41
«Según noticias fidedignas, Madrid
será puerto dentro de poco tiempo. Una empresa se ocupa en
desarrollar un proyecto de canalización, mediante el cual
ese río vergonzante que se llama Manzanares engrosará
de tal manera, que dejará muy atrás el Támesis
y el Elba»
. («Revista de la Semana» (29.
3-IX-65), en William H. Shoemaker, Los artículos de
Galdós..., págs. 132-134).
42
Celin, ed. cit., pág. 207.
43
Ibid., pág. 218.
44
Ibid., págs. 207-208. Cf. Antonio de Trueba (Madrid por fuera, Madrid, Agustín Jubera, 1878, págs. 106):
45
Celin, ed. cit., pág. 208.
46
Ibid., pág. 232.
47
Uno de los muchos palacios situados en la zona antigua de Madrid, tal vez el de los Duques de Medinaceli, situado en la carrera de San Jerónimo, que cuenta, al igual que el de Pioz, con una importante biblioteca y armería, y fue en los Siglos de Oro importante centro de reunión de escritores. Cf. Mesonero, Nuevo Manual de Madrid, págs. 355-356.
48
Tal vez correspondan a la Puerta del Sol y Calle de la Montera (cf. ms. de Celin 12r. y 29r. y La desheredada, séptima ed., Madrid, Alianza, 1981, págs. 229-230 en la descripción que esta última hace de los dos topónimos descritos). Galdós sitúa el comercio de lujo madrileño en la Calle de Toledo y aledaños -Madrid, págs. 180-181-; Gloria Nielfa Cristóbal en Centro, Hospicio y Congreso y en la Carrera de San Jerónimo -«El comercio madrileño entre La Fontana de Oro y Madrid-París»; en Madrid en Galdós. Galdós en Madrid (Mayo 1988, Madrid. Palacio de Cristal del Retiro), Comunidad de Madrid-Consejería de Cultura-Dirección General de Patrimonio Cultural, 1988, págs. 123-138.
49
Entre la plaza de la Cebada y la Puerta de Toledo cuenta Galdós 88 tabernas. Cf. B. Pérez Galdós, Madrid, pág. 179.
50
«Algunos pasos más llegamos a San Antonio
de la Florida. Delante del templo, junto a la fuente de los Once
caños, están sentados unos individuos del resguardo
de arbitrios municipales de Madrid»
(cf. Antonio de Trueba, op.
cit., pág.
158). «Si tú hubieras sido
albañil, carpintero o, pongo por caso, celador del
resguardo, otro gallo me cantara»
, (cf. Fortunata y Jacinta,
pág. 520).