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El vientre. Plácido mundo de silencio y calor.
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| Dependencia
absoluta y a la vez máxima libertad. | | |
| Todo lo que
soy es porque he sido en el vientre | | |
| un transitorio pasajero
rescatado en hombre luego | | |
| y un dulce ser que no existía
pero sí existía |
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| una titilante estrella
en su galaxia | | |
| una amorosa flor que aún es semilla
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| un delicado grano de arena enterrado | | |
| que el viento
hizo girar en torno al rústico pie. | | |
| Y estoy aquí
vibrando entre llanto y carcajada |
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| frente a la indiferente
gaviota | | |
| que es puente entre mi cuerpo y el universo deambulante.
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| Y voy siendo a medida que mis ojos absorben toda la | | |
| espuma que existe | | |
| y mis oídos registran los sonidos más crudos
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| y mis manos tocan las formas de los hombres y las cosas
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| y mi sangre se resuelve en la agitada corrida vivificante.
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| Y ahí soy yo y así estoy viviendo | | |
| haciendo
desaparecer el tiempo en pulso que tras pulso | | |
| me rebela
y a la vez me calma. |
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| Y he de volver al vientre entremezclado
en tierra. | | |
| Sólo estoy aquí en el medio transitorio.
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| Entre vientre y vientre respiro apenas un poco de vida
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| para completar el círculo espiralado e infinito
de mi ser.
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