21
Cf. Alan Smith, op. cit., pág. 94.
22
Sobre el motivo de la ropa como signo de opresión cultural vid. Alan Smith, op. cit., págs. 95-102.
23
Cf. la que ofrece Alan Smith en op. cit., págs. 102-118.
24
Cf. Rubén Benítez, «Jenara de Barahona, narradora galdosiana», Hispanic Review, 53, 1985, págs. 307-327.
25
No obstante, vid. el vocabulario de los amantes en novelas como Tristana, Realidad o Fortunata y Jacinta, cf. Gonzalo Sobejano, «Galdós y el vocabulario de los amantes», Anales Galdosianos, 1966, año 1, n. 1, págs. 85-99.
26
R. Cansinos-Assens (La nueva literatura. 2. Las escuelas literarias (1898-1900-1916)), Madrid, de Sanz Calleja Editores, s. a., págs. 169-188) considera a Felipe Trigo el padre de los novelistas eróticos, y a Zamacois como el precedente más inmediato, aunque señala también algunos alardes eróticos en escritores realistas como Valera y Picón («Escritores galantes fueron a veces D. Juan Valera y D. Jacinto Octavio Picón», pág. 170). Vid. también García Lara, El lugar de la novela erótica española, Granada, Excma. Diputación Provincial, 1986. Luis S. Granjel, Eduardo Zamacois y la novela corta, Universidad de Salamanca, 1980, págs. 30-36 y 141-146; F. C. Sáinz de Robles, La promoción de «El Cuento Semanal» 1907-1925, Madrid, Austral, 1975, págs. 105-120.