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1

Rusa o noruega, suscribía Yxart tras la representación de Hedda Gabler en París en 1892, esa literatura procedente del Norte resultaba para los españoles literatura de interioridades, de psicologías refinadas y medio bárbaras. Rusos o noruegos, según el crítico catalán, compartían el mismo candor y la misma simplicidad junto con una complejidad de pensamientos y una osadía de intenciones «a las que no se esperaban»; pero no por ello carente de interés; en Yxart, José, «Enrich Ibsen», Obres catalanes de Joseph Yxart, Barcelona, Tip. L'Avenç, 1896, p. 199.

 

2

Rubio Delgado, Isaac, El teatro de Galdós, Salamanca, Universidad, 1972; Rubio Jiménez, Jesús, Ideología y teatro, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1983, Berenguer, Ángel, La crítica en los estrenos teatrales de Galdós, Madrid, Comunidad, 1993, Gregersen, Haldjan, Ibsen and Spain: a study in comparative drama, Cambridge, Harvard University Press, 1936, Lavaud, J.M., «Ibsen et le Théâtre d'idées à Madrid à la fin du XIXème siècle», Théâtre et société, Cahiers de l'Université, 4, 1978, pp. 61-74.

 

3

Pérez Galdós, Benito, «Prólogo a Los Condenados», OOCC, VI, Madrid, Aguilar, 1951, p. 698.

 

4

Oller, Narcís, Mémoires littéraires, Barcelona, Aedos, 1962, p. 214.

 

5

Sánchez, Pedro, (José Quintanilla), «La casa de Galdós. Notas íntimas», La Justicia, 20 de marzo de 1893. Reproducido por Narcís Oller, Op. cit., pp. 215-218.

 

6

Menéndez Onrubia, Carmen, El dramaturgo y los actores. Epistolario de Benito Pérez Galdós, María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, Madrid, CSIC, 1984, pp. 47 y ss.

 

7

Bablet, Denis, Esthétique générale du décor de théâtre de 1870 à 1914, París, Ed. du CNRS, 1965, p. 55.

 

8

Antonie, André, Mes souvenirs sur le Théâtre Libre, París, Fayard, 1921, p. 38.

 

9

En París, surgieron nuevas alternativas a Antonie como el Théâtre de l'Oeuvre dirigido por uno de sus antiguos actores, Lugné-Poe, o el grupo Les Escholiers, quienes erigieron a Ibsen en emblema del simbolismo tras el estreno de El pato salvaje (1891).

 

10

Entre las ediciones conservadas de Ibsen figura la prologada por Eduardo Rod, la cual despertó cierta inquina contra el teatro ibseniano, sobre todo en el prestigioso crítico Sarcey. Eduardo Rod, introducido en España por Emilia Pardo Bazán, era fiel seguidor del naturalismo de Zola, contrariamente a las afirmaciones apuntadas por Ganivet, y fue incluso Zola quien alentó a Antoine a representar las obras de Ibsen. Ganivet, Ángel, Obras Completas, II, Madrid, Aguilar, 1943, p. 1055; citado por Berenguer, Ángel, Los estrenos teatrales de Galdós en la crítica de su tiempo, Madrid, Comunidad de Madrid, 1988, pp. 19-20. Las opiniones de Sarcey quedan recogidas en su obra Quarante ans de théâtre, París, 1902.