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ArribaActo III

 

Entran GALEAZO y EMILIO.

 
GALEAZO
    Demos en esta cumbre un solo instante
paz a la vista y treguas al trabajo.
EMILIO
Esa montaña, que precipitante
ha tantos siglos que se viene abajo,
ese monte murado, ese turbante 5
de labor africana, a quien el Tajo
su blanca toca es listada de oro,
ciñó las sienes de uno y otro moro;
    esa con majestad y señorío
corona imperïal al que, al cielo grata, 10
en las perlas comienza de este río
y en la cruz de aquel templo se remata;
ese cerro gentil, al voto mío
segundo Potosí fuera de plata,
si la plata no fuera fugitiva 15
o alguna vena desatara arriba;
    ese obelisco de edificios claro,
que con tanto esplendor, con gloria tanta,
menospreciando mármoles de Paro,
sobre aquellos cristales se levanta, 20
urna es sagrada de artificio raro,
de una y otra ya ceniza santa,
prendas de aquéllos, si no son abonos,
que fueron hijos y ya son Patronos.
    Esa, pues, o turbante sea, o montaña, 25
segundo Potosí, imperial corona,
sacro obelisco de grandeza extraña,
Toledo es, claro honor de nuestra zona.
GALEAZO
Salve, oh ciudad metrópoli de España,
émula de los años, y perdona 30
a mi pie enfermo y a mi edad cobarde,
que tarde te pisó y te admira tarde.
    Salve, oh gran Capitolio un tiempo, ahora
sombra de aquella luz, pero no vana,
que en carros recibiste, triunfadora, 35
goda virtud y gloria castellana;
cuando rayos de tanta luna mora
y plumas de tanta águila romana
con escobas barrieron de oro y seda
cuanto te falta ya, cuanto te queda. 40
EMILIO
    Aquella milagrosa aguja, aquella
que de sus fundamentos se desvía,
no bárbara pirámide, mas bella
lisonja de los aires y alegría,
de la espiritual milicia en ella 45
penden las trompas, pende la armonía;
que el canoro metal de una campana
clarín es dulce de la paz cristiana.
    ¿Ves junto a ella aquel Argos sagrado,
de tantos ojos como son viriles 50
vestido, si no digo coronado,
que al sol niegan los átomos sutiles?
El templo santo es que, venerado,
la ventaja les hace a los gentiles
en la materia y en el artificio, 55
que hacen la deidad y el sacrificio.
    Oro el cayado, púrpura el vestido,
insignias son de su pastor; y en ellas,
digo en las señas rojas, su apellido
nos dice, cuando no en las cinco estrellas, 60
si al que hoy de mitra el Tajo ve ceñido
viera el Tíber de tres coronas bellas,
a Germanía hiciera y a Turquía
sus cinco estrellas ver al mediodía.
GALEAZO
    ¿Qué edificio es aquel que admira el cielo? 65
EMILIO
Alcázar es real el que señalas.
GALEAZO
¿Y aquél quién es, que con osado vuelo
a la casa del rey le pone escalas?
EMILIO
El Tajo, que hecho Ícaro, a Juanelo,
Dédalo cremonés, le pidió alas 70
y, temiendo después al sol, el Tajo
tiende sus alas por allí debajo.
GALEAZO
    ¿Entre estas cumbres ásperas, qué es esto,
que por antiguo con razón alabo?
EMILIO
Es San Cervantes, que su capa ha puesto 75
al tiempo fiero, como a toro bravo.
Queriendo, pues, de la ciudad el resto
salvar, sus muros sacrifica.
GALEAZO
Al cabo
guardará a su piedad poco decoro,
que no hay ciervo valiente para un toro. 80
EMILIO
    Ya de las sombras hace el velo negro
a los objetos y a la vista agravio.
GALEAZO
Bajemos a buscar a mi consuegro.
EMILIO
Bajemos a buscar mi amigo Fabio.
GALEAZO
¿Dónde es?
EMILIO
A San Vicente.
GALEAZO
Yo me alegro,
85
porque junto a esa iglesia posa Octavio.
EMILIO
Mirad, pues que si no bajáis despacio
veréis a Galiana en su palacio.
 

(Vanse. Entran CAMILO y TADEO.)

 
TADEO
    Disparate es el que has hecho.
CAMILO
No he hecho mayor cordura. 90
TADEO
Cansa, fatiga y apura
su fe, su amor y su pecho.
    ¡Qué debes de aborrecer
a esta mujer!
CAMILO
¿Yo? La adoro.
TADEO
Bien le guardas el decoro 95
en lo que quieres hacer.
    ¿Lo que se adora se ofrece?
CAMILO
Lo que se teme se prueba.
TADEO
Tal diligencia, y tan nueva,
a Satanás me parece. 100
    ¿Y si con Fabio se casa?
CAMILO
Con él se quedará.
TADEO
¿Y tú?
CAMILO
Con Tadeo.
TADEO
Berzebú
volverá contigo a casa.
CAMILO
    ¿Tú quiéresme bien, Tadeo? 105
TADEO
Sí.
CAMILO
¿Pues no será razón
que dejes al corazón
satisfacer al deseo?
TADEO
    ¿Fiarás de mí tu intento?
CAMILO
Sí.
TADEO
Pues su razón me dé
110
tu intento, que como fe
cautive mi entendimiento.
CAMILO
    Escucha, pues, lo que sabes.
Llegué a Toledo en abril,
apeéme junto al Carmen 115
y con espuelas salí;
que, avestruz hecho el deseo,
quiso igualmente batir
las espuelas con las alas
en alcance de su fin. 120
Busqué la casa de Octavio,
e informéme por allí
de sus dueños, y hallé
cuanto pudiera pedir.
De Octavio lo que de Cosme 125
me dijera un florentín,
y de su hermosa hija
lo que de Vesta un gentil,
aunque dos catarriberas
me dijeron de un neblí 130
que por la garza bebía
este elemento sutil.
Un neblí, mas no mudado
en pretender y morir
en su firmeza y su casa, 135
que era bien cerca de allí.
Temiendo, pues, vecindad,
que es almadana y buril
de paredes y de bronces,
al punto me resolví, 140
con máscara de Camilo,
de entrar a Octavio a servir.
Por cajero entré, y con Fabio
te acomodé luego a ti,
que le sirves de criado 145
y me sirves de adalid,
braco en la calle y en casa
hurón, y no muy ruin.
A mi serafín vestido
hallé de un azul turquí, 150
que no se viste de menos
que de cielo un serafín.
Llamóme su hermosura
y heléme cuando la vi;
aunque a los rayos del sol, 155
que la coronaban mil,
el hielo se desató,
y tan sin pensarlo ardí,
que ha muchos días que vuelan
mis cenizas por ahí. 160
No me hacen poca falta
para engañar y cubrir
el fuego que disimulo,
después que el suyo sentí.
Mi asistencia, pues, en casa 165
(de donde no oso salir,
porque sabiendo quien soy,
no me persiga algún Gil),
mi legalidad, mi fe,
mi deseo de acudir 170
al gusto de padre y hija,
y mis desdichas al fin,
de mí, triste, en pocos días
la enamoraron así,
que Lelio cela a Camilo, 175
y yo he vergüenza de mí.
¡Oh ligera! ¡Oh peligrosa
facilidad mujeril!
¡Veleta de arpón que sabes
obedecer y no herir! 180
¡Prenda de niño perdida
y buscada con candil
en casa del polvorista,
que es cuanto puedo decir!
¡Cuán brevemente peligras! 185
Líbreme el cielo de ti.
Hallando, pues, a Isabela
una tarde en el jardín,
regando dichosamente
con su mano un alhelí 190
(que no invidia desde entonces
la mosqueta, ni el jazmín;
si bien el Tajo glorioso
menosprecia ya al Genil,
pues hija de mejor nieve 195
en su corriente feliz),
pasó a un tiesto de claveles,
que, agradecido, le vi
los cristales de sus manos
pagarlos en un rubí. 200
Despacio rompía el capullo,
como temiendo salir
ante el clavel de sus labios,
dulcemente carmesí.
Llegué humilde, y supliquéla 205
que me dejase servir
de su jardinero, y ella:
«No os vais, Camilo, de aquí
-me dijo- sin arrancar
aquel verde torongil, 210
que no quiero toro en yerba,
ni Gil que tenga raíz;
sino otro de mejor nombre».
Yo, que muy bien la entendí,
bajéme para arrancarle 215
y, al enclinarme, sentí
en mi cabeza su mano;
no la llamo de marfil,
que todo marfil es cuerno,
y estuviera mal allí. 220
Medio turbado le dije:
«¿Cuánto mejor fuera ahí,
hermosísima señora,
corona vuestro chapín?
Si ya no he crecido tanto, 225
después que me bajé aquí,
que con la cabeza doy
en el cielo». Ella, un brasil
la cara y brasas el pecho,
respondió: «Fía de mí, 230
que debajo de mi mano
ya, Camilo, has de vivir.
No te acobarde tu estado,
porque, desde que te vi,
un Fúcar alemán eres, 235
un ginovés Lomelín.
Para igualar tu humildad
no tengo un maravedí;
para alentar tu esperanza
mi dote es un Potosí. 240
Tuya soy, tuya he de ser».
Y comenzóse a salir,
tiñiendo el hermoso rostro
de un vergonzoso carmín.
Yo quedé una estatua muda, 245
y tan de mármol, que oír
en gran rato no pudiera
un sonoroso clarín.
Sentí su amor, pero más
su facilidad sentí, 250
que engañándome en el tiempo,
me pudiera reducir.
Desdeñando sus favores
y maldiciendo salí
mi felicidad, que en esto 255
es desdicha ser feliz.
Treinta días ha que el sol
es sombra que anda tras mí,
y para que el desengaño
le haga esta noche huir, 260
he dado traza que aqueste
hidalgo del Zacatín
finja ser Lelio esta noche,
que se vuelve de Madrid.
Para lo cual, desde Illescas, 265
ha enviado a prevenir
a su suegro con Donato,
aquel ligero rocín.
Señas le di de mis padres,
y razón también le di 270
de la casa y la hacienda,
sin que faltase un cuatrín.
Juramentámonos luego
de negar, hasta salir
con la empresa, a nuestros padres, 275
si lo vienen a impedir.
Dirás que esta traza es
disparate de Merlín.
Llegue acá el Lelio fingido,
que yo me reiré de ti. 280
Si con vista palpitante
mira al sol en su cenit
el pollo, que de las uñas
pende como prenda vil,
la real ave le deja 285
precipitado morir,
o de águila le gradúa
examinándole así.
Tal yo esta noche a Isabela
introduzco, y no en la lid 290
de su vista con el sol,
sino en el campo gentil
del amor con la obediencia,
donde habrá de combatir
con su esposo por su amante 295
con ánimo varonil.
Si se rindiere, al momento
correré el velo sutil
de la pintura, y dos Lelios
verás en el camarín. 300
Al legítimo verás
con claridad descubrir
de su jornada la causa,
de su máscara el barniz;
al falso verás dejar 305
en las garras la perdiz
de su Fabio, como azor,
que voló como neblí,
Gozarála, y yo contento,
más victorioso que el Cid 310
por haberme a mí vencido,
partiré luego de aquí.
No llevaré al menos que
murmure Guadalquivir,
ni daré un corcho a sus aguas, 315
donde es flaco un bergantín.
¿Yo a Sevilla mujer fácil,
que las encinas allí
son cañas, si no son varas,
de pescar o de alguacil? 320
Eso no, Tadeo; no quiero
llevar allá francolín,
que convide a sus cerezas
a quien las pague en anís.
En Sevilla Brandimarte 325
quiero ser de Flordelís,
antes, hijo, que en Toledo
ser, de Isabela, Cervín.
Mas si resiste, apelando
en revista para mí, 330
y con las mil y quinientas
apela para el mongil;
yo mil y quinientas veces,
si no son quinientas mil,
la meteré en posesión 335
de la alma que ya la di:
que es mayor gloria, Tadeo,
por la espada conseguir,
que por el cetro, a Oriana,
como lo dirá Amadís. 340
TADEO
    ¡Vive Dios, que no me cuadra
la traza, aunque me perdones!
CAMILO
Zarazas, y no razones,
en perro que tanto ladra.
TADEO
    Nitefristón, ponte al sol, 345
Camilo, que estás muy fresco.
CAMILO
A donaires en tudesco,
puntapiés en español.
    Darélos, si más me enfada.
TADEO
¿Es ley de Mahoma ésta, 350
que en cuestiones está puesta
su teología de espada?
    ¿Pedíte que tu razón
me cautivase?
CAMILO
Es verdad.
TADEO
Quedo con más libertad 355
que un vecino de Aragón.
    ¿Peco en replicar que Octavio
no querrá a Marcelo dar
su hija sin desposar,
para que la entregue a Fabio? 360
    ¿Es buñuelo éste? ¿Es hojuela?
¿No aguardarás que se enmiele?
CAMILO
¿A ti, hermano, qué te duele?
TADEO
El corcho de aquesta muela.
CAMILO
    A mí, Tadeo, me toca 365
el poner un Lelio aquí
un día no más, y a ti
el darte un punto en la boca.
TADEO
    Más creo que he menester.
CAMILO
Yo traigo un Lelio fingido 370
que, con gafas de marido,
la pueda armar de mujer.
    Y yo con él, de su cuerda
haré experiencia no poca.
Si obedece, esposa es loca; 375
si resiste, amante cuerda.
TADEO
    ¿Y si en este tiempo viene
tu padre?
CAMILO
Ya a mi cautela
respondido habrá Isabela:
si con valor, nuera él tiene; 380
    mas si con flaqueza, Fabio
tendrá bien fácil mujer,
que un padre no querrá ser
instrumento de su agravio.
    Todo esta noche se arrisca. 385
TADEO
Calla, que entra mesurada
la señora desposada
como una novia morisca.
 

(Entran OCTAVIO, FABIO, ISABELA, VIOLANTE y LAURETA.)

 
FABIO
    Mil veces en hora buena
de Lelio sea la venida, 390
prorrogación de tu vida
y destierro de tu pena.
Tu posada sea colmena
de abejas sin aguijón,
que en cada noble rincón 395
multipliquen con dulzura,
en panales de ventura,
enjambres de sucesión.
OCTAVIO
    Para servirte será,
con la razón que conviene, 400
el yerno que ahora viene
como el suegro que está acá.
Y si quise hacerte ya
de mi hija esposo tierno,
sábelo bien Dios eterno. 405
FABIO
De tu bondad imagino
que recibes por vecino
al que has de tener por yerno.
OCTAVIO
    Sí, en verdad, Fabio, y por hijo;
esto bien lo sabe Dios. 410
TADEO

 (Aparte.) 

Yo, que he entendido a los dos,
de oíllos me regocijo.
VIOLANTE
De dichoso sea prolijo
tu casamiento dichoso;
de dulce, fastidioso, 415
y de fecundo, suave;
y tu amor sea la llave
del corazón de tu esposo.
LAURETA
    Mejor nombre le ponía
a su esposo cierta moza, 420
que era un poco ceceoza,
cuando ezpozo le decía:
menéale cada día
los carrillos sin razón,
a cuyo doliente son 425
cubos de lágrimas saca
con la soga, que no es flaca,
de su desesperación.
TADEO
    ¿Luego no deseas mozo?
¿Luego adobado no quiés? 430
LAURETA
No, que el primer día es
poso, y el segundo pozo.
ISABELA

 (En secreto.) 

    Yo me guardaré, Laureta,
de ese nombre, por mi fe.

 (Vuélvese a VIOLANTE.) 

Responder, ángel, no sé 435
a vuestra arenga discreta.
    Pero la respuesta guardo
en un dulce parabién,
cuando en hora buena os den
esposo rico y gallardo. 440
VIOLANTE
    Tarde o nunca.
ISABELA
Presto y luego.
OCTAVIO
Perdonad ya mi cuidado,
que Lelio me ha salteado
y me tiene sin sosiego.
FABIO
    ¿A mi posada vecina 445
y a su dueño, qué nos mandas?
OCTAVIO
Que perdonéis.

 (Vase OCTAVIO.) 

TADEO
Bueno andas
del palacio a la cocina.
    Regalar querrá a su yerno,
y será a lo toledano, 450
con berenjena en verano
y con membrillo en invierno.
    Y más a quien le dio Dios
media ribera del Tajo,
que, con el poco trabajo 455
de una azudilla o de dos,
    cada año le hacen de escudos
una bolsa, que él bien ata,
la berenjena zocata
y los membrillos con nudos. 460
FABIO
    Camilo, aquí te desvía.

 (Hablan en secreto.) 

VIOLANTE

 (Aparte.) 

A tiempo le desviara,
que el desvío me costara
la mitad de mi alegría;
    ya sus desvíos no curo, 465
pues con el que ahora viene
Isabela dueño tiene;
Violante, huésped seguro.
    Camilo mal podrá dar
la prenda ya prometida. 470
Huélgome de su venida
cuanto me puedo holgar.
FABIO
    Llegará, y luego al momento
pedir podrá a su mujer,
diciendo que quiere hacer 475
en Sevilla el casamiento.
    No se la podrá negar,
que la traza es escogida.
Huélgome de su venida
cuanto me puedo holgar. 480
CAMILO

 (Aparte.) 

    Tal sea tu salud cual es,
necio, la traza que das.
De ella yo no quiero más
sino que ponga los pies
    Marcelo en este lugar, 485
para que toda mi vida
me huelgue de su venida
cuanto me puedo holgar.
ISABELA
    Yo huelgo, Camilo, aquí
de que Lelio ahora venga, 490
sólo porque mi amor tenga
algo que dejar por ti.
    Y pues, viniendo, he de dar
señas de esta fe ofrecida,
huélgome de su venida 495
cuanto me puedo holgar.
TADEO
    Pues yo, Tadeo, ¿soy Judas
para no letificarme
de que la ballesta se arme
contra todas estas dudas, 500
    cuanto más si al desarmar
ha de haber cena y comida?
Huélgome de su venida
cuanto me puedo holgar.
FABIO
    Violante, de cuanto vieres 505
prevengo tu admiración.
VIOLANTE
Graciosa es la prevención.
¿Tan loca soy? ¿Tan cuerdo eres,
    que del ajeno himeneo
previenes la invidia propia? 510
¿Tan hija soy de Etiopía
que me engañará el deseo?
    Cordura tengo y valor.
FABIO
Escúchame, hermana mía.

 (Hablan en secreto.) 

ISABELA
Ya llega, Camilo, el día... 515
CAMILO
La noche, dirás mejor.
ISABELA
    ...que testimonio ha de dar
mi verdad de quién soy yo.
No ya en el tálamo, no,
que ese es impropio lugar. 520
Ponme en la Libia importuna,
donde, de serpientes llena,
si el sol abrasa la arena,
la arena abrasa la luna;
    ponme en la región helada, 525
donde una nieve a otra espera,
tarde pisada de fiera
y nunca de hombre pisada;
    ponme donde brama el mar,
y donde a sus ondas locas 530
firmes esperan las rocas,
por no poderse mudar;
    ponme un trono en el jardín
de Chipre, con tal decoro
que tengan coronas de oro 535
invidia de mi chapín:
    que, al fin, en cualquier lugar
que pise la planta mía,
tierra ardiente, región fría,
escollos que azota el mar, 540
    pedazos de paraíso,
con majestad y con trono,
a cuya alteza perdono
si con tus pies no la piso,
    con fe igual, con igual celo, 545
a mi firmeza me obligo,
o el cielo me sea enemigo,
o favorézcame el cielo;
    que firmaré en dulce estilo,
con la sangre de mis venas, 550
que con Camilo no hay penas
y no hay gloria sin Camilo.
LAURETA
    ¡Qué loquilla está una ciega!
TADEO
¡Qué necio está un confiado!
LAURETA
¡Qué soberbio está un rogado! 555
TADEO
¡Qué humilde está una que ruega!
LAURETA
    ¡Quién los dos corchos juntara
de mi chapín y sus sienes!
TADEO
¡Quién cosiera sus desdenes
con cien puntos en su cara! 560
ISABELA
    Columna de mármol soy.
CAMILO
Cuando tu firmeza sea
la piedra que más pelea
contra el tiempo en Menfis hoy,
    ¿no ves que no soy tu igual? 565
¿Quieres que digan de Egipto
que erigió para un mosquito
una pirámide tal?
    Aguarda a Lelio, que vuela,
que a mí no me faltará... 570
ISABELA
No será Violante ya
mientras viviere Isabela;
    que yo...
CAMILO
Callemos, señora.
ISABELA
Contigo me he de casar.
CAMILO
Todo es, amiga, hablar. 575
¿Tú casar?
ISABELA
Yo.
CAMILO
¿Cuándo?
ISABELA
Ahora.
CAMILO
    ¡Oh Isabela!
ISABELA
Algo te alegras:
no dudes, fía de mí,
que de tus motes aquí
doraré las letras negras. 580
CAMILO
    ¿Qué motes?
ISABELA
Bueno está eso.
Los que vio Violante bella.
CAMILO
Niego el ser la causa ella
de los motes que confieso.
ISABELA
¿Ves, Laureta, si engañó 585
mi entendimiento a mi fe?
LAURETA
No sé nada; sólo sé
que en su mano se los dio.
TADEO
    ¿Ya andan en satisfaciones?
Ciertos son los toros hoy. 590
A mandar ensillar voy:
¡hola, lacayos, rejones!

 (Vase TADEO.)  

CAMILO
    ¿Qué voces das? ¿Estás loco?
VIOLANTE
Harélo. No entiendo a este hombre.
Que del novio no me asombre 595
me manda. ¿Soy niña? ¿Es coco?
    ¿Tan asombradiza me halla?
Corazón tengo en el seno
que esperará un novio ajeno
y romperá una batalla: 600
    cuanto más que ya imagino
que estaremos mano a mano;
si ella la da a un sevillano,
yo la guardo a un granadino.
 

(Entra OCTAVIO.)

 
OCTAVIO
    Señores, mi yerno llega. 605
Bajemos por él.
CAMILO
Enciendan.
OCTAVIO
Todos al zaguán desciendan.
 

(Vanse todos los hombres.)

 
VIOLANTE
¿Altérase el pulso?
ISABELA
Juega.
VIOLANTE
    ¿Palpita el corazón?
ISABELA
Baila.
VIOLANTE
¿Qué siente la alma?
ISABELA
Placer.
610
VIOLANTE
¿De esperar?
ISABELA
De poseer.
VIOLANTE
¿Tu esposo?
ISABELA
Mi amor.
LAURETA

 (Aparte.) 

¡Qué paila
    de cernada, y a buen son
le pusiera la ceniza!
VIOLANTE
¡Ay, que de ello soleniza 615
tus bodas mi corazón!
    En el pecho no me cabe.
 

(Entra TADEO.)

 
TADEO
¡Plaza!
LAURETA
Ya sube.
VIOLANTE
Ya aguardo.
 

(Entran OCTAVIO, MARCELO los demás.)

 
OCTAVIO
Veis aquí, Lelio gallardo,
vuestra esposa.
VIOLANTE
Traición grave.
620
MARCELO
    Dad, bellísima señora,
vuestros pies a un peregrino.
ISABELA

 (Aparte.) 

Bien pide, para el camino
que volverá a andar ahora.

 (Vuélvese a MARCELO.)  

    Bien venido seáis, señor. 625
VIOLANTE
¡Ay, Violante desdichada!
FABIO
Con la punta de esta espada
te he de buscar el dolor,
    o has de callar.
VIOLANTE
¡Ay de mí!
MARCELO
¡Quién se quitara un momento 630
del personaje que miento
la máscara para ti!
LAURETA
    ¿No es el huésped de tu dueño
éste?
TADEO
No, que el que tú dices
es sordo de las narices 635
y de un tobillo aguileño.
LAURETA
    ¿Que éste aquel mozo no es
que las cintillas me daba?
TADEO
Digo que no es él. Acaba
de conocello en los pies: 640
    que éste trae botas y espuelas,
y el otro traía zapatos.
LAURETA
Encomiéndote a Pilatos,
embustero de tres suelas.

 (Vuélvese a ISABELA. En secreto.)  

    Isabela, éste que ves 645
no es Lelio...
ISABELA
Cierra tu labio.
LAURETA
Sino aquel huésped de Fabio.
ISABELA
¡Válgame Dios! ¿que éste es
    el desmayo de Violante?
Calla hasta ver en qué para. 650

 (Vuélvese a VIOLANTE.) 

Bien dice tu mal la cara.
VIOLANTE
Mentir no sabe el semblante.
ISABELA
    ¿Altérase el pulso?
VIOLANTE
Sí.
ISABELA
¿Palpita el corazón?
VIOLANTE
Más.
ISABELA
¿Qué siente la alma?
VIOLANTE
Que estás
655
haciendo burla de mí.
ISABELA
    ¿Yo burla?
VIOLANTE
Muy bien está.
LAURETA
¿Sabes qué imagino yo?
Que de tu casa pasó
    el trasgo a espantarte acá. 660
VIOLANTE
El trasgo fue un alfilel,
que se me entró por el pecho.
LAURETA
¿Qué es de él?
VIOLANTE
No está de provecho.
LAURETA
¿Era granadino él?
OCTAVIO
    ¿Qué os parece de Isabela, 665
hijo querido?
MARCELO
Señor,
que ya tiene ojos amor,
y que sin moverse vuela;
    que, en llegando, me ha herido
con dulce arpón dorado, 670
y no por haber tardado,
sino por haber venido;
    que engaño a cuantos me ven,
porque no soy lo que muestro;
que mi corazón es vuestro, 675
señora, y mi alma también;
    que soy, y no soy, esposo
sin alma y sin corazón.
OCTAVIO
Ternezas de novios son.
VIOLANTE

 (Aparte.) 

Lisonjas de un alevoso. 680
TADEO
    ¿Has entendido, Camilo,
la equivocación discreta?
ISABELA
¿Has entendido, Laureta,
los rebozos del estilo?
CAMILO
    Nosotros dos solamente 685
entendemos a los dos.
OCTAVIO
¿Tadeo, sabréisme vos?...
TADEO
¿Ir por el pastel caliente?
    ¿Traer de casa el figón,
los conejos, la tortada, 690
el pernil y la empanada,
el manjar blanco, el capón,
    el par de pichones gruesos,
la perdiz en escabeche,
el pavo tierno de leche 695
que le mamarán los huesos,
    el cabrito en su jigote,
y del bálsamo vital
que suda Ciudad Real
vara y media de pipote? 700
    Sí, señor, muy bien sabré.
OCTAVIO
Pues sabedlo en hora buena.
TADEO
¿Luego no es ir por la cena?
OCTAVIO
No, amigo.
TADEO
Pues nada sé.
OCTAVIO
Id, pues...
TADEO
Reniego de viejos.
705
Si es lejos, no me lo mandes,
que aun en los lienzos de Flandes
me parecen mal los lejos.
OCTAVIO
    Venid conmigo, Tadeo.

 (Vanse OCTAVIO y TADEO.) 

LAURETA
¿Fabio, vuestro granadino 710
se llama Lelio?
FABIO

 (Aparte.) 

Imagino
que corre mal mi deseo.

 (Vuélvese a LAURETA.) 

    Laureta, aquí te desvía.

 (Hablan en secreto.) 

VIOLANTE
¿Marcelo hasta aquí traidor,
y Lelio ya, engañador 715
de esta casa y de la mía?
    ¿De dos caras, de dos nombres,
de dos corazones duros,
blasfemia de los perjuros,
vituperio de los hombres, 720
    infamia, vergüenza, agravio,
de fe, de amor, de amistad,
mentira de la verdad,
y Marcelo al fin?
MARCELO
¡Oh Fabio!
VIOLANTE
    Yo a Camilo me daré, 725
criado de mi enemiga.
Venganza he de ser, y higa,
de la honra y de la fe.

 (Vuélvese a CAMILO.)  

    ¡Camilo amigo!
CAMILO
¡Oh Violante!
 

(Entra OCTAVIO.)

 
OCTAVIO
Señor Fabio, dos palabras. 730
FABIO
Laureta, la boca no abras
a malicia semejante.

 (Vanse OCTAVIO y FABIO.)  

ISABELA
    Ingrato Camilo, tente.
¿Al llamado suyo vas?
No querría de ti más 735
para ser una serpiente
    pisada en los arenales
de la África ponzoñosa.
VIOLANTE
¡Camilo!
CAMILO
¡Violante hermosa!
VIOLANTE
Para ti apelan mis males. 740
MARCELO
    ¿Para quién, Violante, apelas?
ISABELA
¡Ingrato!
CAMILO
¡Isabela!
ISABELA
¡Cruel!
¡Traidor!
CAMILO
¡Isabela!
ISABELA
¡Infiel!
Ya no es tiempo de Isabelas.
CAMILO
    Mira que está allí tu esposo. 745
ISABELA
No le tengo, y si le quiero,
Camilo es el verdadero
y Lelio es el mentiroso.
VIOLANTE
    ¿Vienes, amigo?
CAMILO
Ya voy.
MARCELO
¿Qué le quiés?
VIOLANTE
Dalle la mano.
750
ISABELA
Las ondas del océano
a las firmes rocas hoy
    tratarán como a navíos,
antes que paso te dé.
No muevas, Camilo, el pie, 755
que moveré los pies míos
    adonde el robusto escita,
la aljaba pendiente al hombro,
a las fieras es asombro
de las montañas que habita; 760
    donde la crueldad y el vicio
del bárbaro caribano
cuerpo sacrifica humano
y se come el sacrificio;
    y, para que más peligre, 765
donde con mortal fiereza
se desmiembran, pieza a pieza,
onza a onza, y tigre a tigre.
    Huyendo de tu crueldad
me entraré por sus cavernas, 770
donde hallaré piedras tiernas
y leones con piedad.
CAMILO

 (Aparte.) 

    Gran firmeza es ésta.
ISABELA
Mira,
que cuando el Austro más gime,
y cuando su espada esgrime 775
Orión con mayor ira,
    contra el robre en Guadarrama,
contra el bajel en la mar,
sombra se pueden llamar
del desdén de la que ama. 780
    Reduce tu orgullo, antes
que, fulminando tu pecho,
te deje sepulcro hecho
de pensamientos gigantes.
 

(Entran OCTAVIO y FABIO.)

 
OCTAVIO
    Lelio, hijo, mi consuegro 785
Galeazo llega ya.

 (Vase.) 

MARCELO

 (Aparte.) 

¿Qué es eso?
VIOLANTE
Turbado se ha.
CAMILO
Tened firme.
MARCELO
Yo me alegro.
VIOLANTE

 (En secreto.) 

    ¡Qué de embustes arreboza
la mesura de Marcelo! 790
ISABELA
Él se ha quedado de hielo
y Camilo se alboroza.
LAURETA
    ¡Qué turbados los encuentra
Fabio! No sé yo por qué es.
En consulta están los tres. 795
Camilo los deja y se entra.
 

(Vase CAMILO. Entran GALEAZO y OCTAVIO.)

 
GALEAZO
    ¡Cuánto huelgo de saber
que mi hijo haya venido!
En un día hemos caído.
A mi nuera quiero ver. 800
OCTAVIO
    Veisla, sale con su esposo.
MARCELO
Seáis, señor, bien llegado.
OCTAVIO
¿No abrazáis vuestro hijo amado?
Turbado estáis de gozoso.
GALEAZO
    ¿Dónde está Lelio, mi hijo? 805
OCTAVIO

 (Aparte.) 

Ved cual le tiene el deseo.
¿No le veis ahí?
GALEAZO
No veo.
OCTAVIO
¡Lo que ciega un regocijo!
MARCELO
    ¿No me conocéis, señor?
GALEAZO
No, si no es para serviros. 810
MARCELO
Yo soy Lelio...
GALEAZO
¿Hacéisme tiros?
¿Burláis de mí?
MARCELO
Esto es peor:
    que el camino con los años
turbado la vista le han.
¿Veisme bien?
GALEAZO
Veo un galán
815
con menos barbas que engaños.
    ¿En qué fundas, pues, el ser
mi hijo?
MARCELO
En que eres mi padre,
que en Estefanía, mi madre,
me hubiste.
GALEAZO
¡Santa mujer!
820
MARCELO
    Tus casas son principales
en la calle de Bayona;
de renta sobre la almona
tienes quince mil reales;
    dos casas en Caldescobas, 825
adonde de aceite haces
dos almacenes capaces
de catorce mil arrobas;
    gran trato con Marcelino
en Cazalla y en Jerez, 830
de donde cargas tal vez
seis mil botijas de vino.
    No invió flota el Perú
con razonables sucesos,
que de cuarenta mil pesos 835
no la descargases tú.
    Correspondencia en Sanlúcar
tienes con julio asentada,
y con Grimaldo en Granada
de las sedas y el azúcar. 840
    Aquí, en Toledo, treinta años
con el padre de mi novia,
y con Laurencio en Segovia
de todas suertes de paños.
    ¿Quiés que sea más prolijo? 845
GALEAZO
Basta, las señas son graves
para entender que las sabes,
no para que seas mi hijo.
MARCELO
    ¿Hay tal cosa?
GALEAZO
¿Hay tal porfía?
OCTAVIO
Limpiaos bien, señor, los ojos 850
y tomad estos antojos,
que, en vuestra edad y en la mía,
sin ellos muy mal su oficio
hacen.
GALEAZO
Por san Juan Bautista,
que si he perdido la vista, 855
que no he perdido el juïcio.

 (Límpiase los ojos.) 

OCTAVIO
    Limpiad más. Miradle ahora.
¿Es Lelio?
GALEAZO
No.
OCTAVIO
¡Oh buen Jesú!
MARCELO
¿No soy Lelio?
GALEAZO
¿Lelio tú?
¡Oh Santa María Señora! 860
    Hija mía, perdonad
mis abrazos, pues por ende
hallo quien burlar pretende
vuestra hermosura y mi edad.
    Engañar quiere este mozo 865
a vuestro padre y a vos.
Protéstoos delante Dios,
que no creáis el rebozo.
OCTAVIO
    ¿Dónde estás, Camilo? ¡Hola!,
tú que abonado le has, 870
¿dónde huyes, dónde estás?
 

(Entra CAMILO.)

 
CAMILO
¿Señor?
GALEAZO
¡Oh hijo!
LAURETA
Mamola.
GALEAZO
¡Oh Lelio de mis entrañas!
CAMILO
¿Yo Lelio? ¿Yo hijo suyo,
teniéndole allí?
OCTAVIO

 (Aparte.) 

Concluyo
875
que hay ojos con telarañas.
GALEAZO
    ¿Poderoso Dios, no ves
con cuánta razón me aflijo,
pues me niega el propio hijo
y abona al que no lo es? 880
CAMILO

 (Aparte.) 

    Si dar pudiera un desguince,
me fuera, que esta experiencia
peca contra la obediencia.
OCTAVIO
¿Veis mejor?
GALEAZO
Siempre fui un lince.
OCTAVIO
    ¿Qué hago yo?
GALEAZO
Santiguaros.
885
OCTAVIO
Es verdad, que me santiguo
de hombre que, siendo antiguo,
sus ojos vende por claros.

 (Vuélvese a CAMILO.) 

    Tú, que eres su abonador,
¿quién es este gentilhombre? 890
CAMILO
Tu yerno: Lelio su nombre,
y hijo de este señor.
GALEAZO
    ¡No lo fueras tú más que él,
hijo mío de mi alma!
OCTAVIO
Mi juicio ha puesto en calma 895
esta confusión crüel.
    Las señas por Lelio dadas
y el abono que le escuchan
contra la autoridad luchan
de unas canas tan honradas. 900
    Pero su grave persona
medio inclinado me ha
contra el que las señas da
y contra el que las abona.
GALEAZO
    Que por la bella Raquel 905
al toledano Labán
sirvas, si obligado te han
los méritos de ella y de él,
    pase; más que tú me niegues
y que, delante de ti, 910
éste haga burla de mí
y tú con tu padre juegues,
    pecas, Lelio; pecas, digo,
contra todo el evangelio.
CAMILO
Señor, si hablas con Lelio, 915
¿para qué hablas conmigo?
    Pues que le tienes al lado,
muda ya, señor, de estilo
y háblame por Camilo,
si no quieres por criado. 920
GALEAZO
    ¡Ay, cómo la sangre arde!
CAMILO

 (Aparte.) 

    ¡Ay, cómo tiene razón!
GALEAZO
No pienso dejar mesón,
aunque soy viejo y es tarde,
    sin buscar a dos o tres 925
que me abonen.
OCTAVIO
Aguardad,
que es áspera la ciudad.
GALEAZO
Más áspero mi hijo es.

 (Vase GALEAZO.)  

CAMILO

 (Aparte.) 

    Dice verdad.
ISABELA

 (En secreto.) 

Razón tiene,
que éste sin duda es su hijo. 930
VIOLANTE
Yo, Isabela, lo colijo
por el que en su nombre viene,
    que el granadino es Marcelo,
y algún engaño hay tejido.
ISABELA
Ya estaba antes entendido 935
que él pusiera el pie en el suelo.
    Laureta el soplo me dio.
VIOLANTE
¿Luego no te casarás
con él?
ISABELA
Presto lo verás.
VIOLANTE
Dímelo antes.
ISABELA
¿Con él yo?
940
    Ni aun con el que finge ser,
en cuanto Lelio.
VIOLANTE
¡Oh amiga!
ISABELA
Tú saldrás de esa fatiga
con lo que ahora has de ver.
 

(Entra un CRIADO y dice a FABIO.)

 
CRIADO
    Por ti preguntando está 945
Emilio, uno de Granada,
que, llegando a tu posada,
le dirigieron acá.
FABIO
    Dile que no estoy aquí.
MARCELO
A buen tiempo le trae Dios. 950
CAMILO

 (En secreto.) 

Negad, y corra por vos
lo que ha corrido por mí.
 

(Entra EMILIO.)

 
EMILIO
    Tras el recaudo me entro,
pensando, pues es de Octavio
la posada, hallar con Fabio 955
a Galeazo acá dentro.
OCTAVIO
    Muy bien venido seáis.
EMILIO
Serálo quien pudo hallaros.
OCTAVIO
¿Qué mandáis, señor?
EMILIO
Besaros
las manos, si me las dais. 960
    Busco a Fabio.
OCTAVIO
Veisle aquí.
FABIO
¿Quién me busca?
EMILIO
¡Oh dulce amigo!
¿Conocéis a Emilio?
FABIO
Digo
que no me buscáis a mí.
EMILIO
    ¿No sois vos el que en Granada 965
estuvo, ahora año y medio,
sin salud y sin remedio
y le halló en mi posada?
FABIO
    El mismo.
EMILIO
¿Pues cómo llevo
tal respuesta, amigo fïel? 970
FABIO
Porque no sois vos aquel
Emilio a quien se lo debo.
LAURETA
    ¿Otro moro?
ISABELA
¿Otro salterio?
VIOLANTE
¿Otra gaita zamorana?
ISABELA
No pienso aguardar, hermana, 975
los fines de este misterio.
    Si el Camilo que yo amo
es el Lelio que me dan,
y ya es esposo el galán
y el cajero será amo, 980
    dar quiero satisfacción
a las dudas de Camilo
y hacer, por el mismo estilo,
a una experiencia un picón.
    Quedad, Violante, con Dios. 985
Laureta, vente conmigo.
VIOLANTE
Isabela, yo te sigo y jugarás por las dos.

 (Vanse las tres.) 

OCTAVIO
    ¿Qué es esto? ¿Hay segunda historia?
EMILIO
Muerta ya esta amistad siento,
si de un agradecimiento 990
es el alma la memoria.
    ¿Que no os acordáis de mí,
ni de mis servicios?
FABIO
No.
EMILIO
¿Quién Fabio en Toledo es?
FABIO
Yo.
EMILIO
¿Fuistes a Granada?
FABIO
Sí.
995
EMILIO
    ¿Con un Marcelo amistad
tuvistes?
FABIO
Sí.
EMILIO
¿Fue después
vuestro huésped?
FABIO
Y lo es.
EMILIO
¿Qué es de él?
FABIO
No está en la ciudad.
OCTAVIO
    ¿Había, por dicha, de ser 1000
el que por yerno me han dado?
¿Es aquél?
EMILIO
¡Oh hijo amado!
MARCELO
¿Hijo me queréis hacer?
    Padre mío, otro será
vuestro Marcelo.
EMILIO
¡Oh bien mío!
1005
MARCELO
Andad con Dios.
EMILIO
¿Tal desvío
a tu padre?
OCTAVIO
Ta, ta, ta.
Muchas negaciones son
éstas, señores garzones.
Miren que dos negaciones 1010
hacen una afirmación.
    ¿Qué máscaras de papel
son éstas? ¿He de entendellas?
Creo que lo dirán ellas
antes que se rompa él. 1015
CAMILO
    Digo, señor, que perplejos
estamos con lo que ves.
FABIO
Digo que somos los tres
las Susanas de estos viejos.
MARCELO
    No digáis tal.
CAMILO
Callad, Fabio.
1020
EMILIO
¿Aquí en Toledo, no mora
Fabricio?
OCTAVIO
Sí.
EMILIO
Luego a la hora
vendrá a vuestra casa, Octavio.
De sus granadinas canas 1025
implorar quiero el auxilio,
para que abonen a Emilio
con aquestas tres Susanas.

 (Vase EMILIO.)  

OCTAVIO
    ¿No esperáis, señor? No quiso.
CAMILO
¿Qué tenemos que aguardar? 1030
FABIO
Mucho, que pienso negar
hasta la tierra que piso.
OCTAVIO

 (Aparte.) 

    De confusión tan prolija
me saque Dios, por quien es.
¿Es por dicha, éste, entremés 1035
de las bodas de mi hija?
    Son de verdad estos viejos,
o representantes son?
Buena es la disposición.
No son malos los bosquejos. 1040
    Loco estoy. Ya creo al uno,
ya al otro crédito doy.
Sólo a mí no creo, que estoy
velando en sueño importuno.
 

(Entra GALEAZO con TADEO.)

 
GALEAZO
    Huelgo de haberte encontrado. 1045
TADEO
Huelgo de que hayáis venido.
¿A qué habéis, señor, salido?
GALEAZO
A buscarme, y me he hallado
    en ti. ¿Querrásme abonar?
TADEO
Sí, señor; ¿mas qué hacienda 1050
tengo yo?
GALEAZO
Bastante prenda
por mí tienes que empeñar.
TADEO
    ¿Cuál es?
GALEAZO
El conocimiento.
¿Conócesme?
TADEO
Como a mí.
GALEAZO
¿Diráslo aquí dentro?
TADEO
Sí,
1055
y aun en todo el firmamento.
    No una vez, ni dos, ni tres,
sino ciento he de afirmallo.

 (Aparte.) 

Como no cante algún gallo,
que habrá negación después. 1060
GALEAZO
    Entra pues. Octavio, ya
hay quien me conozca bien.
Ven, hijo Tadeo, ven.
CAMILO

 (En secreto.) 

Lunes digo.
TADEO

 (Aparte.) 

¿Esto hay acá?
GALEAZO
    Hijo mío, ¿quién soy yo? 1065
TADEO
Sábelo mi buen Jesú.
GALEAZO
¿Luego no lo sabes tú?
TADEO
One.
GALEAZO
¿Qué es one?
TADEO
One es no
    en jerigonza cegal.
Como os veo tan privado 1070
de la vista, os he hablado
en vuestro lenguaje.
GALEAZO
¿Hay tal?
    ¿Pues no me dijiste ahí fuera
que me conocías?
TADEO
Sí,
pero la luz que hallé aquí 1075
me alumbró de otra manera.
    No están esos corredores
tan claros como esta sala.
OCTAVIO
No va la comedia mala.
Buenos son estos errores. 1080
    Señor Galeazo, ¿queda
otro paso?
GALEAZO
De pasión
cuantos ya me quedan son.
OCTAVIO
A fe que Lope de Rueda
    tan buen viejo no hacía, 1085
y fue un gran representante.
GALEAZO
Rabiaré.
OCTAVIO
Pase adelante
la historia, por vida mía.
 

(Entra ISABELA en hábito de labradora, con un rebozo.)

 
ISABELA
    Entrado me he por el hilo
de los criados acá... 1090
Señores, si se me dan
licencia, hablaré a Camilo.
OCTAVIO
    Labradora amiga, hablalde.
ISABELA
¿De un pleito matrimonial,
quien ha puesto el cardenal 1095
en la iglesia por alcalde?
OCTAVIO
    El vicario es el juez
de estas causas.
CAMILO
¿Qué me quieres?
ISABELA
Si tú aquel Camilo eres
que me engañaste una vez, 1100
    no me engañarás ya dos,
sin cumplirme la palabra
que me diste.
GALEAZO
El centro se abra
antes, permítalo Dios.
TADEO
    ¿Para qué?
GALEAZO
Para sorbellos.
1105
TADEO
¡Oh qué buena maldición!
¿Son huevos? Y si lo son,
las claras sean para ellos.
GALEAZO
Son bellacos, son traidores.
CAMILO

 (En secreto.) 

Tadeo, ésta es Isabela. 1110
TADEO
Es verdad.
CAMILO
Al cielo vuela
Lelio con estos favores.
ISABELA
    ¿Conociste a una Belisa,
vecina de Mocejón?
CAMILO
Muy bien.
ISABELA
¿Será, pues, razón
1115
que pagues su llanto en risa?
    ¿Eres su esposo?
CAMILO
Sí.
GALEAZO
¿Qué?
No hay tal, que es mentira ésta.
OCTAVIO
Graciosísima es la fiesta.
Buena es la maraña a fe. 1120
    No hace mal su figura
la labradora embozada.
ISABELA
Testigo hay en la manada
que, si ya no se perjura,
    dirá todo lo que hay. 1125
¿Tadeo, no es esto así?
GALEAZO
Calla, por amor de mí.
TADEO
¿Y mi alma de cambray,
    cándida, pura y bruñida,
yo macularla por vos? 1130
No lo permita mi Dios
en los días de mi vida.
    Llegamos a Mocejón,
donde vio a esta mocejona:
agradóle su persona 1135
y diole su corazón.
    Entró a su padre a servir,
y a mí, que andaba mohíno,
me asentó con un vecino.
CAMILO
¿Quiéslo más claro decir? 1140
TADEO
    Desde allí les vía dar,
creo que de siete en siete,
más besos que un caballete
ha visto de un palomar.
    Hame dicho después él 1145
que es su esposo. Esto que sé,
sobre la cruz lo diré
y lo firmaré en papel.
GALEAZO
    ¿Hase visto tal traición?
ISABELA
¡Ay!
GALEAZO
¿Yo nuera labradora?
1150
CAMILO
¿Por quién suspiráis, señora?
ISABELA
Suspiro por Mocejón.
TADEO
    En mi verdad que lo creo.
Presto le tendréis, hermana,
y hoy será antes que mañana. 1155
GALEAZO
¿Quieres matarme, Tadeo?
    Una y otra maldición
le echaré cuando el sí diga.
ISABELA
¡Ay!
CAMILO
¿Lloráis por esto, amiga?
ISABELA
No, sino por Mocejón. 1160
TADEO
    Déme, señor Galeazo,
déme un lienzo suyo aprisa,
para enjugar a Belisa
las lágrimas.
GALEAZO
Un pedazo
    de un lienzo de una muralla, 1165
que a plomo se le cayera,
la enjugara de manera
que otros pudieran lloralla.
    ¡Lienzo! Para su mortaja
solamente se le diera. 1170
¿Yo labradora por nuera?
¿Yo a Sevilla tal alhaja?
    ¡Oh Isabela!
ISABELA
No me ultraje,
que entre Isabela y Belisa
no hay más que lo que divisa: 1175
la diferencia es el traje;
    que de la bondad, ninguna.
Tan buena soy como ella,
si es tan cielo el de la estrella,
como el cielo de la luna. 1180
    ¿Mejor ella? Aqueso no.
A lo menos, si aquí viene,
no osará decir que tiene
mejor padre ella que yo.
GALEAZO
    ¿Octavio, no habéis gozado 1185
cuánto es mi desdicha extraña?
OCTAVIO
Extremada es la maraña
y el asunto es extremado.
    No se ha visto cosa igual.
GALEAZO
¿Que en vos hallo ese desdén? 1190
OCTAVIO
Digo que fingís tan bien,
que dirán que es natural.
GALEAZO
    Perderé dos mil juicios.
CAMILO

 (Aparte.) 

Lástima a mi padre tengo.
 

(Entra EMILIO con DONATO.)

 
EMILIO
Contigo, Donato, vengo 1195
fïado de tus servicios,
    pues en la calle te encuentro,
a que vuelvas por mi honor.
DONATO
¿Quién te le quitó, señor?
EMILIO
Tres mozuelos aquí dentro. 1200
DONATO
¿Tres son?

 (Bosteza.) 

EMILIO
¿No te determinas?
¿Bostezas?
DONATO
Voyme a dormir.
EMILIO
¡Ah gallina! En fin, quiés ir
a dormir con las gallinas.
DONATO

 (Bosteza.) 

    ¿Que estás, señor, en Toledo? 1205
EMILIO
Tú creo que no lo estás.
¿Queda que bostezar más?
Ven acá, no tengas miedo,
    que a pendencia no te llamo,
ni Dios, Donato, lo quiera. 1210
DONATO
Y a serlo, ¿qué mucho fuera
matar a tres por mi amo?
EMILIO
    Lo que quiero es que me abones
porque han dicho aquí que no
soy tu amo Emilio yo. 1215
DONATO
Mienten a pares y nones
    cuantos hoy dijeren tal.
EMILIO
¿Jurarás tú que lo soy?
DONATO
Y ellos lo jurarán hoy
en la cruz de este puñal. 1220
EMILIO
    Pues entra, hijo, conmigo.
MARCELO

 (En secreto.) 

Lo que te he dicho, Donato.
DONATO
Tú lo verás de aquí a un rato.
EMILIO
Ven acá, Donato amigo,
    y vuelve aquí por mi honor, 1225
como criado fïel.
¿Quién soy yo?
DONATO
Dígalo él,
que se conoce mejor.
EMILIO
    ¿Soy Emilio? En dos palabras
lo di aquí.
DONATO
Yo lo diré.
1230
Si es Emilio uno que
parece padre de cabras,
    y que a San Cervantes puede
prestarle mucho esta vez
de barbacana y vejez 1235
sin que lampiño se quede,
    vuecé es Emilio; mas crea
que en mi vida le eché paja.
EMILIO
¡Que mi criado me ultraja
y que mi hijo lo vea! 1240
    justicia de Dios, Octavio!
OCTAVIO
No lo representa mal.
Romperéis un pedernal
quejándoos de vuestro agravio.
    Digo que Torres Naharro 1245
no compuso tal comedia.
EMILIO
Bien mi daño se remedia.
OCTAVIO
¿Representó así Navarro?
EMILIO
    ¿Quién es ése que está ahí?
DONATO
Lelio.
EMILIO
¿Que ése no es Marcelo?
1250
¡Fuego descienda del cielo
sobre él y sobre ti!
GALEAZO
    Emilio amigo, si escucho
con pena vuestra fatiga,
mi corazón os lo diga, 1255
que os tiene que decir mucho.
EMILIO
    Gran consuelo es, Galeazo,
hallarte en esta ocasión.
GALEAZO
En la misma damnación
tengo el uno y otro brazo. 1260
    Ginebra a Toledo llamo,
sin hallar quién más le cuadre,
do no hay hijo para padre,
ni criado para amo.
    ¿Es ésta la gran corona?, 1265
¿el turbante? ¿el Potosí?
Si Dios me saca de aquí,
el peso de mi persona
    ofrezco de blanca cera
a la Virgen de la Antigua. 1270
¿Quién, Emilio, no santigua
tal Babilonia?
 

(Entra un CRIADO.)

 
CRIADO
Ahí fuera,
    de crestas y de penachos
una Bradamante armada,
digo una dama embozada, 1275
llega con ciertos despachos.
OCTAVIO
    Otra figura del auto
debe de ser. Entre luego,
y veamos a este juego
qué fin le da nuestro Plauto. 1280
 

(Entra VIOLANTE con rebozo.)

 
VIOLANTE
    Livia soy, la granadina.
¿Dónde está Marcelo aquí?
EMILIO
¿Livia en Toledo? ¡Ay de mí!
Mohína sobre mohína.
VIOLANTE
¿No eres tú Marcelo?
EMILIO
No,
1285
que éste es Lelio, amiga.
DONATO
¿Ya
ser Lelio confesado ha?
MARCELO

 (Aparte.) 

Violante es ésta.

 (Vuélvese a VIOLANTE.)  

¿Y si yo
    fuese Marcelo, qué habría?
EMILIO
No lo es tal, que Lelio es 1290
una vez, y dos, y tres.
VIOLANTE
Pagadme la honra mía.
EMILIO
    ¿Sobre daros mil escudos
me tiráis nuevos bohordos?
VIOLANTE
Para escrúpulos tan sordos 1295
no traigo renglones mudos.
Esta cédula lo diga.
MARCELO

 (Aparte.) 

¡Qué bien se aprovechó de ella!
EMILIO
¿Quédaos otra, Livia bella?
Veámosla, Livia amiga. 1300
VIOLANTE
    Yo la entrego a este señor.
OCTAVIO
¿Que de la farsa, oh mujer,
me habéis querido hacer?
¿No halláis otro relator?
VIOLANTE
    Leedla.
EMILIO
No la leáis.
1305
OCTAVIO
Basta, que ya soy farsante.
VIOLANTE
Leedla luego, al instante.
MARCELO
Octavio, no descubráis
    mis flaquezas, que yo digo
que es mi mujer ésta.
EMILIO
Miente,
1310
que el cielo no lo consiente
si ya no me es enemigo.
    Mataréme, matarélo
con esta daga.
OCTAVIO
¡Buen paso!
FABIO
Teneos, señor.
CAMILO
¡Fuerte caso!
1315
EMILIO
¿Livia mujer de Marcelo?
ISABELA
    Muy mal se reciben nueras
en Toledo. Por no ver
dagas, me quiero volver.
GALEAZO
¿Decíslo, amiga, de veras? 1320
ISABELA
    Dígolo de corazón.
GALEAZO
Andad, pues, con Dios, lucero.
CAMILO
¿Que os queréis volver ya?
ISABELA
Quiero
volverme a mi Mocejón.

 (Vuelve, abrázase con CAMILO.)  

TADEO
    Eso sí; un abrazo estrecho 1325
la vuelta sea.
GALEAZO
¡Oh traidora,
gitana, y no labradora!
Rompa esta daga tu pecho.
FABIO
    Quedo, Galeazo, quedo.
OCTAVIO
¡Qué oficial! ¡Oh hideputa! 1330
En el Mesón de la Fruta
no le ha visto tal Toledo.
    ¡Qué paso éste! ¡Laureta!
¡Laureta!
 

(Entra LAURETA.)

 
LAURETA
¿Qué mandas?
OCTAVIO
Llama
a Isabela.
LAURETA
¿A quién?
OCTAVIO
A tu ama,
1335
que con Violante discreta
    verá un gran paso.
LAURETA
Señor,
ambas a dos con sus mantos
se salieron.
FABIO
¿Cielos santos,
mi hermana ha hecho ese error? 1340
OCTAVIO
    ¿Mi hija error semejante?
Pues no se me ha de ir por pies.
TADEO
Pues hay mayor mal, que es
mujer de un representante.
OCTAVIO
    ¡Jesús! No me digas tal. 1345

 (Quítale el rebozo CAMILO.)  

CAMILO
Ves aquí a Isabela ahora.
OCTAVIO
¿Qué ha hecho la labradora?
No ha representado mal.
MARCELO
    Y en nombre de Livia aquí,
Fabio, verás a tu hermana. 1350

 (Descúbrela.) 

OCTAVIO
La traza ha estado galana.
FABIO
Nunca lo estuviera así.
    No es comedia ya ésta, no,
sino verdad.
OCTAVIO
Guarda el lobo.
¿Falta a la comedia el bobo 1355
y queréis que lo sea yo?
CAMILO
    Lelio te pide perdón
del tiempo que te ha engañado
con máscara de criado.
OCTAVIO
¿Qué, no es representación? 1360
CAMILO
    No, señor, sino verdad.
OCTAVIO
Pues perdonad, hijo, vos
mi yerro, y permita Dios
que en larga posteridad
    gocéis a vuestra Isabela. 1365
MARCELO
Dadme vos las manos, Fabio,
y no tengáis por agravio
lo que no ha sido cautela.
FABIO
    Abrazadme tan estrecho,
como os tendré por cuñado, 1370
y gozad del nuevo estado
cuyo tálamo es mi pecho.
CAMILO
    Dadme los pies, padre mío.
MARCELO
Señor, dadme vuestros pies.
OCTAVIO
Si el perdón general no es, 1375
yo de los dos me desvío.
    Porque he reído un buen rato
de lo que ahora aún no creo,
con las burlas de Tadeo
y las gracias de Donato. 1380
GALEAZO
    Yo te abrazo y te perdono.
EMILIO
Yo te perdono y te abrazo.
GALEAZO
Contento de ser Galeazo,
sin que hagas tú el abono.
FABIO
    Tú me has de patrocinar 1385
con tu padre para que,
si merecido la he,
a Cintia me quiera dar.
EMILIO
    Con una arenga prolija
os quisiera agradecer 1390
el aceptar por mujer,
Fabio señor, a mi hija.
    Si mi honra y mi caudal
bastan, en dote os lo doy.
ISABELA
También he de hacer hoy 1395
otro casamiento igual:
    a Tadeo con Laureta,
si a los novios le parece.
TADEO
Digo que el novio obedece.
LAURETA
Digo que la novia aceta. 1400
DONATO
    Yo, porque estoy en Granada
casado, me iré a dormir,
y todos se podrán ir
por esta boca cerrada;
    si no caben, abriréla. 1405
Con que, discreto senado,
se habrán por hoy acabado
Las firmezas de Isabela.