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1

[Esta edición presenta las siguientes enmiendas y correcciones respecto a la paginación del original.

Las páginas 30, 51, 61, 66, 78, 110 presentan el aparato de notas del original (N. del E.)]

 

2

CERVERA, Juan: Historia crítica del teatro infantil español. Editora Nacional. Madrid, 1982.

Que estas manifestaciones puedan tomarse como precedentes y origen del teatro infantil no significa que sean en sí mismas teatro infantil. Ni siquiera teatro. En cambio sí debe aceptarse que la participación del niño en su desarrollo las condiciona de forma creciente hasta el punto de convertirlas en punto de partida obligado para el estudio histórico del teatro infantil.

 

3

BOIX, Vicente: Fiestas que en el siglo IV de la canonización de San Vicente Ferrer se celebraron en Valencia. Sociedad Económica de Amigos del País. Imprenta de José Rius. Valencia, 1855.

Este autor los llama reiteradamente autos sacramentales. Pero la más elemental comparación entre éstos y los milacres vicentinos demuestra lo inadecuado de tal denominación. Por otra parte, la articulación entre éstos y los milagros medievales, sobre todo los franceses, tampoco resulta fácil de establecer, salvo en el aspecto temático.

 

4

DONOVAN, Richard B.: The liturgical drama in Medieval Spain. Pontifical Institute of Medieval Studies. Toronto, 1958, p. 156.

 

5

Libre de la Clavería de Antonio Torres de la Casa de los Niños de San Vicente Ferrer, del año 1576 y 1577.

 

6

LÁZARO CARRETER, Fernando: Teatro medieval. Castalia. Valencia, 1957, p. 29.

 

7

ORELLANA, Marco Antonio: Valencia antigua y moderna. Acción Bibliográfica Valenciana. Valencia, 1923. Tomo II, p. 493. Dice el autor: «Alguno podrá pensar ser tomada de la pieza de Áxedres llamada Roque, por la semejanza que con la elevación tiene con su figura; otros podrán pensar si es metafóricamente tomada de las rocas o peñones de dentro del mar por la semejanza que tienen en elevación y eminencia, de la misma suerte, que hablando de la calle de San Vicente, diremos que la Roqueta, que así decimos donde está fundada la hermita (sic) de San Vicente Martyr, renombrado de la Roqueta, es diminutivo de Roca, y que se le dio aquel renombre, a dicho sitio por la altura, y elevación que formaba aquel terreno, como se fundará con apoyos, que lo acreditan, o persuaden. Sin embargo de esso, dirán otros, también cabe, que la palabra Roca, se inventase permutando las sylabas de ca-rro y que en esta alución (sic) se dixera Roca, pues que cada una de ella s es un carro triunfal o un triunfo portátil, dedicado a algún Santo o Misterio, con adornos simbólicos de la Escritura... Mas no obstante dichos tres argumentos encaminados a averiguar la causa, origen o ethimología de dicha voz, comprendo que el llamarse rocas, vulgo roques, es por guardarse en la casa que ya antes que se hicieran dichos carros, se llama Casa vulgo de les roques, por causa de que era, como diximos, Adovería, o Tenería, en cuya oficina avía, como en otras, ciertas piedras o lozas cercadas de agua, como las rocas del mar, por lo qual dicha casa se llamó casa de les roques, y poniéndose en ella después dichos carros, y continuando renombrarse aquella casa de les roques, el vulgo, o sea el pueblo, llamó roques a los carros que allí se cerraban, tomando a éstos por causa del renombre de la casa, no siendo sino efecto».

Recogemos esta opinión más por lo que tiene de pintoresco que de exacto. Parece suficientemente probado que la Casa de las rocas tomó el nombre de ellas y no al revés, dado que éstas son anteriores a tal casa.

 

8

CARBONERES, Manuel: Relación y esplicación histórica de la solemne procesión del Corpus. Imp. J. Doménech. Valencia, 1873.

 

9

CARRERES ZACARÉS, Salvador: Las rocas. Excmo. Ayuntamiento de Valencia. Valencia, 1957, p. 9.

 

10

LÁZARO CARRETER, Fernando: Ob. cit., pp. 29-30.