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2,048 x 1,289
He aquí otra hermosa figura trazada por Goríbar, llena de carácter, conseguida con talento, ya que, como sabemos y podemos apreciarlo con una simple comparación, el modelo del Profeta Micheas es el mismo que sirvió para los Profetas Osseas y Jonás. Goríbar hizo jugar la luz en la cabeza de su modelo, y con ella obtuvo acentos interesantes para pintar un tipo.
Viste el Profeta Micheas doble túnica: la interior de color heces de vino, y gris verdosa la exterior, que la ajusta graciosamente a la cintura con una faja blanca anudada con desgaire; un gran manto color siena natural; turbante judío del color de la túnica interior, en la cabeza, y unos borceguíes de cuero que, protegiendo las plantas de los pies y cubriendo la pierna hasta media canilla, deja libre al aire la parte anterior de aquéllos, desde el empeine hasta los dedos. Con la mano izquierda lleva un libro con perfecta naturalidad, y con la derecha hace signo de apoyar las palabras, que, escritas en la faja o banderola que cruza por su cuerpo, aparece repitiendo en este instante: «ET TV BETHLEHEM-EX TE MIHI EGREDIETUR QUI SIT DÑATOR IN ISRAEL. CP. 9».
Las nubes del cielo se abren en el rincón derecho superior del paisaje del cuadro, para mostrarnos un hermoso grupo del Nacimiento de Cristo, mientras en el paisaje que sirve de fondo a la figura de Micheas aparece la escena del martirio y de la muerte del Profeta.
La cabeza de Micheas es de las mejores de la colección: seriamente trabajada, lleva acusados sus mil planos destacados por la luz, con toques tan justos y aparentes, que semejan la demostración de una disección anatómica superficial. Las manos y los pies son otros pedazos magníficos de pintura, como construcción plástica. La derecha, principalmente, podría ser un modelo académico, por su correcto dibujo y la seguridad con que se han recortado sus contornos. El turbante y la capa, bien compuestos y trabajados.
Los cuadritos, que como acostumbra Goríbar los ha compuesto en este lienzo, son también hermosos. Tanto el Nacimiento de Cristo como el Martirio del Profeta Micheas, llaman la atención por la sencillez de la composición y el desenfado de la ejecución, que demuestran al maestro dominador de sus medios de expresión y ágil en su técnica. Obsérvese aquel verdugo que va a descargar su espada en la cabeza del Profeta.
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Figura 85.- El Profeta Micheas
(Foto Mera)
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Figura 86.- Cabeza del Profeta Micheas
(Foto Mera)
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Figura 87.- El Profeta Micheas. Detalle
(Foto Mera)
Figura 88.- El Profeta Micheas. Detalle
(Foto Mera)