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11

Y recuérdese, pese a su diferencia tanto genérica como temática, el cuento de Alas, «Benedictino».

 

12

Sobre el concepto teórico de tempo, véase Mariano Baquero Goyanes, «Tiempo y tempo en la novela», Arbor, 33-34, 1948. Recogido en Teoría de la novela, G. y A. Gullón (eds.), Madrid, Taurus, 1974, pp. 231-242.

 

13

Una tradición que desde luego, persiste en el XIX. En uno de esos tratados que sobre el género se publica en esta época, la Retórica epistolar de Antonio Marqués y Espejo, leemos: «No es mas una carta que una conversación entre personas ausentes». Gerona, Antonio Oliva, 1828, p. 2.

 

14

De elocutione. Traducción José García López, Madrid, Gredos, 1979, p. 96.

 

15

Pedro Salinas, «Defensa de la carta misiva» en El defensor, Madrid, Alianza, 1967, p. 29.

 

16

Art. cit., p. 30.

 

17

Este pensamiento puede relacionarse desde luego, con esa frustrada vocación literaria del personaje, como la crítica ha visto.

 

18

En su artículo Gold relaciona la obra galdosiana con algunos de esos famosos modelos literarios. La adscripción de Tristana dentro del ámbito de la novela epistolar amorosa, no parece sin embargo, suficiente, al trascender Galdós en ella, dicha temática.

 

19

Si el personaje del confidente suele recaer en un personaje femenino, esta situación desde luego no es excluyente. Piénsese en el importante papel del autor-mediador en la medieval Cárcel de amor.

 

20

Art. cit., p. 667.