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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA
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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA

 

B

 

BACARDÍ MOREAU, Emilio (Santiago de Cuba, 5.6.1844-Id., 28.8.1922). Desde niño mostró afición por la poesía y la pintura. A fines de 1867 el Liceo de Puerto Príncipe le premió su memoria «Conveniencia de reservar a la mujer ciertos trabajos». A fines del año siguiente intenta, con José D. Pullés y otros, deponer al gobernador de Oriente y formar una Junta de Gobierno, pero todo fue descubierto en pocas horas, En 1876 sufrió prisión en Chafarinas por su contacto con los insurrectos. Fue deportado en 1879. Durante la guerra del 95 sufrió prisión de nuevo, esta vez en Ceuta (1896), por la ayuda en armas prestada a los patriotas. Tras el cese de la dominación española en 1898, fue alcalde de Santiago de Cuba. Desde este puesto propuso la creación de un museo, que hoy lleva su nombre, para conservar las reliquias históricas de las guerras libertadoras, que fue inaugurado en 1899. En 1901 ocupó la alcaldía por elección. Creó además la biblioteca anexa al museo, la Academia Municipal de Bellas Artes y realizó otras obras de carácter público. En 1905 fue senador de la República y se opuso a la intervención norteamericana, pero su propuesta al Congreso fracasó. Colaboró en distintas publicaciones santiagueras y en la Revista Bimestre Cubana y El Fígaro, de la capital, entre otras. Fue miembro de la Academia de la Historia y de la Academia Nacional de Artes y Letras. Su drama en tres actos «Al abismo» apareció en la revista Cuba Contemporánea (La Habana, 39: 27-88, 1925). Dejó inéditas las novelas La hija de Hatuey, Filigrana y El Doctor Boileau, así como las piezas de teatro Casada, virgen y mártir y La vida.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Crónicas de Santiago de Cuba. Recopiladas por [...]. Barcelona, Tipografía de Carbonell y Esteva, 1908-1913. 3 v.; Reimpresión [de los tomos 1-3 y revisión, corrección, anotación y ampliación de los tomos 4-10] por Manuel A. Barrera. Santiago de Cuba. Tipografía Arroyo, 1923-1925, 10 v. | Vía Crucis. Primera parte: Páginas de ayer. Santiago de Cuba, Imp. El Cubano Libre, 1910; 2ª ed. Santiago de Cuba, 1914. | Hacia tierras viejas (notas e impresiones de viaje). Valencia, Imp. F. Sempere, 1914. Vía Crucis. Segunda parte: Magdalena. Barcelona, Imp. de la viuda de Luis Tasso, 1914. | Doña Guiomar. Tiempos de la conquista (1536-1548). Novela histórica. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1916-1917. 2 v. | Florencia Villanova y Pío Rosado. 1854-1880. Notas históricas rápidas. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1920. | La Condesa de Merlín. Santiago de Cuba, Tipografía Arroyo, 1924. | Cuentos de todas las noches. La Habana, Úcar, García, 1950.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Emilio Bacardí Moreau (1844-1922)», en su La prosa en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...], T. 2. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 53-54 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 13). | Castellanos, José Guadalupe. «Emilio Bacardí Moreau», en su Figuras nacionales. Manzanillo, Editorial El Arte, 1950, p. 29-32. | Ducazcal, seud. de Joaquín Navarro Riera. «Patriota, altruista y escritor», en El Fígaro. La Habana, 42 (23 y 24): 477, ago. 23 y 30, 1924. | Guerra, Ramiro. «Crónica de Santiago de Cuba, por Emilio Bacardí y Moreau», en Cuba Pedagógica. La Habana, 7 (170): 15-16, feb. 19, 1909. | «Hacia tierras viejas, por Emilio Bacardí», en Cuba y América. La Habana, 2ª época, 18, 2 (2): 91, may., 1914. | Martínez Arango, Felipe. «Emilio Bacardí y Moreau», en su Próceres de Santiago de Cuba. Santiago de Cuba, Universidad de La Habana, 1946, p. 49-50. | Rodríguez Rendueless [sic] M. «Hacia tierras viejas, por Emilio Bacardí Moreau», en Universal. La Habana, 3 (61): 6-7, mar. 1, 1914; «El libro de Emilio Bacardí», en Cuba Nueva. La Habana, 1 (4): 4-5, nov. 14, 1915. | Romeu, Manuel E. «Doña Guiomar», en Letras. La Habana, 3ª época, 11 (1): 12, may. 5, 1918.
 

BACHILLER Y MORALES, Antonio (La Habana, 7.6.1812-Id., 10.1.1889). Cursó sus primeros estudios en el Seminario de San Carlos. En la Real y Pontificia Universidad fue alumno de Lógica, Metafísica y Moral y se graduó de Bachiller en Leyes (1832). Con la Memoria sobre la exportación del tabaco en rama mereció el primer premio de un concurso que había convocado la Sociedad Económica de Amigos del País, la que lo distinguió con la condición de Socio de Mérito (1835). Obtuvo la licenciatura en Derecho Canónico (1837) y en Derecho Civil (1838). En la misma Universidad fue nombrado sustituto en la cátedra de Derecho Canónico. En 1842, se le designó catedrático de Derecho Natural y de Fundamentos de Religión. Llegó a ocupar el decanato de la Facultad de Filosofía hasta 1862. Fue secretario y letrado consultor de la Caja de Ahorros, Descuentos y Depósitos de La Habana, cuyas memorias redactó y publicó entre 1846 y 1867. Perteneció al Liceo de La Habana y fue varias veces presidente electo de su sección de literatura. En 1850 se le denominó síndico primero del Ayuntamiento habanero. Desempeñó la secretaría de la Sociedad Económica de Amigos del País. Fue miembro asimismo de otras instituciones y corporaciones nacionales y extranjeras. En 1863 pasó a ser director del recién creado Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, en donde además enseñó Economía Política y Derecho Mercantil hasta 1869. Por un documento en que solicitaba la autonomía para Cuba sufrió represalias y vejaciones por parte del gobierno español, por lo que se vio obligado a emigrar a los Estados Unidos con toda su familia a principios de 1869. Regresó a Cuba en 1878. Durante muchos años desarrolló una intensa labor periodística como redactor de El Puntero Literario, La Siempreviva, Faro Industrial de La Habana, La Serenata y Revista crítica de ciencias, artes y literatura, y como colaborador de El Nuevo Regañón de La Habana, Diario de La Habana, Gaceta de Puerto Príncipe, El Álbum, Anales de la Isla de Cuba, Revista de Jurisprudencia, Eco del Comercio, Prensa de La Habana, Revista de La Habana, Brisas de Cuba, Revista de Cuba, así como de casi todas las publicaciones periódicas de su época. Fundó con Ildefonso Vivanco el Repertorio de Conocimientos útiles. Colaboró además en El Siglo XIX y La Patria (México), Diario del Comercio (Río de Janeiro), Revista de España, de Indias y del extranjero (Madrid), The Magazine of the American History, The Scientific American, El Mundo Nuevo y La América Ilustrada (Estados Unidos). Es autor de las novelas «Matilde o los bandidos de Cuba» y «La Habana en dos cuadros; o, La Seiba y el Templete», aparecidas en El Aguinaldo Habanero (1837) y Faro Industrial de La Habana (1845), respectivamente. Participó en la confección de Paseo pintoresco por la Isla de Cuba (La Habana, Imp. de Soler, 1841) y en Tipos y costumbres de la Isla de Cuba (La Habana, Editor Miguel de Villa, 1881). Tradujo el drama El campamento de los cruzados, de Adolphe Dumas; la comedia Los celos deseados, de Luis Stella; Fisiología e higiene de los hombres dedicados a trabajos literarios. Investigaciones sobre lo físico y lo moral, de Reveillé-Parisse; Rudimentos de la lengua latina, de T. Rudiman y Libro de lectura para los niños americanos, de William O. Swan. Como erudito e investigador se ocupó de los más diversos temas a través de una extensa obra, en la que se destacan sus tres tomos de Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la Isla de Cuba (1859-1861). Según Trelles, dejó al morir algunos papeles inéditos. Figarola-Caneda, por su parte, consigna que utilizó con frecuencia como firma el juego de sus iniciales (A., A.B., A.B. M., A.B. Morales, etcétera) y numerosos seudónimos, entre los cuales están Bibliómano, El crítico parlero, Un ojeador de libros, El Br. Cándido Tijereta, etcétera.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Fábulas literarias y morales [escritas] por un individuo de la Sección de Educación de la Real Sociedad Patriótica de La Habana. La Habana, Imp. de Oliva, 1839. | Elenco de proposiciones de Economía Política para los exámenes de la clase de dicha ciencia que dirige D. Antonio Bachiller en el Colegio de San Carlos de La Habana. La Habana, Imp. Barcina, 1841. | En la confianza está el peligro. Comedia original en dos actos y en verso por [...]. La Habana, Imp. de R. Oliva, 1841. | Proposiciones que defenderán públicamente los alumnos que se espresan [sic] de la clase de Economía Política, establecida en el colegio seminario de San Carlos, el día de julio... Dirigidos por el profesor D. Antonio Bachiller y Morales. La Habana, Imp. de Barcina, 1841. | Discurso inaugural que para la enseñanza de su asignatura publica el Sr. D. A. B... y M..., catedrático de Derecho Natural y Religión en la Universidad de La Habana al abrirse en 22 de diciembre que cursa las clases de este Instituto. La Habana, Oficina del Faro, 1842. | Caja de Ahorros, Descuentos y Depósitos. Año de 1841 a 1842. Informe del secretario sobre los trabajos del segundo año económico de la Caja. La Habana, Oficina del Faro Industrial, 1842. | Antigüedades americanas. Noticias que tuvieron los europeos de la América antes del descubrimiento de Cristóbal Colón, recogidas por A. B... y M..., individuo corresponsal de mérito de la Real Sociedad Económica de La Habana, y corresponsal de la de Puerto Rico &. La Habana, Oficina del Faro, 1845. | Apología del mono [Poema]. Escrita en 1834 y aumentada y corregida ahora por el Bachiller Tirso de Porra y Saeta (seud.) Cenocefalia, 1846. La Habana, Tipografía de D. V. de Torres, 1846. | Memoria sobre el establecimiento de un Banco Agrícola e Hipotecario. La Habana. Imp. del Faro Industrial, 1847. | Elogio del señor don José de Arango y Castillo, uno de los fundadores de la Real Sociedad Económica de La Habana. Escrito por [...]. La Habana, Imp. del Tiempo, 1852. | Prontuario de agricultura general para el uso de los labradores y hacendados de la Isla de Cuba. La Habana, Imp. de Barcina, 1856; Prontuario de agricultura general para el uso de los labradores, hacendados y estudiantes de la Isla de Cuba. La Habana, editor M. de Villa, 1882. | Elementos de la Filosofía del Derecho o Curso de Derecho Natural. La Habana, Imp. del Tiempo, 1857. | Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la Isla de Cuba. La Habana Imp. de P. Massana e Imp. del Tiempo, 1859-1861. 3 t.; 2ª ed. Con introd. de Francisco González del Valle y biografía del autor por Vidal Morales. La Habana, Cultural, 1936-1937. 3 t. (Colección de libros cubanos, 34-36); 3ª ed. T. 1 y 2 «Biografía de Antonio Bachiller y Morales», por Vidal Morales, y «Antonio Bachiller y Morales», por José Martí. La Habana, Instituto de Literatura y Lingüística. Academia de Ciencias, 1965 y 1971. | Historia de las medidas adoptadas por la Administración Municipal para el entretenimiento y conservación de las calles de La Habana. La Habana, Imp. La Antilla, 1860. | Biografía del Sr. D. José de la Luz y Caballero. Madrid, 1862. | Memoria leída en la apertura del curso académico de 1864 a 1865, en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General por S. M., 1864. | Memoria leída en la apertura del curso académico de 1865 a 1866, en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General por S. M., 1865. | Memoria leída en la apertura del curso académico de 1866 a 1867, en el Instituto de 2ª Enseñanza de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General por S. M., 1866. | Memoria leída en la apertura del curso académico de 1868 a 1869, en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno, 1868. | Guía de la ciudad de Nueva York. New York, N. Ponce de León, 1872; Guía de la ciudad de Nueva York y sus alrededores, 2ª ed. corr. y aum. New York, Imp. y Librería de N. Ponce de León, 1876. | Cuba Primitiva. Origen, lenguas, tradiciones e historia de los indios de las Antillas Mayores y las Lucayas. La Habana, Imp. Militar de la viuda de Soler, 1880; 2ª ed. corr. y aum. La Habana, Librería de Miguel de Villa, 1883. | Disquisición crítico-histórica sobre el aje y las batatas de Cuba. Publicado en la Revista de Cuba. La Habana, Est. Tip. de la V. de Soler, 1882. | Cuba: monografía histórica que comprende desde la pérdida de La Habana hasta la restauración española. La Habana, editor Miguel de Villa, 1883; 2ª ed. Nota preliminar de Emilio Roig de Leuchsenring. La Habana. Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962 (Colección del Bicentenario de 1762, 2). | Los negros. Barcelona, Gorgas y Compañía, editores [1887?]. | Galería de hombres útiles. «Vida y obra de Antonio Bachiller y Morales», por Fermín Peraza. La Habana, Instituto Nacional de Cultura. Ministerio de Educación, 1955 (Grandes periodistas cubanos, 12).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Arcadio, seud. de ? «En la confianza está el peligro [...]», en Noticioso y Lucero de La Habana. La Habana. 9 (291): 3, oct. 19, 1841. | Castro y Bachiller, Raimundo de. Don Antonio Bachiller y Morales (Aspecto de su vida familiar). La Habana, Editorial Guerrero, 1939. | Costa, Octavio R. «Tarea y fecundidad de Antonio Bachiller», en su Rumor de historia. La Habana, Úcar, García, 1950, p. 21-36. | Martí, José. «Antonio Bachiller y Morales», en su Obras Completas. T. 5. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 141-153. | Morales y Morales, Vidal. «Antonio Bachiller y Morales», en su 3 biografías. Recopilación y pról. de Félix Lizaso. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1949, p. 197-225 (Cuadernos de cultura. 8ª serie, 5). | Núñez González, Ana Rosa. Bachiller y Morales. Aspectos de una vida entre libros. La Habana, 1955; La vida bibliográfica de don Antonio Bachiller y Morales. La Habana, Editorial Librería Martí, 1955. | Peraza Sarausa, Fermín. Antonio Bachiller y Morales, el padre de la bibliografía cubana. Conferencia leída el 13 de enero de 1937, en el Palacio Municipal, correspondiente a la serie sobre Habaneros Ilustres, y publicada en el número 11 de los Cuadernos de historia habanera. La Habana, Imp. Molina, 1937; Antonio Bachiller y Morales. La Habana, Municipio de La Habana. Departamento de Cultura, 1942 (Publicaciones de la Biblioteca Municipal de La Habana, Serie C: Guías Bibliográficas, 5); «Bachiller, el primer biógrafo cubano», en Orto. Manzanillo (Oriente), 39 (4-6): 47-48, abr.-jun., 1951. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «Antonio Bachiller y Morales, el patriarca de las letras cubanas», en Carteles. La Habana, 29 (1): 26, 51 y 55, ene. 3, 1937; «Antonio Bachiller y Morales», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX, IV. Los escritores. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962, p. 121-130 (Colección histórica cubana y americana, 26).
 

BADÍA, Nora (Cárdenas, Matanzas, 22.2.1921). Cursó estudios en la Escuela de Comercio de Matanzas. Se inició como locutora radial en la CMBF de Cárdenas hacia 1939. En 1944 se trasladó a La Habana, donde terminó sus estudios de secretariado. En 1947 obtuvo mención en el Curso ADAD con su pieza La alondra y el tercer premio con Mañana es una palabra. En 1948 colaboró en la fundación de la revista Prometeo y se graduó en la Academia de Arte Dramático de La Habana, donde ejerció como profesora de 1949 a 1960. Durante doce años trabajó como libretista de radio y televisión. En 1961 participó, en Viena, en el Congreso del Instituto Internacional de Teatro, de cuya revista fue directora más tarde (1964). También ocupó la dirección de la Revista Nacional de Teatro. Ha colaborado, como cuentista, en publicaciones como Lyceum, Crítica, Nuestro Tiempo, Mujeres. Ha viajado por Checoslovaquia y la RDA. Fue secretaria de la Sección de Teatro de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Estuvo al frente de la Dirección General de Orientación de la Juventud y de la Sección de Teatro Infantil y de la Juventud del Consejo Nacional de Cultura, así como del Centro Cubano de Teatro.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

González Freire, Natividad. «Nora Badía», en su Teatro cubano (1927-1961). La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1961, p. 122-123. | Leal, Rine. «Norah Badía», en su Teatro cubano en un acto. Antología. La Habana, Eds. R, 1963, p. 87-90.
 

BALBOA, Silvestre de (Gran Canaria, [6?] 1563-Puerto Príncipe [1649-?]). Se supone que llegó a América entre 1590 y 1600. En 1604 se encontraba en Bayamo, pero residió habitualmente en Puerto Príncipe. En 1621 fue confirmado en esa ciudad como escribano del cabildo. Su única obra, Espejo de paciencia, el primer poema cubano, fue dada a conocer por José Antonio Echeverría en El Plantel (1838) como parte de la Historia de la isla y catedral de Cuba, del obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz. Apareció publicada íntegramente por primera vez en la segunda edición de la Bibliografía cubana de los siglos XVII y XVIII (La Habana, Imp. del Ejército, 1927, p. 375-404), de Carlos M. Trelles. Más tarde apareció en el tomo primero de Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, de José Manuel Carbonell (La poesía lírica en Cuba. T. 1. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 22-56). En 1929, al aparecer publicada la Historia de la isla y catedral de Cuba (La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1929), fue impresa de nuevo. De los seis sonetos que aparecen antes del poema, cuatro son de autores cubanos.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Espejo de paciencia. «Estudio crítico», por Felipe Pichardo Moya. La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1942 (Cuadernos de Cultura. 5ª serie, 4); 2ª ed. Pról. y notas de Cintio Vitier. La Habana, Universidad Central de Las Villas. Depto. de Estudios Hispánicos, 1960; 3ª ed. Edición facsímil y crítica a cargo de Cintio Vitier. La Habana, Publicaciones de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1962.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Chacón y Calvo, José María. El primer escrito en Cuba. Documentos inéditos referentes al obispo Fray Juan de las Cabezas. La Habana, Imp. Maza, Arroyo y Caso, 1922. | Fernández, Clara. «Las alusiones cultas en el poema Espejo de paciencia de Silvestre de Balboa», en Taller literario. Santiago de Cuba, (14): 22-23, jun., 1967. | García del Pino, César. «El Obispo Cabezas, Silvestre de Balboa y los contrabandistas de Manzanilla», en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 3a época, 17, 66 (2): 13-54, may.-ago., 1975. | Lezama Lima, José. «Silvestre de Balboa y Troya de Quesada», en su Antología de la poesía cubana. T. 1. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 64-68. | Ponce de León, Néstor. «Los primeros poetas de Cuba», en Revista Cubana. La Habana, 15: 385-399, 1892. | Vitier, Cintio. «Primera lección. Propósito del curso. Desarrollos y estratos de lo cubano. Primeros acercamientos a la naturaleza insular», en su Lo cubano en la poesía. La Habana, Instituto del Libro, 1970, p. 15-42.
 

BALIÑO, Carlos (La Habana, 13.2.1848-Id., 18.6.1926). Cursó estudios de teneduría y de arquitectura, pero no los concluyó. Muy joven aún colaboró con artículos y poemas en El Fénix, El Alacrán y La Crítica, de Guanajay (Pinar del Río). En 1868 ingresó en la academia de pintura «San Alejandro», pero debido a la grave situación familiar que significó el encarcelamiento de su padre en Fernando Poo, se vio obligado a abandonar sus estudios. Después de fracasar en sus intentos por encontrar trabajo en La Habana, en pequeños chinchales de fabricar tabacos, se trasladó a Estados Unidos a fines de 1868 o en 1869. Vivió en Cayo Hueso, Tampa, Nueva York y Nueva Orleáns. Durante estos años desarrolló una amplísima y muy importante actividad revolucionaria, al mismo tiempo que ganaba su sustento como obrero tabaquero. En Cayo Hueso fue vocal del Gremio de Escogedores, participó activamente en el movimiento obrero y colaboró en El Yara. En Tampa contribuyó a fundar Ibor City, fue cofundador, con Ramón Rivero, del primer gremio obrero, «Caballeros del Trabajo», y fundó dos logias. Retornó a Cayo Hueso, donde fue redactor del periódico La Tribuna del Pueblo, desde el que ejercía una labor de propaganda por la libertad de Cuba y de la clase obrera. Volvió de nuevo a Tampa, a fundar la logia «Unión y Fraternidad». Por esta época conoció a José Martí. En 1892, en Cayo Hueso, suscribe las bases y el acta de constitución del Partido Revolucionario Cubano, fundado por Martí. Fue presidente del Club «Francisco Vicente Aguilera». Por estos meses, como parte del constante trabajo en favor de la independencia, acompaña a Martí en una gira por la península de la Florida. Tomó parte activa en los clubs «Enrique Roig» y «10 de Abril», de Tampa, fundados en enero de 1893. La inseguridad económica lo obliga a emigrar a Georgia, donde se establece una colonia de cubanos. Presidió el Club «Leopoldo Turla» y más tarde el «Fermín Salvoechea», organizado en el Municipio «Martí City», en el que Baliño es elegido primer vocal. Poco después fue vicepresidente del Club «Ramón Pintó». En Tampa colaboró con Pablo Rousseau en la fundación de La Nueva República (1897). Trabajó como colector o recaudador de fondos en fábricas de tabaco de Jacksonville. Después de todos estos años en Estados Unidos, donde desarrolló una intensa labor de propaganda política junto a Martí y a otras figuras de la emigración -tanto en las organizaciones e instituciones que fundó o en las que colaboró, como en la prensa y en la tribuna, algunas de cuyas participaciones fueron recogidas en Patria, el periódico fundado por Martí- y donde se enriqueció con la experiencia del trabajo como obrero tabaquero, retornó a Cuba después de terminada la guerra contra España en 1898. En 1902 publicó artículos en la prensa contra los abusos económicos. Se vio obligado a librar su sustento en pequeños chinchales de fabricar tabacos, pues no fue admitido en los grandes centros de producción. Por esta época continúa su actividad política, sobre todo en la organización del Partido Obrero (1904) -transformado a instancias suyas en Partido Obrero Socialista- y con sus trabajos en La Voz Obrera, órgano del Partido, donde publica un artículo en apoyo de la revolución rusa de 1905. En 1906 firma el acta de constitución del Partido Socialista de Cuba, surgido de la refundición del Partido Obrero Socialista y de la Agrupación Socialista Internacional, creada también con su contribución. Fue miembro de la Agrupación Socialista de La Habana, cuya presidencia llegó a ocupar en 1910, en sustitución de Ramón Belmonte, después que fueron expulsados del país los obreros más destacados en la Huelga del Alcantarillado de La Habana. Colabora por esta época en El Socialista, órgano de la referida Agrupación. Colaboró, además de en las publicaciones ya mencionadas, en El Productor, El Obrero Cigarrero, Justicia y Lucha de Clases, del que fue también director. A partir de 1919 contribuye a reorganizar los pequeños grupos socialistas en agrupaciones comunistas. En 1922 ocupó la dirección de Espartaco, el cargo de corrector de pruebas del Boletín del Torcedor y de la revista Juventud, dirigida por Julio Antonio Mella, a quien había conocido ese mismo año en la imprenta en que se editaban ambas publicaciones. En unión de Mella y de otros militantes fundó el Partido Comunista de Cuba en 1925. Además de sus discursos y de sus trabajos de propaganda en la prensa, cultivó el cuento. Tradujo del inglés y prologó La nueva esclavitud (Tampa, Centro de Propaganda Obrera, 1896) -reeditado posteriormente, en 1903 y en 1921, con el título La esclavitud del bono- de H. Davis, y El imperio americano (La Habana, Imp. El Ideal [1921?]), de Scott Nearing, reeditado en 1961. Prologó Tácticas en uso y tácticas a seguir (1922), de Antonio Penichet.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Verdades socialistas. La Habana, 1905; Verdades del socialismo. Pról. de Blas Roca. La Habana, Eds. Sociales, 1941. | Documentos de Carlos Batiño. Compilación e introd. de Aleida Plasencia Moro. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí, Depto. Colección Cubana, 1964.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Carlos Baliño: 1848-1926», en Noticias de Hoy. La Habana, 4 (39): 1, 6, feb. 14, 1941 | «Carlos Baliño: 1842-1942», en Noticias de Hoy. La Habana, 5 (38): 1, feb. 13, 1942. | «Cómo conoció Baliño a Martí. Carta de Flor Crombet a Martí presentándole a Baliño», en Bohemia. La Habana, 59 (40): 103, oct. 6, 1967, | «16 de agosto de 1925. 49 aniversario del Partido de Mella y Baliño», en Granma. La Habana, 3ª ed., 10 (191): 2, ago. 16, 1974. | Dumpierre, Erasmo. «Carlos Baliño», en Bohemia. La Habana, 59 (6): 4-9, feb. 10, 1967. | Mérida Torres, Ismael. «18 de junio de 1926. Carlos Baliño, síntesis del heroísmo de nuestro pueblo», en Juventud Rebelde. La Habana, :2, jun. 17, 1975. | Plasencia, Aleida y otros. Baliño. Apuntes históricos sobre sus actividades revolucionarias. La Habana, Imp. CTC. [s. a.]. | Quintela, Carlos. «Una vida completa para la patria obrera», en Cuba Tabaco. La Habana, 2 (12): 6-17, oct.-dic., 1974. | Rivero Muñiz, José. Carlos B. Baliño. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1962 (Cuaderno de Ciencias Sociales y Económicas, 3). | Roca, Blas. «El recuerdo de Carlos Baliño», en Magazine de Hoy. Suplemento del periódico Hoy. La Habana, :l, 8, feb. 18, 1945. | Rosas, Julio, seud. de Francisco Puig de la Puente. «Carlos Baliño»; en El Congreso Cubano. La Habana, 2 (14): 1-3, oct. 30, 1905. | Sánchez, Juan, «Martí y Baliño: un hecho inédito de sus vidas», en Bohemia. La Habana, 61 (28): 54-55, jul. 11, 1969. | Toro, Carlos del. «Presencia de Baliño en la prensa obrera revolucionaria», en Granma. La Habana, 10 (143): 2, jun. 19, 1974; «Carlos Baliño: firme militante de la vanguardia revolucionaria», en Granma. La Habana, 11 (143): 2, jun. 18, 1975; «Carlos Baliño y el proletariado cubano», en Verde Olivo. La Habana, 17 (28): 28-29, jul. 13, 1975; «Carlos Baliño, perseverante publicista de las ideas revolucionarias», en Santiago. Santiago de Cuba (20): 261-268, dic., 1975. | Torres Hernández, Lázaro. «Evocación de Carlos Baliño», en Bohemia. La Habana, 67 (10): 88-92, mar. 7, 1975.
 

BALMASEDA, Francisco Javier (Remedios, Las Villas, 31.3.1823-La Habana, 17.2.1907). Tempranamente escribió sus primeros versos y una obra titulada Eduardo el jugador (1835), representada en el teatro de su pueblo natal. Por esos años comenzó a colaborar en el Faro Industrial de La Habana. En 1857 tuvo que abandonar Remedios y se trasladó a la capital. Aquí trabajó, con Francisco de Frías y Jacott, en la Sociedad Económica de Amigos del País, en la dirección del Liceo de La Habana y como colaborador en La Idea, Cuba Literaria y El Liceo de La Habana. Volvió a Remedios y fundó una biblioteca pública (1863), desempeñó la alcaldía y dirigió El Heraldo, El Pensamiento y La Alborada. Colaboró en el Boletín de Remedios. Se dedicó a la construcción de muelles y almacenes en Cayo Francés. Complicado en la revolución de 1868, fue detenido y enviado directamente a La Cabaña y más tarde a Fernando Poo (1869). Logró escapar de la cárcel y se trasladó a Nueva York. Pasó luego a Colombia y adquirió su ciudadanía. Continuó sus estudios agrícolas y ocupó el cargo de Ministro Plenipotenciario de Colombia en Madrid. Regresó a Cuba al finalizar la guerra en 1878. En 1894 volvió a Colombia. Vino de nuevo a Cuba, ya definitivamente, en 1898. Caballero de la Orden del Mérito Agrícola de Francia por su trabajo titulado Higiene pública en la isla de Cuba. Durante sus últimos años fue colaborador de El Mundo. Es autor de varias comedias (La noche buena, Los celos con desdén se curan, Ya no me caso, El enamorado sin dinero, etcétera), de novelas, de un Tratado de Derecho de Gentes y de varias obras agronómicas y de economía política.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Rimas cubanas. Pról. de José G. Roldán. La Habana, Imp. de la Viuda de Torres, 1846. | Fábulas morales. La Habana, Imp. de P. Massana, 1858; 2ª ed. La Habana, Imp. Militar, 1860; 3ª ed. Corr. y aum. con notas del autor. La Habana, Imp. La Antillana, 1863; 10ª ed. Cartagena, 1874; 14ª ed. La Habana, La Propaganda Literaria, 1888; 15ª ed. Id., 1892; 16ª ed. Id., 1893; 18ª ed. Nueva edición ilustrada. New York, Appleton, 1901; [19ª ed. ?] Id., 1919. | Los misterios de una cabaña. Novela. Remedios (Las Villas), Imp. de Frank, 1866. 2 v. | Los montes de oro. Comedia en cuatro actos y en verso. La Habana, Imp. La Antilla, 1866; 2ª ed. Cartagena de Colombia, 1874. | Poesías. La Habana, 1868. | Los confinados a Fernando Poo e impresiones de un viaje a Guinea. Nueva York, Imp. de La Revolución, 1869; 2ª ed. Contiene además el folleto del mismo autor intitulado Bases para los estatutos de la Sociedad «Los amantes de la Libertad», con indicaciones sobre la fundación de la República cubana. La Habana, A. M. Lamy editor, 1899. | Amelia; o, La vuelta del estudiante. Comedia en un acto y en prosa. 2ª ed. Cartagena de Colombia, 1874; 3ª ed. La Habana, Imp. La Antilla, 1888. | Colección de discursos pronunciados por Francisco J. Balmaseda. Informes evacuados por el mismo; apuntes biográficos de varios personajes cubanos y artículos sobre Derecho Internacional, Economía Política, Historia. Cartagena de Colombia, 1874. | El dinero no es todo; o, Un baile de máscaras. Comedia en un acto y en prosa; 2ª ed. Cartagena de Colombia, 1874. | Historia de una iguana. Novela. Barranquilla (Colombia), Imp. de Domingo González Rubio, 1874; 2ª ed. Los ebrios; o, La familia de Juan Candaya. Novela. La Habana, Imp. de J. A. Casanova, 1903. | Obras. Primer volumen. Cartagena de Colombia, Ruiz e hijos, editores, 1874. | Sin prudencia todo falta; o, El gallero. Comedia en un acto y en prosa. Cartagena de Colombia, 1874; 2ª ed. Id., 1888. | Amor y riqueza. Zarzuela en dos actos. La Habana, Imp. La Antilla, 1888. | Poesías. Con la biografía del autor por el Sr. Pando y Valle. La Habana, La Propaganda Literaria, 1888. | Monólogos. La Habana, Librería de Casona [1888?]. | Monólogos. Amor y honor. Edmundo Dantés. La Habana, Imp. de E. F. Casona, 1889. | El libro de los labradores. Lectura para las escuelas y para las familias. Contiene pensamientos, máximas, aforismos. Consejo sobre el régimen de vida del campo. La Habana, Imp. Nacional y Extranjera, 1891. | El miscelánico. Colección de producciones científicas y literarias, unas inéditas y otras publicadas. La Habana, Tipografía Los Niños Huérfanos, 1894. | Clementina. Novela política. Primera parte. Quince años después. Continuación de esta novela por el mismo autor. Segunda parte. Cartagena de Indias (Colombia), Tipografía de García, 1896-1897. 2 t. en uno. | Carlos Manuel de Céspedes. Drama histórico. 2ª ed. La Habana, Imp. Compostela 89, 1900. | Confinamiento y agronomía [Pról.] de Othón García de Caturla. La Habana, Secretaría de Educación. Dirección de Cultura, 1937 (Cuadernos de Cultura. 2ª serie, 3). | Aventuras de Juan Polizón. Remedios (Las Villas), Imp. de Frank [s. a.]. | Tratado de las pasiones. La Habana, Imp. La Antilla [s. a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Francisco Javier Balmaseda. Tesoro del agricultor cubano. Tomo 1 [...]», en Revista Cubana. La Habana, 2: 183-184, 1885. | Ramos, José Antonio, «Francisco Javier Balmaseda (1823-1907)», en La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por José Manuel Carbonell, T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 128-129 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 3).
 

BALLAGAS, Emilio (Camagüey, 7.11.1908-La Habana, 11.9.1954). Obtuvo el título de Bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto de Segunda Enseñanza de su ciudad natal. En 1933 se graduó en la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana. Ese mismo año ingresó como profesor de literatura y gramática en la Escuela Normal para Maestros de Santa Clara, cuya dirección desempeñó en 1934. Ejerció como profesor en dicho centro hasta 1946. En ese año se graduó de Doctor en Filosofía y Letras. Fue también profesor en el Instituto de Segunda Enseñanza de Marianao. Con su libro Cielo en rehenes obtuvo en 1951 el Premio Nacional de Poesía. En 1953 ganó el Premio del Centenario con sus Décimas por el júbilo martiano en el centenario del apóstol José Martí. Viajó por Francia, Portugal y Estados Unidos. Fue colaborador en Antenas, Social, Revista de Avance, Grafos, Clavileño, Orígenes, Revista Cubana, Diario de la Marina, Sur (Argentina) y Cuadernos Americanos (México). Editó la revista Fray Junípero: cuadernos de la vida espiritual, de la que sólo se publicaron dos números. Es autor de la Antología de la poesía negra hispanoamericana (Madrid, 1935) y de Mapa de la poesía negra americana (Buenos Aires, 1946). Se destacó Ballagas además por sus conferencias y por sus traducciones de Ronsard, Keats, Yeats, Hopkins y otros.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Júbilo y fuga. Poemas. «Inicial angélica», por Juan Marinello. La Habana, Eds. La Cooperativa, 1931; 2ª ed. La Habana, Eds. Héroe, 1939. | Cuaderno de poesía negra. Santa Clara, Imp. La Nueva, 1924. | Pasión y muerte del futurismo. La Habana, Molina, 1935. | Elegía sin nombre. Poema. La Habana, Úcar, García, 1936. | Nocturno y elegía; un poema. La Habana, Úcar, García, 1938 | Sergio Lifar, el hombre del espacio. La Habana, 1938. | Sabor eterno. Poemas. La Habana, Eds. Héroe, 1939; La Habana, Úcar, García, 1939. | La herencia viva de Tagore. La Habana, Eds. Clavileño, 1941. | Nuestra señora del mar. Poema. Entrega de Fray Junípero. La Habana, 1943. | Décimas por el júbilo martiano en el centenario del Apóstol José Martí. La Habana, Comisión Organizadora de los Actos y Ediciones del Centenario y del Monumento de Martí, 1953. | Obra poética de Emilio Ballagas. Edición póstuma. Con un ensayo preliminar de Cintio Vitier. La Habana, Úcar, García, 1955. | Órbita de Emilio Ballagas. Pról. de Ángel Augier. Selección y notas de Rosario Antuña. La Habana, Eds. Unión, 1965; 2ª ed. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972. | Emilio Ballagas. Introd. y selección de textos por Emilio de Armas. La Habana, MINED. Dirección Nacional de Educación General, 1973 (El autor y su obra).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Baquero, Gastón. «En la muerte de Emilio Ballagas», en Boletín [de la] Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 3 (9): 25-26 y 32, sep., 1954. | Entralgo, Elías. «Emilio Ballagas. Júbilo y fuga. Poemas», en Aventura en Mal Tiempo. Papel proteico. Santiago de Cuba, (1): 5, oct., 1932. | Feijóo, Samuel. «Impresiones de Emilio Ballagas», en Lunes de Revolución. Suplemento del periódico Revolución. La Habana, 2 (26): 9, sep. 14, 1959; «Una añeja entrevista inédita a Emilio Ballagas, en 1938», en Azar de lecturas, crítica. La Habana, Universidad Central de Las Villas. Depto. de Estudios Hispánicos, 1961. | Fernández, Pablo Armando. «Ballagas: amigo y poeta», en Lunes de Revolución. Suplemento del periódico Revolución. La Habana, 2 (26): 13-16, sep. 14, 1959. | Fernández Retamar, Roberto. «Emilio Ballagas (1908)», en su La poesía contemporánea en Cuba (1927-1953). La Habana, Orígenes, 1954, p. 39-43; «Recuerdo a Emilio Ballagas», en su Papelería. La Habana, Universidad Central de Las Villas. Dirección de Publicaciones, 1962, p. 195-204. | Figueroa, Esperanza. «Júbilo y fuga de Emilio Ballagas», en Revista Iberoamericana. Pittsburgh (Pennsylvania, EE.UU.), 32 (62), 1966. | González, Plácido J. «Plagio sobre plagio y nada más», en Ahora. La Habana, 2 (417): 4 y. 11, dic. 25, 1934. | González y Contreras, G. «El ángel blanco y negro: Ballagas», en El Mundo. La Habana, 34, (11 040): 4, ago. 19, 1934. | Lezama Lima, José. «Gritémosle: ¡Emilio!», en Lunes de Revolución. Suplemento del periódico Revolución, La Habana, 2 (26): 2-3, sep. 14, 1959. | Piñera, Virgilio. «Dos poetas, dos poemas, dos modos de poesía», en Espuela de Plata. La Habana, (H): 16-19, ago., 1941; «Ballagas en persona», en Ciclón. La Habana, 1 (5): 41-50, sep., 1955. | Rodríguez Rivera, Guillermo. «Visión de la isla. Emilio Ballagas», en Bohemia. La Habana, 57 (7): 30-32, feb. 12, 1965. | Sánchez, Luis Alberto. «Emilio Ballagas», en Sphinx. Lima, 2 (15): 1-8, 1962. | Torriente, Loló de la. «Emilio Ballagas muerto vive detenido en el espacio», en Lunes de Revolución. Suplemento del periódico Revolución. La Habana, 2 (26): 10-12, sep. 14, 1959. | Vitier, Cintio. «Emilio Ballagas, en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952)». Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 206-207; Lo cubano en la poesía. La Habana, Universidad de Las Villas. Depto. de Relaciones Culturales, 1958, p. 318-338.
 

BARAGAÑO, José A. (Pinar del Río, 28.10.1932-La Habana, 31.8.1962). Aprendió las primeras letras en su ciudad natal. Cursó estudios secundarios en la Escuela de Comercio y en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río. En 1950 vino a La Habana e ingresó en la Universidad como alumno de Ciencias Sociales. Al año siguiente abandonó los estudios y partió hacia Europa. Durante su estancia en el extranjero (1951-1954) vivió en París y viajó por España e Italia. En Europa colaboró en Le Premier Bilan del'Art Actuel (Cahiers Le Soleil Noir) y en las revistas Le Soleil Noir, Positions, Espacio y Panderma. Tras su regreso definitivo a Cuba, trabajó como columnista en el periódico Revolución y, más tarde, en el magazine literario Lunes de Revolución. Colaboró en Casa de las Américas, Unión, La Gaceta de Cuba y Bohemia. Dio clases de francés y de historia del arte y de la literatura en la Escuela Profesional de Periodismo de La Habana. Tomó parte activa en la movilización de Playa Girón (1961) y en la campaña del Escambray (1961). Participó en el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (agosto, 1961), y, en esa misma fecha, fue elegido secretario de relaciones públicas de la naciente Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Pronunció conferencias, no recogidas en libro, sobre pintura y filosofía.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cambiar la vida [Poemas]. París, Editora Le Soleil Noir, 1952. | El amor original [Poemas]. La Habana, Eds. Castor, 1955. | Wilfredo, Lam [Ensayo]. La Habana, Sociedad Colombista Panamericana, 1958. | Poesía, revolución del ser. La Habana, Eds. R. 1960. | Himno a las milicias y sus poemas. La Habana, Editorial Guerrero, 1961. | Poemas escogidos [Selección y pról. de Manuel Díaz Martínez]. La Habana, Eds. Unión, 1963; Id., 1964.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alcides Pérez, Rafael. «Ante una tumba sin razón», en Unión, La Habana, 1 (3-4): 59-60, sep.-dic., 1962. | Branly, Roberto «Baragaño: Himno a las milicias», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 1 (6-7): 21-22, jul., 1962; «Baragaño contra su muerte», en Hoy Domingo. Suplemento del periódico Noticias de Hoy. La Habana, 3ª época, 24 (222): 2, sep. 9, 1962. | Díaz Martínez, Manuel. «Baragaño, un poeta de la revolución», en Hoy Domingo. Suplemento del periódico Noticias de Hoy. La Habana, 2ª época, 24 (222): 2, sep. 9, 1962; «Baragaño», en Bohemia. La Habana, 57 (7): 24-25, feb. 12, 1965. | El escriba, seud. de Virgilio Piñera. «El caso Baragaño», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 1 (6-7-): 21, jul., 1962 | Jamís, Fayad. «El poeta a los veinte años», en Unión. La Habana, 1 (3-4): 47-50, sep.-dic., 1962. | López, César. «José A. Baragaño: Poesía, revolución del ser», en Casa de las Américas. La Habana, 1 (4): 76-78, ene.-feb., 1961. | Oraá, Pedro de. «Dualidad de la poesía», en Nueva Revista Cubana. La Habana: 255-258, 1961-1962. | Piñera, Virgilio. «El amor original [de] José A. Baragaño», en Ciclón. La Habana, 1 (6): 75-76, nov., 1955.
 

Baraguá (La Habana, 1937-[1938]). Publicación quincenal que comenzó a salir el 10 de agosto. Tenía como lema «Por la liberación nacional». Era dirigida por José Antonio Portuondo. Como administrador fungía Manuel Guillot. En su primer número expresaban que «Baraguá surge como órgano de opinión enteramente libre, sin más limitaciones que las de estar al servicio exclusivo de los intereses de las mayorías nacionales, en un momento de máxima confusión de ideas y valores que no es vivido por primera vez -ni acaso será la última- por el pueblo de Cuba». Se publicó sin interrupción hasta el 16 de octubre de 1937. Reapareció el 25 de febrero de 1938. Publicación de izquierda, sus páginas eran dedicadas a tratar los problemas políticos de la época. Publicaba poesías y artículos de crítica literaria. Fueron sus colaboradores Raúl Roa, José Antonio Fernández de Castro, Regino Pedroso, José Z. Tallet, [Mario] Kuchilán, Raimundo Lazo, Virgilio Piñera, Gastón Baquero, Jorge L. Martí, Eugenio Florit, Enrique Delahoza [sic], Manuel Bisbé, Emilio Fernández Camus, Juan Antonio Rubio Padilla y otros. Además, contó con la colaboración de destacados escritores de habla hispana, tales como Juan Ramón Jiménez, Marcelino Domingo, Ramón J. Sender y otros. El último ejemplar que se ha visto corresponde al 25 de febrero de 1938.
 

BARALT Y PEOLI, Luis A. (Santiago de Cuba, 1.10.1849-París, 22.1.1933). Hasta los trece años estudió en el colegio La Empresa, de Matanzas. Cursó la carrera de medicina en la Universidad de La Habana. Durante la guerra del 68 residió en los Estados Unidos. Allí realizó estudios de postgraduado. Fue profesor de español en la Universidad de Columbia. Regresó a Cuba en 1878. Trabajó como profesor de inglés en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. En 1882 fue premiada su Memoria sobre el arte de la disertación en los juegos Florales del Liceo de Matanzas. Colaboró en Heraldo de Cuba y fue crítico teatral de The World, de Nueva York. Fue fundador del Ateneo de La Habana (1902) y primer presidente de la Sociedad de Fomento del Teatro (1910). En 1912 representó a Cuba en el Congreso Pedagógico de Bruselas. Desempeñó cargos diplomáticos en varios países. Fue conferencista y traductor de Shakespeare. Firmaba con las iniciales L. A. B.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Conferencia sobre la tragedia Hamlet de W. Shakespeare. La Habana, Est. Tip. de la V. de Soler, 1882. | The Harmonic Method for learning Spanish designed for elementary used. New York [1896?]
 

BARALT ZACHARIE, Luis A. (Nueva York, 12.4.1892-EE.UU.? 9.1969). Es hijo del anterior. Se graduó de bachiller (1909) y de Doctor en Filosofía y Letras (1914) y en Derecho (1917) en la Universidad de La Habana, y de Artium Magister en la Universidad de Harvard en 1916. Ejerció como profesor de inglés en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana (1918-1924) y de Cultura Latinoamericana en la Universidad de Miami (1932-1933). En 1934 se hizo cargo de la cátedra de Filosofía y Estética de la Universidad de La Habana. Fue subsecretario y secretario de Instrucción Pública. En 1936 su obra La luna en el pantano ganó el primer premio en el concurso teatral convocado por la Secretaría de Educación. Fundó y dirigió el grupo de teatro «La Cueva». Fue miembro del ejecutivo del Comité Cubano de Cooperación Intelectual y presidió la Sociedad Filarmónica de La Habana. Es autor de los trabajos «Relaciones entre la moral y la religión» (1915), «Arte incaico» (1926), «El teatro de hoy» (1932), así como de las piezas Junto al río (1938), La mariposa blanca (1948), Meditación en tres por cuatro (1950) y Tragedia indiana (1952). Compiló y anotó las Cartas de amor de Luis Alejandro Baralt y Celis a Nieves Peoli y Mancebo (La Habana, Editora Biblioteca Nacional, 1959). Abandonó el país después del triunfo de la Revolución.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Significación internacional de la revolución rusa. Trabajo leído en la Sociedad Cubana de Derecho Internacional. La Habana, Imp. de Espinosa, 1919. | La luna en el pantano. «Nuestra escena», por Francisco Ichaso. La Habana, Úcar, García, 1935. | Croce y sus ideas estéticas. La Habana, Editorial Lex, 1953.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

González Freire, Natividad. «Teatro ético-social: Luis A. Baralt (1892)» en su Teatro cubano contemporáneo (1928-1957). La Habana, Sociedad Colombista Panamericana, 1958, p. 63-67. | Leal, Rine, «La luna en el pantano», en su En primera persona (1954-1966). La Habana, Instituto del Libro, 1967, p. 44-46. | Suvillaga, Lázaro, seud. de Gilberto González y Contreras. «[Luis A. Baralt]», en Mañana. La Habana, 2ª época, 5 (164): 2, may. 31, 1943.
 

BARBÁN, José H. (La Habana, 25.3.1946). A los veintiún años ingresó en el Partido Comunista de Cuba. Oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Ha cursado varias escuelas militares, Realizó estudios en la Unión Soviética. Sus cuentos han aparecido en Verde Olivo, Revolución y Cultura y El Caimán Barbudo. En 1973 obtuvo el premio de cuento en el Concurso 17 de Abril, convocado por la DAAFAR. En 1974 ganó el Premio David, de la UNEAC, con su libro de cuentos Las huellas de un camino. Es miembro de la Brigada Hnos. Saíz, de la UNEAC. Es alumno de Ciencias Jurídicas en la Universidad de La Habana.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Las huellas de un camino. «Sobre Las huellas de un camino», por I[meldo] Á[lvarez]] G[arcía]. La Habana, UNEAC, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Pita Rodríguez, Félix. «Contar las cosas que pasaron», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época (95): 19, oct., 1975.
 

BAREA, Juan Bautista (La Habana, 13.1. 1744-Id., 2.2.1789). El más antiguo clérigo por Su Majestad de las iglesias auxiliares y parroquiales de La Habana, fue cura rector de su Parroquial Mayor. Propulsor de la cultura pública. Reconocido como el mejor orador sagrado de su tiempo, compuso más de seis mil sermones, pero casi todos se perdieron. Entre ellos fue muy celebrado el Elogio fúnebre de D. Miguel Basilio Betancourt. Escribió décimas. Tradujo a varios Padres de la Iglesia (San Agustín, San Ambrosio, San Bernardo), a Tertuliano, discursos de Cicerón, odas de Horacio y las historias griega y romana del abate Millet.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Oración panegírica al proto-mártir del siglo de la Penitencia Sr. S. Juan Nepomuceno, que en los anuales cultos que se le consagran en la Iglesia de San Francisco de Paula, dijo el 25 de mayo de 1778 el Br. D. Juan Baptista Barea, cura coadjuntor de las parroquiales y auxiliares de esta ciudad. La Habana, Imp. de la Real Marina, 1780. | Oración fúnebre en las exequias que se hicieron en La Habana en sufragio del alma del Excmo. Sr. D. Matías de Gálvez, virrey de México, y en obsequio de su hijo el Sr. Conde de Gálvez. La Habana, 1785. |Oración fúnebre del Excmo. Sr. D. Bernardo de Gálvez, Conde de Gálvez, Teniente General &, que en las exequias dispuestas por el Illmo. y Rmo. Sr. D. Santiago I. Hechevarría [sic] del Consejo de S. M., Dignísimo Obispo de esta Isla de Cuba, y verificadas en la Parroquial Mayor de S. Cristóbal de esta ciudad de La Habana el 17 de Enero, dijo D. Juan Bautista Barea, cura beneficiado por S. M. de sus parroquiales y auxiliares. La Habana, Imp. de la Curia Episcopal, 1787. | Sermón que el Br. D. Juan Baptista Barea cura más antiguo de las parroquiales y auxiliares de esta ciudad predicó en acción de gracias a Dios por nuestra perseverancia bajo el abrigo del Illm. Sr. Obispo D. Santiago Echeverría. La Habana, Imp. de la Curia Eclesiástica, 1787. | Sermón que en Flesa [sic] de acción de gracias a nuestro Dios y Señor, dispuesta por el Monasterio de Sta. Catalina de Sena, y celebrada en su iglesia el día 14 de noviembre de 1786, con motivo de haberse dignado la piedad de nuestro Católico Soberano conceder que continuase en el gobierno de esta Diócesis de Cuba su meritísimo y dignísimo Obispo el Sr. D. Santiago José de Hechevarría y Elguezua, del Consejo de S. M. &c propuesto para la de Puebla de los Ángeles, dixo [...]. La Habana, Imp. de la Curia Eclesiástica, 1787. | Oración fúnebre del Excmo. Sr. D. Matías de Gálvez, Teniente General de los Reales Ejércitos, Virrey, Gobernador y Capitán General del Reino de Nueva España, Presidente de sus Reales Audiencias de Guatemala y México, Superintendente General de Real Hacienda y Ramo del Tabaco, Juez conservador de éste, Presidente de su Junta y Subdelegado de la Renta de Correos en el mismo Reino, que en las exequias dispuestas en sufragio por su Alma, y obsequio de Excelentísimo Hijo el Sr. D. Bernardo de Gálvez, conde de Gálvez &c, por el Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. D. Santiago Joseph Hechevarría y Elquezua, Dignísimo Obispo de esta Isla de Cuba, &, Dixo [...] el 16 de febrero de 1785. La Habana, Imp. de la Curia Episcopal y Real Seminario de San Carlos [1785?]. | Sermón de San Agustín predicado en su fiesta y en su Convento de Ntra. Sra. de Candelaria de esta ciudad de La Habana el día 28 de agosto de 1785. La Habana, Imp. de la Curia Episcopal y Real Seminario de San Carlos [1785?]. | Sermón de San Agustín predicado [...] el día 28 de agosto de 1786. La Habana, Imp. de la Curia Episcopal y Real Seminario de San Carlos [1786?].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

González, Miguel. Expresión fúnebre a la inmortal memoria de D. Juan Bautista Barea, cura más antiguo por S. M. de las parroquiales y auxiliares de esta ciudad de la Havana. En que incluyen los jeroglíficos que se pusieron en el convento de los M. R. R. P. P. Agustinos, en las honras funerales, que como a hermano, y en sufragio de su alma se hicieron el día 20 de febrero de 1789. La Habana, Imp. de la Capitanía General [1789].
 

BARNET, Miguel (La Habana, 28.1.1940). Estudió la enseñanza primaria en un colegio norteamericano de su ciudad natal. Cursó estudios de publicidad y de ciencias sociales en la Universidad de La Habana, pero no llegó a concluirlos. En 1960 tomó clases en el Seminario de Etnología y Folklore. Entre 1961 y 1966 fue profesor de folklore en la Escuela para Instructores de Arte. Trabajó como investigador en el Instituto de Etnología de la Academia de Ciencias y en la Biblioteca Nacional. Ha viajado por los Estados Unidos, Europa y África. Colaborador en Hoy, Revolución, Casa de las Américas, Unión, La Gaceta de Cuba, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, Islas y Actas del Folklore, así como en las publicaciones extranjeras Caravelle, L´Expresso, Le Monde, Presence Africaine y otras. Es redactor de la revista Unión. Obtuvo mención en el concurso Casa de las Américas 1967 con su libro de poemas La sagrada familia. Su obra Biografía de un cimarrón ha sido traducida a varios idiomas en múltiples ediciones de diferentes países europeos. Inspirado en este libro, el compositor alemán Hans Werner Henze compuso la ópera Cimarrón. En Francia, Jean Villard grabó un disco con fragmentos de la obra. Su libro Canción de Rachel también ha sido vertido a otras lenguas. Ha traducido diversos textos del inglés.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La piedrafina y el pavorreal [Poemas]. La Habana, Eds. Unión, 1963. | Isla de güijes. Poemas. La Habana, Eds. El Puente, 1964. | Biografía de un cimarrón. La Habana, Instituto de Etnología y Folklore, 1966; La Habana, Eds. Unión, 1967; La Habana, Instituto del Libro, 1968; México, Siglo XXI, 1968; Buenos Aires, Editorial Galerna, 1968; Madrid, Editorial Ariel, 1970. | Cimarrón. La Habana, Instituto del Libro, 1967 (Colección Gente Nueva). | La sagrada familia. La Habana, Casa de las Américas, 1967. | Canción de Rachel. La Habana, Instituto del Libro, 1969; Barcelona, Editorial Stela, 1970; Buenos Aires, Editorial Galerna, 1970.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bueno, Salvador. «Biografía de un cimarrón», en El Mundo del Domingo. Suplemento del periódico El Mundo. La Habana, : 6, oct. 16, 1966. | Campuzano, Luisa. «Al cabo de un siglo de silencio, biografía de un cimarrón», en El Caimán Barbudo. La Habana, (8): 20-21, nov. 1966. | Casaus, Víctor. «Inventario de cólera y amor», en Casa de las Américas. La Habana, 8 (48): 143-144, may.- jun., 1968. | Colina, José de la. «La piedrafina y el pavorreal», en Bohemia. La Habana, 56 (14): 23, abr. 3, 1964. | Fernández, David. «Piedrafina más pavorreal, igual: poesía», en Rotograbado de Revolución. Suplemento del periódico Revolución. La Habana, 8 (2 459): 14, ene. 6, 1964. | Fernández, J. M. «La piedrafina y el pavorreal», en Pueblo y Cultura. La Habana, (22): 63-64, abr., 1964. | Fernández Guerra, Ángel Luis. «Cimarrón y Rachel, un continuum», en Unión. La Habana, 9 (4): 161-167, dic., 1970 | González, Reynaldo. «Biografía de un cimarrón, el testimonio de un solitario», en Unión. La Habana, 5 (4): 161-164, oct-dic., 1966. | Guérin, Miguel A. «Miguel Barnet: Biografía de un cimarrón [...]», en Sur. Buenos Aires, (318): 88-90, may.-jun., 1969. | Justo, Luis. «Miguel Barnet: Canción de Rachel [...]», en Sur. Buenos Aires, (321): 94-95, nov.-dic., 1969. | León, Waldemar. «Biografía de un cimarrón», en El Mundo. La Habana, 65 (21 839): 4, mar. 16, 1967. | Ludmer, Iris Josefina. «Miguel Barnet: el montaje de las palabras», en Los Libros. Buenos Aires, 1 (3): 7-18, sep., 1969. | Martínez Furé, Rogelio. «Dioses y pordioseros», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 3 (33): 21-22, mar, 20, 1964, | Moreno Fraginals, Manuel. «Biografía de un cimarrón, de Miguel Barnet», en Casa de las Américas. La Habana, 7 (40): 131-132, ene.-feb., 1967. | Rigali, Rolando. «Otra vez la poesía», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 3 (41): 23, nov., 1964. | Rodríguez Rivera, Guillermo. «El origen de la familia», en Unión. La Habana, 6 (2): 152-155, jun., 1968. | Selva, Mauricio de la. «Miguel Barnet, La sagrada familia [...]», en Cuadernos Americanos. México D.F., 27, 156 (1): 277-279, ene.-feb., 1968. | Suardíaz, Luis, «Un cimarrón cuenta su historia», en Juventud Rebelde. La Habana, : 5, oct. 5, 1966. | Triana, José. «Biografía de un cimarrón: ¿un relato etnográfico como confiesa su autor o una novela?», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 5 (52): 12, ago.-sep., 1966.
 

BARRERA, Diego de la (Alhucemas, Marruecos, 13.11.1746-La Habana, 7.1.1802). Residió en La Habana desde niño. Cursó estudios en la escuela de los Padres Dominicos. Ingresó en el ejército. Editó en 1781 la primera Guía de forasteros de la Isla de Cuba. En 1782 dirigía La Gaceta de La Habana. Fundó en 1790, con don Luis de las Casas, el Papel Periódico de La Havana, del que fue el primer director y redactor. Tuvo a su cargo, desde 1793, la publicación del Calendario manual y Guía de forasteros de la Isla de Cuba.
 

BARRERAS, Antonio (La Habana, 23.11.1904-Id., 27.1.1973). Cursó sus primeros estudios en la Academia Casado. Se graduó de Bachiller en 1922. En la Universidad de La Habana obtuvo el título de Doctor en Derecho Civil (1926). Ejerció su profesión en la capital y ocupó el cargo de juez y magistrado en varias ciudades del interior. En junio de 1934 fundó la revista Mundo Contemporáneo, de la que fue director y único redactor. Creó el Premio «Hernández Catá», otorgado anualmente a partir de 1942. Publicó la revista Memoria de Alfonso Hernández Catá (1953). Colaboró en Heraldo Pinareño, Tiempo Nuevo, Civilización, Social, Orto, Cervantes, Diario de la Marina. Se dedicó con preferencia al- estudio del derecho constitucional en Cuba. Es autor de la recopilación y el prólogo de Textos constitucionales de Cuba (1812-1940) (La Habana, Editorial Minerva, 1940). Su libro de cuentos La culpable fue traducido al francés (París, Imprimerie R. Guillemot & L. de Lamothe, 1926).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La culpable [cuentos]. La Habana, Editorial Hermes, 1924 | Diccionario biográfico del Poder Judicial. La Habana, Cultural, 1936. | Las constituciones en Cuba. La Habana, Eds. del periódico El Mundo. 1937-1942. 6 t. | Proyecto de Constitución de la República de Cuba, poder judicial. Pinar del Río, Imp. La Comercial, 1940. | Providencias mixtas (monografía de derecho procesal civil). La Habana, Talleres de Pérez Sierra, 1942. | Prontuario de derecho constitucional cubano. Pról. de Fernando G. Campoamor. La Habana, Imp. Pérez Sierra, 1943.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Campoamor, Fernando G. «Barreras, hombre en vigilancia», en su Archipiélago. La Habana, Imp. Editorial Alfa, 1941, p. 23-26. | Maestri, Raoul. «Algo sobre La culpable de Antonio Barreras», en Diario de la Marina. La Habana, 93 (4): 3, ene. 4, 1925. | «Un nuevo libro cubano. La culpable, de Antonio Barreras [...]», en Alma Cubana. La Habana, 3 (1): 32-33, ene., 1925.
 

BARROS, Bernardo G. (Guanabacoa, Habana, 5.1.1890-La Habana, 20.5.1922). Cursó el bachillerato en La Habana. Comenzó la carrera de Derecho, pero la abandonó para dedicarse al periodismo. Alrededor de 1908 colaboraba en El Fígaro -del que llegó a ser secretario de redacción- y Heraldo de Cuba. Perteneció más tarde (1914-1917) a la redacción de este último diario y colaboró en su sección fija «La vida literaria». Sus trabajos aparecieron además en La Discusión, El Mundo, Diario de la Marina, Letras, El Mundo Ilustrado, Revista de Bellas Artes, Social, Cuba Contemporánea, Revista de América (París). Algunos fueron reproducidos en El Universal y El Tiempo Ilustrado, de México, así como en El Universal, de Caracas, y Variedades, de Lima. Fue redactor de Cuba Contemporánea. Dirigió el Diario de Sesiones del Senado. Fue fundador de la Sociedad de Conferencias y de la Sociedad Teatro Cubano. Elegido miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, falleció antes de tomar posesión. Dejó escrito su trabajo de ingreso, titulado «Origen y desarrollo de la pintura en Cuba», publicado en el folleto Discursos pronunciados en la sesión solemne celebrada por esta corporación a la memoria del académico electo fallecido Sr. Bernardo G. Barros y Gómez, el día 12 de mayo de 1924 La Habana, Imp. El Siglo XX, 1924, p. 3-30). Se destacó como crítico de arte y como conferenciante. Escribió, además, novelas (La senda nueva, 1913, y La red, que quedó inconclusa) y cuentos. Tradujo Silhouettes allemandes, de Paul Louis Hervier, y la novela L'Adjudant Bancit, de Marcel Prévost, publicadas ambas en Heraldo de Cuba. Utilizaba el seudónimo Ariel.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La caricatura contemporánea. Madrid, Editorial América, 1918. 2 v.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Discurso pronunciado por el presidente de la Academia [...] en la sesión solemne celebrada el día 12 de mayo de 1924 a la memoria del académico electo Sr. Bernardo G. Barros y Gómez, en Discursos pronunciados en la sesión solemne celebrada por esta corporación a la memoria del académico electo fallecido Sr. Bernardo C. Barros y Gómez, el día 12 de mayo de 1924. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1924, p. 31-36 (Academia Nacional de Artes y Letras); «Bernardo G. Barros y Gómez (1890-1922)», en su Las bellas artes en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. Tomo único. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 260-270 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 18). | Guiral Moreno, Mario. «Bernardo G. Barros», en Cuba Contemporánea. La Habana, 10, 29 (114): 101-105, jun., 1922.
 

BATISTA, René (Camajuaní, Las Villas, 22. 3.1940). Cursó los estudios primarios y secundarios en su pueblo natal. Desde muy joven se dedicó a diferentes oficios manuales. Tomó parte en la lucha contra bandidos en la sierra del Escambray (1961). Dirigió el taller literario «José García del Barco» (1967-1969) y la revista Hogaño, ambos de Camajuaní. Fue responsable de la sección histórica del periódico Vanguardia (1969). Ha obtenido premios en concursos convocados por la Universidad Central de Las Villas y el Consejo Nacional de Cultura. En 1971 ganó el premio de poesía en el concurso anual que convoca la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Apareció antologado en Punto de partida (La Habana, Instituto del Libro, 1970). Ha colaborado en Signos, El Caimán Barbudo, Juventud Rebelde, Bohemia. Actualmente trabaja como activista de historia en la Comisión de Orientación Revolucionaria de Camajuaní.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Principio y desarrollo del periodismo en Camajuaní. Caibarién, 1967. | Componiendo un Paisaje. La Habana, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, 1972.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bianchi Ross, Ciro. «Entrevista con René Batista Moreno», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (99): 2-3, ene., 1972. | Branly, Roberto. «Poesía en zafra», en Juventud Rebelde. La Habana, :2, ene. 20, 1972.
 

BATISTA REYES, Alberto (Central Tacajó, Oriente, 4.3.1945). Estudió la segunda enseñanza en Holguín (Oriente). Cursó un año (1965) de la carrera de economía en la Universidad de Oriente. Entre 1966 y 1967 fue alumno de un curso de filosofía. En 1968 trabajó como profesor de filosofía en la Universidad de La Habana. Desempeñó labores de divulgación y propaganda en la Columna Juvenil del Centenario. Desde 1972 trabaja como capacitador en la Empresa de la Química. Ha colaborado en El Bayardo -de la Columna Juvenil-, Adelante (Camagüey), Teoría y Práctica y Juventud Rebelde. En 1975 ganó premio en el Concurso 13 de Marzo por el libro de cuentos Uno de los mil días y el premio de testimonio en el Concurso 26 de Julio, de las FAR, con el libro Los nuevos conquistadores. Ese mismo año viajó a la Unión Soviética. Cursa la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de La Habana.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

F. R. S. «Los nuevos conquistadores», en Bohemia. La Habana, 67 (50): 28-29, dic. 12, 1975.
 

BAYO, Alberto (Camagüey, 27.3.1892-La Habana, 4.8.1967). A los seis años pasó a vivir con su familia a Islas Canarias. En España cursó estudios militares. Combatió en la guerra de guerrillas de Marruecos (1920-1926). Al estallar el golpe militar fascista en 1936 ocupó importantes frentes de combates antifranquistas. Se trasladó a Cuba en abril de 1939. Ese mismo año organizó en La Habana la Academia Matemática, que funcionó bajo su dirección hasta 1941. Desde esa fecha y hasta 1959 vivió en México y viajó por diversos países latinoamericanos y por Estados Unidos desarrollando actividades políticas, entre las que se destacan la organización de guerrillas en Centroamérica (1948). Entrenó a los expedicionarios del «Granma» en México (1956). Publicó la mayor parte de su obra durante los años que vivió fuera de Cuba. Regresó a Cuba a principios de 1959 y organizó la primera escuela de guerrilleros. Dio numerosas conferencias por todo el país. Es autor de los libros de poesías Mis cantos de aspirante (Guadalajara, España, 1911), Canciones del Alcázar (Toledo, 1914), El Tenorio laico (Madrid, 1938), Cámara (México, D.F., 1951), Mis versos de rebeldía (México, D.F., 1958), Sangre en Cuba (México, D.F., 1958) -estos dos últimos sobre la rebelión cubana-, etcétera, así como de las novelas Juan de Juanes (Barcelona, 1926) y Uncida al yugo (Barcelona, 1926). La primera edición de sus poemas Fidel te espera en la sierra, apareció en México en 1958. Escribió también, sobre su experiencia como combatiente, varias biografías, una Terminología militar (La Habana, 1963), y un Diccionario militar (La Habana, 1965). Sus Memorias permanecen inéditas.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Fidel te espera en la sierra. 2ª ed. La Habana, Editorial Lex, 1959; 3ª ed. La Habana, 1960; 4ª La Habana, Editorial Revolucionaria Bayo Libros, 1961; 5ª ed. La Habana, Editorial Bayo Libros, 1965. | Mi aporte a la Revolución cubana. Pról. del Co mandante Ernesto Guevara. La Habana, Imp. Ejército Rebelde, 1960. | Versos revolucionarios. La Habana, 1960. | 150 preguntas a un guerrillero. 30ª ed. La Habana, 196l. | El Tenorio cubano. Versos. La Habana, 1961. | Mis versos. La Habana, Imp. Marón, 1965.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

García, Manolo. «¡Ahora Fidel puede enseñarme a mí», [Entrevista], en Bohemia. La Habana, 51 (3): 170-172, ene., 1959. | Ordóñez ArgüeIlo, Alberto. «La figura combativa y pintoresca del general Alberto Bayo», en Carteles. La Habana, 40 (7): 84-85, 98, feb., 1959.
 

BEIRO, Luis (Santiago de las Vegas, Habana, 6.5.1950). En 1966 ingresó en la Escuela Formadora de Maestros Militares «Pepito Tey», donde permaneció poco menos de un año. Más tarde pasó a trabajar en la Prisión Militar del Ejército de Oriente, donde fue maestro de primaria, de secundaria y de instrucción política. En 1968 fue trasladado a la Fiscalía Militar del Ejército de Oriente, donde permaneció hasta que fue desmovilizado de las FAR poco después. Ganó el segundo premio de poesía en el Concurso XIII Aniversario de los CDR. En 1974 ganó el premio de literatura infantil en el concurso La Mujer en la Revolución, convocado por la FMC, por su poema «La semillita». Es miembro de la Brigada Hnos. Saíz, de la UNEAC. Ha publicado poemas en diversas revistas cubanas. Licenciado en Ciencias Jurídicas en la Universidad de La Habana.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

En las líneas del triunfo [Poesía]. La Habana, UNEAC, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Zamora, Vladimir [y] Arturo Arango. «Las líneas del triunfo, un primer cuaderno de búsqueda», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época (95): 25, oct.. 1975.
 

BENET, Eduardo (Cienfuegos, 1.7.1879-Id., 3. 9.1955). Cursó las primeras letras en su ciudad natal. Emigró a los Estados Unidos y realizó estudios en Boston (1894). Regresó a Cuba en 1896 y se incorporó de inmediato al ejército mambí, donde obtuvo el grado de Alférez de Caballería. Al cese de la dominación española ocupó, en Cienfuegos, diversos cargos administrativos. Dirigió la revista literaria Juventud (1913). Fue miembro correspondiente del Centro Cultural Euclides da Cunha, de Brasil. En 1953 le fue otorgada por el Ateneo de Cienfuegos la medalla anual, como reconocimiento a su producción literaria.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

De mi musa. Cienfuegos, Imp. Excélsior, 1923. | Del remanso y del ensueño. Cienfuegos, Imp. Excélsior, 1938. | El sembrador de esperanzas. Poemas. Cienfuegos, Imp. Excélsior, 1939. | Plumas al viento. Versos de retaguardia. Cienfuegos [1935?]. | Bandera cubana. Poemas. Cienfuegos, Prensa Excélsior, 1941. | El jardín de la inocencia; versos para lectores de 7 a 12 años... Cienfuegos, Prensa Excélsior, 1943. | Voces de la cima. Cienfuegos, Prensa Excélsior, 1943. | Un respiro. Una canción... Cienfuegos, Imp. Excélsior, 1944. | Del hogar y del aula. Escenas escolares. Cienfuegos, Minerva Excélsior, 1945. | Con la sordina puesta. Cienfuegos, Imp. Excélsior, 1946. | La primavera vuelve. Varias pinceladas líricas para jóvenes y viejos. Cienfuegos, Imp. Excélsior, 1948, | Cuando se va la vida. Poemas. Cienfuegos, Prensa Excélsior, 1949. | Persiguiendo luceros [Poemas]. [¿Cienfuegos, 1945?]. | Yo, pecador. Cienfuegos, Minerva Excélsior, 1954. | La vida y yo, compendio lírico. Cienfuegos, Minerva Excélsior, 1956. | Ensayo de haikai antillano; el haikai se escribe en una hoja de cerezo. Cienfuegos, Prensa Excélsior, 1957. | Punto final; unos retazos del 58 y un manojito de haikais. La Habana, Imp. P. Fernández, 1959. | Antología. Versos infantiles [¿Cienfuegos, 1957?]. | Birín. Bocetos de una edad famosa. Cienfuegos [La Habana]. Imp. P. Fernández [1957?]. | Birín. Novela. La Habana, Universidad Central de Las Villas. Dirección de Publicaciones, 1962. | Un jabuquito de haikais. Cienfuegos, Imp. Fernández, 1962. | Mi pasado de ensueño. Cienfuegos, Empresa de Artes Gráficas, 1965.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Eduardo Benet y Castellón. El sembrador de esperanzas [...]», en América. La Habana, 5 (1): 93-94, ene, 1940. | F[eijóo] S[amuel]. «Punto Final» en Islas. La Habana-Santa Clara, (5-6): 809-810, ene.-ago., 1960. | Iznaga, Alcides. «Birín, otra vez», en Nueva Revista Cubana. La Habana, 1 (2): 164-166, jul.-sep., 1959. | Sancliment A., Julio. «Poetas villareños. Eduardo Benet y Castellón», en Heraldo de Las Villas. Santa Clara, 30 (507): 3, jul. 4, 1945. | Valle, Adrián del. «Eduardo Benet. De mi musa [...]», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 19 (2): 158-159, mar.-abr., 1924.
 

BENÍTEZ, Adigio (Santiago de Cuba, 26.1. 1924). Muy joven aún ingresó en el Partido Socialista Popular (1942). En 1949 se graduó en la escuela de artes plásticas de San Alejandro y comenzó a trabajar en el periódico Noticias de Hoy, donde permaneció hasta 1953. Asistió al Congreso por la Paz celebrado en Viena en 1952. De 1953 a 1958 realizó labores clandestinas en la Carta Semanal, del PSP, y trabajó como dibujante comercial en diversas empresas publicitarias. Como artista plástico ha participado en varias exposiciones, tanto en Cuba como en el extranjero. Ha viajado por la Unión Soviética, República Popular China y algunos países de Europa occidental. En 1965 fue estrenada, en la Escuela de Maestros de Topes de Collantes, la cantata «A Manuel Ascunce», con música de Nilo Rodríguez, inspirada en textos suyos. Dibujante en Granma y profesor de dibujo en la Escuela Nacional de Arte. Ha cultivado también la pintura y el grabado.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Días como llamas. Poesías. La Habana, 1962. | Manuel Ascunce, elegía y otros poemas y dibujos. La Habana, Eds. Especiales Belic, 1964.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Augier, Ángel. «Línea y poesía de Adigio», en Hoy Domingo. Suplemento del periódico Hoy. La Habana. : 10, nov. 15, 1964.
 

BENÍTEZ, Antonio (La Habana, 14.3.1931). Estudió la enseñanza primaria y parte de la secundaria en el Colegio de Belén. En el Instituto de Segunda Enseñanza y en la Universidad de La Habana obtuvo, respectivamente, los títulos de Bachiller en Letras y de Contador Público. Cursó estadística en la American University de Washington. Dirigió el departamento de Estadística del Ministerio del Trabajo y la Casa del Teatro del Consejo Nacional de Cultura. Fue jefe de redacción de la revista Cuba. Ha viajado por Centroamérica y Europa. Colaborador en Unión, Casa de las Américas, El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba, Bohemia, Universidad de La Habana, Santiago. Han aparecido colaboraciones suyas también en Les Lettres Nouvelles, Cuadernos del Ruedo Ibérico (París) e Ínsula (Madrid). Con su libro de cuentos Tute de Reyes ganó el Premio Casa de las Américas 1967. Al año siguiente obtuvo el premio de cuento «Luis Felipe Rodríguez», de la UNEAC, con El escudo de hojas secas. Es autor de la Recopilación de textos sobre Juan Rulfo (La Habana, Casa de las Américas, 1969) y de las antologías Quince relatos de la América Latina (La Habana, Casa de las Américas, 1970, en colaboración con Mario Benedetti) y 10 noveletas breves y famosas (La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1971). Algunos cuentos suyos han sido traducidos al francés, al ruso, al alemán y al húngaro. Trabaja como investigador en el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Tute de reyes. Cuentos. La Habana, Casa de las Américas, 1967. | El escudo de hojas secas. Cuentos. La Habana, Eds. Unión, 1969; Buenos Aires, Aditor, 1969; Buenos Aires, Centro Editor de la América Latina, 1972.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Acosta, Leonardo. «Benítez gana la partida», en Casa de las Américas. La Habana, 8 (45): 166-169, nov.-dic., 1967. | Arenas, Reinaldo. «Benítez entra en el juego», en Unión. La Habana, 6 (2): 146-152, jun., 1968. | Ayala, Delia. «En torno a Tute de reyes», en Cultura Universitaria. Caracas, (98-99): 30-35, ene.-jun., 1968. | Claro, Elsa. «Un escudo y sus hojas», en Juventud Rebelde. La Habana, : 2, ago. 18, 1969. | Fuentes, Jorge. «Sepultando estatuas», en Granma. La Habana, 3 (238): 5, sep. 26, 1967. | Llopis, Rogelio. «El escudo de hojas secas», en Casa de las Américas. La Habana, 11 (62): 199-201 ago. 18, 1969. | Proda, Renato. «Cuba: literatura y revolución. Diálogo con Antonio Benítez», en Difusión. La Paz (Bolivia), 1 (2): 6-7, abr. 30, 1971. | Saldaña, Excilia. «Benítez Rojo: el destructor de mitos», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época, (42): 26-28, nov., 1970.
 

BENÍTEZ, José Antonio (La Habana, 14.5. 1921). Realizó estudios primarios y secundarios en su ciudad natal. Desempeñó distintos oficios hasta que en 1944 se trasladó a Nueva York, donde cursó algunos años de periodismo en la Universidad de Columbia. Representó en las Naciones Unidas a diversas publicaciones latinoamericanas y fue redactor de la edición norteamericana del periódico El Imparcial. Ha viajado por varios países del continente americano. Entre 1954 y 1959 trabajó en el Departamento Internacional de la United Press International. A mediados de 1959 regresó a Cuba y casi de inmediato volvió a los Estados Unidos como corresponsal de Revolución ante las Naciones Unidas. Desde su regreso definitivo en 1960, ha desempeñado labores en la prensa cubana y ha colaborado en Bohemia, Casa de las Américas, Granma. En 1967, su libro David Goliat siglo XX obtuvo premio en el concurso convocado por las Ediciones Granma. Ejerció como profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana en el curso 1967-1968. Trabaja en la plana ideológica de Granma.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

África. Biografía del colonialismo. La Habana, Eds. R. 1964 | David Goliat siglo XX. La Habana, Eds. Granma, 1967. | Técnica periodística. La Habana, Unión de Periodistas de Cuba. 1971.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Los jurados opinan: Carlos Rafael Rodríguez», en Revista del Granma. Suplemento del periódico Granma. La Habana, 3 (6): 6-7, feb. 5, 1967. | Matamoros, Marta. «Premio ensayo. Entrevista con José A. Benítez», en Revista del Granma. Suplemento del periódico Granma. La Habana, 3 (6): 4-5, feb. 5, 1967.
 

BERENGUER Y SED, Antonio (Santa Clara, 30.4.1864-?). Cursó estudios en su ciudad natal. En la Universidad Central de Madrid obtuvo el título de abogado. Al regresar a Cuba ejerció la carrera. Fue apresado en 1895, al estallar la guerra, pero logró escapar a México. Al cese de la dominación española ocupó los cargos de consejero provincial, senador por el Partido Liberal y embajador de Cuba en Portugal. Colaboró en El Fígaro y otras publicaciones de La Habana y Santa Clara. Recopiló, en varios tomos, los discursos del dictador Gerardo Machado.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Villaclara. Revista cómico-lírico-dramático-crítica en un acto y cuatro cuadros. Villaclara, El Iris, 1895. | El marqués de García. Comedia en tres actos y en prosa. Villaclara, Imp. de Miranda, 1899. | La reconcentrada. Episodio dramático histórico, en un acto y en prosa. Villaclara, Imp. El Iris, 1900. | Discurso y rectificación del senador por la provincia de Santa Clara D. Antonio Berenguer y Sed. Sesiones del 4 y 6 de Mayo de 1910. La Habana, Imp. de Rambla y Bouza, 1910. | Ponencia del Dr. Antonio Berenguer y Sed opuesta a la proposición de ley de regadío y aprovechamiento de las aguas, presentada por el senador Sr. José B. Alemán». La Habana, Imp. Rambla y Bouza, 1911. | Discurso del Dr. Antonio Berenguer y Sed sobre cinco proposiciones de ley que presentó al Senado. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1912. | Potpurrí literario. Prosa. La Habana, Molina, 1925. | Tradiciones villaclareñas. T. 1. Con cartas del general presidente y de los doctores Clemente Vázquez Bello y Juan Gutiérrez Quirós. Epílogo de Manuel S. Pichardo, ministro consejero de la Embajada de Cuba en Madrid. La Habana Imp. y Papelería de Rambla y Bouza, 1929.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

García Garófalo Mesa, Manuel. «Antonio Berenguer y Sed», en su Los poetas villaclareños. La Habana, Imp. J. Arroyo, 1927, p. 172-173.
 

BERGAÑO, Simón ([Guatemala, 1721?-España, 1820?]). Trelles asegura que nació en España y que vivió nueve años en Guatemala, pero el resto de las referencias da éste como su país de origen. Expulsado de Guatemala por problemas políticos, se trasladó a La Habana, donde desplegó una intensa labor como periodista. En 1809 colaboró en El Aviso. Fundó y dirigió en 1811 el Correo de las Damas. Ese mismo año fue acusado por el Obispo Espada, junto con su socio Joaquín José García, de atentar contra la moral pública en artículos aparecidos en dicha publicación. Fue fundador y redactor del Diario Cívico (1812) y director-redactor del Patriota Americano (1811-1812) y del Esquife (1813-1814). En 1814 fue desterrado a España. Utilizó los seudónimos Bañoger, Philatelhes y Veritasphilo y las iniciales B., B. y V.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cuatro piezas poéticas. Guatemala, Imp. de M. Arévalo, 1803. | La vacuna. Canto dirigido a los jóvenes. Con una silva de Economía Política. Nueva Guatemala, D. Ignacio Beteta, 1808. | Proclama. Guatemala, Beteta, 1808-[1809?] | Reflexiones sobre la importancia de las funciones patrióticas, y los justos motivos con que los dependientes del Hospital Militar de San Ambrosio de La Habana, solemnizaron en él la colocación de el [sic] augusto retrato del Rey Nuestro Señor Don Fernando VII. La Habana, Boloña, 1809. | Manifiesto que publica uno de los Editores del Correo de las Damas, D. J. B... y V..,. para sincerar su opinión vulnerada en la «Pastoral» impresa el dos de septiembre contra el «Rasgo filosófico de Dorila», y la persona del autor. La Habana, Imp. de Pedro N. Palmer, 1811. | El desengañado; o sea, Despedida de la Corte y elogio de la vida del campo. Discurso. La Habana, Imp. Liberal, 1814.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cabrera y Palma, Juan de. Dedicatoria que ofrece D. J. de C... y P... en obsequio del Illmo. Sr. Diocesano, en la cual procura y desea satisfacer la dignidad del pastor y ministros del culto, licenciosamente vulnerada por D. Juan Bergaño y Villegas, en su manifiesto impreso con notorio escándalo público, y de las personas de sano juicio. La Habana, 1812. | López Prieto, Antonio. Parnaso cubano. Colección de poesías selectas de autores cubanos desde Zequeira a nuestros días, precedida de una introducción histórico-cultural sobre el desarrollo de la poesía en Cuba, con biografías y notas críticas y literarias de reputados literatos. La Habana, Editor Miguel de Villa, 1891, p. LIV. | Pronta vindicación del libelo infamatorio impreso contra Don Simón Bergaño y Villegas en la Tertulia de La Habana número 31, del martes 11 del corriente. La Habana, Imp. de Juan Pablo, 1812. | Un Víctor al Sr. Cabrera: contestación de un escribiente de Bergaño a D. Juan Cabrera.

La Habana, 1812.
 

BERMÚDEZ, Anacleto (La Habana, 13.7. 1806-Id., 1.9.1852). Cursó la Segunda enseñanza y comenzó la carrera de derecho en el Seminario de San Carlos. Fue alumno de Varela y Escovedo. Firmó la exposición que dirigieron a Cortes los alumnos de la clase de Constitución del Seminario, en 1823, contra el absolutismo. Tiempo después pasó a Madrid, donde prosiguió sus estudios de derecho hasta graduarse de licenciado. Trabajó con los abogados de más reputación en la Corte. Volvió a Cuba y se estableció definitivamente. Asistió a las tertulias de Del Monte. Al parecer, colaboró con artículos anónimos en El Revisor Político y Literario. Publicó poemas en El Puntero Literario (1830), La Moda (1831). La Cartera Cubana (1838-1840). Abandonó la poesía y se entregó completamente al ejercicio de su profesión. Los diversos litigios en que intervino le trajeron prestigio y la malquerencia del gobierno español, lo que le costó ser suspendido varias veces del ejercicio de su carrera. Entre 1847 y 1849 escribió sus Lecciones de Derecho Mercantil. Participó en la conspiración anexionista llamada «de Vuelta Abajo». Se destacó como orador forense, pero sus discursos no han sido recogidos. No publicó sus poemas en libro. Le sorprendió la muerte mientras se preparaba el proceso contra los conspiradores, descubiertos en 1852. Utilizó los seudónimos Delicio, Fileno y las iniciales A. B. y B.
 

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Santovenia, Emeterio. «Anacleto Bermúdez, abogado de los pobres», en su Estudios, biografías y ensayos. La Habana, Impresores Úcar, García, 1957, p. 339-351. | Valverde, Antonio L. «Anacleto Bermúdez y Pérez», en Social. La Habana, 9 (8): 46, ago., 1924.
 

BERNAL, Emilia (Nuevitas, Camagüey. 8.5. 1884-Washington,? 1964). Pasó su infancia y adolescencia en los campos cercanos a su pueblo natal, sin realizar estudios programados, a pesar de que su madre era maestra rural. Durante la guerra del 95 su casa fue quemada, y ella, junto con sus padres, marchó a Santo Domingo, país del que regresaron al poco tiempo al no hallar medios de vida. Se trasladó a La Habana y en 1910 publicó sus primeras composiciones. Colaboró en La Nación, Bohemia, Social, El Fígaro. Viajó por distintos países de América y Europa. Permaneció fuera de Cuba gran parte de su vida.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Alma errante. Poemas. «Emilia Bernal. Para su primer libro», por Manuel Márquez Sterling. La Habana, Imp. Rambla, Bouza, 1916. | ¡Como los pájaros! San José, Costa Rica, J. García Monge, editor, 1922. | Poesías inéditas. Nueva York, 1922. | Layka Froyka; el romance de cuando yo era niña. Madrid, Talleres Calpe, 1925; 2ª ed., Madrid, Imp. de Galo Sáez, 1931. | Los nuevos motivos. Poesías. Madrid, Talleres Calpe, 1925 | Vida. Poesías. Madrid, Talleres Calpe, 1925. | Cuestiones cubanas. Madrid, Imp. V. Hernández y Galo Sáez, 1928. | Poemes. Barcelona, Editorial Altés, 1922 [Texto en catalán]. | Martí por sí mismo. La Habana, Imp. Molina, 1934. | Negro. Poemas. La Habana, Imp. Molina, 1934. | América. Santiago de Chile. Editorial Nascimiento 1937. | Ensayo sobre el problema de la raza negra en Cuba. Santiago de Chile. Anales de la Universidad, 1937. | Sentido. Prosas. Santiago de Chile, Imp. Universitaria, 1937. | Sonetos. Chile, Prensas de la Universidad de Chile, 1937. | Mallorca. Prosa y verso. Santiago de Chile, 1938.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Emilia Bernal (1884)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 211-212 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 5). | Díez-Canedo, Enrique. «Versos y prosas de Emilia Bernal», en su Conversaciones literarias. Tercera serie: 1924-1930. México, Joaquín Mortiz, 1964, p. 143-146. | Florit, Eugenio. «Emilia Bernal», en Acción. La Habana, 1 (7): 16, ago. 18, 1934. | Junoy, José María. «Emilia Bernal poetisa y conferenciante», en Ahora. La Habana, 3 (459): 4, feb. 14, 1935. | Martínez Amengual G. «Un mensaje de amor y de aliento», en Ariel. La Habana, 1 (3): 7-8, ago.-sep., 1928. | Suárez Solís, Rafael. «Versos de Emilia Bernal», en Ahora. La Habana, 2 (384): 4, nov. 15, 1934. | Vitier, Cintio. «Emilia Bernal», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 143.
 

BERNAL, José Calixto (Puerto Príncipe, 14. 10.1804-Madrid, 20.12. 1886). Cursó estudios en el Seminario de San Carlos y en el de San Ambrosio. Ingresó en la Universidad de La Habana, donde estudió leyes. En 1820 se graduó de Bachiller en Leyes y en 1822 de Licenciado en Derecho. Se trasladó a su ciudad natal y allí ejerció la abogacía. Fue uno de los fundadores y vocal de la Academia de Jurisprudencia de Puerto Príncipe. Contribuyó a la creación del Colegio de Abogados. Permaneció en Camagüey hasta 1834. Pasó más tarde a Madrid, donde residió durante tres años. Tras su regreso a Cuba, ejerció nuevamente la carrera de abogado. Fue nombrado fiscal de la Audiencia de La Habana. En 1841 visitó Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Suiza, Portugal, y España. Pasó los últimos cuarenta años de su vida en Madrid. Allí colaboró en La Discusión, La Reforma, Las Antillas, El Jurado, El Demócrata, Las Novedades, El Sufragio Universal, Revista Hispano-Americana, La América. Desde la prensa aboga por las reformas políticas para Cuba. Fue uno de los fundadores del Ateneo de Madrid. En 1865 fue nombrado comisionado por Puerto Príncipe, entre otros informantes para las posibles reformas en las Antillas, como miembro de la Junta de Información. Escribió poemas y una pieza teatral. Su libro Teoría de la autoridad aplicada a las naciones modernas fue traducido al francés.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Miscelánea. Impresiones y recuerdos. Madrid, imp. de D. Francisco Díaz, 1845. | La Démocratie au XIXem siècle ou la Monarchie Democratique. Pensées sur des réformes sociales. París, Dauvin et Fontaine, Libraires, 1847. | Teoría de la autoridad aplicada a las naciones modernas. Madrid, Imp. M. Minuesa, 1856-1857. 2 v. | La democracia o el individualismo. Madrid, 1859. | Vindicación. Cuestión de Cuba por un español cubano. Madrid, Imp. de N. Pérez Zuloaga, 1871. | Cuba y la Hacienda española. París, M. Denné Schmith, 1873. | Tratado político. El derecho. Teoría y aplicación del derecho, y la autoridad. Madrid, Imp. M. Minuesa, 1877. | La reforma política en Cuba y su ley constitutiva. Madrid, Imp. de Fortanet, 1881.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

A. B. L. «Biografía del señor don José Calixto Bernal», en La Ilustración Cubana. La Habana-Barcelona, 3 (33): 370-371, nov. 30, 1887. | Marino Pérez, Luis A. «El proyecto de la Liga de las Naciones, de Calixto Bernal (1857)», en Cuba Contemporánea. La Habana, 20: 411-415, 1919. | Morales y Morales, Vidal. «Calixto Bernal y Soto. Apuntes biográficos. Su vida, I. Sus ideas políticas, II», en Revista Cubana. La Habana, 5: 70-74, ene., 1887. | Valverde, Antonio L. «Jurisconsultos cubanos: José Calixto Bernal y Soto», en Cuba Contemporánea. La Habana, 32: 226-239, 1923; José Calixto Bernal y Soto, Preclaro defensor en España de los derechos de Cuba. Autoridad y democracia. (El derecho, la opinión pública, la autonomía, la, Liga de las Naciones). La Habana, J. Montero, editor, 1942 (Biblioteca de historia, filosofía y sociología, 10). | Zamora, Juan Clemente. «Calixto Bernal, vigencia actual de su pensamiento político», en Universidad de La Habana, 5 (30-33): 233-250, may.-dic., 1940.
 

BETANCOURT, José Ramón (Camagüey, 17. 10.1823-La Habana, 23.6.1890). Pasó su infancia en Camagüey. Allí cursó la primera enseñanza en el colegio de los Padres Escolapios y fue alumno de filosofía y latín. Se trasladó a La Habana y estudió Leyes en el Seminario de San Carlos. En 1847 obtuvo el título de Licenciado en Derecho Civil y Canónico y el de abogado, otorgado por la Audiencia de Puerto Príncipe. En dicha ciudad fue nombrado síndico procurador general del Ayuntamiento. En 1851 fue desterrado a España por su vinculación con los grupos anexionistas que operaban en Camagüey. Regresó a La Habana en 1856. Ocupó la dirección del Liceo Artístico y Literario. Fue designado síndico del Ayuntamiento de La Habana con el cargo de teniente alcalde (1866). Se trasladó a Europa en 1868 a causa de la ola represiva desatada contra el alzamiento de Céspedes. Viajó por Italia, Francia y España. En este último país fue nombrado diputado a Cortes por Puerto Rico. A través de dicho cargo denunció la trata de esclavos y expuso la grave situación política y social de Cuba y Puerto Rico. En 1879 fue designado diputado a Cortes por Camagüey. Gracias a sus gestiones fue creado el Banco Agrícola y el Instituto de Segunda Enseñanza de su ciudad natal. Fue electo Senador del Reino por la Sociedad Económica de Amigos del País de Cuba y Puerto Rico (1882). Colaboró en La Gaceta y El Fanal (Camagüey) y en la Revista de Cuba y la Revista Geográfica Comercial (Madrid). Utilizó los seudónimos El estudiante y Las dos banderas.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Una feria de la caridad en 183...; cuento camagüeyano. Puerto Príncipe, 1841; 2ª ed. Puerto Príncipe. Imp. del Fanal, 1856; 3ª ed. La Habana, Imp. Militar de Soler, 1858; 4ª ed. Id., 1859; 5ª ed. Ilustrada y notablemente aumentada. Precedida de un juicio crítico de Cirilo Villaverde. Barcelona, Imp. de L. Tasso Serra, 1885. 2 v. | Cartera de viaje. Puerto Príncipe, 1856. | Las dos banderas. Apuntes históricos sobre la insurrección en Cuba. Cartas al Exmo. Sr. Ministro de Ultramar. Soluciones para Cuba. Sevilla, Est. Tip. del Círculo Liberal, 1870. | Discurso y rectificaciones del Excmo. Sr. José R. de Betancourt, senador por las Sociedades Económicas de Cuba y Puerto Rico, en los días 21 y 22 de julio de 1884 con motivo de la discusión de las autorizaciones relativas a las reformas económicas de Ultramar. Madrid, 1884. | Prosa de mis versos. Barcelona, Delclós y Bosch, impresores, y Tipografía de Giró, 1886-1887. 2 t. | Discursos y manifiestos políticos. Pról. de Calixto Bernal. Madrid, Est. Tip. de F. Pinto, 1887.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «José Ramón Betancourt (1823-1890)», en su La oratoria en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 1. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 277-278 (Evolución de la cultura cubana, 1608-1927, 7). | Casal, Julián del. «José Ramón Betancourt», en su Prosas. T. 2. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1963, p. 167-169. | Franch, Javier. «Crítica literaria. Una feria de la Caridad en 183... [...]», en Liceo de La Habana, La Habana 2ª serie, 1 (10 y 11): 75-76 y 82-84, sep. 2 y 9, 1859, resp. | Lorenzo Luaces, Joaquín. «Una feria de la Caridad en 183...», en Liceo de La Habana. La Habana, (15 y 16): 115-116 y 124-128, oct. 7 y 14, 1859, resp.
 

BETANCOURT, José Victoriano (Guanajay, Pinar del Río, 9.2.1813-Córdoba, México, 16.3.1875). Cursó la primera enseñanza en La Habana. Se graduó de Bachiller en Derecho en el Seminario San Carlos (1832). Fue el primero en recibir el título de abogado (1839) al establecerse la Audiencia Pretorial de La Habana. Comenzó a trabajar en el bufete del licenciado Anacleto Bermúdez. Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País. Frecuentó las tertulias literarias de Domingo del Monte. Con Bachiller y Morales, Manuel Costales y José Quintín Suzarte fundó la revista La Siempreviva. En 1840 se trasladó a Matanzas. Durante los años que permaneció en la provincia editó, con Miguel Teurbe Tolón, la antología de poemas Aguinaldo matancero. Regresó a La Habana en 1860 y trabajó en el bufete de José Valdés Fauly. En 1870 su situación en Cuba se tornó difícil a causa de su postura antiespañola, por lo que se trasladó a México con su familia. Allí fue catedrático del Instituto de Veracruz y juez de primera instancia de Tuxpán y Casamaluapa. Se destacó por sus artículos costumbristas, aparecidos la mayoría de ellos en El Almendares, Diario de La Habana, Cuba Literaria, entre otros. Cultivó además la poesía, la fábula y el teatro. Colaboró en la Aureola poética en honor de Francisco Martínez de la Rosa y en la Corona fúnebre en homenaje al obispo Espada. Uno de sus artículos, «La niña mendiga», fue traducido al inglés por The North American Review (Boston, 1849). En algunas ocasiones utilizó el seudónimo Escolástico Gallardo.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Las apariencias engañan. Comedia en un acto, en verso. Matanzas, Tipografía de Gobierno por S. M. y de Marina, 1847. | Descripción de la cueva maravillosa de Bellamar en Matanzas. La Habana, Imp. El Progreso, 1863. | Artículos de costumbres. Pról. de Mario Sánchez Roig y Mario Cabrera Saquí. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1941 (Cuadernos de cultura. 5ª serie, 2).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

G[arcía] de A[rboleya] J[osé]. «Crítica literaria. Las apariencias engañan», en Faro Industrial de La Habana. La Habana, 7 (156): jul. 10, 1847. | Lezama Lima, José. «José Victoriano Betancourt», en su Antología de la poesía cubana. T. 2. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 335-336. | Magaly, seud. de ? «[Conferencia de César Leante por el centenario de José Victoriano Betancourt]», en Juventud Rebelde. La Habana, :4 abr. 1, 1975. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «José Victoriano Betancourt», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX, IV. Los escritores. La Habana, Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana, 1962, p. 143-148 (Colección histórica cubana y americana, 26). | Santovenia, Emeterio. José Victoriano Betancourt. Estudio biográfico. La Habana, Imp. La Universal, 1912.
 

BETANCOURT, Luis Victoriano (La Habana, 23.3.1843-Id., 8.6.1885). Hijo de José Victoriano Betancourt. Radicado en Matanzas desde muy niño, estudió en el colegio La Empresa. Regresó a La Habana en 1860. A partir de 1863 comenzó a colaborar en diversas publicaciones periódicas. Se graduó de Licenciado en Derecho Civil y Canónico en la Universidad de La Habana (1866). Fundó, con Isaac Carrillo y Aurelio Almeida, la revista satírica Rigoletto. A fines de 1868 se trasladó a Nassau, donde formó parte de la expedición del «Galvanic». Se internó en los campos de Cuba como combatiente hasta terminar la guerra en 1878. Durante los años de lucha ocupó la presidencia de la primera Corte Marcial y los cargos de diputado, secretario y presidente de la Cámara de Representantes de la República en Armas, colaboró en los periódicos mambises El Cubano Libre, La Estrella Solitaria y Boletín de la Revolución, se destacó como orador. Fue colaborador además de El Siglo, El Occidente, La Aurora, Aguinaldo Habanero, La Colmena, El Gavilán, El Álbum, El Triunfo, El País, La Familia, El Almendares, Revista de Cuba. Fue redactor de La Discusión. Después de terminada la Guerra de los Diez Años se dedicó a la abogacía y la enseñanza y continuó sus labores de periodista.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Artículos de costumbres y poesías. Guanabacoa (Habana), Imp. La Revista de Almacenes, 1867. | Artículos de costumbres. Introd. de Emeterio S. Santovenia. La Habana, Cultural, 1929 (Colección de libros cubanos, 10).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Córdova, Federico de. Luis Victoriano Betancourt (1843-1885). Discurso leído por el académico de número [...] en la sesión solemne celebrada el 7 de mayo de 1943, en conmemoración del primer centenario del nacimiento de Luis Victoriano Betancourt. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1943 (Academia de la Historia de Cuba). | González Curquejo, Antonio. «Luis Victoriano Betancourt», en Cuba y América. La Habana, 6 (116): 353-358, sep., 1902. | Rodríguez Cuétara, Eva. Luis Victoriano Betancourt: vida y obra. La Habana, Centro de Estudios Políticos y Sociales de Cuba, 1949. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «Luis Victoriano Betancourt», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX. IV. Los escritores. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962, p. 229-236 (Colección histórica cubana y americana, 26). | Santovenia, Emeterio S. «Luis Victoriano Betancourt y los derechos de la mujer», en Carteles. La Habana, 13 (2): 47, ene. 13, 1929.
 

BETANCOURT Y CISNEROS, Gaspar (Camagüey, 29.4.1803-La Habana, 7.12.1866). Realizó estudios en Camagüey hasta 1822. Ese año fue enviado a Estados Unidos para completar su educación. Se estableció en Filadelfia y allí trabajó en una casa de comercio. Hizo relaciones con figuras suramericanas y cubanas, sobre todo con José Antonio Saco. En 1823, como parte de una comisión cubana, partió desde Nueva York rumbo a La Guaira, Venezuela, para entrevistarse con Simón Bolívar, a fin de promover un movimiento insurreccional en Cuba. Durante los años que permaneció en Estados Unidos asistió a reuniones de carácter político, que fueron influyendo decisivamente en su formación. Recibió clases particulares de derecho y filosofía. Colaboró en Mensajero Semanal de Nueva York. En 1834 regresó a Cuba. Realizó, en el interior del país, una amplia labor de mejoramiento económico y social, como la creación de escuelas y de la línea del ferrocarril de Nuevitas a Puerto Príncipe. En 1837 comenzó a colaborar en la Gaceta de Puerto Príncipe con las «Escenas cotidianas», serie de artículos de costumbres. Más tarde colaboró en El Fanal, de Camagüey, y en El Siglo de La Habana. En 1846 fue obligado a abandonar el país por orden del Capitán General O'Donell. Se estableció nuevamente en Estados Unidos y desplegó una amplia labor política como presidente de la Junta Cubana en Nueva York En esa ciudad fundó, en 1848, el periódico La Verdad, de orientación anexionista, posición que abandonó años después para defender las ideas de independencia. En 1856 partió hacia Europa y se estableció en Florencia. Poco después se trasladó a París. Volvió a Cuba en 1861. Además de haberse destacado por sus artículos de costumbres, se destacó como epistológrafo. Particularmente en sus cartas a Saco, expresó sus puntos de vista políticos. En colaboración con J. S. Thrasher escribió Addresses delivered at the celebration of the third anniversary of the martyrs for Cuban freedom (New Orleans, Printed by Sherman, Wharton, 1854). Utilizó los seudónimos El Lugareño y Homobono. En sus cartas firmaba con el de Narizotas.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cuestión de utilidad del ferrocarril de Nuevitas a Puerto Príncipe. Puerto Príncipe, Imp. del Gobierno, 1845. | Ideas sobre la incorporación de Cuba en los Estados Unidos, en contraposición a las que ha publicado D. José Antonio Saco. New York, Imp. de La Verdad, 1849. | Cartas a Saco. Pról. por Hilda Parets. La Habana, Editorial Cuba, 1937. | Escenas cotidianas. «Gaspar Betancourt Cisneros y las escenas cotidianas», por Federico de Córdova. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1950 (Clásicos cubanos, 1).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Betancourt, José Ramón, «Gaspar de Betancourt y Cisneros (El Lugareño)», en Revista de Cuba. La Habana, 4: 561-566, 1878, | Córdova, Federico de. Gaspar Betancourt Cisneros. El Lugareño. La Habana, Editorial Trópico, 1938 (Biografías cubanas, 6). | Cruz, Manuel de la. «Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño. Apuntes biográficos», en Revista Cubana. La Habana, 19: 258-276, 1894. | Entralgo, Elías. Doctrina del progreso + revolución mecánica = El Lugareño. Disertación dicha en el salón de actos de la Sociedad Económica de Amigos del País en la noche del viernes 8 de agosto de 1952, al recibirse el donativo de un retrato al óleo del prócer. La Habana, Imp. de la Universidad, 1956. | Esténger, Rafael. «El Lugareño», en Revista Cubana. La Habana, 24: 260-283, ene.-jun., 1949. | Lazo, Raimundo. «El Lugareño y la literatura cubana», en Revista Cubana. La Habana, 26: 45-51, ene.-jun., 1950. | Martínez, Luis. «El Lugareño [Gaspar Betancourt Cisneros]», en su El Lugareño y otros próceres. Camagüey, Ayuntamiento de Camagüey, 1944. | Mesa Rodríguez, Manuel I. «Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 39 (2): 424-453, mar.-abr., 1937. | Pichardo Moya, Felipe. «Semblanza de Gaspar Betancourt Cisneros». [Seguido de una discusión sobre el tema], en Cuadernos de la Universidad del Aire del Circuito CMQ. La Habana, 3 (45): 193-210, nov. 17, 1952.
 

BIBLIOGRAFÍA La bibliografía como ciencia y técnica tiene ya una historia centenaria en Cuba. Hay una inicial preocupación por ofrecer cierto estilo de compilación bibliográfica de la producción escrita por los cubanos, hacia el segundo tercio del siglo XVIII, cuando no hay sino ligeros intentos de expresión literaria en la isla y era más que incipiente cualquier otro tipo de expresión libresca. Por estos años un erudito habanero, fray José Fonseca, entretenía sus ocios en la búsqueda de libros publicados o escritos por los ingenios cubanos. Este fraile, profesor de teología y rector de la Universidad de La Habana, pudo revisar las escasas bibliotecas entonces existentes en la ciudad y hacer recuento de los libros de cubanos que había en ellas. Su «Noticia de los escritores de la isla de Cuba» ha permanecido siempre inédita.

     Al iniciarse la cuarta década del siglo XIX es cuando en realidad surge una verdadera preocupación bibliográfica entre los cubanos. Tradicionalmente se viene concediendo la primacía en estos estudios a Antonio Bachiller y Morales. Sin embargo, cinco cubanos, dos de ellos de renombre en otros aspectos de la cultura -Felipe Poey y Domingo del Monte- se le habían adelantado en el recuento de la obra bibliográfica cubana. De Felipe Poey se dice que, estando todavía en Francia, había investigado y redactado un serio trabajo «Sobre algunos historiadores de Cuba», cuyo texto se perdió antes de salir de la categoría de manuscrito. Domingo del Monte, la persona sobre quien recaían las mejores condiciones culturales, sociales y económicas para llevar a cabo este tipo de trabajo, lo emprendió sobre bases más seguras. Rico por su matrimonio con la hija del millonario Aldama, pudo reunir la más completa biblioteca que de libros cubanos o sobre Cuba se conoció en esa época. Su «Biblioteca cubana. Lista cronológica de los libros inéditos e impresos que se han escrito sobre la isla de Cuba y de los que hablan de la misma desde su descubrimiento y conquista hasta nuestros días», cerrada eventualmente en 1846, no vería la luz sino en 1882. Del rastreo que en este sentido llevaban a cabo los corresponsales que Del Monte tenía en diversos lugares del mundo, han quedado interesantes huellas en el Centón epistolario. La muerte sorprendió a Del Monte antes de haber podido dar cima a esta labor. También inédita quedó la compilación que bajo el título de Memoria bibliográfica de todas las producciones literarias publicadas en esta Isla llevó a cabo, en 1848, el mediocre poeta Lucas Arcadio de Ugarte. Este trabajo, perdido sin llegar nunca a la imprenta, tiene a su favor el hecho de haber sido el primero de esta índole que en Cuba emplea la palabra «bibliografía». Inédito, también perdido y de esta misma época, fue el trabajo que Pedro Guiteras había ido reuniendo bajo el título de Diccionario bibliográfico americano. El hijo de Felipe Poey, Andrés, de formación más francesa que cubana, pensó dar regularidad y sistema a los múltiples esfuerzos de sus paisanos, nunca cristalizados en nada tangible. Para alcanzar objetivos concretos, en mayo de 1853 lanzó el prospecto de un Boletín Bibliográfico Cubano, que quedó también en proyecto frustrado.

     Hay pues que esperar hasta 1861 para que en el tercer volumen de los Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba apareciese el «Catálogo de libros y folletos publicados en Cuba desde la introducción de la imprenta hasta 1840», con un total de 1020 publicaciones. Más tarde, una serie de adiciones complementarias duplicarían el número de asientos bibliográficos originalmente publicados por Bachiller. Así, fueron apareciendo los añadidos de Eusebio Valdés Domínguez en 1879, los del propio Bachiller en 1880 y las rectificaciones, ratificaciones y adiciones del erudito Francisco Jimeno, también de 1880, todos en la Revista de Cuba. En ésta fue publicado el trabajo de Domingo del Monte a que nos referimos anteriormente. En El Curioso Americano, su director, Manuel Pérez Beato, publicó una «Tipografía cubana» (1892-1893), con la que sumaba unos cientos más de fichas a la bibliografía tan premiosa y multipersonalmente compilada, nuevamente enriquecida por Bachiller mismo con su apéndice de 1893.

     José María Abraido publicó en 1872 el primer Catálogo de su librería, que sería el primero de este tipo de publicaciones en Cuba. Otro librero, Andrés Pego, publicaría en 1876 el segundo. El propio Abraido daría a la imprenta un grueso Apéndice a su Catálogo el año 1877. El primer Catálogo de biblioteca privada que verá la luz en Cuba será el que en 1878 compiló el Casino Español de La Habana. Resulta interesante este Catálogo porque en él aparecen bastantes obras cubanas, muchas de las cuales pasaron a poder del círculo españolista a consecuencia de las expropiaciones llevadas a cabo en las bibliotecas privadas de los patriotas levantados en armas o emigrados a raíz del grito de Yara.

     Cipriano Muñoz y Manzano, conde de la Viñaza, cubano de nacimiento, pero de proyección española, publicó dos recopilaciones, fruto de su labor especializada en la búsqueda de fuentes filológicas españolas y sobre lenguas indígenas americanas. Bibliografía española de lenguas indígenas de América (1892) y Biblioteca histórica de la filología castellana (1893). En 1899 aparecieron los Apuntes para una biblioteca de la gramática española, de José A. Rodríguez García. Más tarde aparecerían dos volúmenes de su Bibliografía de la gramática y lexicografía castellana y sus estudios afines (1903-1907), obra que quedó incompleta al no ver la luz el resto de los volúmenes. Las bibliografías de tipo local se inician con la recopilación que Leandro González Alcorta publicó bajo el título de Datos para la historia de Vuelta Abajo: exploración bibliográfica (1902). Con este trabajo, tan lleno de sugerencias como plagado de desorden, puede darse por cerrado el período decimonónico de la bibliografía cubana.

     Esta primera etapa, intuitiva y nada técnica, se caracteriza sobre todo por un emocional y patriótico deseo de acumular hechos bibliográficos. Para llegar a estas acumulaciones, el investigador bibliográfico se conforma en ocasiones con la sola referencia verbal o epistolar. No necesita tener el libro en sus manos y mucho menos se toma el trabajo de describirlo. Cuando hay algún tipo de descripción en estos trabajos bibliográficos, se hacen patentes también, en la mayoría de los casos, las contradicciones técnicas. Falto el país de bibliotecas centralizadoras, estos pioneros de la bibliografía se ven supeditados a llevar a cabo búsquedas en las escasas y no siempre provistas bibliotecas particulares existentes en la isla o echar mano de referencias no siempre seguras y dignas de respeto. Casos como el de Del Monte, Bachiller y Morales o Néstor Ponce de León que, debido a su fortuna personal, se podían permitir el lujo de disponer de notables bibliotecas, son escasos. En general el bibliógrafo debe llevar a cabo su trabajo en las escasas bibliotecas conventuales -poco literarias, aunque sí humanísticas-, en la de la Universidad y en la mejor provista de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. La falta de una técnica bibliográfica en la mayor parte de estos bibliógrafos ha dado lugar a que una gran cantidad de libros descritos por ellos, perdidos o desaparecidos en la actualidad, sólo puedan ser reseñados con la mala transcripción del título y contenido que de ellos se hizo y sin una gran parte de los datos técnicos que los describían.

     La que pudiéramos considerar segunda época de la bibliografía en Cuba se inicia con el advenimiento de la República. Precisamente, debido a su origen mediatizado y a la larga permanencia en los Estados Unidos de muchos de los que abordarán este tipo de trabajo, la influencia de los métodos y sistemas norteamericanos se harán manifiestos. La aparición de la Biblioteca Nacional, el desarrollo de la Sociedad Económica, el incremento natural de la biblioteca universitaria y la organización y puesta en servicio del Archivo Nacional, harán posible un mejoramiento incontestable de los trabajos bibliográficos y de sus resultados. Con el Archivo sobre todo, el investigador cubano se hallará en condiciones de tomar contacto con una serie de elementos bibliográficos -folletos y panfletos especialmente- que fueron generalmente ignorados hasta la fecha. Este tipo de impresos, como puede comprobarse en todo momento, habrá de constituir un alto porcentaje de la producción bibliográfica cubana.

     Carlos M. Trelles da inicio a este período con la publicación de su Bibliografía de la segunda Guerra de Independencia y de la Hispano-Yankee (1902). Su enorme labor como bibliógrafo cuenta con sus obras fundamentales Ensayo de una bibliografía cubana de los siglos XVII y XVIII (1907), Bibliografía cubana del siglo XIX (1911-1915), en ocho grandes volúmenes, y Bibliografía cubana del siglo XX (1916-1917), en dos volúmenes. La primera de estas dos últimas recopilaciones presenta las fichas en orden cronológico de fecha de publicación; la segunda las recoge en orden alfabético de autores y títulos. En los años subsiguientes publicó la Bibliografía científica cubana (1918-1919), en dos volúmenes, la Biblioteca geográfica cubana (1920) y la Biblioteca histórica cubana (1922-1926), en tres volúmenes, así como el Estudio bibliográfico cubano sobre la doctrina de Monroe (1922). Más tarde aparecieron la Bibliografía social cubana (1924), reeditada por Israel Echevarría en 1969, la «Bibliografía de autores de la raza de color de Cuba», publicada en 1927 en la revista Cuba contemporánea, la «Bibliografía de Varona», recogida en el Homenaje a Enrique José Varona en 1935, la Bibliografía de la Universidad de La Habana (1938) y la «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero», insertada en la Revista Bibliográfica Cubana, cuyo cese en 1939 la dejó incompleta. No llegó a publicarse la bibliografía de la literatura cubana, tan anunciada por el autor.

     Durante los primeros años de la República hay que destacar la labor del gran bibliógrafo Domingo Figarola Caneda. Ya en 1902 apareció en El Fígaro su bibliografía de Rafael M. Merchán, publicada independientemente en 1905. Ese mismo año, como director de la Biblioteca Nacional, publicó un Índice de títulos contenidos en las diversas colecciones facticias de la Biblioteca Nacional adquiridas por compra hecha al doctor Vidal Morales y Morales, el primero de los publicados en Cuba. Publicó además en la Revista de la Biblioteca Nacional, entre 1909 y 1912, breves bibliografías de Luis Estévez, Ramón Meza, Ricardo del Monte, Pedro Santacilia, Félix Varela, e Ildefonso Estrada y Zenea, así como el primer intento de compilación bibliográfica, tanto de bibliografía activa como pasiva de José Martí, debidos casi todos a su propio esfuerzo. Su labor culminó con la Bibliografía de Luz y Caballero (1915), considerada durante mucho tiempo como modelo ideal de este tipo de trabajo.

     Merece destacarse también la labor de Luis Marino Pérez, formado fuera de los archivos y bibliotecas cubanos, autor de Apuntes de libros y folletos impresos en España y en el extranjero que tratan expresamente de Cuba, desde principios del siglo XVII hasta 1812, de Guide to the materials for American History in Cuban Archives, ambas de 1907, y de la Bibliografía de la Revolución de Yara (1908).

     La importante labor bibliográfica de Fermín Peraza consta de numerosos títulos. Se inicia con la Bibliografía de Enrique José Varona (1932), ampliada en 1937, y culmina, vista en su conjunto, con el Anuario Bibliográfico Cubano (1938-1960), donde recogió la bibliografía aparecida en Cuba entre 1937 y 1959. Trabajó además en otras bibliografías de personalidades destacadas, como Martí (Guía bibliográfica sobre José Martí, 1938; Bibliografía martiana (1940-1957), 1941-1958; Bibliografía martiana (1853-1953), 1954; Bibliografía martiana (1853-1955), 1956), Francisco González del Valle, (Bibliografía de Francisco González del Valle, 1943), Diego Vicente Tejera (Bibliografía de Diego Vicente Tejera y García, 1945), José Antonio Ramos (Bibliografía de José Antonio Ramos, 1947 y 1956) y Antonio Maceo (Bibliografía de Antonio Maceo y Grajales, 1945 y 1946). Es autor de varios índices de publicaciones periódicas (Índice de la Revista de Cuba, 1938; Índice de la Revista Cubana, 1939; Índice de Cuba Contemporánea, 1940; «Índice del Papel Periódico de La Habana», recogido en la Revista Bimestre Cubana, 1943; Índice de El Aviso, 1944; Índice del Aviso de La Habana, 1944; Índice de El Fígaro, 1945-1948; Índice del Boletín del Archivo Nacional, 1946), de la Bibliografías cubanas (Washington, 1945), de la Bibliografía cubana de la II Guerra Mundial (1945), de una Bibliografía cubano-uruguaya (1956) y de la Bibliografía cubana de los libros de textos de historia de Cuba (1959). Publicó el Boletín del Anuario Bibliográfico Cubano (1938-1949), donde se ofrecía información sobre las actividades bibliográficas del país y se recopilaban algunas bibliografías menores sobre patriotas o escritores cubanos.

     A la labor de estos bibliógrafos hay que añadir la de diversos investigadores y bibliógrafos menos destacados, que recopilaron bibliografías sobre diversas personalidades. Así, el erudito José Augusto Escoto con el «Ensayo de una biblioteca herediana», publicado en 1904 en Cuba y América, que constituye la primera recopilación bibliográfica sobre un escritor cubano; Evelio Rodríguez Lendián con la bibliografía de Ramón Meza recogida en su Elogio del Dr. Ramón Meza y Suárez Inclán (1915); Jorge Le Roy Cassá con la de Carlos M. Trelles en el Homenaje al señor Carlos M. Trelles, socio de honor (1919); Enrique Piñeyro con la que recopiló sobre sí mismo, publicada por Domingo Figarola Caneda con notas y complementos suyos en 1921; Antonio L. Valverde con la de José de Armas y Céspedes en el Elogio del Lic. José de Armas y Céspedes (Justo de Lara) (1923); José A. Rodríguez García con la que añade a su Manuel Sanguily (1926); Julio Le Riverend con su «Bibliografía y pensamiento de la obra de Arrate», recogida en Libros Cubanos (nov.-dic., 1940- ene.-feb., 1941); Esperanza Figueroa con la que añade a su tesis sobre Julián del Casal (1942); Israel M. Moliner con su Índice bibliográfico de Bonifacio Byrne (1943); María Villar Buceta -autora de «Guías de las bibliografías cubanas», publicadas en la revista Libros Cubanos (1940)- con su Contribución a la bibliografía de Rafael María de Labra (1944); Berta Becerra con su Bibliografía del Padre Bartolomé de las Casas (1949) y con la que compiló sobre Fernando Ortiz, recogida en el tomo tercero de Miscelánea de estudios dedicados a Fernando Ortiz (1957); Jorge Aguayo con su Bibliografía de Alfredo M. Aguayo (1950); Manuel Pedro González con su Fuentes para el estudio de José Martí (1950); Manuel Moreno Fraginals con sus fuentes bibliográficas sobre Anselmo Suárez y Romero, publicadas en la Revista de la Biblioteca Nacional (1950); José Barrial Domínguez con su Bibliografía de Rafael Montoro y Valdés (1952); Juan M. Dihigo con su «Bibliografía de Domingo Figarola Caneda», publicada en Revista de la Biblioteca Nacional (1952); José Manuel de Ximeno con las «Papeletas bibliográficas de Cirilo Villaverde», recogidas en la Revista de la Biblioteca Nacional (1953); Andrés Angulo y Pérez con «El Padre Varela. Sus obras, la producción vareliana. Bibliografía», publicada en el Anuario de la Facultad de Ciencias Sociales (1954); Olga Collado con la de Nicolás Heredia en su Nicolás Heredia, vida y obra (1954), y María Luisa de la Tejera y Horta, con su Bibliografía de Luisa Pérez de Zambrana, tesis presentada en 1958, contribuyeron a enriquecer la labor iniciada por Trelles.

     La bibliografía teatral cuenta con la recopilación que José Juan Arrom incorporó a su Historia de la literatura dramática cubana (1944), con el «Repertorio teatral cubano», de Jorge Antonio González, publicado en la Revista de la Biblioteca Nacional (1951) y con la «Bibliografía del teatro cubano», de José Rivero Muñiz, publicada en la misma revista en 1957.

     A Arturo R. de Carricarte se debe «La novela en Cuba. Bibliografía», publicada en Heraldo de Cuba (1915). Así como «Nuestro año intelectual, 1914» y «Balance literario de Cuba en 1915». Publicados en ese mismo diario en 1915 y 1916 respectivamente.

     Las compilaciones bibliográficas sobre periodismo se inician con el trabajo de Joaquín Llaverías sobre Los periódicos de Martí (1929). En 1930 Manuel Martínez Moles publicó su Periodismo y periódicos espirituanos. Elena Verez de Peraza contribuyó a este tipo de bibliografías con su Publicaciones de las instituciones culturales cubanas (1950). La bibliografía sobre historia se enriqueció después de los aportes de Trelles y de Marino Pérez, con los trabajos de Manuel Pedro González (A selective bibliography of the Cuban Revolution against Machado (1898-1933), (1942), de Carlos M. Raggi Ageo (Bibliografía político-social cubana, 1940), de Emilio Roig de Leuchsenring («Bibliografía histórica cubana», 1940), de Manuel I. Mesa Rodríguez («Algunas fuentes bibliográficas para la historia de Cuba», 1958), de José Manuel Pérez Cabrera (Fundamentos de una historia de la historiografía cubana, 1959, bibliografía ampliada y perfeccionada más tarde en su Historiografía de Cuba, editada en México en 1962) y la «Bibliografía de la Revolución Cubana», publicada en la Revista de la Biblioteca Nacional (1959). La reseña bibliográfica de libros de viajes comienza con el trabajo elemental y poco técnico de Luciano de Acevedo, La Habana en el siglo XIX descrita por viajeros extranjeros (Ensayo de bibliografía crítica) (1919), trabajo enriquecido notablemente, ya dentro de las reglas técnicas, por Cuba. Viajes y descripciones, 1943-1950, (1950), de Rodolfo Tro.

     La labor de Peraza como indizador fue enriquecida con la publicación de los dos volúmenes de Índices de las Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País (1938), de Adrián del Valle, y con los trabajos de Celso Henríquez (Índice general de Universidad de La Habana, 1942), de Berta Becerra (Índice de la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana, 1955) y de Rubén Alfonso Quintero (Índice de la Revista Cubana (1935-1957), 1958), a quien se debe la continuación y culminación, en 1959, del trabajo publicado por Celso Henríquez sobre la revista Universidad de La Habana.

     Debemos citar además, entre otras, la Bibliografía comentada sobre los escritos publicados en Cuba relativos al Quijote (1905), del erudito y bibliófilo Manuel Pérez Beato; la Contribución al estudio de la arquitectura cubana (1713-1942) (1943), de José Román Zulaica; la Ex-libris cubanos (1950), trabajo más bibliológico que bibliográfico de José Mayol; el Índice de documentos existentes en el archivo de Antonio Bachiller y Morales, que se conservan en la Biblioteca Nacional (1950) y Los 120 primeros años de la imprenta en Cuba (1723-1843) (1951), de Rodolfo Tro; la compilada por Esteban Rodríguez Herrera para acompañar su edición comentada de Cecilia Valdés; o, La loma del ángel (1953), y El libro de Cienfuegos (1954), de Lilia Castro de Morales. Se recopilaron además bibliografías sobre el tabaco, el café, etcétera.

     En lo referente a las publicaciones periódicas que recogían información bibliográfica, merece citarse, además de la ya mencionada Revista de la Biblioteca Nacional, cuya labor de los primeros años continuó en su segunda época (1950), la revista Cervantes (1925-1946), donde se daba más acogida al libro extranjero que al cubano dado el carácter de órgano de publicidad de la revista, al servicio de la librería Cultural, S.A. No obstante esa característica, apareció en sus páginas el intento, entre 1932 y 1933, de presentar un resumen de la actividad literaria del país, a cargo de Ricardo Sánchez Veloso, quien firmaba con el seudónimo Malico. Como publicaciones especializadas aparecieron la Revista Bibliográfica Cubana (1936-1939), donde se publicaron diversos y valiosos trabajos de bibliografía, la revista Libros cubanos. Boletín de bibliografía (1940-1942) -dirigida por Ángel Augier- y el Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios (1949-1959), donde, a pesar de que su carácter no era eminentemente bibliográfico, aparecieron distintas compilaciones, como «La novela española, 1700-1850».

     Algunas librerías y editoriales ofrecieron bibliografías sobre producción cubana, tales como la librería Minerva con su Catálogo de libros cubanos (Algunos raros y curiosos) (1933), la Librería Martí con sus catálogos anuales de libros antiguos y modernos impresos en o que tratan sobre Cuba, recopilados entre 1947 y 1952 por Manuel Álvarez, y más tarde recogidos en dos volúmenes bajo el título Catálogos de libros cubanos, antiguos y modernos (1959-1960), y Cultural, S. A. con su Boletín bibliográfico general (1950).

     No debemos terminar estos apuntes sobre la bibliografía cubana durante la República sin mencionar el trabajo de los bibliógrafos extranjeros. El primero de ellos fue el chileno José Toribio Medina con La imprenta en La Habana (1707-1810) (1904) y con otro trabajo del mismo año sobre la imprenta en Santiago de Cuba. José Luis Perrier compiló por primera vez la producción teatral cubana en su Bibliografía dramática cubana (1926). En 1933 apareció publicada en Cambridge, Mass., la compilación A bibliography of Cuban Belles lettres, de Jeremiah D. M. Ford y MaxweIl I. Raphael, complementada por Edith Kelly en la revista Hispania, de la Stanford University, ese mismo año. A esta investigadora debemos la notable bibliografía sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda, publicada en la Revista Bimestre Cubana (1935). Otro norteamericano, Raymond Grismer, inició, en colaboración con M. R. Saavedra, una Vida y obra de autores cubanos (1940), cuya publicación no pasó del primer volumen. Jenaro Artiles, bibliógrafo español que permaneció algunos años en Cuba, compiló una «Bibliografía práctica de historia antigua de Cuba», publicada en Libros cubanos. Boletín de bibliografía (1942). El venezolano Julio Febles Cordero, de larga permanencia en Cuba, es autor de varios trabajos: Balance del indigenismo en Cuba (1950), «Enrique Labrador Ruiz. Contribución a una bibliografía», de 1952, y «Las cosas de Noda», de 1953, ambos publicados en la Revista de la Biblioteca Nacional en 1953. En ese mismo año y publicación apareció la «Bibliografía colombo-cubana» del colombiano Gabriel Giraldo Jaramillo.

     Después del triunfo de la Revolución el trabajo unipersonal y aislado comenzó a ser sustituido, en gran parte, por el trabajo colectivo y de interés social de los actuales bibliógrafos. Fruto de este trabajo colectivo son dos tomos antológicos. Prosas cubanas (1962-1964), editados por el CNC, con los índices de La Siempreviva, El Álbum, El Prisma y Flores del Siglo compilados por Feliciana Menocal. A un grupo de especialistas de la Biblioteca Nacional se deben varias recopilaciones bibliográficas de enorme interés. Gracias a esa labor se ha ido completando por el Departamento Colección Cubana la bibliografía por años a partir del triunfo de la Revolución. Así, un equipo formado por Amalia Rodríguez Rodríguez, Marta Dulzaides Serrate, Julieta Domínguez Santiago, Norma Fernández Ugalde, Marina Atía Barquer, Marta Bidot Pérez y Elena Graupera Arango recopilaron la bibliografía cubana desde 1959. A esta labor, que irá sucediéndose anualmente, se incorpora la de cubrir los años entre 1916, último año que recoge Trelles, y 1937, en que comienza la recopilación de Peraza, por lo que se editó en 1970 el tomo Bibliografía cubana 1917-1920.

     Además de estas recopilaciones, la Biblioteca Nacional ha venido confeccionando los índices de numerosas publicaciones periódicas. En 1964 apareció el tomo Índices analíticos de El Almendares, El Cesto de Flores, Flores del Siglo, Floresta Cubana, Guirnalda Cubana, Miscelánea de útil y agradable recreo, La Piragua, Revista de La Habana, El Rocío y Semanario Cubano, a cargo de Feliciana Menocal, con la colaboración de Araceli García Carranza. Dos años más tarde Aleida Domínguez, con un grupo de colaboradores, publicó Index. Cuba Socialista. 1961-1965, editado en colaboración con el CNC. El Índice analítico de la Revista Bimestre Cubana (1968), fue confeccionado por Araceli García Carranza. Las revistas Verbum, Espuela de Plata, Nadie Parecía, Clavileño, Poeta, Orígenes, Ciclón, Avance, Archipiélago, Gaceta del Caribe y Fray Junípero fueron indizadas en tres tomos, bajo el título general de Índice de las revistas cubanas, por Aleida Domínguez Alfonso, Manuel Pastrana, Luz Bertha Marín y María Amelia Valdés. Índice de la revista Casa de las Américas. 1960-1967, de Aleida Domínguez y Luz Bertha Marín, y Unión-UNEAC. 1962-1967, de Elena Giraldez, aparecieron en 1969. A Araceli García Carranza se deben los Índices de revistas cubanas. Siglo XIX. El Artista, Brisas de Cuba, El Kaleidoscopio, Álbum cubano de lo bueno y lo bello, Cuba Literaria, Revista Habanera, El Correo Habanero, Camafeos, Revista del Pueblo, Revista crítica de ciencias, artes y literatura (1970) y los Índices analíticos de los Anales de don Ramón de la Sagra (1970). En 1971 se editó el Índice de revistas folklóricas cubanas, de Tomás F. Robaina.

     Sobre los diversos géneros literarios se han recopilado la Bibliografía de la poesía cubana del siglo XIX (1965), a cargo de Roberto Friol, Celestino Blanch, Feliciana Menocal, Fina García Marruz y Cintio Vitier la Bibliografía de la Guerra de los Diez Años (1968), a cargo de Aleida Plasencia, y una muy completa bibliografía sobre nuestro teatro en la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí (sep.-dic., 1971), a cargo de María Luisa Antuña y Josefa Carranza. En dicha revista aparecieron además una decena de bibliografías e índices de publicaciones de distintas investigadoras.

     De diversas personalidades relevantes, tanto cubanas como extranjeras, se han recopilado la Bibliografía martiana 1954-1963 (1965), de Celestino Blanch; Alejo Carpentier. 45 años de trabajo intelectual (1966), de Marina Atía; Bibliografía de Rubén Darío (1967); Homenaje a Cintio Vitier. 30 años con la poesía (1968); Don Ezequiel Martínez Estrada en Cuba: contribución a su bibliografía (1968), de Israel Echevarría; Bibliografía de Máximo Gorki (1968); Bibliografía de Eliseo Diego (1970) y Bio-bibliografía de don Fernando Ortiz (1970), ambas de Araceli García Carranza; la Bibliografía sobre José María Heredia (1970) y Breve bibliografía de Ramón Menéndez Pidal (1970), de Tomás F. Robaina, y Bibliografía. Lenin in Memoriam. 1870-1970 y Bibliografía mínima cubana del siglo XX, también sobre Lenin, ambas de 1970.

     Deben citarse además el Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos XVIII y XIX (1965), de Teresita Batista Villarreal, Josefina García Carranza y Miguelina Ponte; la bibliografía titulada Prensa clandestina revolucionaria (1952-1958), (1965), de Jesús Soto Acosta; la Bibliografía sobre estudios afroamericanos (1968), de Tomás F. Robaina; la Bibliografía de literatura infantil. Siglo XIX (1969), de Mercedes Muriedas. Mención aparte merece la muy útil Bibliografía de bibliografías cubanas (1973), también de Tomás F. Robaina.

     Francisco Martínez Mota, responsable del Grupo de Bibliografía del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias, es a su vez autor de varios trabajos bibliográficos: «Ensayo de una cronología de la novela en Cuba durante el siglo XIX», publicado en Islas (1966), el «Ensayo de una bibliografía cubana de y sobre Rubén Darío», publicada en L/L (1967), una Bibliografía sobre Isla de Pinos (1970), en colaboración con Antonio Núñez Jiménez, y «Algunas fuentes bibliográficas sobre la narrativa cubana», esta última recogida en Anuario L/L (1974). Tanto en L/L como en el Anuario han aparecido otras bibliografías, como la «Bibliografía de José de Armas y Cárdenas (1909-1915)», de Antonia Soler Mirabent, y las bibliografías de la Avellaneda, de Camila Henríquez Ureña, y otras confeccionadas por el grupo de Literatura Cubana del mencionado Instituto.

     Otros trabajos aparecidos en Cuba después del triunfo de la Revolución son la «Bibliografía de la novela cubana», de Julio C. Sánchez, publicado en Islas (1960), El negro en el periodismo cubano en el siglo XIX. Ensayo bibliográfico (1963), de Pedro Deschamps Chapeaux, la Bibliografía de Juan Miguel Dihigo y Mestre (1964), de Ernesto Dihigo, el «Repertorio teatral cubano (1800-1850)», publicado en Cuba en la UNESCO (1965), la tesis «Ensayo de una bibliografía para un estudio del teatro cubano hasta el siglo XIX», de Zaida Inerarity, recogida en Islas (1970), y la recopilación Historia de Cuba: bibliografía (1970), editada por el MINFAR. Los últimos (1974-1975) índices de revistas cubanas publicados por la Biblioteca Nacional han sido los correspondientes a La Gaceta de Cuba, Islas y Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. También han aparecido la Bibliografía de Nicolás Guillén (1975) y la de Juan Marinello, esta última en el número de sep.-dic. de 1974 de la propia revista de la institución, ambos compilados por María Luisa Antuña y Josefina García-Carranza.

BIBLIOGRAFÍA

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Bibliografía, La (La Habana, 1885-[1887]). Semanario de literatura, noticias, intereses generales y anuncios. Órgano oficial del establecimiento de su nombre. Comenzó a salir el 21 de septiembre. Fue su propietario administrador Clemente Sala. En 1886 salía con otro subtítulo: «Semanario de literatura, variedades, noticias y anuncios». Publicaba cuentos, artículos de carácter variado y noticias sobre teatro y modas. Tenía además una sección poética. En sus páginas aparecieron trabajos y creaciones de Antonio y Francisco Sellén, Ramón Vélez, José Joaquín Palma, Rafael M. Merchán, Pedro Santacilia, Enrique José Varona, Rafael María de Mendive, Diego Vicente Tejera, Aurelia Castillo de González, Luis Victoriano Betancourt, Úrsula Céspedes de Escanaverino, Francisco J. Balmaseda, Lola Rodríguez de Tió y otros. También dio cabida a producciones de conocidos escritores hispanoamericanos de la época, entre los que cabe destacar a Manuel Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz Mirón, Juan de Dios Peza, Manuel Zeno Gandia, Ricardo Carrasquilla, Manuel Acuña y otros. El último ejemplar encontrado corresponde al 21 de febrero de 1887. Carlos M. Trelles consigna, en la segunda parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (8): 86, mar.-abr., 1938)-, que su publicación cesó en el mes citado.
 

Bibliografía Cubana (V. Anuario Bibliográfico Cubano)
 

BIBLIOTECA «CHIQUI GÓMEZ LUBIÁN» La biblioteca «Chiqui Gómez Lubián», de la Universidad Central «Marta Abreu», de Las Villas, comenzó a funcionar en 1950 en un aula de la facultad de Filosofía. En sus inicios contó con un total aproximado de 3000 volúmenes y tuvo como directora a la doctora Olinta Ariosa. En abril de 1959 fue inaugurado el edificio que actualmente ocupa, al que se le dio el nombre del mártir villaclareño Chiqui Gómez Lubián. Sus fondos alcanzan la cifra de 151000 volúmenes y 90000 revistas. Cuenta con dos bibliotecas subsidiarias: la de Ciencia y Técnica y la de Agronomía y Veterinaria. Publica monografías, bibliografías de revistas y libros, folletos y boletines informativos. Auspicia actividades tales como charlas, conferencias, exposiciones y cursos de bibliotecología. Uno de sus pisos lo ocupa la biblioteca especializada «Francisco de Paula Coronado».
 

Biblioteca de Damas (La Habana, 1821). Según expresa Antonio Bachiller y Morales en la página 216 del tomo 2 de su obra Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, Instituto de Literatura y Lingüística, 1971), era un periódico semanal que se publicaba en la Imp. Fraternal de los Díaz de Castro. Lo redactaba José María Heredia. «A pesar de que el proyectado Correo de las Damas se le unió -añade Bachiller-, no pasó del número 5, componiéndose el cuaderno de 64 páginas.» Salió durante los meses de mayo y junio, según señala Francisco González del Valle en la página 104 de su Cronología herediana (1803-1839) (La Habana, Publicaciones de la Secretaría de Educación. Dirección de Cultura, 1938). Además de Heredia, colaboró en sus páginas Blas Osés. Bachiller y Morales también destaca, en la página 216 de su obra antes citada, cómo, no obstante «su corta extensión, lo compacto de la impresión permitió que además de otras composiciones y artículos en prosa, saliera entero el poema «El mérito de las mujeres», más imitado que traducido, de Legouvé». No se ha revisado ningún ejemplar.
 

BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS El 11 de julio de 1793 se fundó la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País. Se considera la primera institución de este tipo establecida en Cuba, pues aunque la Biblioteca de la Universidad de La Habana se organizó y puso en funcionamiento el mismo año de fundada la Universidad (1728), históricamente siempre se ha considerado a la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País como la primera fundada en Cuba, dada su autonomía como entidad pública y social, característica que no poseía la Biblioteca de la Universidad. Contó en sus inicios con setenta y siete volúmenes comprados con los fondos del Papel Periódico. Funcionó al principio con carácter privado, pero el 12 de julio de 1794, a iniciativa del presidente de la Sociedad Económica y a la vez Gobernador y Capitán General de la Isla, Don Luis de las Casas, se hizo pública. Su primer bibliotecario fue, aunque por brevísimo tiempo, José Arango. Lo sustituyó Antonio Robreño, quien había cedido la sala de su propia casa para alojar la naciente biblioteca. En 1800 fue trasladada al convento de San Francisco. Ese mismo año pasó a estar bajo la tutela directa de la iglesia hasta noviembre de 1844, año en que fue ubicada en el edificio que ocupó el extinguido convento de San Felipe. En 1856 se situó en Dragones No. 308. En 1947 fue inaugurado el edificio donde actualmente funciona, en Carlos III No. 710. En la sede de la Biblioteca radicó la Asociación Cubana de Bibliotecarios desde 1948 hasta 1959 y la Escuela de Bibliotecarios a partir de 1950. En enero de 1951 se abrió la sección de Biblioteca Juvenil. Al triunfo de la Revolución pasó a ser dirigida por la Biblioteca Nacional. En 1960 se convirtió en Biblioteca Municipal, al cerrarse la que funcionaba como tal. En 1961, al pasar al Consejo Nacional de Cultura, éste creó en el propio edificio el Centro Cubano de Investigaciones Literarias. La Biblioteca continuó prestando servicio público. En ese propio año fue cerrada la sección juvenil. En 1965 desapareció el Centro Cubano de Investigaciones Literarias y se constituyó el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias, del cual forma parte actualmente la Biblioteca, que sigue dando servicio público, aunque sirve fundamentalmente, como biblioteca especializada, a las necesidades de los investigadores literarios y lingüísticos del mencionado Instituto. La riqueza principal de esta biblioteca consiste en obras literarias y de ciencias sociales cubanas, así como en colecciones de publicaciones periódicas.

BIBLIOGRAFÍA

«Biblioteca pública de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. (Libros donados y principales donantes, desde el 1ro. de enero hasta el 15 de abril)», en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Serie décima, t. 3. La Habana, Imp. El Pilar, 1896, p. 52-54. | «Estado de la Biblioteca Pública de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, desde el 21 de agosto al 29 de octubre», en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Serie novena, t. 4. La Habana, Imp. La Antilla, 1883, p. 213-214. | «Inauguración de la Biblioteca Juvenil de la Sociedad Económica de Amigos del País», en Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios. La Habana, 3, (1): 26, mar., 1951. | «Los nuevos servicios de la Biblioteca Pública de la Sociedad Económica», en Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios. La Habana, 2 (1): 18-21, mar., 1950. | Márquez, José de J. «Biblioteca Pública. Su historia», en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Serie décima, t. 1 y 2. La Habana, Imp. El Pilar, 1894-1895, p. 58-60, 71-76, 88-104, 117-119, 134-138, 154-156 y 53-54, 81-86, resp.; «Estado general del movimiento de la Biblioteca Pública desde el 8 de diciembre de 1892 hasta igual fecha de 1893», en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Serie décima, t. 1. La Habana, Imp. El Pilar, 1894, p. 21-24; «Estado del movimiento de la Biblioteca Pública de la Real Sociedad Económica de Amigos del País desde el 8 de diciembre de 1893 hasta igual fecha de 1894», en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Serie décima, t. 2. La Habana, Imp. El Pilar, 1895, p. 1-11; «Estado general del movimiento de la Biblioteca Pública desde el 8 de diciembre de 1894 al 8 de diciembre de 1895» en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Serie décima, t. 2. La Habana, Imp. El Pilar, 1895, p. 135-136; «Estado general del movimiento de la Biblioteca Pública desde el 8 de diciembre de 1895 hasta el 8 de diciembre de 1896», en Memorias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Serie décima, t. 3. La Habana, Imp. El Pilar, 1896, p. 141-150. | Miranda Vargas, Hilda. «Biblioteca Juvenil de la Sociedad Económica de Amigos del País», en Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios. La Habana, 6 (2): 20-21, jun., 1954. | Peraza y Sarausa, Fermín. Historia de la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País. La Habana, Imp. Alfa, 1939. | Reglamento que debe observarse en la Biblioteca de la Real Sociedad Económica de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General, 1858. | «Reglamento que debe observarse en la Biblioteca establecida por la Real Sociedad Patriótica de La Habana en el convento de los Rdos. P.P. de la misma», en Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana. Serie tercera, t. 12. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General por S. M., 1841, p. 9-17. | Robredo, Antonio de. «Informe de la Biblioteca», en Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana. Serie primera, t. 1. La Habana, Imp. de la Capitanía General, 1794, p. 153-155.
 

BIBLIOTECA «ELVIRA CAPE» Durante el período de la primera intervención norteamericana, Emilio Bacardí, en ese momento alcalde municipal de Santiago de Cuba, concibió el proyecto de crear un museo y una biblioteca anexa al mismo. Con la asistencia del gobernador militar Wood y demás autoridades de la ciudad se inauguró el Museo-Biblioteca, en la casa situada en la calle baja de Santo Tomás (hoy Félix Pena) número 25, el 12 de febrero de 1899. Su primer director fue José Bofill y Callol. En 1902, la biblioteca del museo organizó y dirigió cuatro bibliotecas populares en diferentes puntos de la ciudad. Hacia 1906 sus fondos ascendían a unos 3000 volúmenes y era visitada mensualmente por unos 1700 lectores. El proyecto de un edificio propio para el Museo y Biblioteca, idea de Bacardí, pudo finalmente llevarse a vías de hecho, después de su muerte, mediante colecta pública, entre cuyos donativos se contó una serie de artículos del periodista oriental Armando Leyva publicados en el Diario de Cuba, de la propia ciudad. Dichos artículos fueron recogidos en un libro que editó el Consejo Provincial de Oriente bajo el título Museo (Santiago de Cuba, Imp. Arroyo Hermanos, 1922). El producto de la venta del libro pasó a integrar los fondos para la construcción del edificio destinado al Museo-Biblioteca, cuya inauguración tuvo lugar el 28 de agosto de 1927. Desde este momento la biblioteca quedó instalada en el entresuelo del nuevo edificio situado en Aguilera y Pío Rosado. En atención a las múltiples actividades llevadas a cabo por Elvira Cape, viuda de Bacardí, para la consecución de los fines de su esposo, la biblioteca tomó desde este momento el nombre de la Biblioteca Municipal «Elvira Cape». En la década del 50, a pesar de ser la única biblioteca pública de la ciudad -que contaba con cerca de medio centenar de centros destinados a estos fines-, tenía asignado un misérrimo presupuesto anual. Subsistía fundamentalmente por donaciones. Entre sus fondos contaba con 22000 volúmenes sin catalogar. Entre sus numerosos directores se contó el escritor Rafael G. Argilagos. En 1962 es incorporada a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Cuba, a cargo de la Dirección Nacional de Bibliotecas del Consejo Nacional de Cultura. A fines de este mismo año es trasladada al edificio que ocupaba la antigua Colonia Española, en Heredia 259. La inauguración del nuevo local tuvo lugar el 19 de diciembre de 1963. El discurso de apertura fue pronunciado por el Dr. José Antonio Portuondo, entonces rector de la Universidad de Oriente. Con un fondo de cerca de 85000 volúmenes, su estructura actual comprende departamentos de Colección Cubana, Extensión Bibliotecaria, Arte y Música, Procesos Técnicos y Fondo Bibliográfico, Encuadernación y Reparación, Juvenil, así como salas de Lectura General, Ciencia y Técnica y Literatura. Desde 1971 publica el boletín Catálogo, en el que se divulgan las diversas actividades del centro, entre las que se incluyen conversatorios, conferencias, exposiciones -de filatelia, pintura, libros, escultura, etcétera-, cine, debates, proyecciones, talleres literarios, etcétera. Actualmente tiene categoría provincial.

BIBLIOGRAFÍA

Ibarra, Zoila. «Las bibliotecas públicas de Santiago de Cuba», en Cultura´64. Santiago de Cuba, 1 (1): 6-7, ene., 1964. | Nacimiento, Rafael de. «Apuntes para la historia de la biblioteca 'Elvira Cape' de Santiago de Cuba», en Catálogo. Santiago de Cuba, 4 (1): 2-10, ene.-feb., 1974.
 

BIBLIOTECA «FRANCISCO DE PAULA CORONADO» Fue adquirida por la Universidad Central «Marta Abreu», de Las Villas, el 20 de febrero de 1960. Perteneció antes a Raúl González Mendoza que la había adquirido de su antiguo dueño Francisco de Paula Coronado, acucioso investigador de nuestra cultura. Constituye uno de los más valiosos tesoros bibliográficos cubanos, formado por cerca de 43000 volúmenes entre libros, revistas, documentos y mapas. Cuenta esta biblioteca, que está situada en uno de los pisos de la biblioteca universitaria «Chiqui Gómez Lubián», con verdaderas rarezas bibliográficas sobre historia en general y principalmente sobre historia de Cuba del siglo XIX. También se conservan obras de siglos anteriores y de la época de la conquista. Es la más importante biblioteca de temas históricos existente en Cuba. Su director es el mismo que el de la biblioteca universitaria.

BIBLIOGRAFÍA

«Biblioteca 'Francisco de Paula Coronado' de la Universidad Central», en Islas. Revista de la Universidad de Las Villas. La Habana, (42): 59-83, may.-ago., 1972.
 

BIBLIOTECA «FRANCISCO MARTÍNEZ ANAYA» La biblioteca «Francisco Martínez Anaya», de la Universidad de Oriente, comenzó a funcionar conjuntamente con ésta en 1947, en el mismo local que ocupaba la Escuela Profesional de Comercio. Trasladada la Universidad al lugar donde hoy funciona, equipó un amplio salón para su biblioteca. En 1951 se construyó un edificio dedicado exclusivamente a las tareas bibliotecarias. Coopera en las distintas actividades universitarias tales como conferencias, seminarios, etcétera, Publica resúmenes bibliográficos y folletos y boletines informativos.

BIBLIOGRAFÍA

Benítez, Rebeca. «Notas sobre la biblioteca de la Universidad de Oriente», en Cuba Bibliotecológica. La Habana, 2 (3): 15-18, jul.-sep., 1954.
 

BIBLIOTECA GENER Y DEL MONTE Los intentos por crear una biblioteca pública en la ciudad de Matanzas datan de 1828, a iniciativa de la Diputación Patriótica, filial de la Sociedad de Amigos del País, pero no fue hasta 1834 cuando pudieron hacerse efectivos, gracias a las gestiones de los vecinos Tomás Gener y Domingo del Monte, director y secretario respectivamente de la Diputación Patriótica, los cuales consiguen el apoyo del Gobernador interino, Lorenzo José de la Noriega, para que el ayuntamiento ceda un local en la casa consistorial. Así la primera Biblioteca Pública de Matanzas se inaugura el 8 de febrero de 1835, con un fondo inicial de 695 volúmenes, que gracias a las donaciones de los vecinos ya al año siguiente alcanza la cifra de 1000 volúmenes. Una comisión permanente de biblioteca, designada por la Diputación Patriótica, vigilaba a un conserje, único empleado del local. Al comenzar en 1851 la construcción de un nuevo edificio para el ayuntamiento, la biblioteca es almacenada en la casa particular del regidor Blas de la Cruz, en donde permanece hasta el 27 de marzo de 1864, cuando es instalada en el recién construido Palacio Municipal y reabierta al público en solemne acto. Su director es Idelfonso Estrada y Zenea y su fondo asciende a unos 3000 volúmenes. En 1869 el director tiene que exiliarse por motivos políticos. Es sustituido en el cargo por Ambrosio Sauto. Mas el incremento de las luchas independentistas y el temor de las autoridades españolas a que el local de la biblioteca fuese tomado como centro conspirativo, hacen que en 1874 sea clausurada, y libros y estantes pasen a ser almacenados en el entresuelo del Palacio Municipal. Terminada la guerra, abre sus puertas de nuevo al público el 10 de noviembre de 1899, anexada al Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Matanzas. Cuenta con 3035 volúmenes y el bibliotecario es Carlos M. Trelles, que publica el folleto Memorias del primer semestre (Matanzas, Imp. Cuba, 1899). Al año siguiente, por una disparidad de criterios, la Biblioteca pasa al control del Gobierno Provincial, que nombra entonces a José Augusto Escoto como director, cargo que ocupará durante veinticinco años, asistido por su esposa Dolores María Ximeno y Cruz como estacionaria. En la etapa republicana, a la par que va incrementando sus fondos (12400 volúmenes en 1900, 25000 hacia 1913, según Trelles), sufre numerosos traslados: en 1903 pasa de nuevo a los bajos del Palacio Municipal, hasta 1928, cuando es trasladada a un local situado en la esquina de las calles de Milanés y Contreras, y posteriormente, en 1935, a otro situado en Contreras y Santa Teresa, hasta que en 1942 se instala en Independencia no. 17. En acto celebrado el 27 de octubre de 1940, se le había puesto el nombre de Biblioteca Gener y del Monte, según iniciativa de la Asociación Amigos de la Cultura Cubana. Ya en 1962, pasa a ser parte de la Red Nacional de Bibliotecas del Consejo Nacional de Cultura, formada por el Gobierno Revolucionario. Se crearon 18 nuevas plazas, se renovó el material y se incrementó la adquisición y catalogación de libros; sus fondos se estimaban en unos 25000 volúmenes. Un año después, en junio de 1963, se traslada a su ubicación actual, antiguo edificio del Casino Español de Matanzas, en Contreras y Santa Teresa; sus fondos ya ascienden a 34000 volúmenes. Por esta época le es anexada la Biblioteca Ramón Guiteras, que había sido creada en 1955 y ocupa un edificio vecino, en donde se instaló un departamento especializado en niños y jóvenes. Además, la Biblioteca Gener y del Monte cuenta con departamentos y salas especializados en arte, música, ciencia y técnica y hemeroteca. También posee departamentos de procesos técnicos, de encuadernación y de extensión bibliotecaria. Su Departamento de Colección Cubana posee una valiosísima colección de publicaciones matanceras del siglo pasado. Junto con sus servicios al público lector, la Biblioteca organiza diversas actividades, como exposiciones, charlas, proyecciones y ciclos de conciertos en su salón de actos, actividades recreativas y didácticas para niños y jóvenes, etcétera. A partir de 1974 está adscripta a la Dirección de Cultura de los Órganos de Poder Popular de Matanzas. Sus fondos actualmente se calculan en unos 100000 volúmenes. Cuenta además con discos, diapositivas, partituras y cuadros.

BIBLIOGRAFÍA

Jiménez de la Cal, Reynaldo. «El 140 aniversario de la Biblioteca Gener y del Monte», en Girón. Matanzas, 14 (32): 2, feb. 7, 1975. | Moliner, Israel M. «Informe sobre la Biblioteca Pública», en Anales del Grupo Índice (marzo de 1935 a marzo de 1936). Matanzas, (1): 94-100, 1936. | Rodríguez Rivero, Luis M. El centenario de la Biblioteca Pública de Matanzas. «Apuntes sobre el estado actual del establecimiento», por Pedro Avalos y Torrens. Matanzas, Imp. Estrada, 1936 (Publicaciones de Amigos de la Cultura Cubana, 2). | Tejera, María Luisa de la. «Biblioteca Pública de Matanzas Gener y del Monte», en Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios. La Habana, 2 (1): 24-26, mar., 1950. | Trelles, Carlos M. «Las bibliotecas públicas de Matanzas», en su Bibliografía cubana del siglo XIX. T. 4. (1856-1868). Matanzas, Imp. de Quirós y Estrada, 1913, p. 372.

BIBLIOTECA MUNICIPAL DE LA HABANA| El 24 de febrero de 1920 fue abierta la Biblioteca Municipal de La Habana, creada por el Departamento de Cultura de la Secretaría de Educación. Estuvo situada en Neptuno No. 817. Su primer director fue Arturo Carricarte. Desde el 9 de octubre de 1933 hasta noviembre de 1959 fue dirigida por Fermín Peraza. En agosto de 1937 se inauguró una sucursal de la Biblioteca Municipal en la barriada de Santos Suárez, que puede considerarse como la primera edificación construida en Cuba dedicada especialmente a biblioteca pública. En octubre de 1937 se abrió sucursal en el Cerro. Ambas funcionan actualmente como bibliotecas escolares del Ministerio de Educación. Muchas fueron las publicaciones de la Biblioteca Municipal, distribuidas en serie de la siguiente manera: Serie A, Memorias de la Biblioteca Municipal, aparecidas anualmente entre 1934 y 1957; Serie B, Cultura popular, publicada entre 1936 y 1950; Serie C, Guías bibliográficas, entre 1936 y 1957; Serie D, Índice de revistas cubanas, entre 1942 y 1952; Serie E, Iconografías cubanas, entre 1942 y 1952. En los salones de la Biblioteca Municipal se ofrecían conferencias, exposiciones de libros y otras muchas actividades culturales. En el año 1960 se cerró y sus fondos pasaron a la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País.

BIBLIOGRAFÍA Chacón y Calvo, José María. «Instituciones oficiales de cultura. Las bibliotecas», en Libro de Cuba. La Habana, Publicaciones Unidas, 1954, p. 659. | Peraza, Fermín, La Biblioteca Municipal de La Habana: su organización y servicios. La Habana, Municipio de la Habana. Depto. de Cultura, [s.a.] | Memoria de los trabajos realizados por la Biblioteca Municipal de La Habana. 1934/1935 - 1956/1957. La Habana, Municipio de La Habana, 1936-1958. 18t. (Publicaciones de la Biblioteca Municipal de La Habana, Serie A: Memorias de la Biblioteca, 1-18).
 

BIBLIOTECA NACIONAL JOSÉ MARTÍ El 18 de octubre de 1901 fue creada la Biblioteca Nacional por decreto del gobierno militar interventor norteamericano. Funcionó en sus inicios de manera autónoma, bajo las órdenes directas del gobernador militar. Estaba situada en el Castillo de la Fuerza y su primer director fue Domingo Figarola-Caneda, quien aportó el primer fondo bibliográfico con que contó la institución, compuesto por unos 3000 volúmenes de las más variadas materias. En 1902 fue trasladada a la Antigua Maestranza de Artillería. A partir de 1909 comenzó a aparecer mensualmente la Revista de la Biblioteca Nacional, dirigida por Domingo Figarola-Caneda. Tuvo salidas muy irregulares, hasta que en 1912 dejó de editarse. Entre 1918 y 1920 ocupó la dirección de la biblioteca Luis Marino Pérez, quien fue sustituido por Francisco de Paula Coronado. La dirigió éste hasta 1945 con el asesoramiento técnico, entre 1938 y 1945, de José Antonio Ramos. Entre 1945 y 1948 la responsabilidad de la dirección fue ocupada, aunque extraoficialmente, por Carlos Villanueva. A fines de este último año fue designada Lilia Castro de Morales. En 1949 volvió a publicarse, esta vez trimestralmente, la Revista de la Biblioteca Nacional, con Lilia Castro de Morales como responsable. En febrero de 1958 fue inaugurado el edificio que hoy ocupa, en la Plaza de la Revolución. La Biblioteca Nacional, que a partir de 1941 había sido dirigida desde el punto de vista administrativo por una Junta de Patronos, pasó al Ministerio de Educación en 1959. En ese año fue nombrada directora de la institución y de la revista María Teresa Freyre de Andrade. Fue sustituida por Aurelio Alonso en la dirección de la Biblioteca y por Renée Méndez Capote en la revista. En 1961, constituido el Consejo Nacional de Cultura, la Biblioteca Nacional pasó a formar parte de su aparato. Desde 1967 hasta 1973 su director fue Sidroc Ramos. Desde 1964 el responsable de la revista, que sale tres veces al año, es Juan Pérez de la Riva. Cuenta actualmente con los siguientes departamentos: Arte, Catalogación, Circulante y Extensión Bibliotecaria, Colección Cubana y Sala «Martí» -organizada y dirigida esta última en sus comienzos por Cintio Vitier y Fina García Marruz y actualmente a cargo de Salvador Morales-, Hemeroteca e Información de Humanidades, Información de Ciencias y Técnica, Referencia, Juvenil, Música, Publicaciones, Sala de lectura general y técnica, Selección, Canje y Distribución y Taller de Encuadernación. Brinda, además, por medio de sus distintos departamentos, charlas sobre autores y libros, narraciones de cuentos, películas, exposiciones, conferencias, cursillos sobre historia de la música y, en general, cualquier actividad de índole cultural y educativa. La Sala «Martí» edita el Anuario Martiano, donde se publican trabajos de investigación y la bibliografía martiana aparecida en el transcurso del año. Muchas han sido las publicaciones de la Biblioteca Nacional, principalmente a partir de 1959, tanto de cuestiones técnicas, científicas, agrarias y humanísticas. Entre estas últimas podemos señalar la serie Bibliografía cubana y los índices de publicaciones periódicas cubanas. De los propios investigadores de la biblioteca se han publicado valiosos trabajos, entre ellos, Estudios Críticos (1964) y Temas Martianos (1969), ambos por Cintio Vitier y Fina García Marruz, La crítica literaria y estética en el siglo XIX cubano (1968-1972, 3v.), antología prologada y seleccionada por Cintio Vitier. El Consejo Nacional de Cultura controla y supervisa, a través de la Red Nacional de Bibliotecas, todas las bibliotecas públicas del país, que están divididas por categorías. Bibliotecas clase A: Pertenecen a esta clasificación las bibliotecas situadas en las capitales de provincia. Están catalogadas así por poseer el departamento de Colección Cubana. Ellas son la Biblioteca «Gener y del Monte», de Matanzas, creada en 1835; la Biblioteca «Elvira Cape», de Santiago de Cuba, creada en 1898; la Biblioteca «Martí»,de Santa Clara, creada en 1927; la Biblioteca «Ramón González Coro», de Pinar del Río, creada en 1963, y la Biblioteca «Julio Antonio Mella», de Camagüey, creada en 1963. Bibliotecas clase B: Se diferencian de las anteriores por no tener departamento de Colección Cubana. Funcionan veintiuna en toda la isla. Bibliotecas clase C: Son salas de lectura general. Funcionan 25 actualmente. Además, en centros de trabajo y recreativos, en granjas agrícolas y centrales azucareros, se han creado minibibliotecas. Algunas bibliotecas provinciales cuentan con servicio de bibliobuses que periódicamente visitan los lugares más apartados, en especial las zonas montañosas, y facilitan el préstamo de libros por determinado tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

Campa y Caraveda, M. A. «Biblioteca Nacional», en Información. La Habana, 13 (174): 2, jul. 22, 1949. | Castro, Lilia. Biografía de la Biblioteca Nacional. Separata de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 1957. | Coronado, Francisco de Paula. «La Biblioteca Nacional de Cuba», en Revista de Instrucción Pública. La Habana, 1 (1): 394-428, mar., 1925. | Dardet, Eusebio. «Nuestra Biblioteca Nacional», en Carteles. La Habana, 28 (41): 5, oct. 11, 1936. | Fina, J. A. Los tesoros de nuestra Biblioteca Nacional. La Habana, Imp. F. Verdugo 1931. | Góngora Echanique, Manuel. «La Biblioteca Nacional», en Bohemia. La Habana, 19 (36): 20-21, 47, sep. 4, 1927. | Grau Agüero, José. «La Biblioteca Nacional», en El Legislador. La Habana, 1 (2): 5, ago. 3, 1949. | Lizaso, Félix. «En torno a la Biblioteca Nacional», en El Mundo. La Habana, 48 (15 284): 18, ago. 7, 1949. | «Panorama de las bibliotecas cubanas: la Biblioteca Nacional», en Anuario Bibliográfico Cubano. La Habana, 1 (3): 21-27, ago.-oct., 1938. | Pedroso, Regino. «Pasado, presente y futuro de la Biblioteca Nacional», en El Periodista. La Habana, 1 (2): 13, 16, jun., 1947. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «Realidades y perspectivas de nuestra Biblioteca Nacional», en Carteles. La Habana, 26 (36): 38, sep. 9, 1945. | Santovenia y Echaide, Emeterio. «Biblioteca Nacional José Martí», en Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios. La Habana, 10 (1): 21-23, mar., 1958. | Soto, Jesús. «Ya no es un frío depósito de libros la Biblioteca Nacional», en Juventud Rebelde. La Habana, :4, abr. 24, 1969; «Más de 3000 volúmenes tiene ya la Sala 'Martí'», en Juventud Rebelde. La Habana, :2, ene. 27, 1970; «Hay 350000 volúmenes en la Biblioteca Nacional», en Juventud Rebelde. La Habana, :2, abr. 1º ó 10, 1970. | Torriente, Loló de la. «La Biblioteca Nacional José Martí entre las primeras de América», en Bohemia. La Habana, 52 (43): 34-35, 90, oct. 23, 1960. | Vitier, Medardo. «Sobre la Biblioteca Nacional», en Diario de la Marina. La Habana, 120 (210): 4, sep. 2, 1952.
 

Biblioteca selecta de amena instrucción (La Habana, 1836-1837). Publicación concebida, según palabras de su editor y redactor, Mariano Torrente, con el propósito de «metodizar una porción de apuntes y estractos que desde muchos años he ido formando en el acto de leer las mejores obras sobre varias materias escritas en español, latín, francés, inglés e italiano, i de ofrecerlos al público en un cuerpo de obra, titulada Biblioteca selecta de amena instrucción» [sic]. El primer tomo se publicó en junio y el último (12) en mayo de 1837. En la página 236 del tomo 2 de su obra Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1971), Bachiller señala lo siguiente: «Prohibida la licencia para que se publicaran periódicos sin la voluntad soberana, se conseguían para imprimir obras por entregas en que se eludía la prohibición. El señor Torrente fue el que ideó el medio de verificarlo y con gran provecho, pues fue muy numerosa la suscripción que consiguió». En cuanto al contenido, su propio autor expresaba en el primer tomo que en las páginas de su obra «se hallarán alternativamente capítulos cortos i variados sobre los siguientes puntos: Principios jenerales sobre los varios ramos del saber humano; útiles invenciones i progresos en las ciencias naturales; reglas i trozos de elocuencia i poesía; rasgos históricos de los más brillantes; sucesos raros; dichos agudos; máximas y ejemplos de virtud; sentencias de los antiguos filósofos; descubrimientos jeográficos i astronómicos; cuestiones económicas; discursos filosóficos; apuntes estadísticos; curiosidades i fenómenos; parte biográfica y bibliográfica; disertaciones sobre varias materias; estracto de algunos viajes modernos; i por último algunas novelas jugosas i deleitables, algún drama i cuantas flores i encantos ha podido prestarme la literatura para amenizar y embellecer esta miscelánea de útil y agradable instrucción» [sic]. No trató asuntos cubanos en ninguno de sus números. Su salida provocó una violenta polémica que se mantuvo durante casi todo el segundo semestre de 1836, fundamentalmente desde las páginas del Diario de la Habana. En el último tomo, Torrente presentó un índice general de las materias contenidas en los doce volúmenes. Además, Araceli García-Carranza ha confeccionado su índice, que se encuentra a disposición del público en las gavetas de la hemeroteca del departamento Colección Cubana de la Biblioteca Nacional José Martí.
 

BIBLIOTECAS DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA En 1728, al fundarse la Universidad de la Habana se creó conjuntamente una biblioteca para uso interno, reducida a libros de teología, leyes y derecho canónico, escritos la mayoría en latín. En 1842, al secularizarse la Universidad, se ampliaron los fondos de la biblioteca con materias tales como física, química, botánica, geografía e historia. A partir de 1902, situada ya la Universidad donde está hoy, comenzaron a construirse nuevos edificios, y algunas facultades, como las de Medicina y Farmacia y Derecho, contaron con bibliotecas propias. En noviembre de 1937 se inauguró la Biblioteca Central, que agrupó a las pocas bibliotecas que existían en las facultades. En 1961 la Biblioteca Central adoptó el nombre de «Rubén Martínez Villena». Tiene especialidad en libros de ciencias, humanidades y bibliotecología. Posee un departamento de hemeroteca y el Centro de Documentación de Literatura Inglesa «William Shakespeare». Publica reseñas de libros, listas bibliográficas, etcétera. Se han creado en las diversas facultades y escuelas trece bibliotecas especializadas que facilitan a los estudiantes un mejor acceso a las fuentes de información.

BIBLIOGRAFÍA

Marcer, Manuel. «La Biblioteca Central de la Universidad de la Habana», en Vida Universitaria. La Habana, 16 (180): 24-25, ago., 1965. | Reglamento que debe observarse en la Biblioteca de la Real Universidad Literaria de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General, 1859. | Reglamento interior de la Biblioteca de la Universidad de La Habana. La Habana, Imp. del Gobierno, Capitanía General y Real Hacienda, 1865.
 

Biblos. Una publicación al servicio del libro (La Habana, 1942-?). Comenzó a salir en noviembre, bajo la dirección de Francisco C. Bedriñana. Eran sus redactores Virgilio Ferrer Gutiérrez, Gerardo Gallegos, Adela Jaume, Guy Pérez de Cisneros y Rafael Soto Paz. En el artículo «Palique» del primer número (único visto) se señalaba que «Biblos aspira a tratar, sin ahuecar la voz y sin adoptar actitudes sapientes, de libros y de autores. De libros y de autores de todas partes. Pero -sépase- muy especialmente del libro cubano. Del pobre libro cubano, condenado al olvido, menospreciado, sumido en indigna vida lánguida». En dicho número aparecieron informaciones sobre libros recién publicados, críticas, notas sobre conferencias y exposiciones, firmadas por los redactores antes mencionados.
 

Biciclista, El (La Habana, 1899). Revista quincenal de sports y literatura (con corresponsales en todo el mundo) [sic]. Fue su fundador, propietario y director Andrés Segura y Cabrera. Comenzó a salir el 15 de septiembre, aunque el 10 de agosto habían editado un número de propaganda, que se repartió gratis. Tenía como fin -según expresaban en el número de propaganda- «fomentar el sport en todas sus manifestaciones, pero especialmente el ciclismo como lo indica su título». Para ello publicó crónicas y noticias sobre competencias deportivas dentro y fuera de Cuba. Además, aparecieron en sus páginas poesías y cuentos, muchos de ellos referidos al propio ciclismo. Fueron sus colaboradores, entre otros, José A. Cortina, Ángel E. Blanco, Mariano Ramiro, Wen-Gálvez, Eulogio Horta, Carlos A. Vasseur y Casimiro Delmonte. En el ejemplar correspondiente al 15 de diciembre de 1899, último que salió, según expresa Carlos M. Trelles en la segunda parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (8): 86, mar.-abr., 1938)-, se anuncia que «desde el próximo año 1900, el nombre limitado de El Biciclista será suplantado por el más extenso y comprensivo de Los Sports».
 

Billikencito. Lectura para jóvenes, niños y ancianos desocupados (La Habana [1928-?]). Según aparece en el catálogo de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, su salida se efectuó en 1928. Los ejemplares que se han revisado expresan el año y número de la publicación, pero no la fecha. Era su redactor Juan J. Remos. «La anécdota educativa, la fábula ingeniosa, la comedia interesante, el verso inspirado, el cuento provechoso, el consejo moral, el chiste fino y medido, proporcionarán a la niñez cubana, amable lectura que eduque el gusto, temple el corazón, discipline la mente y regocije el espíritu», expresaban en el «Saludo cordial» del primer número. En sus páginas aparecían cuentos, pasatiempos y otros entretenimientos infantiles, así como reproducciones de poesías de autores cubanos y extranjeros, tales como José Martí, Bonifacio Byrne, Gabriel de la Concepción Valdés, entre los primeros, y Rubén Darío, José Santos Chocano y Rabindranath Tagore, entre los segundos. Además publicó «Ama de casa» y «La lección de geografía», comedias infantiles de Félix Callejas. Se ha visto hasta el número 16.
 

BIOGRAFÍA| Tal como acontece con el cuento y la novela, el género biográfico, como tal, no viene a cristalizar entre nosotros hasta bien entrado el siglo XIX. Prácticamente antes de los trabajos de Enrique Piñeyro y José Ignacio Rodríguez, que son quienes -en realidad- realizan los primeros empeños orgánicos en el género, la producción de tipo biográfico se identifica en la mayoría de las ocasiones con los elogios académicos, la semblanza de un prohombre o el artículo periodístico de cierta envergadura. Testimonio de esbozos biográficos encontramos ya en la obra de José Martín Félix de Arrate Llave del Mundo. Antemural de las Indias Occidentales -concluida en 1761, pero no publicada hasta 1830-, así como en los panegíricos y elogios de los oradores sagrados del siglo XVIII y principios del XIX, entre quienes descuella el presbítero José Agustín Caballero con sus apologías de Cristóbal Colón y de Don Luis de las Casas. Mas no será hasta el advenimiento del romanticismo que el género biográfico, dejando atrás la mera exaltación de virtudes, comienza a perfilarse en nuestra literatura. Cabe a José María Heredia, iniciador del romanticismo en la lírica de habla hispana, escribir los primeros artículos biográficos de importancia. En El Iris (México), semanario fundado por él, publicó en 1826 sus breves biografías de Roberto Fulton y de Francisco Miranda, así como una serie de artículos sobre distintos poetas -Lord Byron, Thomas Campbell, Joaquín del Castillo y Lanza, et al-, en los cuales, si bien predomina la intención crítica, se insertan datos biográficos de indudable valor que evidencian las dotes poco comunes que para el género poseyó incuestionablemente Heredia. Más tarde, en Miscelánea (Tlalpam, 1829), publicó Heredia su esbozo biográfico sobre Tácito y un muy interesante trabajo para nosotros, dado la modernidad de su concepción, sobre Juan Jacobo Rousseau (Ensayo sobre el carácter de Juan Jacobo Rousseau, su Julia y sus Confesiones»). A ellos se unen, también publicadas en estas revistas, su biografía del poeta prerromántico español Meléndez Valdés y la del novelista norteamericano Fenimore Cooper, que junto con la del poeta italiano Juan Bautista Casti -aparecida en 1838 en la revista mexicana El recreo de las familias- constituyen los empeños heredianos de mayor importancia en el género.

     Por la misma época, en la revista El Plantel, fundada en La Habana en 1830 por Ramón de Palma y José Antonio Echeverría, apareció el artículo biográfico de este último sobre Diego Velázquez, interesante por los datos que nos ofrece sobre la vida en Cuba durante la etapa de la conquista, así como el de Ramón de Palma sobre Francisco Arango y Parreño, aunque ambos, literariamente, no revisten la importancia de los escritos por José María de Andueza sobre Quevedo, Larra y Bretón de los Herreros.

     Años más tarde, ya en pleno auge de nuestra segunda etapa romántica, desde el Álbum cubano de lo bueno y de lo bello, editado en La Habana en 1860 por Gertrudis Gómez de Avellaneda, la propia poetisa, quien ya había publicado en el segundo tomo de la Revista de Madrid sus «Apuntes biográficos de la señora Condesa de Merlín» (1844), en unión de Luisa Pérez de Zambrana redactó algunas de las miniaturas que aparecieron en la sección titulada «Galería de mujeres célebres», la mayor parte de ellas salidas de la pluma de Luisa Pérez de Zambrana.

     Pero el mayor paso de avance en el desarrollo evolutivo del género lo constituyen las trece biografías que agrupadas bajo el título común de«Galería de hombres ilustres» incluyó Antonio Bachiller y Morales en el tercer tomo de sus Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba (1861).Publicadas anteriormente en revistas nacionales y extranjeras -por lo que participan del carácter limitado que tenían los trabajos precedentes-, estas pequeñas biografías constituyen el primer empeño orgánico en el género encaminado al estudio y a la valoración de aquellas figuras que comenzaron a formar nuestra nacionalidad. Con su obra, Bachiller y Morales abrió el camino para los primeros trabajos de índole biográfica verdaderamente extensos.

     El más importante entre los biógrafos cubanos del siglo XIX, tanto por el rigor metodológico cuanto por la galanura del estilo es -sin duda- Enrique Piñeyro, quien en obras como Hombres y glorias de América (1903), Biografías americanas (1906), Bosquejos, retratos, recuerdos (1912), Morales Lemus y la Revolución de Cuba (1871), llevó el género al grado de desarrollo más alto entre nosotros en el siglo pasado. Pero donde brilla el crítico en toda su estatura es en aquellas obras en las cuales el aspecto biográfico y el literario se conjugan con rara penetración, como sucede en su monografía Manuel José Quintana, una de las mejores realizadas sobre el poeta español, Poetas lamosos del siglo XIX (1883), El romanticismo en España (1904) y en su estudio sobre José María Heredia insertado en su libro Cómo acabó la dominación de España en América (1908). Más discutible resulta su más afamada obra, Vida y escritos de Juan Clemente Zenea (1901), en la cual la amistad fraterna que profesó al poeta bayamés le resta objetividad a sus juicios, especialmente en todo cuanto atañe al célebre proceso en el cual tan en entredicho queda la fidelidad de Zenea a la causa independentista, proceso que conocía Piñeyro íntegramente y cuyas penosas páginas silenció.

     Continúan la labor de Piñeyro, aunque sin que puedan parangonársele estilísticamente, José Ignacio Rodríguez (Vida de Don José de la Luz y Caballero, 1874; Vida del presbítero Don Félix Varela, 1878) y muy especialmente esa gran figura de nuestras letras y nuestra vida pública que fue Manuel Sanguily, quien sin abordar el género con el rigor de Piñeyro o José Ignacio Rodríguez, realizó dos bellamente escritas contribuciones a él: la semblanza de Enrique Piñeyro, publicada en La Habana Elegante (1888) y su José de la Luz y Caballero (1890). A ellos se une también Vidal Morales y Morales, autor de una obra importante sobre la Guerra de los Diez años: Hombres del 68. Rafael Morales y González (1907).

     Sin llegar a resultar propiamente biografías, los Cromitos cubanos de Manuel de la Cruz constituyen uno de los libros más bellamente escritos de nuestro siglo XIX. En ellos el elemento biográfico queda subordinado al poético; mas, con todo, no deja de encontrarse presente. No acontece así en la obra de José de Armas y Cárdenas (Justo de Lara), quien al igual que Piñeyro hermana elementos críticos y biográficos en obras de tanta importancia para su época como su estudio sobre el poeta Marlowe -considerado por Menéndez y Pelayo como el mejor escrito hasta esa fecha sobre el dramaturgo inglés-, y su excelente Cervantes y el Quijote (1905), que, junto a los trabajos de la doctora Mirta Aguirre, constituyen los más serios aportes a la exégesis cervantina realizados en nuestra patria.

     No podrá omitirse en esta panorámica revisión del desarrollo del género biográfico entre nosotros, la figura de José Martí. Aunque, en rigor, Martí no nos legó ninguna obra biográfica extensa, en las semblanzas que sobre numerosas figuras de distinto tipo realizó, aportó al género -con su genio- lo que ningún otro escritor cubano ha realizado hasta la fecha. Sus semblanzas de Heredia, Whitman, Wilde, Bolívar, San Martín, y otros, no tienen paralelo en nuestra lengua, tanto por el estilo cuanto por la penetración sicológica y la clarividencia política presentes en ellas, y toman inevitable el contraste con el ingente número de lamentables biografías que sobre su figura habrían de escribirse con posterioridad.

     Dentro del siglo XIX debemos hacer mención a dos aspectos que aún no hemos tocado: las manifestaciones autobiográficas y el Diccionario biográfico de Francisco Calcagno.

     Memorias, diarios, apuntes, testimonios de viajeros son numerosísimos en nuestro siglo XIX. De entre ellos sobresalen dos obras: la autobiografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda -dirigida a su amante Ignacio Cepeda, y publicada tan sólo en 1907 por la viuda de éste-, que constituye una de las primeras y más valiosas autobiografías surgidas de pluma cubana, a la vez que resulta fuente de obligatoria consulta para los estudiosos de su personalidad, tanto literaria como humana.

     Escritos originalmente en francés -en 1831 y 1836 respectivamente- y traducidas al español por Agustín de Palma, Mis doce primeros años (1838) y Memorias y recuerdos de la señora Condesa de Merlín (1853), de María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, Condesa de Merlín, constituyeron unas de las primeras obras autobiográficas salidas de mano cubana que despertaron interés fuera de nuestro ámbito nacional.

     Pero la expresión autobiográfica más trascendental de nuestro siglo XIX no estaría destinada a ser escrita por literatos de oficio. Tocó escribirla a Juan Francisco Manzano, negro y ex esclavo, quien en 1839 -a instancias de Domingo del Monte- publicó el relato de parte de su tristísima vida de esclavo. El libro fue inmediatamente traducido por Richard M. Madden, a quien Del Monte se lo hizo llegar, y fue publicado en Londres en 1840. El que no hubiera sido publicado entre nosotros hasta 1939 (¡un siglo más tarde!) imposibilitó que obra de tan singular valor fuera debidamente justipreciada. La lectura de los Apuntes biográficos de Manzano pone de relieve cuán limitados literariamente resultaron los románticos esfuerzos de nuestra «novela antiesclavista» decimonónica en la captación de la esencia de la verdadera situación social del esclavo.

     Francisco Calcagno, autor de una serie de biografías críticas reunidas bajo el título de Poetas de color (1878) -la primera de este tipo entre nosotros-, editó ese mismo año su Diccionario biográfico en Nueva York, el cual terminó de publicarse en La Habana en 1886. El diccionario resulta un vasto empeño por reunir en una obra orgánica a todos los que, nativos o no, habían contribuido de algún modo al desarrollo de la cultura cubana. Aunque plagada de errores y con las limitaciones inherentes a una obra que requiere, por esencia, una labor de equipo, la obra de Calcagno resulta todavía de obligada consulta para todo investigador de nuestra cultura.

     El primer cuarto del siglo XX continúa, en lo esencial, las pautas trazadas por los biógrafos decimonónicos. Todavía la influencia de la obra de Lytton Strachey no se deja sentir en nuestro medio. De este período resulta importante la producción de tres autores que si bien no se ciñen estrictamente al aspecto puramente biográfico, aportan datos valiosos para el estudio de la vida de las figuras que tratan. Son ellos José Antonio Rodríguez García (Vida de Cervantes y juicio del Quijote, 1905; De la Avellaneda, 1914; Enrique Collazo. Su vida y sus obras, 1923; Manuel Sanguily, 1927), Medardo Vitier (Martí, 1911; Varona, maestro de juventudes, 1937; Estudios, notas, efigies cubanas, 1944) y José María Chacón y Calvo (José María Heredia, 1915, y Vida universitaria de Heredia, 1915) el más connotado estudioso de la obra de nuestro primer romántico (Estudios heredianos,1939).

     El advenimiento de la vanguardia, tal como en el resto de los géneros, sacó la biografía de sus moldes tradicionales. La nueva concepción del género a partir de la obra de Strachey, popularizada entre nosotros por autores como André Maurois, Stephan Zweig, Emil Ludwig y otros, comenzó a imponerse. Una de las primeras muestras de esta renovación, a la vez que abrió el camino a una serie de trabajos en los cuales la figura de José Martí -y especialmente su pensamiento político- fue gradualmente deformada hasta extremos casi irreconocibles, fue la Mitología de Martí (1929), de Alfonso Hernández Catá, biografía novelada en la cual, tal como ya lo indica el propio título, el autor prescinde deliberadamente del apoyo biográfico documental para convertir el libro en obra de pura ficción, algunos de cuyos capítulos aislados funcionan perfectamente como cuentos (Don Cayetano el informal.)

     Con óptica distinta a la de Catá, y ensayando por primera vez entre nosotros la biografía documentada de nuevo tipo, abordó Jorge Mañach la figura de Martí en su Martí, el apóstol (1933), libro estilísticamente irreprochable, pero más atento a destacar aquellos aspectos de la vida íntima de Martí que resultaban de mayor atractivo para el lector superficial, que a destacar las raíces del pensamiento esencialmente antimperialista de Martí (el autor despacha apresuradamente en unas pocas páginas, al final del libro, los años de preparación de la gesta independentista, así como la participación efectiva de Martí en ella).

     Sin la calidad literaria de Mañach, otros autores continuarían estudiando la figura de Martí (Isidro Méndez, Gonzalo de Quesada y Miranda -Martí, hombre, 1940-), figura que otros autores irían desnaturalizando cada vez más, acentuando la connotación mítica que le proporcionó Catá. Así surgieron Místico del deber (1940), de Félix Lizaso; Presencia de Martí (1941), de Emeterio Santovenia; El santo de América (1941), de Luis Rodríguez Embil; Martí, maestro y apóstol (1942), de Carlos Márquez Sterling, etcétera.

     Sin llegar a alcanzar el número de obras dedicadas a Martí, el estudio biográfico de otras figuras históricas nuestras continuó desarrollándose paralelamente. En 1936, Leonardo Griñán Peralta publicó su Maceo, análisis caracterológico, al que se une, entre otros, Maceo, héroe epónimo (1934), de Rafael Marquina. Ese mismo año, Leopoldo Horrego Estuch publicó Maceo, héroe y carácter. Ya en la década del 50, José Luciano Franco publicaría en tres volúmenes (1951-1954-1957) el más completo estudio realizado entre nosotros sobre esta figura cardinal de nuestra historia (Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida), recientemente reeditado por el Instituto Cubano del Libro (1973). Sobre Máximo Gómez es de destacar la biografía realizada por el doctor Benigno Souza, recientemente reeditada. Manuel I. Mesa Rodríguez lo hizo sobre Luz: Don José de la Luz y Caballero (Biografía documental) (1947). Federico de Córdova es autor de dos meritorios trabajos sobre El Lugareño y Manuel Sanguily. Sobre Ignacio Agramonte lo hizo acertadamente Eugenio Betancourt. Mención destacada merecen los Cuadernos de historia habanera, dirigidos por Emilio Roig de Leuchsenring, en cuyas Conferencias de historia habanera. 1ª serie: Habaneros ilustres (1937-1938) se recogieron numerosos trabajos de índole biográfica sobre distinguidas personalidades de nuestra historia, como Mendive, Escovedo, Suárez y Romero, Juana Borrero, Julián del Casal y otros, por algunos de nuestros más importantes críticos e historiadores, entre los que cabe citar a José Antonio Portuondo, Carlos Rafael Rodríguez, Ángel Augier, Elías Entralgo, Salvador García Agüero.

     Por otra parte, y como consecuencia de la corriente sicologista traída a la literatura por las concepciones de Freud, aparece la biografía patológica entre nosotros, cuyo mayor exponente es el Amiel de José de la Luz León, publicada en Madrid, en 1939.

     Las manifestaciones autobiográficas continuaron produciéndose. Apuntes biográficos, memorias, recuerdos valiosos para la comprensión de muchos aspectos sociales, políticos, económicos y culturales de nuestro desarrollo histórico, nos legaron Enrique José Varona, Manuel Sanguily, Esteban Borrero Echeverría y otros. Ya en el terreno estrictamente literario, la malograda poetisa María Luisa Milanés desde las páginas de Orto en 1920 nos legó su inconclusa Autobiografía y Ramón Guirao publicó su «Vida de un niño» en Espuela de plata en 1941. Sin resultar propiamente autobiográfico, «Yoísmo», el trabajo que sirve de prólogo a Arabescos mentales de Regino Boti -quien se había ensayado anteriormente en el género con un brevísimo pero muy interesante estudio sobre el general Guillermo Moncada (Guillermón, 1911)- ofrece una serie de datos de incalculable valor para la comprensión de la estética poética del autor guantanamero, al igual que sucede con el prólogo que escribió José Manuel Poveda a sus Versos precursores.

     La biografía sobre figuras literarias -con excepciones- no fue cultivada asiduamente entre nosotros. Aparte de los valores biográficos que encontramos en los ya citados Estudios heredianos, de José María Chacón y Calvo, Rafael Esténger y Manuel García Garófalo Mesa publicaron sendos trabajos biográficos sobre Heredia. Rafael Marquina es

autor de una extensa biografía sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda. Leopoldo Horrego Estuch lo hizo, a su vez, sobre Plácido. Sobre Miguel de Cervantes, continuando la noble tradición cervantina que en nuestro siglo XIX tuvo a Justo de Lara como más alto exponente, Mirta Aguirre, en páginas escritas con gran sensibilidad, realizó una muy interesante interpretación del autor del Quijote a la luz del marxismo en Un hombre a través de su época: Miguel de Cervantes Saavedra (1948).

     Agobiante sí resultaría relacionar los estudios y artículos literarios donde hallamos numerosos datos biográficos de valor, como ejemplifican los distintos trabajos sobre Rubén Martínez Villena escritos por Raúl Roa.

     El triunfo de la Revolución no podía dejar de influir sobre el género. En primer término, se impuso como tarea primordial la divulgación masiva, a través de reediciones, de los estudios biográficos ya realizados sobre los forjadores de nuestra nacionalidad (lo cual no siempre fue un acierto desde el punto de vista ideológico dado el carácter reaccionario de muchos de los biógrafos burgueses); por otra parte, nueva valoración comenzaron a tener nuestras figuras del siglo XIX, como patentiza el trabajo de Manuel Moreno Fraginals sobre José Antonio Saco aparecido en 1960.

     El carácter socialista de la Revolución ha determinado un vuelco en la concepción ideológica de los trabajos biográficos emprendidos, aunque no todos presentan una orientación marxista. Puede afirmarse que el género que mayor impulso y remozamiento ha tenido en el Período postrevolucionario es, precisamente, el género biográfico, no tanto por el número de obras escritas como por la ingente labor divulgativa que se ha venido realizando con las vidas de nuestros mártires y forjadores de nuestra conciencia nacional, sin contar con que -rebasando los límites puramente nacionales- esta tarea se ha hecho extensiva a las biografías de todos aquellos que han luchado por la consecución de un régimen social más justo.

     A lo largo del período postrevolucionario se han producido algunas obras que resultan importantes tanto desde el punto de vista histórico cuanto del literario. En 1962 publicó Ángel Augier su Nicolás Guillén. Notas para un estudio biográfico crítico, la obra de conjunto más importante escrita sobre el poeta camagüeyano. Con carácter divulgativo, Salvador Bueno publicó una serie de pequeñas biografías de distintos autores del siglo XIX (Figuras cubanas, 1964). Un año más tarde, Erasmo Dumpierre nos dio sus apuntes biográficos sobre Mella (Mella, 1965). Por otra parte, la UNEAC dio en 1966 el paso más importante para garantizar el desarrollo del género entre nosotros al crear el Premio Nacional de Biografía «Enrique Piñeyro», que ya cuenta con premios y menciones de calidad como Hombradía de Antonio Maceo (Premio, 1966), de Raúl Aparicio, Rubén Martínez Villena (Premio, 1970), de Ana Núñez Machín, o El Mayor (Mención, 1970), de Mary Cruz.

     Por último, no queremos dejar pasar por alto la mención de Aventuras, venturas y desventuras de un mambí (1970), originalísima biografía de Ramón Roa, escrita por su nieto Raúl Roa, quizás la más polémica y, sin duda, la más brillante escrita de todas las producidas en el período revolucionario.

     Aunque las manifestaciones autobiográficas no han dejado de cultivarse (Memorias de una cubanita que nació con el siglo (1963) de Renée Méndez Capote; Del barro y las voces (1968), de Marcelo Pogolotti), se ha ido haciendo con ciertas transformaciones que han determinado el surgimiento de un nuevo género -Testimonio- en el que, conjugados a los elementos biográficos y autobiográficos, aparecen otros más ligados a la narrativa y al ensayo. Dentro de la corriente testimonial que se acerca más a lo biográfico se inserta la Biografía de un cimarrón (1966), de Miguel Barnet, que inicia esta modalidad en el período postrevolucionario, a la que siguen Manuela la mejicana (1968), de Aida García Alonso; Julián Sánchez cuenta su historia (1970), de Erasmo Dumpierre, y Amparo, millo y azucenas(1970), de Jorge Calderón.

     El imperativo de ahondar cada vez más en la búsqueda de la cristalización de nuestra nacionalidad y su ulterior desarrollo histórico a la luz del marxismo-leninismo, garantiza que al género biográfico le será dispensado en el futuro un cultivo cada vez mayor y más científico. La producción del período postrevolucionario ya evidencia este salto cualitativo, por lo que podemos presumir cuán óptimos resultarán los frutos a recoger en un futuro cercano.
 

BISBÉ, Manuel (Santiago de Cuba, 28. 12. 1906-Nueva York, 20.3.1961). Cursó los primeros estudios en su ciudad natal. En la Universidad de la Habana se graduó de Doctor en Derecho Público, en Derecho Civil y en Filosofía y Letras. Fue fundador y primer presidente de la Sociedad de Conferencias del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y miembro de la Academia Universitaria de Literatura. Organizó el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y fue elegido representante a la Cámara en dos ocasiones (1940 y 1946). En 1948 ocupó el cargo de senador por la ortodoxia. Fue profesor de griego en la Universidad de la Habana. Colaboró en Revista Bimestre Cubana, Lyceum, El Mundo, Universidad de la Habana. Desde enero de 1959 hasta su muerte desempeñó las funciones de representante permanente de Cuba ante la Organización de las Naciones Unidas.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

En los jardines del silencio. Poemas. La Habana, Editorial Hermes, 1935 | Dos discursos históricos. 30 de septiembre de 1944. 27 de noviembre de 1946. La Habana, Imp. Concepción [1946?]. | Sin fórmulas políticas. Discurso leído por [...] el sábado 5 de enero de 1952 por los micrófonos de la COCO. La Habana, 1952. | Literatura griega. La Habana, Cooperativa Estudiantil «Enrique José Varona» [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Bisbé, ejemplo y símbolo», en Vida Universitaria. La Habana, 12 (128-129): 21-25, abr.-may., 1961. | «Bisbé, una vida al servicio del pueblo», en Granma. La Habana, 11 (67): 13, mar. 20, 1975. | Bueno, Salvador. «Bisbé, intelectual revolucionario», en El Mundo. La Habana, 65 (21 842): 4, mar. 19, 1967. | Carbonell, José Manuel. «Manuel Bisbé y Alberni (1906)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 591 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 5). | Fernández, Tony. «Bisbé una vida al servicio del pueblo», en Granma. La Habana, 7 (68): 2, mar. 20, 1971; «Bisbé: una vida al servicio de la causa del pueblo», en Granma. La Habana, 9 (67): 2, mar. 20, 1973. | «Luto oficial por la muerte del doctor Manuel Bisbé», en Revolución. La Habana, 5 (704): 1, 3, mar. 21, 1961. | Massip, Salvador. «Manuel Bisbé», en El Mundo. La Habana, 65 (21 843): 4, mar. 21. 1967. | Medina, Waldo. «Recordando a Manuel Bisbé», en El Mundo. La Habana, 64 (21 533): 4, mar. 20, 1966; «Recordemos a Manuel Bisbé», en El Mundo. La Habana, 65 (21 846): 4, mar. 24, 1967. | Nuiry, Juan. «Vida de grandes revolucionarios. Manuel Bisbé Alberni», en El Mundo. La Habana, 64 (21 533): 9, mar. 20, 1966. | Ortiz, María Dolores. «Un recuerdo para Manuel Bisbé, el maestro», en Granma. La Habana, 7 (68): 2,mar. 20, 1971. | Pogolotti, Graziella. «Mis recuerdos de Manuel Bisbé», en Granma. La Habana, 3 (74): 2, mar. 20, 1967. | Rodríguez Rivero, Luis. «Vida ejemplar de un gran cubano: Manuel Bisbé» en Universidad de la Habana. La Habana, 26 (157): 67-83, jul.-ago., 1962.
 

Bisulfuro (Villaclara [Santa Clara] [1928-1929?]. «Revista estudiantil semanal», se lee como subtítulo en el ejemplar más antiguo revisado, correspondiente al 21 de julio de 1928. Era su director y jefe de redacción M. Oswaldo González. La propia publicación ofrecía su relación de redactores literarios, de la que formaban parte, entre otros, Jesús López Silvero y Leví Marrero Artiles. Este último ocupó posteriormente la jefatura de redacción. Como revista estudiantil, dedicaba parte de sus páginas a informar sobre las actividades y los problemas de los alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza. Además, publicaba poesías, cuentos, crónicas sociales y teatrales. Fueron sus colaboradores Mariano Rodríguez Solveira, Roberto P. Calderín (Duque de Balta), S. Acosta Águila, Rafael Rivero Vidal, Crescencio Rodríguez Rivero, Antonio J. Vidaurreta Casanova y otros. El último ejemplar revisado corresponde al 3 de febrero de 1929.
 

BLANCHET, Emilio (Matanzas, 7.11.1829-Id,. 22.11.1915). Desde muy joven se dedicó a la literatura y a la enseñanza. Fue profesor de diversas materias en el colegio La Empresa y en el Instituto de Segunda Enseñanza, ambos de su ciudad natal. Fundó el Liceo de Matanzas. Colaboró en La Aurora, El Artista, Brisas de Cuba, Revista de la Habana, La Piragua, Cuba Contemporánea, entre otras. Después de estallar la guerra del '68 fue denunciado y emigró a Nueva York (1869). Se trasladó a España. En la Universidad de Barcelona, en 1872, se graduó de Licenciado y de Doctor en Filosofía y Letras y ganó por oposición la cátedra de literatura griega. En 1877 fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Sevillana de Buenas Letras. Presidió la Sección de Literatura, Historia y Antigüedades del Ateneo de Barcelona (1885-1886). Por esa época colaboró en varias publicaciones españolas. Regresó a Cuba en 1899 y ocupó una cátedra en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras y de la Academia de la Historia de Cuba. Obtuvo diversos premios a lo largo de su carrera intelectual. Dejó inéditos Átomos de novelas, colección de novelas cortas; Poesías varias, Libro de epigramas e Idiotismos franceses.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Versos y prosas. Matanzas, Imp. El Escritorio, 1858. | Compendio de Historia Sagrada. Matanzas, Aurora del Yumurí, 1863. | Manual de historia de España desde los tiempos más remotos hasta 1814. Matanzas, Est. Tip. de Aurora del Yumurí, 1865. | El anillo de Isabel Tudor. Drama en cuatro actos en verso. Matanzas, Aurora del Yumurí, 1866. | Compendio de historia de Cuba. Matanzas, Imp. A. del Yumurí, 1866. | Esposas de coche y estrado. Sátira. Premiado con medalla de plata por el Liceo de Matanzas. Matanzas, Aurora del Yumurí, 1866. | Compendio de historia antigua. Matanzas, El Ferrocarril, 1867. | La fruta del cercado ajeno. Bosquejo dramático en dos cuadros. Matanzas, Aurora del Yumurí, 1868. | Cuadros y narraciones. Barcelona, Gorgas, 1870; Barcelona, Imp. de Gorgas [1885?]. | Trozos de literatura francesa, con resúmenes de historia literaria, notas, vocabulario de las palabras contenidas en el testo [sic] y únicamente en las acepciones que allá tienen, y un apéndice mercantil. Barcelona, Imp. de S. Marrero, 1875. | La libertad. Oda. Madrid, Imp. F. Pinto, 1883. | Ilusiones y realidades. Versos. Barcelona, Imp. de Luis Tasso Serra, 1885. | El libro de las expiaciones. Barcelona, Imp. de Luis Tasso Serra, 1885. | América, su bosquejo, sus maravillas, civilizaciones primitivas. Conferencia. Barcelona, Ateneo de Barcelona, 1892. | Estudio acerca de la población de América en general, expresando las inmigraciones y cambios operados en la misma desde los tiempos pre-históricos hasta la llegada de Colón a dicho continente. [Barcelona?] Memorias de la Sociedad Colombina Onubense, 1892. | Poesías religiosas. La Habana, La Propaganda Literaria, 1892. | Corsarios, contrabandistas y filibusteros. Monografía histórica. Matanzas, R. L. Betancourt, 1900. | La inquisición en Méjico. Bosquejo. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1900. | Odas y sátiras. La Libertad. Antropofagia culta. Periodismo lucrativo. Matanzas, Imp. El Escritorio, 1900. | Abreviada historia de Cuba. 2ª ed. Matanzas, A. Carreño, 1902. | La conjura de Pisón. Drama histórico en tres actos. Matanzas, R. L. Betancourt, 1906. | La verdadera culpable. Drama en tres actos. Matanzas, R. L. Betancourt, 1906. | Episodios, narraciones, entera o parcialmente históricas. Matanzas, Imp. Quirós y Estrada, 1910. | Apuntes históricos. Estados Unidos. Matanzas, Imp. de Tomás González, 1911. | Apuntes históricos. La antigüedad: Roma. Matanzas, Imp. de Ramón González, 1912. | Vislumbres de poesía. Matanzas, Imp. de Tomás González, 1912. | La Revolución francesa. Conferencia. Matanzas, Imp. de Tomás González, 1915.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Caraballo Sotolongo, F. «El triunfo de un poeta anciano. El Dr. Emilio Blanchet ha sido laureado», en Cuba y América. La Habana, 2a. época, 18, 1 (5):245-247, feb., 1914. | Carbonell y Rivero, José Manuel. «Emilio Blanchet (1829-1915)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 277-279 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 3). | Escoto, José Augusto. «Emilio Blanchet», en Revista histórica, crítica y bibliográfica de la literatura cubana. La Habana, 1 (1):101-112, 1916. | Marbán y Escobar, Edilberto. Don Emilio Blanchet: educador, historiógrafo y moralista. Trabajo leído por el académico correspondiente en Matanzas [...] en sesión pública el día 14 de marzo de 1950. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1950. | Trelles, Carlos M. «El doctor Emilio Blanchet», en El Fígaro. La Habana, 31 (48): 761-762, nov. 28,1915.
 

BLANCHIÉ, Francisco Javier (La Habana, 25.11.1822-Id., 27.1.1847). Cursó la primera enseñanza en una escuela gratuita de los R. R. de Santo Domingo de Guzmán. Pasó más tarde al Seminario de San Carlos, donde estudió latinidad, filosofía y derecho. Se graduó de Bachiller en Leyes en 1842. Comenzó a desempeñar la carrera, pero paulatinamente fue abandonando sus labores urgido por necesidades perentorias que lo llevaron a alquilar su pluma. Colaboró en Flores del Siglo, Revista de la Habana y El Siglo XIX. En el Eco de Villaclara (noviembre, 1842) publicó la novela «La venganza de un hijo», en colaboración con Alejandro Angulo, con quien editó La pucha cubana, colección de producciones literarias dedicadas a la mujer. Es autor de La seca y el huracán, comedia en un acto, representada en 1845. Utilizó el seudónimo Un gastronómico sin dinero.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

No hagáis caso. Juguete cómico en verso. La Habana-Imp. de Barcina, 1841 | Margaritas [Poemas]. T. 1. Pról. de Alejandro Angulo y Guridi. La Habana, Tipografía de Torres, 1846. | Un tío. Comedia en un acto y en verso. Habana [1842?].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

A... «Comunicado» [Sobre No hagáis caso], en Noticioso y Lucero. La Habana, 8 (62): 3, mar. 2, 1840. | B[achiller y Morales] A[ntonio]. «Margaritas, por Francisco J. Blanchié en Faro Industrial de La Habana. La Habana, 6 (103): 2, abr. 13, 1846.| Carbonell, José Manuel. «Francisco Javier Blanchié(1822-1847)» en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...] T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 97-98 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 3). | Fornaris, J. «Francisco Javier Blanchié, en Cuba Literaria. La Habana, 1: 162-166, 1861. | Quiñones, J[osé] A[gustín] de. «Margaritas, por Francisco Javier Blanchié», en El Prisma. La Habana, 1 (2):28-34, jun., 1846. | Villaverde, Cirilo. «Crítica literaria. Margaritas, por Francisco J. Blanchié [... ]»,en Faro Industrial de La Habana. La Habana, 6 (204, 205 y 206): 2, 1 y 1, jul. 23, 24 y 25, 1846;'Apuntes biográficos del poeta Francisco Javier Blanchié', en Cuba Literaria. La Habana, 1: 111-114,1861. | Zenea, Juan Clemente, 'Francisco Javier Blanchié', en Revista Habanera, la Habana, 2 (2):105-108, 1861.
 

BOBADILLA, Emilio (Cárdenas, Matanzas, 24. 7.1862-Biarritz, Francia, 1.1.1921). Al estallar la guerra del 68 su familia emigró a Baltimore, Estados Unidos. Se trasladaron más tarde a Veracruz, México. En la Universidad de la Habana comenzó sus estudios de leyes. Comenzó a colaborar en El Amigo del País. Fue director de los semanarios satíricos El Epigrama (1883) y El Carnaval (1886). Colaboró además en Habana Cómica, Revista Habanera, El Museo, La Habana Elegante, Revista Cubana, El Radical, El Fígaro, La Lucha. En 1887 se trasladó a Madrid. En su Universidad Central se graduó de Doctor en Derecho Civil y Canónico (1889). Al estallar la guerra del 95 estuvo unido, en París, a los emigrados cubanos. Viajó por Holanda, Italia, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Panamá, Nicaragua. En Madrid, sus trabajos aparecieron en Madrid Cómico, El Liberal, El Imparcial, La Lectura, Nuestro Tiempo, La Esfera. En París colaboró en La Nouvelle Revue, La Revue Bleue, Le Figaro, La Revue de Revues, La Renaissance Latine y Le Gil Blas. Colaboró además en Athenaium, de Londres, La Prensa Libre, de Viena, y en La Estrella de Panamá. En 1909 volvió a Cuba por dos años. Fue nombrado cónsul de Cuba en Bayona y más tarde en Biarritz. Era miembro de la Academia de la Historia de Cuba y de la Academia Nacional de Artes y Letras. Dejó inéditos los libros La ciudad sin vértebras y De canal en canal, y su bosquejo cómico-serio en un acto y en prosa, Don Severo el literato. Su novela A fuego lento fue traducida al francés en 1913 por Glorget. Escribió varias obras teatrales que no fueron impresas, pero sí representadas. Utilizó los seudónimos Pausanias, Perfecto y otros. Es conocido tanto por su nombre como por su seudónimo Fray Candil.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Sal y Pimienta. Colección de epigramas por Dagoberto Mármara (seud.). Nueva York, Imp. El Génesis, 1881. | Relámpagos [Poemas]. Con una carta pról. de Rafael Montoro. La Habana, Clemente Salas, editor, 1884. | Mostaza Pról. de Alfredo M. Morales. La Habana, Álvaro de la Iglesia, editor,1885; 2ª ed. Colección de epigramas con un prólogo de Alfredo M. Morales. La Habana, Álvaro de la Iglesia, editor, 1885. | Reflejos de Fray Candil. Con una carta de Emilia Pardo Bazán y un juicio de Antonio Escobar. La Habana, La Propaganda literaria, 1886; 2ª ed. Id. | Escaramuzas (sátiras y críticas). Con un pról. de Clarín. Madrid, Librería de F. Fe, 1888 | Fiebres [Poemas]. Madrid, Est. Tip. de Manuel Minuesa, 1889. | Capirotazos (sátiras y críticas). Madrid, Imp. de F. Fe, 1890. | Críticas instantáneas. I. El Padre Coloma y la aristocracia. Madrid, Est. Tip. Sucesores de Rivadeneyra,1891. | Triquitraques. Críticas. Madrid, Librería de F. Fe, 1892. | Solfeo (críticas y sátiras) Pról. de U. González Serrano. Madrid, Imp. de M. Tello, 1893. | La vida intelectual (Folletos críticos). I. Baturrillos. Madrid, Est. Tip. Sucesores de Rivadeneyra,1895; 2ª ed. Id. | Novelas en germen. Madrid, Librería de Victoriano Suárez, 1900. | Grafómanos de América (Patología literaria). T. 1. 2ª ed. Madrid, Librería de Victoriano Suárez, 1902; 4ª ed. Id. | Vórtice. Poesía. 3ªed. Carta-pról. de José María e Heredia (De la Academia Francesa). Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1902. | A fuego lento. Novela. Barcelona, Imp. de Henrich,1903; 2ª ed. Madrid, Renacimiento, 1913; 3ª ed.«Fray Candil en una novela», por Salvador Bueno. La Habana, Editorial de la Universidad de la Habana, 1965 (Biblioteca de autores cubanos,.31 Obras de Emilio Bobadilla, Fray Candil, 3). | Al través de mis nervios (crítica y sátira). Barcelona, Imp. de Henrich, 1903. | Sintiéndome vivir (Salidas de tono) 2ª ed. Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1906. | Muecas. Crítica y sátira. París, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas, 1908. | Con la capucha vuelta. Crónicas. París, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas, 1909. | Viajando por España (Evocaciones y paisajes). T. 1. 2ª ed. Pról. de Benito Pérez Galdós. Madrid, Est. Tip. de los Hijos de Tello, 1912. | En la noche dormida (Novela erótica). Madrid, Renacimiento, 1913; 2ª ed. Madrid, Editorial Pueyo, 1920. | En pos de la paz (Pequeñeces de la vida diaria). Novela. Madrid, Librería de la Viuda de Pueyo, 1917. | Bulevar arriba, bulevar abajo (Psicología al vuelo). París, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas [1911?]. | Rojeces de Marte [Poemas]. Madrid, Editorial Pueyo, 1921. | Artículos periodísticos de Emilio Bobadilla (Fray Candil). Pról., selección y notas de Domingo Mesa y Surama Ferrer. La Habana, Dirección General de Cultura del Ministerio de Educación, 1952 (Grandes periodistas cubanos, 11). | Selección de poemas. «La cubanía de Fray Candil» y «Una vocación y un temperamento: desde Emilio Bobadilla hasta después de Fray Candil», por Elías Entralgo. La Habana, Editorial de la Universidad de la Habana, 1962 (Biblioteca de autores cubanos, 27. Obras de Emilio Bobadilla, Fray Candil, 1) | Crítica y sátira. La Habana, Editorial de la Universidad de la Habana, 1964 (Biblioteca de autores cubanos, 29. Obras de Emilio Bobadilla, Fray Candil, 2).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Barinaga y Ponce de León, Graciela. Estudio crítico-biográfico de Emilio Bobadilla (Fray Candil). Tesis presentada a la Fundación «Piedad Zenea» por [...] para optar al Premio «Emilio Bobadilla» de 1925. La Habana, Caracas, impresores, 1926. | Bazil, Osvaldo, «Fray Candil o las antipatías», en su Cabezas de América. La Habana, Molina, 1933, p. 37-43. | Bueno, Salvador. «Rehabilitación de Fray Candil», en Boletín informativo de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 1 (3): 26-27, dic., 1962; «Figuras cubanas. Fray Candil, un crítico iconoclasta», en Bohemia. La Habana, 55 (19): 86-87, 95, may. 10, 1963. | Carbonell, Miguel Ángel. «Un candil que poco alumbra...», en El Heraldo. La Habana, 2 (154): 2, jun. 3, 1924. | Entralgo, Elías. La cubanía de Fray Candil. Discurso leído por [...] en la sesión solemne de su ingreso como Académico de Número, el 31 de octubre de 1957. Contestación en nombre de la Corporación por el Dr. Federico de Córdova y Quesada, Académico de Número. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1957 (Academia de la Historia de Cuba); Una vocación y un temperamento: desde Emilio Bobadilla hasta después de Fray Candil. Discurso de ingreso como miembro correspondiente en la Academia Nacional de Artes y Letras, leído el 26 de junio de 1958. La Habana, Imp. de la Universidad de la Habana [1958?]. | G. [Merchán, Rafael María?]. «Capirotazos. (Sátiras y críticas por Fray Candil, Emilio Bobadilla [...]», en El Porvenir. Nueva York, 1 (18): 2, jul. 9, 1890. | García Pons, César. «Un gran escritor olvidado, Emilio Bobadilla», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 68: 91-102, 1946. | Luz León, José de la. «Cartas a Clelia», en Información. La Habana, 21 (24): C2, ene. 27, 1957. | Martí, José. «Piedad Zenea y Emilio Bobadilla», en su Obras completas. T. 5. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 456. | Pérez Galdós, B[enito]. «Un libro de Fray Candil. Viajando por España», en El Triunfo. La Habana, 6 (129): 7, may. 6, 1912. | Pogolotti, Marcelo. «El bilioso Bobadilla», en El Mundo. La Habana, 50 (16042): 6, ene. 15 1952; «A fuego lento», en El Mundo. La Habana, 50 (16045): 6, ene. 18, 1952. | Sanguily, Manuel. «Otro libro de Emilio Bobadilla: Escaramuzas», en Revista Cubana. La Habana, 8; 43-59 y 136-150, 1888. | Sanín Cano, Baldomero. «Don Emilio Bobadilla», en El Mundo. La Habana, 20 (7279): 3, 11, abr. 10, 1921. | Varona, Enrique José. «Reflejos de Fray Candil, por Emilio Bobadilla», en Revista Cubana. La Habana, 5; 365-375, 1887.
 

BOBIA BERDAYES, América (Limonar, Matanzas, 12.8.1896-Santa Clara,?) Su infancia transcurrió en España. Regresó a Matanzas ya joven y comenzó a publicar en revistas y periódicos. Pasó a residir a Santa Clara. Allí colaboró en La Defensa, El Villareño.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Ofertorio. Devocionario lírico. Pról. de Medardo Vitier. Epílogo de Fernando Lles. Matanzas, Andrés Estrada, editor, 1928. | El trémolo se aleja [Poemas]. Pról. de Pedro López Dorticós. La Habana, Talleres Tipográficos de Carasa, 1935. | Arquero del Zodíaco [Poemas]. «Dos palabras», por Fernando Lles y Berdayes. La Habana, Talleres Tipográficos de Carasa, 1945.
 

Bobo, El (La Habana, 1895-[1896]). Semanario crítico literario. Comenzó a salir el 1º de agosto, bajo la dirección de Benito Quevedo. Su cuerpo de redactores estaba integrado por Felipe López de Briñas (hijo), Jorge de Lacedonia y Francisco de Cárdenas. «La misión de El Bobo -consignan sus editores en un «artículo prospecto»- es una misión pacífica, civilizadora y profundamente trascendental». También señalan que publicará en sus páginas «artículos jocosos, chascarrillos de actualidad, revistas cómicas, crónicas de salones y teatros, noticias de sport y cuanto pueda dar la nota alegre en un semanario que aspira a remontarse con el favor del público a la misma altura del Blanco y Negro, del Madrid Cómico y de otros de esta índole por el esfuerzo en la elección de los trabajos de texto y del mérito artístico de sus caricaturas y grabados». Con posterioridad comenzaron a publicar también una «suscinta [sic], reseña de los hechos más salientes de la actual insurrección». Fueron sus colaboradores, entre otros, Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), Ángel Godínez, Carlos Ciaño, El hermano Juan (seud. de Juan Fernández Coca). El último ejemplar revisado corresponde al 15 de febrero de 1896.
 

Bohemia (La Habana, 1910-?). Revista semanal ilustrada. Algunas referencias indican que comenzó en 1908 -como puede leerse en las palabras de Jorge Quintana: «Unos pocos números en 1908 y el experimento estaba realizado»-, fecha que ofrece la propia revista a partir de 1928, no obstante, presentar el facsímil del ejemplar correspondiente al 7 de mayo de 1910 como el de su primer número publicado. Puede afirmarse, sin embargo, que comenzó realmente a editarse en esta última fecha, o sea, el 7 de mayo de 1910, bajo la dirección y administración de su fundador y propietario, Miguel Ángel Quevedo. La dirección artística estaba a cargo del pintor Antonio Rodríguez Morey. A partir del 7 de octubre de 1915 cambia su subtítulo por el de «Ilustración mundial» y amplía sus páginas en tamaño y cantidad. «Será, sí, nuestra publicación -expresan- una enciclopedia imprescindible en toda casa en la que sus habitantes se precien de cultos y amantes del saber». Durante los años 1912 a 1928 ocuparon la jefatura de redacción, sucesivamente, Enrique Coll, Rodrigo Cervantes, Ramón Rivera Gollury, Víctor Hugo Tamayo y José A. Giralt. Hasta el último número de 1926, dirigida por Miguel Ángel Quevedo, se mantuvo como una revista fundamentalmente artístico-literaria, que reproducía por primera vez en Cuba -según expresaba la propia publicación- grabados a colores de los pintores y dibujantes cubanos de la época, tales como Romañach, Valderrama, Rodríguez Morey, Menocal, Maribona, Massaguer, Blanco, etcétera. Publicaba cuentos, poesías, artículos de crítica literaria, además de otros trabajos sobre teatro, cine, música, artes plásticas, etcétera. Fueron sus redactores y colaboradores en esta etapa, entre otros, Luis Felipe Rodríguez, Federico de Ibarzábal, Armando Leyva, Alfonso Hernández Catá, Rafael Suárez Solís, Fernando Lles, Francisco J. Pichardo, Agustín Acosta, Aurelia Castillo de González, Arturo R. de Carricarte, Antonio Iraizoz, Luis Rodríguez Embil, Gustavo Robreño, Salvador Salazar, Luis Amado Blanco, Emilia Bernal, Arturo Alfonso Roselló, Emilio Gaspar Rodríguez, Mario Muñoz Bustamante, Sergio Cuevas Zequeira, Félix Soloni, Esteban Foncueva. El 2 de enero de 1927 asume la dirección Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra (hijo del anterior). Tiene ahora un tamaño menor, pero sale con mayor número de páginas. Desde el 8 de este propio mes ocupa la jefatura de redacción Ramón Rubiera, quien posteriormente aparece como subdirector (desde el 10 de noviembre de 1929 hasta el 18 de mayo de 1930). Otros jefes de redacción fueron, entre 1929 y 1933, Andrés Núñez Olano, José A. Giralt, Luis Gómez Wangüemert, Gerardo del Valle y nuevamente Ramón Rubiera. Alrededor de 1930, Bohemia se introduce de lleno en la política. Comienzan a aparecer los editoriales, en los que se critica duramente al gobierno de Machado y sus métodos. A partir del primer número de 1933 amplía nuevamente su formato, que disminuye otra vez desde el 14 de mayo de ese mismo año. Desde el 12 de febrero de 1933 (y hasta el 16 de abril del propio año) Pedro A. Valer fue, a la vez, director técnico y artístico, cargo este último que ocupaba desde octubre de 1925. A partir de 1934 no aparecen señalados en el machón los cargos directivos dentro de la revista, pero según señalaba Jorge Quintana en 1953, «la jefatura de redacción hace muchos años que viene siendo desempeñada por Ramón Rubiera y la de información por Antonio Ortega». El 4 de julio de 1943 comenzó a aparecer, por iniciativa de Enrique de la Osa y Carlos Lechuga, y como una ampliación de la sección «La marcha del tiempo» -redactada por los editores de Time-, la sección «En Cuba». Durante toda esta segunda etapa, que se extendió hasta el año en que el Gobierno Revolucionario se hizo cargo de su publicación al abandonar el país Miguel Ángel Quevedo (1960), fue una revista de actualidad, fundamentalmente informativo-gráfica, que trató todos los problemas nacionales y extranjeros. Continuó publicando, ahora en menor medida que en la etapa anterior, trabajos de interés literario, entre los que se incluyeron con mucha frecuencia cuentos de autores nacionales. Fueron sus redactores y colaboradores los más conocidos escritores y periodistas de la época, entre ellos Juan Marinello, Raúl Roa, Fernando Ortiz, José Antonio Fernández de Castro, Manuel Navarro Luna, Rafael Esténger, Mariblanca Sabas Alomá, Félix Pita Rodríguez, Leví Marrero, Guillermo Martínez Márquez, Enrique Labrador Ruiz, Francisco Ichaso, Emilio Roig de Leuchsenring, Dora Alonso, Félix Lizaso, Mirta Aguirre, Ángel Augier, Fernando G. Campoamor, Jesús Masdeu, Samuel Feijóo, Jorge Mañach, Rafael García Bárcena, Herminio Portell Vilá, Miguel de Marcos, Sergio Carbó, Miguel Coyula, Rafael Soto Paz, Rosa Hilda Zell, Regino Pedroso, Ramón Guirao, Marcelo Salinas, Enrique Serpa, Antonio Penichet, Onelio Jorge Cardoso, Juan Luis Martín, Jorge Quintana, etcétera. A partir del 7 de agosto de 1960 ocupó la dirección Enrique de la Osa, a quien sucedió (desde el 7 de mayo de 1971) Ángel Guerra. En esta última etapa ha mantenido su tónica fundamental de revista informativo-gráfica sobre la actualidad nacional e internacional. En sus páginas han aparecido poemas, cuentos, críticas literarias, crónicas y otros trabajos de conocidos autores cubanos y extranjeros. Durante los años 1960-1962 editó el suplemento Lecciones para todos, que presentaba «material audiovisual y bibliográfico para ayuda y orientación de profesores y alumnos en la segunda enseñanza». En 1961 comenzó a aparecer la sección «Lo que Cuba lee», a cargo de Rogelio Luis Bravet. En la misma se ofrecían notas informativas y críticas sobre libros recién publicados por las editoras nacionales, tanto de autores del país como de fuera. Su publicación cesó en 1963, al ser creada la sección «En Cuba: arte y literatura», que apareció por primera vez en la edición correspondiente al 26 de julio de ese año. Otra sección destacable, «Esta es la historia...», salía ocasionalmente a partir de agosto de 1961, redactada por Cristóbal A. Zamora. Posteriormente (desde el 8 de marzo de 1963) se convirtió en una sección fija a cargo de María Luz de Nora (seud. de Loló de la Torriente). Muchos de los antiguos redactores y colaboradores han continuado prestando su colaboración en las páginas de la revista, pero a la vez han aparecido nuevas firmas. Entre otros, han sido publicados trabajos de Marta Rojas, Lisandro Otero González, José Lorenzo Fuentes, Jesús Orta Ruiz (seud. El indio naborí), Santiago Cardosa Arias, Renée Méndez Capote, José Rodríguez Feo, Armando Bayo, Ana Núñez Machín, Salvador Bueno, Natividad González Freire, Alcides Iznaga, Leopoldo Horrego Estuch, Antonio Núñez Jiménez, Raúl González de Cascorro, José A. Baragaño, José Neira Vilas, José Forné Farreres.

BIBLIOGRAFÍA

«Aniversario. 45 años de Bohemia», en Bohemia. La Habana, 45 (19): 131-132, may. 10, 1953 | «Bohemia. Con la bandera en alto», en Bohemia. La Habana, 55 (29): 59, jul. 19, 1963 | «50 años de Bohemia», en Bohemia. La Habana, 50 (18): 3, may. 4, 1958. | «El 45º aniversario de Bohemia», en Bohemia. La Habana, 45 (19): 3, 249, may. 10, 1953. | «Encuesta. Opinan sobre Bohemia en su 45º aniversario», en Bohemia. La Habana, 45 (20 y 21): 74-81 y 74-78, 80-83, may. 17 y 24, 1953, resp. | «En el cincuentenario de Bohemia», en Carteles. La Habana, 39 (20): 20-21, 90, may. 18, 1958. | «La fiesta de Bohemia», en Bohemia. La Habana, 3 (20): 233-236, may. 19, 1912. | «El pueblo y Bohemia», en Bohemia. La Habana, 35 (9): mar. 1, 1963. | «Que el pueblo lo diga», en Bohemia. La Habana, 45 (22): 3, 131, may. 31, 1953. | Quevedo, Miguel A. «Un año de vida», en Bohemia. La Habana, 2 (19): 4 may. 7, 1911. | Quintana, Jorge. «Una revista al servicio de la nación. Los gloriosos cuarenta y cinco años de Bohemia», en Bohemia. La Habana, 45 (19): 139-142, 144, 146-148, 150, may. 10, 1953. | «El tercer aniversario», en Bohemia. La Habana, 4 (20): 233-235, may. 18, 1913. | «Un año más», en Bohemia. La Habana, 3 (19): 223-225, may. 12, 1912. | «20 años de Periodismo revolucionario», en Bohemia. La Habana, 55 (27): 3, jul. 5, 1963.
 

BOISSIER, Carlos Alberto (Matanzas, 10.9.1877-Pinar del Río, 10.3.1897). Realizó sus primeros estudios en el colegio matancero El Amigo de la Infancia. Más tarde, en 1893, se graduó de bachiller en el Instituto de la propia ciudad. En 1894 fue nombrado escribiente y estacionario de la biblioteca del Liceo de Matanzas. Ese mismo año representó como actor su obra «¡Bolitoneida!», monólogo tragicómico en una sola escena y un solo personaje escenificado en el Liceo. En éste ocupó además la secretaría de la Sección de Declamación. Emigró a Tampa en febrero de 1896. En mayo de ese mismo año llegó a las costas de Cuba con la expedición del Bermuda, que fracasó totalmente. A comienzos de 1897, enrolado en la expedición del Three Friends, arribó a la costa norte de Pinar del Río. Poco tiempo después enfermó y fue descubierto por los españoles, que le dieron muerte a machetazos. Colaboró con poemas en La Aurora del Yumurí, que dirigía su padre, Artes y Letras, El Álbum de las Damas, El Fígaro, La Habana Elegante. Durante su breve exilio colaboró en Patria y El Expedicionario. José Manuel Carbonell da a conocer, en su trabajo de ingreso a la Academia de la Historia de Cuba, el ya mencionado monólogo, una lista de poemas inéditos y otra de sus colaboraciones en El Expedicionario. Utilizó el seudónimo Óscar. Era conocido por Bolito.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Carlos Alberto Boissier (1877-1897)», en su La poesía revolucionaria en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. Tomo único. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 399 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 6); Carlos A. Boissier y Díaz. Discurso leído en la recepción pública del [...] el día 24 de junio de 1958. Contesta en nombre de la corporación el Dr. José María Chacón y Calvo, académico de número. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1958 (Academia de la Historia de Cuba).
 

Boletín Cultural (La Habana, 1959-[1961?]). Publicación quincenal. Comenzó a salir el 19 de diciembre, editada por la División de Publicaciones del Departamento de Asuntos Culturales del Ministerio de Estado, después llamado Ministerio de Relaciones Exteriores. Desde el segundo número (correspondiente a enero de 1960) su periodicidad varió a mensual. A partir del número correspondiente a enero-febrero de 1961 fue editada por la Dirección de Asuntos Culturales del propio ministerio. En sus páginas se publicaban artículos sobre diversas manifestaciones de la cultura cubana: educación, literatura, teatro, cine, arte, música, folklore, ballet, historia, etcétera; además, se recogían los avances que en estos aspectos se producían en el país al calor de la Revolución. Presentaba una sección de notas bibliográficas y sobre actividades teatrales, conferencias, exposiciones, conciertos, etcétera, que se realizaban, fundamentalmente, en la capital. Entre sus redactores y colaboradores se contaron Graziella Pogolotti, Vicentina Antuña, Mario Rodríguez Alemán, Luis Amado Blanco, José Luciano Franco, Odilio Urfé, Roberto Branly, Argeliers León, Alfredo Guevara, Jorge Tallet, Francisco Baeza, Luis Lastra Almeida, Sara Pastora Fernández, entre otros. El último ejemplar revisado (número especial de noviembre de 1961) fue dedicado a reflejar las actividades desarrolladas en el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura. En este número se reprodujeron los temarios del Congreso, las intervenciones del primer ministro Fidel Castro, Vicentina Antuña, Nicolás Guillén, José Antonio Portuondo, Alejo Carpentier, así como otras noticias relacionadas con dicho evento cultural.
 

Boletín de la Academia Cubana de la Lengua (La Habana, 1952-1961; 1964). Se publicaba cuatro veces al año. En su primer número (correspondiente a enero-marzo) explicaban que sus propósitos eran recoger en las páginas de la revista «los discursos de nuestras periódicas sesiones públicas y, desde luego, los estudios atinentes a los fines del Instituto, así de los miembros de la corporación como de nuestros estudiosos de la filología. No será un órgano cerrado, de limitado espíritu: aspira, por el contrario, a mantener la tradición de amplitud, de universalidad que permitió a los maestros cubanos del siglo XIX servir con más eficacia en la magna tarea de la fundación de la nacionalidad». Se editó ininterrumpidamente hasta 1961, fecha en que cesó por dos años. En 1964 reapareció, en su segunda época, con un solo número que abarcaba todo el año (volumen 11). Además de publicar -como habían expresado en los «Propósitos» del primer número- los discursos de las sesiones de la institución de que era órgano, así como otros trabajos de «nuestros estudiosos de la filología», aparecieron en sus páginas noticias sobre las actividades de la Academia y notas críticas de libros. Fueron sus colaboradores, entre otros, José María Chacón y Calvo, Jorge Mañach, Raimundo Lazo, Esteban Rodríguez Herrera, Agustín Acosta, Félix Lizaso, Juan J. Remos, Medardo Vitier, Manuel Pedro González, Dulce María Loynaz, Fernando Ortiz, Max Henríquez Ureña, Ramiro Guerra, Luis A. Baralt, José Olivio Jiménez y Juan Fonseca y Martínez.
 

Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios (La Habana, 1949-[1959?]). Publicación trimestral. Comenzó a salir en marzo, bajo la dirección de la doctora Rosina Urquiza García. En el saludo aparecido en el primer número se señalaba que surgía para «dar fe de vida, para unir más estrechamente a sus componentes, para llevar a todas partes los ecos de su voz». Como editores auxiliares figuraban Acacia Álvarez, Carmen Bisbé, José Manuel Castellanos y José Rivero Muñiz. A partir de junio de 1952 ocupó la dirección Raquel Romeu, quien expresó al hacerse cargo de la misma que este Boletín «ha podido publicarse gracias a la generosidad de nuestro ilustre socio cooperador Antonio María Eligio de la Puente». En el mismo número la propia directora expresa que «el objetivo de esta publicación es mantener en contacto y bien unidas [sic] a una clase profesional, al bibliotecario cubano». En junio de 1954 asume la dirección Ana Guerra Debén. El ejemplar correspondiente a marzo-junio de 1959 (último que se ha visto) fue editado por Raquel Romeu y Ma. Adelaida León. Además de publicar las noticias referentes a las actividades de la Asociación de la cual era órgano y a sus similares internacionales, así como brindar información sobre cuestiones relativas a bibliotecología, dedicó espacio a asuntos de interés literario, tales como historia literaria y de publicaciones periódicas nacionales, crítica de libros y poesías. Estas últimas, por lo general, trataban el tema del libro y eran seleccionadas de autores de habla hispana. Contó con la colaboración de Ramiro Guerra, Salvador Bueno, César Rodríguez Expósito, Félix Lizaso, Manuel Moreno Fraginals, Emeterio Santovenia, Fermín Peraza, Argeliers León, Julio Le Riverend, Mercedes Meneses Rodríguez, María Josefa Beltrán, María Teresa Sánchez y otros.
 

Boletín de la Casa del Teatro (La Habana [1966?]-?). Publicación mensual mimeografiada, editada por la Casa del Teatro. El número 8 (junio de 1967, ejemplar más antiguo revisado) presentaba, como redactores, a Ezequiel Vieta, Magaly Muguercia y José Ernesto Pérez. En otros números aparece, también como redactor, Jorge Antonio González. Se editaba con el fin de actualizar, en nuestros teatristas, la información de todo el proceso teatral contemporáneo. Tenía varias secciones: «Información», con noticias y bibliografía sobre teatro; «Obras y autores», dedicada a la publicación de fichas sobre autores y obras; «Nuevos materiales», que incluía la relación de la bibliografía recibida en la institución; «Documentación», que publicaba artículos y trabajos críticos sobre cuestiones de dramaturgia, teorías sobre el teatro, etcétera, traducidos de publicaciones extranjeras. Solamente en contadas ocasiones trató acerca de nuestro movimiento teatral. El último ejemplar consultado (número 11) corresponde a octubre-noviembre de 1967.
 

Boletín [de la] Comisión Nacional Cubana de la UNESCO (La Habana, 1952-[1958?]). Comenzó a publicarse en enero, con el propósito de «recoger en sus páginas el eco de las múltiples actividades que en nuestro país tengan lugar, en los campos de la ciencia, la educación y la cultura. Servirá como índice de una labor nacional, que permita contemplar en su conjunto el movimiento de ideas que en Cuba se realiza. Libros, conferencias, exposiciones, teatro, música y cuantas manifestaciones sobresalientes de la cultura se produzcan, serán reseñadas o por lo menos anotadas, sirviendo de inventario que permita apreciar la obra que venimos realizando. Además, recogeremos aquellas notas de importancia para nosotros, que en relación con la obra de la UNESCO deban ser conocidas en Cuba». Salía mensualmente. Algunas secciones tenían sus redactores fijos: Salvador Bueno (Libros y publicaciones), Rafael Marquina (Cursos y conferencias), Humberto Piñera Llera (Sociedad Cubana de Filosofía), Ramón Loy (Exposiciones), Odilio Urfé (Musicales), Margot Cabrera Saqui (Calendario), Fanny Azcuy (Actividades de la UNESCO), Salvador Fernández Bertrán (Actividades de la juventud). Contó con la colaboración de José Manuel Valdés Rodríguez, Francisco Ichaso, César Rodríguez Expósito, Marcelo Pogolotti, Félix Lizaso, Rafaela Chacón Nardi, Mario Rodríguez Alemán, Eduardo González Manet, Alejo Carpentier, Ramiro Guerra, Fernando G. Campoamor, Ricardo Riaño Jauma, Ernesto Ardura y otros. El último ejemplar visto corresponde a diciembre de 1958.
 

Boletín de las Escuelas de Letras y Periodismo (V. Boletín del Departamento de Lengua y Literaturas Hispánicas)
 

Boletín de los Archivos de la Isla de Cuba (La Habana, 1902-1965, 1974-). «Revista bimensual bajo la dirección del doctor Vidal Morales y Morales», se leía en el primer número, correspondiente a marzo y abril. «Deseoso el que suscribe -señalaba el director en dicho número- que las oficinas del Estado y los particulares a quienes interese, tengan conocimiento de la clase de documentos que se hallan hoy bajo su custodia en estos Archivos, ha concebido el proyecto de publicar un Boletín bimensual, en donde habrán de insertarse no solamente los índices de los legajos definitivamente organizados en cada una de las Salas del Castillo de la Fuerza, sino también algunos papeles interesantes para la historia nacional». A partir del segundo número apareció como Boletín de los Archivos de la República de Cuba. Revista bimestre. Al fallecer Vidal Morales y Morales, la dirección es asumida por José D[olores] Poyo (desde julio-agosto de 1904). Bajo su mandato la revista cambia su título por el de Boletín de los Archivos Nacionales desde septiembre-octubre de 1904 y, a partir del siguiente número, toma el definitivo de Boletín del Archivo Nacional. Desde enero-febrero de 1907 disminuyó su tamaño. En el número correspondiente a enero-febrero de 1909 anuncian reformas -recuperación del tamaño anterior, aumento del número de páginas y división de su contenido en tres secciones: «Historia», «Índices» y «Variedades»- y expresan que «no nos mueve idea alguna de lucro, pero sí el deseo de perpetuar en sus páginas, hasta donde fuese posible, copia de multitud de documentos cuyos originales pronto desaparecerán por el mal estado en que se encuentran, debido a la acción destructora del tiempo, y otros muchos que, sin hallarse en tal caso, pueden dar luz en la confección de nuestra Historia Nacional». A partir de este mismo número su subtítulo varió a «Publicación bimestral». Desde enero-febrero de 1911 aumentan la tirada y el número de páginas e introducen una nueva sección, «Revista de archivos», en la que se insertaría «cuanto relativo a esta materia veamos en las publicaciones extranjeras, cuyo conocimiento pueda ser de alguna utilidad». En septiembre-octubre de 1911 es dirigido interinamente por Julio C. Ponce de León, al fallecer José D. Poyo. Desde el número siguiente (noviembre-diciembre) asume la dirección José Miguel Alcover, quien en un artículo titulado «Invitación», señalaba que se publicarían en adelante «trabajos originales documentados». En 1912 aparecieron dos nuevas secciones: «Bibliografía», en la que se ofrecería una «nota explicativa de todas las obras que se envíen dos ejemplares» [sic], y «Sección oficial», en la que se harían públicas «aquellas resoluciones que afectan al servicio y que el público debe conocer, por cuanto regulan sus relaciones con el Archivo». Desde noviembre-diciembre de 1912 hasta noviembre-diciembre del año siguiente, ocupa interinamente la dirección Joaquín Llaverías, a quien sustituye en enero-febrero de 1914 Julio C. Ponce de León. En el ejemplar correspondiente a enero-febrero 1916 señalan que sus páginas van a ser ilustradas «con la copia exacta por medio del fotograbado de la primera plana de aquellos periódicos más antiguos de la Habana que, en ejemplares sueltos, conservamos en varios legajos». Esta labor es llevada a cabo por Joaquín Llaverías. En julio-agosto de 1916, por licencia de Ponce de León, Pablo Hernández y Acosta ocupa, con carácter interino, la dirección. En este mismo número se anuncia que Joaquín Llaverías «continúa teniendo a su cargo la plaza de Redactor en jefe que le está confiada desde la fundación de dicho órgano oficial». A partir del 7 de noviembre de 1921 (según se lee en el número correspondiente a julio-diciembre de dicho año) queda como jefe en comisión del archivo Joaquín Llaverías, quien en el número siguiente (enero-diciembre de 1922) expresa que el Boletín fue fundado por recomendación suya «hecha al jefe que fue del Archivo Nacional Dr. Vidal Morales y Morales, y a cuya publicación he dedicado toda mi atención y buenos propósitos desde el año 1902». Desde este momento (1922) se editaron los seis números correspondientes a cada año en un solo volumen, por haber sido rebajado el presupuesto asignado a su publicación. El volumen correspondiente al año 56 (enero-diciembre de 1957) apareció sin subtítulo, bajo la dirección de Félix Lizaso. El siguiente (enero-diciembre de 1958) presenta como director a Jorge Quintana. Desde el tomo 58 (enero-diciembre de 1959) fue dirigido por Julio Le Riverend. Entre los tomos 59 y 63 Gerardo del Valle fungió como jefe de redacción. A partir de 1964 apareció, con un formato diferente, como Boletín del Instituto de Historia y del Archivo Nacional, título con el cual continuó saliendo hasta 1965 (tomo 66). Reapareció en 1974 (tomo 67), nuevamente como Boletín del Archivo Nacional, con el objetivo de «publicar todos los documentos de este Archivo y de los Archivos Provinciales y Regionales que ayuden a nuestro pueblo para el mejor conocimiento y comprensión de su historia». La institución es dirigida ahora por Vicente de la O. Integran el consejo asesor del boletín José L. Franco Ferrán, Horacio Fuentes Martínez, Luis Alpízar Leal, Segundo Pérez Álvarez, José A. Pulido Ledesma y Teresa Luengo Fernández. Durante su extensa trayectoria ha contado con la colaboración de Gonzalo de Quesada y Miranda, Emilio Roig de Leuchsenring, Emeterio Santovenia, Francisco J. Ponte Domínguez, Francisco González del Valle, Manuel I. Mesa Rodríguez, Juan Pérez de la Riva, José M. Pérez Cabrera, Arturo R. de Carricarte, Federico Pérez Carbó, Fermín Peraza, Luis F. Le Roy y Gálvez, José Luciano Franco, José Rivero Muñiz, Hortensia Pichardo, Pedro Deschamps Chapeaux y otros. Confeccionado por Fermín Peraza Sarausa se publicó, con prefacio de Joaquín Llaverías y en el número 12 de la serie Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, el Índice del Boletín del Archivo Nacional (La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1946), que abarca los años 1902-1944.

BIBLIOGRAFÍA

Guiral Moreno, Mario. «El Boletín del Archivo Nacional», en El Mundo. La Habana, 55 (17503): A-6, ago. 30, 1956. | Hill, Roscoe R. «El capitán Joaquín Llaverías y el Boletín del Archivo Nacional», en Boletín del Archivo Nacional. La Habana, 46 (1-6) 33-36, ene.-dic., 1947. | [Llaverías, Joaquín]. «Nuestro primer cuarto de siglo», en Boletín del Archivo Nacional. La Habana, 25 (1-6): 5-36, ene.-dic., 1926; «El cincuentenario del Boletín del Archivo Nacional. 1902-1952», en Boletín del Archivo Nacional. La Habana, 50 (1-6): 14-38, ene.-dic., 1951.
 

Boletín de los Archivos de la República de Cuba (V. Boletín de los Archivos de la Isla de Cuba)
 

Boletín de los Archivos Nacionales (V. Boletín de los Archivos de la Isla de Cuba)
 

Boletín del Archivo Nacional (V. Boletín de los Archivos de la Isla de Cuba)
 

Boletín del Departamento de Lengua y Literatura Hispánicas (La Habana, 1968- ). Publicación bimestral editada por las Escuelas de Letras y Periodismo de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la Habana. El primer número correspondió a los meses de enero-febrero. A partir del segundo semestre de 1968 se convirtió en trimestral y desde 1969 en semestral. Entre 1970 y 1973 (último año que se ha revisado) se editaron números especiales anuales bajo la dirección de Nuria Nuiry; desde el correspondiente a 1971-1972 su título varió a Boletín de las Escuelas de Letras y Periodismo. En sus páginas han aparecido artículos de crítica e historia literarias, generalmente reproducidos de otras publicaciones nacionales o extranjeras, así como trabajos sobre cuestiones lingüísticas e ilustraciones que reproducen obras de arte. Se han publicado textos de José Martí, Manuel Sanguily, Carolina Poncet, Alfonso Hernández Catá, Pablo de la Torriente Brau, José María Chacón y Calvo, Raimundo Lazo, y de autores extranjeros como Gabriela Mistral, Dámaso Alonso, Guillermo de Torre, Pedro Henríquez Ureña, Rafael Alberti, José Enrique Rodó, Emmanuel Carballo, Enrique Anderson Imbert y otros. Además han aparecido colaboraciones de Camila Henríquez Ureña, Mirta Aguirre, Nuria Nuiry y Beatriz Maggi.
 

Boletín del Instituto de Historia y del Archivo Nacional (V. Boletín de los Archivos de la Isla de Cuba)
 

Boletín del Poeta (Santiago de Cuba, 1971-). Publicación mensual mimeografiada que comenzó a salir en enero de 1971, como órgano de la sección de literatura de la CJEAO (Columna Juvenil de Escritores y Artistas de Oriente). Compartían su dirección los poetas Efraín Nadereau y [Jesús] Cos Causse. A partir de 1972 sale cada dos meses. En el ejemplar correspondiente al período enero-diciembre de 1975 (no se ha visto otro desde el de marzo-abril de 1972) aparece como «Órgano de la Dirección de Literatura del CNC en Santiago de Cuba», bajo la dirección de Efraín Nadereau. Sus páginas se dedican exclusivamente a la publicación de poesías de los escritores noveles de la provincia y, en menor medida, del resto del país. Además, incluye trabajos de crítica literaria sobre libros de poesía publicados recientemente y sobre poetas cubanos del pasado. Han sido sus colaboradores, entre otros, Lina de Feria, Félix Contreras, Yolanda Ulloa, Sigifredo Álvarez Conesa, Mercedes Santos Moray, Waldo Leyva, Raúl Rivero, Víctor Joaquín Ortega, Bárbara Milanés, Luis Díaz, Antonio Ascencio Romero, Gilberto Seik.
 

Boletín informativo de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO (La Habana, 1962- ). Comenzó a salir en marzo-abril, editado por la Secretaría Permanente y publicado (según expresan a partir de diciembre de 1962) con asistencia de la UNESCO. Como responsable de redacción aparecía Luis Rolando Cabrera. «La Comisión Nacional Cubana se ha preocupado -se señalaba en el primer número- por que las actividades que se realizan en el campo teatral, de la música y de las artes plásticas tengan una amplia difusión en el mundo, propiciando la creación de Centros Nacionales afiliados a organismos internacionales no gubernamentales... Para dar cuenta de esa profusa labor surge este Boletín. En el mismo se recogerá también, para su conocimiento en el extranjero, cuanto avance se produzca en Cuba en los campos de la organización; así como noticias de interés relacionados con esos propios campos que tengan lugar en otros países. Realizar esa labor informativa es aspiración y meta de la Redacción de este Boletín que ahora, por vez primera, ponemos en manos del lector». Desde el número correspondiente al bimestre junio-julio de 1963 asume la responsabilidad de la redacción Fernando G. Campoamor, a quien sustituye Enrique González Manet (mayo-agosto de 1966; no se ha visto el número anterior). Tiene una salida irregular. Ha contado con la colaboración de Juan Marinello, Alejo Carpentier, Yolanda Aguirre, César Rodríguez Expósito, Salvador Bueno, Graziella Pogolotti, Virgilio Piñera, Julio Le Riverend, Edmundo Desnoes, Manuel Moreno Fraginals, Femando G. Campoamor.
 

Boletín Oficial de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano (La Habana, 1945- ). Publicación mensual que comenzó a salir el 15 de agosto. Fue su director Eradio García Salazar. Se ocupaba de la administración Baldomero Álvarez Ríos. En el primer número se expresaba que «la labor a realizar será el mejor conocimiento de la ideología del gran cubano que se llamó José Martí, así como todo aquello que esté relacionado con la vida del Apóstol en todos sus aspectos». En sus páginas aparecían artículos sobre diversas facetas de la vida y la obra de José Martí, así como notas acerca de las actividades que, relacionadas con él, se llevaban a cabo en todo el país, ya fuesen organizadas por la asociación de la que era órgano o por cualquier otra institución cultural. Contó con la colaboración de Emilio Roig de Leuchsenring, Rafael Soto Paz, Ciana Valdés Roig, Andrés de Piedra Bueno y otros. Desde el 15 de febrero de 1947 la publicación, sin cambiar de formato y de contenido, comenzó a denominarse Patria. Lleva entonces como subtítulo «Órgano oficial de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano». El director siguió siendo García Salazar, hasta que a su muerte ocupó tal cargo César Rey. Posteriormente lo ha desempeñado Gonzalo de Quesada y Miranda, quien a su vez asumió la administración. Otros colaboradores han sido Miguel de Marcos, Federico Villoch, Armando Leyva, Felipe Pichardo Moya, Dora Alonso, Octavio R. Costa, Luis Felipe Le Roy, Fermín Peraza, Antonio Martínez Bello, César Rodríguez Expósito y Emeterio S. Santovenia. Preparado por Celestino Blanch Blanco, ha sido publicado un Índice selectivo de Patria (1945-1970) (La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1971), el cual fue ampliado con un «Suplemento al Índice selectivo de Patria» -aparecido en el número de Patria correspondiente a septiembre de 1971-, que abarca de septiembre de 1970 a agosto de 1971.
 

BORGES, Fermín (La Habana, 23.4.1931). Cursó la primera enseñanza en La Habana. En 1949 comenzó sus estudios de dramaturgia en el Teatro Universitario. Estudió en La Sorbonne (1957) y en la Universidad de las Naciones (París, 1962). Ha viajado por diversos países europeos y latinoamericanos. Fue fundador y director del grupo teatral Los Comediantes Cubanos (1958). Al triunfo de la Revolución trabajó en la organización del Teatro Nacional y fue el primer director de su departamento de artes dramáticas. En 1960 creó y dirigió el Seminario de Dramaturgia del Consejo Nacional de Cultura y fundó la escuela de teatro del Teatro Nacional. Ese mismo año representó a Cuba en el Primer Festival de Teatro Latinoamericano celebrado en Uruguay. Ha estrenado diversas obras, entre ellas Gente desconocida (1955), Pan viejo (1955), Doble juego (1955), Breve homenaje a los comediantes cubanos (1958), Punto de partida (1959) y La danza de la muerte (1966). Trabaja como autor dramático en el Consejo Nacional de Cultura.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Leal, Rine. «Teatro cubano en un acto», «Con la música a otra parte» y «[Fermín Borges]», en su En primera persona (1954-1966). La Habana, Instituto del Libro, 1967, p. 39-41, 73-82 y 336-338, resp.
 

BORRERO, Dulce María (Puentes Grandes, La Habana, 10.9.1883-La Habana, 15.1.1945). Hija de Esteban Borrero. Desde niña fue educada en las letras. En 1895 se trasladó a Key West con su familia. Allí publicó sus primeros versos en la Revista de Cayo Hueso. Pasó luego a Costa Rica con su padre. Regresó a Cuba en 1899, después de terminada la guerra de independencia. Obtuvo primer premio en los juegos Florales del Ateneo de La Habana (1908), primer premio y medalla de oro de la Academia Nacional de Artes y Letras (1912) por su libro de poemas Horas de mi vida, medalla de oro en el Concurso del Comité Avellaneda (1914) y premio de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes (1919). Fue miembro de número de la Academia Nacional de Artes y Letras desde su fundación en 1910 y codirectora, con Miguel Ángel Carbonell, de sus Anales. En 1935 ocupó la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Fundó la Asociación Bibliográfica de Cuba (1937). Aparecieron trabajos suyos en Cuba Contemporánea, Revista Cubana, Revista Bimestre Cubana, El Fígaro. Pronunció conferencias sobre temas artísticos y literarios, así como sobre problemas educacionales y cívicos. Tuvo participación activa en pro de los derechos femeninos. Se distinguió como dibujante.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Horas de mi vida [Poemas]. Pórtico de Fabio Fiallo. Berlín, Casas Editoriales J. Katz Verlag y Sánchez y Rosal, 1912. | La poesía a través del color. Conferencia pronunciada en la sesión celebrada por la Academia de Artes y Letras el 31 de enero de 1912. La Habana, Imp. y Papelería de Rambla y Bouza, 1912. | El matrimonio en Cuba. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1914. | El arte característico y su libre desarrollo fuera de la tiranía escolar. Conferencia pronunciada en el Ateneo de La Habana, La Habana, El Fígaro, 1917. | Discurso leído en la sesión pública inaugural celebrada por el Club Femenino de Cuba en la Academia de Ciencias el 3 de julio de 1918. La Habana, Imp. de Rambla, Bouza, 1918. | Dos discursos. El magisterio y el porvenir de Cuba. La Fiesta Intelectual de la Mujer: su actual significado; su misión ulterior. La Habana, Cultural, 1935. | La mujer como factor de la paz. Trabajo leído por [...] en la velada que la Sublime Logia de Perfección «Amor Fraternal» Nº 4 celebró en la Catedral Escocesa el día primero de septiembre de 1938, decimoquinto aniversario de su fundación. La Habana, Tipografía Modelo, 1938.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Dulce María Borrero (1883)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 183-184 (Evolución de la cultura cubana, 1608-1927, 5); «El libro de la señora Borrero», en Letras. La Habana, 2ª época, 9 (2): 14-16, ene. 12, 1913. | Chacón y Calvo, José María. «Dulce María Borrero de Luján; con motivo de su muerte», en Revista Cubana. La Habana, 19: 164-165, ene.-jun., 1945. | Darío, Rubén. «Una poetisa cubana. Dulce María Borrero de Luján», en El Triunfo. La Habana, 7 (91): 3, jul. 7, 1913. | Fernández Cabrera, M. «Horas de mi vida», en Bohemia. La Habana, 4 (8): 85-86, feb. 23, 1913. | Henríquez Ureña, Pedro: «Brillante artículo. Dulce María Borrero de Luján. Horas de mi vida», en Arte, La Habana, 1 (1): 3-4, mar. 2, 1914. | Loy, Ramón. «A propósito de los 350 años de la muerte de Cervantes. Dulce María Borrero y sus interpretaciones de Don Quijote», en El Mundo del Domingo. Suplemento del periódico El Mundo. La Habana: 4-5, nov. 27, 1966. | Roig de Leuchsenring [Emilio]. «En la muerte de Dulce María Borrero», en Carteles. La Habana, 26 (4): 28, ene. 28, 1945. | Vitier, Cintio. «Dulce María Borrero», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 42.
 

BORRERO, Esteban de Jesús (Camagüey, 29. 1.1820-La Habana, 24.11.1877). En su ciudad natal recibió una pobre educación. A los dieciséis años se trasladó a La Habana con el fin de ampliar sus conocimientos, pero por motivos de salud tuvo que marchar a Trinidad. En El Correo, de dicha ciudad, publicó su primera composición. Volvió a Camagüey y colaboró con poemas, artículos de costumbres y traducciones del inglés y del francés en El Fanal, El Aguinaldo y La Crónica. En 1868 emigró a los Estados Unidos y posteriormente pasó a México. Falleció poco después de su regreso a La Habana. Utilizó el seudónimo T. Besané.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Esteban de Jesús Borrero (1820-1877)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 27 (Evolución de la cultura cubana.1608-1927, 3).
 

BORRERO, Juana (La Habana, 18.5.1877-Key West, Fla., EE.UU., 9.3.1896). Hija de Esteban Borrero Echeverría. Fue educada en un ambiente de arte y literatura. Desde niña recibió clases particulares de dibujo de Dolores Desvernine. En 1886 ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro; más tarde fue alumna del pintor Armando Menocal. En 1892 viajó con su padre a Nueva York y allí conoció a Martí, quien ofreció en Chickering Hall una velada literaria en su honor. En Washington tomó clases de pintura con Mac Donald. En 1893 regresó a Cuba. Algunos de sus poemas aparecieron en la antología Grupo de familia, poesías de los Borrero (1895). Colaboró en La Habana Elegante, El Fígaro, Gris y Azul. Además de su extenso epistolario y de sus poemas, dejó valiosos dibujos a pluma y varios lienzos. En 1895, su padre -comprometido en la insurrección- emigró con toda su familia a Key West (Cayo Hueso), Florida.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Rimas. «Juana Borrero (Exergo)», por Conde Kostia, seud. de Aniceto Valdivia. La Habana, Imp. La Constancia, 1895. | Epistolario. «Las cartas de amor de Juana Borrero», por Cintio Vitier. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1966-1967. 2 v. | Poesías. «Juana Borrero», por Fina García Marruz. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1966.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Augier, Ángel I. Juana Borrero, la adolescente atormentada. Conferencia leída el 17 de marzo de 1937, en el Palacio Municipal correspondiente a la serie sobre Habaneros Ilustres y publicada en el número 15 de los Cuadernos de Historia Habanera. La Habana, Imp. Molina, 1938. | Borrero, Dulce María. «Evocación de Juana Borrero», en Revista Cubana. La Habana, 20: 5-63, jul.-dic., 1945. | Carricarte, Arturo R. de. «Juana Borrero», en Bohemia. La Habana, 3 (47): 561-562, nov. 24, 1912. | Casal, Julián del. «Juana Borrero», en su Bustos y rimas. La Habana, Imp. La Moderna, 1893, p. 75-91. | Darío, Rubén. «Juana Borrero», en Julián del Casal y el modernismo hispanoamericano, de José Moría Monner Sans. México, El Colegio de México, 1952, p. 250-254. | González, Manuel Pedro. «Escolios al Epistolario de Juana Borrero», en Anuario L/L. La Habana, (1): 103-150, 1970. | Uhrbach, Carlos Pío. «Juana Borrero», en El Fígaro. La Habana, 12 (11): 121, mar. 15, 1896. | Varona, Enrique José. «Las poesías de los Borrero, en El Fígaro. La Habana, 11 (10): 156, mar. 31, 1895.
 

BORRERO ECHEVERRÍA, Esteban (Puerto Príncipe, Camagüey, 26.6.1849-San Diego de los Baños, Pinar del Río, 29.3.1906). Hijo de Esteban de Jesús Borrero. Aprendió las primeras letras en una escuela que abrió su madre. En ella ejerció como maestro ya desde los once años de edad. En 1860 ingresó en la Primera Escuela Municipal de Varones de Camagüey, donde completó su educación y aprendió teneduría de libros. Se acreditó como profesor de instrucción primaria en Puerto Príncipe. En 1863 se colocó como ayudante delineador en la Comandancia de Ingenieros de su ciudad natal. Abrió una academia nocturna para adultos a la vez que recibía clases en el Instituto de Aplicación. Al estallar la guerra del 68 partió hacia la manigua con sus discípulos. Allí fundó dos escuelas y sirvió en las armas hasta llegar a ser jefe de servicio de avanzada, capitán y más tarde coronel. Cayó prisionero y sufrió grandes penalidades hasta la Paz del Zanjón. Logró liberarse de la pena de muerte y del destierro y regresó a Camagüey, donde se ganó la vida como zapatero y panadero. Sospechoso al gobierno español, fue condenado al presidio de Isla de Pinos, pero obtuvo un permiso para permanecer en La Habana. Admitido como maestro sin sueldo en colegios de la capital, trabajó también como librero encuadernador en sus horas libres. Estudió agrimensura y la carrera Pericial de Aduana. Fue vicedirector de la escuela El Pilar y director de la escuela nocturna del Recreo Español. Se graduó de Licenciado en Medicina y Cirugía, pero no pudo obtener el doctorado a causa de su falta de recursos económicos. Obtuvo por oposición la plaza de médico municipal de Puentes Grandes. Fue cofundador de la Sociedad de Estudios Clínicos y de la Sociedad Antropológica. En 1892 se trasladó a Nueva York para entrevistarse con algunos miembros de la Junta Revolucionaria. A causa de la guerra del 95 se vio obligado a emigrar a Cayo Hueso. En Estados Unidos y América Central ejerció como farmacéutico, médico y maestro. Dirigió la escuela del Club San Carlos, de los emigrados cubanos. Fue nombrado delegado del Partido Revolucionario Cubano y ministro del gobierno de la República en Armas en Costa Rica y El Salvador. Volvió a Cuba en 1902 y representó al Tercer Cuerpo del Ejército en la asamblea de libertadores. Fue catedrático de Anatomía, de Psicología Pedagógica, Historia de la Pedagogía e Higiene Escolar en la Universidad de la Habana, así como otros cargos relacionados con la enseñanza. Fundó y dirigió El Colibrí y fue redactor de El Oriente y El Triunfo. Colaboró en la Revista Cubana, El Fígaro, La Habana Elegante, Revista de Cuba. En diversas publicaciones periódicas científicas, como la Crónica Médico-Quirúrgica de la Isla de Cuba, el Boletín de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba y la Revista de Ciencias Médicas de La Habana, fue redactor y además ocupó cargos de dirección. Su novela inconclusa «Aventuras de las hormigas» apareció en la Revista Cubana (La Habana, 3: 111-120, jul., 1935; 302-317,ago.-sep., 1935; 4: 158-184,oct.-dic., 1935; 5: 123-131,ene.-feb., 1936; 329-342, mar., 1936; 6: 236-249,abr.-jun., 1936). Su autobiografía fue publicada en la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias (La Habana, 3: 59-71, 1906) de la Universidad de la Habana, de cuyo consejo de redacción formó parte al iniciarse su publicación. Dejó inédito, entre otros libros, un tomo de poemas. Tradujo Las instituciones antropológicas, de Broca, y el Tratado de aritmética, de Wentworth. Trabajos sobre pedagogía y medicina quedaron en preparación.

BIBLIOGRAFÍA, ACTIVA

Poesías. La Habana, Imp. La Económica, 1878. | Notas biográficas y críticas sobre Joaquín C. Lebredo. Publicadas por La Enciclopedia en el mes de noviembre de 1887. La Habana, Imp. La Propaganda Literaria, 1887. | La vieja ortodoxia y la ciencia moderna. Discurso leído en el Ateneo de La Habana. La Habana, Imp. Militar, 1889. | Muerte y vida. La Habana, Imp. La Constancia, 1895. | En la intimidad. A. Diego Vicente Tejera. New York, Imp. América, 1896. | Veinte y siete de noviembre. Discurso del Dr. [...] en «San Carlos». En conmemoración del fusilamiento de los estudiantes de medicina, y en el vigésimo quinto aniversario de este suceso. Key West, Florida, Imp. Au Bon marché, 1896. | El fusilamiento de los estudiantes y la agonía del poder colonial de España en Cuba. Discurso leído por [...]. Key West, Imp. de Dr. Frías, 1897 | 7 de diciembre de 1897. En el primer aniversario de la muerte del Lugarteniente General del Ejército Libertador de Cuba José Antonio Maceo. Discurso pronunciado por [...], Key West, Imp. El Vigía, 1897. | Lectura de Pascuas. Una novelita. Machito Pichón. Cuestión de Monedas. La Habana, Imp. El Fígaro, 1899; 2ª ed. La Habana, Secretaría de Educación. Dirección de Cultura, 1937 (Cuadernos de Cultura. 4ª serie, 2). | Una carta íntima. (Pro anima, pro lingua, pro patria, 1899). La Habana, Imp. Avisador Comercial [1899?]. | Las Bellas Artes y su influencia social. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1900. | Alrededor del Quijote. Trabajos escritos con motivo del 3er. centenario de la publicación de la obra inmortal de Cervantes. La Habana, Librería e Imp. La Moderna Poesía, 1905. | El ciervo encantado. Cuento Prehistórico. La Habana, Imp. El Avisador Comercial, 1905. | Don Quijote, poeta. Narración cervantesca. Escrita con motivo de la celebración en La Habana del 3er. centenario de la publicación de la obra maestra de Cervantes. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1905. | El amigo del niño. Libro primero de lectura. Obra de texto aprobada por la Junta de Superintendentes de Escuelas el 16 de noviembre de 1903. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1906; 2ª ed. Id.; 3ª ed. Id.; 1913. | Alma Cubana. La Habana, Imp. La Prueba, 1916 (Biblioteca Cuba, 20).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Baeza Flores, Alberto. «El centenario de un Ulises cubano. Esteban Borrero Echeverría», en Carteles. La Habana, 30 (27): 26-27, jul. 3, 1949. | Bueno, Salvador. «Esteban Borrero Echeverría, médico, poeta y educador», en su Figuras cubanas. Breves biografías de grandes cubanos del siglo XIX. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1964, p. 327-336. | Casal, Julián del. «Esteban Borrero Echevarría» [sic], en su Bustos y rimas. La Habana, Imp. La Moderna, 1893, p. 61-73. | Castellanos, Jesús. «Un libro de fondo y forma. Alrededor del Quijote», en La Discusión. La Habana, 17 (328): 9, nov. 24. 1905; «Borrero», en La Discusión. La Habana, 18 (89): 10, mar. 30, 1906. | Collantes, José María. «El libro de Borrero», en El Fígaro. La Habana, 16 (4): 38, ene. 28, 1900. | Cruz, Manuel de la. «Esteban Borrero (apuntes)», en El Fígaro. La Habana, 10 (15): 199, may. 6, 1894; «Esteban Borrero Echeverría», en su Cromitos cubanos. Bocetos de autores hispano-americanos. La Habana, Est. Tip. La Lucha, 1892, p. 145-160. | González, Diego. «Esteban Borrero Echeverría y el magisterio nacionalista» [seguido de una discusión sobre el tema], en Cuadernos de la Universidad del Aire del Circuito CMQ. La Habana, 4 (47): 331-344, feb. 25, 1953. | Lezama Lima, José. «Esteban Borrero Echeverría», en su Antología de la poesía cubana. T. 3. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 370-371. | Méndez Capote, Renée. «Esteban Borrero», en su Oratoria cubana. Ensayos. La Habana, Imp. Editorial Hermes [s.a.], p. 227-233. | Remos, Juan J. El genio de Esteban Borrero Echeverría en la vida, en la ciencia y en el arte. Discurso de ingreso como miembro de número de la sección de literatura por [...] en la sesión solemne celebrada por la Academia Nacional de Artes y Letras la noche del 27 de marzo de 1930. La Habana, Imp. El Avisador Comercial. 1930. | Varona, Enrique José. Elogio del Dr. Esteban Borrero Echeverría pronunciado en la sesión fúnebre, dedicada a su memoria que tuvo lugar el día 19 de enero de 1907. La Habana, Imp. El Avisador Comercial, 1907. | Vitier, Medardo. «Elogio de Esteban Borrero Echeverría», en su Estudios, notas, efigies cubanas. La Habana, Editorial Minerva, 1944, p. 26-34.
 

BOTI, Regino E. (Guantánamo, Oriente, 18.2.18784-Id., 5.8.1958). Cursó la primera enseñanza en su pueblo natal. Entre 1895 y 1898 residió en Barcelona, enviado por su familia para que continuara sus estudios. En 1900 fue nombrado ayudante interino de una escuela de varones de Guantánamo, de la que más tarde ocupó la dirección. Trabajó como auxiliar de la mayordomía en un ingenio de República Dominicana (1902-1904). Ejerció el magisterio en las escuelas públicas hasta el año 1906, en que fue declarado cesante. En 1907 fue cofundador, en Guantánamo, del Partido Conservador Nacional, cuya presidencia llegó a ocupar años más tarde (1920-1922). De 1907 a 1908 trabajó como profesor en colegios privados y dirigió la Escuela Nocturna Municipal. Durante varios años desempeñó la secretaría de la Junta Municipal Electoral de Guantánamo (1908-1917). En 1911 se graduó de maestro público. Obtuvo el título de Bachiller en 1913. Ese mismo año fue presidente de la Sociedad de Conferencias de Guantánamo. Se graduó de Doctor en Derecho Civil en la Universidad de la Habana (1917) y más tarde obtuvo el título de Notario Público (1918). Ejerció la carrera notarial y fue profesor de gramática y literatura en el Instituto de Segunda Enseñanza de Guantánamo. Fue delegado a la Segunda Conferencia Americana de Cooperación Intelectual (1941). En 1942 se graduó de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. Dirigió El Resumen. Fue colaborador en Oriente, El Pensil, Oriente Literario, Renacimiento, El Cubano Libre, Orto, Luz, El Estudiante, Cuba y América, El Tiempo, Cuba Contemporánea, Revista de Avance, Letras, El Fígaro, Bohemia, La Ilustración, Universal, Diario de la Marina, Revista Bimestre Cubana, El Mundo. Fue miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba, de la Academia Cubana de la Lengua y de la Academia Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz. Se dedicó al estudio de la métrica y publicó obras desconocidas de Rubén Darío. También escribió ensayos. Compiló cantos populares cubanos, recogidos en La lira cubana (4ª ed. Guantánamo, Imp. La Imperial, 1919). Con José Manuel Poveda y Agustín Acosta forma el trío de poetas que produjeron el primer renacimiento lírico en la República.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Rumbo a Jauco. Santiago de Cuba, 1910 (Biblioteca El Cubano Libre, 6). | Prosas emotivas. Santiago de Cuba, 1910 (Biblioteca El Cubano Libre, 8). | Guillermón. Notas biográficas del General Guillermo Moncada. Guantánamo, La Imperial, 1911. | Guantánamo. Breves apuntes acerca de los orígenes y fundación de esta ciudad. Guantánamo, El Resumen, 1912. | Arabescos mentales. Poemas. Barcelona, R. Tobella, impresor, 1913; 2ª ed. La Habana, Eds. de la Organización Nacional de Bibliotecas Ambulantes y Populares, 1959. | El mar y la montaña (versículos indemnes). La Habana, Imp. El Siglo XX, 1921. | El 24 de febrero de 1895. Trabajo de ingreso leído en la sesión extraordinaria celebrada en la tarde del jueves 4 de septiembre de 1919. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1923 (Academia de la Historia de Cuba). | Sincronismos a manera de prólogo para el lector cubano de Crepúsculos fantásticos. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1926. | La torre del silencio. La Habana, 1926. | La nueva poesía en Cuba. La Habana, 1927. | Tres temas sobre la nueva poesía. La Habana, Revista de Avance, 1928. | Kodak-Ensueño. La Habana, Revista de Avance, 1929. | Kindergarten. La Habana, Hermes, 1930.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Aparicio Laurencio, Ángel. «Guantánamo en la obra de Regino E. Boti», en Boletín de la Academia Cubana de la Lengua. La Habana, 7 (34): 247-272, jul.-dic., 1958. | Fernández Retamar, Roberto. «En los ochenta años de Regino E. Boti», en su Papelería. La Habana, Universidad Central de Las Villas. Dirección de Publicaciones, 1962, p. 39-69. | Henríquez Ureña, Max. «Arabescos mentales», en El Fígaro. La Habana, 29 (38): 465-466, sep. 21, 1913. | Jiménez, José Olivio. «La poesía de Regino Boti en su momento», en Boletín de la Academia Cubana de la Lengua. La Habana, 7 (3-4): 227-245, jul.-dic., 1958. | Lezcano, Miguel. «Regino E. Boti», en Arte. La Habana, 7 (215): 12, sep. 15, 1920. | López Morales, Eduardo E. «La palabra y la poética de Regino E. Boti», en Universidad de la Habana. La Habana, (184-185): 107-126, mar.-jun., 1967. | M[añach] J[orge]. «La nueva poesía en Cuba [de] Regino E. Boti», en Revista de Avance. La Habana, 1 (14): 53, oct. 30, 1927. | M[arinello] V[idaurreta] J[uan]. «Notas acerca de José Manuel Poveda, por Regino E. Boti y Héctor Poveda», en Revista de Avance. La Habana, 2 (23): 160, jun. 15, 1928. | Medrano, Higinio. «Prosas del Norte. Regino E. Boti» en Bohemia. La Habana, 3 (35): 418, sep. 1, 1912. | Portuondo, José A. «Regino E. Boti», en Nuestro Tiempo. La Habana, 5 (26): nov.-dic., 1958. | Poveda, Héctor. «Los momentos estéticos de Regino E. Boti», en Orto. Manzanillo, 18 (6): 5-16, sep.-oct., 1929. | Torre, Miguel Ángel de la. «Arabescos mentales, de Regino Boti», en Bohemia. La Habana, 4 (41): 482, oct. 12, 1913. | Vasconcelos, Ramón. «Regino E. Boti», en El Chofer de Cuba. La Habana, 2 (7) 11, feb., 1928; «Regino E. Boti, poeta de su aldea», en Bohemia. La Habana, 38 (43): 35, 56, oct. 27, 1946. | Vitier, Cintio. «Regino E. Boti», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 61-62.
 

Bouquet, El (La Habana, 1894-[1895]). «Semanario artístico, literario y de sport's» [sic] se leía en su portada; en el interior añadían «y de intereses generales». Comenzó a publicarse el 9 de diciembre. Fueron sus fundadores, según aparecía en relación publicada en el primer número, César Allones y Gener, Ernesto Grenet y Gener, Eduardo Texidor y López, J[osé?] R[afael?] M[ontalvo?] y R. de la P. y M. Los tres últimos fungían como administrador, director literario y director editor, respectivamente. «El Bouquet -expresaban en el «Saludo», aparecido en el primer número- por su índole, cierra sus columnas a las controversias de carácter político, y con verdadera complacencia las abre a todas las cuestiones artísticas, literarias y de sport». Solamente se han visto dos números, el segundo con fecha 17 de enero de 1895. En los mismos se publicaron poesías, cuentos, críticas y crónicas teatrales. Colaboraron en sus páginas Lola R. de Tió, Ricardo T. de Urrutia, R. M. Baralt, María S. de Urzáis y Zequeira, B. Tió Sagarra, Arpa y lira (seud. de Manuel G. Marrero?) y otros. Carlos M. Trelles expresa en la segunda parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana. (La Habana, 2 (8): 101, mar.-abr., 1938)-, que fue dirigido por Felipe González, así como que su publicación finalizó en 1895, aunque no precisa la fecha exacta.
 

BOZA MASVIDAL, Aurelio (Camagüey, 28. 11.1900-La Habana, 28.6.1959). Se doctoró en Farmacia y en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. Cursó estudios en la Reale Universita Italiana per Stranieri, de Perugia. Como miembro de la delegación de esa Universidad asistió al Congreso de Universidades. Trabajó como asistente de Fonética y más tarde como profesor de Literatura Italiana y de Teoría de la Literatura en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de la Habana. En 1926 fundó y dirigió el Seminario de Historia de la Literatura Italiana. Colaboró en la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias, Revista Bimestre Cubana, Revista de Educación y Universidad de la Habana. Era socio de número de la Sociedad Económica de Amigos del País y miembro del Ateneo de La Habana. Presidió la Sociedad Italo-Cubana de Cultura. Fue socio de mérito de la Societá Internazionali dei Studi Francescana, socio perpetuo de la Sociedad Nazional «Dante Alighieri» y miembro de la Unión Intelectualle Franco Italienne a la Sorbonne. Además de su labor en la cátedra desarrolló gran actividad como conferenciante. Tradujo del francés la Historia de la literatura inglesa (La Habana, La Propagandista, 1930), de J. J. Jusserand.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El Renacimiento desde el punto de vista de las artes y las letras en Italia. Conferencia pronunciada el 24 de enero de 1919 en la Sala de Conferencias de la Universidad Nacional en la serie efectuada por los alumnos de Historia Moderna. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1919. | Alborada de la libertad. Conferencia pronunciada el 12 de febrero de 1920 en la sala de conferencias de la Universidad Nacional en la serie efectuada por los alumnos de Historia Contemporánea. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1920. | El Dante: su influencia en la literatura castellana. Ensayo crítico-literario sobre el tema objeto del ejercicio oral de las oposiciones a los premios de Historia de la Literatura Española celebradas en la Universidad de la Habana el 12 de junio de 1918. La Habana. Imp. El Siglo XX, 1920, | El Estoicismo. Tesis presentada para optar al título de Doctor en Filosofía y Letras. La Habana, Imp. y Papelería La Propagandista, 1922. | Tirso de Molina considerado como poeta trágico. Versión de la conferencia pronunciada en La Habana, el 17 de diciembre de 1920, en el ejercicio oral para optar al título de Doctor en Filosofía y Letras. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1922. | El problema de la originalidad de la literatura cubana. Conferencia leída el día 22 de julio de 1923 en el Ateneo de La Habana. La Habana, Imp. y Papelería La Propagandista, 1924. | La iglesia en la Edad Media. Las Cruzadas [Ensayo]. La Habana, Editorial Minerva, 1933. | La literatura medioeval. Las canciones de gesta [Ensayo]. La Habana, Editorial Minerva, 1933. | El sentido doloroso de la poesía de Leopardi. Conferencia pronunciada en la Sociedad Italo-Cubana de Cultura la tarde del sábado 23 de febrero de 1935. La Habana, Cultural, 1935. | Leonardo de Vinci. Conferencia leída en la Asociación de Estudiantes de Letras y Ciencias de la Universidad de la Habana en la tarde del 4 de julio de 1934. La Habana, Cultural [1934?]. | La labor docente y académica del Dr. Salvador Salazar. Discurso leído en la Universidad de la Habana el 31de mayo de 1940 en la sesión solemne celebrada en honor del Dr. Salazar. La Habana, Editorial Alfa, 1940. | Estudios de literatura italiana. La Habana, Editorial Selecta, 1945. | Evocaciones y reflexiones universitarias. Versión del discurso pronunciado en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, el 19 de abril de 1946, en la sesión solemne celebrada en su honor, que cumplía ese día 25 años de profesorado universitario. La Habana, Cultural, 1946. | Historia de la literatura italiana. La Habana, Editorial Selecta, 1946. | Dulce María Loynaz: Poesía, ensueño y silencio. La Habana, Imp. de la Universidad de la Habana, 1949. | Evocación del maestro. Leída la noche del sábado 14 de febrero de 1953 en el anfiteatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de la Habana en la sesión solemne celebrada como homenaje a la memoria del Dr. Juan Miguel Dihigo y Mestre en el primer aniversario de su muerte. La Habana, Editorial Selecta, 1953. | Palabra y espíritu de Italia. La Habana, Editorial Selecta, 1956. | La dramática de Shaw y Pirandello. La Habana, Cultural [s.a.] | Lo trascendente de Carducci. La Habana, Cultural [s.a.]

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Aurelio Boza Masvidal. Estudios de Literatura italiana [...]», en América. La Habana, 27 (1, 2 y 3): 94, oct., nov., y dic., 1945. | E[ntralgo] E[lías]. «Aurelio Boza Masvidal: Leonardo de Vinci», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 35 (1): 147-148, ene.-feb., 1935; «A. Boza Masvidal: Shaw y Pirandello», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 35 (2): 315, mar.-abr., 1935. | Rodríguez Alemán, Mario. «Historia de la literatura italiana» en Revista Cubana. La Habana, 21: 178-180, ene.-dic., 1946.
 

BRANLY, Roberto (La Habana, 8.2.1930-Id., 22.4.1980) Desde joven desempeñó diversos trabajos. Fundó, con otros intelectuales jóvenes, el Cine Club de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo (1950). Fue miembro del ejecutivo de la Cinemateca de Cuba en su primera etapa. En 1954 se graduó de Bachiller en Letras en el Instituto de Segunda Enseñanza del Vedado. Al triunfo de la Revolución dirigió la plana cultural «Nueva Generación» del periódico Revolución. En 1960 participó en el Primer Encuentro Nacional de Poetas, celebrado en Camagüey. Asistió al Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, que tuvo lugar en La Habana en 1961. Ese mismo año se graduó en la Escuela Profesional de Periodismo «Manuel Márquez Sterling». Desempeñó la dirección de divulgación de la Coordinación Provincial de Cultura de La Habana (1963) y la subdirección general de la Dirección de Literatura y Publicaciones, ambas del Consejo Nacional de Cultura. En 1965 fue nombrado secretario de relaciones del Pen Club de Cuba. Ese mismo año viajó a la Unión Soviética con la delegación que participó en la Primera Semana de la Cultura Cubana. Ha colaborado, entre otras publicaciones, en La Calle, Ciclón, Lunes de Revolución, Bohemia, Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba, Unión, L/L y Juventud Rebelde, en el que colaboró como crítico cinematográfico. Trabajó como investigador literario en el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias. Director de la revista Cuba Tabaco.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El cisne. Poema. La Habana, Castor, 1956. | Las claves del alba [Poemas]. La Habana, Castor, 1958. | Firme de sangre [Poemas]. La Habana, Castor, 1962. | Apuntes y poemas. La Habana, Eds. Unión, 1966. | Ocho improvisadores decimistas en el territorio de la Granja del Pueblo «17 de mayo». La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1967 (Serie Granja «17 de mayo», Nueva Paz, La Habana, 3). | Prosa oral: anecdotario pinero. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1967 (Serie Isla de Pinos, 12). | Repentistas de la espinela en la Isla de la juventud. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1967 (Serie Isla de Pinos, 13). | Poesía inmediata. La Habana, Eds. Unión, 1968. | Versadores en la Sierra del Rosario. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1968 (Serie Pinar del Río, 18). | Minaz-608: coloquios en el despegue [Testimonio]. La Habana, UNEAC, 1973. | Escrituras [Poesía] La Habana, UNEAC, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

C[uza] M[alé] B[elkis]. «Poesía inmediata: Branly», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 7 (69): 29, ene., 1969. | Díaz Martínez, Manuel: «Las claves del alba», en El Mundo Ilustrado. Suplemento del periódico El Mundo. La Habana: 11, oct. 12, 1958; «Dos Robertos publican», en El Mundo. La Habana, 65 (21742): 4, nov. 19, 1966. | Fernández, David. «Apuntes y poemas. A la búsqueda de la verdadera poesía», en Juventud Rebelde. La Habana, 2ª ed.: 5, oct. 12, 1966. | González, Omar. «Las escrituras de Roberto Branly», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época, (95): 14-15, oct., 1975. | Navarro Luna, Manuel. «Roberto Branly», en Verde Olivo. La Habana, 3 (25): 84-85, jun. 24, 1962. | Santana, Joaquín G. «Firme de sangre», en Hoy. La Habana, 3ª época, 24 (304): 4, dic. 15, 1962. | Torriente, Loló de la. «Branly y Molné: poesía y pintura», en El Mundo. La Habana, 61 (20 616): 4, abr. 3, 1963.
 

BRENE, José R. (Cárdenas, Matanzas,1.5.1927). Cursó la primaria en Colón, en su provincia natal, y hasta tercer año de bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. Se trasladó a Estados Unidos, donde estudió durante año y medio. Por razones económicas se vio obligado a enrolarse en un barco mercante en Nueva Orleáns. Regresó a Cuba en 1949. En1952 se incorporó de nuevo a la marina mercante. Ha visitado Francia, Bélgica, el Norte de África, Brasil, Argentina, Unión Soviética. En1961, tras su regreso definitivo al país, ingresa en el seminario de dramaturgia del Teatro Nacional y comienza a escribir teatro. En1962 estrena con éxito Santa Camila de la Habana Vieja y Pasado a la criolla. Ese mismo año obtiene mención de teatro en el Concurso Casa de las Américas con La viuda triste. En 1970 ganó el premio «José Antonio Ramos»,de la UNEAC, con la obra Fray Sabino, y mención con El camarada Don Quijote, el de Guanabacuta Arriba, y su fiel compañero Sancho Panza, el de Guanabacuta Abajo. Colaboraciones suyas han aparecido en Casa de las Américas y La Gaceta de Cuba. Ha trabajado como asesor literario del Consejo Nacional de Cultura. Escribe para la televisión. BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Santa Camila de la Habana Vieja [y] Pasado a la criolla. La Habana, Eds. El Puente, 1963. | El gallo de San Isidro. La Habana, Eds. R., 1964. | Teatro. La Habana, Eds. Unión, 1965 | Matías Pérez, el ingenioso criollo. La Habana, Editora Pedagógica, 1966. | Fray Sabino. La Habana, Eds. Unión, 1971.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Camps, David. «Teatro de José R. Brene», en Unión. La Habana, 4(4): 173-175, oct.-dic., 1965. | Casey, Calvert. «Santa Camila de la Habana Vieja», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 1 (6-7): 17-18, jul., 1962. | Leal, Rine. «Santa Camila de la Habana Vieja, I y II» y «Un romántico en La Habana Vieja», en su En primera persona (1954-1966). La Habana, Instituto del Libro, 1967, p. 145-149 y 183-186, resp. | Lised, seud, de?. «Humor criollo en Taller Dramático» en Granma. La Habana, 2 (118). 7, abr. 29, 1966. | Torriente, Loló de la. «Brene suelta el gallo», en Bohemia. La Habana, 57 (30): 27, jul. 23, 1965.
 

BRIGADA «HERMANOS SAÍZ» (V. UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE CUBA)
 

Brisas (La Habana,1907-[Id.?]). Semanario de literatura, deportes e intereses del hogar. Salió por primera vez el 9 de junio. Fue su director Tomás M. Cañas. En su primer número, en un artículo titulado «Nuestros ideales», expresaban lo siguiente: «Aspiramos únicamente a mantener una publicación literaria que lleve al seno de los hogares páginas saturadas de conocimientos útiles y provechosos, donde, al lado del cuento que recrea o de la historieta que enseña, esté la poesía que deleita, la anécdota que instruye, el chascarrillo que divierte y el pasatiempo que entretiene, inspirados todos en la moralidad más exquisita». Fueron sus colaboradores Jesús J. López, Esteban Foncueva, Juan y José M. Guerra Núñez, Luis Rodríguez Santos, Martín Pizarro, José López Goldarás, Julio Laurent Pagés y otros. Además reprodujeron en sus páginas trabajos de figuras de la literatura hispanoamericana y europea. El último ejemplar revisado corresponde al 21 de julio de 1907.
 

Brisas de Cuba (La Habana, 1855-1856.) «Publicación quincenal de amena literatura», redactada por Néstor Ponce de León, Fernando Valdés Aguirre y Santiago de la Huerta. La primera entrega se repartió el 8 de junio. «Conociendo nosotros -expresan los redactores en el artículo «Brisas de Cuba», que sirve de introducción a dicha entrega- la necesidad que había de que existiese un periódico destinado especialmente a presentar ante un público indulgente e ilustrado los escritos de la juventud estudiosa, no hemos titubeado un momento en llevar a cabo la ardua empresa de redactar uno, que ofreciéndose solamente como de amena literatura, diese cabida en sus páginas a trabajos científicos y literarios». Se publicaron tres tomos de 500, 263 y 208 páginas respectivamente. La primera entrega del segundo tomo apareció con fecha 19 de febrero de 1856. En la «Conclusión del tomo segundo» (con fecha 14 de junio de 1856) señalan que dan fin al mismo «para introducir algunas mejoras en las Brisas, ora en la colaboración, ora en la parte material». En sus páginas aparecieron poesías, cuentos, leyendas, novelas, relatos, así como artículos de crítica literaria y sobre historia, filosofía y educación. No obstante ser «un periódico redactado por estudiantes, y dedicado casi exclusivamente a los estudiantes», contó con la colaboración de reconocidos intelectuales de la época, entre los que se destacan Antonio Bachiller y Morales, José de la Luz y Caballero, Manuel González del Valle, Enrique Piñeyro, Ramón Vélez Herrera, Miguel Teurbe Tolón, Francisco de Paula Gelabert, Luisa Pérez y Montes de Oca, Adolfo de la Azucena (seud. de Juan Clemente Zenca), Rafael M[aría] de Mendive, José Fornaris, Ramón Zambrana, Felipe Poey, Ignacio María de Acosta, José Ignacio Rodríguez, Emilio Blanchet, Domingo del Monte y Portillo, José Agustín Quintero, Balbina García Copley y otros. No se ha podido determinar la fecha exacta en que apareció la última entrega. Compilado por Araceli García-Carranza se ha publicado su índice analítico, aparecido en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 85-143).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «Brisas de Cuba, (1855-1856)», en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX. Compilados por [...]. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 83.
 

Brisas del Cauto (Santiago de Cuba, 1885-?). «Periódico científico, literario, comercial e industrial», se lee en el único ejemplar consultado (número 2), correspondiente al 13 de diciembre de 1885. «Verá la luz todos los domingos», se expresa en dicho número. Comenzó a publicarse en noviembre, según señala Carlos M. Trelles en la segunda parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (8): 101, mar.-abr., 1938). Era su director Francisco Martínez Betancourt. Integraban su redacción Francisco Martínez Cordero, Francisco Ortiz, Emiliano Castillo, Melibeo, Franz, Roberto Plás. En la relación de colaboradores figuraban Vitaliano Martínez, Fileno, Francisco Chávez Castro, Antonio Poveda y Ferrer, Luis Lamarque y Delgado y Francisco Ibarra Ortiz. En el ejemplar de referencia aparecieron poesías, pequeños cuentos y otros artículos de interés local. Las poesías estaban firmadas por Antonio Poveda, Juan Tomás Salvany y Roberto Plás. En la sección de folletines se publicaba «La aparición del Jigüe. Tradición cubana», de José M[aría] Izaguirre. Se desconoce cuándo finalizó su publicación.
 

Brisas del Yayabo (La Habana, 1911-[1914?]). «Revista literaria e ilustrada / Consagrada a la ciudad de Sancti Spíritus», se lee en el número 2, correspondiente al 15 de diciembre de 1911. Eran sus propietarios F. de Armas y Rodolfo Ponce de León. Salía cada quince días. Desde el 15 de junio de 1911 fue dirigida por Ramón R[ivera] Gollury (seud. Roger de Lauria), quien al año siguiente aparece como director literario. En un artículo publicado en el número correspondiente al 1º de julio de 1911, bajo el título «Laborando», expresaban lo siguiente: «Con fe en nuestro porvenir, con halagüeñas esperanzas que hiciéronnos concebir amigos que nos animaron y sostuvieron en nuestros propósitos, abordamos la obra de dotar a los espirituanos todos residentes en la Habana, de un exponente de su cultura, de una revista, en cuyas páginas palpitase el sentir del solar nativo, del que los azares de la vida nos alejaron, y cumplidamente creemos que vamos dando cometido a nuestros propósitos». Hacia marzo de 1913 está en su segunda época, ahora bajo la dirección de Rafael Félix Pérez, quien es también su propietario. En agosto de 1914 era dirigida por Rodolfo Ponce de León y se hallaba en su tercera época. Publicó poesías, cuentos, crítica literaria, crónica social y otros asuntos de interés general, así como pequeñas biografías de espirituanos destacados. Fueron sus colaboradores, entre otros, Max Henríquez Ureña, Néstor L. Carbonell, Sergio Cuevas Zequeira, Luis A. Baralt, José de la Luz León, Enrique Gay Calbó, Pedro Alejandro López, Miguel Galliano Cancio, Rafael S. Jiménez, Ángel G. Zamora, Evaristo Taboada. El último ejemplar revisado corresponde al 30 de septiembre de 1914. Según parece su publicación cesó en este año, pues León Primelles no la menciona en el siguiente en su obra Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955).
 

Brujo, El (Sagua la Grande, Las Villas, 1883-[1884?]). Revista semanal de ciencias, literatura y artes. Comenzó a salir el 7 de octubre. Francisco Rosales era su director. Carlos M. Trelles indica, en la segunda parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (8): 102, mar.-abr., 1938)-, que fue dirigida por Francisco Rosales, Federico Rodríguez y Lucas Castañeda. Trataba «única y exclusivamente asuntos literarios». Presentaba las siguientes secciones: Doctrinal, Científica, Artística, Literaria, Poética y de Brujerías. Fueron sus colaboradores Belisario Casanovas, Antonio Hurtado, J. S. Bosch, I[gnacio] Delmonte y otros, presumiblemente escritores de la ciudad. El último número revisado corresponde al 30 de marzo de 1884. Dice Trelles, en su ya citado trabajo, que salió hasta ese año.
 

BRULL, Mariano (Camagüey, 24.2.1891-La Habana, 8.6.1956). Muy niño aún fue trasladado a España. A su regreso, ya adolescente, estudió la segunda enseñanza y comenzó a publicar, en revistas de su ciudad natal, sus primeros poemas. En 1913 se graduó de Doctor en Derecho en la Universidad de la Habana. Ejerció su profesión durante algunos años (1913-1917). Formó parte, de 1914 a 1915, del pequeño grupo reunido en torno a Pedro Henríquez Ureña. En 1917 fue designado secretario de segunda clase en la Legación de Cuba en Washington. También prestó servicio diplomático en Lima, Bruselas, Madrid, París, Berna, Roma, Canadá y Uruguay. Colaboró en El Fígaro, Gaceta del Caribe, Espuela de Plata, Clavileño, Orígenes. Poemas suyos fueron traducidos al inglés. Tradujo el Cementerio marino (París, 1930) y La joven parca (La Habana, Eds. Orígenes, 1949), de Paul Valéry.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La casa del silencio [Poemas]. Introd. de Pedro Henríquez Ureña. Madrid, M. García y Galo Sáez, 1916. | Quelques poèmes. Tr. par Francis de Miomandre et Paul Werrie. Introduction de Paul Werrie. Bruxelles, L'Equerre, 1926. | Poemas en menguante. Paris, Le Moil et Pascaly, 1928. | Canto redondo, París, G.L.M., 1934. | Poèmes. Tr. originales de Mathilde Pomès et Edmond Vandercammen. Préface de Paul Valéry. Bruxelles, Les Cahiers du Journal des Poètes, 1939 [Texto en francés y español]. | Solo de rosa. Poemas. La Habana. La Verónica, 1941.| Temps en peine. Tiempo en pena. Tr. de Mathilde Pomès. Bruxelles, La Maison du Poète, 1950. | Rien que... (Nada más que... ) Tr. par E. Noulet. Paris, Pierre Seghers, 1954 (Autour du Monde, 15).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Amado Blanco, Luis. «Mariano Brull», en Información. La Habana, 19 (129): B2, jun. 1, 1955. | Baquero. Gastón. «En la muerte de Mariano Brull», en Boletín [de la] Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 5 (7): 4-7, ju 1.,1956. | Fernández Retamar, Roberto. «Mariano Brull (1891)» en su La Poesía contemporánea en Cuba (1927-1953). La Habana, Eds. Orígenes, 1954, p. 33-34. | J[erez?] V[illarreal?] J[uan?]. «Mariano Brull y Caballero. Rien que... [...]», en América. La Habana, 44 (3): 96, sept., 1954. | Lizaso, Félix. «La casa del silencio», en El Fígaro. La Habana, 33 (9): 169, abr. 1, 1917. | «Mariano Brull. Solo de rosa [...]», en América. La Habana, 20 (1 y 2): 90, oct.-nov., 1943. | Matas, Julio. «Mariano Brull y la poesía pura en Cuba», en Nueva Revista Cubana. La Habana, 1 (3): 60-77, oct.-dic., 1959. | Reyes, Alfonso. «Alcance a las jitanjáforas», en Revista de Avance. La Habana 4 (46): 133-134, 136-140, may., 1930. | Rodríguez Luis, Julio. «Recuerdo de Mariano Brull», en Ciclón. La Habana, 2 (5): 3-6, sep., 1956. | Russell, Dora Isella. «Personalidad y obra poética de Mariano Brull», en América. La Habana, 50 (1, 2 y 3): 42-43, oct.-dic., 1956. | Vitier, Cintio. «Mariano Brull», en su Cincuenta años de Poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana. Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1952, p. 187-188; Lo cubano en la poesía. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1958, p. 319-328; «Una traducción de La jeune parque», en su Crítica sucesiva. La Habana, Instituto del Libro, 1971, p. 57-66.
 

BUCH LÓPEZ, Ernesto (Santiago de Cuba, 4.2.1894- ). Realizó estudios primarios y secundarios en su ciudad natal. Graduado de Doctor en Derecho Civil en la Universidad de la Habana. Entre 1933 y 1935 fue secretario y director del Ateneo de Santiago de Cuba. Académico correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba. Dirigió la revista Atenea y el Boletín del Colegio Notarial de Santiago de Cuba. Colaboró en Orto, Bohemia, El Mundo.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Obsidianas. Poemas y crónicas. [Santiago de Cuba?, 19...]. | Del Santiago colonial. Apuntes históricos de Santiago de Cuba, desde la colonización hasta el cese de la soberanía española (1514-1898). Santiago de Cuba, Editorial Ros, 1944. | Historia de Santiago de Cuba. La Habana, Editorial Lex, 1947. | Años y experiencias. Un poco de análisis, sensibilidad y buen humor. Santiago de Cuba (La Habana), P. Fernández, 1956.
 

BUENO, Salvador (La Habana, 18.8.1917). En 1942 se graduó de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. Desde esa fecha y hasta 1947 ejerció como profesor de español en una institución docente privada. Posteriormente desempeñó la cátedra de gramática y literatura en los institutos de segunda enseñanza de Pinar del Río y de La Habana. Fue adscrito, a través de un concurso oposición, a la cátedra de Historia de la Literatura Cubana e Hispanoamericana en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad (1949). En 1959 obtuvo el premio de la Sección de Gramática y Literatura del Colegio Nacional de Ciencias y de Filosofía y Letras por su ensayo Trayectoria de Labrador Ruiz (A los 25 años de Laberinto). Colaborador en Carteles, Bohemia, Unión, Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba, Revista de la Biblioteca Nacional, Cuadernos Americanos (México) y otras muchas publicaciones cubanas y extranjeras. Ha viajado por Estados Unidos, Europa occidental, Hungría y la Unión Soviética. Autor de diversas antologías (Antología del cuento en Cuba (1902-1952). La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1953; Los mejores ensayistas cubanos. Lima, Imp. Torres Aguirre [1959]; Los mejores cuentos cubanos. Lima, Imp. Torres Aguirre, [1959-1960]. 2 t.; Órbita de José Antonio Fernández de Castro. La Habana, Eds. Unión, 1966). Desde 1962 es profesor de la Escuela de Letras y Arte de la Universidad de la Habana. Es asesor literario de la Biblioteca Nacional José Martí.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Contorno del modernismo en Cuba. Conferencia pronunciada en la Universidad del Aire el día 3 de septiembre de 1950. La Habana Talleres Tipográficos de Editorial Lex, 1950, | Medio siglo de literatura cubana (1902-1952). La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1953. | Policromía y sabor de costumbristas cubanos. Santiago de Cuba, Universidad de Oriente. Depto. de Extensión y Relaciones Culturales, 1953. | Historia de la literatura cubana. Adaptada al programa oficial vigente en los institutos de segunda enseñanza de Cuba. La Habana, Minerva, 1954: 2ª ed. Id., 1959; 3ª ed. La Habana, Ministerio de Educación, 1963. | Las ideas literarias de Domingo del Monte. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1954. | La letra como testigo. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1957. | Trayectoria de Labrador Ruiz (A los 25 años de Laberinto). La Habana, Editorial Librería Martí, 1958. | Imagen del poeta Milanés. Separata de Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 1963, | Figuras cubanas. Breves biografías de grandes cubanos del siglo XIX. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1964. | Temas y personajes de la literatura cubana. La Habana, Eds. Unión, 1964. | Aproximaciones a la literatura hispanoamericana. La Habana, Eds. Unión, 1967. | Enrique Piñeyro y la crítica literaria. La Habana, Ministerio de Educación. Instituto Nacional de Cultura [s. a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Agostini, Víctor. «Bueno, Salvador. Antología del cuento en Cuba (1902-1952) [...]», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 6 (1): 173-179, ene.-mar., 1955. | Avilés Ramírez, Eduardo. «Crónica de París. Apuntes sobre Salvador Bueno», en Boletín [de la] Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 7 (6): 31-32, jun., 1958. | Chacón y Calvo, José María. «Medio siglo de literatura cubana, I y II», en Diario de la Marina. La Habana, 121 (93, 110 y 116, 122): 56, 54 y 58, 56, abr. 19, may. 10, 17 y 26, 1953, resp. | Latchman, Ricardo A. «Desde Chile. Un panorama de las letras cubanas», en Boletín [de la] Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 5 (1): 1-5, ene., 1959. | Lazo, Raimundo. «Dos libros de literatura cubana», en Diario de la Marina. La Habana, 121 (126): 4, may. 30, 1953 | Marquina, Rafael. «Historia de la literatura cubana de Salvador Bueno», en Boletín [de la] Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 3 (11): 20-23, nov., 1954 | Pogolotti, Marcelo, «Medio siglo de literatura», en El Mundo. La Habana, 51 (16373): 6, feb. 7, 1953.
 

BUESA, José Ángel (Cruces, Las Villas, 2.9.1910). Cursó estudios en el Colegio Champagnat, de Cienfuegos. Desde joven cultivó la poesía. Escribió algunas piezas de teatro, pero se consagró con más dedicación a las novelas radiales. Colaboró en Bohemia, Vanidades y otras muchas publicaciones periódicas. Perteneció al consejo de redacción de la revista Isla. Poeta que trató fundamentalmente el tema erótico en forma mimética y externa, algunos de sus libros, como Oasis y Nuevo oasis, vieron múltiples ediciones. Otros libros que editó fueron Misas paganas, Hyacinthus, La vejez de don Juan, Prometeo, Cantos de Proteo, Poeta enamorado y Maya. Publicó varias antologías de sus poemas. Tradujo Los Trofeos, de José Ma. de Heredia, y Poemas perversos, de Adrien Roland. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés y ruso. Abandonó el país al triunfo de la Revolución.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La fuga de las horas. La Habana, Editorial Aida [1932]; 2ª ed. 1933. | Babel. La Habana, Editorial Alvarado Sicilia, 1936. | Canto final. La Habana, Imp. Alfa, 1938. | Muerte diaria. La Habana, Molina, 1943. | Oasis. La Habana, 1943. | Odas por la victoria. La Habana, P. Fernández, 1943. | Canciones de Adán. La Habana, Tamayo, 1947. | Lamentaciones de Proteo. La Habana, 1947. | Alegría de Proteo. La Habana, Tamayo, 1948. | Nuevo oasis. La Habana, Impresora Modelo, 1949. | Poemas en la arena. La Habana, Impresora Modelo, 1949. | Doble antología... Double anthologie. La Habana, International Printing, 1952. | Sus mejores poesías: «La poesía de José Ángel Buesa», por Alberto Baeza Flores. Barcelona (España), Editorial Bruguera, 1954. | Poeta enamorado. Barcelona, España. Eds. Hispano-Cubanas, 1955. | Poeta enamorado. 2ª ed. La Habana, Editorial de Distribuidora Antillana, 1960 (Colección Palma, 2). | Poemas prohibidos. La Habana, Imp. Cima, 1959; 2ª ed. La Habana, Eds. Distribuidora Antillana de Librería, 1959. | Versos de amor. La Habana, Editorial Guerrero, 1959. | Libro secreto. La Habana, Eds. de Distribuidora Antillana de Librería, 1960. | Los mejores poemas. La Habana, Eds. de Distribuidora Antillana de Librería, 1960.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Baeza Flores, Alberto. «[Nuevo oasis de José Ángel Buesa]», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 4 (3): 146-150, jul.-sep., 1953. | González Contreras, G[ilberto]. «Oasis y Hyacinthus», en Mañana. La Habana, 2ª época, 5 (186): 2, jun. 12, 1943. | Labrador Ruiz, Enrique. «Baraja poética», en La Gaceta del Caribe. La Habana, 1 (1): 5-6, mar., 1944. | Suvillaga, Lázaro, seud. de Gilberto González y Contreras. «José Ángel Buesa», en Mañana. La Habana, 5 (281): 2, ago. 7, 1943. | Vitier, Cintio. «José Ángel Buesa», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas. La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1952, p. 274.
 

BUTTARI, Juan José (Cárdenas, Matanzas, 10.3.1866-?). Se graduó de Doctor en Filosofía y Letras y en Derecho en la Universidad de la Habana. Joven aún se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó como inspector de aduana, intérprete oficial y traductor en el Tribunal Supremo, el Tribunal Federal y el Tribunal del Condado, todos del distrito de Hillborough, fue redactor de El Vigía y director-fundador de El Debate. Viajó por Europa. Incorporado a las filas revolucionarias en la guerra de 1895, llegó a obtener el grado de comandante. Colaboró en La Tribuna, La Justicia, Diario de la Marina, Cuba Nueva, El Hogar y El Fígaro. Fue redactor de La Estrella Cubana y director de la revista Cuba nueva con ideas nuevas. Utilizó el seudónimo Ornolay.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Pro patria. Poema histórico sintético. «Dos palabras», por Miguel de Carrión. La Habana, Úcar, García, 1938. | Poesías completas. La Habana, 1947. 2 t. | La Orden Caballeros de la Luz en la República de Cuba, 1873-1948, su origen, su objeto, su misión actual. La Habana, 1948. | Discursos y conferencias, Rebaño servil [y] Algo de mi labor periodística. La Habana, Editorial Lex, 1953. | Boceto crítico histórico. Obra escrita en cuatro etapas por [...]. La Habana, Editorial Lex, 1954.
 

BUZZI, David (La Habana, 14.11.1933). Cursó la primaria y el bachillerato en su ciudad natal. Estuvo exiliado, por participar en las luchas contra la tiranía batistiana, en varios países de la América del Sur. En Ecuador trabajó como productor y director de la emisora Radio Tarquí. A su regreso ocupó el cargo de director del Departamento de Seguridad Social del Ministerio del Trabajo (1959-1962). En 1960 se graduó en Ciencias Sociales y en Derecho en la Universidad de la Habana. Ha viajado por Estados Unidos y la Unión Soviética. Colaborador en El Mundo, Unión, La Gaceta de Cuba, Casa de las Américas y en diversas publicaciones de la Unión Soviética. Con su novela Los desnudos ganó mención en el Concurso Casa de las Américas de 1966. En el Concurso UNEAC de 1967 ganó mención en cuento y novela. Con La religión de los elefantes ganó el premio de novela en el Concurso UNEAC de 1968. En 1973 obtuvo mención en el Concurso 26 de Julio de las FAR. Actualmente desempeña funciones en la redacción de la revista Revolución y Cultura.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Los desnudos. Novela. La Habana, Eds. Unión, 1967. | La religión de los elefantes. Novela. La Habana, UNEAC, 1968. | Mariana. Novela. La Habana, Eds. Unión, 1970. | Caudillo de difuntos [Novela]. La Habana, UNEAC, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Aparicio Raúl. «Acotación a Los desnudos», en Unión. La Habana, 6 (3): 124-131, jul.-sep., 1967. | Cuza Malé, Belkis. «Una novela al desnudo», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 6 (60): 19, jul.- ago., 1967. | Donoso Pareja, Miguel. «Los desnudos», en El Día. México, D. F., :9, dic. 5, 1967. | Fernández, Pablo Armando. «Buzzi y el sueño compartido», en Unión. La Habana, 9 (4): 153-156, dic., 1970. | Heras León, Eduardo. «Los elefantes al desnudo», en Unión. La Habana, 6 (2): 144-149, jun., 1969. | Herrero, Juan Luis. «Buzzi y Los desnudos», en El Mundo. La Habana, 66 (21997): 4, sep. 16, 1967. | Oraá, Pedro de. «Todos los desheredados», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (75): 28-29 ago., 1969. | Sáez, Luis M. «Cinco preguntas a cinco menciones», en Bohemia. La Habana, 58 (11): 24-25, mar. 18, 1966.
 

BYRNE, Bonifacio (Matanzas, 3.3.1861-Id., 5.7.1936). Realizó sus estudios en Matanzas. Desde la adolescencia tuvo inclinación por la literatura. En su ciudad natal frecuentó el Círculo Literario. En 1890 fundó los periódicos La Mañana y La Juventud Liberal. Pocos años más tarde, en 1896, se vio precisado a emigrar a los Estados Unidos por razones políticas. En el exilio se dedicó a labores separatistas y fundó, en Tampa, el Club Revolucionario, del cual fue secretario. Durante su estancia en esa ciudad trabajó como lector de tabaquerías y colaboró en Patria, El Porvenir y El Expedicionario. Regresó a Cuba en 1899. Durante la república mediatizada fue secretario del Gobierno Provincial de Matanzas y de la Superintendencia Provincial de Escuelas. En 1909 fundó el periódico El Yucayo. Colaboró en La Primavera, El Ateneo, Diario de Matanzas, El Fígaro y La Discusión. Fue declarado Hijo Eminente de Matanzas en 1915. Ese mismo año se trasladó a Nueva York para reponer su quebrantada salud. Obtuvo galardones poéticos en los juegos Florales de Sancti Spíritus (1916) y Matanzas (1934). Fue miembro fundador del Grupo Índice (1935). Era socio correspondiente de la Academia Nacional de Artes y Letras. Cultivó también el teatro con sus piezas El anónimo (1905), Varón en puerta (1905), El legado (1908), Matanzas en 1920; o, El espíritu de Martí (1908) y Rayo de sol (1911), algunas de ellas publicadas, según consigna su biógrafo Israel M. Moliner. Dejó en preparación la novela Hijas y yernos, el libro de cuentos Letra menuda y la colección de poemas Voces del alma.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Excéntricas. Versos. Pról. de Nicolás Heredia. Matanzas, Imp. Galería Literaria, 1893. | Efigies. Sonetos patrióticos. «Pórtico», por Carlos Pío Uhrbach. Filadelfia, Levytype, 1897. | Lira y espada. Pról. de Nicolás Heredia. La Habana, Tipografía El Fígaro, 1901. | Poemas. La Habana, Imp. de Rambla y Bouza, 1903. | En medio del camino. Poesías. «Pórtico», por Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia). Matanzas, Imp. de T. González, 1914. | Selección poética. «Prisma en siete notas», por Andrés de Piedra-Bueno. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1942 (Cuadernos de cultura. 5ª serie, 6).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

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