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La confusión de un jardín

Agustín Moreto



PERSONAJES
 

 
DON LUIS.
VICENTE,   criado.
DON JERÓNIMO,   viejo.
DOÑA LEONOR,   una hija.
DOÑA BEATRIZ,   una hija.
JUSEPA,   criada.
DON DIEGO.
UN TENIENTE.
UN ESCRIBANO.
Dos alguaciles.
 

La escena es en Madrid.

 




ArribaAbajoJornada I

 

Sala en casa de DON LUIS.

 

Escena I

 

JUSEPA, con manto; VICENTE, en cuerpo.

 
VICENTE

 (Santiguándose.) 

¡Jusepa! Gran novedad.
Y tan de noche! Mayor.
Muchos siglos de favor
en pocos años de edad.
Jamás has venido aquí; 5
¿qué cosa? Misterio tienes,
a grandes hazañas vienes.
JUSEPA
No vengo a buscarte a ti,
porque no eres grande hazaña,
busco a don Luis.
VICENTE
Haces bien;
10
que es pez apacible, en quien
se logra mejor tu caña.
JUSEPA
¿Qué caña, di, bachiller?
VICENTE
Dotora en esta opinión
te pone tu profesión. 15
JUSEPA
¿Qué profesión?
VICENTE
Ser mujer.
¿Hay de vosotras alguna
que no se incline a pescar,
al príncipe como en mar,
al pobre como en laguna? 20
Todas nacisteis con manos
acomodadas al uso,
que tienen anzuelo infuso
contra los peces humanos.
Harto ha de ser en verdad 25
si en ti la caña desdice:
pescar sabrás; que lo dice,
Jusepa, tu habilidad.
JUSEPA
No he de poder responderte,
que salgo depriesa ahora. 30
VICENTE
¿Salir de casa a tal hora?
Vuelvo a mis cruces de verte.
Curioso, Jusepa, estoy;
¿no me dirás cómo ha sido
que haya tan tarde salido 35
la estrella de Venus hoy?
JUSEPA
¿Yo estrella?
VICENTE
Desde la cuna
lleva este nombre a la pila
cualquiera que recopila
dos voluntades en una. 40
Cuidado tiene la estrella
de confrontar voluntades,
y Venus sus mocedades
se tuvo desde doncella.
JUSEPA
¡Qué bien que te respondiera 45
si hubiera lugar de hablarte!
Profeso de parte a parte
en la religión tercera.
Pero dejémoslo estar
para otro tiempo mejor; 50
y llévame a tu señor,
que tengo con él que hablar.
VICENTE
¿Qué es lo que quieres pedir?
JUSEPA
¿Es fuerza que tú lo sepas?
VICENTE
Achaque de las Jusepas 55
es los secretos decir,
y tú eres tan achacosa
como las demás.
JUSEPA
Pues quiero
pedir.
VICENTE
¿Acaso es dinero?
Porque es la ocasión famosa; 60
que ha jugado y ha perdido.
JUSEPA
No importa; dile que estoy
aguardándole.
VICENTE
Ya voy:
mas pienso que él ha salido.
¿Conmigo no partirás 65
lo que te diere?
JUSEPA
En buen hora.


Escena II

 

DON LUIS. Dichos.

 
DON LUIS
¿Jusepa?
JUSEPA
De mi señora
te traigo...
DON LUIS
No digas más;
toma primero un abrazo
y esta cadena.
VICENTE

 (Aparte.) 

Eso sí;
70
que es la mitad para mí.
JUSEPA
Guárdete Dios; que es un lazo
de nuevas obligaciones
este favor que recibo.
VICENTE

 (Aparte.) 

Cadena, a ser tu cautivo 75
me lleven las particiones.
 

(Hablan aparte JUSEPA y DON LUIS.)

 
JUSEPA
Beatriz, en fin, determina,
don Luis, esta noche hablarte.
DON LUIS
Deja que vuelva a abrazarte;
que es nueva tan peregrina 80
para un amor desdichado,
que aún lo que dices no creo.
¡Que fue capaz el deseo
de antojo tan bien logrado!
No han merecido tal bien 85
dos años de adoración.
JUSEPA
Los buenos terceros son
remedio contra el desden
y no te ha faltado a ti
quien enterezas deshaga. 90
DON LUIS
Bien lo conozco, y no hay paga
sino es entregarme a mí.
JUSEPA
Por el jardín has de entrar;
pienso que sabes la puerta.
DON LUIS
Ya la sé; ¿tendrásla abierta? 95
JUSEPA
No, que era mucho fiar.

 (Dale una llave sin que lo vea VICENTE.)  

Lleva esta llave contigo,
para que en viendo sin gente
la calle, seguramente
puedas abrir sin testigo. 100
Claro está que cerrarás
luego que entres, y en cerrando,
ve unos árboles buscando
que a mano izquierda hallarás
junto a una fuente tan bella, 105
que apruebes el encubrilla
los árboles de su orilla,
si lo hacen por celos della.
Quédate allí que yo iré
después a avisar, si es hora 110
de que hables a mi señora;
y adiós, que es tarde.
DON LUIS
No sé,
ni quiero saber decirte
la estimación que verás;
mas no he de decirte más. 115
JUSEPA
Ni yo el secreto advertirte,
pues sabes la obligación,
y ves que a llamarte vengo
de noche.
DON LUIS
Presente tengo,
Jusepa, lo que es razón; 120
no lo erraré. Tú, Vicente,
lleva a Jusepa a su casa,
que por la gente que pasa,
y aun cuando no pase gente,
no es bien ni he de permitir 125
que se vuelva sola. Adiós.

 (Vase.) 



Escena III

 

VICENTE, JUSEPA.

 
VICENTE
Solos estamos los dos;
alto, Jusepa, a partir.
JUSEPA
Ya parto.

 (Hace que se va.) 

VICENTE
No de carrera.
JUSEPA
Pues ¿qué?
VICENTE
De cadena.
JUSEPA
Es cosa
130
de partir dificultosa,
y estoy muy de prisa.
VICENTE
Espera,
Jusepa, que no es justicia;
¿no prometiste?...
JUSEPA
Es verdad;
mas era menor de edad. 135
VICENTE
La edad suple la malicia.
JUSEPA
Ahora bien, si ello ha de ser,
partirlo luego es mejor.
VICENTE
Es cristiandad y es amor.
JUSEPA
Tu mitad no has de perder. 140
¿Viste que don Luis me dio
cadena y abrazo?
VICENTE
Sí.
JUSEPA

 (Abrazándole.) 

Pues doyte el abrazo a ti,
y tomo lo demás yo.
VICENTE
Partiste como hacen otras. 145
JUSEPA
¿No quedas favorecido?
VICENTE
Mal haya quien no ha sabido
partir así con vosotras.
JUSEPA
La partición está buena,
no hay qué decir; vén tras mí. 150

 (Vase.) 

VICENTE
Detente. ¡No hubiera aquí
un portero de cadena!

 (Vase.) 



Escena IV

 

Sala en casa de DON JERÓNIMO.

 
 

DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR.

 
DOÑA LEONOR
Notable resolución,
hermana.
DOÑA BEATRIZ
¿Por qué es notable?
DOÑA LEONOR
Permitir que un caballero 155
que se confiesa tu amante,
con muchas ansias de verte,
con no menores de hablarte,
toda la vista deseos
y toda el alma volcanes; 160
después de largas finezas,
después de desvelos grandes,
por el jardín a deshora,
Beatriz, esta noche te hable;
jardín y noche, que alientan 165
el ánimo mas cobarde,
y en la mayor cortesía
despiertan las libertades,
¿no es ocasión de decirte,
por más que tú lo disfraces, 170
que ha sido resolución,
Beatriz, que puede notarse?
Perdóname, que se ofenden
en ocasión semejante
la fama de tus virtudes, 175
la obligación de tu sangre,
lo que se debe al decoro
de la casa de tu padre;
que es el sagrado en que tiene
cualquier pensamiento cárcel. 180
Parece que se te olvida
la nota que es fuerza darse,
cuando un vecino curioso
registre, sin importarle,
que un embozado pasea 185
con mucha quietud tu calle,
que ya se pasa a la esquina,
que ya se esconde del aire,
que hacen la seña que espera,
que acecha a la puerta que abren; 190
que a una ventana de enfrente
no hay hurto que se le escape.
Posible, Beatriz, es esto;
también puede ser que falte;
mas en sintiendo posibles, 195
teme el recato verdades.
Y ¿qué ha de pensar el mismo
don Luis de ver que le llames,
aunque el exceso que intentas
le venga a ser favorable? 200
Que es ordinario en quien mira
favores tan desiguales,
que la razón los condene,
cuando el antojo los ame.
Beatriz, así lo discurro, 205
yo me holgaré de engañarme;
pero decirte mi voto
fue deuda aunque llega tarde.
Voto será, porque viene
de hermana menor, culpable; 210
mas el amor te lo ha dicho,
que es el que forma igualdades.
DOÑA BEATRIZ
Hermana, tus advertencias
estimo sin que me agravien;
que los consejos más libres 215
no ofenden, si de amor nacen.
Aunque menor, es posible
que aciertes, y puedo errarme;
que los aciertos no corren
al paso de las edades. 220
Más ¡ay! que con argumentos
(espero que no eficaces)
me acusas de poco atenta,
y aun das a entender de fácil.
Quiero también que concurran 225
mis argumentos a examen,
aunque venzan las razones,
y no las autoridades.
Llamar a don Luis confieso
que fuera delito, y grave, 230
si para hacerle favores
hubiera sido el llamarle.
Conozco que fuera olvido
de la opinión, del linaje,
de lo demás que ponderas 235
y es digno de ponderarse.
Mas si le llamo, Leonor
para decirle que basten
dos años de galanteo,
que ya comienza a notarme 240
(porque el amor, que en él supo
recién nacido callarse,
ya, como tanto ha crecido,
mas en silencio no cabe);
que si tenemos conformes 245
haciendas y voluntades,
que al título de mi esposo
permitan habilitarle,
sepa mi padre su intento;
que luego con él se trate, 250
o ya para concluirse
o ya para desviarse
(con que verán los curiosos,
pendientes de otras señales,
que se casó con Beatriz 255
o que pretendió casarse);
¿será culpa, será exceso
que deba tener fiscales,
o cuerda elección que aprueben,
los que mejor lo pensaren? 260
Esto a don Luis referido
con entereza no afable
(que nunca de la entereza
salió apacible el lenguaje);
¿podrá para con él mismo, 265
Leonor, desacreditarme,
viendo que todo es desdenes
o prisas de que se case?
Que venga don Luis de noche,
Leonor, no puede excusarse, 270
pues no hay ocasión de día;
ni cuando se concertase
la ocasión, fuera seguro
poner a don Luis en parte
donde pudiesen las luces 275
hacer descubierto el lance.
Si es buena la acción, no importa,
Leonor, que de noche pase;
que no dependen de tiempos
los fondos ni los quilates. 280
Pues el temer que le acechen
vecinas curiosidades,
y que han de ser su registro,
por mucho que él se recate,
gana de temer parece, 285
sabiendo que ha de tardarse
para venir a las horas
que cuentan las soledades.
Por excusar este riesgo,
la llave, Leonor, que sabes 290
que me entregó, despedida,
la jardinera esta tarde,
llevó Jusepa a don Luis,
para que en viendo que sale
la suerte de hallarse solo, 295
pueda jugarla y entrarse.
Con esto aun cuando le miren
abrir los que quieres que anden
por las ventanas despiertos,
aunque ello no importe a nadie, 300
no juzgarán que es de fuera
quien entra abriendo, pues hace
lo que mi padre hacer puede,
que tiene la misma llave.
Pienso que te he respondido. 305
DOÑA LEONOR
Sí; pero ¿puedes negarme,
Beatriz, que lo mismo harías
con un papel que enviases
a don Luis, y que un papel
excusa dificultades, 310
que cuestan tanto discurso
para poder concertarse?
DOÑA BEATRIZ
Leonor, no me digas eso;
mujeres tan principales
jamás escriben papeles, 315
aun para que desengañen,
que en el papel más furioso
ya prenda, en fin, que se guarde,
letra que siempre se estime,
desprecio que siempre agrade. 320
Ni es este sólo el peligro:
pon que Jusepa o un paje
de don Luis el papel lleve;
como ellos van ignorantes
de lo que dentro va escrito, 325
siempre lo juzgan suave,
y nunca les llega el día,
Leonor, de desengañarse.
Perdida la fama queda
con estos, y que se estrague 330
con todos es tan posible
como que aquellos lo parlen.
Demás de que en los papeles,
aunque el desden amenace
con mil severas razones, 335
con mil ardientes pesares,
como la pluma los dice
sin que la voz los agravie,
no aciertan a ser severas
ni ardientes las sequedades; 340
antes se quedan en duda
de si es verdad o si es arte,
que suele por el desprecio
tal vez al favor guiarse.
Mas cuando la voz se escucha, 345
cuando se mira el semblante,
palabras allí que truenen,
y rayos aquí que abrasen,
a furia tan descubierta
¿quién ha de haber que no pare 350
la pretensión de un deseo,
que sólo es para desaire?
Y si eres, Leonor, testigo
de las diligencias que antes
se han hecho para que deje 355
don Luis de manifestarse
con público galanteo,
¿cómo podrán retirarle
de un mudo papel las letras
que aún puede ser que le halaguen? 360
De suerte que o sus intentos
habrán de disimularse,
o sólo el medio que elijo
ser medio de que se atajen.
¿He satisfecho a tus dudas? 365
DOÑA LEONOR
Bien tengo que replicarte;
mas hállote ya resuelta,
y es de temer que te canses.

  (Aparte. 

Mal lo ha pensado Beatriz;
por fuerza ha de condenarse 370
la acción, que aún mayor aprieto
no salva necesidades.)
DOÑA BEATRIZ
Jusepa habrá ya venido;
vamos allá.
DOÑA LEONOR
De ayudarte
cuidaré.
DOÑA BEATRIZ
Guárdete el cielo.
375
DOÑA LEONOR

 (Aparte.) 

Más cerca de disculparse
se viera el error conmigo
(bien que el error es muy grande),
si a mí no me pareciera
don Luis de tan buenas partes. 380
 

(Vanse.)

 


Escena V

 

Calle. Noche.

 
 

DON JERÓNIMO.

 
¡Qué obscura noche! Los bultos
es harto que ver se dejen;
los amantes no se quejen,
que a fe que andarán ocultos.
Parece que las estrellas 385
todas el cielo han dejado,
o el sol se las ha llevado
para lucirse con ellas.
El aire, con más horrores
de los que suele tener, 390
apuesta al olvido a ser
sepulcro de resplandores.
Al sol le quiere decir
la sombra con presunción,
que está con resolución 395
de no dejarle salir.
¡Y que esta noche haya sido
también el faltarme Hernando,
para venirme alumbrando!
Mas ¿qué te habrá sucedido? 400
sino es que mis hijas le han
ocupado... Será así.


Escena VI

 

DON DIEGO, en traje de camino, con la espada desnuda. DON JERÓNIMO.

 
DON DIEGO
Si no le maté, le herí,
y algunos huyendo van.
A todos mal nos salió. 405
¡Qué errados hombres vinieron!
Por otro me acometieron;
la noche les engañó.
¡Que siempre Madrid me tenga
guardadas estas fortunas, 410
y aún no redimido de unas,
en otras a hallarme vuelva!
Que apenas haya llegado,
cuando me traen así
riesgos que no merecí, 415
sino es con ser desdichado!
Mas la justicia me sigue
con bien despierto cuidado;
no es de dolor acertado.
Por mas que la causa obligue, 420
quejarme ni detenerme,
sino escapar.
 

(Va deprisa hacia donde está DON JERÓNIMO, y éste mete mano a la espada.)

 
DON JERÓNIMO
¿Quién va allá?
DON DIEGO
¿Quién lo pregunta?
DON JERÓNIMO
¿Quién va?
DON DIEGO
Mirad que sé defenderme.
DON JERÓNIMO
La defensa es excusada, 425
que yo no os he de ofender;
antes si habeis menester
ayuda, tendréis mi espada.
DON DIEGO
Mostráis el ser caballero;
también caballero soy, 430
y retirándome voy
de la justicia; ya espero
que lo que habeis ofrecido
cumpláis.
DON JERÓNIMO
Cumpliré, por Dios.
DON DIEGO
Yo dejo, para con vos, 435
un hombre muerto ó herido;
no le conozco, ocultarme
quisiera hasta ver lo que es.
DON JERÓNIMO
Seguidme.
DON DIEGO
¡Que siempre estés,
Madrid, para ocasionarme! 440
 

(Vanse.)

 


Escena VII

 

Un TENIENTE, dos alguaciles, un ESCRIBANO.

 
TENIENTE
¡Que se escapase a tres hombres
un hombre solo y turbado!
Los ojos os han sobrado.
ALGUACIL 1.º
No hay causa de que te asombres
advierte la oscuridad 445
de la noche.
TENIENTE
¿A todos tres
faltó la vista?
ALGUACIL 1.º
¿Pues ves?
No es eso dificultad;
¿no es para todos oscura
la noche de una manera? 450
ALGUACIL 2.º
Más alguaciles que hubiera
corrieran igual ventura.
TENIENTE
Pues yo he de buscarle, y ver
si a mí tambien se me va.
ALGUACIL 1.º
Buscarle fácil será, 455
mas verle no lo ha de ser.
TENIENTE
Volved por aquí.
ALGUACIL 2.º

 (Aparte.) 

¡Qué vanos
han de salir sus antojos!
ESCRIBANO
Señor Teniente, dad ojos,
y os servirémos con manos. 460
 

(Vanse.)

 


Escena VIII

 

Otra calle. Á un lado las tapias y puerta de un jardín.

 
 

DON DIEGO, DON JERÓNIMO.

 
DON JERÓNIMO
Venid adonde espero
cumpliros la palabra, caballero.
DON DIEGO
Muy obligado os sigo;
quien nace caballero, nace amigo.

  (Aparte. 

Ventura fué encontralle.) 465
DON JERÓNIMO
Tal soledad no he visto por la calle;
la noche lo concierta.

 (Llega a la puerta del jardín, y abre.)  

De un jardín de mi casa es esta puerta,
que tener escondido
puede aún al sol entre árboles y olvido. 470
Quedad en él, y a hablaros
volveré.
DON DIEGO
Pues ¿no entráis?
DON JERÓNIMO
Quiero buscaros
por la puerta de adentro;
que yo por esta puerta jamás entro,
y en mi casa hará nota 475
novedad de mi estilo tan remota.
Fuera de que el secreto
puede ser que os importe; y más sujeto
quedaréis a un curioso
si me entro por aquí, pues es forzoso, 480
si lo advierte un criado,
que intente averiguar por qué he mudado
la entrada que solía:
curioso es noviciado para espía.
Recogida mi gente, 485
saldré a veros. Adiós.
DON DIEGO

 (Aparte.) 

Mas ¡qué prudente!
 

(Éntrase por la puerta del jardín, y la cierra DON JERÓNIMO.)

 


Escena IX

 

DON JERÓNIMO.

 
Voy a que me dé entrada
la puerta principal, que es puerta usada,
y así no sospechosa.
¿Qué mas quisiera la atención curiosa 490
de Jusepa y Hernando,
que verme entrar por el jardín llamando
á la puerta de enmedio?
Justamente lo excuso,
bien que ande conmigo, aunque sin uso, 495
la llave desta puerta;
que en fin alguna vez, como hoy, acierta
á librar de un disgusto.
Cierto que voy a descansar con gusto;
que es agradable oficio 500
lograr una ocasión de beneficio.
Yo no conozco este hombre,
ni sé su calidad ni sé su nombre;
dice que es caballero.
No le pude ayudar con el acero; 505
mas de algo le he servido:
quien no hace bien no diga que ha nacido.

 (Vase.) 



Escena X

 

Otra calle.

 
 

DON LUIS y VICENTE, en traje de noche.

 
DON LUIS
¿Quedó Jusepa en su casa,
Vicente?
VICENTE
En su casa entró,
no sé si en ella quedó. 510
DON LUIS
¿Qué hora será?
VICENTE
La que pasa
de las once.
DON LUIS
Eso es decir
que son las doce.
VICENTE
Es verdad;
mas siempre la novedad
es lo que se ha de elegir. 515
DON LUIS
En general es error;
no siempre están de concierto
la novedad y el acierto.
VICENTE
Lo que digo es por mayor.
Quiérote dar un vejámen, 520
que aun eso tú no me dieras.
Mas, porque hablemos de veras
(así las mujeres te amen
de balde...)
DON LUIS
Gran bendición.
VICENTE
Y para tí ¡qué apacible!), 525
que ya que tan invencible
se mira tu donación,
y no te pienso pedir
cosa que cueste dinero,
me digas (como lo espero, 530
pues no es gastar el decir)
¿por qué mi lealtad ofendes,
cuando de mí te recatas,
todas las veces que tratas
de esa deidad que pretendes? 535
¿Tan poco te satisfago,
que dello no me das cuenta?
¿Qué temes? ¿Qué te amedrenta,
no siendo cuenta con pago?
¿No se me puede fiar 540
que guarde un secreto a mí?
¿Piensas que sólo hay en tí,
señor, quien sepa guardar?
DON LUIS

 (Aparte.) 

De gusto está el Vicentillo;
siempre le dura el humor. 545
VICENTE
¿No me respondes, Señor?
¿Tanto te cuesta el decillo?
DON LUIS
¿Qué hay que decir? Si descubres
mis faltas así, ¿no errara
si en mis secretos te hablara? 550
VICENTE
¿Por eso sólo lo encubres?
tus gracias digo, es verdad;
mas es una noche oscura,
que cuanto aquí se murmura
se viste de oscuridad. 555
Haz cuenta que faltas son
que no se han visto ni hablado.
DON LUIS
Pues tenme por excusado
por esa misma razón;
que si el secreto te digo, 560
y ha de ser como no hablalle,
para que quede en la calle,
más vale estarse conmigo.
Y hablemos en otra cosa:
conmigo no has de venir. 565
VICENTE
¿Sobre callar despedir?
La enmienda ha sido graciosa.
Bien mi pesar se remedia,
poco obligarte he sabido;
á fe que si hubiera sido 570
lacayo de una comedia,
con otro amor me trataras,
y a cuanta conquista fueras,
aun antes que la emprendieras,
conmigo la consultaras; 575
¿qué es consultar? Poca es esa
fineza; que tu privado
merece ver a tu lado
la cuadra de una princesa.
¡Bien haya quien inventó 580
lacayos tan compañeros,
que aún suelen ser consejeros
del mismo rey que rabió.
DON LUIS
¿De consejero se viene?
Mas esto no quiere voces. 585

  (Aparte. 

Ya es hora de ir al jardín.)
Quédate tú.

 (Vase.) 



Escena XI

 

VICENTE.

 
¿Vaste, en fin?
Con tu soledad te goces.
Voyme; que en vano conquisto.
¡Qué noche para ensartar 590
aljófares! No hay pensar
que tan cerrada se ha visto.
Toda de sombra es un lago,
no hay luna ni anda su coche:
parece España la noche, 595
y que la cierra Santiago.

 (Vase.) 



Escena XII

 

Jardín. A un lado tapia con puerta y árboles a su izquierda, en el otro la fachada interior de la casa de DON JERÓNIMO.

 
 

DON DIEGO.

 
Reconocido estoy al caballero
que aquí me trajo; desearé la vida
por mostrarme su amigo verdadero.
¡Qué hidalga condición! ¡Qué socorrida 600
debe de ser de sangre generosa;
que la virtud es más, si es bien nacida!
Acción, sin conocerme, tan gloriosa,
¿qué se puede llamar sino nobleza,
que en límites humanos no reposa? 605
Bellísimo jardín, y con grandeza:
bien que la noche esconde su hermosura;
mas no basta a esconder tanta belleza.
Gran arboleda allí se me figura,
si no es que allí las nubes se han bajado; 610
todo lo da a pensar la noche oscura.
Seno parece que es acomodado
para ocultar en él un delincuente:
no hay cosa que no aplique a mi cuidado.
 

(Óyese ruido en la puerta, como de llave que abre.)

 
Mas ¿qué ruido es aquel qúe allí se siente? 615
La puerta misma que me dió la entrada
se vuelve a abrir, ó la atención me miente.
¿Si es quien me puso aquí? Duda excusada;
que no puede ser él, porque me dijo
que se iba a entrar por puerta acostumbrada. 620

 (Vase retirando hacia los árboles.)  

Retirarme a los árboles elijo.
¿Si es otro que con llave venir puede:
su jardinero?... En confusión me rijo.
Pero ¿cuándo de noche no sucede?
Siempre recato aprovechó en la duda, 625
y nunca daña, aunque sin uso quede.
Sóbre mi prevención; y pues me ayuda
la oscuridad, encierre la arboleda
mis pasos y mi voz en sombra muda.
Ya me recibe donde atento pueda 630
ver lo que pasa y registrar seguro;
mas falta que la noche lo conceda.
 

(Escóndense entre los árboles, y entra DON LUIS por la puerta del jardín.)

 


Escena XIII

 

DON LUIS. DON DIEGO.

 
DON LUIS
Lo primero es cerrar. El aire oscuro
no deja distinguir; mas al fin veo
los árboles ó el norte que procuro. 635
¡Qué largas son las horas del deseo!
Parece que de plomo van calzadas
y que cuanto caminan es rodeo;
no así las del placer, que arrebatadas
en plumas de momentos presurosas, 640
á un tiempo son presentes y pasadas.
¡Que he de ver a Beatriz! ¡Que tan dichosas
han de ser esperanzas que vivían
en cárceles del miedo tenebrosas!
Bien haya la constancia con que ardían 645
y arden víctima hoy mis pensamientos;
que al fin pueden vencer los que porfían.
No es esto, no, pensar que mis intentos
han de lograrse; que Beatriz admite
solo veneración, no atrevimientos. 650
Mas ¿no es harto lograr, si me permite,
como la bella luz, la voz suave;
bien que ó sirena ó sol el vivir quite?
Tárdense pues con movimiento grave
perezosas las horas al deseo; 655
que tanto bien en siglos aún no cabe.
Los árboles, en fin, son los que veo;
conforma, amor (si te obligue), los fines
á los principios que gloriosos veo.
 

(Dirígese a los árboles, y sale JUSEPA como que viene de la casa, caminando también hacia ellos.)

 


Escena XIV

 

JUSEPA. Dichos.

 
JUSEPA
Nunca faltan azares en jardines, 660
y más en un jardín como lo es este,
donde sobran hileras de jazmines.
¡Que concertar un hurto tanto cueste,
y que ahora mi señor me haya pedido
la llave desta puerta y no se acueste! 665
¿La llave desta puerta? Gana ha sido
de salir al jardín, y si se espera
don Luis en él, es riesgo conocido.
Quiero llevarlo (y que Beatriz lo quiera
me prometo) a aquel cuarto retirado 670
que libre nos dejó la jardinera;
bien estará don Luis allí encerrado
mientras a visitarle Beatriz viene
en sintiéndose el viejo sosegado.
Puerta también a aqueste jardín tiene 675
el cuarto de mis amas, que es ventura,
por si hay quien la de enmedio nos condene.
La dilación agora no es segura;
prisa y silencio importa.
DON LUIS
Si no ha sido
antojo que a las dichas se apresura, 680
pasos allí parece que he sentido,
y aun bulto de mujer. Mas ¿si es Jusepa?
Llegar en duda no será advertido;
recatarme es mejor.

 (Ocúltase detrás de algún objeto.)  

JUSEPA
Sin que lo sepa
juraré que don Luis al puesto aguarda; 685
que no hay descuido que en amante quepa.
Quien viene a la ocasion nunca se tarda.
Mucho habrá que don Luis vino al concierto;
líbrele amor del Argos que nos guarda.
 

(Topa con DON DIEGO debajo de los árboles, y él se emboza.)

 
Ya estaba acá. ¿Sois vos el encubierto? 690
DON DIEGO
Yo soy.

 (Aparte. 

El caballero ya me avisa.)
JUSEPA
Seguidme sin hablar.
DON LUIS

 (Aparte.) 

¿Estoy despierto?
¿No es la mujer y un hombre que a gran prisa
salen de allí? ¿Qué miro, cielo santo?
DON DIEGO

 (Aparte.) 

No ha tardado en llamarme; más precisa 695
mi deuda es siempre. Pero aquí me espanto
de que él se quede y a buscarme envíe,
y con mujer, cuando el secreto es tanto;
mas él sabrá si es bien que se le fíe.
 

(Vase con JUSEPA.)

 


Escena XV

 

DON LUIS.

 
¿Qué es esto, imaginación? 700
Ojos, ¿qué es esto que veo?
Lo que imagino no creo,
lo que miro es confusión.
Pensar que cuidados son
de Beatriz, es ofendella. 705
¡Mujer, y un hombre tras ella!
Si es galan de su criada,
parece queja infundada
del amor esta querella.
¿No puede ser que Leonor 710
tenga un galan que aquí venga?
Mas cuando Leonor le tenga,
sin oponerse a su honor,
¿he de juzgar que su amor,
honesto, advertido y fiel, 715
trujo el galan (si es aquel),
para que hallándome aquí,
pudiese pensar de mí
lo mismo que pienso dél?
Si no es que Leonor ignora 720
que me haya Beatriz llamado;
mas ¿era para ignorado
lance de verme a tal hora?
Son muy hermanas, y adora
Leonor a Beatriz, ¿quién duda 725
que en esta ocasión la ayuda?
Celos, hasta aquí bien va;
que vuestra opinión está
cobrando fuerza en mi duda,
dejemos el discurrir 730
dudas o celos, o todo;
que para acabarme, el modo
más fácil es proseguir.
Quiero a los árboles ir,
aunque de miedo cercado, 735
no se si desesperado,
por ver al hombre que vi:
quizá me ha dejado allí
la dicha de ser buscado.

 (Se dirige a los árboles.)  



Escena XVI

 

DON JERÓNIMO. DON LUIS.

 
DON JERÓNIMO
Todos están recogidos, 740
quiero a mi huésped buscar;
que ya le podré llevar
sin miedo de ser sentidos.
Esta ocasión aguardé;
que no ha de decir que trato 745
negocio tal sin recato.
Mi cuarto le dejaré;
que es caballero, y es justo
que los cumplimientos se hagan
de modo que satisfagan 750
a lo decente y al gusto.
Yo en ese cuarto, que está
debajo del que hoy es mío,
me quedaré, pues vacío
se ve de huéspedes ya. 755
La noche me le retira,
y aún él se habrá retirado,
porque estará con cuidado
de si aún la sombra le mira.

 (Llega a los árboles.)  

Yo apostaré que eligió 760
los árboles desta fuente,
que es lo que ven más patente
los que entran. Bien dije yo;
que un hombre desde aquí miro.
DON LUIS
¿Qué es esto que estoy mirando? 765
¿No es hombre el que va llegando?
¡Con qué turbación le admiro!
No he de poder ocultarme,
que ya me ha visto. ¿Qué haré?
Ni sé qué hacerme, ni sé 770
mas que ignorar y quedarme.
DON JERÓNIMO
¡Qué recatado que está!
¿De quién os guardais así?
DON LUIS
¿Quién es?
DON JERÓNIMO
El que os puso aquí.
DON LUIS

 (Aparte.) 

Creciendo mi asombro va. 775
DON JERÓNIMO
¿Pensáis que los alguaciles
os siguen, como os hallé?
Ya la justicia se fue.
DON LUIS

 (Aparte.) 

No están para ser sutiles
mis dudas; mas vese claro 780
su error. Seguirle conviene,
porque en su casa me tiene,
y en hurto, que es sin reparo.
Bien se conoce que aquí
se encubre un hombre que entró 785
por su mano. No soy yo;
mas he de decir que fuí;
que no hay excusa de hallarme
en el jardín de otro modo.
DON JERÓNIMO
Venid a que os sirva.
DON LUIS
En todo
790
sabéis, Señor, obligarme.
DON JERÓNIMO
Ya sé que me he detenido;
mas era fuerza esperar
a hallarme solo, y cuidar
de veros mejor servido. 795
Si no esperara, no hubiera
secreto.
DON LUIS
La dilación
aumenta mi obligación.

  (Aparte. 

Y más te lo agradeciera,
si la dilación durara 800
toda la noche.)
DON JERÓNIMO
La prisa
tal vez del secreto avisa.
DON LUIS

 (Aparte.) 

¿Qué suerte se vio tan rara?
¡Venir a buscar mi dicha,
y hallar un hombre en mi puesto! 805
¿Qué es esto, celos, qué es esto?
Cielos, ¿hay otra desdicha?
Pues ¡qué cuidados renuevo
del hombre que estuvo aquí!
¡Qué buen jardín para mí! 810
Bien en el alma le llevo.
¡Qué empeño en él me salió!
¡Qué celos en él también!
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

No hay cosa como hacer bien.
DON LUIS

 (Aparte.) 

No hay bien como no ser yo. 815



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