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1

Montevideo, Imprenta Nacional Colorada, 1030, 3 vol. En 1921 había publicado el autor una Crítica de la literatura uruguaya (Montevideo, Maximino García) que puede considerarse germen del Proceso.

 

2

El tema de nuestro tiempo, Madrid, Calpe, 1923, p. 20.

 

3

Las generaciones en la historia, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1945, p. 281.

 

4

El problema de las generaciones en la historia del arte de Europa, Buenos Aires, Editorial Losada, 1946, pp. 173-192.

 

5

He manejado tres exposiciones o resúmenes de la historia del problema: el de Julius Petersen: Die Literarischen Generationen, 1930 (traducción castellana: Las generaciones literarias, en Filosofía de la Ciencia literaria, obra colectiva publicada bajo la dirección de E. Ermatinger, México, Fondo de Cultura económica, 1946, pp. 137-193); el de Pedro Laín Entralgo en 1945 (ob. cit., pp. 207-264); el de Julián Marías en 1949: El método histórico de las generaciones (Madrid, Revista de Occidente, 192 pp.). Por su rigor, por su lucidez, por su sabiduría filosófica, es la última la mejor. Con ella tiene una gran deuda este trabajo.

 

6

Citado por Marías, ob. cit., p. 32.

 

7

Citado por Petersen, ob. cit., p. 154.

 

8

Citado por Petersen, ob. cit., p. 161.

 

9

Ob. cit., pp. 19-20. Laín señala atinadamente que a diferencia de Dilthey -que se refiere a un estrecho círculo, a una minoría-, Ortega concibe la generación como un cuerpo social íntegro.

 

10

Por ejemplo, ésta: «Cada generación representa una cierta actitud vital, desde la cual se siente la existencia de una manera determinada». (Véase ob. cit., p. 21).