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El mayor desengaño


Tirso de Molina



[Nota preliminar: presentamos la edición de El mayor desengaño de Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina), basándonos en la edición de Blanca de los Ríos (Tirso de Molina, Obras dramáticas completas, Madrid, Aguilar, 1968, vol. II, pp. 1183-1224), cuya consulta recomendamos. Con el objetivo de facilitar la lectura del texto al público no especializado se opta por eliminar las marcas de editor, asumiendo, cuando lo creemos oportuno, las correcciones, reconstrucciones y enmiendas propuestas por Blanca de los Ríos.]



PERSONAS
 

 
BRUNO,   galán.
MARCIÓN,   su criado.
EL PADRE DE BRUNO.
ATAÚLFO,   galán.
UN TÍO DE EVANDRA.
Soldados.
VISORA,   dama.
LEIDA,   música.
EL REY DE FRANCIA.
LA REINA DE FRANCIA.
MARCELA,   dama.
HUGO,   Papa.
EVANDRA,   dama.
LAURETA,   su criada.
EL CONDE PRÓSPERO.
LORENA,   dama.
ENRICO,   emperador.
MILARDO.
LA EMPERATRIZ.
ROBERTO.
LUCIO,   estudiante.
FILIPO,   estudiante.
LAURA,   dama.
UN ÁNGEL.
 

Representola Ortiz.

 




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Escena I

 

Salen BRUNO, de galán; MARCIÓN, de capigorrón; EVANDRA, dama, y LAURETA, su criada, con mantos.

 
BRUNO
¡Extraña estás!
EVANDRA
No te espantes.
BRUNO
¿Cómo es posible me tengas
amor, si crüel te vengas
con desdenes semejantes
de males que nunca te hice? 5
EVANDRA
¡Qué terribles sois los hombres!
BRUNO
Si me abraso, no te asombres.
MARCIÓN
¡Qué a lo alajú que lo dice!
BRUNO
O me quieres bien o no.
EVANDRA
Quiérote con amor casto. 10
BRUNO
¿Que a persuadirte no basto
a darme una mano?
LAURETA
¡Jo!
MARCIÓN
Como allá se manosean
de lenguas, yo soy amigo
de obrar callando.
LAURETA
«¡Jo!», digo.
15
MARCIÓN
De «¡jo!» tus requiebros sean.
«¡Jo!» digas cuando te cases;
cuando el «sí» vayas a dar
digas «¡jo!»; cuando a fregar
ollas y platos repases, 20
por tiple o por contrabajo
cantes «¡jo!», pues lloro yo,
que al fregar no es malo el «¡jo!»
si en jo acaba el estropajo.
«¡Jo!» te llame tu señora, 25
«¡jo!» seas en toda parte,
«¡jo!» digas al acostarte,
«¡jo!» cuando salga la aurora.
«¡Jo!» sea tu sí y tu no;
«¡jo!» en plazas, tiendas, calles, 30
y en fin, un marido halles
con la paciencia de un Job.
BRUNO
Evandra, si cuando dejo
tantos aumentos por ti,
letras a quien años di, 35
respetos de un padre viejo,
grados de universidades,
leyes por las de tu amor,
cargos que ofrece el favor,
honras que son dignidades, 40
¿qué estado habrá que me cuadre,
pues maltratas mi deseo,
cuando despreciado veo
por ti mi estado y mi padre?
¿El darme una mano bella 45
fuera mucho galardón?
EVANDRA
Sí, Bruno, que la opinión
tengo de mi honor en ella.
Vive el recato entre miedos
de menosprecios villanos: 50
den otras el gusto a manos,
que yo dudo darlo a dedos.
Si lo que por mí has dejado
en mi amor cobrando vas,
juzga tú cuál vale más, 55
¿lo perdido o lo ganado?
Un alma ganas, que animas
con las llamas de tu amor,
un escrupuloso honor
que por recatado estimas. 60
Pierdes letras y opinión
de estudios en que amor calma:
por libros te doy el alma,
y por grados mi afición.
Si esta es más, deja que llegue 65
su tiempo, que yo sé, Bruno,
que me pides, importuno,
lo que gustas que te niegue.
MARCIÓN
¿Que no hay darme una manopla
a quien mis versos dedique? 70
¿Siquiera un dedo meñique,
una uña?
LAURETA
«¡Jo!», digo.
MARCIÓN
¡Sopla!
Jo y bofetón, presa y pinta.
La mano te pido yo,
pero en los carrillos no, 75
que es firma sin pluma y tinta.
BRUNO
Seis años ha que te adoro.
EVANDRA
Otros tantos ha que en ti
nuevo dueño al alma di.
BRUNO
Todas las joyas y el oro 80
que de mi madre heredé,
y en ti mejoran de dueño,
te traigo. Don es pequeño,
mas quilates de mi fe
le darán nuevo valor: 85
recibe mi voluntad,
y verás su calidad.
EVANDRA
A poder, Bruno, mi amor
ofenderse, me avergüenzo
de ver que tan mal le apoyas. 90
De afrentadas esas joyas
se esconden en ese lienzo;
y aunque con prendas tan bajas
me ofendes, de tu oro advierto
que en fe de que viene muerto 95
para mi amor, le amortajas.
Seis años de voluntad
¿se pueden satisfacer
con oro? ¿Soy mercader
que vendo mi libertad? 100
¿Qué ignorancia hacerte pudo
intentar tan vil quimera?
Si amor vestirse quisiera
no se pintare desnudo;
pero tú para que torne 105
a agraviar en él la vista,
lienzo le das que se vista
y joyas con que se adorne.
Déjame y vete.
BRUNO
Oye, escucha;
no te alteres, no te enojes. 110
MARCIÓN
Hoy somos todos relojes.
También yo tengo mi hucha.

 (Saca un pañuelo muy sucio y roto.) 

Cuatro cuartos bien contados
en ese pañuelo van,
que si escudos amos dan, 115
damos cuartos los crïados.
Porque aunque hay relojes hartos,
hay unos que así te goce
no paran hasta dar doce,
y otros que dan cuatro cuartos. 120
No alcanzan a más mis bríos;
recibe el escaso don,
que si cuatro cuartos son,
serán ocho con los míos.
Toma, ¿qué te melindrizas? 125
Tu padre es este, señor.
A no venir ciego amor,
por Dios que me descuartizas.


Escena II

 

El PADRE DE BRUNO. Dichos.

 
PADRE
DE BRUNO
Buenos logros de tu estudio
dan a mis prolijos años, 130
a la opinión de tu ingenio
y al sudor de tus trabajos.
Buen empleo hizo la hacienda
que tanto tiempo he gastado
contigo en París, Bolonia, 135
Lovaina y Praga. Letrado
en las leyes de tu amor,
ya que no en sus desengaños,
la cátedra lees de prima,
amante ya que no sabio. 140
¿Honras así la nobleza
que de tus antepasados
es espejo de Colonia?
¿Este es merecido pago
de un padre que deposita 145
su ser en ti, y te ha entregado
por ser único, en mi casa,
su valor y sus cuidados?
¿Tú te casas sin mi gusto?
¿Tú, a mis consejos contrario, 150
el honesto traje truecas
de escuelas que ilustra a tantos,
por las galas licenciosas,
y para volar más alto,
mudas plumas (torpe y ciego) 155
al sombrero de la mano?
¡Plegue a Dios...!
BRUNO

 (De rodillas.) 

Padre y señor:
después de poner los labios
donde tú pones los pies,
tus canas reverenciando, 160
respondo humilde a tus quejas,
que aunque cuerdo he procurado
seis años ha obedecerte,
inclinaciones forzando,
ni ausencias, madres de olvidos, 165
ni estudios siempre contrarios
de la ociosidad dañosa,

 (Levántase.) 

ni entretenimientos castos
pudieron ser de provecho
a borrar de mis cuidados 170
el amor que a Evandra tengo,
de la hermosura el retrato.
Si supieras diligencias
que en tu obediencia buscaron
remedios contra mi amor 175
desvelos que me han costado,
yerbas, palabras, conjuros,
compañía de hombres sabios,
juegos, entretenimientos,
ya en la ciudad, ya en el campo, 180
lástima en vez de rigor
me tuvieras; mas son falsos
los remedios que dio Ovidio
contra este ciego tirano.
¿Qué importa que padre seas 185
y que los preceptos santos
de mi ley a obedecerte
me obliguen, si me inclinaron
las estrellas superiores,
que estando en lugar más alto 190
la jurisdicción te usurpan,
de quien me confieso esclavo?
Por la mujer (dijo Dios)
que dejaría olvidado
el hombre su padre y madre. 195
Ni te olvido, ni he dejado;
pero ¿qué tengo de hacer,
si las estrellas, los astros,
mi inclinación, mis deseos,
la libertad me usurparon? 200
Tú eres solo; muchos ellos;
amor, dios fuerte; yo, flaco:
bella Evandra; ¿cómo puedo
hacer resistencia a tantos?
Sangre ilustre, padre, tienes, 205
y el copioso mayorazgo
que me dejas en herencia
basta a darme noble estado.
Estudien hijos segundos,
que en las letras han cifrado 210
la dicha de sus aumentos
vinculada en sus trabajos;
que los únicos, cual yo,
cuando al ocio y al regalo
dan generosos desvelos, 215
ni es menosprecio ni agravio.
Evandra, si no tan rica,
porque los cielos cifraron
tesoros en su hermosura,
discreción, honra y recato, 220
es tan noble como yo:
no permitas, si eres sabio,
que me case con el oro,
ocasión de tantos daños.
Dotes que maridos compran, 225
los obligan como esclavos
a indignidades de honor,
por ser maridos comprados.
Así, padre, siglos cuentes,
que permitas mi descanso, 230
y antes que deje estos pies
pueda a Evandra dar la mano.
PADRE
DE BRUNO
Antes que mis canas vean
mi afrenta, tu desacato
y deshonra de tu sangre, 235
plegue al cielo...
MARCIÓN

 [Aparte.] 

Ya plegamos.
PADRE
DE BRUNO
Que la noche de tus bodas
trueques gustos en agravios,
y el tálamo que deseas
manchen adúlteros brazos; 240
jamás te mire amorosa,
desdenes sean sus regalos,
menosprecio sus favores,
y sus promesas, engaños.
No fertilice con hijos 245
tu desobediente estado,
y si los tienes, pobreza
mezcle su amor con trabajos.
Tus más amigos te vendan,
tengan poder tus contrarios 250
en tu deshonra, mas... no...
hágate Dios un gran santo.
Pero ¿cómo se enternece
un corazón injuriado
de un hijo, que tanto quiso 255
a un padre, a quien debe tanto?
Plegue al cielo si, en mi ofensa
dieres la atrevida mano
a esa mujer, pobre al fin,
que es la afrenta de más caso, 260
que todos te menosprecien,
no te acompañen hidalgos,
de desleales te sirvas,
pidas limosna a villanos;
si jurares no te crean, 265
en cuanto pusieres mano
desdichas te agüen aumentos;
cuando estés más confiado
de la lealtad de un amigo,
te usurpe lo más preciado 270
de tu gusto; pero... no...
hágate Dios un gran santo.
EVANDRA
Si no tuviera respeto
a tus venerables años
y al amor que tengo a Bruno, 275
de tu nobleza traslado,
pudiera ser respondiera
a medida del agravio
que en mi calidad injurias
si no descortés, osado. 280
Mi sangre no desmerece
darte nietos, pues honraron
mis progenitores nobles
augustos triunfos y lauros.
Si a falta del oro vil, 285
que califica villanos,
supliendo sangres ilustres,
dorando quilates bajos,
mi nobleza en poco tienes,
guarda tesoros avaros, 290
que los de mi honor estimo
como más calificados.
No vendo a peso de hacienda
la calidad que he entregado
a persuasiones de Bruno, 295
a fuer de mercader falso;
sólo noble correspondo
en amorosos contratos
a la fe con que me sirve
firme, no rico, le amo. 300
Y agradece la firmeza
con que en mi pecho ha arraigado
su proceder generoso
la fe de su noble trato;
que a poderle despreciar, 305
causa en tus palabras hallo
para que de él ni de ti
hagan mis injurias caso.
BRUNO
Padre..., señor..., ¿es posible
que con ruegos no te ablando? 310
Si estimas tesoros, coge
perlas de estos ojos claros,
oro de aquesos cabellos,
rubíes de aquesos labios,
satisfarás intereses 315
que está el amor invidiando.
PADRE
DE BRUNO
En fin, ¿contra el gusto mío
te intentas casar, dejando
burladas mis esperanzas?
BRUNO
¿Qué he de hacer, si amor tirano 320
violenta, padre, deseos?
MARCIÓN
Si no es más en nuestra mano,
¿qué habemos de hacer los dos
sino echar cosas a un lado?
PADRE
DE BRUNO
No me llames padre más. 325
BRUNO
Mi padre y señor te llamo.
PADRE
DE BRUNO
Mientes.
MARCIÓN
¡Ay! Cargado queda.
PADRE
DE BRUNO
Hijos que degeneraron
de su valor, no son hijos,
sino espúreos y bastardos. 330
Desde aquí te desheredo,
que aunque te faltan hermanos,
sobrinos ilustres tengo,
no cual tú, locos e ingratos.
Si más los umbrales pisas 335
de mi casa...
MARCIÓN
Aquí entra un palo
de molde.
PADRE
DE BRUNO
... ¡Viven los cielos!,
que ha de matarte un esclavo.
Susténtete tu mujer;
si en sus dientes y en sus labios 340
perlas tienes y rubíes,
bien puede suplir tus gastos.
¿Qué joyas, traidor, son estas?
MARCIÓN
Escondo mis cuatro cuartos.
PADRE
DE BRUNO
Muestra y agradece.
MARCIÓN
¡Malo!
345
BRUNO
Señor, mira.
PADRE
DE BRUNO
Dios permita,
pues su enojo forja rayos,
que uno te abrase; mas..., no...
Hágate el Cielo un gran santo.

 (Vase.) 



Escena III

 

Dichos, menos el PADRE DE BRUNO.

 
MARCIÓN
A la luna de Valencia 350
parece que nos quedamos;
¿qué habemos de hacer agora?
BRUNO
¡Hay tal crueldad!
MARCIÓN
¡Oh viejazo!
BRUNO
Mi bien, si anda amor desnudo,
amor soy, pues le retrato. 355
Padre y casa por ti pierdo,
gloria y dicha por ti gano.
¿Quieres que sea tu güesped?
EVANDRA
No, Bruno, que los engaños
temo que otro güesped hizo 360
a la viuda de Cartago.
BRUNO
Llévame a tu casa.
EVANDRA
Tengo
un tío viejo y avaro,
y no lo consentirá,
que es mal acondicionado. 365
MARCIÓN
Laureta, ¿no habrá un rincón
entre sartenes y cazos?
Llévame contigo.
LAURETA
Tengo
a la escalera un alano
que una pierna se merienda, 370
y en la cocina dos gatos
con unas uñas de a jeme.
MARCIÓN
Buenas son para escribanos.
BRUNO
En fin, ¿te vas y me dejas?
EVANDRA
El alma te ha aposentado 375
en medio del corazón.
MARCIÓN
Y el cuerpo, a ti suspiramos,

 (A LAURETA.) 

¿que me dejas y te vas?
LAURETA
El alma, gorrilacayo,
le llevo, que el cuerpo no. 380
MARCIÓN
¿Almas llevas? Serás diablo.
 

(Vanse EVANDRA y LAURETA.)

 


Escena IV

 

BRUNO, el CONDE PRÓSPERO y MARCIÓN.

 
PRÓSPERO
¿Qué tenéis en esta calle,
Bruno, que tan de ordinario
deseos avecindáis
en ella? Jamás os hallo 385
cuando os busco, sino aquí.
BRUNO
¡Oh conde y señor! Son pasos
de la pasión de mi pena
los que por esta calle ando.
Aquí vive quien me mata. 390
PRÓSPERO
¡Gracias a Dios que he sacado
en limpio que sois amante!
BRUNO
Venturoso y desdichado.
PRÓSPERO
Esas son contradictorias.
BRUNO
Correspóndeme quien amo 395
y desdéñame amorosa;
veis aquí los dos contrarios.
MARCIÓN
Lo cierto es, señor (si puede
a un conde hablar un lacayo
bachiller en la carteta 400
y en el pasar licenciado),
que el estar a tales horas,
cuando Febo está jugando
con la noche al escondite,
es sólo a falta de rancho. 405
BRUNO
Calla, loco.
PRÓSPERO
¿Cómo es eso?
BRUNO
En la nobleza fïado
y amistad que os acredita,
os contaré sin cansaros
mis desdichas brevemente. 410
Sirvo a Evandra, habrá seis años,
origen de la hermosura,
de sus efectos milagro.
Honradas correspondencias
alientan deseos tiranos 415
y refrenan osadías
entre el amor y el recato.
Pienso casarme con ella,
a cuya causa he mudado
el hábito y profesión, 420
contradiciendo cuidados
de mi padre, que lo estorba.
Hallome con ella hablando
a sus puertas, de su luz
telliz o cortina, un manto. 425
Alborotose de verme
mi viejo padre, aumentando
lágrimas con maldiciones,
unas nubes y otros rayos;
y, al fin, viendo que rebelde 430
en este sol idolatro,
de su casa me despide,
injurias multiplicando.
Pedí a mi Evandra que fuese
la suya hospicio y sagrado 435
de mi destierro y amor;
pero como puede tanto
la ocasión con él, temiola,
y escarmientos del troyano
güesped de la amante Elisa 440
hoy su puerta me cerraron.
Como sin padre me veo
y sin casa, recelando
perder mi dama también,
me quedé filosofando 445
quimeras, que en veros, conde,
cesan, pues con vuestro amparo
no echo menos padre y casa.
MARCIÓN
Este es el benedicamus?
PRÓSPERO
Agora que sé que puedo 450
serviros, amigo, en algo,
en albricias de la pena
os doy...
MARCIÓN

 (Aparte.) 

¿Dineros?
PRÓSPERO
Los brazos.
Si os casáis, tendréis en mí
padrino. Si os ha negado 455
vuestro padre, en mí hallaréis,
ya que no padre, un hermano.
¿Qué tengo yo que no sea
vuestro?
BRUNO
Sois ejemplo raro
de la amistad y nobleza. 460
MARCIÓN
Sois...
BRUNO
¡Ah necio!
MARCIÓN
Largo y ancho.
PRÓSPERO
Hacienda hay para los dos.
BRUNO
Alargue vida y estados
el cielo a vuestra nobleza.
MARCIÓN
Y a mí, ración y salario. 465


Escena V

 

Dichos y EVANDRA, a la ventana.

 
EVANDRA
¡Qué mal hice en despedirle!
Corta y descortés he andado.
Cuando mi casa le niegue,
favores le dan regalos.
¿No se ha ido? Señor mío, 470
¿sois vos?
MARCIÓN
Bruno serenado
y yo somos maza y mona
que un romadizo aguardamos.
BRUNO
Soy, Evandra de mis ojos,
un enfermo que esperando 475
que salga el sol de tu luz,
a tus umbrales aguardo.
¿Quieres abrirme, mi bien?
MARCIÓN
Abra, mientras que yo abro,
entre dormido y hambriento, 480
bostezos y boca a palmos.
EVANDRA
Perdona si mis recelos
se muestran contigo avaros,
y el hospedaje te niega
quien su libertad te ha dado. 485
Amor es niño, y se atreve,
si solo y determinado
le ofrece el tiempo y la noche
cabellos ocasionados.
Yo estimo tanto mi honor, 490
que no ha de tocar mi mano
quien no me la dé de esposo
debajo del yugo santo.
Y es esto con tanto extremo,
que cuando hubiera llegado 495
a tomármela por fuerza
el hombre más torpe y bajo,
o me casara con él,
o hiciera matarle en pago
de su loco atrevimiento. 500
Esto obliga a mi recato
a no admitirte en mi casa;
pero si quieres de espacio
hablarme y verme, esta noche
Lorena me ha convidado 505
(que es mi amiga y es mi deuda)
a divertir el enfado
del calor, entreteniendo
juegos noches de verano.
Dos casas vive de aquí; 510
procura que nos veamos;
dispondremos nuestras cosas,
y adiós. ¡Hola! Dame un manto.

 (Éntrase EVANDRA.) 



Escena VI

 

Dichos, menos EVANDRA.

 
MARCIÓN
¿Juegos sin cena? ¡Abrenuncio!
Manden que nos echen algo, 515
ya sea asado o cocido,
que a la hambre no hay pan malo.
BRUNO
Conde, esta noche pretendo,
temores asegurando,
desposarme con mi Evandra, 520
si ayudáis mi intento casto.
Yo sé que ella lo desea,
y mi padre, aunque enojado,
es padre, en fin, y piadoso,
en olvido pondrá agravios. 525
¿Qué os parece?
PRÓSPERO
Divertido
estaba. Si desposaros
intentáis, padrino soy;
no cuidéis de costa y gastos.
Vamos a trocar vestidos 530
de gala.
BRUNO
A estar Alejandro
vivo, ¡qué envidia os tuviera!
PRÓSPERO

 (Aparte.) 

¡Oh mujer divina!
BRUNO
Vamos.
PRÓSPERO

 (Aparte.) 

Si con palabras hechizas,
¿qué harás con los bellos rayos 535
que en tu hermosura contemplo?
Amor ciego, retiraos;
pensamientos, resistid,
que si cobardes y flacos
os rendís, mi amigo ofendo; 540
mas con amor no hay agravios.
 

(Vanse BRUNO y PRÓSPERO.)

 


Escena VII

 

MARCIÓN y LAURETA a la ventana.

 
MARCIÓN
¡Ce! Laureta. ¡Ce, be, de!
LAURETA
¿Quién llama?
MARCIÓN
Yo llamo y amo.
LAURETA
¿Y qué me quieres?
MARCIÓN
Que me quieras.
LAURETA
Lávese primero.
MARCIÓN
Lavo
545
cara, sotana y manteo,
para servirte lavado.
LAURETA
¿Y tiene agua?
MARCIÓN
No.
LAURETA
¡Agua va!

 (Arrójale agua y retírase.) 



Escena VIII

 

MARCIÓN, solo.

 
MARCIÓN
¡Ay! Esta es agua, este es caldo;
llena está de zarandajas: 550
güeso es este, éste estropajo.
¡Oh ladrona, no os me iréis
al otro mundo a pagallo!

 (Vase.) 



Escena IX

 

ATAÚLFO y LORENA.

 
LORENA
¡Qué quieres! Estoy celosa,
Ataúlfo, con razón. 555
ATAÚLFO
Espuelas los celos son
de una pasión amorosa;
mas sin causa, ya tú ves
si serán, Lorena, injustos.
LORENA
Eres tratante de gustos; 560
grande será tu interés.
¿Qué tanto habrá que no vienes
a esta casa?
ATAÚLFO
Ocupaciones
impiden tanto...
LORENA
Aficiones,
dirás mejor. ¿Las que tienes 565
te impidieran el venir
a verme?
ATAÚLFO
¡Qué tal escucho!
LORENA
Haste encargado de mucho;
no con todo has de cumplir.
Lo que no es tan importante, 570
que es mi honor, olvidarás.
ATAÚLFO
Pesada, Lorena, estás.
No pase más adelante
tu enojo, que, vive Dios,
a pensar que hablas de veras, 575
que a mi muerte causa dieras.
Amor puede entre los dos
hacer paces, que en cuidados
como estos, los celos son
como quien mete quistión 580
entre dos enamorados,
que después de estar reñidos,
pasado el primer furor,
aumenta llamas su amor
y ellos se quedan corridos. 585
LORENA
Ahora bien; yo te perdono
como propongas la enmienda.
ATAÚLFO
No hay cosa en mí que te ofenda;
mi firmeza está en abono.
¿En qué pasatiempo piensas 590
pasar esta noche injurias
del calor?
LORENA
Contra sus furias
tú entretienes y dispensas,
que como amor predomina,
su fuego, y no el tiempo, abrasa. 595
Esperando estoy en casa
a Evandra, nuestra vecina.
Es amante suyo Bruno,
y como a honrados respetos
del amor viven sujetos, 600
les doy lugar oportuno
para que se vean aquí.
ATAÚLFO
Bruno es cuerdo y es mi amigo,
más a quererte me obligo
si ayudas su amor así; 605
pero este debe de ser.


Escena X

 

El CONDE PRÓSPERO. Dichos.

 
PRÓSPERO
Ociosidad y calor
necesitan el favor,
Lorena, que entretener
sabe, cortés y discreto, 610
a quien se vale de vos.
ATAÚLFO
¡Conde y señor!
PRÓSPERO
De los dos
buena noche me prometo.
LORENA
¿Vueseñoría en mi casa?
PRÓSPERO
Una güéspeda tan bella 615
habéis de tener en ella,
que su memoria me abrasa.
Da licencia a mi deseo
y anima mis desatinos;
pero con tales padrinos 620
como en vosotros dos veo,
no saldrá mal despachado
el pleito con que he venido.
ATAÚLFO
Por señor os he tenido,
de serviros me he preciado, 625
y comprara yo ocasiones
a costa de mis desvelos
para serviros.
PRÓSPERO
Con celos,
amor y imaginaciones
vengo, Ataúlfo, a ampararme 630
de vuestro noble favor
y de Lorena.
LORENA
Señor,
serviros de mí, es honrarme.
PRÓSPERO
¿A Evandra habéis convidado
esta noche?
LORENA
Y tarda ya.
635
PRÓSPERO
Bruno, que en su amor está
tiernamente transformado,
contándome sus empleos,
de suerte me encareció
su hermosura, que engendró 640
en mí, si no amor, deseos.
Diole audiencia una ventana,
de mi libertad hechizo,
de donde le satisfizo
tan honesta y cortesana, 645
que aunque la tiniebla oscura
ver su cara me negó,
su discreción confirmó
en mis penas su hermosura;
porque alma tan discreta, 650
¿quién duda que en cuerpo vive
hermoso, y que la apercibe
posada en todo perfeta?
A ver por los ojos vengo
si corresponde esta dama 655
con mis dudas y su fama.
LORENA
Yo por dichosa me tengo
de que hagáis esa experiencia
en mi casa, y si a testigos
de toda verdad amigos 660
gustáis de dar fe en ausencia,
yo os prometo que Evandra es
envidia de la hermosura.
ATAÚLFO
Y en donaire y hermosura,
hija de las Gracias tres. 665
LORENA
¿No basta que yo la alabe
sin que vos seáis su orador?
PRÓSPERO
¿Son celos?
LORENA
Celos y amor.
PRÓSPERO
Es un mixto ése süave.
LORENA
Y esta, Evandra, que ha venido 670
a sacarme verdadera.


Escena XI

 

EVANDRA y LAURETA, con mantos. Dichos.

 
EVANDRA
Amiga.
LORENA
A quien os espera
amante, habéis ofendido.
ATAÚLFO
Y a esta casa, que sin vos
todo bien juzga pequeño. 675
EVANDRA
No echará menos su dueño
ocupándola los dos.
LORENA
Hablad al Conde, a quien debo
por vos aquesta merced.
PRÓSPERO
¡Ojos, venda os poned, 680
no os cieguen rayos de Febo!
EVANDRA
Vueseñoría me dé
sus manos.
PRÓSPERO

 (Aparte.) 

A ser de esposo,
mil veces yo, venturoso.

 (Alto.) 

Un alma, Evandra, os daré, 685
que se enamoró de oíros
y os idolatra de veros,
se eterniza con quereros
y se honra con serviros.
EVANDRA
A no saber yo cuán largo 690
sois, señor, en dar favor
a medida del valor,
que siempre tenéis a cargo,
y mis méritos indignos,
o me hiciérades correr, 695
conde, o ensoberbecer.
PRÓSPERO
Si esos ojos benignos
para Bruno y para mí,
no oso decir rigurosos,
pensamientos amorosos 700
hallasen piedad, aquí
dará un conde que os adora
a su ventura la palma,
haciéndoos, como del alma,
de cuanto tiene, señora. 705
EVANDRA
Suplico a vueseñoría
que mude conversación,
que afrentarme no es razón,
aunque honrarme es cortesía.
PRÓSPERO
La verdad, por Dios, os digo. 710
EVANDRA
Seralo el encarecer,
pero no podré creer
que en ofensa de un amigo,
a quien su favor admite,
mientras que no desmerece 715
cuando su casa le ofrece,
su dama le solicite.
PRÓSPERO
Si es Bruno, culpad su amor,
pues ofendiendo el secreto,
aunque amante, fue indiscreto 720
y necio encarecedor
de belleza, cuya copia
materia ha dado a mi pena,
pues peligra en dama ajena
y deshonra en mujer propia. 725
Yo estimaba su amistad,
mas ya no será razón
habiendo sido ocasión
de perder mi libertad.
Dejad que mi dicha ordene, 730
aunque mi lealtad estrague.
Quien tal hace, que tal pague;
quien tal paga, que tal pene.
EVANDRA
Yo, conde, soy diferente
de opinión, que es rigor grave 735
que porque Bruno me alabe
olvidándole le afrente;
y quiero que sea testigo
de mi amor la noble llama;
que sé hacer más firme dama 740
que vos, conde, fiel amigo.
ATAÚLFO
Ahorremos de intercesiones,
Lorena, que lo mejor
entre pendencias de amor
es ofrecer ocasiones. 745
El Conde es noble, y merece
lo que Bruno es razón pierda;
su alabanza poco cuerda
justo castigo le ofrece.
LORENA
Quédense solos los dos 750
y averigüen sin testigos
obligaciones de amigos
y de amantes.
ATAÚLFO
Bien, por Dios.
Las luces mato, fingiendo
que voy a despabilarlas. 755
LORENA
Las ocasiones, gozarlas
el que es sabio.
PRÓSPERO
Ya te entiendo.
 

(Vanse ATAÚLFO y LORENA, después de apagar las luces.)

 


Escena XII

 

El CONDE PRÓSPERO y EVANDRA.

 
EVANDRA
¡Ay cielos! Conde, ¿qué es esto?
PRÓSPERO
Fuerza, Evandra, de mi amor.
EVANDRA
Ataúlfo, ¿vos traidor? 760
¿Vos, conde, tan descompuesto?
¿Tú, Lorena, desleal?
Soltad, conde; soltad, digo;
torpe amante, ruin amigo,
soltad la mano.
PRÓSPERO
En igual
765
correspondencia, si pasa
mi amor a lo que interesa,
seréis mi esposa y condesa,
dueño seréis de mi casa.
Quien os tocase la mano, 770
oí yo que había de ser
vuestro esposo, y sois mujer
noble y firme, no hagáis vano
juramento en que me va
la vida. La mano os toco; 775
yo os adoro, yo estoy loco.
EVANDRA
¡Basta, conde, basta ya!


Escena XIII

 

El CONDE PRÓSPERO, EVANDRA, ATAÚLFO, LORENA y LAURETA, con luces.

 
ATAÚLFO
Bruno, Próspero está en casa;
sosegaos y componeos.
PRÓSPERO
¡Ay amorosos deseos! 780
¿Qué hará un alma que se abrasa?


Escena XIV

 

BRUNO y MARCIÓN. Dichos.

 
BRUNO
Por la mano me ganáis,
señor conde.
PRÓSPERO
Por la mano
que pierdo, la mano gano.
BRUNO
¡Qué solícito me honráis! 785
MARCIÓN
Ya yo he mudado de pelo.
¿No me ves en otro traje,
Laureta?
LAURETA
¿Es lacayo o paje?
MARCIÓN
Laquipaje, vive el cielo.
No hay caballos que curar; 790
mientras se compra un morcillo,
a fuer de obispo de anillo,
soy lacayo titular.
BRUNO
Turbada, mi Evandra, estáis.
EVANDRA
Ocasión debe de haber. 795
BRUNO
Mis desdichas deben ser.
EVANDRA
Es, sin duda.
BRUNO
Vos bastáis
a aliviarlas y el favor
que con el Conde consigo.
EVANDRA
Tenéis en él un amigo 800
de notable ley y amor.
LORENA
Remitid cosas de amores
para después, y juguemos
un rato.
EVANDRA
¿A qué?
LORENA
Bien podremos
pasar jugando a las flores 805
horas que pasadas son
por el calor.
PRÓSPERO

 (Aparte.) 

Niño astuto,
en flor estáis; dadme fruto,
que no hay bien sin posesión.
BRUNO
Sentémonos, pues, si el Conde 810
gusta de nuestros floreos.
 

(Siéntanse y sacan una cesta de flores.)

 
PRÓSPERO
Si a flores de mis deseos
igual fruto corresponde,
poco va de juego a fuego:
jugando pienso abrasarme. 815
LORENA
Tome el Conde.
LAURETA
¿Y no ha de darme
también él flores?
MARCIÓN
Ya llego
a entregarte la más bella
y más olorosa flor,
porque sospecha mi amor, 820
Laureta, que estás sin ella.
LAURETA
Miente el pajilacayazo.
MARCIÓN
Esta hoja en su lugar lleva,
y taparaste, como Eva,
con la hoja de un lampazo. 825
LAURETA
Esta es ortiga.
MARCIÓN
Perdona
si te he venido a picar,
porque así pienso pagar
el «agua va», socarrona.
PRÓSPERO
Este clavel me ha cabido. 830
ATAÚLFO
¿A qué dama se le dais?
PRÓSPERO
Donde vos, Evandra, estáis,
fuera mi amor sin sentido,
si duraran mis cuidados
de dárosle en esta empresa. 835
LORENA
El cielo os haga condesa.
ATAÚLFO
Dios os haga bien casados.

 (Levántase y quítale la flor.) 

LORENA
Evandra y el Conde vivan.
ATAÚLFO
Para en uno son los dos.
BRUNO
¿Qué es eso, Próspero? Vos, 840
en quien mis honras estriban,
¿consentís que os intitulen
esposo de quien adoro?
MARCIÓN
Por Dios, que han soltado el toro.
BRUNO
No es bien que se disimulen 845
mis agravios. Con la espada
pienso deshacer traidores
engaños, que cifran flores,
contra una amistad quebrada.
PRÓSPERO
Bruno, advertid que conmigo 850
no es justo que compitáis.
BRUNO
¿Fe rompéis y flores dais?
¿Vos sois noble? ¿Vos, amigo?
PRÓSPERO
Soy noble, y por eso os dejo;
soy digno merecedor 855
de Evandra, y es mi valor
tal, si no mudáis consejo,
que os obligará a dejar
prenda que no merecéis.
BRUNO
¿Cómo, celos, si esto veis, 860
no me procuráis vengar?
ATAÚLFO
Bruno, en aquesta ocasión,
temed la airada venganza
del Conde.
BRUNO
Presto me alcanza,
padre, vuestra maldición. 865
Ya el enemigo en quien fié,
la prenda de más estima
me usurpa.
MARCIÓN
Al Conde se arrima
todo hombre; lo mismo haré.
¡Viva quien vence!
ATAÚLFO
Dejad,
870
Bruno, locas competencias
y veréis las experiencias
que obligan a mi amistad
a este lado contra vos.
LORENA
Bruno, a Evandra el Conde adora. 875
MARCIÓN
Bruno, disimula agora,
que eres uno y ellos dos.
BRUNO
Ingrata, ¿así corresponde
tu amor mudable a seis años
de penas?
ATAÚLFO
Los desengaños
880
juzguen si es mejor un conde
de quien Evandra sea esposa,
que no un pobre caballero.
BRUNO
¿Muda estás, cruel? Ya infiero
que consientes engañosa. 885
EVANDRA
¡Cielos! ¿Hay tal confusión?
MARCIÓN
Ella es una buena lanza,
fuego azul.
BRUNO
Presto me alcanza,
padre, vuestra maldición.


Escena XV

 

El TÍO DE EVANDRA. Dichos.

 
TÍO
DE EVANDRA
¿Qué alboroto desatina 890
la vecindad de este modo?
MARCIÓN
¿Mas que viene el barrio todo?
TÍO
DE EVANDRA
Teneos. ¿Qué es esto, sobrina?
Bruno, ¿qué es esto?
BRUNO
Pasiones
del amor y la amistad 895
son contra la deslealtad
sobre las juridicciones.
PRÓSPERO
Parte sois de esta causa, pues sois tío,
Artemio noble, de mi Evandra bella,
y juez habéis de ser, que de vos fío, 900
la sentencia en favor de mi querella.
Vendiose Bruno por amigo mío;
pero interés de amor, ¿qué no atropella,
si es mercader que en ferias de amistades
amigos vende y compra voluntades? 905
A vuestra Evandra amaba, hermoso objeto
de mi ventura, y fue correspondido
seis años, aunque a costa del respeto
que a sus letras y padres ha perdido,
desheredole en fin; forzoso efeto 910
de un hijo inobediente y atrevido.
Contome sus desgracias y pobreza,
a que acudió piadosa mi largueza;
encareciome tanto la hermosura
de su dama; juntó merecimientos, 915
nobleza, discreción, gracia y cordura,
que despertó en mí nuevos pensamientos.
Quien a su dama alaba, ¿qué procura?
¿De qué sirven, decí, encarecimientos,
que aun dentro el alma los amantes sabios 920
recelan, cuanto y más rompiendo labios?
¿Quién alabó el manjar al deseoso
que no se lo quitase de las manos?
¿El tesoro al corsario; al ambicioso
la privanza de reyes y tiranos? 925
¿La empresa de valor al generoso,
joya a mujer y gala a cortesano,
ni dama a amigo, que, aunque más lo fuese,
su posesión a riesgo no pusiese?
Vi su belleza; fue mi amor testigo 930
de lo que puede la alabanza ajena;
juzgad si es bien que niegue por mi amigo
mi gloria propia a costa de mi pena.
Sírvale su alabanza de castigo,
pues su lengua habladora le condena, 935
y Evandra, pues su mano besé, hermosa,
su juramento cumpla y sea mi esposa.
TÍO
DE EVANDRA
La ventura, conde ilustre,
que dais a nuestro linaje,
al ciego amor agradezco, 940
si niño, con vos gigante.
Evandra, si hermosa, es cuerda,
y si elección de vos hace,
premiando su discreción,
dará valor a su sangre. 945
No hay duda que os anteponga,
olvidando mocedades
a Bruno, pues tal esposo
adquiere por tal amante.
Y cuando necia resista, 950
yo que en lugar de su padre
quedo con nombre de tío,
os la ofrezco de mi parte.
Cumplid, Bruno, mandamientos
tan dignos de respetarse, 955
y maldiciones temed,
siendo justas, que os alcancen.
Las letras que profesáis
seguid, pues sois estudiante,
y estudiad de hoy más por ellas 960
a callar, que es ignorante
quien antes de poseer
alaba prendas de nadie,
que dineros y hermosuras
siempre suelen codiciarse. 965
Dale, Evandra, al Conde el sí
con la mano.
LORENA
Amiga, baste
la resistencia que has hecho,
porque condesa te llames.
Perdiote por hablador 970
quien no supo conservarte:
él fue necio; el Conde, cuerdo;
quien tal hace, que tal pague.
ATAÚLFO
¡Cuánto es mejor para esposo
quien sólo de oír nombrarte 975
te amó, que quien por hablar
conservar su amor no sabe!
Bruno es pobre, el Conde rico,
las maldiciones de un padre
es fuerza que participes 980
cuando con Bruno te cases.
Amor es fuego y sin oro
será fuerza que se apague,
que es la leña que le aumenta.
Méritos del Conde sabes; 985
escarmiente Bruno en ti,
y si ama otra vez, no alabe
bellezas que perder puede:
quien tal hace, que tal pague.
LAURETA
Si ha de tomar mi voto, 990
danos señor que nos mande
rico y noble, que se muere
entre pobres amor de hambre.
Agarra una señoría,
visita esposas de grandes, 995
llévente en silla a la iglesia
y en carroza por las calles.
Quédese Bruno por bruto,
y pues es pobre, eche un guante,
que por si hablar te pierde, 1000
quien tal hace, que tal pague.
EVANDRA
Pues todos me aconsejáis
lo que tan bien puede estarme,
y Bruno por hablador
es digno de castigarle, 1005
con la mano doy el alma
a Próspero, cuerdo amante,
que ya de derecho es suya,
si palabras satisfacen.
No será bien que por mí, 1010
Bruno, pierdas calidades
(como tu padre me dijo
su ponderado linaje).
A tu sotana te vuelve,
deja galas arrogantes, 1015
cursa escuelas, mira libros,
no eres pobre, mucho sabes.
Restituye plumas leves
con que ligero volaste
desde el sombrero al papel, 1020
que pueden eternizarte,
y a un padre restituido,
cuando obediente le agrades,
Dios te haga un gran letrado,
como te hizo un necio amante. 1025
 

(Vanse todos, menos BRUNO y MARCIÓN.)

 


Escena XVI

 

BRUNO y MARCIÓN.

 
MARCIÓN
¡Pardiós!, señor, que nos dejan
de paticas en la calle.
Tú sin dama, yo sin moza;
yo sin blanca, y tú sin padre.
¿Qué diablos hemos de hacer? 1030
Si admitir consejos sabes
como perder ocasiones,
lo que puedo aconsejarte
es que del pródigo imites
el remedio, y cuando guardes 1035
a los cerdos de su historia
harás la segunda parte,
que yo me voy a cumplir
maldiciones de mi madre,
que me dijo: «Yo te vea, 1040
plegue a Dios, ventero o fraile».
A lo primero me acojo:
quédate, adiós, que te guarde,
que pues alábaste de necio,
quien tal hace, que tal pague. 1045

 (Vase.) 



Escena XVII

 

BRUNO, solo.

 
BRUNO
Quien maldiciones no teme,
razón será que le alcancen;
quien en amigos confía,
bien merece que le engañen;
quien guarda en cofres de vidrio 1050
tesoros que han de quebrarse,
siembra arena, funda en vientos,
fía en juegos, carga en naves:
cuando sus pérdidas sienta,
ni se queje, ni se aparte; 1055
porque amigos y mujeres
vidrios son, que no diamantes.
¡Oh desengaños del mundo!
Cúrenme vuestras verdades,
pues experimento en mí 1060
el desengaño más grande.
¿Con qué ojos podré volver
a los ojos de mi padre,
que no los ciegue mi afrenta,
que su rigor no me ultraje? 1065
¿Volveré a cursar escuelas?
No, que aunque puedan honrarme,
mientras viviere he de ser,
si desdichado constante.
Pues ni en letras, ni en amores 1070
tuve dicha, condenarme
quiero a la guerra, castigo
de vicios y mocedades.
Adiós, patria; adiós, amores;
adiós, amigos mudables; 1075
cruel padre, casa ingrata;
mujeres interesables,
que si hazañas dan ventura,
hoy tengo de aventurarme,
y dejar ejemplo en mí 1080
del desengaño más grande.



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