Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —77→  

ArribaAbajoLa palabra que clama


Ardiendo ardiendo ardiendo ardiendo
Oh Señor Tú me arrancas
Oh Señor Tú arrancas
ardiendo


T.S. Eliot                


  — [79] →  


ArribaAbajo-I-


ArribaAbajo Afuera está la vida
y no es a mí a quien brota
afuera está el amor
y no es a mí a quien entibia
afuera está la guerra  5
y no es a mí a quien mata
afuera están los vientos
y no es a mí a quien cortan
afuera está la tierra
y no es a mí a quien besa  10
afuera están los pájaros
y no es a mí a quien velan
afuera están los gritos
y no es a mí a quien dañan
afuera está el mar  15
y no es a mí a quien sala
afuera están los llantos
y no es a mí a quien mojan
afuera está el susurro
y no es a mí a quien acuna  20
afuera está el olivo
y no es a mí a quien aroma
afuera está el pecado
y no es a mí a quien mancha
afuera está la duda  25
y no es a mí a quien enloquece
afuera está la santidad
y no es a mí a quien bendice
afuera está el poema
y no es a mí a quien sangra  30
—80→
Afuera está
fuera de mí
afuera está
y no es a mí.

  —81→  


ArribaAbajo-II-


ArribaAbajo ¿Vendrás, papá, cuando mi infancia te reclame?
¿Vendrás a mí, cuando te llame
abandonado a toda otra esperanza que la tuya?
¿Estarás conmigo, papá, cuando necesite que me mires
para saber quién soy?  5
¿Será tu risa la que me quite el miedo
y tu caricia secará mi llanto?
¿Vendrás, papá, cuando no pueda dormirme?
¿Cantarás para mí, llamando al sueño?
¿Me harás soñar, papá, cuando toda la vida  10
me duela tan real?
¿Me guiñarás un ojo, asintiendo mi paso
para que no vacile?
¿Serás, papá, quien no me juzgue
porque he dudado?  15
¿Me enseñarás, papá, el secreto para amar a mis hijas
sin dañarlas?
¿Serás vos, papá, el que me diga
qué debo hacer con tanto amor?
¿Vendrás, papá, cuando esté tan solo como ahora?  20
¿Serás mi compañía?
¿Vendrás, papá mío y muerto,
a ser consuelo mío con tu abrazo?

  —82→  


ArribaAbajo-III-


ArribaAbajo Nombro al asombro
lo extirpo, auguro
lo cubro, encubro
lo cargo, expongo.
Lo muestro al mundo  5
le abro los ojos
lo mojo en rojo
-hondo universo-.

Suena mi verso
como el reverso  10
de una moneda
sin rostro y vieja.
En mi entreceja
no hay cicatriz
hay barniz nuevo  15
-latido vivo-.

Mi verso anverso
trina y profesa
todo el milagro
que se halla en todo.  20
Verso asombrado
que se abre y busca
irreverente
-duda sin duda-.
—83→

Nombro al asombro  25
lo estallo, exprimo
le doy cabida
donde lo canto.
No hay caja habida
que nada encierre  30
no hay paz ni espanto
-nada limita-.

Nombro al asombro
lo dejo libre
sinfín trasfondo  35
de lo que vive.
¡Y vive todo!
¡Nada está muerto!
Nombro al asombro
-para mi asombro-.  40

¡Me asomo al mundo
porque lo nombro!

  —84→  


ArribaAbajo-IV-


ArribaAbajo Era el trazo azul
-porque el blanco ya estaba en el papel-
con el que dibujábamos las rayas verticales
que conformaban, una a una,
los paños del cielo de la bandera.  5
Era la mano temblorosa delineando los Andes,
era el calco de la figura del prócer,
era el imaginario
único camino que unía a la provincias.
¡Era la Patria que nosotros seguiríamos haciendo!  10
¡Era la arrebatadora alegría de los Patriotas
gritando en Mayo: Somos libres!
¡Era una vieja casa que estaba y aún está
protegida y venerada porque allí
nos habíamos hecho independientes!  15
¡Eran las batallas, los granaderos,
los gauchos soldados feroces y buenos,
las abnegadas mujeres dando hijos y leche,
los niños tamboriles ofrendándose,
el ganado furibundo levantando el polvo de la pampa,  20
los caudillos, fieles a sus pueblos, amadísimos,
y era el orgullo!
¡Y era la aurora, luz alumbrando el porvenir
porque en ese pasado se había construido la Patria!
Era una infancia con fe  25
creyente en el destino,
alelada de tanta valentía para empezar a hacernos,
era la voz de los mayores contando las hazañas,
eran los nombres de la Primera Junta,
—85→
de los Libertadores,  30
de los Restauradores,
de los vendedores de velas,
de los negros desesclavizados,
de las amas tirando aceite hirviendo por las terrazas.
¡Era la imagen confusa de tanta Argentina  35
dispuesta a hacerse Nación!
Era la historia nuestra
mezclada en tanto heroísmo,
cubierta de tanta fecha respetada.
¡Era la pura ilusión por lo que habíamos sido!  40
Era la credulidad,
hermoso punto de partida para la vida.
¡Era la alegría de ser los herederos,
era le enseña victoriosa,
era la pasión por la Argentinidad!  45
Era el mapa de memoria acariciado,
era la enunciación de cada provincia
como una pertenencia indeclinable
como un todo
una unidad de territorio propio  50
conocido y amado.
¡Era el sentimiento
puro de toda pureza,
era la emoción quebrando el canto
que la Libertad tres veces proclamaba!  55
¡Himno vibrante! ¡Unión de voces y miradas!
¡Destino igual para el mismo grito!
¡Todo lo que era es! ¡Persevera y permanece,
insiste en sus cuatro puntos cardinales,
se hace evidente en los caminos caminados  60
y en los que no anduvimos todavía,
—86→
se muestra en la soberbia geografía
y en el espíritu animado de toda su extensión,
se complace en ser
sucediendo tan más allá de todo lo que la niega  65
que no presume porque tanto es!
¡Nostálgico anhelo de ser lo que ya somos!
¡Paradoja de no vernos!
¡El olvido canalla que olvida que está la Patria!

  —87→  


ArribaAbajo-V-


ArribaAbajo A mi casa volveré a beber
por el espacio de yuyos que abre al camino
tocaré la madera
y sabré que son los mismos árboles.

Mi casa también fue el mármol  5
santo y Dios todopoderoso
la gruta de la Virgen Niña
y el monte jubiloso de los olivos.

Mi casa juega en el aire
mientras vuela el recuerdo  10
hasta ese mismo lugar desde donde partí.

Presencias, voces que ahora tienen eco
abstenidas de toda distancia.
Mi casa soy yo, todavía puro.




ArribaAbajo-VI-


ArribaAbajo Se pierde la memoria
en una gasa que elude forma, y la historia
de todo lo que fue
se desvanece.
Es gasa la memoria en movimiento  5
constante, incapturable, azul
como el cielo de Dios
donde ningún recuerdo cabe.
Lo que fuimos ni siquiera es protegido
como la criatura o la semilla  10
para volver a ser niñez, raíz que alumbra
lo que somos y lo que deseamos.
Ya no hay nada en la memoria que se pierde
que se deja perder, irrespetuosa,
sin nostalgia que arraiga, sin espejo  15
donde mirarnos la herida que dejó el amor.
Se pierde la memoria
en esa gasa desvanecida que no intenta
otro vuelo que el vuelo que la lleva
en el abandonarse al instante  20
que no fue ni es ni será, que sólo hay
en la ausencia de todo, perfección.
¡Ay! La libre perfección de la memoria
que se ha entregado a perderse
olvidando quién es, mar vacío,  25
lámina de nada, extrema falta
de la madre, del padre y del lenguaje.
Arribo ideal, lugar de santos,
cielo de Dios, estallido de ausencias,
—89→
despedida del otoño y de las flores,  30
adiós de sol y frío, transparencia
sin luz ni sombra, perfección, bendición,
suprema libertad bordada de olvido.

  —90→  


ArribaAbajo-VII-


ArribaAbajo Mis ojos miran, y ven
y, raramente, no tengo miedo.
¡Tantas veces temí!
¡Tantas veces me condenó la sombra!
Ahora tengo solamente lo que veo:  5
el cabello claro y salado que el mar agitó,
las huellas profundas y los pies
que son para mí alas que no dejan estelas,
la aparición de la muerte
en el instantáneo reflejo de la roca,  10
la humedad de la piel negra que no me saciará nunca,
los jugos del fruto más deseado,
los pechos de la madre abiertos para que yo repose,
el cadáver del padre en el altar de un médano,
mi propia desnudez acariciada.  15

Mis ojos miran, y ven
pero el sol los lastima y se cierran más allá de mí.
¿Volveré a temer? ¿Y si los párpados fuesen gasas?
Ahora tengo nuevamente el miedo:
la salpicadura de fuego del cabello que ríe,  20
la estela de los pies amados
quebrándose contra la línea atroz del horizonte,
la roca oscura,
el hastío seco,
el deseo muerto por el fruto bebido,  25
el triste reposo al sol,
la madre olvidando al muerto,
mis manos cubriéndome de arena.

  —91→  


ArribaAbajo-VIII-


ArribaAbajo Pensé, mientras pensaba el último de los tres deseos,
que me habría gustado atreverme a elegir ser el último
       en morir
de todos los que estaban en la fiesta.
También pensé que si eso sucedía  5
iba a escribir la vida de cada uno de los que estaban allí;
y también pensé en que era preferible no pensarlo
porque con sólo pensarlo pondría en evidencia mi abyección,
aunque más no fuera ante mí mismo,
y no soy un hombre capaz de sobrevivir con  10
       remordimientos.
Entonces no pensé más.
Respiré hondo, desechando el tercer deseo
y antes de que pudiese apagar las velas explotó mi casa.
En este instante está muriendo el último de mis  15
      seres queridos.
Oigo su postrer suspiro.
Ahora hay sólo silencio.

  —92→  


ArribaAbajo-IX-


ArribaAbajo Veo la otra orilla desde mi ventana.
Nada me impediría alcanzarla.
Es el miedo original el que me lo impide.
Sé -a otros les ha pasado- que una vez arrojado al mar
el miedo desaparece, los sentidos reaccionan al frío,  5
la musculatura se contrae, y, como en una reacción
       en cadena,
los movimientos fibrosos se aceleran.
El esfuerzo es grande y entonces la plenitud sucede
y sucede un llevarse en extremo hacia la desesperación  10
que no tolera reflexiones ni dudas:
hay el ansia de amor, ciega, y hay el ahogo momentáneo,
y hay la súbita fuerza recobrada que se sobrepone a
       la dilatación,
y hay el aire recuperado como una fe perdida,  15
y hay también el deseo de abandono
y la vencida tentación de abandonarse,
y hay, casi al fin, el misterio,
y, al cabo, la otra orilla
desde donde nunca veré la ventana de la que nunca me  20
       he arrojado.

  —93→  


ArribaAbajo-X-


ArribaAbajo Soy yo el que está incendiando el vuelo de la muerte.

Una mano de madre se alza hacia el cielo oscuro
es la noche en que avanza la ceniza
cruza un pájaro negro
y el alma se impresiona.  5

El fuego quemando la ciudad
es una gasa caliente
y aterroriza su textura
en el estado exasperante de la belleza.

Las palabras se desenmascaran  10
las teorías se repliegan vencidas
los viejos símbolos se delatan inútiles
y la verdad es sin metáfora posible.

Las volutas del humo del cigarrillo
impiden toda rectitud  15
y lo que hasta ahora parecía un efecto grandilocuente
es grandioso.

Me excedo y uso la poesía para la destrucción
porque el exceso es la única frontera rota que me dejan
y aunque mueran los hombres calcinados  20
y caigan los cadáveres como polen estéril
en el jardín de la casa de la infancia
seguiré haciendo arder.

  —94→  


ArribaAbajo-XI-


ArribaAbajo Solemne pasajero
sufrido triste
mujer hombre
mira mira:
tanta hediondez transitas  5
para alcanzar lo bello.

Sonríe
imagina
y pasa.

  —95→  


ArribaAbajo-XII-


ArribaAbajo La lluvia lava el alma
como lava el rocío la hoja
y lava la raíz y al polvo lava.
La lluvia es una hilera de infinitas lágrimas
delicadamente evitando la obscenidad de la mueca  5
pudorosa pintando la naturaleza
poniéndola en evidencia
para salud de fermentos.

¡Las humedades que la lluvia ofrenda
se resisten a la sequedad y al velo!  10

Todo en la lluvia es prístino
nada se generaliza vulgar
recuperando la individualidad de las cosas
recortándose lo que a cual le corresponde.
Con la lluvia se ven las partes  15
los fragmentos destacan de sí mismos
unidades que la gota enmarca
rosa lavada para crecer rosal.

¡Lluvia llave de los sentidos
llueves en el preciso tiempo en que sucedes!  20

Se huele el mar mientras se lava el mar
mientras se lava se toca el frío
el campo se oye mientras se lava
se gusta la lengua lavada para el silencio
mientras la lluvia lava ve el poeta.  25
—96→
Toda lluvia es certeza
subsistencia y química reproductora
niño que crece fortalecido
hombres mojados en sus propias dignidades.

¡Hay religiosidad en tu rito lluvia  30
irreflexiva y sabia!

Toda lluvia es filtración sin límite
de la fuerza total de la victoria humana
en concordancia con la divinidad.
¡Lluvia llave que llamas lava!  35
¡Ojalá pudiera llover un día
un mismo instante original
origen recuperado anhelo
sobre todas las cosas de este mundo!

  —97→  


ArribaAbajo-XIII-


ArribaAbajo No dejo de arriesgarme al poema
y no es el poema el amenazado
sino yo
-el poema es más allá de mi existencia y
más allá de lo que creo mi existencia-  5
y en ese ir arriesgado en su búsqueda
todo me sucede y hacia todo voy
abierto y desesperado y generoso
y tan vacío de palabra y
tanto apartado del amor que el lenguaje brinda  10
que la palabra y el lenguaje
-madera y veta-
me dejan ciegos los huesos y las venas
y hueca de sangre mi apariencia
grita aterrorizada pidiendo el auxilio redentor  15
del idioma
y sólo ese buscar a sabiendas fracasado
me alivia apenas para seguir sufriendo
porque no soy yo el elegido del poema
porque mi alma es dura y torpe y no sabe  20
lo que hay que saber para ignorarlo y descubrirlo todo
porque pasan las vidas a mi lado y nada puede hacer mi voz
muda y sorda más que el gesto chirriante del grito que
       no emito
porque la duda que debiera ser siempre una certeza  25
      que inquieta
se empecina en querer afirmar y negar
y entonces la palabra se vuelve enemiga
me abre tan exactamente el lugar donde tengo el corazón
—98→
me despelleja gozosa las lágrimas  30
me arrincona poderosa hacia el punto más repugnante
      de mi cobardía
me asesina sutilmente dejándome tan vivo y vulgar
      como siempre
y al fin de cuentas se despide brindando altiva por ser  35
      ella misma
sin siquiera oír mi ruego de compañía
mi súplica de ella para que se deje ser mi Dios
y huérfano vaga mi espíritu ansioso de belleza
entre la horrible realidad de ser yo sin palabra  40
un único ejemplar tan únicamente ínfimo
ante el milagro de su diversidad.

  —99→  


ArribaAbajo-XIV-


ArribaAbajo Es azul la montaña que veo
es mar erigido piedra y tronco
imponente y rodeada de espuma
con noctilucas titilante de gramilla.

La veo anhelante de caricias  5
montaña de mar, ola corpórea
que arrasa desde su quietud
a todos los puertos que la rodean.

El horizonte la circunda
quebrada de agua inmóvil  10
donde se zambullen mis deseos
inacabadamente húmedos.

Maleza con peces de pétalos verdes
y coloridas algas que indican el camino
de los afanosos suplicantes  15
que esfuerzan la brazada para llegar a Dios.

Cima en eterno movimiento
jamás se arriba al punto más alto
brava correntada que la ladera ondula
retroceso que avanza en laberinto sigiloso.  20

Es la montaña que veo y nado
mar que comienza donde los ojos mueren
llanto de roca que mis pies agracian
la que subo infinitamente agradecido.

  —100→  


ArribaAbajo-XV-


ArribaAbajo Igual a la tristeza de mis tripas
y al rojo cielo negro que me habita
igual a la palabra empecinada
en no dejarse ser ni ser nombrada.

Igual al deseo que me inventa  5
y me refleja seco de humedades
igual al tímpano ciego que se ufana
y por no ser badajo no es campana.

Igual al sol que desde adentro irriga
la sombra de un poder que no calienta  10
igual que el desgraciado que no llora
la vieja gracia que su pena implora.

Igual que el pecho valiente descubierto
abierto en plenitud para ocultar agujas
igual que arena enloquecida en ira  15
no resuelta al diluvio que la inspira.

Igual que igual a todo, inacabado
detengo yo mi muerto poema laborioso
igual que ausencia que nunca será calma
nunca será mi furia la furia de mi alma.  20




ArribaAbajo-XVI-


A Pumamarca


ArribaAbajo Nada está aquí sucediendo ahora.
El Cristo de vieja madera tallado por los indios
abraza a la iglesia vacía
y afuera apenas el sol calienta la tierra
y el cerro de los siete colores guarda silencio.  5
Ahora que aquí nada sucede
todo es perfecto
porque la detenida sucesión del presente
me libra de los acontecimientos.
Nada hay que inmute mi alma  10
ni siquiera mi alma
que se deja estampar en la quietud
y el recogimiento.
Los pájaros y las hojas
manchan de sombras inmóviles la plaza  15
donde los niños y las madres
no están porque se abrazan en las casas.
Solo, yo, me inclino en el paisaje
para ser también parte suya, y libre
igual que el agua que está quieta  20
y nada arrastra por el cauce.

  —102→  


ArribaAbajo-XVII-


ArribaAbajo Cuando emprendió el camino de regreso
viejo, enfermo, triste y pobre
sus pies dolían la punta de las rocas
y el cuerpo espinas que lo mortificaban.
Caminó como pudo, lentamente  5
al principio a ciegas y tanteando
hasta que empezó a oler olores perdidos
más fuertes que su propia hediondez.
Respiró el breve aire que cupo en sus pulmones
tan tapados de lóbregas cizañas  10
se dio a otro impulso como si lo llamasen
aunque sólo el zumbido de la rapiña oyera.
Caminar para atrás lo hizo caer continuamente
y cada levantarse fue una muerte
resucitada en los pasos vacilantes  15
que ahora reaccionaban más allá de su comprensión.
Intuyó a medida que retrocedía
el lugar exacto en donde estaba
y aunque las gentes y las casas habían cambiado
sus oscuros ojos vieron los mismos árboles.  20
Vio la cascada y se mojó las manos
en la única agua que volvió a saciarlo
y con un temblor de pelos y latidos
se bañó la cabeza ocultando que lloraba.
Fortalecido entonces retomó la marcha  25
y pisó las aceitunas y chocó los olivares
y comió la pulpa y el aceite
llenando de carozos sus bolsillos.
Supo por fin que había llegado
—103→
el zumbido fue silencio y melodía  30
el cuerpo llaga sanada y nueva la memoria
brioso el cabello y la mirada altiva.
Respiró hondo y todo el aire cupo
bebió los vientos y lloró su mar
giró fuerte, seguro, protegido  35
para ser niño y hogar, bello, inocente.

  —104→  


ArribaAbajo-XVIII-


ArribaAbajo Está mi corazón lleno de luces
y sombras
tan lleno está que me explota
y fuga.
Todo lo que viví se junta  5
y prevalece
desde el centro del latido para afuera
y rebasa.
Aquí hoy un hombre planto
y broto  10
amo el amor que amé
y amo.
Me filtro por el borde audaz
y anuncio
que de mi arrebatar depende el mundo  15
y avanzo.

  —105→  


ArribaAbajo-XIX-


ArribaAbajo Hay una planta cerca mío
que no conozco ni quiero.

No la regaré nunca
nunca limpiaré sus hojas.

Es una planta que nunca volveré a ver  5
ni a pensar.

Indiferente a mí
nada nos une
a excepción de la vida líquida
de su sabia  10
de mi sangre
y de esta tinta.

  —106→  


ArribaAbajo-XX-


ArribaAbajo La cordura está ahí
amenazante
como una araña que camina
hacia la mano de un hombre dormido.
Cuando la araña la pica  5
la mano del hombre dormido se abre
creyendo que es una caricia.
Ambos disfrutan.

  —107→  


ArribaAbajo-XXI-


Soneto


ArribaAbajo De mí desprendí yo todos los rasgos
que habían hecho de mí el que yo era
de mí huí sin gesto ni memoria
hasta quedar sin mí lleno de nada.
De mí partí huyendo de mi sombra  5
me fui de mí sin saludar siquiera
de mí salí jugoso y libertario
para quedarme yo tan seco y encerrado.
Me vi sin mí y vi tanto infinito
que sentí yo sin mi terror y anhelo  10
por volver a ser yo otra vez vientre parido.
Y quise regresar a mí y a ser yo mismo
con cada marca mía y coyuntura
pero no estaba yo. Sólo el abismo.



  —109→  

ArribaAbajoLa palabra que reza


Cerrado entre cosas mortales
(También este cielo estrellado acabará)
¿Por qué ansío a Dios?


Giuseppe Ungaretti                


  —[111]→  


ArribaAbajo-I-


ArribaAbajo El silencio de Dios se expresa.
Lo llevamos dentro.
No es como la ausencia
que desampara y ahueca.

Dios habla.  5
Habla tanto mas allá de nuestros sentidos
que no hay esfuerzo posible
para tanta evidencia.

Es Su silencio
la presencia plena,  10
el espiral infinito
que abarca, atraviesa y envuelve
todo.

Rezo mi rezo equivocado
grito en vano  15
inútil hablo.

Silencio.
Es preciso sólo silencio.

Para oírlo a Dios
callo.  20

  —112→  


ArribaAbajo-II-


Los Sacramentos



El Bautismo

ArribaAbajo Me separan el cuerpo en dos
y al alejarme me excluyen por primera vez
de la parte que era
y que desde ahora será mi madre
y lo que yo en mi libre albedrío sea.  5
No fue cuando nací cuando me arrancaron de ella
sino ahora que toco la pira de mármol que es fría
y duele a la piel y temo.
Las voces que nada significan
sin embargo se ocupan de redimirme  10
de aquel origen donde pecaron los primeros
y de los que -lo aseguran- soy heredero.
Acepto la culpa y apenas lloro
cuando me moja el agua bendita.
Soy bendecido y Dios me perdona  15
y este es mi único instante de pureza.
De aquí en más mi vida será mancha.
Soy bautizado.
—113→


La Confesión

Terror -todo es terror-
negritud del alma  20
privilegio de vida inmerecida.
Aquel único instante puro
ahora es una nostalgia
que no recuerdo pero anhelo.
Todo después fue miseria mía  25
abandono mío de Dios y malos pensamientos
constante posibilidad de infierno.
El Señor me brinda otra oportunidad
hago mi examen de conciencia
me arrepiento sinceramente  30
y mi propósito de enmienda es firme.
Toda penitencia será suave
si soy nuevamente perdonado.
Me arrodillo con la vista baja.
«Ave María, purísima».  35
Confieso.
—114→


La Comunión

El altar es todo el universo
y yo sólo efímero destello
avanzando hacia el supremo momento que esta vida ofrece.
Ofrenda de Cristo que vuelve a ofrendarse al sacrificio  40
eligiendo a mi cuerpo como instrumento
que se agiganta a medida que me acerco al cáliz.
¡Nunca jamás habrá otro día igual!
¡Jamás un tiempo será de tanta aureola!
¡Nunca se expresará tan bellamente el milagro de la          resurrección  45
atravesado yo -parte del milagro- por Él
para darle una nueva oportunidad a los hombres!
En esta fugaz inmortalidad ya no hay misterio
porque en la eucaristía no hay preguntas
ninguna duda lastima el alma  50
todo es certeza de Divinidad
siendo yo mismo el puente y la prueba.
Cristo me escoge para ser a Su través
la más valiosas de las criaturas
mientras sucede la infinitud de beber su sangre y comer  55
      su cuerpo.
Ahora soy Dios.
Comulgo.
—115→


La Confirmación

Mi propia condición me asigna oscilante
y siempre luego del refugio que la hostia ampara  60
sobreviene el pecado
orgulloso exhibiendo sus triunfos.
Nada soy.
Sólo la fe sostiene mi apariencia
pero la fe no me pertenece  65
es un préstamo sagrado que maltrato.
¡Por Dios!
¡Que venga el romano a clavar mis partes en cruz!
¡Que coronen mi cabeza de espinas!
¡Que mi costado sangre hiel!  70
¿Dónde estás mi Cristo mío, tan amado?
En qué lugar de mí no estás para buscarte?
¿Cómo puedo desafiarte para que atiendas mi súplica de Ti?
¿De qué horror seré capaz con tal de verte?
Me abandono como si mis huesos fueran arena  75
y beso sin fuerzas la tierra que creaste.
¡Ven a rescatarme, Padre mío!
Yo confirmo cuánto te necesito.
—116→


El Matrimonio

Puedo hacer votos de pobreza, mi Señor
puedo hacer, por Ti, votos de obediencia  80
pero ignoro el modo en que pudiera ser yo casto.
No es para mí la obra de ser Tu pastor
no llevo en mí otro valor que el de ser Tu cordero
lo he intentado, Dios, pero no puedo ordenarme Tu ministro
no seré yo puente de Ti hacia los hombres  85
no seré yo el ungido.
Esta mujer es el vientre
hija de María
y me uno a ella hasta que la muerte nos separe.
Soportaremos la desdicha que requieras  90
para aceptar la felicidad que dispongas darnos.
La beso tras el velo en su rostro inmaculado
para que me pertenezca
y le pertenezca mi fuerza de varón.
Mis hijos serán bautizados  95
se arrepentirán
te llevarán consigo
volverán a afirmarse Tuyos, lo prometo.
Bendice este amor humano
gracias a Ti Divino.  100
Yo la desposo.
—117→


La Extremaunción

Al final de mi vida
vuelve a dolerme el cuerpo
y temo aún mucho más que cuando fui purificado.
¡De qué sirvió saberme Tuyo  105
si al cabo tengo miedo!
¡Asísteme, Dios mío!
¡Creí tanto en Ti y en Tu palabra!
Cada vez que me alejé fue para volver
cada alba de mi vida fue buscarte  110
cada oscuridad de mi vida fue buscarte
y fue buscarte cada pan que compartí
y fue estar perdido cada gesto mío sin buscarte.
¡Asísteme, Dios mío
en esta, la última de mis horas!  115
¡Tantas veces imaginé este encuentro con mi propia muerte
que no sé si te ame o tuve pánico a tu ausencia!
¿Qué fue mi fe, mi Dios, qué fue?
¡Tanta duda soportada para acabar más duda!
¡Ceden mis fuerzas  120
ya no otro alivio que entregarme a Ti me consuela!
¡Acéptame y asísteme, Dios mío!
¡Tan mío de mí!
¡Tan pertenencia a mi imagen y semejanza
que aún en el misterio eres presencia!  125
¡Cielo o infierno, Dios! ¡Tú lo decides!
¡Llévame a Ti, Papá, no me abandones!
¡Dame este extremo sacramento
para que muera yo y viva mi alma!
—118→
¡Dispone que ahora sea el comienzo!  130
¡Temo tanto que no estés para abrigarme!
En este instante definitivo
úngeme, Dios.

  —119→  


ArribaAbajo-III-


ArribaAbajo Cuando de noche, Dios, pienso en mi día
me refugio en la oración íntima
que no expresa ninguna voz
que no proclama palabra mía
que no grita ni estalla  5
que no digo
silencio oratorio protegido
de mi soberbia que retrocede y calla.
Es una oración que no comprendo
porque el alma a esa hora es del misterio  10
es una oración donde no soy yo mismo
tal cual vigilia, tal cual me creo.
Soy ese otro que intuyo como un esbozo perdido
pero que en realidad permanece
mucho más real que esa apariencia  15
que de día me confunde
en cuerpo normado, establecido
reconocible para el prójimo.
Nada de ese simulacro queda
cuando de noche, Dios, yo te reclamo  20
cuando sólo la fe -duda apartada-
puede ser el puente
pontífice atravesante que me lleva
adónde sé que estás.
De noche, Dios, vienen los miedos  25
que nunca han ido más lejos que de mi propia sombra
para ser todo sombra
donde no hay sol, no hay luz
más que la que haya en la oración
—120→
que no sé pero que oro.  30
Dios, padre, todopoderoso
Dios como seas
Dios con la forma más vulgar que te inventaron
Dios inasible, pura energía
Dios configurado en las variantes que los hombres  35
      puedan imaginarte
Dios mío
mi pertenencia, Dios
a Ti te rezo en extrema necesidad individual
para que me cuides.  40
No reniego de ese egoísmo, de él me alimento
porque es por él que mido cuánta nada soy sin Ti.
¡Oh, Dios, cuando te creo, estás en todas partes
y no hace falta puente
porque puente alguno puede haber  45
para arribar adonde ya se está!
Dios, que estás en todas partes
te quiero en mí, te llevo en mí
mi lengua es fuego
Tu palabra es agua  50
Tu silencio es Tu palabra
mi oración es forma que nombra el misterio.
Tú eres el misterio.

  —121→  


ArribaAbajo-IV-


ArribaAbajo El cansancio es un miedo del cuerpo
y un despertar del alma
es el sueño que viene
para dejar espacio a lo que no se sabe
pero que no se ignora.  5
Cuando el cansancio llega
caen los brazos
y se despierta el sueño
aparecen entonces otras voces en los oídos
que han quedado vacíos de todo sonido.  10
¡Son voces que vienen de tan lejos!
Desde los siglos de los siglos
desde la infancia
desde el lugar incógnito
donde habita la idea de Dios  15
que nunca como en el cansancio es tan real.
Puede tocarse Dios en el cansancio
porque la piel ya nada toca
los ojos nada ven
la lengua nada gusta  20
el cuerpo nada pide.
Puede tocarse Dios
y entonces la oración sucede
como sucede un suspiro
imperceptible, refinado, amable  25
tan delicadamente suspirado
desde nuestro propio aire.
¡Debiera oírse mi suspiro
en la oración que estoy orando!
—122→
¡Debiera oírse mi ruego  30
búsqueda sin vergüenzas
ruego de amor
para que la muerte no sea muerte
y sea la otra vida prometida!
En el cansancio la oración es verdadera  35
brota del alma naturalmente pura
y se ora a Dios sin culpa.
La oración es entonces una prueba
que prueba lo que el cuerpo no cansado niega
lo que el cuerpo no cansado, altivo  40
despechado, inútil
rechaza ignorante de la evidencia Divina.
No hay límite en el cansancio -no puede haberlo-
hay un mecerse sentimental y santo
no hay apostasía posible en el cansancio  45
hay fe recuperada
hay lo que permanece oculto
hay el silencio ocupado por las voces
de todos los hombres que proclaman a Dios su Dios
y que no conciben la orfandad.  50
Hay en el cansancio todo lo que hay
en el infinito punto instante.
En el cansancio canta su gracia Dios.

  —123→  


ArribaAbajo-V-


ArribaAbajo Somos tantos
tantos, tantos...
Tantos desde el principio
desde el origen tantos
somos siempre tantos  5
permanentemente tantos...

Habrá sido como fue
seguramente un inicio
tan perfecto
como para seguir ignorado  10
y nosotros
ignorantes
somos tantos...

Tantos somos
que dañarnos  15
es de continuo
nuestro acto.

Tantos somos
que no vernos
es de continuo  20
nuestro acto.

Tantos somos
que matarnos
es de continuo
nuestro acto.  25
—124→

Tantos somos
que amarnos
es de continuo
nuestro acto.

Somos tantos  30
tantos somos desde siempre
tan absurdamente iguales
tan extremadamente débiles
tan religiosamente santos
tan obscenamente injustos  35
tan inútilmente sabios
tan absolutamente humanos
tan paradójicamente mágicos
tan constantemente tantos.

  —125→  


ArribaAbajo-VI-


ArribaAbajo Dice el poeta a su confesor
en el momento previo a su muerte:
Por momentos, escasísimos, fugaces y bellos sé la verdad.
Una verdad que es igual para todos los hombres.
Una verdad que todos sentimos alguna vez, querido padre.  5
Saber que esa verdad se adueña de nosotros,
aunque sea por unos pocos instantes en toda nuestra vida,
nos garantiza una felicidad piadosa y breve.
¿Se puede eternizar esa verdad?
¡El misterio!  10
¡Lo que nos oculta el misterio!
¡Lo que nos promete!
¡Voy hacia el misterio, sacerdote!
Voy como vamos todos, sólo que un poco más alerta,
pero con la misma duda soportada.  15
Vine a buscar en usted lo que no le debí haber pedido.
No hay extremaunción que pueda darme.
No hay poema que me queda consolar.
No hay más que mi íntimo deseo
de que el momento de eternizar la verdad  20
acabe con todo o empiece para siempre.

  —126→  


ArribaAbajo-VII-


ArribaAbajo No es dado a mí ordenar
lo que será.
Es a la Sangre
a la Savia y al Río
a la Tierra y al Aire  5
el privilegio de disponernos.

Dios tiene todas las formas
y todos los sucesos.

  —127→  


ArribaAbajo-VIII-


A Lindsay Kemps


ArribaAbajo Hoy vi a un Santo sangrar por su boca
todo el amor golpeado que llevaba en su vientre.

Tan mendicante de amores y caricias, tan arrobado
por la posibilidad de mezclar sus tripas iba
que cada ruego suyo era una Oración Sagrada  5
desatendida por nosotros los infames indiferentes
mientras el Santo agonizaba ardiendo
con cada abrazo que no le dábamos.

Era una sangre espesa que olía a incienso
y que no me atreví a beber, pobre de mí.  10

  —128→  


ArribaAbajo-IX-


ArribaAbajo Hube entendido que el todo y que la nada
eran extremos idénticos en la desolación.

Hube visto las mieses en tiempo pasadas
y pájaros fláccidos sin intentar el vuelo.

Hube sabido que ningún hombre era inocente  5
y que la primera piedra yo no arrojaría.

Hube hallado pastores sin rebaño alguno
y a ofidios satisfechos vomitando veneno.

Hube encontrado el basural del mundo
en el mismo sitio donde brillaba el oro.  10

Hube marchado con un pueblo en caravana
hacia un destino trágico e irreductible.

Hube sido testigo de todas las tristezas
y comprendido que sólo en el silencio íntimo de las almas
se expresaba la verdad que tanto hube buscado.  15

  —129→  


ArribaAbajo-X-


ArribaAbajo No aceptar la muerte
no acabar de aceptarla jamás
seguir sufriendo su presencia
temiéndole
escapando  5
manteniendo el primario instinto
el original rechazo.

Yo quiero un hombre avariciento de vida.

  —130→  


ArribaAbajo-XI-


ArribaAbajo Alguna vez será mi muerte.

Dejará por fin de ser
una anhelada mueca
una tímida sospecha
un porvenir.  5

Será mi muerte un instante
estará ocurriendo.

¿Sabré el momento
cuándo viva mi muerte?

  —131→  


ArribaAbajo-XII-


ArribaAbajo Hoy no tengo la carga de la muerte sobre mí
y precisamente al nombrarla
la convoco.

La excepción del día sin muerte
no puedo vivir.  5

Ahora otra vez soy yo
con todo el terror acostumbrado.

  —132→  


Arriba-XIII-


Las Bienaventuranzas


Arriba Felices los que tienen espíritu de pobres
porque de ellos es el reino de los cielos
y saben que todo apego es semilla seca
que la tierra rechaza con indignación y asco.
Un jazmín encapullado no se exhibe  5
ni se brota convocando halagos,
es solamente pétalos abrazados
en el último instante del refugio
antes de ser flor abierta para empezar a marchitarse.
Las hojas son partes suya  10
como es de Dios cada criatura
igualadas en Su amor
de una única y común perfección;
ninguna raíz está oculta
porque se la descubre en su fragancia.  15
Así, aquellos que ignoran lo que saben
y que aceptan el desafío del silencio
sin renegar de sí pero sin ira
recibiendo la humildad como una dicha
y la fe como una preciosura espiritual  20
son bienaventurados.
—133→
Felices los que lloran
porque recibirán consuelo
y porque saben que no es el lamento el llanto.
Se lamenta el avaro por no tenerlo todo  25
y llora la madre el adiós a su hijo,
llora el que ve sufrir y pena
con pena propia el sufrimiento ajeno,
llora la grieta que emana el agua limpia
y llora agradecido el que la bebe,  30
llora el que padece la iniquidad
de no estar en sus manos remediarla
y llora el cielo cuando cantas los hombres
cantos llorados porque ha muerto uno.
Llora el poeta que sabe que su verso  35
no sanará enfermos ni curará heridas,
llora el hambriento su tripa vacía
reducida lágrima a lágrima a filamento,
llora el anciano que ha olvidado todo
disponiéndose a vivir otros recuerdos  40
y llora atormentado el carpintero
que ignoraba para qué fabricó la cruz.
Lloran así los que se lavan en su llanto
como llora el ladrón arrepentido.
Son bienaventurados.  45
—134→
Felices los pacientes porque recibirán
la tierra en herencia.
Espera tanto la roca para hacerse
y para volver a ser arena tanto espera
porque sabe que inevitablemente  50
solo en el transcurrir sucede lo que ocurrirá.
Es tan eterna la mariposa
que su brevedad no puede medirse:
¡el instante es la mariposa!
Un viejo deja pasar el agua entre sus manos  55
y filtra arcilla que luego respirará
mientras el sol suspende todo su movimiento
y lo convierte en niño.
No le exige la aceituna a su olivar
que la haga verde antes del verde  60
apenas cae rumorosa sobre la tierra
con la exactitud del fruto maduro.
La aurora no se adelanta
ni se retrasa la lluvia
todo lo que hay es vida sagrada  65
un perfecto devenir.
Hay un tiempo para plantar
y hay un tiempo para cosechar
no hay ferocidad ni horror que lo modifiquen.
Todo esto lo saben los pacientes.  70
Son bienaventurados.
—135→
Felices los que tienen hambre y sed de justicia
porque serán saciados.
¡El ansia! Devoradora ansia
sin pausa ni distracciones  75
necesidad de cuerpo y alma
rayo que cruza e ilumina
fibra que quiebra el muro
nido de Dios.
Ven los ojos hasta donde alcanzan  80
y distinguen cada día y cada noche
que les pertenece.
Es de todos la tierra y la tierra es nuestra dueña
y toda la leche es de todos
y hay un lugar con Dios para cada uno.  85
La resignación es pecado
tan grande como bendito es el anhelo
de justicia graciosa.
No cesa el mar hasta que llega a él la orilla
ni se abandona la nieve antes de ser arroyo  90
no muere jamás el deseo de pan y peces
y la espiritualidad no descansa si daña
la armonía Divina.
No dejan de rebelarse los hombres
que no hallan su exacto lugar en el Universo.  95
Son bienaventurados.
—136→
Felices los compasivos
porque obtendrán misericordia.
La lava no se compadece ni condena
es nada más que roca hirviente  100
y no se compadece el tigre
que come a su presa.
La compasión es cualidad de hombres
instrumento indispensable del amor
que para ser verdadero la lleva  105
adherida a su misma esencia.
No es el agua compasiva
ni siente misericordia por la sed
la hierba fresca no se apiada del hambriento
ni la aurora de la noche que aparta.  110
La compasión es cualidad Divina
sustancia y fermento de la Vida
que no se niega a nada que la habite
en la medida que nos dispongamos.
Ya sabe el viento la fuerza que arrastra  115
y no se detiene ante la rosa.
Sólo los hombres saben que compadecerse
es una manera santa de sanar heridas
y una mayor proximidad a Dios.
Son bienaventurados.  120
—137→
Felices los de corazón simple
porque ellos verán a Dios.
No se ve solo el cielo en el cielo
se ve además azul y golondrinas
escapando de la tormenta para finalmente  125
ver la tormenta enrojecida.
El simple corazón ve
y ve a las cosas y a los seres como son
simples en su abrumadora
inconmensurable extraña dimensión  130
para observarlas con la mirada original
del recién nacido.
Es tan sencilla la espiga
y es tan sencillo el pan
y la mesa de tronco de árbol antiguo  135
y la savia que todavía arde en la madera amada.
Todo puede verlo el corazón simple
porque Dios creó el Universo
para que se dejara llevar sin complicaciones.
Aquellos que acompasan su corazón  140
al suave ritmo del Universo
son bienaventurados.
—138→
Felices los que trabajan por la paz
porque serán reconocidos hijos de Dios.
El espejo es siempre un artificio  145
donde lo reflejado no significa nada.
Únicamente la mirada del otro
nos reconoce herederos.
Y no hay mirada posible si no es en la calma.
No hay sacrificio en el agua  150
ni en el sol que la entibia.
No existe pena en los cabellos creciendo
ni en el dibujo de las espigas
sin esfuerzo acaricia la nube a la montaña
y es serenidad dar leche.  155
No hay sufrimiento en el trabajo próspero
porque remite a bendición.
Cada grano de arena o gota de agua
construyen la paz
ocupando el sitio que les pertenece.  160
Los días y las noches
los cielos y las cosas
las palabras y los seres
ganan su paz en el constante suceder de la acción
que a cada uno cabe  165
son bienaventurados.
—139→
Felices los que son perseguidos por causa del bien
porque de ellos es el reino de los Cielos.
En el reino de los Cielos se es hijo de Dios
viéndolo en toda Su misericordia.  170
Allí se es hijo saciado
heredero de la Vida
consolado y parte de la Divinidad.
El bien es el trabajo por la paz
corazón simple  175
comprensivo y justo
paciente y alegre espíritu de pobre.
Sean bienaventurados los que son perseguidos
por tanta gracia dada y aceptada.
¡Pero, Dios! ¿No somos bienaventurados los  180
de espíritu soberbio? ¿Y los que no hemos
sabido nunca la dicha de llorar? ¿Y los que
te negamos sin saber esperarte? ¿Y los que
no somos justos? ¿Y quienes no tenemos piedad?
¿Y los de corazón retorcido como serpiente?  185
¿Y los que hacemos guerras destruyendo Tu paz
y la de todos? ¿Y los que perseguimos?
Perdónanos, Padre,
no sabemos lo que hacemos.
Por nosotros, Dios, apiádate,  190
en tu infinita bondad.
Danos bienaventuranza.