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1

Para Luengo la cantidad exacta es de 5.376 jesuitas en la Asistencia de España en el momento de la expulsión; incluyendo los novicios ingresados hasta marzo de 1767 y los extranjeros que se encontraban en España y en las Indias, la cifra sería de 5.700, como refieren EGIDO, Teófanes, «La expulsión de los jesuitas de España», en Historia de la Iglesia en España, Madrid, B.A.C., 1979, vol. IV, pp. 756-757, y DANVILA y COLLADO, Reinado de Carlos III, tomo III, p. 89, para quien pasaron de 5.000, pero no excedieron de 6.000 los expatriados.

 

2

EGUÍA RUIZ, C., «Dispersión total de los papeles jesuíticos en España», Hispania, XI (1951), p. 683.

 

3

BATLLORI, M., Diccionario de Historia Eclesiástica de España, Madrid, CSIC, 1972, vol. II, p. 1.355.

 

4

LUENGO, M., Diario de la expulsión de los jesuitas de los dominios del rey de España, (a partir de aquí Diario), tomo 32, p. 301.

 

5

Sobre datos biográficos y explicación de la obra de Luengo ver: CASCÓN, M., «Manuel Luengo (1735-1816), su Diario y prólogos inéditos fuente de información para el reinado de Carlos III», Las Ciencias, 14 (1949), pp. 519-543. EGUÍA, C., «Andanzas de un Diario inédito», Razón y Fe, XL (noviembre 1914), pp. 323-338 y «Los Santos Ignacio y Javier y los Jesuitas deportados a Italia por Carlos III (Extractos del cronista contemporáneo, P. Manuel Luengo», Miscelánea Comillas, XXV (1956), pp. 267-325.

 

6

«Pragmática sanción de S.M., en fuerza de ley, para el extrañamiento de estos reinos a los regulares de la Compañía, ocupación de sus temporalidades y prohibición de su restablecimiento en tiempo alguno», en Colección general de las Providencias ..., 2 de abril de 1767, pp. 28-34.

 

7

«Muy de mañana se le metió al P. Rector en su aposento de rebozo, y muy asustada una persona de respeto de la ciudad, y le dijo con toda aseveración que la tropa que había venido de Pontevedra venía contra el Colegio, y le suplicó encarecidamente, que viese si algún sujeto de casa tenía algún libro o papel que nos pudiese perjudicar, si le encontraban haciendo registro de nuestros aposentos. Se asustó tan poco el Rector con este aviso que ni tomó en todo el día el pequeño desahogo de decirlo a ninguno de los de casa; y solamente por la noche estando en quietud después de la cena, con ocasión de contar nosotros la voz que corría por la ciudad y otros avisos semejantes que habían llegado al Colegio, refirió su Reverencia lo que había sucedido por la mañana sin nombrar la persona.», LUENGO, M., Diario, tomo 1, pp. 1-2.

 

8

LUENGO, M., Diario, tomo I, pp. 2-3.

 

9

«Se dio parte al padre Rector, Lorenzo Uriarte, el cual quiso ir por sí mismo, acompañado del P. Manuel Sisniega, Ministro del Colegio, a abrir la portería y reconocer a la gente que llamaba con tanta furia», LUENGO, M., Diario, tomo 1, p. 5.

 

10

«Feijoo era Abogado de la Audiencia de Galicia desde 1745 y Asistente y justicia mayor y de apelaciones de la ciudad de Santiago por nombramiento de su arzobispo», en GIMÉNEZ LÓPEZ, Enrique, «El Ejército y la Marina en la expulsión de los jesuitas de España», Hispania Sacra, 45, 1993, p. 586.