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El defensor de su agravio

Agustín Moreto



PERSONAJES
 

 
EL DUQUE DE ATENAS.
ALEJANDRO.
LIDORO.
AURORA,   duquesa.
NISEA.
IRENE.
COMINO.
UN CRIADO.
Dos jueces.
Músicos.
Damas.
Soldados.
Criados.
Gente.
 

La escena es en Atenas.

 




ArribaAbajoJornada I

 

Sala del palacio del DUQUE.

 

Escena I

 

ALEJANDRO, COMINO.

 
ALEJANDRO
Nada que hables te he de oír,
si en Nisea no ha de ser.
COMINO
¿No hemos de hablar de comer,
de cenar y de dormir?
¿Siempre de amor he de hablarte? 5
ALEJANDRO
Y lo demás me da enojos.
¡Ay Nisea de mis ojos!
¿Quién no vive de mirarte?
COMINO
¿Quién no vive de una polla,
y más cuando un jamoncillo 10
se la lleva de codillo?
¿Quién no vive de una olla
donde cabe el ser podrida
y de buena condición?
¿Quién no vive de un capón, 15
que es el blanco de la vida?
Mas sólo de ser mirón,
¿quién vive, sino un vecino?
ALEJANDRO
No me hables deso, Comino.
COMINO
Soy yo engerto en sabañón. 20
¿Quién su maña no apercibe
para comer lo que adquiere?
De todo cuanto hay se muere,
sólo de comer se vive.
Por comer, tras un arado 25
hay quien vaya por tarea
y quien criado se vea
de otro que no le ha criado.
Por comer, quien quiera ser
albañil; y al verse diestro, 30
se olvida en el Padre nuestro
del «no nos dejes caer».
Por comer, quien sea barbero,
siendo tanto de admirar
ver que se incline a rapar 35
cosa que no sea dinero.
Por comer hay quien remó,
y quien trabaje en las fiestas,
y quien me trae a mí a cuestas
lo que me he de comer yo. 40
Y quien sufra ser cochero
cuando llueve; y más también,
pues para comer hay quien
se mete a sepulturero.
Y con esto lo otro olvido: 45
por comer hay quien, de un jaque
de ayuda, a un hombre le saque
del cuerpo lo que ha comido.
ALEJANDRO
Consérvase el mundo así
por el destino y el hado. 50
COMINO
Y ¿por qué eres tú privado
del Duque de Atenas? Di.
A no darte de comer
el cargo, ¿fuera razón
ser privado, o motilón? 55
ALEJANDRO
¿Tan humilde había de ser?
COMINO
Yo por mejor lo he tenido,
pues veo siempre al motilón
un cogote de un Nerón,
y al prior descolorido. 60
ALEJANDRO
Lo que en el Duque interesa
mi fe, no es comodidad,
sino amor de su amistad.
COMINO
¡Oh! que es lindo ver la mesa
de doce platos poblada, 65
e ir pellizcando pechugas,
y no hartarse de lechugas
habiendo dolor de ijada.
ALEJANDRO
¡Que sea tu bajeza tanta,
que por comer te apasiones! 70
COMINO
Estoy bien con los capones,
porque hacen linda garganta.
Si oigo que una dama bella
de un capón se ha enamorado,
imagino que es asado, 75
y me ando siempre tras ella.
A todo esta ansia prefiero.
ALEJANDRO
¿El capón es tu regalo?
COMINO
Pues ¿hay algún capón malo,
sino uno, que es mosquetero? 80
ALEJANDRO
¡Que no dejes de cansarme!
COMINO
Ya, Señor, estoy ahíto;
vaya de amor un poquito.
ALEJANDRO
Sólo en Nisea has de hablarme.
COMINO
Loco de amores está. 85
Digo que dejo el comer;
y cuanto hablare, ha de ser
Ni-sea, ni-es, ni-será.
ALEJANDRO
Si su divina hermosura
llega a encarecer mi fe, 90
¿habrá alguno a quien no dé
envidia con mi ventura?
Quiera amor que yo la vea
dueño de mi corazón,
y él logre esta posesión. 95
COMINO
Digo, Señor, que Ni-sea.
ALEJANDRO
Y ella, si logro su mano,
cuando mi lineza vea
será mas firme.
COMINO
Ni-sea.
ALEJANDRO
¿Qué dices, necio villano? 100
COMINO
Oigan; ¿ya perdió tu amor
de Nisea la codicia?
ALEJANDRO
No equivoque tu malicia
su nombre con mi temor.
COMINO
Si eso tienes por agüero, 105
porque otra vez no te asombre,
llámala Si-sea, que es nombre
de mujer de despensero.
ALEJANDRO
Yo temo tanto el perdella,
que aun eso me da pesar. 110
Hoy al Duque intento hablar,
porque de su mano bella
me haga dueño; mas está
tan afligido estos días
de tristes melancolías, 115
que no sé si error será:
Nadie alcanza en sus cuidados
remedio a tales efetos.
COMINO
Dicen que es mal de discretos,
y no es sino de menguados, 120
pues los que se dan la herida
de entristecerse a ese paso,
son los bobos que hacen caso
de las cosas desta vida.
ALEJANDRO
Cuando es mi amor quien le asiste, 125
medio decente no siento
de hablar en mi casamiento,
estando el Duque tan triste.
COMINO
Di que el invierno pasado
te causó el frío un dolor, 130
y te ha mandado el dotor
que duermas acompañado.
ALEJANDRO
Él sale; siempre ha de estar
de la música asistido;
que sólo está divertido 135
el rato que oye cantar.
COMINO
Buen gusto; mas a infinitos
les enfada.
ALEJANDRO
¿Esto da enfado?
COMINO
Aquí hay un conde quebrado,
que en cantándole da gritos. 140


Escena II

 

El DUQUE, LIDORO, MÚSICOS. Dichos.

 
MÚSICOS
Del desdén de la hermosura
¡qué enfermo el amor está!
¿Cómo ha de sanar, si es ella
la cura y la enfermedad?
DUQUE
No puedo poner sosiego 145
en mi ardiente corazón;
pero ¿qué mucho, si son
mis esperanzas el fuego?
¡Qué incurable enfermedad!
ALEJANDRO
Señor...
DUQUE
Alejandro amigo...
150
 

(A los MÚSICOS.)

 
Dejadme. Pero ¿qué digo?
¡Sin mí estoy! Volved, cantad.
MÚSICOS
Del desdén de la hermosura
¡qué enfermo el amor está!
¿Cómo ha de sanar, si es ella 155
la cura y la enfermedad?
ALEJANDRO
Gran Señor, ¿qué oculta pena
te aflige?
DUQUE
Amigo, un dolor
sin medio.
ALEJANDRO
¿Por qué, Señor?
DUQUE
Esta canción me condena: 160
Yo una hermosura venero,
siendo culpa idolatrarla;
el remedio es olvidarla,
y el mal es lo que la quiero.
Si intento el remedio, muero; 165
si no, ofendo su deidad;
pues si entre esta variedad
vive el pecho de querella,
¿Cómo ha de sanar, si es ella
la cura y la enfermedad? 170
ALEJANDRO
¿No tienen medio sus males?
Siendo de amor, ¿no hay remedios?
COMINO
No; que ya en amor no hay medios.
ALEJANDRO
¿Por qué?
COMINO
Porque es todo reales.
ALEJANDRO
Señor, que hacéis, advertid, 175
a vuestro poder agravio:
vuestro imperio es vuestro labio.
DUQUE
No lo entiendes. Proseguid.
MÚSICOS
Nadie se fíe de sí,
cuando tan rendido está; 180
que en los achaques de amor
el remedio enferma más.
DUQUE
Yo ofendo mi propio empleo
si prosigo en mis amores;
si no logro sus favores, 185
crece en mi amor el deseo;
más dentro del mal me veo
si quiero volverme atrás:
Luego bien dice al compás
de aquella letra el primor, 190
que en los achaques de amor
el remedio enferma más.
ALEJANDRO
¿El remedio es más dolor?
¿En qué achaque ser pudiera?
COMINO
¿Eso dudas? En cualquiera, 195
como lo yerre el dotor.
ALEJANDRO
Señor, aunque lo pretendo,
por indicios semejantes
no os entiendo.
DUQUE
No te espantes;
que yo tampoco me entiendo. 200
COMINO
Tú estás en Atenas ciego;
pues no habiendo quien alcance,
ni entienda a un duque en romance,
quieres entenderle en griego.
DUQUE
Aunque yo estuviera en ti, 205
no entendieras mi dolor.
Proseguid, pues su rigor
nació sólo para mí.
MÚSICOS
Su muerte quiere, o su vida,
y no se la quieren dar; 210
¡desdichado del que vive
por ajena voluntad!
DUQUE
Si es mi voluntad mi pena.
¿Cómo intenta mi porfía,
queriendo mi mal la mía, 215
que quiera mi bien la ajena?
Si la mía me condena
a entregar la libertad,
¿cómo ha de tener piedad
la ajena, que la recibe? 220
Desdichado del que vive
por ajena voluntad.
Dejadme, no cantéis más.
No digo, Lidoro, a ti;
que tú ya sabes de mí 225
mi mal, y alivio me das.
 

(Vanse los MÚSICOS.)

 


Escena III

 

El DUQUE, ALEJANDRO, LIDORO, COMINO.

 
LIDORO

 (Aparte.) 

Sí sé, a pesar de mi amor;
mas ¿qué importa, si no ha sido
él de Nisea admitido,
y yo logro su favor? 230
ALEJANDRO
Señor, si el dolor os deja
libre el uso del oído,
con justos celos os pido
licencia para una queja.
DUQUE
¿Queja, Alejandro? Pues ¿cuál? 235
ALEJANDRO
De que sabiendo Lidoro
vuestra pena, yo la ignoro.
COMINO

 (Al DUQUE.)  

Y de eso es todo tu mal;
pues muchos, por sus decoros,
mueren de eso.
DUQUE
¿De callar?
240
COMINO
No, sino de revelar
el secreto a los Lidoros;
y al instante le sentencio
a que con mucha presteza
se sangre aquí vuestra alteza 245
de la vena del silencio.
DUQUE
¿Dónde cae?
COMINO
Yo en todos hallo
que en el pecho se les ve,
y a mí en el dedo de un pie,
que es donde yo tengo un callo. 250
DUQUE
Alejandro, mi dolor,
que hasta aquí encubrí a tu trato,
si lo tienes por recato,
no ha sido sino temor.
ALEJANDRO
¿Temor vuestra alteza a mí? 255
DUQUE
Sí, Alejandro; temor fue.
COMINO

 (Aparte a ALEJANDRO.)  

Vive Dios, que entiendo que
se ha enamorado de ti.
DUQUE
Yo por ti, muriendo, vivo;
y mi alivio es que tú quieras. 260
COMINO

 (Aparte a ALEJANDRO.)  

Alto, Señor; pues ¿qué esperas?
No hay aquí que ser esquivo.
ALEJANDRO
Señor, sacad mi cuidado
de confusión semejante.
COMINO

 (Aparte a ALEJANDRO.)  

¿Hay más gracioso ignorante? 265
¿Te lo he de decir cantado?
DUQUE
Las flechas quebrar espero
contigo, a que he de morir.
COMINO

 (Aparte a ALEJANDRO.)  

¿Ves cómo quiere decir
que eres tú su quebradero? 270
DUQUE
Alejandro, si lo mucho
que debes a mi tormento
quieres saber, está atento.
ALEJANDRO
Ya, gran Señor, os escucho.
DUQUE
Despejad ese criado. 275
ALEJANDRO
Vete, Comino.
COMINO
Por ido.

  (Aparte. 

Póngome a tiro de oído.)

 (Pónese a escuchar al paño.)  

ALEJANDRO
Ya solos nos ha dejado.
DUQUE
Para que sepas mejor
cuanto debes a mi pecho, 280
quiero acordarte, Alejandro,
los servicios que te debo.
Lo primero, mi corona
debe a tu sabio gobierno
la quietud de mis estados, 285
la firmeza de mi imperio.
Cuantos enemigos míos
movieron contra mi reino
el impulso de sus armas,
tu brazo los ha deshecho. 290
No he tenido yo en mi vida
gusto, triunfo ni sosiego,
que de tu fe no haya sido
o disposición o empeño.
Y sobre tantas finezas, 295
cuando, asegurado el cetro,
lograba en paz sus aplausos,
trataste mi casamiento.
Con tu tío el rey de Creta
dispusiste, amigo y deudo, 300
que a su hija por esposa
me diese; y tú mismo luego
trajiste de allá a tu prima
la Duquesa, a quien, por dueño
mío y de Atenas, hoy pago 305
la estimación que la debo.
No te sabré encarecer
el gusto, amigo, el contento
con que en tranquilos amores
viví los años primeros. 310
Yo me casé enamorado;
halló en mi esposa el deseo
discreciones para el alma,
hermosura para el cuerpo,
finezas para el cariño, 315
atención para el respeto,
agasajo para el trato,
viveza para el ingenio,
modestia para los ojos,
dulzura para el afecto, 320
y un amor correspondido,
en quien se encierra todo esto.
Mira cuál sería el gusto
en que vivía mi pecho,
logrando en paz un amor, 325
sin el susto de unos celos,
las dudas de la esperanza,
la desazón del despego;
dos voluntades conformes,
en un logro dos deseos, 330
dos almas en una vida
y dos puntos en un centro.
Yo, triunfante, poderoso,
amado, temido, quieto,
rico, alegre y aplaudido, 335
y por más feliz extremo,
con una esposa a mi gusto,
tres años de gloria fueron;
que si no es el cielo así,
esto en la tierra es el cielo. 340
¿Quién pensar puede, Alejandro,
que pudiera haber suceso
con que en mí entrasen las penas,
sin faltarme nada desto?
Pues para que nadie tenga 345
confianza en los contentos
desta vida, mi destino,
o mi desdicha, o el cielo
(que el secreto se reserva)
halló entre estas dichas medio 350
con que, sin faltarme nada,
me faltase todo a un tiempo.
Yo fui poniendo los ojos
en una dama, en quien tengo
hoy el alma; y al principio 355
prevenir no supe el riesgo.
Después que quise, no pude;
que el albedrío no es dueño
de quitar la inclinación;
que el proporcionado objeto 360
de la voluntad la llama,
y ella va tras él. Y en esto
tiene imperio el albedrío,
mandando al entendimiento
que enfrene la voluntad; 365
mas si no se hace con tiempo,
si después no es imposible,
es difícil a lo menos;
que es lo mismo que una piedra
o cualquiera grave peso, 370
que va a caer, si al instante
de perder aquel asiento,
de donde cae se detiene,
se puede con poco esfuerzo
detener; mas si se intenta 375
parar cuando va cayendo,
mientras más va es más difícil;
y sin muchísimo riesgo,
no hay quien la pueda parar
hasta llegar a su centro. 380
No es, Alejandro, mi culpa
el amar a otro sujeto,
debiendo la estimación
que a mi esposa nunca pierdo.
Ni el no enfrenarme, tampoco; 385
porque ya, amigo, me veo
como cuando tan abajo
va ya la piedra cayendo,
que el tenerla es imposible,
o tan difícil, que temo 390
morir si intento pararla.
Y demás deste recelo,
cuando detenerla intente,
ni a querer hacerlo acierto,
ni sé si podré, aunque quiera; 395
y si podré, no me atrevo.
La culpa de mi temor
(que tenértele confieso)
es valerme yo de ti
para tan injusto intento; 400
pues siendo tú de mi esposa,
en la atención que la debo,
tanta parte, por padrino,
por su sangre y por ti mesmo,
fuera mucha demasía 405
del poder, pensar que puedo,
sin recelo, hacerte yo
de sus ofensas tercero.
Pero yo estoy, Alejandro,
tan sin mí, tan sin aliento, 410
que cualquier mal es alivio,
comparado al que padezco.
Yo muero, y como el bajel
en la tormenta me veo,
que despalmado y sin jarcias, 415
rotos árboles y lienzos,
cubierto de cualquier ola,
teme en ella el movimiento;
y cuando el furioso embate
de las aguas y los vientos, 420
por juego de la fortuna,
dan con él de riesgo a riesgo,
descubre el puerto enemigo,
adonde perder es cierto
libertad, fama y riqueza; 425
mas teniéndolo por menos,
por salir de aquel peligro,
toma por sagrado el puerto.
Tú eres, Alejandro amigo,
quien puede al mal en que peno 430
dar alivio; tú ser puedes
de mi aflicción el consuelo.
Mas para que tú conozcas
que no del todo te empeño
tan sin razón, deste amor 435
que te he tenido encubierto
tiene noticia mi esposa;
que son agudos los celos,
y me ha leído en los ojos
lo que escribió el alma dentro. 440
Ella sabe a quién adoro,
o lo presume a lo menos;
que en la falta del cariño
ha sido aviso el despego
para que ella lo averigüe. 445
No sé, cuando considero
su discreción, su hermosura,
su agasajo, sus afectos,
cómo pudo otra belleza
triunfar de mis pensamientos. 450
Mas la voluntad me arrastra,
ella me vence en efecto;
y no basta que los ojos
reconozcan el exceso
que hay de mi esposa a mi dama; 455
que el discurso haga argumentos;
que la razón lo condene;
porque contra todos ellos
vence en ella otro discurso
sofístico, que acá dentro, 460
para convencerlos, hace
con tal arte, que yo pienso
que tiene la voluntad
para sí otro entendimiento.
Siendo así, pues, que mi esposa 465
sospecha mi error, el medio
de valerme yo de ti,
Alejandro, es con intento
de quietarla en su sospecha,
de sosegarla en sus celos, 470
y ya que no puedo el daño,
excusarla el sentimiento;
que habiendo de ser ingrato,
cuando yo tanto la debo,
quiero excusarla el disgusto, 475
ya que la ofensa no puedo.
Padezca el mal sin dolor,
con el engaño viviendo;
que no ha de ser más mi gusto
porque ella padezca menos. 480
Y ya que desta cadena
estoy oprimido, quiero,
si he de ofender con el ruido,
arrastrarla sin estruendo.
Tú, Alejandro, desde aquí, 485
en público y en secreto,
te has de declarar galán
desta dama en el festejo,
asistirla, enamorarla,
avisándola primero 490
de tu fineza y la mía,
y en mi esposa, al mismo tiempo,
volveré yo a los cariños
en que he estado tan suspenso.
Que viendo ella mis finezas, 495
y creyendo tus empeños,
pasar no puede adelante
en su sospecha, sabiendo
que tú y yo somos un alma
de la mitad que tenemos. 500
Sosegada su sospecha,
podré yo, sin darla celos,
proseguir desta pasión,
desta llama, deste incendio,
a tu sombra, el dulce alivio 505
que me da su ardiente fuego,
hasta que beban los ojos
su apetecido veneno.
Alejandro, esta fineza
ha de hacer por mí tu pecho, 510
cuando no más, obligado
de que mi noble silencio
te ha callado esta pasión
por el justo sentimiento
que te pudiera causar. 515
Que te respeto confieso;
que te he temido del modo
que un príncipe de mi aliento
a un vasallo como tú
puede tenerle respeto. 520
Dos empeños hay que muevan
tu obligación: el primero
es hacer a la Duquesa,
si no el daño, el dolor menos;
el otro, la confianza 525
que hace de tu fe mi pecho,
porque el fiar yo de ti
el ser, la corona, el cetro,
no es tanto como la dama.
Y en ponerte en este empeño, 530
más de ti que de mí fío,
porque es tan posible el riesgo,
que a dividirme yo en otro,
no lo fiara a mí mesmo.
Éste, amigo, es mi temor, 535
éste el agradecimiento
que me debe tu amistad,
éste el dolor que padezco:
mira tú la obligación
que debes a mi tormento; 540
y sin mirar mi grandeza,
obra tú por tu respeto.
ALEJANDRO
Señor, con razón, de oíros,
suspenso y temblando quedo.
¿Vos para mandarme a mí 545
vuestro gusto, tanto empeño?
Pues cuando yo de mi prima
fuera padre, en el remedio
de vuestros males, Señor,
¿no sois vos siempre primero? 550
DUQUE
Dame, Alejandro, los brazos.
ALEJANDRO
Yo de tu voz soy el eco;
¿cómo podré replicarla?
COMINO

 (Al paño.)  

Miren ustedes aquesto,
y azotan por alcahuetes. 555
ALEJANDRO
Mas, Señor, saber espero,
por poder obedecerte,
quién es la dama.
LIDORO

 (Aparte.) 

Ya tengo
en mi amor dos enemigos;
mas si su favor merezco, 560
no los temo, ni el delito;
que el amor dora los yerros.
DUQUE
No te lo he dicho, Alejandro,
hasta conocer tu intento;
mas ya es fuerza que lo sepas. 565
COMINO
Rabiando estoy por saberlo;
que sin duda es mucha cosa.
DUQUE
Pues de mis ansias el dueño...
ALEJANDRO
¿Quién es, Señor?
DUQUE
Es Nisea.
ALEJANDRO

 (Aparte.) 

¡Válgame el poder del cielo! 570
COMINO

 (Saliendo de donde estaba oculto.)  

¡Confesión!
DUQUE
¿Qué tiene ese hombre?
COMINO
¡Confesión! ¡Ay, que me muero!
ALEJANDRO
¿Qué es eso?
COMINO
El dolor de ijada,
que agora en este momento,
con aquese sobrescrito, 575
me vino por el correo.
ALEJANDRO
No hagáis caso; que este es loco.
COMINO
Pues ¿para postre del cuento
sale con esa aceituna?
ALEJANDRO
Señor, ¿vos...

 (Aparte. 

Hablar no puedo)
580
a Nisea?
DUQUE
Sí, a Nisea.
COMINO

 (Aparte.) 

¿Si pedirá ahora que hablemos
de Nisea solamente?
ALEJANDRO
Señor, yo... cuando, vos mesmo...
DUQUE
No me digas ahora nada; 585
tú, Alejandro, eres discreto,
y lo sabrás disponer.
Ven, Lidoro. Piensa en ello,
y mira, amigo, que aquí
mi vida en tus manos dejo. 590
 

(Vanse el DUQUE y LIDORO.)

 


Escena IV

 

ALEJANDRO, COMINO.

 
COMINO
Miren cómo se ha quedado
de carámbano de invierno;
parece pellejo hinchado
a la puerta del botero.
ALEJANDRO
    ¿Cómo al vital aliento no desmayo? 595
Ni sé yo cómo vivo o cómo peno,
pues mi pecho resiste este veneno.
O fue ilusión, o de mi muerte ensayo.
    Estoy como el pastor a quien el rayo
quitó la vista, y al horror del trueno 600
perdió el sentido; y queda tan ajeno,
que, del susto, no siente su desmayo.
    Mas no me dejó sólo absorto y ciego,
sino de alma y amor la unión partida.
Mas no, que a herirme, allí muriera luego; 605
    Mas sí, que como rayo hizo la herida,
que sólo al corazón abrasó el fuego,
y en el cuerpo al dolor dejó la vida.
¿Qué haré, Comino?
COMINO
Cilantro.
ALEJANDRO
¿Qué dices deste suceso? 610
COMINO
Nada que hables te he de oír,
sino en Nisea.
ALEJANDRO
¡A buen tiempo!
Comino, mi amor murió.
COMINO
Téngale Dios en el cielo,
y ¿de qué murió?
ALEJANDRO
De un rayo.
615
COMINO
Pues ¿el pobre caballero
no trujera una reliquia
para el día que hace truenos?
Y ¿ha dejado sucesión?
ALEJANDRO
Mi pesar y mi tormento. 620
COMINO
Pues si no deja más hijos,
no era amor muy verdadero.
ALEJANDRO
Sólo ha dejado las penas
que de mis penas nacieron.
COMINO
Y ¿hay dote para esos hijos? 625
ALEJANDRO
No.
COMINO
Pues vayan a un convento.
ALEJANDRO
Deja, Comino, las burlas,
cuando ves que estoy muriendo,
o vive Dios, que te mate.
COMINO
¿Qué son burlas? Eso es bueno; 630
pues ¿puedes sentirlo tú
la mitad que yo lo siento?
¿No me oíste allí pedir
confesión? Pues vive el cielo,
que a no estar en mal estado, 635
de veras me hubiera muerto.
ALEJANDRO
Ya el sentimiento es en vano,
no resistirle pretendo;
que la desesperación
es ya sólo mi remedio. 640
Muera o viva, esto ha de ser:
la amistad que al Duque debo
ha de ser antes que todo.
Adiós, tristes pensamientos;
mas digo mal, los alegres 645
debe despedir mi pecho,
no los tristes, porque siempre
habré de vivir con ellos.
COMINO
Pues Nisea sale aquí,
y la Duquesa; ¿qué haremos? 650
ALEJANDRO
Retirarnos, por si acaso
queda sola y hablar puedo.
COMINO
¿Para qué, si has de dejarla?
ALEJANDRO
Para decirla este empeño
y cómo ya la he perdido, 655
aunque llore.
COMINO
No hayas miedo
que pierda el seso.
ALEJANDRO
¿Por qué?
COMINO
Si ella es cuerda, un duque es bueno,
y por ti no ha de perderle.
ALEJANDRO
Y ¿si bien me quiere?
COMINO
Menos,
660
porque entonces, siendo loca,
no podrá perder el seso.
 

(Retíranse.)

 


Escena V

 

AURORA, NISEA, IRENE.

 
NISEA
Señora, si vuestra alteza
no resiste su pasión,
es fomentar su tristeza. 665
AURORA
Nisea, hay males que son
la misma naturaleza.
NISEA
Así es la melancolía;
mas la razón medios halla
de resistir su porfía. 670
AURORA
Pues la razón en la mía
sólo sirve de aumentalla
y te la he de declarar,
ya que estás sola conmigo
y Irene.
IRENE
¿Puedo estorbar?
675
AURORA
No; que antes lo has de escuchar,
porque sé que eres testigo.
Tú bien llegas a saber

 (A NISEA.)  

cuánto a mi amor debes hoy.
NISEA
Lo más que hay que encarecer 680
es, que yo tu sangre soy,
y tú lo das a entender.
AURORA
Pues, Nisea, mi tormento
ya que este alivio me deja,
saldrá de mi pensamiento. 685
Mas no saldrá como queja,
sino como sentimiento;
porque habiéndola conmigo
(que el ser quien soy me aconseja),
la ocasión, que aquí contigo 690
fuera en otra parte queja,
fuera en mí para castigo.
Cuanto el Duque es de mí amado,
y que él me amó dejo a un lado;
que en él por demostración, 695
y en mí por obligación,
uno y otro es excusado.
Sólo dirá mi dolor
que viendo el estrecho abrazo
de nuestro fino primor, 700
envidioso el mismo amor,
quiso deshacer el lazo.
Yo esta unión, a mi pesar,
le vi al despego partir;
mas si esto pude mirar, 705
o no lo pude sentir,
o no lo supe llorar.
De mi esposo la fineza
se trocó en este despego;
pasándome la tibieza, 710
en el lecho por sosiego,
y en el trato por grandeza.
Cuando a cansarse de mí
lo atribuí, hallo que emplea
en ti su amor... Yo lo vi; 715
no, no te turbes, Nisea,
que no me quejo de ti.
Tu estrella envidia me dio,
pena mi suerte severa;
no tienes tú culpa, no; 720
que a ofenderme tú, no fuera
para decírtelo yo.
La fruta que deseando
estás en el alta rama,
¿no has visto venir volando 725
un pajarillo silbando,
que hace de ella mesa y cama?
Cuando ves que su rudeza
lo que tu deseo procura,
logra por su ligereza, 730
no te ofende su simpleza,
pero envidias su ventura.
Esto me sucede aquí,
cuando no hay ofensa alguna
en que él te quiera, y no a mí: 735
que no me ofendo de ti,
pero envidio tu fortuna.
Tú, Nisea, eres querida,
yo del Duque despreciada;
tú amada, yo aborrecida; 740
yo su muerte, tú su vida,
para ser de mí estimada.
Mas esto no es por temer
que, aunque tu fe me respeta,
puedas llegarme a ofender, 745
sino una envidia discreta,
como se debe tener.
Mi envidia será estimar
tu dicha; pues con morir,
no puedo dar ni tomar 750
más venganza que sentir,
ni más queja que llorar.
NISEA
Señora, tu llanto justo
llego a sentir de manera,
que si algo en mi vida viera 755
que a ti te diera disgusto,
yo misma muerte me diera.
Mas, leal y agradecida,
dar más respuesta no espero
a pena tan bien sentida, 760
que es Alejandro mi vida,
que él me adora y yo le quiero.
AURORA
¿Qué dices, prima?
NISEA
Ocasión
de saberlo te daré.
AURORA
¿Cómo, si él y el Duque son 765
una vida y una unión?
NISEA
Eso, Señora, no sé.
AURORA
Pues, prima, si eso haces luego,
en sabiendo que es verdad,
tener no puede en su fuego 770
mi amor más seguridad,
ni mi pena más sosiego.
Que adviertas el mal que siento
te pido, y mi confianza;
mientras va mi sentimiento 775
a vivir de su esperanza
o a morir deste tormento.

 (Vase.)  



Escena VI

 

NISEA, IRENE; luego, ALEJANDRO y COMINO.

 
IRENE
Señora, tu intento ignora
Alejandro. ¿Has preferido
a Lidoro?
NISEA
¿Cuándo ha sido
780
de mí admitido Lidoro?
IRENE
Pues hoy, cuando me encontró,
de esperanzas le llené.
NISEA
¿Qué has hecho, necia?
IRENE
Diré
que fue encuentro, y no pintó. 785
 

(Salen ALEJANDRO y COMINO.)

 
ALEJANDRO

 (Aparte a COMINO.)  

Nisea ha quedado sola.
COMINO
Para jugar bien la pieza,
éntrala llamando alteza,
que es dársela golpe en bola.
NISEA
Alejandro, mi señor, 790
¿qué traes, tan descolorido?
ALEJANDRO
No más de haberte perdido.
COMINO
Y al truque, que es lo peor.
NISEA
¿Perdido a mí? ¿Eso hay de nuevo?
ALEJANDRO
El Duque me ha declarado 795
que está de ti enamorado;
ya sabes lo que le debo.
NISEA
Pues ¿yo al Duque puedo amar?
ALEJANDRO
Eso no lo he de decir;
yo me vengo a despedir, 800
y no vengo a aconsejar.
NISEA
Saber tu respuesta espero.
ALEJANDRO
Yo le rendí mi cuidado.
NISEA
Anduviste muy privado,
pero no muy caballero. 805
ALEJANDRO
¿Qué pude hacer, siendo fiel?
NISEA
Mira lo que hay de ti a mí,
que yo le dejo por ti,
y tú me dejas por él.
ALEJANDRO
Ya, Nisea, mi cariño 810
murió; ya no hay que esperalle.
COMINO
Ya venimos de enterralle;
que he llorado como un niño.
ALEJANDRO
Y así, Señora, mudando
de estilo, quedad con Dios; 815
que el alma, que queda en vos,
vos de vos la iréis echando.
NISEA
¡Alejandro!
ALEJANDRO
Así, Señora.
Lo principal olvidé,
que en la apariencia seré 820
vuestro galán desde ahora;
que esto es lo que importa más.
NISEA
Y ¿eso también se promete?
COMINO
Pues si no fuera alcahuete,
¿qué importara lo demás? 825
NISEA
Pues, Alejandro, mirad.
Si por el Duque es razón
dar menos estimación
a mi amor que a su amistad,
dél ni de vos hará aprecio 830
mi amor, aunque aquí le lloro:
del Duque por mi decoro,
de vos por este desprecio.

 (Hace que se va.)  

ALEJANDRO
Nisea, Señora, espera;
mi bien, ya sé que hice mal. 835
NISEA
Oyendo bajeza tal,
¿qué he de esperar aunque quiera?
ALEJANDRO
¿Qué pude yo hacer conmigo?
NISEA
Ser vos; que en vos es primero
la deuda de caballero 840
que la obligación de amigo.
¿Vos prometéis tal bajeza?
ALEJANDRO
Por el Duque me obligué.
NISEA
Pues ¿por bajeza no fue?
COMINO
No fue sino por alteza. 845
ALEJANDRO
Pues ¿qué hemos de hacer, Señora?
NISEA
Alejandro, el Duque viene;
esta noche ocasión tiene
de hablar nuestro amor, ya es hora;
del jardín de la Duquesa 850
verás abierto el postigo;
a esperarte allá me obligo.
IRENE

 (Aparte.) 

¡Ay, Dios mío! Ya me pesa,
porque allí se han de encontrar;
que a Lidoro le advertí 855
que puede entrar por allí.
ALEJANDRO
Pues ¿cómo abierto ha de estar?
NISEA
Porque del Duque es fineza
tener por verme esa entrada.
ALEJANDRO
¿Qué es lo que escucho?
COMINO
No es nada;
860
también eso es por alteza.
ALEJANDRO
Ingrata, fiera, enemiga.
NISEA
Vete, Alejandro, Señor.
ALEJANDRO
A morir deste dolor.
NISEA
Pues ¿qué a tenerle te obliga? 865
ALEJANDRO
El Duque y tu falsedad.
NISEA
¿Hago yo su inclinación?
ALEJANDRO
Tú le has dado la ocasión.
NISEA
¿Qué dices?
ALEJANDRO
Esto es verdad.
NISEA
Tú verás que no.
ALEJANDRO
¡Ah inhumana!
870
NISEA
Vete, Alejandro.
ALEJANDRO
Sí haré.
NISEA
¿Irás?
ALEJANDRO
A morir iré.
NISEA
Que viene el Duque.
ALEJANDRO
¡Ah tirana!
IRENE

 (Aparte.) 

La mar anda por los cielos;
allá habrá linda batalla. 875
COMINO

 (Aparte.) 

Lindo modo de dejalla
es ir rabiando de celos.
 

(Vanse.)

 


Escena VII

 

Jardín. Noche.

 
 

El DUQUE.

 
Deste jardín las olorosas flores,
cuando a mi esposa en dulce paz lograba,
testigos fueron de la dicha mía; 880
a imitación aquí de mis amores,
aves, plantas y flores, todo amaba,
todo era tierna unión, todo armonía.
Aquella fuente fría
amores murmuraba, 885
el céfiro en las hojas suspiraba,
el clavel se encendía
por la encarnada rosa;
la mosqueta olorosa,
con el jazmín, a olores se entendía; 890
las blancas azucenas
de amor estaban llenas;
la hiedra, al tierno abrazo,
enmarañaba el lazo
por las ramas del olmo; 895
y en el copado colmo
ruiseñores suaves,
cantando dulces y sintiendo graves,
huían de los ojos, advertidos,
para dar más amor a los oídos. 900
Todo este bien trocó mi ardiente fuego.
Todo lo miro va como me miro,
yo de aquel tierno amor la paz quebranto:
ya imita mi cruel desasosiego
de aves, plantas y flores el retiro. 905
Todo es ya sentimiento, todo espanto:
la fuente suena a llanto,
y al fuego que respiro,
el céfiro por queja da suspiro;
está el clavel sangriento, 910
la rosa vergonzosa,
la mosqueta olorosa
trueca al jazmín olor por sentimiento;
las blancas azucenas
de desmayo están llenas; 915
y ya no por abrazo
la hiedra aprieta el lazo,
sino por lucha, al olmo;
y en el frondoso colmo,
tristes los ruiseñores, 920
cantan endechas, quejas y dolores,
huyendo de los ojos ofendidos,
por tener a la queja más oídos.
Y aunque esto advierto y conozco,
no sé qué oculta violencia 925
a esta locura me arrastra,
en esta pasión me ciega.
¿Si a algún fin raro el destino
por estos pasos me lleva?
Que aun en aquestos errores 930
hay oculta providencia;
porque amar contra el dictamen,
querer contra la evidencia
del bien... Pero ¿qué discurro?
Si puedo ver a Nisea 935
intento; que ha muchas noches
que, por lo que ya recela
mi esposa, no he entrado aquí.


Escena VIII

 

AURORA y NISEA, que hablan recatadamente desde la entrada. El DUQUE.

 
NISEA
Aquí ha de ver vuestra alteza
la seguridad más firme 940
de mi amor y su sospecha.
AURORA
No extrañes, prima, a mis celos
que tan incrédulos sean;
que me va en esto la vida.
DUQUE
Nisea es y la Duquesa; 945
retirarme de aquí importa,
y esperar si sola queda.

 (Vase.)  



Escena IX

 

LIDORO. AURORA, NISEA.

 
LIDORO
Lo que Irene me asegura
en el favor de Nisea,
es cierto, por la verdad 950
de hallar abierta la puerta.
Yo he de lograr mi ventura,
sea traición o no sea;
que en amores no hay lealtad,
y más llamándome ella. 955
NISEA
Señora, este es Alejandro;
retírate y está atenta.
AURORA
Si esto es cierto, prima mía,
aquí mis temores cesan.

 (Retírase.)  



Escena X

 

ALEJANDRO y COMINO, que al entrar se detienen, y escuchan desde la puerta. LIDORO, NISEA; AURORA, oculta.

 
ALEJANDRO
Yo le vi entrar.
COMINO
Yo también.
960
ALEJANDRO
Aquí, si el Duque no era,
¿quién puede haber sido?
COMINO
Ahora
lo veredes.
LIDORO
¿Si es Nisea?
NISEA

 (A LIDORO.)  

¿Eres tú, Señor?
LIDORO
Sí soy.
NISEA
¿Tu duda está satisfecha 965
de lo mucho que te estimo?
LIDORO
Sí estoy; pero no creyera,
aunque me lo dijo Irene,
que era tan feliz mi estrella;
mas sea tu blanca mano, 970
hermoso dueño, la prenda
que afiance mi ventura.
NISEA

 (Aparte. 

¡Cielos! no es la voz aquesta
de Alejandro.) Hombre, ¿quién eres?
LIDORO
Lidoro.
NISEA

 (Aparte.) 

¡Qué escucho, penas!
975
AURORA
¡Cielos! ¿qué es esto que veo?
COMINO

 (Aparte a ALEJANDRO, donde están retirados.)  

¿El Lidorico anda en estas?
NISEA
Hombre, ¿qué dices? Pues ¿qué?
¿Tanto tu osadía intenta,
que aquí te atreves a entrar? 980
LIDORO
¿No me has llamado tú mesma?
NISEA
¿Yo? ¿Cuándo?
LIDORO
Hoy, con Irene.
NISEA
Si engañada pensó ella
que yo pudiera admitir
las locas pasiones vuestras, 985
yo, que no puedo engañarme
por lo que sé de mí mesma,
os digo que si adelante
dais un paso en esta empresa,
os haré dar el castigo 990
que merecéis.
LIDORO
Más modesta
pudieras desengañarme.
NISEA
Para vos esto es modestia.
ALEJANDRO

 (Al paño.)  

¡Que deste el Duque se fíe!
Mil estocadas le diera; 995
pero secreto y respeto
de aqueste sitio me enfrenan.
NISEA
Idos, pues; ¿a qué esperáis?
LIDORO
Vive Dios, que esa respuesta
merece la grosería 1000
de que a mostraros me atreva
con violencia que os merezco.
NISEA
Hombre atrevido, ¿qué intentas?
 

(ALEJANDRO hace demostración de arrojarse a él; pero se detiene al salir la DUQUESA.)

 
ALEJANDRO
Ya es fuerza salir.
AURORA

 (Sale.) 

¿Qué es esto?
ALEJANDRO

 (Aparte.) 

¡Válgame Dios! la Duquesa. 1005
NISEA
Señora, un hombre es sin juicio.
AURORA
Loco, quien quiera que seas,
¿así el debido decoro
deste sagrado respetas?
¿Tú aquí has de poner las plantas? 1010
Vete ya de mi presencia,
y este delito el silencio
tanto sepulte, que seas
tú el primero que le olvide;
que porque no haya quien sepa 1015
que hubo quien le cometiese,
más átomos que hay estrellas
no te mando hacer ahora.
Vete y calla. Ven, Nisea.
NISEA
Sin mí voy deste suceso. 1020
 

(Vanse AURORA y NISEA.)

 


Escena XI

 

ALEJANDRO, COMINO, LIDORO.

 
LIDORO

 (Para sí.)  

¡Cielos, sin alma me dejan!
Yo estoy a grande peligro
si el Duque a saberlo llega.
¡Que de todas mis venturas
sea estorbo la Duquesa! 1025
¡Que con el Duque me haya
descompuesto, y que no pueda
vengarme desta mujer,
que en toda parte es mi ofensa!
Salir de aquí presto importa. 1030
ALEJANDRO
Deténte, Lidoro, espera.
COMINO

 (Aparte.) 

Apareja una tetilla,
si quieres morir apriesa.
LIDORO

 (Aparte.) 

¡Cielos, Alejandro aquí,
tras de verme la Duquesa! 1035
Pues aunque mi honor arriesgue,
me he de ver vengado della,
y asegurar mi peligro
la venganza de mi queja.
ALEJANDRO

 (Aparte. 

Por que no sepa el intento 1040
a que vine, haré la queja
por el Duque.) Yo, Lidoro,
os vi entrar por esta puerta;
y creyendo hallar al Duque,
siguiéndoos vine por ella, 1045
donde he oído la traición
con que ofendéis su grandeza,
pues a la dama que os fía,
mirar vuestra infamia intenta.
Porque vais más castigado 1050
con saber que haya quien sepa
que sois aleve, no os mato.
Idos, y nadie lo entienda;
que yo la palabra os doy
de que mi silencio sea 1055
sepulcro de vuestra culpa.
LIDORO
Mas a alguna intención vuestra
estáis, Alejandro, aquí,
que a oír la locura ciega
de mi amor, que me disculpa. 1060
Y esto bien claro se muestra,
que vos no veis mi intención
para veniros tras ella.
ALEJANDRO
Pues sal afuera, traidor,
si eso imaginas o piensas, 1065
donde, dándote la muerte,
con mi acero te desmienta;
ven, villano.
COMINO

 (Aparte.) 

Ven, folías.
LIDORO
Ya os sigo.


Escena XII

 

El DUQUE. Dichos.

 
DUQUE
¿Qué gente es esta?
¿Quién va?
LIDORO

 (Aparte.) 

¡Cielos, grave empeño!
1070
ALEJANDRO
¿Gran Señor?

 (Aparte. 

Ya es más mi pena.)
DUQUE
Alejandro, pues ¿tú aquí?
ALEJANDRO

 (Aparte. 

Sólo con la verdad mesma
salir puedo deste empeño.)
Hoy, Señor, hablé a Nisea, 1075
y al proponerla mi intento,
me dijo que aquí viniera
a hablar en ello esta noche.
DUQUE
Es verdad que sólo ella
darte pudo esa noticia. 1080
Pues según eso, ya acepta
mis amorosos designios.
ALEJANDRO
No he hablado, Señor, con ella,
porque también al jardín
salió ahora la Duquesa. 1085
DUQUE
Es verdad; que yo la vi.
COMINO

 (Aparte.) 

Embocósela a su alteza.
DUQUE
¿Quién viene aquí más?
ALEJANDRO
Lidoro;
que a él fié el guardar la puerta,
porque vos dél os fiáis. 1090
DUQUE
Ya no es posible que pueda
Nisea salir a hablarte.
ALEJANDRO
Pues, Señor, ¿qué es lo que ordenas?
DUQUE
Que nos vamos por no dar
ocasión a la Duquesa 1095
de sospecharlo.
ALEJANDRO

 (Aparte a COMINO.)  

¡Ay de mí!
Que ya por razones nuevas
a Nisea he de perder.
COMINO

 (Aparte.) 

Mas pensé yo que perdieras.
DUQUE
Ven, Alejandro; que tú 1100
has de ser quien la centella
deste loco amor apague.

 (Vase.)  



Escena XIII

 

ALEJANDRO, LIDORO, COMINO.

 
ALEJANDRO

 (Aparte. 

Quiera el cielo que así sea.)
¿Lidoro?
LIDORO
¿Qué me queréis?
ALEJANDRO
Esto en mi silencio queda. 1105
LIDORO

 (Aparte.) 

No me fiaré yo de él.
ALEJANDRO
Ya habréis visto mi nobleza;
callad, pues veis que os ha dado
vida y honor mi cautela.

 (Vase.)  

LIDORO

 (Aparte.) 

Yo aseguraré mi riesgo 1110
de Alejandro y la Duquesa.

  (Vase.)  

COMINO
Plegue a Dios que aquesta entrada
mala salida no tenga.



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