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Cuenta y razón: las obras atribuidas a Juan del Valle y Caviedes (un siglo de ediciones)

Enrique Ballón Aguirre





En los últimos cien años se han publicado cinco grandes ediciones de la obra atribuida a Juan del Valle y Caviedes fruto del cotejo entre los manuscritos existentes. Sin embargo, estas publicaciones distan mucho de ser homogéneas y coordinadas entre sí, no sólo por los dispares criterios editoriales de cada una al constituir el corpus sino también por las fuentes manejadas, el orden de las composiciones atribuidas al tintero y pluma caviedanos, los desajustes y número de versos en esas composiciones, su unicidad o segmentación según el caso, la muy irregular modernización de su ortografía, en fin, la uniformización de la puntuación y la escansión general. Efectivamente, tres de esas publicaciones enumeran los poemas pero sólo dos llevan índices -en un caso, bastante equívoco- de los primeros versos, la segunda no conserva la numeración en el índice y la otra ni la de ellos ni la de los epígrafes; las restantes presentan, en los índices, listas de los títulos condensados arbitrariamente. Todo esto, unido a las correcciones y supresiones con que procede cada editor, hace sumamente fatigoso conocer, no se diga parangonar, cualquier poema. De ahí procede, sin dudas, la invariable perplejidad de quienes intentan estudiar tales composiciones.

Todos sabemos que no hay mayor desazón para el lector que intente ponderar la obra de un autor o, simplemente, quiera leer un texto fidedigno, que encontrarse frente a múltiples versiones -de los editores- pergeñadas con criterios basados en imputaciones ora ideológicas ora estetizantes o en arbitrariedades amparadas en manipulaciones textuales de dudoso respaldo argumental y crítico. El capítulo precedente está dedicado a reseñar las consecuencias de semejante turbación para quien intente apreciar, de modo cabal y coherente, esta gavilla poética colonial; ahora toca dar cuenta de cómo los editores han entendido abordarla y clasificarla, a fin de disponer de una guía que por lo menos permita localizar y verificar las variaciones de los textos atribuidos a Caviedes de una edición a otra.

Las cinco ediciones y las siglas que las identificarán en esta compulsación, son las siguientes:

Siglas: 
P Flor de Academias y Diente del Parnaso. Edición y prólogo de Ricardo Palma. Lima: Oficina Tipográfica de El Tiempo por L. H. Jiménez, 1899.
V-U Juan del Valle y Caviedes. Obras. Introducción y notas de Rubén Vargas Ugarte S. J. Lima: Clásicos Peruanos I, 1947.
R Juan del Valle y Caviedes. Obra completa. Edición, prólogo, notas y cronología de Daniel R. Reedy Caracas: Biblioteca Ayacucho 107, 1984.
C Juan del Valle y Caviedes. Obra completa. Edición y estudios de María Leticia Cáceres A. C. I., Luis Jaime Cisneros y Guillermo Lohmann Villena. Lima: Biblioteca Clásicos del Perú 5 (Banco de Crédito del Perú), 1990.
G-A Juan del Valle y Caviedes. Obra poética I. Diente del Parnaso (Manuscrito de la Universidad de Yale), Obra poética II. Poesías sueltas y bailes. Edición, introducción y notas de Luis García-Abrines Calvo, con la colaboración de Sydney Jaime Muirden. Jaén: Diputación Provincial de Jaén, 1993 y 1994.

Los manuscritos que han tenido a la vista y con los cuales han trabajado estos editores, han sido listados por cada uno de ellos con nomenclaturas propias y singulares. A fin de evitar confusiones mencionaré dichos manuscritos con estas otras claves en números romanos:

Siglas: 
IManuscrito de la Biblioteca de la Universidad de Duke, Durham, Carolina del Norte. Signatura: 146, Colección peruana, número 913.
II Manuscrito de la Biblioteca de la Universidad de Kentucky, Lexinton, Kentucky. División de colecciones especiales y archivos. Signatura: 861: v2424d.
IIIPrimer manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid, Madrid. Signatura: Ms. 17.494.
IVSegundo manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid, Madrid. Signatura: Ms. 8.341.
VPrimer manuscrito de la Biblioteca de la Universidad de Yale. Colección de manuscritos latinoamericanos. Manuscritos y Archivos: Grupo 307, serie II, caja 18, carpeta 173. Signatura: 158.
VISegundo manuscrito de la Biblioteca de la Universidad de Yale. Colección de manuscritos latinoamericanos. Manuscritos y Archivos: Grupo 307, serie II, caja 18, carpeta 172. Signatura: 158A.
VIIPrimer manuscrito de la Biblioteca Nacional del Perú, Lima. Signatura: B 371.
VIIISegundo manuscrito de la Biblioteca Nacional del Perú, Lima. Signatura: B 374.
IXManuscrito de la Biblioteca del Convento de los Padres Franciscanos de Ayacucho, Perú. Signatura: B 1942.
X Manuscrito de La Paz, propiedad del Dr. Rolando Costa Arduz.

En cuanto a la comparación yuxtalineal sigo la letra de los primeros versos de los poemas menos sujetos a variaciones que los títulos o epígrafes, estos últimos casi irreconocibles al pasar de una edición a otra.

He aquí la relación de las ediciones:


Edición de Ricardo Palma

Al editar Palma (1899a: VII; 1899b: 335, 336) su Flor de Academias, comienza por declarar haber «creído conveniente ampliar este volumen reproduciendo las obras poéticas de Caviedes» y en tal empeño parte de la idea que «en vida fue Caviedes víctima de los empíricos y en muerte vino a serlo de la piratería literaria. Coleccionar hoy sus obras es practicar un acto de honrada reivindicación. Al César lo que es del César». Incluye entonces allí como «complemento» las composiciones atribuidas a Caviedes y aprovecha también de la coyuntura para «hacer algunas correcciones sustanciales» a la publicación que él mismo prologara en 1873 a partir de la «copia de los versos de Caviedes, hecha en 1695» que, por ese entonces, perteneció a Manuel de Odriozola. Sobre esta copia, el tradicionista (1899b: 336-337) escribe lo siguiente:

amén de lo descolorido de la tinta en el transcurso de dos siglos, tiene tan garrafales descuidos del plumario, que hacen de la lectura de una página tarea más penosa que la de descifrar logogrifos. Sin embargo, a fuerza de empeño y tiempo, haciendo a la vez una nueva copia, hemos conseguido ponerlo en condición de poder pasar a manos del cajista. Habríamos querido corregir también frases, giros poéticos, faltas gramaticales y aún eliminar algo; pero aparte el temor de que algún zoilo nos niegue competencia, hemos pensado que a un poeta debe juzgársele con sus bellezas y defectos, tal como Dios lo hizo, y que hay mucho de pretensioso, y algo de profanación, en enmendar la plana al que escribió para otro siglo y para sociedad distinta.



Para la edición de 1899 Palma (1899b: 335-336) toma como referencia «un manuscrito que perteneció a la librería Zegarra», es decir, el hoy manuscrito V y afirma haber visto también otras tres «copias» especialmente el manuscrito VII del cual opina en una nota manuscrita que es una copia «detestable». Con estos criterios pondrá en pie la primera edición de nuestro recuento, edición que como el mismo Palma presintió ha sido muy duramente reprendida por los editores del siglo XX. En todo caso, D. R. Reedy (1984: XLIV) al hablar de esta edición, afirma que no se encuentra en ella «ninguna corrección» a la de 1873 pero sí varias supresiones de poemas.

La edición de Palma de 1899 congrega, en resumidas cuentas, las siguientes composiciones poéticas:

  Poemas
Diente del Parnaso 67
Poesías diversas 50
TOTAL 117




Edición de Rubén Vargas Ugarte S. J.

Tomando como trasunto de referencia el manuscrito I y teniendo a la vista los manuscritos III, VII y IX, en esta otra edición se excluyen las composiciones que presumiblemente no pertenecen al estro de Caviedes. Así, Vargas Ugarte declara conocerlos pero no reproduce los siguientes poemas: «Hoy no el morir, Señor, llego a temer», «Todo el natural consumo», «Parecióle a un Cabrón acomodado», «Preguntas ¿cuál será grata?», «Título o coche en qué andar», «Clara hermosa, en mi conciencia», «Pagando culpas de dama», «Porque conozcas, amigo», «Unas misas cobró en huevos», «Si es celebrar vuestro achaque», «Enfermo estás de tus obras» y un romance no identificado. Además copia pero excluye de la obra de Caviedes propiamente dicha, estas otras composiciones: «Al jardín de tus musas sin rodeos», «Luz o antorcha divina ya en ocaso», «Templó Caviedes la lira», «Créditos de Avicena, gran Bermejo» y encuentra suplantaciones entre estas composiciones omitidas: «Tropezó Juana y cayendo», «De liviana precia Anarda», «Purgando estaba sus culpas» y «Tomando está las unciones». Finalmente, se considera adjudicado a Caviedes el poema «D. S. mesón donde K. E.»

Vargas Ugarte (1947: XII) advierte, en suma, que «el descarte lo hemos extendido también a todas aquellas composiciones que sean o no de Caviedes, están lejos de honrar su pluma» ya que «es casi un deber cribar su obra poética y arrojar a un lado como inútil paja todo cuanto de repulsivo, maloliente o de subido color hallamos en ella. Tal ha sido nuestro criterio», criterio inquisitorial que por sí sólo se condena.

La relación de los textos atribuidos a Caviedes que trae esta edición así depurada, es la siguiente:

 Poemas
Poesías religiosas 9
Sonetos 22
Poesías varias 35
Sonetos 44
Poesías jocosas 96
Diente del Parnaso 52
TOTAL 258
Piezas dramáticas 3




Edición de Daniel R. Reedy

Reedy (1984: XLVII) propone como «texto-modelo» al manuscrito I por ser, dice, el que «menos se distancia de los tiempos de Caviedes», el único que cuenta con las tres «composiciones más tardías que conocemos» y es el «códice más completo de todos con doscientos treinta y cinco poemas y tres obras dramáticas». Reedy afirma también reproducir «fielmente» ese trasunto, pero «realizando enmiendas de erratas indiscutibles u omisiones del copista de letras o palabras», además de «inversiones de versos cuando es el caso de un error que comprueban los otros manuscritos»; las composiciones que no se encuentran aquí, son transcritas aprovechando «la fuente que muestra menos erratas» y anota las variantes en los manuscritos restantes.

Los criterios de organización que este editor (1984: XX) aplica al conjunto de poemas son «propósito central, temática y estilo». De ello resultan cuatro grupos:

a) poemas asociados a Diente del Parnaso, «es decir, poemas en que resalta la nota satírica, jocosa y burlesca, dirigida contra todos los sectores de la sociedad limeña de fines del siglo XVII»;

b) poesías religiosas y filosófico-morales,

c) poesías de tema amoroso y

d) poesías ocasionales «sobre diversos temas de actualidad de la época».

Reedy explica igualmente la modernización y normalización tanto ortográfica como de puntuación y enumera los versos de cada poema transcrito. Al pie de ellos se encuentran las otras versiones cotejadas y en forma de notas aparecen algunas interpretaciones léxicas. Finalmente, acompañando a la edición incluye un listado de nombres de personajes citados en las composiciones caviedanas, la enumeración de las fuentes a consultar sobre los médicos y la medicina durante la vida del bardo, una relación de nombres bíblicos y mitológicos, las localidades geográficas allí mencionadas, una cronología y, por último, la relación de las obras de Caviedes y otros estudios.

Si bien Reedy (1984: XIX; 1993: XI) afirma inicialmente que la obra de Caviedes «consta de más de 265 composiciones poéticas y tres piezas dramáticas» y luego declara que el mismo poeta es autor de unos 350 poemas, los consignados en su edición son únicamente éstos:

 Poemas
Poemas satíricos y burlescos163
Poemas religiosos y filosófico-morales52
Poemas amorosos 36
Poemas a diversos asuntos 12
Apéndice I: poemas atribuidos a Caviedes17
TOTAL 280
Piezas dramáticas3




Edición de María Leticia Cáceres, A. C. I.

Esta edición pretende constituir el corpus caviedano a manera de un «texto concordado» (1990a: 215-216) que no imponga al manuscrito I como texto tutor, ya que en él se encuentra «un número relevante de composiciones que no pertenecen a Caviedes y otras que se le atribuyen (y esto se evidencia por la fraseología y estilo ajenos al poeta)» aunque «lamentablemente, en algunos casos, no podemos comprobar este aserto por falta de textos que lo avalen». De este modo, el texto concordado que se propone «resulta, en primer lugar, de la confrontación simultánea, literal y textual, de las diez copias manuscritas que poseemos actualmente de la obra de Caviedes, y, en segundo término, de la redacción o fijación textual de todo el contenido poético que es lo que va a constituir el corpus caviedano definitivo [sic]» (las itálicas son del original).

Como en la edición de Reedy y más tarde en la de García-Abrines, se procede a numerar los versos y a una reconstrucción textual completa, corrigiendo «lo que, a todas luces, se presenta como un error, una alteración o capricho verbal repetido invariablemente por copistas y editores».

Sin embargo, no consigna algo que ella (1974: 12) misma había previsto, la

alteración ortográfica que no tergiversa ni altera el sentido de lo que quiso expresar el autor. La versión de un manuscrito es un trabajo muy delicado y de responsabilidad que supone, además, una especial forma de intuición, que opera cuando trata de descifrarse la palabra que escribió el copista y sea, al mismo tiempo, la que corresponde al concepto e intención del creador del texto [sic]. Es siempre tarea de reelaboración, y no podemos abocarnos a ella sino tomando las precauciones del caso a fin de evitar no sólo deformaciones contextuales sino también de significación conceptual.



De este modo, aprovecha

la intuición del paleógrafo, y sobre todo, el conocimiento profundo de la vida del autor, de su mundo literario y del estilo con que reviste y vierte sus creaciones poéticas. Se trata -afirma también Cáceres (1990a: 217)- de un discernimiento entre lo que se ve escrito y repetido de aquello que no lo está y que, sin embargo, se tiene el convencimiento de que fue escrito por el autor del texto original.



Antecede, también, a la constitución de los textos definitivos de cada poema, su estudio lingüístico (fonético, morfológico, sintáctico y semántico) dado que «una sola palabra mal transcrita desvía o deforma el pensamiento del autor. Fidelidad, honestidad y veracidad son inherentes al trabajo de transcripción», sentencia Cáceres (1990a: 221). En conclusión, se trata, con entusiasmo que envidiaría un utopista metafísico, de «extraer de dicho estudio -(paleográfico, lexicológico y literario)- la versión más ajustada al pensamiento y creatividad del autor, sin duda existentes en el texto original que no poseemos».

El criterio utilizado por la Madre Cáceres (1990a: 224) para clasificar los manuscritos parte de la idea de que los estribillos del poema «Lisi, mi achaque es amor» consignado en los diez manuscritos, son la clave para determinar su antigüedad: aquellos que no los llevan son los «más antiguos y fidedignos por más cercanos, en el tiempo, al autor», mientras que los restantes han sufrido «interpolaciones y alteraciones textuales de diversa especie». De ahí que estos trasuntos se cataloguen, según la editora (1990a: 245) y desde un punto de vista cronológico, en tres grupos:

a) los manuscritos más antiguos o vertiente antigua (fines del siglo XVII y primeras décadas del siglo XVIII): X, VII, V y II;

b) las copias modernas (segunda mitad y último tercio del siglo XVIII y siglo XIX): VIII, I, III, IV y VI; finalmente,

c) una fuente sui generis: IX. Todo ello diagramado desde una perspectiva parental, según un «trazo aproximativo del árbol genealógico (stemma) y nexos familiares».

La edición de Cáceres cuenta, además, con cuatro valiosos estudios debidos a Guillermo Lohmann Villena («I. El Entorno. Tiempo de Valle y Caviedes», «II. El Personaje. Hitos para una biografía», «Nomenclátor de personas y asuntos mencionados en la obra de Valle y Caviedes», «Ojeada sobre la enseñanza de la medicina y los médicos en Lima a finales del siglo XVIII»), otros dos trabajos obra de Luis Jaime Cisneros («Estudio crítico», «Índice de los primeros versos»), una «Bibliografía comentada del texto concordado» de la misma editora y dos índices, uno onomástico-toponímico y otro de ilustraciones.

La distribución «orgánica» de las composiciones poéticas y piezas dramáticas reunidas en esta cuarta edición (1990a: 251), es la que sigue:

 Poemas
A. Poesía satírica: 
    A1. Aguda y mordaz: 
      a) Contra médicos y medicina de su tiempo 67
      b) Contra poesía estragada y malos poetas10
      c) Contra mujeres de vida disoluta («Damas») 14
    A2. Sátira costumbrista y socio-política: 
      a) Remedios para ser lo que quisieres, que son observaciones del autor10
      b) Preguntas que hace la Vieja Curiosidad a su Nieto el Desengaño1
      - Coloquio entre una vieja y Periquillo1
      c) Otras piezas que se incluyen en este apartado 7
    A3. Poesía festiva, jocosa y regocijante 30
      - Colección de poesías de variado metro y epigramática 15
B. Poesías de circunstancias 12
C. Poesía religiosa: 
    C1. De inspiración mística 22
    C2. Glosas a obras que son patrimonio de la iglesia universal 7
D. Poesía de aliento filosófico-cristiano11
E. Poesía gnómica 17
F. Lírica amatoria y de sabor bucólico 37
Apéndice núm. 1. Poesía de dudosa autoría8
Apéndice núm. 2. Composiciones que no pertenecen a Caviedes16
TOTAL 285
G. Teatro3




Edición de Luis García-Abrines Calvo (vols. I y II)

Los manuscritos compulsados en los dos tomos de esta edición tienen como referencia común el códice IV y subsecuentemente los enumerados V, I, II, III, VI, VII, VIII y IX. Las correcciones se aplican así al manuscrito de Yale I donde se dice encontrar primero 600 errores y luego, en el segundo volumen, 650 erratas además de faltas de ortografía, omisiones de versos y coplas.

En el primer volumen, García-Abrines Calvo procede a restaurar Diente del Parnaso con las siguientes pautas: ante todo -y a pesar de que lo reproduce- considera una suplantación el soneto «Créditos de Avicena, gran Bermejo» publicado en vida del autor y por lo tanto queda excluido del corpus caviedano. A continuación cita pero omite los textos de cuarenta y dos «agudezas» pertenecientes a John Owen (1560-1622) traducidas por Francisco de la Torre y Sevil (1625-1681), además de los poemas «La anciana Curiosidad», «Según el infiel orgullo» y «Que no moriré de viejo» por considerar, este último, un «invento» [sic] de R. Palma. Las sátiras: «Sólo por buen parecer», «Habla mucho en lo matante» y «Que es su padre caballero» son suprimidas por ser, según el editor, «malas y con erratas, y la última aun sin rima». Una vez terminada su criba, García-Abrines (1993: 96) contempla el despojo y concluye con una reminiscencia culinaria: «había que hacer justicia al jaenés. Su Diente del Parnaso que antes era un revoltijo de tripas es ahora una deliciosa y picante madeja, digna de ser saboreada con el caldo más fino de Jerez».

En el segundo volumen, el editor reproduce las poesías sueltas y bailes a partir del mismo manuscrito de Yale I, pero siguiendo ahora estos otros criterios: menciona mas omite las poesías religiosas y filosófico-morales atribuidas a Caviedes, así como todas aquellas composiciones de autoría ajena probada o supuesta; tampoco incluye 15 poemas que, según su parecer, no pertenecen al «estilo» (1994: 19) de Caviedes. Sin embargo, en el prólogo transcribe el poema «¡Ay de mí! Solo quedo», que, asevera (1994: 21), no pertenece a Caviedes, lo incluye sólo por «curiosidad».

Al final de cada composición se mencionan los trasuntos cotejados. Los versos de las composiciones poéticas y teatrales son numerados e interpretados con abundantes anotaciones enciclopédicas al calce. Lleva, además, índices de los primeros versos, de las voces anotadas, de nombres propios, fe de erratas y una adenda.

Las composiciones finalmente publicadas son éstas:

  Poemas
Volumen I: 
Diente del Parnaso 50
Volumen II: 
Poema autobiográfico 1
Noticiero poético 9
Poemas amorosos 31
Poemas satíricos53
Poemas eróticos5
Poemas escatológicos5
Poema final galenófobo1
TOTAL 155
Bailes3




Cotejo general de las ediciones

Para el cotejo que sigue tomo como punto de referencia la edición de D. R. Reedy (R) que no obstante carecer de un índice de los primeros versos o por lo menos de los epígrafes, es la única que transcribe las variantes de ocho manuscritos conocidos y enumera a la vez las composiciones que incluye. Las referencias intertextuales entre las ediciones de Reedy (R), Cáceres (C) y García-Abrines (G-A) las hago equiparando las secuencias que ellas mismas ofrecen; en cuanto a las ediciones de Vargas Ugarte (V-U) y Palma (P) que no enumeran los poemas, obligan a correlacionarlos sólo por la paginación respectiva. A fin de registrar todos estos incidentes, utilizaré las siguientes convenciones:

Signos: 
- : texto incluido pero no numerado.
[] : secuencia textual sin enumeración; se incluye la paginación correspondiente.
Ø :falta el texto.
A. : apéndice.
i. : incluido en otro texto.
m. : texto mencionado pero omitido.



Composiciones poéticas1
Ediciones: R C G-A V-U P
Primeros versos o términos:     
A     
Adórote devoto, oh Dios oculto, 172 A. II, 4 m. [22] Ø
A la copia se atienda, 76 135 144 [157] Ø
Alcaldes de corte son 242 250 84ØØ
A los médicos no los satisfago i. 56 i. 96 i. 106 [142] [408]
A llorar, selvas, mis males 224 232 70 [63] [430]
Ama a Dios de corazón, 169 195 m. [17] Ø
Amor es nombre sin deidad alguna, 217 262 m. [94] Ø
A pintar tu hermosura, 245 255 90 [49] Ø
Aprobación... - - - [214] [355]
Aquel que me da gusto, le desea 215 140 m. [110]Ø
Aquese caballero que aquí pinto i. 56 i. 94 i. 104 [137] [404]
Aquí yace un idiota señoría 90 54 95 [93] Ø
Árbol que a tan gran vida le dio muerte, 186 179 m. [29] Ø
Astrólogo de pinturas, 247 257 87 [45] Ø
Atended, ingrata Dafne, 235 244 63 [77] [435]
Atened, amadores del Rímac, 254 129 m. [181] [444]
A ti, quirquincho de médicos 12 12 12 [235] [i. 364]
A un médico preguntaban 61 57 123 [303] [416]
Aunque mi madre la cera 124 213 m. [201] Ø
Aunque Venus no se da 162 91 m. Ø Ø
Ausente dueño mío, 226 234 72 [71] [436]
¡Ay de mí! Solo quedo, 256 158 - [78] [435]
¡Ay loca esperanza vana!216 193 m.Ø Ø
B     
Bachiller diminutivo,83 130 134 [170]Ø
Balca il diablo, gorgobado,79 122 136 [161] Ø
Bola es el mundo que sola 144 227 m. [203]Ø
C     
Caerá el que en sus bolsones161 224 m. [204] Ø
Caminante, detén el veloz paso;260 167 m. [106]Ø
Canta ruiseñor alegre,248253 88 ØØ
Canto de aquel bello joven104 109 115 [197] [467]
Cara la mujer se advierte154 155 m. [205]Ø
Casóse el doctor del Coto, 45 45 45 [296] [396]
Casóse un mozo muy pobre50 113 141 [179] [443]
Catalina de mis ojos,227 235 73 [65] [431]
Cercado de temores y congojas184 189 m. [28] Ø
Cielos, astros, mares, tierra, 258 166 60 [58] Ø
Clara hermosa, en mi conciencia 91 115 153 m. [449]
Como el saber del hombre es limitado194 200 m. [28] Ø
Compra, si quieres tener139 149 m. [203]Ø
Congojado mi espíritu cobarde,177 182 m. [24] Ø
Con imprudentes arrojos37 34 35 [271] [383]
Con las armas del dinero130 111 m. [202] Ø
Con lengua y voz de estropajo,85 70 128 [165] Ø
Contra médicos es todo entendido,209 102 m. [106] Ø
Contraste de almas, fiel ejecutor,189 191 m. [30] Ø
Corazón, pues que quisiste251 259 66 [47] Ø
Cosa nueva en esta edad 151 153 m. [204] Ø
Creció de aplauso al compás158 223 m. [205] Ø
Créditos de Avicena, gran Bermejo, 117 164 - - Ø
Cristóbal de Virués, el 75 69 119 [156] Ø
Crucificado Cordero, 164 171 m. [1] Ø
Cualquiera fiel que quisiere 171 A. II, 3 m. [10] Ø
Cuando el alba, que es prólogo del día, 262 161 52 [95] Ø
Cuando hacer versos cursé, 103 74 110 [208] [377]
Culpas los lascivos nombres 160 157 m. [206] Ø
Cupido de medicina, 46 46 46 [297] [396]
D     
De abundancias sobrado en Portobelo 259 61 53 [105] Ø
De amor arpón y blanco el más divino 191 185 m. [31] Ø
De arquitectura escollo, que valiente 265 168 54 [102] Ø
De cuerpo y alma unidos se compone 207 208 m. [101] Ø
Dedicación... - - - [i. 212] [i. 353]
De hierro duro a ser pasa 155 156 m. [207] Ø
De las beldades fuiste la primera, 119 89 102[109] Ø
De la vida enemiga es la riqueza, 201 204 m. [98] Ø
Del cometa hacen juicio 263 159 57 [190] [453]
De liviana precia Anarda, 51 79 145 Ø Ø
Del poder la materia efecto ha sido 213 207 m. [108] Ø
Del sacro fuego, acaduz 157 222 m. [204] Ø
De menga a los ojos que 253 261 m. [78] [460]
De nuevo se vistió Cintio 52 128 143 [178] [442]
Después de abrasada Troya, 135 217 m. [202] Ø
De un médico el buen deseo16 22 17 [242] [368]
Diente del Parnaso que trata...- Ø - Ø Ø
Dios de los libros te libre,153 154 m. [204] Ø
Discretísimo Señor:39 42 42 [288] [393]
Dos ciudades del gran turco99 86 139 Ø Ø
Dos mil años logréis el cachorrito,113 51 155 [103] Ø
Dos tortugas salieron a campaña116 60 96 [109] Ø
Dos veces para mí santo1 1 1 [i. 212] [i. 354]
Dueño del alma, en quien amante fío,174 180 m. [23] Ø
E
El alma que entre los dos252 258 m. [48] Ø
El bachiller Cordillera,29 36 37 [273] [384]
El cristal de María de ab eterno188 173 m. [31] Ø
El cristal de una fuente, Anarda bella,219 263 61 [109] Ø
El dar publicando es golpe127 215 m. [201] Ø
El Eclesiástico dice...i. 1 i. 1 2 [212] Ø
El fin de anhelar tan sólo238 243 82 [72] Ø
El gran Cerdán Monichaco,24 27 27 [254] [375]
El humano entender se opone en todo181 198 m. [27] Ø
El médico Matasiete,69 49 50 [233] Ø
El mundo todo es testigo 10 10 10 [230] [361]
El pobre es tonto, si calla,102 108 121 [211] [457]
El portugués importuno,74 125 118 [154] Ø
El portugués Juan González,73 124 131 [153] Ø
El Portugués y Bachán,88 162 111 [40] Ø
El que hacerse quisiere caballeroi. 56 94 104 [133] [i. 398]
El que ve el mal en aquél152 221 m. [204] Ø
El temblor viene avisando70 50 48 [292] Ø
En cuantas partes dijere343[312][355]
En el regazo de un olmo,22323169[63][430]
Enfermo estás de tus obras6275152m.[418]
En junta de colegiales 101A. I, 8154ØØ
En la milicia de amor,8285Ø[169]Ø
En lo ingrato y en lo esquivo23624581[70][434]
En mis penas inmortales22223068[61][429]
En un laurel convertida22523371[64][430]
Equívocos son mis versos24024883[73][445]
Érase una giba novio más doblado80119108[162]Ø
Érase una ninfa hermosa,105136116[147]Ø
Escrúpulo de maridos,49112140Ø[442]
Es la vida del hombre una comedia204206m.[99]Ø
Esta voz letras dice entendimiento,20276m.[99]Ø
Este libro está tasado434[213][355]
Excelentísimo Conde,7168117[36]Ø
Excelentísimo Duque, 212324[250][372]
Excelentísimo Señor:81134120[163]Ø
F     
Fementido corcovado,77118133[159][391]
G     
Gracias a Apolo que llega106133114[117][469]
Gran fuerza de vida ha sido232626[253][374]
Guerra física...---[209][353]
H     
Habla mucho en lo matante12153Ø[209]Ø
Hebra su ropa raída,143225m.[207]Ø
Hermano Dios, Señor y Padre amado,176174m.[24]Ø
Hermoso dueño mío, 241 252 64 Ø Ø
Herrera, la enhorabuena 31 38 39 [300] [412]
Horrores copia la idea, 261 160 59 [79] [437]
I      
Ingrato dueño esquivo, 239 246 m. [56] Ø
Introducción tendrás y inteligencia 212 101 m. [107] Ø
L     
La anciana curiosidad, 100 103 m. [83] [464]
La Asumpción me parece impropio anhelo 180 184 m. [26] Ø
La más constante mujer 168 A. II, 6 m. [20] Ø
La medicina continua 138 63 m. [202] Ø
La mucha tierra lleva mucho fruto 208 141 m. [101] Ø
La muerte viene a ser cumplirse un plazo, 196 190 m. [95] Ø
La piedra que buscas, Pedro, 134 216 m. [202] Ø
La plata de estos reinos anhelada199 209 m. [98]Ø
Las flores de un jardín plantas llevaban, 218 264 62 [100] Ø
Leandro de Godoy, un 34 41 41 [279] [387]
Licenciado ambulativo, 33 40 40 [278] [386]
Licis mía, ya mi amor, 59 20 15 [53] [367]
Liseras, un corcovado, 14 15 14 [237] [366]
Lo que a los dos os sucede 125 143 m. [206] Ø
Lorenzo, un buen corcovado, 84 126 112 [173] Ø
Los curas encubridores 26 29 29 [262] [379]
Los pajarillos y yo 250 260 65 Ø Ø
Los vecinos de la casa 47 47 47 [298] [411]
M
Machuca que en todo es vano 22 24 25 [253][374]
Maestro sin barba y bobo 159 67 m. [205] Ø
Marcia, ¿por qué me dijiste 231 239 77 [68] [432]
Mejía, corcuncho acérrimo, 97 120 138 [210] Ø
Mera usted, Señor Molato, 20 19 21 [247] Ø
Mi contrario mayor soy y enemigo 197 187 m. [97] Ø
Mi intento no es hablar de los estados i. 56 i. 93 i. 103 [133] [i. 398]
Mil abogados tienen tus razones, 107 88 99 [94] Ø
Mi Ynesiya, dizque aller 66 107 m. [196] [456]
Mono de la medicin[a] i. 12 13 i. 12 [224] [365]
Muere Dión, el cual vivió impecable, 187 199 m. [29] Ø
Muere el Autor, sus obras se lamentan: 182 176 m. [26] Ø
Muerta dos veces en pira de censuras, 28 35 36 [94]2 [384]
Muriendo estoy por morir, 228 236 74 [66] [431]
Muy poderoso esqueleto 7 7 7 [222] [356]
N        
Narigón y letrado, se concibe 111 137 m. [104] Ø
Ni aun con la muerte escapar 145 64 m. [206] Ø
No hay bien en esta vida que no sea 200 205 m. [78] Ø
No niego hoy que cuantos hoy obtienen i. 56 i. 95 i. 105 [140] [406]
Nos el ordinario, más 5 5 5 [214] [355]
Nos y nosas, machos y hembras 27 30 30 [263] [379]
No teme Paula al francés,131 146 m. [202] Ø
O     
Obra de tinieblas es147 150 m. [205] Ø
¡O Dios! ¿por qué tan airado170 172 m. Ø Ø
Oh cuántas veces, oh cuántas249 254 m. Ø Ø
Óigame, Bartolomé,264 165 58 [44] Ø
Otra corcova le nace78 121 135 [160] Ø
Óyenos, oh Padre piísimo,166 197 m. [8] Ø
P     
Pagando culpas de dama57 78 148 m. [452]
Para hallar en palacio estimaciones110 100 94 [96] Ø
Para juzgar, el hombre rectamente206 202 m. [101] Ø
Para saber que a Dios tengo enojado190 188 m. [30] Ø
Para ser caballero de accidente[s]108 98 92 [96] Ø
Para vivir muerto importa163 228 m. [204] Ø
Pedro es doctor singular,19 18 20 [205] [371]
Pedro de Utrilla, el cachorro,32 39 22 [247] [371]
Pedro de Utrilla, el cachorro,48 48 23 [248] [372]
Penas, sed más rigorosas 221 229 67 [61] [429]
Perdiguero y podenco de la muerte,114 58 97 [103] Ø
Pico de Oro solamente 41 32 32 [266] [381]
Poeta como su madre87 72 127 [167] Ø
Por antojos de cristal224 247 86 [52] Ø
Por calzar pie para ver94 116 109 [184] [446]
Por comisión de un ingenio 8 8 8 [217] [357]
¿Por qué al recibir o al dar 126 214 m. [201] Ø
Porque conozcas, amigo,98 55 150 m. [392]
Porque Liseras conozca 30 37 38 [276] [385]
Por tus mismas miserias, las ajenas, 205 211 m. [100] Ø
Por vuestro ingenio divino, 255 163 51 [32] Ø
Primero, antes que la [lengua], 140 218 m. [203] Ø
Promontorio que altivo al mar te atreves, 266 169 55 [102] Ø
Protoverdugo de Hacienda 44 44 44 [305] [419]
Purgando estaba sus culpas 55 56 147 Ø [417]
Puse en tus ojos los ojos, 237 249 89 Ø Ø
Q     
Que el que vieja te llamase 67 131 m. [208] [441]
Que es su padre caballero 122 110 Ø [210] Ø
¿Qué médico llamará? 43 43 49 [312] [422]
Que no moriré de viejo, 2573 A I, 2 Ø [295] [395]
Quien nada ha de saber, 146 226 m. [206] Ø
Quien tratare fingirse virtuoso, 56 93 103 [129] [397]
Quiso el demonio poner 93 105 122 [186] [448]
R     
Recién nacido escollo, a quien veneran 267 170 56 [103] Ø
Rico me hiciste, noble y estimado, 179 183 m. [25] Ø
Rigoroso maestro es el temor 185 201 m. [29] Ø
Riñó con la primavera 243 251 85 Ø Ø
Ripio fatal de la muerte, 38 25 34 [270] [382]
S     
Saludes festivas 167 196 m. [16] Ø
Segundo pincel, la pluma89 71 132 [146] Ø
Según el infiel orgullo64 104 m. [i. 86] [462]
Sé humilde, si es que pretendes35 i. 41 i. 41 [206] Ø
Selvas, a quejarme vengo233 241 79 [69] [433]
Sentado en la verde margen230 238 76 [67] [432]
Señor doctor don Tercianas11 11 11 [225] [362]
Señor don Matusalén,53 123 124 [175] [440]
Señor lector o lectora,9 9 9 [214] [359]
Señor mío, Jesucristo,165 194 m. [13] Ø
Si a la templanza el desorden156 66 m. [205] Ø
Si censurares de mí,18 17 19 [246] Ø
Si como en un muro, en mí,141 219 m. [203] Ø
Si de médico intentas graduarte,i. 56 96 106 [140] [406]
Si el laurel a los ingenios17 16 18 [243] [369]
Siempre repite el ser largo136 62 m. [202] Ø
Siendo hueso la mujer129 145 m. [202] Ø
Si en manos del mal doctor 2 2 i. 2 [213] [355]
Si es celebrar vuestro achaque60 82 151 m. [414]
Si es mujer la que de esas cosas tratai. 56 i. 93 i. 103 [130] [398]
Siguen los [corderitos] inocentes198 210 m. [105] Ø
Si intentáis de esa mujer 92 73 113 [174] Ø
Si la cabeza es simpleza137 148 m. [i. 203] Ø
Si no pierdo la salud,148 65 m. Ø Ø
Si quieres ser doctor en todas cienciasi. 56 95 105 [138] [405]
Si quisieres ser dama,i. 56 97 107 [143] [408]
Si sábado, marido de grosura,210 139 m. [107] Ø
Si te faltaren corderos,123 212 m. [201] Ø
Si tú el asumpto me das,36 i. 41 i. 41 [206] Ø
Si Yáñez no os ve, sabed15 21 16 [240] [368]
Sólo por buen parecer12052 Ø[209] Ø
Son la cama y el sepulcroi. 163i. 228 m.[205] Ø
T     
Tanto siento el haberos ofendido,175 181 m. [23] Ø
Tembló la tierra pesada13 14 13 [237] [365]
Tiene por toda su vida6 6 6 [214] Ø
Tiene una sombra de yegua96 117 125 [189] [450]
Todas las cosas que hay para gozarse214 77 m. [110] Ø
Todas las mujeres mandan128 144 m. [201] Ø
Todo desde ab eterno origen tiene,183 A. II, 5 m. [97] Ø
Todo el mundo se funda en opiniones,203 203 m. [99] Ø
Todos son uno a un compás150 151 m. [206] Ø
Tomando está las unciones58 81 149 Ø [413]
Tórtola, no cantes triste,234 242 80 [70] [433]
Triaca que a mi vida le da muerte,220 265 m. [104] Ø
Tropezó Juana y cayendo54 80 146 Ø [451]
Tu boca por pedigüeña95 84137 [210] Ø
Tuerto dos veces, por vista42 33 33 [268] [382]
Tu frente es desnuda y fría,142 220 m. [203] Ø
Tu gran nariz, don Antonio,68 127 129 Ø Ø
Tu juvenil edad, Anarda hermosa,211 90 100 [108] Ø
Tú no eres cara, Fili desdichada118 87 101 [210] [457]
Tu padre de coser con sus puntadas115 59 98 [107] Ø
Tu retrato con juego 246 256 91 [50] Ø
Tu venera desmienten tus narices, 112 138 m. [105] Ø
U     
Una mañana de mayo, 229 237 75 [66] [431]
Una mestiza consejos 86 83 142 [166] Ø
Un arroyo fugitivo, 232 240 78 [68] [433]
Una noche más oscura 63 114 130 [192] [454]
Unas misas cobró en huevos 72 132 126 m. Ø
Un mulato por hijo es el más bravo 109 99 93 [96] Ø
Un retrato a mi Inesiya 65 106 m. [195] [455]
Ut, re, mi, fa, sol, la, alegre 133 147 m. [201] Ø
V     
Vendes tu amor y es fingido; 132 92 m. [202] Ø
Verdugo cruel, inhumano, 25 28 28 [259] [377]
Venus, codiciosa y bella, 149 152 m. [207] [449]
Vida en la muerte, triaca en el veneno, 195 192 m. [25] Ø
Vos muerto en una cruz para salvarme, 193 177 m. [27] Ø
Vos muerto en una cruz porque yo viva, 178 178 m. [25] Ø
Vos, para darme vida, Señor, muerto; 173 175 m. [23] Ø
Y     
Ya los autos de la fe 40 31 31 [264] [380]
Yo, la más vil criatura de la tierra; 192 186 m. [27] Ø
Y vista por el Juez i. 39 i. 42 43 [i. 287] [i. 392]



Composiciones poéticas preteridas4
A
Al jardín de tus musas sin rodeoA. I, 12 A. II, 8 Ø Ø Ø
Aún más que en la frente ataja A. I, 8 A. II, 13 m. Ø Ø
¡Ay, mísero de mí! ¡Ay desdichado! A. I, 1 A. I, 3 m. [20] [438]
C     
Cuando a la hermosura acompañaØ Ø Ø Ø [433]
D     
Del Rey Sabio emulación A. I, 16 A. II, 15 m. Ø Ø
D. S. mesón donde K. E., A. I, 5 A. II, 10 m. [XV] Ø
H     
He venido a descubrirme Ø Ø Ø [204] [467]
Hoy me mandan desatar A I, 9 A. I, 7 m. [208] [441]
Hoy no el morir, Señor, llego a temer, Ø A. I, l Ø Ø Ø
L     
La fruta del paraíso Ø Ø Ø [205] [418]
La piedra, aunque en lo muy altoA. I, 14 A. I, 4 m. Ø Ø
Luz o antorcha divina ya en ocaso A. I, 13 A. II, 9 Ø Ø Ø
M     
Me parece en conclusión A. I, 6A. II, 11m. Ø Ø
N     
Nace Cristo de noche, y en la esferaA. I, 10A. II, 14m. Ø Ø
P     
Parecióle a un cabrón acomodado A. I, 3A. I, 6 m. Ø [457]
Perdonen al autor las infelices Ø Ø ØØ [411]
Preguntas ¿cuál será grata A. I, 4 142 m. [113] [461]
Pues según flechan Ø A. II, 1 Ø Ø Ø
Q     
Que en este mundo ramplón Ø Ø Ø [116] [469]
S     
Si la piedra su centro ama, A. I, 15 A. I, 5 m. Ø Ø
T     
Templó Caviedes la lira A. I, 11 A. II, 7 Ø Ø Ø
Título, coche en qué andar A. I, 2 A. II, 2 m. [111] [460]
Todo el natural consumo A. I, 7 A. II, 12 m. Ø Ø
V     
Vuestra curia diligente A. I, 17 A. II, 16 m. Ø Ø
Y     
Yo sólo sé que no sé Ø Ø Ø [203] Ø



Piezas teatrales5
Títulos:                                       
Baile cantado del amor médico - 266157 [326] Ø
Baile del amor tahúr - 267 158 [331] Ø
Entremés, el amor alcalde- 268 156 [323] Ø




Haber y debe

Los libros contables a. de C. (antes de Computadora) solían tener sólo dos rubros: debe y haber. Siguiendo esta arcaica costumbre, procederé a contabilizar el «haber» puesto a cuenta de la pluma de Juan del Valle y Caviedes a fin de luego restar lo que se «debe» a esos textos.

Reconozcamos a los cinco editores, en primer lugar, los muchos lustros dedicados a exhumar los poemas y obras teatrales atribuidas a Caviedes, sobre todo a los cuatro últimos que, aunque ingratos respecto a su precursor Palma (1899b; 338) a quien ellos zarandean a más y mejor (García-Abrines llega a calificarlo de «paranoico»), fueron motivados por la misma inquietud que el vilipendiado editor quien enunciara en su momento:

no vemos razón para que, por los siglos de los siglos, se conserve inédito y sirviendo de pasto á ratones y polilla un libro que, dígase lo que se quiera en contrario, será siempre tenido en gran estima por los que sabemos apreciar los quilates del humano genio.



Ahora bien, en esta labor de rescate de la obra atribuida a Caviedes, sólo la edición de Reedy tiene la precaución de transcribir al pie de cada composición las variantes que se encuentran en los trasuntos originales. La edición de Vargas Ugarte consigna los textos «pelados», es decir, sin informar sobre sus, sin duda, muchas decisiones; Cáceres y García-Abrines sólo mencionan al pie de cada composición los manuscritos que les han servido de fuente para reconstituir los textos «definitivos». El cotejo de versiones, la denuncia de errores, las adiciones, supresiones y remisiones van in crescendo: desde su ausencia total (V-U), pasando por algunas parcas aclaraciones (R) que luego se hacen más detalladas (C) hasta convertirse en viarazas glosadoras -una hermenéutica suelta, delirante- merced a la citación obsesiva del diccionario de Barcia y a «restauraciones» que declaradamente rehúyen cualquier disidencia (G-A)6, ofrecen glosas contrarias y contradictorias, ora reductoras ora extensivas, dirigidas sin dudas a convertir los poemas en tasajos textuales. Para muestra, un botón. La estrofa 34 de la Carta romanceada que Caviedes dirigiera a Sor Juana Inés de la Cruz reconstruida por la edición de García-Abrines (en J. del Valle y Caviedes, 1994: 35) dice:


Emparaderos [sic]7 en coplas
se puede por muchas causas,
porque en tratándose de ellas,
todos a la monja sacan.



La interpretación de esta estrofa no ofrece mayores dificultades. El enunciador se refiere a los poemas redactados por Sor Juana8, cosa en la que -a su pesar- ella misma convendrá9: son tantas las coplas solicitadas («todos a la monja sacan») a las que Sor Juana ha condescendido por «muchas causas» banales (onomásticos, festividades, nacimientos, etc.), que con dichos versos se la podría «emparedar»10. Pues bien, García-Abrines (Ibid.) trae tres notas adosadas a esta estrofa:

a) la primera procede sobre «emparaderos» (sic) y no hace sino copiar el primer sentido que Barcia da del vocablo 'emparedado, da':

emparedado, da. «Cualquiera de las personas devotas que se retiran del mundo, y sin ser religiosos ó religiosas vivían encerradas en casas contiguas a las parroquias, y también las mismas comunidades ó emparedamientos» RB [Roque Barcia].



b) la segunda cuelga de «copla» y dice:

copla. Juego con emparedaros a través de pareados. «Llámase copla, porque los versos van pareados, como si dijéramos: copulados ó unidos» RB.



c) la tercera pende de «monja» y su texto es éste:

monja, juego con jamón. Emparedado, «lonja pequeña de jamón ú otra vianda fiambre, servida entre dos pedacitos de pan» RB.



Respecto de la primera nota, la interpretación de 'emparedado, da' es contraproducente, espuria en relación a 'emparedaros', ya que la Carta está dirigida en su epígrafe a «la Monja de México» (Sor Juana: el sufijo «os» de «Emparedaros»), es decir que siendo la enunciataria de todo este poema una religiosa y viviendo naturalmente en un convento, la anotación es inconsecuente («sin ser religiosos o religiosas», escribe Barcia).

En cuanto a la segunda nota el «juego» entre 'emparedaros'/ 'pareados' que propone García-Abrines, acudiendo nuevamente a Barcia, es ilegítimo. Tal como lo indica el DRAE, 'copla' viene del lat. copula que Barcia reproduce («copulados o unidos») y el término 'pareados' es sólo una paráfrasis comparativa («como si dijéramos») del coleto de Barcia que no tiene que ver con los significados admitidos, por ejemplo, por el único que define el DA:

copla. Cierto género de metro castellano que hoy se compone de cuatro versos de ocho u once sílabas, que unas veces son consonantes y otras asonantes. Rengifo en su Arte poética dice, que en la copla hay dos cosas, cierto número de versos, y cierta consonancia entre los fines de ellos: y según la variedad de estas dos cosas, se varían y diferencian las coplas, y añade se llamó así de la voz Latina Copula, que vale unión y junta, porque no es otra cosa copla, sino unión y junta de versos.



Es claro que la paráfrasis de Barcia 'cópula' ~ 'pareados' podría admitir paradigmáticamente cualquier otro término capaz de ocupar esa paráfrasis, por ejemplo, 'emparejados', 'juntados' o 'unidos' como propone el mismo Barcia repitiendo al DA. De este modo, la colación entre 'emparedados' y 'pareados' es una mancuerna léxica caprichosa y confusionista para interpretar el texto de Caviedes: morfológica e isotópicamente es inadmisible presuponer un traslapo de significados entre dos términos no homógrafos -diferenciados por la presencia, en el primero, de un prefijo ('em') y un grafema que actúa a la manera de infijo ('d'), inexistentes en el segundo- ni menos homónimos -porque el primero pertenece al campo semántico //encierro// (que agrupa, entre otros, los taxemas /emparedar/, /recluir/, /aislar/, /aprisionar/, /enjaular/, /acorralar/, etc.) mientras que el segundo se indexa en el campo semántico//versificación// (que comprende taxemas como /pareado/, /dístico/, /terceto/, /cuarteto/, etc.); interpretar un lexema fuera del campo semántico ordenado por la norma léxica, sabemos, es incurrir en un dislate conceptual y nocional írrito. Aquí, como en cualquier otro orden de cosas, el error es siempre preferible a la confusión.

La tercera nota contiene una inferencia descabellada, por decir lo menos. La cita que hace García-Abrines de Barcia parafrasea la tercera y última acepción de 'emparedado' en el DRAE (1992) («porción pequeña de jamón u otra vianda, entre dos rebanadas de pan de molde») pero omite la primera acepción («participio pasado de emparedar») y la segunda «recluso por castigo, penitencia o propia voluntad» que es, por cierto, la que atañe al sentido correcto de la estrofa comentada. La metátesis de 'monja' → 'jamón' a partir de la suplantación de «Emparedar(os)» por 'emparedado', es decir, del sentido recto //encierro// por el sentido obtuso //tipo de comida preparada//, produce un quid pro quo interpretativo alucinante además de, colmo de colmos, paracrónico, es decir, interpretado a partir de un sentido advenedizo que dicho vocablo no admitía al ser escrito. En efecto, la acepción moderna de 'emparedado' lograda por extensión metafórica ('emparedado': /reclusión de un ser humano/ → 'emparedado': /encajamiento de una lonja de jamón/) que García-Abrines copia de Barcia, no se encuentra en el Tesoro de Covarrubias, tampoco en el DA (que sólo trae 'emparedar': «castigar a uno por sus desenvolturas, encerrándole entre cuatro paredes, de cuyo nombre se forma este verbo» y 'emparedado, da': «participio pasado del verbo emparedar. El así encerrado») ni ha sido registrado por Gili Gaya (1960) o Boyd-Bowman (1982, 1983).

Los editores mismos en sus prólogos o en otros lugares de sus ediciones se han encargado de criticarse -acerbamente con frecuencia- entre ellos, a fin de justificar sus propias versiones. En cuanto a los humildes lectores ajenos a esos compromisos, si comparamos ya no las versiones que cada editor proporciona de los textos atribuidos o no a Caviedes sino sus metatextos crítico-explicativos, tendremos un buen ejemplo de hasta dónde puede llegar la incongruencia interpretativa cuando se obliteran los controles analítico-textuales mínimos, incluso los más tradicionales (retórica, filología, lexicología, estilística). El régimen decisorio de estos editores para la jerarquización de los manuscritos11, el ordenamiento temático de las composiciones, la erección de exclusas entre los textos debidos, sostienen, al numen de Caviedes y aquellos a separar o desechar, obedecen, a fin de cuentas, a procedimientos inductivos dirigidos por intuiciones que se quieren «razonadas» pero que a la postre resultan lábiles cuando no absurdas. Salvo la identificación de poemas pertenecientes a autores ajenos al mundo colonial andino12, la arbitrariedad autosuficiente es, por último, la pauta de organización e interpretación editorial.




Debe haber

¿Qué queda de todo ello? ¿Examinar otra vez los trasuntos, ahora con las debidas precauciones, y proyectar una sexta edición al fin plausiblemente confiable? Éste sería desde luego el ideal, pero para lograrlo es preciso contar con un trabajo en equipo que redujera, ante todo y en lo posible, los personalismos egotistas y presuntuosos tan relevantes en las cinco ediciones actualmente disponibles. En seguida se trataría de suprimir el criterio autorial -un auténtico «falso problema»- no sólo por irresoluble con los documentos que se cuenta13 sino porque, propuesto como premisa editorial, perturbaría y anularía (como ocurre hasta hoy) cualquier organización e interpretación ponderada de los textos en cuanto tales. Desembarazada del incordio de la autoría, la gestión inicial del equipo cae de su peso: mediante el concurso de criterios heurísticos y paleográficos probados que garanticen la compulsa regulada de los manuscritos14, procedería a ordenarlos no para determinar jerarquías entre ellos sino criterios de legibilidad según las necesidades, de tal manera que la edición contara con parangones de versiones independientes para cada composición.

Acordadas, en principio, las ringleras de versiones (susceptibles de ser reformuladas en cualquier momento según el avance de la investigación), el examen hermenéutico tendría como propósito obtener interpretaciones intra e intertextuales con un grado de admisibilidad satisfactorio dentro de su inevitable contingencia. A ello se agregaría la indexación de datos provenientes del contexto extratextual disciplinado (lingüístico, histórico, etnológico, sociológico, económico, político, jurídico, religioso, científico, etc.) pertinentes en cada caso, por ejemplo, la imprescindible modalidad icónica para el estudio de los abundantes enunciados prosopopéyicos y etopéyicos; las prácticas sociales y su normatividad para calibrar el volumen semántico de los enunciados poéticos o teatrales que las referencialicen; la impronta institucional tanto literaria en, por ejemplo, las pautas de versificación entonces en uso como no-literaria, por ejemplo, en las instituciones linguo-normativa, diglósica, médica, legal, minera, administrativa, doctrinaria, costumbrista, etc. vigentes en la sociedad peruana durante los siglos XVII y XVIII.

Y si se precisa un gremio de voluntades para emprender esta tarea, también es indispensable reunir un haz interdisciplinario consecuente donde participen, además de los saberes tradicionales ya mencionados, la crítica genética, la textología, la semiótica del discurso y la semántica interpretativa y diferencial. Todo este esfuerzo tendría como propósito constituir y descifrar ese bien sinóptico de la cultura literaria popular andina, el conjunto de textos -obra colectiva de Caviedes y varios escritores anónimos coloniales- que para ser identificado tomaría el único referente nominal y emblemático tradicional con que se le conoce, es decir, el «corpus caviedano».

Este muy rápido boceto investigatorio es, como se ve, únicamente indicial para la hoy utópica edición de los infolios que componen el «corpus caviedano», edición a ser controlada con los instrumentos de objetivación, coherencia y rigor interpretativos, descriptivos y explicativos disponibles desde hace por lo menos unos seis lustros. Mientras tanto ¿qué hacer? Convengamos en que los estudios intratextuales regulados de las composiciones caviedanas escasean y los intertextuales, todavía menores, distan de dar una idea integral de sus valores literarios y culturales andinos; de ahí la conciencia expresa o implícita de su provisionalidad. No obstante, siendo las cosas lo que son y aun percatándonos de su inevitable vocación interina, los estudios del «corpus caviedano» a realizarse desde las ediciones de Daniel R. Reedy y de la Madre María Leticia Cáceres A. C. I. conjugadas tendrán, a mi parecer, un grado de plausibilidad aceptable para proponer hipótesis susceptibles de ser en su momento ora redargüidas y refutadas ora convalidadas. Esta labor coyuntural de desbroce textual es, a no dudarlo, uno de los desafíos mayores en los estudios literarios coloniales peruanos actuales.







 
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