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El conde de Sex

Comedia famosa

Antonio Coello y Ochoa


[Nota preliminar: Edición a cargo de Luciano García Lorenzo y Guillermo Gómez Sánchez-Ferrer. Grupo de investigación CSIC. Proyecto TC/12.

Nota a esta edición: Se edita a continuación el texto según aparece en el manuscrito MSS/16630 de la Biblioteca Nacional de España; se ofrece aquí por tanto, la versión utilizada para la representación madrileña que tuvo lugar en 1661 tal y como se vio entonces. Solamente en los casos en los que el manuscrito ofrecía lecturas claramente deturpadas, se enmienda -siempre entre corchetes- siguiendo la editio princeps de la comedia Parte treinta [y] una de las mejores comedias que hasta hoy han salido (Barcelona, Jaime Romeu/Juan Sapera, 1638) [BNE R/23484].]



[HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES
 

 
CONDE DE SEX.
DUQUE DE ALANSÓN.
SENESCAL.
COSME,   gracioso.
UN CRIADO.
BLANCA,   dama.
ISABELA,   reina.
FLORA,   criada.
ROBERTO.
[ALCAIDE.]
[IRENE.]
SOLDADOS.]





ArribaAbajoJornada I

 

[Disparan dentro un arcabuz y dice ROBERTO:]

 
[ROBERTO]
Muere, tirana.
[REINA]
¡Ah, traidores!
[ROBERTO]
Así vengo los agravios
que hiciste a mi sangre.
[REINA]
¡Ay, cielo!
ROBERTO
Esta espada, por si acaso
mintió el golpe de la bala,5
tiña tu pecho.
[CONDE]
Ah, villanos,
eso no. ¡Yo la defiendo!
ROBERTO
¿Qué intentas, hombre?
 

[Sale COSME.]

 
[CONDE]
Mataros.
COSME
¡Ruido de armas en la quinta,
y dentro el Conde! ¿Qué aguardo,10
que no voy a socorrerle?
¿Qué aguardo? ¡Lindo recado!
Aguardo a que quiera el miedo
dejarme entrar. Pues yo gasto
linda flema. Si a esto espero,15
bien socorreré a mi amo.
CONDE
No huyáis, cobardes traidores.
COSME
Aqueste es el Conde.
ROBERTO
Huyamos,
que se alborota la quinta.
 

[Salen ROBERTO y OTRO con máscaras y espadas.]

 
COSME
¿Quién va?
[ROBERTO]
Nadie impida el paso;
20
que le meteré dos balas.
COSME
Con mucho menos hay harto.
[OTRO]
¿Quedó muerta?
[ROBERTO]
No lo sé.
¡Qué ocasión se ha malogrado!

 [Vanse.] 

 

[Sale el CONDE y la REINA, ella con enaguas, cotillo, a medio vestir y con mascarilla.]

 
CONDE
Huyeron. ¿Estáis herida?25
REINA
No, buena me siento; erraron
el golpe.
CONDE
Pues yo los sigo.
REINA
No, no lo sigáis; dejaldos.
CONDE
¿Por qué?
REINA
Temo vuestro riesgo.
CONDE
Mucho os debo.
REINA
En esto os pago
30
agora, mas otro día...
CONDE
¿Qué?
REINA
No puedo declararos
más agora, porque temo
que de la Reina en el cuarto
se haya sentido el rüido,35
y hallarme sería gran daño
aquí en tal traje. Idos presto.
CONDE
Yo os obedezco.
REINA
Esperaos.
¿Es sangre? ¿Qué?, ¿estáis herido?
CONDE
Herido estoy en la mano,40
aunque poco.
REINA
Pues tomad
aquesta banda; apretaos
la herida.
CONDE
Es grande favor.
REINA
No es gran favor, pero pensaldo
si os está bien que lo sea;45
que en lance tan apretado
la necesidad dispensa
lo que prohíbe el recato.

 (Aparte.) 

En todo parece al Conde;
mas ¿cómo, si no ha llegado50
de la guerra, amor le ofrece
a la vista antojos vanos?
CONDE
¿Conocéisme?
REINA
Aquesa banda
señal para hacer buscaros
será. Adiós, que estoy aquí55
con grande riesgo, si acaso
sabe la Reina este exceso;
y así, el secreto os encargo
de todo.
CONDE
Yo os lo prometo.
REINA

 (Aparte.) 

¿Si me ha conocido acaso?60
Mas ¿quién dirá que yo estoy
en hábito tan humano?

 (Vase.) 

CONDE
¿Hay confusión más estraña?
COSME
¿Qué es esto?
CONDE
¿Quién es?
COSME
El diablo,
Cosme, que ha tenido un miedo65
que puede valer por cuatro.
CONDE
Cosme, ¿viste salir tú
dos hombres enmascarados
por aquí?
COSME
Escuchen la flema;
pues de aqueso es mi trabajo;70
pero dime ¿qué mujer
es esta que hemos soñado
entre los dos?
CONDE
No lo sé.
COSME
Pues ¿qué has visto?
CONDE
Todo cuanto
he visto ha sido una enigma.75
COSME
Y los hombres que pasaron
por aquí, ¿quién son?
CONDE
No sé.
COSME
Pues ¿qué infieres desto?
CONDE
Un rato
escucha, y yo te diré
lo que he sabido del caso80
ya sabes cómo venimos
de la guerra, y que llegando
los dos esta tarde a Londres,
supimos que este verano
la Reina por unos días,85
para divertir cuidados
del gobierno, se ha venido
a aquesta casa del campo,
que está dos leguas de Londres
y es de Blanca, sol humano,90
que es blanco de mis finezas
y yo lo soy de sus rayos.
COSME
Ya sé que tú, por cumplir
las leyes de enamorado,
veniste encubierto a ver95
a Blanca hermosa, fiado
en la llave de la quinta,
que en otro tiempo dio paso
mil veces a tus deseos,
cuando esta quinta teatro100
fue de tan finos amores,
antes que entrase en Palacio
Blanca a servir a la Reina.
Sé que te quedé esperando,
sé que te entraste allá dentro,105
que hubo arcabuz y embozados
y que tuve todo el miedo
que tener puede un cristiano,
y esto es lo que sé más bien
porque lo estoy estudiando110
desde el día que nací.
Y pues esto no es del caso,
dime lo demás.
CONDE
Pues oye,
Cosme, lo que has ignorado:
Entré en la quinta, cuya oculta puerta 115
al impulso primero la hallé abierta;
la novedad admiro;
empiezo a caminar por el retiro
de una verde espesura,
que hasta venir la noche me asegura.120
Pasa por esta quinta conducido
un descuido del Támesis florido,
líquido desperdicio o vena breve,
por donde el río se sangró de nieve;
descaminada plata125
que en senda cristalina se desata,
o fugitivo alfójar transparente
que callado se huyó de la corriente.
Esta, pues, valla umbrosa
divide el sitio ameno,130
tan denso y intrincado
que la greña frondosa
de su crespo cabello enmarañado,
soplando airado o lento,
con gran dificultad penetra el viento.135
Por est[e], pues, camino,
siéndome siempre el río cristalino,
cuando el tino se pierde,
hilo de plata en laberinto verde,
a pocos pasos advertido siento140
en el agua rüido.
Hago al examen árbitro el oído,
quiere informarme atento,
nada averiguo así, por más que insista.
Recojo la atención para la vista;145
ella penetra ramas, y yo veo
-escucha lo que vi, que aún no lo creo-
una mujer divina,
reclinada en la margen cristalina,
quitarse descuidada150
azul cendal a media nacarada,
negros después coturnos a[l] pie breve,
que, primavera errante, flores llueve.
Las dos columnas bellas
metió dentro del agua y, como al vellas155
vi cristal en el río desatado
y vi cristal en ellas condensado,
no supe si las aguas que se vían
eran sus pies, que líquidos corrían,
o si sus dos columnas se formaban160
de las aguas que allí se congelaban.
El hermoso cabello, suelto al viento,
en quien con manso aliento
el céfiro lascivo se abrigaba,
el agua licenciosa salpicaba.165
O fue lisonjearla el cristal frío
o envidiosas las ninfas de aque[l] río,
pensando que estuviese menos bello,
le encanecieron parte del cabello
[y, como más atento amor miraba,]170
quise ver si su rostro conformaba
con lo demás; y cuando verle piensa
mi curiosa atención, halló defensa
que, de negro cendal, pudo cubrilla
el medio rostro media mascarilla175
dejando libre, con beldad no poca,
lo que hay desde la barba hasta la boca.
Advertido recato
que, aunque pensó que nadie la miraba,
quiso al agua encubrir el rostro el rato180
que se juzgó indecente
por que no lo parlaría la corriente.
Yo, que al principio vi -ciego y turbado-
a una parte nevado
y en otra negro el rostro,185
juzgué, mirando tan divino monstruo,
que la naturaleza cuidadosa,
desigualdad uniendo tan hermosa,
quiso hacer para asombro o por ultraje
de azabache y marfil un maridaje.190
Tan hermosa en efecto parecía
con la nube que el rostro la cubría
que, como la miró desde su esfera,
por imitarla en algo -si pudiera-,
antes de despeñar al mar su coche195
el sol se cubrió el rostro con la noche.
Quiso probar acaso
el agua y fueron cristalino vaso
sus manos. Acercolas a los labios
y el arroyo en su boca lloró agravios;200
y como, en fin, allí se parecía
a las manos aquello que bebía,
temí con sobresalto -y no fue vano-
que se bebiera parte de la mano.
Llegó la noche en fin, salió del río205
y delgado cambray chupó el rocío
de sus dos azucenas.
Envidiando a las flores las arenas
viendo que ha de pisarlas
que luego, en acabando de enjugarlas,210
a cubrir empezó sus dos columnas
con dos nubes de nácar importunas
(adorno suele ser pero ¿quién duda
que era mayor adorno estar desnuda?).
En esto rüido siento;215
oigo una voz decir: «Muere, tirana»;
dispara un arcabuz su bala al viento;
túrbome yo de ver que la profana;
ella cae en las flores de repente
y todo fue tan indistintamente220
que acabaron de obrar a un tiempo mismo
ruido, voz, bala, susto y parasismo.
Dos hombres, dos traidores,
el rostro infame cada cual cubierto
por si ha salido el arcabuz incierto,225
sacaron los aceros vengadores
contra su pecho. Entonces yo, ligero,
llego y hágome blanco de su acero.
Riño con ellos, huyen recatados
de mi valor y su traición turbados.230
Yo los sigo. Ella, en sí restituida,
teme en seguirlos riesgos de mi vida.
Con recelo me habló, ya tú lo viste;
esta banda me dio, ya tú supiste.
Fuese. No sé quién es. Solo he sabido235
que esta mujer, que enigma ha parecido,
quizá en mi corazón se hubiera entrado
si Blanca algún lugar le hubiera dado;
mas como a tanto amor le viene estrecho,
no consiente otro huésped en el pecho.240
COSME
Notable suceso ha sido.
CONDE
Ven acá.
COSME
¿Qué?
CONDE
Discurramos
quién será aquesta mujer.
COSME
La mujer del hortelano,
que se lavaba las piernas.245
CONDE
Necio, de veras te hablo.
COSME
Pues yo de veras lo digo.
CONDE
¿Dos hombres enmascarados
tener llave de la quinta?
¿Atreverse a entrar estando250
la Reina en ella? No es
de poca importancia el caso.
COSME
Pues será alguna mondonga
con algún honrado hermano
que vino a vengar su honor.255
CONDE
Mira que estás muy cansado.
COSME
Pues ¿quién quieres tú que sea?
¿Por fuerza ha de ser milagro?
¿Viste tú más que unas piernas
y un rostro muy bien tapado?260
Detrás de una mascarilla
pudo estar Arias Gonzalo,
la Monja Alférez, el cura
y la moza de Pilatos.
CONDE
Necio, el arte y el aseo,265
el modo de hablar, el garbo
arguyen nobleza en ella.
COSME
Pues, ya que notaste tanto,
¿no pudiste conocella
en la voz?
CONDE
No, porque hablando
270
con turbación, no es posible;
fuera de que es necio engaño
pensar que, entre tantas damas
como tiene en su palacio
la Reina, en la voz se pueda275
conocer aquesta.
COSME
Es llano,
y más quien ha estado ausente.
CONDE
Ya es muy tarde, Cosme. ¡Vamos!
COSME
¿No has de entrar a ver a Blanca?
CONDE
No, que estará con cuidado280
si acaso oyeron el ruido
y no es bien que sin recato,
si me ven, eche a perder
un amor de tantos años.
COSME
Vamos pues.
CONDE
¡Ay, Blanca mía,
285
perdona si me ha estorbado
de hablarte esta noche y verte
un suceso tan estraño;
que mañana irá mi amor,
ciego a tus divinos rayos,290
a ser salamandra ardiente
en tus ojos soberanos.

 (Vase.) 

 

(Salen el DUQUE DE ALANSÓN y FLORA.)

 
DUQUE
¿Qué hace Blanca?
FLORA
Está vistiendo
a la Reina.
DUQUE
Yo he venido
a su cuarto, conducido295
deste mal que estoy sintiendo,
para hablarte en mi cuidado,
pues eres tú la tercera
de mi [amor].
FLORA
En vano espera
vuestra alteza ser pagado.300
DUQUE
Pues ¿qué dice cuando amante
por ella el alma suspira?
FLORA
Como ella a casarse aspira,
vuestra alteza no se espante
que, habiendo tanta distancia,305
tema poner su afición
en un Duque de Alansón,
hermano del Rey de Francia,
y así, ingrata, corresponde.
Que aunque es de tan alta esfera,310
vos sois más.

 (Aparte.) 

¿Quién le dijera
que no es sino por el Conde?
DUQUE
Yo vine, como sabrás,
con color de una embajada
a Londres y mi jornada315
no fue a las paces jamás,
fue a tratar mi casamiento
con la Reina; y tanto gano
que a Londres el Rey, mi hermano,
me envió para este intento;320
y aunque esto está en buen estado
con los grandes y la Reina,
Blanca, que en mi pecho reina,
hoy me da mayor cuidado.
Este papel le has de dar325
pero yo tengo de ver
-este gusto me has de hacer-...
FLORA
En todo puedes mandar.
DUQUE
...lo que al leerle responde.
FLORA
¿Cómo?
DUQUE
Ocultándome aquí.
330
FLORA
Mire tu alteza...
DUQUE
Por mí
has de hacer aquesto. ¿Dónde
me entraré? Y pues soy captivo
de la causa de mi pena,
quítame tú esta cadena.335

 (Dásela.) 

FLORA

 (Aparte.) 

¡Qué lindo madurativo!
Hablándome, ¿hay tal porfía?

 [Al DUQUE.] 

Pues lo quiere vuestra alteza,
éntrese en aquesta pieza
que sale a esa galería.340
 

(Pónese detrás del paño el DUQUE. Salen BLANCA y COSME.)

 
BLANCA
Vuélveme a dar mil abrazos.
COSME
Bástame besar tus pies,
hermosa Blanca, y después
merezca el Conde los brazos.
Por que no te diese susto345
el verle entrar de repente
-que desprevenidamente
suele dar la muerte un gusto-
yo me adelanto y él llega.
FLORA

 (Aparte.) 

El Conde viene, ¡ay de mí!,350
y como el Duque está aquí
ha de escuchar -¡estoy ciega!-
cuanto pasa en sus amores;
quiérolo así remediar.

 [Al DUQUE.] 

Tu alteza se puede entrar355
un rato a ver los primores
que esa hermosa galería
en tantas pinturas tiene,
porque una visita viene
a ver a Blanca y sería360
cansancio estaros aquí.
En yéndose, avisaré
a tu alteza.
DUQUE
Así lo haré.
 

(Éntrase.)

 
FLORA
Pues adiós.

 [Aparte.] 

Bien está así.
 

(Sale el CONDE DE SEX.)

 
CONDE
Nunca entendí que llegara365
esta dicha.
BLANCA
Dueño mío,
solenicen hoy mis brazos
la dicha de haberte visto.
¿Vienes bueno?
CONDE
Ya lo estoy,
que hasta aquí solo he vivido370
a cuenta de la esperanza
de ver tus soles divinos.
BLANCA
¡Ay, Conde, lo que me debes!
CONDE
¿Sabes, Blanca, lo que digo?
Que le agradezco a la ausencia375
el haberme suspendido
la gloria de estarte viendo,
porque agora más la estimo.
Bien haya la ausencia, Blanca;
bien haya, amén, pues me hizo380
solo con darme el tormento
más despierto en el alivio.
BLANCA
Yo, Conde, solo con verte,
como siempre... ¿mas qué digo?
Infórmate tú del pecho,385
pues en él has asistido,
y no limite la lengua
un amor que es infinito
ni las finezas de un alma
eche a perder un sentido.390
CONDE
¿Qué hiciera yo por pagarte?
BLANCA
Si eso, Conde, has pretendido
ya tengo con qué me pagues.
CONDE
¿Pues qué aguardas, Blanca? Dilo.
BLANCA
Una merced has de hacerme.395
CONDE
¿Merced, Blanca? ¿En qué te sirvo?
BLANCA
Mira que te fío el alma.
CONDE
Ya, señora, estoy corrido.
BLANCA
¿Eres mi dueño?
CONDE
Tu esclavo.
BLANCA
¿Soy tu esposa?
CONDE
Eres bien mío.
400
BLANCA
¿Quiéresme mucho?
CONDE
Te adoro.
BLANCA
Pues en fe de eso que has dicho,
salíos los dos allá fuera
 

[Vanse FLORA y COSME.]

 
y escucha tú.
CONDE
Ya se han ido.

 (Aparte.) 

¿Qué querrá Blanca?
BLANCA
Ya sabes,
405
¡oh, Conde de Sex invicto!,
que me serviste tres años
y que al fin mi pecho esquivo
labrar se dejó, aunque bronce,
al buril de tus suspiros410
pues que, con la fe y palabra
que me diste de marido,
te hice dueño de mi honor
y que no nos atrevimos
a casarnos por mi padre415
y mi hermano, que enemigos
fueron siempre de tu casa.
CONDE
Todo, Blanca, lo he sabido,
y que ya, después de muertos
tu hermano y padre, quisimos420
-dándole cuenta a la Reina-
casarnos cuando Filipo
Segundo, español monarca,
contra Ingalaterra hizo
la armada mayor que nunca425
con pesadumbres de pino
la espalda oprimió salobre
de aquese monstruo de vidrio;
y que a mí la Reina entonces
me envió con sus navíos430
a procurar resistir
tan poderoso enemigo.
Por esto no pude entonces
casarme. Agora he venido
de la empresa y a la Reina435
pediré, a sus pies rendido,
que nos case.
BLANCA
Pues supuesto
que es verdad lo que me has dicho,
y que mis males te tocan
ya como los tuyos mismos,440
bien podré seguramente
revelarte intentos míos,
como a galán, como a dueño,
como a esposo y como a amigo.
La Reina de Ingalaterra,445
Isabela, que ha tenido
suspensa toda la Europa
con fuerza o con artificio,
prendió a María Estuarda,
Reina de Escocia y archivo450
de virtudes y belleza,
por unos falsos indicios.
Creyó Isabela, o creyeron
de Isabela los validos,
que María fomentaba455
en secreto los disignios
de rebeldes conjurados.
¡Qué engaño para creído!
Llamó Isabela a la Reina
a su corte y ella vino460
bien, como al traidor reclamo
suele incauto pajarillo
venir impróvidamente,
festejando su peligro,
a ser despojo sangriento465
de cazador enemigo.
Mi padre, que muchos años
estuvo en los tiernos míos
con embajada en Escocia,
siempre se inclinó al servicio470
de María y de aquel reino.
Y yo, con el amor mismo,
cuando niña me crié
con la Reina y le ha debido
amor muchos agasajos475
y no pocos beneficios.
Con esto a mi viejo padre
y a mi hermano Ludovico,
por cómplices y traidores,
los meten en un castillo480
solo porque la inocencia
de la Reina no han querido
perseguir, como los otros;
solo porque el hecho indigno
no apoyaron, como nobles;485
solo porque, siendo amigos
de la virtud y inocencia,
ser parciales no han fingido
de la malicia. ¡Oh, mal haya
mil veces, mal haya el siglo490
en que para conservarse,
porque es monarca el delito,
ha menester la virtud
ser hipócrita del vicio!
En fin, Conde; en fin, señor495
-¡con qué lástima lo digo!-,
tiñendo en sangre la Reina
aquel infame cuchillo,
noble víctima inocente
fue de injusto sacrificio.500
Dejose ajar de una mano,
deshojado clavel fino,
y pisar de errante huella,
destroncado hermoso lirio.
De atrevimiento villano,505
el antojo inadvertido,
violar pudo honesta rosa
que aun se recató al rocío.
Bella flor, que de la noche
se defendió en su capillo [sic]510
de ignorancias del arado,
probó los groseros filos.
Falleció blanca azucena
de quien se copió el armiño
a los yelos de enero515
o desmayos del estío
porque, muriendo la Reina
al arado, al pie, al cuchillo,
al antojo, yelo y mano,
murieron en el suplicio520
juntos flor, víctima, rosa,
clavel, azucena y lirio.
También mi padre y mi hermano,
por no estar bien convencidos,
murieron de la prisión525
al lento y sordo martirio
pero, en fin, como traidores
quedaron destituidos
de su hacienda y de su estado,
y hasta Roberto, mi primo,530
por pariente de mi padre,
que no por otro delito,
huyó del riesgo y sin estado
vive en Escocia escondido.
Yo, en venganza de la Reina,535
del hermano y padre mío,
irritada y persuadida
-que también está ofendido-
del noble conde Roberto,
mi primo, me determino540
a dar la muerte a esta fiera
y, quizá por su destino
o por justicia del cielo,
venirse ella misma quiso
a mi quinta algunos días.545
Yo, en fin, a Roberto escribo
que venga en secreto a darla
la muerte, que el tiempo, el sitio,
el asistirla yo siempre
y estar desapercibidos,550
daban ocasión bastante
para intentos tan altivos.
Vino y esperó ocasión
unos días escondido
y ayer, bajando la Reina555
sola a los jardines, dijo
que no hubiese nadie en ellos
y yo a Roberto le aviso.
Entonces, dejando abierto
de la quinta el un postigo,560
él la tiró una pistola
al tiempo que de unos mirtos
salió un hombre a socorrerla;
y él, por no ser conocido
si al ruido acudiese gente,565
se fue dejando perdidos
a un tiempo ocasión, venganza,
esperanzas y disignios.
Yo, el corazón lleno de iras,
en rabia el pecho encendido,570
ardiendo en venganza el alma
y en cólera el rostro tinto,
pues son tuyos mis agravios
y tuyos aun más que míos,
como a esposo, como a dueño,575
como a señor y marido
hoy a tu valor apelo
mi venganza a ti te fío.
Venga tus propios agravios,
pues los míos te prohijo.580
Muera esta tirana, Conde.
Escribe al conde, mi primo,
junta tus amigos todos,
pues todos son tus amigos.
Sin riesgo puedes matarla585
porque es tan aborrecido
el nombre de esta tirana
que, en vez de darte castigo,
lauros le dará tu patria
a tu valor peregrino;590
y si no, viven los cielos
que, si leal o remiso,
o dudas o no te atreves
a hacer esto que te pido,
yo misma -yo misma, Conde-595
cuando faltara en mi primo
el valor o la ocasión,
apelando a aquestos bríos
con estas débiles manos
o con mis propios suspiros,600
cuando falten instrumentos
a mi afecto vengativo,
he de hacerla más pedazos
que ese monstruo cristalino
hunde arenas en el centro,605
que es vecindad del abismo.
CONDE

 (Aparte.) 

¿Hay tal traición? Vive el cielo,
que de amarla estoy corrido.
¿Blanca, que es mi dulce dueño?
¿Blanca, a quien quiero y estimo,610
me propone tal traición?
¿Qué haré? Porque si ofendido,
respondiendo como es justo,
contra su traición me irrito,
no por eso he de evitar615
su resuelto desatino.
Pues darle cuenta a la Reina
es imposible, pues quiso
mi suerte que tenga parte
Blanca en aqueste delito;620
pues si procuro con ruegos
disuadirla es desvarío,
que es una mujer resuelta
animal tan vengativo
que no se dobla a los ruegos625
-antes con afecto impío
en el mismo rendimiento
suelen aguzar los filos-
y así quizá despreciada
de mi enojo o mi desvío630
se declarará con otro,
menos leal o más fino,
que quizá por ella intente
lo que yo hacer no he querido.
Demás que el inconveniente635
del vil Roberto, su primo,
tampoco cesa. ¿Quién duda
que él, por traidores y amigos,
tenga muchos conjurados
que fomenten sus motivos?640
Pues yo tengo de librar
a la Reina del peligro.
Vive Dios que he de barrer
aquestos fieros prodigios
de traición de Ingalaterra.645
Todos juntos, conducidos
en un día con industria,
se han de venir al cuchillo;
que después a Blanca sola,
sin persuasión de su primo,650
con ruego o con amenazas
atajaré sus disignios.
BLANCA
Si estás consultando, Conde,
allá dentro de ti mismo
lo que has de hacer, no me quieres.655
Ya el dudarlo fue delito.
Vive Dios que eres ingrato.
CONDE

 [Aparte.] 

En [e]sto me determino.
BLANCA
¿No respondes?
CONDE
Ya te doy
la respuesta por escrito.660
 

(Pónese a escribir sobre un bufete. Sale el DUQUE DE ALANSÓN al paño.)

 
DUQUE

 [Aparte.] 

Como tanto tarda Flora,
curioso a ver he salido
qué visita es la que a Blanca
tanto entretiene. ¿Qué miro?
¿El Conde de Sex con Blanca?665
¿Pues cómo el Conde ha venido
de la guerra?
CONDE
La respuesta
nunca dudar se ha podido
de mi afecto, siendo ya
tan grandes agravios míos.670
Pártase Cosme y a Escocia
lleve esta carta en que escribo
a Roberto que se venga
él y todos sus amigos
a la deshilada a Londres;675
que con la gente que rijo,
que me seguirá, y el pueblo,
de quien estoy tan bienquisto,
daré la muerte a la Reina.
DUQUE

 [Aparte.] 

¿Qué escucho?
CONDE
En corrientes ríos
680
de su infame sangre pienso
anegar su cuarto mismo.

 (Aparte.) 

En viniendo todos juntos
morirán en el suplicio.
¡Muera esta tirana! ¡Muera!685
Arranque mi brazo invicto...
DUQUE

 [Aparte.] 

¿Hay tal traición?
CONDE
...de este reino
y del mundo este prodigio;
que a pesar de Ingalaterra,
si una vez la espada esgrimo,690
he de beber de su sangre.
 

(Sale [el DUQUE].)

 
DUQUE
No podréis mientras yo vivo,
que os lo sabré yo estorbar.
CONDE
¡Válgame el cielo!
BLANCA
¿Qué miro?
CONDE
¿Qué es esto, Blanca?
BLANCA
¡Ay de mí!
695

 (Turbándose.) 

Confusa el alma distingo
¿Cómo vuestra alteza, el Conde...?

 [Aparte.] 

Toda soy un yelo frío.
CONDE
¿Pues cómo, Blanca, en tu cuarto
el Duque?
BLANCA
¿Quién le ha metido
700
en mi cuarto a vuestra alteza?
DUQUE
Nadie, Blanca, que yo mismo
me entré, guiado quizá
de algún impulso divino,
para estorbar tal maldad.705
BLANCA
Pues ¿cuándo tu alteza ha visto
en mí ocasión para hacer...?
CONDE
No con enredos fingidos
intentes, traidora Blanca...
DUQUE
¡Esperad! ¡Qué desatino!710
Por vida del Rey, mi hermano,
y por la que más estimo,
de la Reina, mi señora,
y por... pero yo lo digo
-que en mí es el mayor empeño715
de todo cuanto he dicho-
que no tiene Blanca parte
de estar yo aquí; que yo mismo
me entré, hallando abierto, a ver
esos cuadros, divertido,720
que tiene esta galería;
y estad muy agradecido
a Blanca de que yo os dé
no satisfacción, aviso
desta verdad porque a vos,725
hombres, como yo...
CONDE
Imagino
que no me conocéis bien.
DUQUE
No os había conocido
hasta aquí; mas ya os conozco,
pues ya tan otro os he visto730
que os reconozco traidor.
CONDE
Quién dijere...
DUQUE
Yo lo digo.
No pronunciéis algo, Conde,
que yo no pueda sufriros.
CONDE
Cualquier cosa que yo intente...735
DUQUE
Mirad que estoy persuadido
que hace la traición cobardes;
y así, cuando os he cogido
en un lance que me da
de que sois cobarde indicios,740
no he de aprovecharme dél,
y así os perdona mi brío
este rato que tenéis
el valor disminuido,
que a estar todo vos entero,745
supiera daros castigo.
CONDE
Yo soy el Conde de Sex
y nadie se me ha atrevido
sino el hermano del Rey
de Francia.
DUQUE
Yo tengo bríos
750
para que, sin ser quien soy,
pueda mi valor invicto
castigar, no digo yo
solo a vos, pero a vos mismo,
siendo leal, que es lo más,755
con que queda encarecido.
Y pues sois tan gran soldado,
no echéis a perder, os pido,
tantas heroicas hazañas
con un hecho tan indigno.760
¿Qué os ha hecho a vos la Reina?
¿Por qué su privanza os hizo?
¿Qué disignios son aquestos?
Ea, Conde, corregildos.
Solo yo sabré este caso;765
pero mal dije yo mismo
no lo sabré, que en saliendo
de aquesta cuadra que piso,
si agora he sabido aquesto,
después no lo habré sabido.770
Yo quedaré muy ufano
que me debáis este aviso
que yo sé muy bien que Blanca,
si yo no hubiera salido
primero a vuestros intentos,775
conforme al blasón antiguo
de su sangre y de la vuestra
os hubiera respondido.
Ya habréis mudado de intento;
y si no, estad advertido780
que a quien se atreve a tener
el más oculto disignio
contra la Reina, yo entonces
que la guardo, que la asisto,
que la estimo, que la quiero,785
que la defiendo y la libro,
atalaya a sus pisadas,
Argos a su sol divino,
sabré ser lince que os vea
los más ocultos motivos.790
Sabré daros mil muertes
pues si aquesta espada esgrimo,
todo un mundo de traidores
son pocos al valor mío.
Miraldo mejor, dejad795
un intento tan indigno,
corresponded a quien sois
y, si no bastan avisos,
mirad que hay verdugo en Londres
y en vos cabeza; harto os digo.800

 (Vase.) 

CONDE

 [Aparte.] 

Corrido estoy y confuso.
¿Viose lance como el mío?
Pero piense agora el Duque
mal de la fe con que sirvo
a la Reina; que después,805
con la hazaña que imagino,
él vera que soy leal.

 [A BLANCA.] 

Lleven la carta a tu primo.

 (Aparte.) 

No he de responder al Duque
hasta que el suceso mismo810
muestre cómo fueron falsos
de mi traición los indicios
y que soy más leal cuando
más traidor he parecido.

 (Vase.) 

BLANCA
¿Hubo desdicha como esta?815
Y aun mayor hubiera sido
si no acierta a ser el Duque
el que escuchó los disignios
del Conde. ¡Válgame el cielo!
¡Qué desdichada he nacido!820
 

(Vase [BLANCA]. Salen ISABELA y el SENESCAL.)

 
REINA
Senescal, esto que os digo
me sucedió.
SENESCAL
El cielo santo
nos defendió a Vuestra Alteza.
REINA
Haced, pues, que los soldados
de mi guarda estén a trechos825
aquesta quinta guardando
hasta que me vuelva a Londres.
SENESCAL
¿No sería mejor buscarlos
a los viles agresores?
REINA
¿Cómo?
SENESCAL
Yo haré echar un bando
830
que ofrezca grandes mercedes,
el delito publicando,
a quien diere el agresor
y que será perdonado
si es cómplice el que le entrega.835
Y pues son dos los culpados,
podrá ser que el uno dellos
entregue al otro, que es llano
que será traidor amigo
quien fuere traidor vasallo.840
REINA
No lo apruebo, senescal,
que así se publica el caso
y no quiero yo que sepan
que hubo quien se atreva a tanto
que intentó darme la muerte845
dos leguas de mi palacio;
que quizá despertaremos
algunos, que están callando
la traición, con este intento;
que es gran materia de estado850
dar a entender que los reyes
están en sí tan guardados
que, aunque la traición los busque,
nunca ha de poder hallarlos;
y así el secreto averigüe855
inormes delitos, cuando
más que el castigo escarmientos
da ejemplares el pecado.
 

(Sale un CRIADO.)

 
CRIADO
El de Sex pide licencia
para entrar.
REINA

 (Aparte.) 

Pues ha llegado,
860
mucho me temo.

 [Al CRIADO.] 

Decid
que espere. Mas no, dejaldo.
Entre.
 

(Sale el CONDE DE SEX con la banda.)

 
CONDE
Si acaso merezco
besar tus pies...
REINA
Levantaos,
Columna de Ingalaterra,865
que ya solo con miraros
sé el suceso de la guerra.

 (Aparte.) 

Locos pensamientos vanos,
dejadme, no despertéis.
CONDE
Yo mismo he querido daros870
la nueva.
REINA
¿Qué hay de mi armada?
CONDE
Libre está el reino; dejamos
de los españoles leños
limpio nuestro mar britano.
REINA
¡Feliz suceso!
SENESCAL
¡Gran nueva!
875
CONDE
Desta suerte fue...
REINA
Esperaos.
No quiero oír el suceso
hasta teneros premiado.
Senescal, haced al punto
la cédula en que le hago880
de Ingalaterra almirante
al Conde.
 

(Vase el SENESCAL.)

 
CONDE
Besar tus manos
será de tan grandes premios
el mayor.
 

[Llega el CONDE a besar la mano a la REINA y ella repara en la banda.]

 
REINA

 (Repara en la banda.) 

Debo pagaros...

 [Aparte.] 

¿Qué miro?

 [Al CONDE.] 

porque a servicios...
885

 [Aparte.]  

¿No es ésta mi banda?

 [Al CONDE.] 

...tantos
mi reino... ¿Cuándo llegasteis?
CONDE

 (Aparte.) 

En la banda ha reparado.

 [A la REINA.] 

Agora.
REINA
¿En aqueste punto
os apeáis?
CONDE

 (Aparte.) 

¿Qué más claro
890
indicio que fue la Reina,
aun cuando hubiera faltado
lo que dijo Blanca?
REINA
¿Agora?
No lo creo. ¿Algún cuidado
no habíades de tener895
que de amante o cortesano
anoche os hiciese un poco
adelantar? Confesaldo.
Yo os perdono el haber sido
menos puntual vasallo900
que amante.

 (Aparte.) 

Por vida mía,
él lo niega.
CONDE
A empeño tanto,
¿quién lo negara, aunque importe
la vida?
REINA
¿Es favor acaso
la banda o estáis herido?905
CONDE
Siempre he vivido ignorado
de amor mas ya dulcemente
la banda ha lisonjeado
los dolores desta herida
que me dieron en la mano910
por serviros.
REINA
Ya lo creo.

 (Aparte.) 

¿No bastaba, amor tirano,
una inclinación tan fuerte
sin que te hayas ayudado
del deberle yo la vida?915

 [Al CONDE.] 

¿Queréis mucho? ¿Sois pagado
de la dama de la banda?
CONDE
Es el sujeto tan alto
que no podrán mis suspiros
alcanzar allá volando.920
REINA

 (Aparte.) 

¿Si anoche me conoció?
Mas esto es hablar a caso.

 [Al CONDE.] 

¿Y ella sabe vuestro amor?
CONDE
Aunque en batallas y asaltos
tan atrevido y valiente925
me mostré, no lo soy tanto
que ose decirle mi amor,
porque aun de mí le recato.
REINA
Pues si no se lo habéis dicho,
no tenéis de qué quejaros.930
CONDE
Ni aun a quejarme me atrevo.
REINA

 (Aparte.) 

¿Direle al Conde -¿qué aguardo?-
que soy a quien dio la vida?
Mas, ¡oh, necia lengua!, paso.
¿Será bien que sepa el Conde935
que soy la que sin recato
vio anoche como mujer
cuando deidad me ha juzgado?
Créame deidad el Conde,
que lo que tienen de humanos940
no han de revelar los reyes
a los ojos del vasallo.
CONDE

 (Aparte.) 

¿Qué es esto, locura mía?
¿Atrevereme -mal hago-
a presumir que la Reina...?945
¡Pero no, que es necio engaño!
REINA

 (Aparte.) 

El Conde me dio la vida.
Confieso que me ha pesado.
¡Ah, infame agradecimiento
que engendró mi amor bastardo,950
hijo de padre traidor,
yo te atajaré los pasos.
Ea, [cordura], ¿esto sufres?

 [Al CONDE.] 

Conde.
CONDE
Señora.
REINA

 (Aparte.) 

Venzamos.

 [Al CONDE.] 

¿Cómo no os vais...

 [Aparte.] 

¡Estoy loca!
955

 [Al CONDE.] 

...a descansar?
CONDE
Solo aguardo
licencia.
REINA
Pues idos luego.
CONDE
Ya os obedezco.
REINA
Esperaos.
CONDE

 (Aparte.) 

¿Qué es esto?
REINA
Esperad un poco
y os llevaréis el despacho960
de la merced que os he hecho.

 (Aparte.) 

¿Que así me rinda un cuidado?
Esta es la primera vez
que tener el pecho ingrato
fuera en mí menos bajeza.965
 

(Sale el SENESCAL con la cédula en una cartera y recado de escribir.)

 
CONDE

 (Aparte.) 

Confuso estoy y admirado.
SENESCAL
Esta es la cédula, firme
vuestra alteza.
REINA
Ya he firmado.
Tomad la cédula, Conde.
De aquesta merced que os hago970
yo misma el despacho os doy
solo por no dilataros
la merced, porque no quiero,
cuando me servís y os pago,
echar a perder el premio975
con hacer que os cueste pasos.
CONDE
El mayor premio es serviros.

 (Aparte.) 

¿Si es tanto favor acaso?
 

(Entrándose cada uno por su puerta.)

 
REINA

 [Aparte.] 

Necio amor...,
CONDE

 [Aparte.] 

Loco imposible...,
REINA

 [Aparte.] 

...qué ciego...
CONDE

 [Aparte.] 

...qué temerario...
980
REINA

 [Aparte.] 

...me abates a tal bajeza.
CONDE

 [Aparte.] 

...me quieres subir tan alto.
REINA

 [Aparte.] 

¡Advierte que soy la Reina!
CONDE

 [Aparte.] 

¡Advierte que soy vasallo!
REINA

 [Aparte.] 

Pues me humillas al abismo...985
CONDE

 [Aparte.] 

Pues me acercas a los rayos...
REINA

 [Aparte.] 

...sin reparar mi grandeza...,
CONDE

 [Aparte.] 

...sin mirar mi humilde estado...,
REINA

 [Aparte.] 

...ya que te admito acá dentro...,
CONDE

 [Aparte.] 

...ya que en mí te vas entrando...,990
REINA

 [Aparte.] 

...muere entre el pecho y la voz.
CONDE

 [Aparte.] 

...muere entre el pecho y los labios.
REINA
¿Oísme, Conde?
CONDE
Señora.
REINA
Vedme después.
CONDE
Soy tu esclavo.

 [Aparte.] 

¡Necio engaño, no me subas 995
para caer de más alto!

 [Vase.] 


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