Acto I |
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Entra MARCELO, solo.
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MARCELO | ¿De qué
seno infernal, oh pensamiento, | | o por
dónde has venido, | | si de tus alas torpes huye el
viento? | | De plumas no, de ingratitud vestido, | | y
dos veces vendado, | 5 | ciego dos veces para mí es Cupido. | | Sin luz procede
el más despabilado, | | y al amor
más despierto | | sombras viste de sueño su cuidado.
| | Si tinieblas no pisa con pie incierto, | 10 | entre
escollos y arenas, | | con leño frágil solicita
el puerto. | | Descansa, publicando al fin sus penas; | | yo
solo, mudo amante, | | los hierros callaré de mis cadenas.
| 15 | ¡Oh paredes, con quien el fuerte Atlante, | | que
ya sostuvo estrellas, | | sus espaldas trocara de diamante!
| | Vosotras incluís dos luces bellas, | | tales,
que abrevia el cielo | 20 | sus faroles clarísimos en
ellas. | | Octava maravilla sois del suelo; | | nido
de un fénix raro, | | que argenta el aire con su dulce
vuelo. | | ¡Oh bella hermana de mi amigo caro! | 25 | ¿Qué
dices? Lo que digo. | | ¿Negóme el sol? ¿Turbóse
el aire claro? | | Bien podías temer ese castigo, | |
y otro mayor podías, | | pues la fe
adulteraste de un amigo. | 30 | Culpas tan graves, y más
culpas mías, | | infamen el lenguaje:
| | no privilegie amor alevosías. | | Ofenda las orejas
este ultraje, | | pues hoy tan violada | 35 | llora su religión el hospedaje. | | En esta casa,
para ti sagrada, | | ¿deseó tu deseo
| | o de amistad o de lisonja nada? | | En los palacios de un
señor no creo | 40 | que sirven su
persona | | con mayor ceremonia o más aseo. | | A diligencia
alguna no perdona, | | leyes haciendo el
gusto, | | tirano con imperio y sin corona. | 45 | No por tantas
delicias lo robusto | | trocó el griego
mancebo, | | que en vez de clava el huso torció injusto.
| | El tierno francolín, el faisán nuevo, | | los
generosos vinos, | 50 | en plata como y en cristales bebo.
| | No ya el flamenco los tapices finos, | | el
turco vio, ni el moro, | | ricas telas, brocados peregrinos,
| | con más puntualidad, con más decoro, | 55 | vestir blancas paredes, | | ilustrar lechos
en columnas de oro; | | que yo, subjeto vil de estas mercedes,
| | huésped traidor de Fabio, | | de
Busiris lo fuera, o de Diomedes, | 60 | si a tanta merced paga
tanto agravio. | |
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(Entra FABIO.)
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FABIO | Marcelo
amigo, ¿qué es eso? | | ¿qué andas pagando perdido
| | hospedajes de escondido | | con melancolías
de preso? | 65 | ¿Son ya memorias de Libia
| | las que te tienen de esa arte, | | o en servirte y regalarte
| | hallas a Violante tibia? | | Que me diera
mil enojos | 70 | y no fuéramos hermanos, | | si remitiera
a las manos | | el servirte con los ojos. | | Cuando
yo en tu casa malo | | a lo último llegué, | 75 | milagros hizo tu fe | | y finezas tu regalo; | | y
así mi vida se allana, | | que la debo por mitad | | a
la fe de tu amistad | 80 | y al regalo de tu hermana. | | Aliéntate,
que confío, | | cual yo con devoto ejemplo | | di la mortaja
a tu templo, | | darás tu cadena al mío. | 85 |
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MARCELO | Creía que en la gloria | | no
había, Fabio, penas; | | y que en la libertad no había
cadenas. | | Glorioso ya y penado, | | libre
y aprisionado, | 90 | al desengaño acude la memoria:
| | no ya de Livia ausente | | que,
como Libia ardiente, | | engendradora fuera
| | de toda cosa ponzoñosa y fiera. | 95 | Del
artesón dorado, | | que ilustra el
edificio, | | no perdona el gusano al artificio: | | de
púrpura y de nieve | | flores al áspid
breve | 100 | le arman pabellones en el prado: | | yo
en los gustos me aflijo | | de ser huésped
prolijo; | | y esto me roe y muerde | | en
la gran sala y en el jardín verde. | 105 |
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FABIO | Muy
flaco, Marcelo, os siento | | en confiar este día, | | de la voluntad mía, | | de mi agradecimiento. | | Sed
mi huésped años ciento, | 110 | que en los cien
años que os pido | | seréis siempre bien servido;
| | porque a mis hombros, Marcelo, | | ni aun la máquina
del cielo | | les hará dar un gemido. | 115 |
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MARCELO | ¡Oh
Hércules toledano! | | y aún más fuerte,
pues no hay duda | | que Hércules pidió ayuda
| | al que hoy es monte africano: | | las estrellas cuenta en
vano | 120 | quien tus grandezas alaba. | | Sospecha tengo, pues,
brava | | de ser (con igual asombro) | | cuando no esfera a tu
hombro, | | segundo Caco a tu clava. | 125 |
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FABIO | ¿Qué
vacas, di, por la cola, | | en tu cueva has escondido? | |
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MARCELO |
Las vacas que te he comido, | | si no te hurto una sola; | |
la mejor vaca española, | 130 | que al Tajo y a su espesura
| | debe cristal y verdura: | | porque en destierros tan largos,
| | vigilantes ojos de Argos | | no tendrán vaca segura.
| 135 | (Aparte.) | Loco
estoy en cuanto digo: | | un yerro añado a otro yerro.
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FABIO | Melancólico el destierro | | os tiene, Marcelo
amigo. | | Ya que no podéis conmigo | 140 | pasear hoy
a Toledo, | | voyme, aunque con vos me quedo. | | Tadeo, ven
al instante, | | y vos entraos con Violante. | |
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(Entra
TADEO.)
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TADEO | (Aparte.) | Entrará a quitalla
el miedo. | 145 |
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FABIO | Diréoslo, si la fe | | me dais antes
de callar. | |
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(Hablan en secreto FABIO y MARCELO.)
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TADEO | (Aparte.) | Nunca yo entrara
a servir, | 150 | porque no entrara a aprender | | a escuchar
para saber | | y a saber para decir. | | No
ha menester, si es discreto, | | para llamarme mi amo | 155 | más campanilla o reclamo | | que hablar con otro en
secreto; | | pues partiré como un
potro | | a introducirme, importuno, | | entre la boca del uno
| 160 | y entre la oreja del otro. | | Este
correr tan sin freno | | siguiendo mi desvarío, | | no
es para provecho mío, | | sino para daño ajeno;
| 165 | pues con propiedad no poca | | imito
a la comadreja, | | que se empreña por la oreja | | para
parir por la boca. | | Y de la arte que embaraza
| 170 | doblón al que ha de gastalle, | | que sale luego
a trocalle | | en menudos a la plaza, | | tal
yo, inclinado y sujeto | | a lo que al cielo le plugo,
| 175 | pregonero y aun verdugo, | | hago cuartos un secreto. | | Esta
inclinación cruel | | condición es natural | |
del criado más leal, | 180 | de la dueña más
fïel. | | Los más fïeles
callaron | | menos, instinto ruin, | | fidelium omnium, al fin
| | famulorum famularum. | 185 | No penséis
que hablo de vicio, | | que será el día final
| | un criado de metal | | la trompeta del juicio. | |
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MARCELO | ¿Tan
resuelto estáis en ello? | 190 |
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FABIO | Tanto, mas con
condición, | | que ni una imaginación | | alcance
Violante de ello: | | que tendré a
grande mohína | | que ella lo venga a saber, | 195 | porque
en el darme mujer | | por otro rumbo camina. | | Desea que
se concluya | | lo que anda tratando ella | | con cierta noble
doncella, | 200 | grandísima amiga suya; | | y yo lo
deseo, porque | | es Policena muy noble, | | y afirmar quiero
a lo doble | | en dos estribos el pie. | 205 | Y
así os tomo la palabra | | de que me tengáis
secreto. | |
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MARCELO | Que le guardaré os prometo | | en
el pecho, aunque ella le abra. | |
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TADEO | (Aparte.) | Temblando
estoy. | 210 |
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FABIO | Tu patriota Camilo, | | ¿qué hombre
es? |
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TADEO | De los que se usan hoy. | | Miento,
que no se usa ya | | la bondad que en él se ve. | 215 |
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TADEO | No
sé. | | La comadre lo dirá. | |
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FABIO | Para
las veras que trato | | muy de burlas, Tadeo, estás.
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TADEO | Estos donaires y más | 220 | merece bien tu recato.
| | ¿Tal soy yo que se me niega | | la causa
de tus preguntas, | | y te andas haciendo puntas | | como halcón
de Noruega? | 225 | Dímela sin más
fatigas, | | que no cairás por mí en mengua.
| | (Aparte.) | Dios ponga tiento en tu lengua
| | para que no me la digas; | | porque en
menos granos vi | 230 | el azogue dividido, | | que en novelas
esparcido | | lo que me dicen a mí. | | Secreto
que da en Tadeo, | | en muy buena esquina ha dado: | 235 | pegadlo
con pan mascado | | y decid que es jubileo. | |
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FABIO | No
hay más causa, por tu vida, | | que desear saber yo
| | quién es este mozo. |
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MARCELO | No
| 240 | juega pelota perdida, | | ni es Fabio
hombre de cautelas. | |
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FABIO | ¿Qué dices? ¡Galante estilo! | | ¡Retórica
de dos suelas! | 245 |
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TADEO | (Aparte.) | ¿No
es esto cosa pesada | | que no sepa yo otro modo, | | si no es
decillo todo | | o no saber decir nada? | | Ahora
bien, Dios sea conmigo. | 250 | (Vuélvese a FABIO.)
| Fabio, lo que te he callado | | de aqueste mi amigo
honrado, | | que es honrado y es mi amigo, | | es
por guardarle el decoro | | a su calidad y hacienda, | 255 |
que él no quiere que se entienda | | más que
forzarle a ser moro. | | Es hijo de un mercader,
| | que valen bien sus salvados | | veinte o treinta mil ducados:
| 260 | la artesa quisiera ser. | | Ha venido
a esta ciudad | | a hacer cierta experiencia, | | que yo llamo
impertinencia | | y él llama curiosidad. | 265 | Sirve
a Octavio de cajero, | | presuponiendo que Octavio | | no tuviera
por agravio | | tener al mozo por nuero. | | (Aparte.) | Harto
he dicho y harto callo, | 270 | que para mí es cosa
nueva; | | quiero que Lelio me deba | | lo que padezco en negallo.
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MARCELO | (Aparte.) | Ay de mí, que si es tan rico, | 275 | las paces hoy
certifico | | del amor y el interés. | |
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TADEO | Más
hay, que es único hijo | | de su padre de años
lleno. | |
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FABIO | ¿Que es hijo único? Bueno. | 280 |
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MARCELO | (Aparte.) | Mil cosas de aquí colijo. | | Si
él iba a ofrecerle antes | | su alma y su corazón,
| | después de esta información | | le ofrecerá
cien Violantes. | 285 |
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(Entra VIOLANTE.)
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VIOLANTE | (Aparte.) | Huésped troyano
has sido, | | si no eres para mí caballo griego, | | oh
mancebo escondido, | | armas tus ojos y tu lengua fuego: | |
con mi daño no se oya | 290 | y
callen con mi estrago | | la sangre de Cartago,
| | las cenizas de Troya, | | que
la bebió la arena, | | el viento las llevó, y
dura mi pena. | 295 |
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TADEO | ¡Oh
vihuela | | de las más cuerdas que vi! | |
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TADEO | Sí,
| | porque su armonía consuela; | | violín
no, que es gran mohína | 300 | que suene más
un violín | | con las cerdas de un rocín, | | que
de un Duque de Medina. | |
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VIOLANTE | Oh
señores, | | ¿en qué se hablaba ahora? | 305 |
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TADEO |
No en armas, dulce señora, | | sino en damas y en amores.
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MARCELO |
¿En amores? Tadeo miente. | |
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TADEO | (Aparte.) | Alterada está
la gente. | 310 |
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FABIO | Dulce
hermana, yo me voy. | | Marcelo, un punto en la boca. | |
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MARCELO |
Fabio, si mi fe es tan poca, | | en vano la fe te doy.
| 315 | Lleva con ella la mano. | |
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(Vuelven
a hablar en secreto MARCELO y FABIO.)
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VIOLANTE |
Tadeo, hijo, ¿qué es esto? | |
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TADEO | Yo te lo diré
bien presto, | | mas no lo sepa tu hermano. | | (Aparte.) | No
tiene alcalde más Bravo | 320 | en su casa y corte Amor
| | que el celo pesquisidor, | | justiciero por el cabo. | | Quiero
encomendarme a él, | | sea verdad o sea malicia, | 325 | que él hoy me hará justicia | | de esta sospecha
cruel. | | Oh azulísima deidad | | de
los celos, si este día | | hacer sabe anotomía
| 330 | mi lengua de una verdad, | | maliciosa
o verdadera, | | en el templo de tu fe | | o una lengua colgaré,
| | o un cuchillo de cera. | 335 |
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VIOLANTE | ¿Tan
dados las manos, di, | | que hablan en puridad? | |
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TADEO | La purísima
verdad | | es que se guardan de ti. | | Quiere
tu hermano a Marcelo | 340 | casar hoy, mas será en
vano. | |
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TADEO | (Aparte.) | ¡Oh benditísimo celo!
| | ¡Gran pesquisidor! |
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VIOLANTE | ¡Oh
mezquina! | 345 | ¿Con cuál? |
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VIOLANTE | (Aparte.) | ¿Tal traición?
¿Tan gran desdén? | |
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TADEO | (Aparte.) | Ved
cual estaba la muela, | | y cual aguijón le dio | | luego
al punto que mordió | 350 | en el dátil de Isabela.
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VIOLANTE | ¿Con Marcelo? Enhorabuena. | |
Creí primero que Fabio | | quería hacer agravio
| | a mi amiga Policena. | 355 |
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TADEO | (Aparte.) | Aunque
más lo disimules, | | venció el celo, cosa es
clara, | | y en el campo de tu cara | | sus señas desplegó
azules. | | (Vuélvese a VIOLANTE.) | Más hay, que a pedir va ahora
| 360 | que sea el casamentero | | Camilo. |
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TADEO | El
cajero | | del padre de la señora. | |
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MARCELO | Vete, y procura hacello.
| 365 |
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VIOLANTE | (Aparte.) | ¡Que le solicita a ello! | |
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MARCELO | (Aparte.) | ¡Que ayude yo al daño mío! | |
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VIOLANTE | (Aparte.) | A Camilo va a hablar. | |
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MARCELO | (Aparte.) | ¡Ay, que va a hablar a Camilo! | |
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TADEO | (Aparte.) | No suele al Egipto el Nilo | 370 | más sabandijas
dejar | | que yo les dejo cuidados, | | y pesadumbres
les dejo. | |
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MARCELO | (Aparte.) | ¡Que dé yo en mi mal
consejo! | |
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VIOLANTE | (Aparte.) | ¡Que engañen hombres
honrados! | 375 |
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FABIO | Ver quiero primero
a Dios. | | Llámame a Camilo. |
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FABIO | En la santa iglesia estoy | | esperándoos a los
dos. | | Vuélvete acá, que
no es hora. | 380 |
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VIOLANTE | ¿Por qué os detenéis,
señor? | |
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MARCELO | (Aparte.) | Esto aun tengo por peor,
| | que le llama la señora. | |
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MARCELO | (Aparte.) | No tengo más
que perder. | 385 |
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VIOLANTE | (Aparte.) | Yo he ganado en conocer.
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TADEO | Barato me habéis de dar. | |
(Vanse VIOLANTE
y MARCELO.)
| ¡Oh gran bontà di cavaglieri
erranti! | |
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FABIO | Verso
es del Ariosto. | | ¿Y qué sientes tú de él,
jarro de mosto? | 390 |
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TADEO | Pensar que era de Guido Cavalcanti,
| | que este autor tiene versos muy pacientes. | |
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FABIO | Sagitario
cruel de nuestras gentes, | | perdonen
tus saetas | | a extranjeros dulcísimos poetas.
| 395 |
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TADEO | Condición es famular, | | que algo debe de tener
| | de intención canicular: | | rabiar por sólo
morder, | | morder por hacer rabiar. | 400 |
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FABIO | Del
concepto y del estilo | | perdí totalmente el hilo | | y recobrarle no quiero | | si no me llamas primero | | tu patriota
Camilo. | 405 |
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TADEO | Pues Camilo ha rato ya | | que de su casa salió.
| |
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TADEO |
A mí me lo he dicho yo. | 410 | Todo
fïel redomado | | y católico crïado, | | de
astrólogo ha de tener | | lo que baste para ser | | respondón
y mal mandado. | 415 | Mandáisle y
él, hoja a hoja, | | sus efemérides pasa: | | Saturno
y su pierna coja | | le dicen que no está en casa | |
al que llamar se os antoja. | 420 | Replicáis
que vaya, va, | | mas donde gusto le da; | | que una persona
discreta | | más crédito al peor planeta | | que
al mejor amo dará. | 425 |
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FABIO | ¡Buena
está la astrología! | |
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TADEO | Esto a los pajes
enseña | | la docta poltronería; | | pero al escudero
y dueña, | | gente de mayor cuantía, | 430 | ocupando
con su ciencia | | cátedras de pestilencia, | | la malicia
una lección | | lee a su mala intención | | y otra
a su mala conciencia. | 435 | Las cuentas
tiene en la mano | | con que vuestras faltas nota | | el escuderazo
cano, | | juez ya de la pelota | | que os dejó pobre y
malsano. | 440 | Guardaos de él y
de una Urganda, | | que con blancas tocas anda; | | porque de
sus tocas sé | | que, en armar contra la fe, | | son todas
velas de Holanda. | 445 | Si Tadeo ahora
fuera | | escudero de tu casa, | | ¡qué murmurara y dijera,
| | y de lo que adentro pasa | | qué publicara acá
fuera! | 450 | Mas como es paje de espada,
| | del huésped no dice nada | | y del hospedador menos.
| |
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FABIO | (Aparte.) | Desatado ha sus venenos | | en copa harto
bien dorada. | 455 | (Vuélvese a TADEO.) | Dos años ha que partí | | de este antiguo cerro noble, | | de este monte de edificios
| | cuyos árboles son torres; | | a quien invidioso el
Tajo | 460 | grillos ya de oro le pone, | | porque grillos de
cristal | | fueran flacos para un monte. | | Partíme para
la feria, | | que se celebraba adonde | 465 | los dos ríos,
los dos reyes | | de la Andalucía, corren | | a besar
el pie a una palma, | | porque ella siempre corone | | las siempre
gloriosas sienes | 470 | del que es palma de los condes. | |
Despaché cuanto era mío | | y empleé mi
caudal pobre | | en la riqueza mayor | | que Palma tenía
entonces: | 475 | en aqueste caudaloso | | granadino gentilhombre,
| | que no sólo hoy en mi casa, | | pero en mi alma se
esconde. | | Disolviéronse los tratos, | 480 | y Marcelo
y yo, conformes, | | con ánimo igual fundimos | | caudales
y corazones. | | Partimos juntos a ver | | aquella fénix
del orbe, | 485 | que debajo de sus alas | | tantos hoy leños
recoge: | | gran Babilonia de España, | | mapa de todas
naciones, | | donde el flamenco a su Gante | 490 | y el inglés
halla a su Londres; | | escala del Nuevo Mundo, | | cuyos ricos
escalones, | | enladrillados de plata, | | son navíos
de alto borde. | 495 | Con sus grandezas Sevilla | | diez días
nos tuvo o doce, | | y dejámosla al fin de ellos | | pagada
en admiraciones. | | Salimos para Granada | 500 | cuando el mancebo
bicorne, | | de pámpanos coronado, | | néctar pisaba
a los dioses. | | De los granates más finos | | engastados
los mejores | 505 | hallamos en las aldeas, | | entre bárbaros
capotes. | | Alfombras tejía el otoño | | de las
hojas de los robres, | | que pisase la hermosura, | 510 | ciudadana
de los bosques: | | la hermosura de Granada, | | cuyo pie da
al campo flores, | | cristal su mano al Genil, | | y al cielo
sus ojos soles. | 515 | Celebraban las vendimias | | con más
gala y más primores | | que sufren las alquerías
| | y que se halla en la Corte. | | De un pueblo vagando en otro,
| 520 | ya damas, ya labradores | | con sus bailes revocaban
| | a las imaginaciones | | las gracias, que acompañando
| | la madre de los amores | 525 | coros tejía en las
selvas | | con los sátiros disformes. | | Llegamos a la
ciudad, | | silla ya de reyes, donde | | la beldad vistió
almalafas | 530 | y la valentía albornoces; | | de cuya
corona vi | | los rayos, que hoy se conoce | | mostrar aún
en sus ruinas | | sus antiguos esplendores. | 535 | Las fuerzas
vi de la Alhambra, | | invencibles a los golpes | | del tiempo,
si bien los años | | basiliscos son de bronce. | | Bien
hospedado y alegre, | 540 | no perdonaba estaciones | | de admiración
y de gusto, | | ya en caballos y ya en coches, | | cuando el
cielo desnudó | | contra mi pecho un estoque: | 545 |
un dolor a este costado, | | vaina ya de otros dolores. | | Peligroso
estuve, y tanto, | | que al seteno los doctores | | mi alma y
mi testamento | 550 | mandaron poner en orden. | | Más
perlas le debo a Cintia | | que el Sur a sus caracoles | | y
que los blancos jazmines | | a los primeros albores; | 555 |
Cintia, mi enfermera bella, | | dulce hermana de este joven,
| | cuyas manos a la muerte | | los privilegios le rompen. | |
Emilio, su padre, ocupa | 560 | de sus más devotos monjes
| | los templos con sacrificios, | | las celdas con oraciones.
| | Remitió al onceno el mal | | las cuerdas de su garrote,
| 565 | porque el cielo permitió | | que la apelación
me otorgue | | aquel alcalde de hueso, | | que no hay año
que no cobre | | el tercio de todos santos | 570 | y de todos
pecadores; | | cuyas insignias reales | | son una vara de Corte,
| | tan de corte que es guadaña, | | sin topar a quien
perdone. | 575 | Convalecí en pocos días | | y
aun granjeé fuerzas dobles, | | porque registró
mi mesa | | cuanto vuela y cuanto corre: | | si de paces las
Canarias | 580 | tributaban sus pipotes, | | de guerra tocaban
cajas | | las islas de los Azores. | | Deseando, pues, volverme
| | al Tajo, mi patrio norte, | 585 | pedí licencia y
partí, | | de salud rico y de dones. | | No muchos meses
después, | | este mozo enamoróse | | de un serafín,
cuyas plumas | 590 | visten de Amor los virotes. | | Conquistóle
sus criadas | | y al fin, en breves razones, | | de la concha
fue de Venus | | tan forzado galeote, | 595 | que de un postigo
y su honor, | | que tiene puertas menores, | | la llave maestra
fue | | una firma de su nombre. | | Gozóla, y no muchos
días, | 600 | porque estas ciegas pasiones, | | como artículos
tomistas, | | se resuelven en cuestiones. | | Cierto competidor
suyo | | quiso embestille una noche, | 605 | mas él, como
un jabalí, | | dejó tendido al Adonis. | | Vínose
para Toledo | | con estas dos ocasiones, | | que bendigo como
causa | 610 | de mi dicha y sus favores; | | porque las adversidades
| | son, Tadeo, los crisoles | | que examinan la amistad | | y
califican los hombres. | 615 | Murió el rival otro día,
| | y su madre y dos leones, | | hermanos suyos, aspiran | | amenazas
y rigores. | | Mas lo que no acaba Emilio | 620 | con lágrimas
y con voces, | | maullando lo acabarán | | los gatos de
sus doblones; | | que las puertas del perdón | | graves
parecen y torpes, | 625 | mas, untándoles los quicios,
| | plumas son, y muy veloces. | | Livia, que ya de liviana | | tiene la mitad del nombre, | | la cédula trocar quiere
| 630 | a mil escudos de dote; | | que el hombre rico, Tadeo,
| | desde el tribunal de un cofre, | | despachando sus reales,
| | despacha sus provisiones. | 635 | Por sanear tus malicias
| | te he contado lo que oyes, | | si lo que digo a Tadeo | | no
lo escucha Escariote. | |
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TADEO | Un caballo
valenzuela, | 640 | Fabio, tu retórica es, | | que, al
arrimarle la espuela, | | plumas se calzan sus pies | | y en
el campo llano vuela. | | Corrido en extremo
has, | 645 | y lo que pondero más | | de tu carrera y
de mí | | es que me llevas tras ti, | | dejándote
el viento atrás. | |
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FABIO | Gracias
doy a Dios, que muevas | 650 | de tus malicias el pie. | |
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TADEO |
Cosas fueran esas nuevas; | | yo no digo sino que | | de los
cabellos me llevas. | |
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FABIO | La razón
suele eso hacer. | 655 |
|
|
TADEO | (Aparte.) | A mi bronce no hay
buril, | | porque si ángel puede ser | | espíritu
ministril, | | lo es sólo en aprehender. | |
|
|
FABIO | Pues
te dejo reducido, | 660 | a la santa iglesia luego | | me lleva
a Camilo. |
|
|
|
FABIO | De tu amistad y mi ruego, | | que otra fuerza no te
pido. | | (Vase FABIO.) |
|
|
TADEO | ¡Qué
contento el señor va | 665 | con que me redujo ya! | | Así lo quedara yo | | con la contera que echó
| | a lo que contado me ha. | | Motejóme
de traidor | 670 | con llamarme Escariote; | | a su huésped
haga el mote, | | que le conviene mejor, | | pues
besa y vende. Confieso | | que aunque la venta es tan mala,
| 675 | arrendara la alcabala, | | si la alcabala es el beso.
| | Él un sol, ella una luna, | | yo
astrólogo: plega a Dios | | la conjunción de
los dos | 680 | no cause creciente alguna. | | Mas
¿qué se le dará a Fabio, | | si el hospedaje
después | | el casamentero es | | y le da en dote el agravio? | 685 | Por eso veis que desdeña | | mi aviso. ¡Muera el ruin, | | nacido en lugar, al fin, | | que
todo a sufrir enseña. | | ¡Oh patria
mía dichosa, | 690 | tan descargada y tan llana, | | que
si no es el aduana | | no sufre carga otra cosa! | | No
ya este cerro hojaldrado, | | que tanta paciencia presta, | 695 | casa sobre casa puesta, | | tejado sobre tejado. | | No
viva yo muchos días | | adonde son orinales | | mis tejas
de tus canales, | 700 | tus canales de las mías. | | Tierra
(si puedo decillo) | | que al sufrimiento honra tanto, | | que
sin darle templo al santo, | | le dan al nombre castillo.
| 705 | Súfrala quien nació en
ella | | para callar y sufrir, | | que yo me voy a reñir
| | a quien me hizo conocella: | | a Lelio,
aquel indiscreto, | 710 | que ya se llama Camilo. | | ¿Tal dices,
Tadeo? Dilo, | | que se corrompe un secreto. | | Si
cuatriduano es, | | Satanás le sufrirá, | 715 | que a un secreto la O en A | | se le convierte después.
| | Escuchad, pues. ¿A quién digo?
| | Conmigo quiero hablar, | | que si juré de callar, | 720 | no fue de callar conmigo. | | No pisó
un tiempo las Gradas, | | ni ahora pisa la Lonja, | | mercader
de más caudal, | | ciudadano de más honra, | 725 | que Galeazo en Sevilla, | | padre de Lelio, que ahora | | con
máscara de Camilo | | su propio nombre arreboza. | | Muchos
años ha que tiene | 730 | correspondencias muy hondas
| | con Octavio, aquí en Toledo, | | persona bien caudalosa;
| | invidiado en el lugar, | | no por sus riquezas solas, | 735 | sino por la de sus dichas, | | si lo son hijas hermosas.
| | Tiene la hija más bella | | que se conoce en Europa,
| | Isabela, cuyo nombre | 740 | es beldad del Tajo y gloria.
| | Deseando, pues, los viejos, | | como prudentes personas,
| | el trato hacerle deudo | | y vincular sus memorias, | 745 | por cartas se convinieron, | | porque entre esta gente toda
| | no sólo efecto las firmas, | | mas las palabras son
obras. | | Lelio, pues, el desposado, | 750 | que entre rayos
y entre olas, | | si no se quema las plumas, | | a fe que no
se las moja, | | viendo que es el matrimonio | | la más
estrecha mazmorra | 755 | que tiene Argel y que llaman | | a
las mujeres esposas, | | pidió licencia a su padre,
| | y su padre se la otorga, | | para ver antes de España
| 760 | las ciudades más remotas. | | Salimos juntos los
dos | | a sombra de esta Tizona, | | que es del libro de la muerte
| | la más bien escrita hoja. | 765 | Vino derecho a Toledo,
| | donde apeado, se informa | | de las riquezas del viejo, | | de las partes de la moza; | | y cuando más pensé
ver | 770 | los muros de Zaragoza, | | veo a Lelio hecho Camilo
| | sirviendo en su casa propia, | | cajero del suegro hecho
| | y espía de la señora, | 775 | tan legal como
debía, | | tan noble como le importa; | | donde a pocos
días entrado, | | Isabela se enamora, | | no se de cuál
diga más, | 780 | de su talle o sus lisonjas. | | Basta
saber que le quiere | | y él los favores perdona, | |
que es la fruta intempestiva | | del cuerno y no de la copia.
| 785 | Allí está con más clausura | | que
un cartujo y que una monja, | | gozando lo que se niega, | |
negándose lo que goza. | | Quiere purgarse en salud
| 790 | y experimentar las drogas; | | yo, como servidor suyo,
| | reniego de tales cosas. | | La prueba de la triaca | | se haga
donde hay ponzoña, | 795 | que donde malicia falta | | cualquier experiencia sobra. | | Para hacer anotomía
| | quitan a uno de la horca, | | que en un cuerpo vivo fuera
| 800 | tiranía muy curiosa. | | No quiero quintas esencias
| | del amor, ni de la honra, | | que lambicando finezas | | se
rompen muchas redomas. | 805 | A mí, pues, me acomodó
| | por amigo y patriota | | con el Corzo de Toledo, | | porque
a Fabio así le nombran | | por las riquezas que tiene
| 810 | en trato, en muebles y en joyas, | | con que pretende
sacar | | el huevo que Lelio empolla. | | Ésta es, pues,
señor Tadeo, | | la mal digerida historia, | 815 | que
el estómago no sufre | | y que se os viene a la boca.
| | Ningún testigo he tenido, | | gracias
a Dios puedo dar. | | A Lelio quiero llamar, | 820 | pero a mal
tiempo he venido, | | que en el zaguán
a su amo | | le está mostrando un papel. | | Mal haré
en llegarme a él, | | peor haré si le llamo.
| 825 | Tras de esta esquina le aguardo.
| |
|
|
|
(Entran OCTAVIO y CAMILO.)
|
OCTAVIO | Basta,
Camilo, que viene. | |
|
|
CAMILO | Galeazo, señor, tiene | | un sujeto muy gallardo. | |
|
|
OCTAVIO | Treinta
y dos años ha, y más, | 830 | que nos tratamos
por cartas | | y, habiendo ocasiones hartas, | | nunca nos vimos
jamás. | | Con bien fácil ocasión
| | ahora quiere venir. | 835 | No sé qué pueda
decir. | |
|
|
CAMILO | (Aparte.) | Amor, mis desdichas son. | |
|
|
TADEO |
No sé qué oigo que me altera.
| |
|
|
|
TADEO | Vive Dios, que diera
un brazo | 840 | porque mi amo viniera. | |
|
|
CAMILO | Señor,
la causa adivino | | de esta su venida, y es | | que mis renglones
los pies | | le han puesto hoy en el camino. | 845 | Hízote
saber la ausencia | | de su hijo. Respondí, | | acusándole
por ti | | haberle dado licencia; | | y en
tu nombre ponderé, | 850 | si no la instancia contina,
| | la siempre fuerza vecina | | de este Fabio y de su fe. | |
|
|
OCTAVIO |
Todo lo firmé después | | que
leí tu buen estilo. | 855 |
|
|
CAMILO | Si la pluma es de
Camilo, | | la mano de Octavio es. | | Yo juraré,
como quien | | los sevillanos penetra, | | que fue espuela cada
letra | 860 | de su alma. |
|
|
OCTAVIO | Dices
bien. | | Camilo, pues que conoces | | a Lelio,
¿qué dices de él? | |
|
|
CAMILO | Que, aunque varia,
es muy fiel | | la fama, y lo dice a voces: | 865 | en
costumbres y en edad | | quien ve a Camilo, ve a Lelio. | |
|
|
TADEO |
Diciendo está el evangelio | | en cuanto dice verdad.
| |
|
|
CAMILO | Lo malo que tiene es sólo
| 870 | parecerse tanto a mí. | |
|
|
|
CAMILO | Sí,
| | otro no tiene este polo. | | Y digo con
todo eso, | | que quien destierra a su hija, | 875 | por tormento
que le aflija, | | no se queje del suceso. | | O
ya vecinos ducados | | para ti no son dineros, | | o ducados
extranjeros | 880 | están mejor acuñados, | | o
aquellos aparta el cielo, | | que convecinó de casas.
| |
|
|
TADEO | ¿Amor, por aquello pasas, | | que abogue contra ti el
celo? | 885 |
|
|
CAMILO | Bien puedo serte prolijo,
| | pero yo tan mal abrazo | | el venirse Galeazo, | | como el
ausentarse el hijo. | |
|
|
OCTAVIO | Quédese
esto entre los dos, | 890 | que buscar misa querría,
| | porque en Dios comience el día, | | para que se acabe
en Dios. | | (Vase OCTAVIO.) |
|
|
CAMILO | ¡Oh
del sol de la prudencia | | peinados rayos lucientes, | 895 | hilos que tenéis pendientes | | los sellos de la experiencia!
| | ¡Blancas hojas de la historia, | | que
más desengaños trata, | | do gastó tinta
de plata | 900 | la pluma de la memoria! | | ¡Oh
canas de Octavio viejo, | | sabio como venerable, | | cuyo aspecto,
aunque no hable, | | nos está dando consejo! | 905 | ¡Qué
bien respondiste al mío | | con callar! ¿Qué
haré ahora? | |
|
|
|
(Llégase TADEO a CAMILO.)
|
|
CAMILO | ¿Llegó
ya tu desvarío? | | Cúbrete,
Tadeo. |
|
|
|
CAMILO | ¿Quieres que otra vez lo mande? | |
|
|
TADEO |
Cúbrome, pues me haces Grande | | en las Cortes de Toledo.
| |
|
|
CAMILO | Mi padre a vernos camina. | |
|
|
TADEO |
No me digas lo que he oído, | 915 | que ha muy gran
rato que he sido | | una piedra de esa esquina. | | Quien
saliere al zaguán, calle, | | si ya sus luces no aplica,
| | como candil de botica, | 920 | a la tienda y a la calle.
| |
|
|
CAMILO | Si lo oíste, mi cautela
| | te obligará a hacer tres cruces, | | pues hizo el
candil tres luces: | | a Octavio, a ti y a Isabela, | 925 | que,
tras del zaguán, atenta, | | oyendo estaba el consejo
| | que contra mí daba al viejo, | | y poniéndole
a mi cuenta. | |
|
|
TADEO | ¿Cómo estás
con ella, di? | 930 |
|
|
|
TADEO |
¿De la Purificación | | te has hecho cofrade? |
|
|
|
|
CAMILO | Experimentar
| | su fortaleza. |
|
|
|
CAMILO | No,
sino mujer | | por donde yo he de pasar. | | Mujer
concertada ya | | para casarse, y también | | pretendida
antes de quien | 940 | tan junto a su casa esta, | | de
este tan pretendida, | | que te entré en su casa de
él | | como criado fïel | | y centinela perdida,
| 945 | si en no mucho más de un mes
| | se rindió tanto a un cajero, | | ¿es negocio tan ligero
| | que muy pesado no es? | | Tentarlo quiero
mejor | 950 | y mirarlo con sosiego, | | que al oro examina el
fuego | | y la experiencia al amor. | |
|
|
TADEO | No
estoy bien con esas cosas, | | ni en hacer, que es necedad,
| 955 | en mi propia enfermedad | | experiencias peligrosas.
| | Déjate de impertinencias, | | que
en la más buena salud | | son varas de su ataúd
| 960 | peligrosas experiencias. | | Médico
de novedades | | ni aun la muerte le consiente. | | Ama al uso
de la gente: | | deja singularidades. | 965 |
|
|
CAMILO | Mientras
el crisol, Tadeo, | | no sobra en la platería, | | no
sobrará mi porfía | | en la tienda del deseo.
| | Afínese con verdad, | 970 | si es
por dicha esta afición | | afecto de corazón
| | o efecto de liviandad. | | Alcohole mi rigor | | los ojos del
niño ciego; | 975 | que al oro examina el fuego | | y
la experiencia al amor. | |
|
|
TADEO | Plata que
no tiene duda | | mal hace quien la acrisola, | | y peor quien
se alcohola | 980 | con una navaja aguda. | | ¿Mírate
Isabela? |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
TADEO | Ama al uso de la gente: | | deja singularidades. | |
|
|
CAMILO |
Quien no sabe, como extraño, | 990 | más del camino real, | | o tarde llegará o
mal | | al pueblo del desengaño. | | Yo
sigo trocha mejor, | | y la seguirás tú luego;
| 995 | que al oro examina el fuego | | y la experiencia al amor.
| |
|
|
TADEO | Dejar el real camino | | por las trochas,
es doctrina | | que, por ser tan peregrina, | 1000 | no la sigue
peregrino. | | La mula de los abades | | pasa
el río por la puente. | | Ama al uso de la gente: | |
deja singularidades. | 1005 |
|
|
CAMILO | Déjese de dar consejo
| | el que ayer le apuntó el bozo, | | que el que sirve
siempre es mozo | | y el que es loco nunca es viejo. | |
|
|
TADEO |
Dejaréte muy aprisa, | 1010 | pues
tan remozado me has, | | mas ¿dónde voy? |
|
|
|
TADEO | A llevarte, Lelio, a misa; | | que
en la santa iglesia Fabio | | te aguarda más ha de una
hora. | 1015 |
|
|
CAMILO | El saber de Fabio ahora | | me lo quitaste
del labio: | | que, porque a los dos importa,
| | a buscarle yo salía, | | para hacer teatro el día
| 1020 | de una fábula no corta. | | La
traza que dando estoy | | me valdrá un gran desengaño.
| |
|
|
TADEO | ¿Lelio, has de venir hogaño? | |
|
|
CAMILO | Vete,
que tras de ti voy. | 1025 |
(Vase TADEO.)
| Donde armados de nieve los Trïones
| | al sol le hurtan la Noruega fría, | | tan breves son
los términos del día, | | cuan ligeros de alas
los halcones. | | Dales el Norte en todas
sus regiones | 1030 | alas de viento y garras de harpía
| | para cebarse. ¡Oh diligencia mía, | | poco vuelas
y a mucho te dispones! | | Hambre de honor alados pasos mueve,
| | y por cebarse en dulces desengaños | 1035 | peligro
corre, aunque valor enseña. | | Experiencias
intentan hoy mis años, | | que si el Po a otros fue
sepulcro breve, | | a ellos será el Tajo urna pequeña.
| | (Vase.) |
|
|