, se.

Algunas de sus personas, según se observa desde luego, están formadas de la terminación ba y el posesivo in, a, etc.

La partícula tanba interpuesta a los reflexivos de plural los hace significar «unos a otros», es decir, reciprocidad; tan ucimzic ubatanbaob, se están matando unos a otros. También se pospone tanba; ucimzah ubaobtanba, se mataron unos a otros25.




14. Relativo

No explica el padre Buenaventura si hay pronombre relativo propio; pero al hablar de las partículas, dice que «he, hex, puestos al principio de la oración, significan el que, la que, aquello que»; verbi gratia, he uinic, el hombre que. También vimos (§ 11) que lay significa el cual, lo cual.




15. Demostrativo

I equivale a nuestros demostrativos, ése, ésa, eso, lo; verbi gratia, ma uoheli, no lo sé, o no sé eso; teni lo, yo soy ése; Letraa teni, dame de eso, o dame eso. Esta partícula i también puede significar, según los casos, allá y ciertamente.

Il es otra partícula que también suele servir de pronombre demostrativo, posponiéndose; verbi gratia, bahunx uuinicil?, ¿cuántos fueron esos hombres? La misma partícula tiene otros varios usos, según hemos ido viendo, y a veces, dice la Gramática, «sirve sólo de adorno».



  —117→  
16. Conjugaciones de los verbos

El verbo tiene cuatro conjugaciones. Pertenecen a la primera los verbos pasivos, los neutros y los que Buenaventura y Beltrán llaman incorporados, que éste define así: «Por verbos incorporados se entienden aquellos activos que se hacen un cuerpo con los nombres que son la persona que padece, y aunque son activos, por la incorporación con los nombres, dejan de ser pure activos, pues no se les puede dar pasiva si no es desuniendo de ellos el nombre». Además, pueden ir por la primera conjugación los verbos de las otras tres, que como veremos, son activos si se usan a modo de neutros, es decir, cuando se calla su complemento; como cuando se dice yo leo, sin expresar qué; yo amo, sin decir a quién; en este caso los verbos activos se designan en las gramáticas yucatecas con el nombre de absolutos26, acaso porque expresan su acción de una manera absoluta, general.

Los verbos de la segunda conjugación son activos, polisilábicos y terminan en ah. Los de la tercera también son activos; pero monosílabos y de diversas terminaciones y de más de una sílaba. Hay, sin embargo, algunas excepciones a lo dicho; verbi gratia, tzec, castigar, aunque es de una sílaba, va por la cuarta conjugación.

De todo lo expuesto resulta: 1.º, que la gramática yucateca divide los verbos en dos grandes clases: una de los activos y otra de los que no lo son; 2.º, que los verbos de la primera clase pueden entrar en la segunda.




17. Mecanismo del verbo

Las personas se marcan   —118→   por medio de los pronombres personales o posesivos; los tiempos y modos con partículas y terminaciones.




18. Ejemplo de conjugación

Daré un ejemplo de un verbo de la primera conjugación.

Indicativo. Presente

Nacal incah, yo subo, etc.

Nacal acah.

Nacal ucah.

Nacal cacah.

Nacal acahex.

Nacal ucahob.

Pretérito imperfecto

Nacal incah cuchi, yo subía, etc.

Nacal acah cuchi.

Nacal ucah cuchi.

Nacal cacah cuchi.

Nacal acahex cuchi.

Nacal ucahob cuchi.

Pretérito perfecto

Nacen, yo subí, etc.

Nacech.

Naci.

Nacon.

Nacex.

Nacob.

  —119→  

Pluscuamperfecto

Nacen ili cuchi, yo había subido, etc.

Nacech ili cuchi.

Naci ili cuchi.

Nacon ili cuchi.

Nacex ili cuchi.

Nacob ili cuchi.

Futuro imperfecto

Bin nacacen, yo subiré, etc.

Bin nacacech.

Bin nacac.

Bin nacacon.

Bin nacacex.

Bin nacacob.

Futuro perfecto

Nacen ili cuchom, yo habré subido, etc.

Nacech ili cuchom.

Naci ili cuchom.

Nacon27 ili cuchom.

Nacex ili cuchom.

Nacob ili cuchom.

Imperativo28

Nacen29, sube tú, etc.

Nacac.

Nacenex.

Nacacob.

  —120→  

Subjuntivo

Hi o hiuil nacacen, yo subiera, etc.

Optativo

Cachi cayna nacacen, ojalá que yo subiera, etc.

Infinitivo

Presente: Nacal, subir.

Pretérito: Naciil, haber subido.

Futuro: Binil nacac, haber de subir.

Gerundios

U nacal, de subir.

Tinacal, a subir.

Tinacal, subiendo.

Participio

Ah nacal, el que sube.




19. Explicación del verbo

Tomaré como punto de comparación el presente de infinitivo para explicar el verbo.

El presente de indicativo, en las cuatro conjugaciones, se forma del infinitivo, los posesivos in, a, u, etc. y la partícula cah. El pretérito imperfecto, en todas las conjugaciones, es el presente con las partículas cuchi, cachi, o catuchi: la primera y tercera partícula indican cosa pasada ha poco, y la segunda tiempo pasado más anterior,   —121→   de manera que, propiamente hablando, hay dos pretéritos imperfectos: uno próximo y otro remoto.

El pretérito perfecto varía en cada conjugación; en la primera, como se ve del ejemplo, es la forma más pura del verbo, nac, y los afijos en, ech, etc., menos en la tercera persona de singular que acaba en i, cuya i se pone en lugar de las dos últimas letras del infinitivo presente. Los verbos de la segunda conjugación forman el pretérito perfecto, del infinitivo presente, sin más que anteponerle el posesivo in, a, u; cambezah, enseñar; incambezah, enseñé. Con los verbos de la tercera conjugación se usa el posesivo in, a, u, antepuesto al infinitivo y la terminación ah, tzic, obedecer; intzicah, yo obedecí. Los de la cuarta usan el mismo posesivo in, a, u, y agregan al infinitivo tah; canan, guardar; incanantah, yo guardé. Anteponiendo al pretérito perfecto la partícula ti, denota que la acción se ejecutó hoy, de modo que, así como el imperfecto, expresa pasado remoto y próximo. El pluscuamperfecto de las cuatro conjugaciones es el pretérito perfecto con la partícula ili, que le es propia, y cuchi del imperfecto.

El futuro imperfecto varía de forma en cada conjugación. Los verbos de la primera le forman con la partícula bin antepuesta, los afijos en, ech, etc., y convirtiendo en c la l final del infinitivo; en la tercera persona del singular no se usa afijo; empero, puede ponerse para mayor claridad.

El padre Beltrán, hablando de los verbos de la primera conjugación, observa, respecto al futuro y al pretérito,   —122→   que «cuando los verbos de las otras tres conjugaciones se hacen absolutos, y por esto han de ir por esta primera conjugación, hacen el pretérito en nahi, y el futuro en nac, añadidas estas dos partículas al cuerpo del verbo [...] y no como advierte el P. Gabriel en ni el pretérito, porque no lo usa así el indio, y lo mismo digo de los incorporados poniendo el nombre entre el verbo y la partícula nahi».

Los verbos de la segunda conjugación forman el futuro imperfecto con bin, los posesivos antepuestos in, a, u, y la terminación ez; verbi gratia, cambezah, enseñar; bin incambez, yo enseñaré. Los de la tercera conjugación llevan la misma partícula bin, y los posesivos in, a, u, teniendo por final una vocal igual a la última del infinitivo y una b; verbi gratia, tzic, obedecer; bin, inticib, yo obedeceré30. En fin, los de la cuarta conjugación llevan igualmente la partícula bin, antepuesta, los posesivos in, a, u, y la terminación te añadida al infinitivo; canan, guardar; bin incanante, yo guardaré.

El futuro perfecto, en toda conjugación, es el pretérito pluscuamperfecto con la partícula cuchom, o cochom, en el lugar de cuchi.

«Para el imperativo -dice Beltrán- no hay partícula alguna, y sólo se advierte que su voz es la misma del futuro con la segunda, tercera y cuarta conjugación, añadiendo el pronombre in, a, u, en las terceras personas, y el ex en la segunda de plural del pronombre en, ech, quedándose sin pronombre la segunda de singular. Pero para la primera conjugación es de otra manera,   —123→   porque la segunda persona de singular es la voz del pretérito perfecto como está. La segunda de plural es la misma voz dicha; pero añadiendo el ex del pronombre en, ech. La tercera del singular es la misma voz de la tercera del futuro; pero sin la partícula bin. La tercera del plural es la misma voz dicha del futuro, añadiéndole el ob del pronombre en, ech, excepto los acabados en tal, que hacen de otro modo».

Respecto al subjuntivo, dice Buenaventura, que «hi hiuil son dos partículas que denotan subjuntivo: antepuestas al futuro imperfecto hacen voz de subjuntivo». El padre Beltrán agrega que «todos los tiempos de subjuntivo son la voz de la tercera persona del futuro, con esta diferencia, que los de la primera conjugación piden los dos pronombres ten y en uno antepuesto y otro pospuesto; v. g., ten nacacen, yo suba. Pero para las otras tres conjugaciones se requieren antepuestos los dos pronombres ten e in; v. g., ten in cambez, yo lo enseñé».

El optativo, según los ejemplos de conjugación que trae Buenaventura, más bien parece suplido, pues se forma del futuro, sin bin, y cachi o cayna, que vienen a ser unas interjecciones que significan ojalá. También se forma el optativo posponiendo ina en vez de anteponer cachi o cayna, pues el mismo Buenaventura, hablando de las partículas de la lengua maya dice: «Ina, pospuesta a futuro imperfecto sin la partícula bin, hace presente y futuro de optativo; pospuesta al pretérito perfecto de indicativo, hace romance de pluscuamperfecto de optativo».

  —124→  

El presente de infinitivo es igual al de indicativo, sin pronombre ni partícula alguna. El pretérito se distingue por la terminación il, agregada a la tercera persona del singular del pretérito de indicativo. El futuro es el de indicativo con la partícula binil, en lugar de bin, y sin usar ningún pronombre. En la segunda, tercera y cuarta conjugación, según los ejemplos de Buenaventura, se ve un segundo infinitivo de presente que no es otra cosa sino el futuro imperfecto sin partícula. Comparando lo que sobre este infinitivo dicen Buenaventura y Beltrán, resulta que es el propio de los verbos activos, y que el otro infinitivo sólo se usa cuando los activos se vuelven absolutos; verbi gratia, in kat in cambez Pedro, quiero enseñar a Pedro; in kat cambezah, quiero enseñar.

En cuanto a los gerundios, vemos en el ejemplo puesto, que el primero, conforme a Beltrán, es igual al presente de infinitivo con el posesivo u, y que los otros dos son el mismo presente de infinitivo con la partícula, o más bien preposición ti, de manera que los tales gerundios más bien son suplidos, imitando los latinos.

Lo mismo sospecho respecto al participio, pues la partícula ah más que un signo es una palabra que significa (véase § 8) el que, el que es, fulano31.




20. Mudanzas de los verbos

Las terminaciones o partículas que corresponden a los verbos, según lo que anteriormente se ha explicado, varían en ciertos casos, resultando como una nueva conjugación. Presentaré ejemplos de algunos de los casos en que tal variación se   —125→   verifica, a fin de dar una idea de esa forma de la lengua maya.

Cuando la persona que hace se pospone al verbo, éste se usa de la manera común; verbi gratia, con cambezah, enseñar, diré: cambezah ucah Pedro Juan, Juan enseña a Pedro. Pero si el nominativo se antepone, entonces los tiempos presente y futuro del verbo terminan en ic, y el pretérito en i. Juan cambezic Pedro, Juan enseña a Pedro; cambezi, enseñó; bin canmbezic, enseñará.

El verbo ohel, saber o conocer, y otros varios, tienen la propiedad de hacer cambiar de terminación al verbo que rigen; uohel licil acambezic, sé que enseñas.

Varias conjunciones hacen también cambiar el verbo; verbi gratia, bay abalic, así dices; bayabalci, así dijiste; bay bin abalic, así dirás.

La misma propiedad tienen todos los adverbios, pues el padre Buenaventura dice: «Todos los que fueren simpliciter adverbios si se antepusieren a los verbos los mudarán de todos tiempos».

Según las explicaciones de Beltrán, la terminación ic es de tanto interés, que en ciertos tiempos del verbo activo indica que se expresa su complemento, y de no ponerse, el verbo es absoluto; así es que, por ejemplo, cambezah significa enseñar, y cambezic, enseñarlo.

El mismo Beltrán, y también Buenaventura, dicen que las terminaciones explicadas se usan cuando quedan tácitas algunas palabras como qué, de qué, etc.




21. Verbo pasivo

El verbo pasivo se forma cambiando la terminación del activo; verbi gratia, Letraa, dar; Letraabal,   —126→   ser dado; tzic, obedecer; tzicil, ser obedecido. La terminación característica de estos32 verbos es una l.

En pasiva hay un participio que corresponde al de activa; verbi gratia, ahtzic, el que obedece; ahtzicil, el que es obedecido; ah canan, el que guarda; canantabal, lo que es guardado.




22. Varias clases de verbos derivados

Anteponiendo al verbo la partícula licil o lic, toma el sentido de que suele hacerse aquello que significa; acutal, sentarse; licilacutal, soler sentarse. Esas mismas partículas pospuestas se traducen por en qué, de qué, por dónde, por qué, qué, con qué.

Las terminaciones pul y cab, denotan hacer con ímpetu lo que el verbo significa; chelpul, arrojar algo con ímpetu.

Baci, bacilo, bacito, bacitacbe, bacitaclo: estas partículas dan a los verbos los siguientes significados. La primera, dejar de hacer; baci acambez, dejar de enseñar. La segunda, dejar de hacer la cosa del todo. La tercera, dejar de hacer por entonces. La cuarta y quinta, dejar ahora.

Para expresar que está a punto de suceder lo que el verbo significa, se usa bal; ocol, entrar; ocbal, estar a punto de entrar.

Si quiero indicar repetición usaré caput o ca: verbi gratia, Letraib, escribir; caput Letraib, volver a escribir.

Con cici se indica hacer despacio y bien lo que el verbo significa, y lo contrario con homol.

El verbo frecuentativo se forma duplicando las primeras   —127→   letras del primitivo; baykab, estregarse los ojos; babaykab, restregarse. Lo mismo se significa con el adverbio zuzun, a menudo.

La terminación lah, añadida a los verbos de la tercera conjugación, denota pluralidad; chaa, tomar; chaala, tomar muchas cosas. Lo mismo se significa con lahal, agregada a los verbos neutros; cimil, morir; cimilahal, morir muchos.

Las partículas ualac, lac, lic, uchul, hacen impersonal al verbo.

Por este mismo estilo hay otros verbos derivados en la lengua maya.




23. Irregulares

Hay algunos verbos irregulares y defectivos; pero según parece son pocos. Entre los irregulares deben contarse los de la primera conjugación, que terminan en ancil y tal, pues salen de la regla general para formar su pretérito y futuro.




24. Verbo sustantivo

No hay verbo sustantivo, de manera que se hace elipsis de él; verbi gratia, con batab, príncipe, diré: Pedro batab, Pedro (es) príncipe, o bien se suple conjugando el pronombre personal, verbi gratia:

Ten en, yo soy.

Ten in cuchi, yo era.

Ten hi en, yo fui.

Ten hi en ili cuchi, yo había sido.

Ten bin ac en, yo seré.

Ten hi en ili cochom, yo habré sido.

  —128→  

Ten es el pronombre yo; en es el mismo pronombre abreviado que se usa como afijo en la conjugación; cuchi, hi, etc., partículas para marcar los tiempos.

Para decir, pues, por ejemplo, yo soy príncipe, tú eres príncipe, aquél es príncipe, diré en yucateco, ten batab en; tech batab ech; lay batab lo.

Con la terminación il, agregada a verbos, adverbios, nombres, pronombres y participios se significa ser, según Buenaventura; verbi gratia, uohel techil inyum, sé que eres mi padre.




25. Cómo se forman verbos de otras partes de la oración

Agregando al nombre, pronombre, y otras partes de la oración, la terminación hal o hil, se forma un verbo que, según la gramática, significa «convertirse en lo que la dicción significare», verbi gratia, uinic, hombre; uinichal, hacerse hombre.

De sustantivos, y también de verbos, se forman otros verbos posponiendo pahal; chun, principio; chunpahal, principiarse; choch, desatar; chochpahal, desatarse.

Por medio de las terminaciones cinah, cunah, se forman verbos de los adjetivos; tibil, bueno, tibilcunah, hacer o volver buena alguna cosa; lob, malo; lobcinah, hacer o volver mala alguna cosa.

Con sólo posponer a algunos nombres y participios los afijos en, ech, etc., toman el significado de verbos, verbi gratia, de zahac sale zahacen, tengo miedo.

La partícula cah, con los verbales terminados en bil y el pronombre respectivo, significa lo mismo que los verbos de donde estos salen; así es que, por ejemplo, lo   —129→   mismo es man incah, que manbil incah, pues uno y otro significan yo compro.

Las terminaciones inah, intah, nah, agregadas a los sustantivos, los convierten en verbos, que significan tomar para sí o para su uso lo que el verbo indica; boolil, paga; booliltah, tomar por paga.

Con otras partículas o terminaciones se forman otros verbos de la misma manera.




26. Adverbios

Todos los adjetivos, en el idioma yucateco, pueden tomarse adverbialmente; verbi gratia, ya, grave o gravemente. Empero, no faltan adverbios puros.




27. Preposición

Apenas llegan a tres o cuatro las palabras que he encontrado en la gramática equivalentes a nuestras preposiciones, de manera que este idioma debe ser muy escaso de ellas. Pruébalo también la circunstancia de que es preciso echar mano de la preposición ti para expresar relaciones tan diversas como las que se indican con las palabras siguientes: para, de, en, con, por, a, por en medio, cuando, conviene a saber, contra.




28. Ejemplo del idioma

Como ejemplo del idioma presentaré algunos párrafos del catecismo romano, según el padre Ruz, y luego haré su análisis.

T zihi ti cilich zuhuy María zuhuyil heLetraáan
Nació de Santa virgen María virginidad perpetua
ti le uná Dios le Iglesia mixbikin
de la madre de Dios la Iglesia jamás
  —130→  
tu muhyahtah ca Letraabaci ti caLetraelcunlil le
ha sufrido que se pusiese en duda la
zuhuyil heLetraánil ti le uná Dios iix
virginidad perpetua de la madre de Dios y
uyoczahma uol leti xokolal Letra tu tocah
ha creído que el celo con que defendió
xmá helel leti pectzil ti le lay cáach
siempre el honor de la madre era
humLetrael hatzul tile tzic paybeen cáach ti
una parte del respeto que debía a (el)
yal. Le cilichLetraib cu Letraaic tóon le nuculilóob kach
hijo. La Escritura suministra nos las pruebas más
chicáantacôob ti le uzuhuyil María.
auténticas de la virginidad de María.



29. Análisis

T zihi: la t no parece tener en este lugar más objeto que el explicado al fin del § 2: zihi es tercera persona del singular de pretérito perfecto del indicativo de verbo neutro, según lo demuestra la terminación i.

Ti: preposición.

Cilich: adjetivo.

Zuhuy: adjetivo que Buenaventura escribe cuhuy.

  —131→  

Zuhuyil: abstracto, derivado del nombre anterior por medio de la terminación il.

HeLetraáan: adjetivo.

Le: esta palabra parece un artículo; pero ni en la gramática de Buenaventura, ni en la de Beltrán, se explica tal parte de la oración. Es, pues, muy probable que sea una de las formas introducidas por los españoles en el maya. El padre Beltrán se queja de esto varias veces, como en la página 152, donde dice: «Pobre idioma que vemos reducido a lengua mixta o de cocina».

Uná: significa madre; u es el pronombre posesivo que suple al genitivo.

Mixbikin: adverbio.

Tu muhyahtah: la terminación ah de este verbo está indicando tiempo pasado, y que pertenece a la tercera conjugación; u es el pronombre que se usa en la misma conjugación correspondiente a la tercera persona de singular: la t parece tener el objeto explicado en el § 2.

: conjunción.

Letraabaci: la traducción más literal de esta palabra es «fuera puesta», pues un verbo pasivo, y como tal, y estar en tercera persona del singular del pretérito perfecto de indicativo, termina en i.

CaLetraelcunlil: abstracto, según se ve de la terminación il.

Iix: conjunción.

Leti: véase lo dicho sobre la palabra le.

Xokolal: sustantivo.

Letra: preposición.

  —132→  

Tu tocah: sobre tu véase lo dicho antes; tocah, según su terminación, es pretérito perfecto de un verbo de la tercera conjugación.

Pectzil: sustantivo abstracto.

Lay cáach: lay, palabra que en el yucateco españolizado se traduce por ser (véase lo dicho de la palabra le en el § 24); cáach, signo de pretérito, lo mismo que cachi, cuchi, catuchi.

HumLetrael: derivado de hun, uno.

Hatzul: sustantivo.

Tile: ti, preposición; sobre le véase lo dicho antes.

Tzic: sustantivo.

Paybéen cáach: verbo en que se ve el mismo signo cáach, de que antes se habló.

Yal: sustantivo.

CilichLetraib: compuesto del adjetivo cilich, que antes hemos visto en significación de santa, y de Letraib, escribir o escritura, según se use como verbo o sustantivo.

Cu Letraáic tóon: cu Letraáic significa «ella suministra»; en cuyo caso la c de cu creo que tiene la misma explicación que la t de tu, de que se ha hablado anteriormente; la terminación ic denota que el verbo es activo y que se toma como tal, pues le sigue su complemento expreso (véase el § 20), en cuyo caso, según consta de los ejemplos de Beltrán, no se usa el signo de presente cah; tóon es el pronombre nos o nosotros.

Nuculilóob: sustantivo de plural, marcado el número con el pronombre ob, lo mismo que en chicáantacóob.

Uzuhuyil: aquí tenemos otro ejemplo del posesivo u supliendo al genitivo latino, o a nuestra preposición de.







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