1
Se refiere entonces Rimbaud al desorden estético, que no al libertinaje sensual o sexual; aunque muy pronto habló también de que se llegaría a los tiempos de una nueva forma de amar, expectativas que Verlaine asimilará a la voluntad absoluta de Rimbaud de huir de la realidad ambiente.
2
Roberto Ibáñez, «La Torre de los Panoramas», en Homenaje a J. H. y R., Revista de la Biblioteca Nacional de Montevideo, n.º 13, abril de 1976.
3
Idea Vilariño, Prólogo a las Poesías Completas [de Herrera y Reissig], Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1978.
4
Max-Pol Fouchet, «De la poésie comme exercice spirituel», Fontaine, Alger, 1942.
5
Antonio Seluja, Julio Herrera y Reissig. Vida y obra, Montevideo, 1984.
6
Lo material, lo financiero, se volverán obsesión, tanto en el Rimbaud africano que protegía sus economías en monedas de oro cargando con hasta ocho kilos en la cintura; como en el empobrecido poeta uruguayo que reivindica un puesto de cónsul ante el gobierno que entonces los distribuye a otros, pero no a él.
7
Poesías completas. Ed. de R. Bula Píriz, Aguilar, 1961, p. 261.
8
Pierre Jourde,
Huysmans, A Rebours. L'identité impossible, París,
Librairie Honoré
Champing, 1991. Es interesante notar, a través de los
juicios de Jourde sobre Des Esseintes, hasta qué punto
ambos, el personaje de ficción y el uruguayo, coinciden en
la «saturación de arte, de
literatura, de pintura, de piedras preciosas, de palabras, de
referencias»
, la cual corresponde al solipsismo de quien
desea reunir al mundo en una misma unidad de conciencia, buscando
en la escritura cumplir el deseo de sentido, de sentido de la vida
misma. «Juego especular del arte que se
realiza definiéndose»
, añade este
ensayista, recordando que en la chimenea de su casa Des Esseintes
puso el poema de Baudelaire «Anywhere out of
the World», summum de la expresión
del esplín decimonónico, escrito en el estilo que
preconizaban los Goncourt y Richepin, el «pailletage».
9
Eduardo Espina, en
su artículo sobre la poesía de Herrera y Reissig en
la Revista Iberoamericana (Volumen LV, n.os 146-147,
1989, pp. 451-456), dice a
propósito de los versos: «Tal en
un rapto de nieve, / se aguza la ermita gótica, / y arriba
la aguja hipnótica / enhebra estrellas de nieve»
,
que (p. 454) «La disposición tipográfica en un
espacio de contención distribuye la dificultad a todos los
niveles: fónico [...], semántico ("y arriba la aguja
hipnótica", lleva la pregunta, ¿qué aguja? no
respondida en el texto); [...]»
. El insólito
calificativo sorprende al articulista, quien no logra visualizar la
«visualidad comprimida»
de
esta aguja y no la ve como típico atributó de las
iglesias góticas, iglesia aquí, es verdad, «ermita»
, para insistir en la soledad
y el silencio propios del paisaje nevado. Con este ejemplo quiero
insistir en la dificultad que significa entrar en la obra de
Herrera y Reissig. Dificultad que me lleva a recordar lo que dice
Baudelaire en la introducción de L'Exposition universelle de 1855
respecto de la actitud que habían de adoptar visitantes y
críticos de la feria: «Sin
embargo, es éste el muestrario de belleza universal que
exige, a fin de que se la comprenda, que el crítico como el
visitante, obren en sí mismos esa transformación que
se emparenta con lo misterioso; y así, merced al
fenómeno de la voluntad que actúa sobre la
imaginación, podrán aprender de por sí solos a
participar del fermento en el que se ha sabido criar tamaña
e insólita floración»
.
10
W. K. C. Guthrie, A History of greek philosophie, vol. 1, 1962. También podrá leerse con mucho provecho a A. Ghaignet, Pythagore et la philosophie pythagoricienne, 2 vols., 1873.