Escena I
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D. FROILÁN, D. ELÍAS, JACINTA,
D. MATÍAS
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D. MATÍAS viene delante
con JACINTA de bracero; los cuatro se dirigen al portal abierto.
Todos con abrigos.
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MATÍAS | Mucho sufriré esta noche, | |
Jacinta. |
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MATÍAS | Porque estás
bella en extremo, | | y vendrán de quince en quince | | a colmarte de lisonjas | | los que conmigo compiten. | |
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JACINTA |
¿Qué importa, si sólo a ti | | el alma mía
se rinde? | |
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MATÍAS | ¡Oh dicha! Sólo te ruego | | que no bailes con el títere | | de Ferminito. |
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MATÍAS | ¡Qué
felices | | seremos cuando el enlace | | suspirado...! |
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(Sigue hablando en voz baja con JACINTA. Los cuatro se han
parado junto a la puerta.)
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FROILÁN | (A D. ELÍAS.) | ¿Usted
no asiste | | al baile? |
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FROILÁN | Pues yo también pienso
irme | | a la ópera y volver; | | porque los bailes
me embisten, | | aun siendo de confianza | | como éste. |
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ELÍAS | A
tales convites | | soy yo poco aficionado. | | Si además
de los violines | | hubiese cena... Lo digo | | por la broma
y por los brindis. | |
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JACINTA | ¿Qué hacemos aquí?
¿No subes? | |
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FROILÁN | Vamos. | (Entran en la
casa.) |
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Escena III
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D. ANTONIO, D. LUPERCIO, D. MARIANO,
EL BARBERO
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ANTONIO | La noche no está muy
fría. | | No entremos, que aún es temprano. | |
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LUPERCIO | ¿Dónde encenderé este habano? | |
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LUPERCIO | Dices
bien. | (A la puerta, y sale el Barbero.) | ¡Ave
María! | | ¿Podré encender este puro? | |
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BARBERO |
¡Señor don Lupercio Muro! | | Ya sabe usted que en
mi casa... | | (Entra, y vuelve a salir al momento
con la luz; enciende en ella su cigarro D. LUPERCIO, y se
la vuelve.) | Dame esa luz, Nicolasa. | | ¿Va usted
de baile? Seguro. | |
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BARBERO | Cuidadito, que el demonio... | | ¡Hola! Ahí
está don Antonio... | | y don Mariano... (¡Qué
tres!) | | Ofrezco a ustedes cortés | | la justa hospitalidad, | | la cena, la facultad, | | conversación, la guitarra... | |
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ANTONIO | (En voz baja a sus amigos.) | No, que el oído
desgarra. | | Gracias, maestro. Escuchad. | | (Saludan
al Barbero, y se pasean por la plazuela conversando en voz
baja.) |
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BARBERO | Yo celebro que en la plaza | |
prefieran pasar el rato, | | porque entre ese triunvirato | | no podría meter baza. | | Tienen lenguas de mostaza; | | sobre todo, el cocodrilo | | de don Antonio. ¿Hay asilo | | que de su pico defienda | | la honra? No hay en mi tienda | | navaja de tanto filo. | | Que hable y murmure un barbero, | | eso es moneda corriente, | | pero ¡ser tan maldiciente | | un ilustre caballero! | | Ya se ve, el ocio, el dinero... | | (Se oye la música del baile.) | ¡Hola! El violín se hace rajas, | | y entre
tanto las barajas... | | ¡Qué inmoralidad! ¡Qué
vicio!... | | Mas cada cual a su oficio. | | Afilemos las navajas. | | (Al entrarse el BARBERO en su tienda aparece embozado
D. PABLO.) |
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Escena IV
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D. ANTONIO, D. LUPERCIO, D. MARIANO, el BARBERO, D. PABLO
|
PABLO | Por aquí atajo camino. | | Tiro después
a la izquierda | | ¡Oh Jacinta! ¡Cuál va a ser | | tu
alegría, tu sorpresa!... | | Quizá no haya recibido | | mis cartas; quizá me tenga | | por muerto. De todas
suertes | | es imposible que sepa | | mi llegada. Entrar de
incógnito | | ha sido feliz idea, | | y apearme en un
mesón. | | Antes que llegue a su puerta | | quiero besar
otra vez | | su adorada imagen bella. | | (Saca el retrato
y lo besa.) | ¡Bien mío!, ¿serán iguales | |
tu hermosura y tu firmeza? | | ¡Ah! No lo dudo. Volemos... | | (La música no ha cesado. Las campanas vuelven
a sonar.) | Mas ¿qué campanas son ésas? | | ¡Tocan a muerto! Con malos | | auspicios vuelvo a mi tierra. | | No he temido en la campaña | | a balas ni bayonetas, | | y sin poder remediarlo | | esas campanas me aterran. | |
¡Por cierto que es miserable | | la humana naturaleza! | |
¡A muerto, sí! En ese templo | | están celebrando
exequias... | | ¿Si entraré?... Mejor será | |
preguntar en esa tienda. | | ¡Deogracias! |
|
|
BARBERO | (Saliendo.) | Adelante. | | La navaja está dispuesta. | | Entre usted. Le afeitaré | | con primor y ligereza. | |
|
|
PABLO | No lo necesito. Gracias. | | Parece que en esa iglesia | | hay entierro. ¿Sabe usted | | quién es...; digo mal, quién era | | el muerto? |
|
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|
PABLO | (¡Demonio!) ¿Habla usted de veras? | |
|
|
BARBERO | Lo que oye usted; sí, don Pablo, | | natural
de Cariñena, | | vecino de Zaragoza, | | hacendado,
hombre de letras, | | de estado soltero, edad | | como de veintiocho
a treinta, | | oficial movilizado, | | buen mozo, et caetera,
et caetera. | |
|
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PABLO | (Peregrina es la aventura; | | y el hombre
da tales señas... | | Lo más singular del caso | | es el ser yo a quien lo cuenta.) | |
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BARBERO | Ya nadie ignora
su muerte, | | ni aun los niños de la escuela. | |
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PABLO |
(¡Bravo! Puede ser que yo | | me haya muerto y no lo sepa.) | |
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BARBERO | Parece que usted se aflige | | al oír tan
triste nueva. | |
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PABLO | Todas las malas noticias | | que oiga
yo sean como ésa. | |
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BARBERO | ¿Qué dice usted?
¿Con que un muerto?... | |
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PABLO | Dios le dé la gloria
eterna, | | pero yo llorara más | | la muerte de otro
cualquiera. | |
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|
PABLO | Yo
me entiendo. | | ¿Ha muerto aquí? |
|
|
BARBERO | No.
En la guerra. | | En la gloriosa jornada | | de los campos
de Gandesa. | | Murió como un Alejandro | | después
de hacer mil proezas. | | Cargó él solo a un
batallón | | y le quitó la bandera. | |
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|
BARBERO | Treinta
facciosos | | le atacan; y él ¿qué hace? Cierra | | con todos, y a veinticuatro | | deja tendidos. |
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|
BARBERO | Al fin sucumbió. ¡Qué lástima! | | ¡Un mozo de tantas prendas!... | |
|
|
|
BARBERO | No, señor; y es que, a la cuenta, | | se afeitaba solo. Pero | | todo el mundo le celebra... | |
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|
PABLO | ¡Después de muerto! ¿Verdad? | | (Vuelve
a oírse el son de las campanas sin cesar el de la
música.) |
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BARBERO | Yo le diré a
usted... | (Los tres paseantes se paran en corrillo
cerca de la barbería.) |
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LUPERCIO | Aún
suenan | | las campanas. ¡Pobre Pablo! | | Su muerte me causa
pena. | |
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|
BARBERO | Justamente esos señores | | hablan
del muerto. |
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|
BARBERO | Pues
entre usted | | en el corro; con franqueza. | | Son parroquianos
y amigos. | |
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|
PABLO | No quiero yo que me vean. | |
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BARBERO | Si no mienten mis sospechas | | usté
es pariente del muerto. | |
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BARBERO | Por
fuerza. | | (Cuando vi que se alegraba | | de oír el
requiem aeternam, | | dije para mí al momento: | | éste
es de la parentela.) | |
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MARIANO | Mi
lengua | | siempre elogiará a don Pablo. | | (DON
PABLO aplica el oído sin desembozarse.) |
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ANTONIO | ¡Qué
nobleza | | de sentimientos! |
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LUPERCIO | Su
bolsa | | para todo el mundo abierta... | |
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|
PABLO | Esos que ahora
le alaban | | le quitaban la pelleja | | cuando vivo: yo lo
sé. | | ¡Maestro, al que está en la huesa | |
nadie le envidia! |
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|
|
(Cesa la música.)
|
BARBERO | En
efecto, | | siempre oigo decir lindezas | | de todos los que
se mueren. | |
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ANTONIO | Dices bien. No lo creyera | | de don
Matías. ¡Qué acción | | tan indigna!
¡Qué bajeza! | | Solicitar a Jacinta... | |
|
|
|
ANTONIO | ¡Habiendo
sido prenda | | de su amigo y camarada! | |
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(DON FROILÁN sale de la casa del
baile, atraviesa el teatro, y al emparejar con los del corrillo
le reconoce DON ANTONIO.)
|
LUPERCIO | No vi ingratitud
más negra. | |
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Escena V
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D. PABLO, D. ANTONIO, D. LUPERCIO, D. MARIANO,
El BARBERO, D. FROILÁN
|
ANTONIO | ¡Don Froilán!
¿Adónde bueno? | | ¿Ya deja usté el baile? |
|
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FROILÁN |
Es
fiesta | | que me fastidia y me apesta | | Prefiero estarme
al sereno. | | Diversión es el bailar | | expuesta a
mil contingencias. | | Sus fatales consecuencias | | he visto
a muchos llorar. | | Ya pincha como lanceta | | el alfiler
de un justillo; | | ya se disloca un tobillo | | al hacer una
pirueta; | | ya, por estar ajustado, | | se revienta el pantalón; | | ya encaja mal el balcón, | | y entra un dolor de
costado. | | El ruido, la baraúnda | | le vuelven a
un hombre loco... | | Y no es difícil tampoco | | que
se abra el piso y nos hunda. | |
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|
LUPERCIO | (Bajo a D. MARIANO.) | Todo es triste para él. | |
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|
ANTONIO | ¿Y las hermanitas
bellas? | | Allí estarán. |
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PABLO | (¡Cielos!... ¡Oh! Será Isabel.) | |
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PABLO | (¡Ella baila, justo Dios, | | y están doblando por mí!) | |
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FROILÁN |
¿Baile la otra? Ni el nombre | | sufriría. Es tan
adusta... | |
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BARBERO | (En voz baja a D. PABLO. Ambos se mantienen
a la puerta de la tienda algo distantes de los demás.) | Pues miré usté, a mí me gusta... | |
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BARBERO | (¿Quién
será este hombre?) | |
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ANTONIO | ¿Y es siempre a Jacinta
fiel | | el insigne don Matías? | |
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FROILÁN | Tierno
está como un Macías. | |
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PABLO | (¡Eso más! ¡Pérfida!...
¡Ingratos!...) | |
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FROILÁN |
¿No
la ha de haber? | | Mañana al anochecer | | se celebran
los contratos. | |
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PABLO | (Muérete ¡y verás...!
¡Ah, perra!) | |
|
|
ANTONIO | Pero, amigo, usted confiese | | que
es infamia... ¡Si lo viese | | el que está pudriendo
tierra! | |
|
|
FROILÁN | Sin razón se quejaría, | | porque ¿qué mal hay en esto? | | Nada. A rey muerto,
rey puesto, | | Lo demás es bobería. | | (Suena otra vez la campana.) |
|
|
|
FROILÁN | ¡Qué
diablo!... | | Me aturde ese campaneo. | | ¿Es sermón,
o jubileo? | |
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|
MARIANO | No. Las honras de don Pablo. | |
|
|
ANTONIO |
Pues, ¡qué!, ¿usted no lo sabía? | |
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|
FROILÁN |
¿Qué he de saber? No por cierto. | |
|
|
LUPERCIO | Pues
ya. Sabiendo que el muerto | | es don Pablo, asistiría... | |
|
|
FROILÁN | No tal. Tengo mil asuntos... | | Es muy triste
un ataúd... | | No poseo la virtud | | de resucitar
difuntos. | |
|
|
PABLO | (¡Bribón! Aunque tú no quieras, | | resucitaré, y tres más; | | y mañana
sentirás | | que no haya muerto de veras.) | |
|
|
FROILÁN |
Ya al solemne funeral | | el domingo asistí yo | |
que por su alma celebró | | la Milicia Nacional. | |
¡Dos entierros! ¡Qué boato! | | ¿Tanto valía
su nombre? | | ¡Dos entierros para un hombre | | que falleció
ab intestato! | |
|
|
|
PABLO | (Haciéndole
callar.) | ¡Por
Dios, maestro!... | |
|
|
FROILÁN | Y es todo en vano. Yo
sé | | que al otro mundo se fue | | sin rezar un Padrenuestro. | | Él buscó su muerte, sí, | | y por
eso no me aflige. | | Yo su horóscopo le dije | | y
no hizo caso de mí. | |
|
|
|
FROILÁN |
Las
ocho... Aún llego | | al acto segundo. Estoy | | convidado...
Ea, me voy | | a la ópera. Hasta luego. | |
|
|
Escena VII
|
|
D. PABLO, el BARBERO
|
BARBERO |
¿Sabe usted que el don Froilán | | es hombre de mala
estofa? | | El egoísta agorero | | le llaman en Zaragoza. | | ¡Miren qué disculpas da | | para faltar a las honras | | del que iba a ser su cuñado! | | Y eso que, según
me informan, | | le hizo el muerto mil favores. | | Pues, ¡digo,
también la otra, | | que al son del luceat ei | | bailando
está la gavota, | | y con el pérfido amigo | |
concierta alegre la boda! | | Y luego si uno murmura | |
dirán... (Pero no se toma | | la molestia de escucharme. | | Extravagante persona | | es este quidam.) |
|
|
PABLO | (Estoy | | por subir, y a esa traidora... | | Pero más que
ella me irrita | | su hermano. ¡Pues no hace mofa | | de mi
muerte! A bien que pronto | | se convertirá en congojas | | y lamentos el sarcasmo | | con que a los muertos baldona. | | Aquí le traigo yo un récipe | | que no ha
de tomarlo a broma. | | Pero el castigo, aunque duro, | | no
satisface mi cólera. | | Yo quisiera otra venganza | | más directa; mía sola... | | ¡Ah! ¡Qué
idea tan feliz! | | Mi escribano Ambrosio Mora | | vive al
volver esa esquina; | | don Froilán está en
la ópera... | | Voy volando...) Abur, maestro. | |
|
|
BARBERO |
Felices noches. (Ahora | | se va y me deja en ayunas...) | |
|
|
PABLO | ¿Oyó usted a aquella boca | | excomulgada insultar | | al que está bajo la losa? | |
|
|
BARBERO | Sí;
¡el tal don Froilán!... |
|
|
PABLO | Pues
luego | | cantará la palinodia. | |
|
|
BARBERO | ¿De veras?
Diga usted. ¿Cómo?... | |
|
|
|
BARBERO |
No
importa. | | Vamos..., yo no lo diré... | |
|
|
PABLO | Sino
a toda la parroquia. | |
|
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|
PABLO |
Excelente | | barbero. | Usted
me sonroja; | | mas... |
|
|
PABLO | Cuente
usted con mi barba | | si me quedo en Zaragoza. | |
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|
Escena IX
|
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El BARBERO, D. ELÍAS
|
ELÍAS | (¡Hermosa criatura! Con el llanto, | | que a otras afea tanto, | | se aumenta de su rostro peregrino | | el seductor encanto. | | Por no ofender a Dios, salgo del
templo. | | ¡Oh ciegos pecadores, | | de mi austera virtud
tomad ejemplo! | | Otro en el dulce error se obstinaría, | | mas yo ni aun en la senda del pecado | | abandono la sabia
economía. | | Ya que es pecar sin fruto | | el adorar
las dotes..., ¡y la dote! | | de ese hermoso portento, | |
pongamos al amor veto absoluto, | | y demos otro giro al pensamiento. | | Diez onzas... ¡ay! cabales | | tres mil doscientos reales. | | (¡Fatal recuerdo! El corazón le odia, | | y siempre
ha de venir a atormentarme!) | |
|
|
BARBERO | (No puedo echar de
mí la palinodia.) | |
|
|
|
(D. ELÍAS llega
paseando a la puerta de la barbería. Suenan por última
vez las campanas.)
|
|
BARBERO | ¿Sanguijuelas? | | ¿Un repaso a la barba? | |
|
|
|
|
|
BARBERO | Si
hay caries, afuera; es muy sencillo. | | Prepararé
el gatillo... | |
|
|
ELÍAS | ¡Por Dios y por las ánimas
benditas | | Ya me han sacado ¡diez! No de la boca. | | ¡Ojalá! |
|
|
|
ELÍAS | ¡Del
bolsillo! | | Oigame usted: le contaré mis cuitas. | | Ese hombre a quien entierran... |
|
|
BARBERO | A
propósito... | | Un embozado aquí que, por lo
visto, | | es su pariente... |
|
|
ELÍAS | ¡Ah!
¿Le dejó en depósito | | alguna cantidad? ¿Es
su albacea? | |
|
|
BARBERO | Lo contrario barrunto, | | porque habló
con desprecio del difunto. | |
|
|
|
BARBERO | Es
hombre misterioso. | | Quizá usted le conozca, don
Elías. | | Quizá usted que era amigo de don
Pablo... | |
|
|
ELÍAS | En hora buena se le lleve el diablo, | | mas ¡también mi dinero!... |
|
|
BARBERO | A
lo que entiendo, | | tiene trazas de mover un cisco... | |
Con don Froilán es toda su ojeriza. | |
|
|
ELÍAS |
¡Sepultadas mis onzas en el fisco! | | Al pensarlo me tiro
de las greñas, | | y bramo de furor. |
|
|
BARBERO | Daré
las señas. | | Es alto, es rubio... |
|
|
ELÍAS |
No,
no le perdono. | | Su muerte fue un suicidio. | |
|
|
|
ELÍAS | ¡Se
ha matado | | por llevarse a la tumba mi subsidio! | |
|
|
BARBERO |
Hombre de buena edad, grueso... |
|
|
|
|
ELÍAS | ¡Mentira!
No he rezado, | | aunque usted me haya visto, ¡mal pecado! | | salir del templo. |
|
|
BARBERO | ¡Dale! | | ¡Si yo no hablo del muerto! Hablo del otro. | | Al despedirse
dijo... | |
|
|
ELÍAS | Maestro, aquella tumba era mi potro, | | y el duelo era un sarcasmo, una parodia... | |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
BARBERO | ¡Oh! Quedarme prefiero | | con mi curiosidad. |
|
|
|
BARBERO | ¡Basta,
basta! | | ¡Atajar la palabra de un barbero! | |
|
|
|
BARBERO | ¡Maldita,
amén, sea tu casta! | |
|
|
|
(Se entra en la tienda
y la cierra por dentro. Cesan las campanas.)
|
Escena XI
|
|
ISABEL,
D. ELÍAS, RAMÓN
|
|
(ISABEL estará
vestida de luto; RAMÓN trae una linterna encendida.
Suenan otra vez los violines.)
|
ISABEL | ¡Aún
bailan! ¡Qué corazones! | | Ten piedad de ellos, Dios
mío. | | Suspende el terrible golpe | | de tu justicia,
por más | | que su maldad lo provoque. | |
|
|
ELÍAS |
¡Oh Isabel, Isabelita! | | Usted es un ángel. |
|
|
ISABEL |
¡Pobre | | don Elías! Usted es fiel | | a la amistad. ¡Alma
noble, | | alma sensible y piadosa! | |
|
|
ELÍAS | No merezco
esos loores. | | Crea usted... |
|
|
ISABEL | Olvidan
otros | | sagradas obligaciones, | | y usted, que nada debía | | a don Pablo... |
|
|
ELÍAS | Yo
¿de dónde? | | Al contrario... |
|
|
ISABEL | Pero
Dios | | premia las buenas acciones. | |
|
|
ELÍAS | Yo confío
en su infinita | | misericordia... (¡Este postre | | me faltaba!) |
|
|
ISABEL | La
que fue | | su delicia, sus amores, | | su único bien,
ni aun escucha | | el son del místico bronce | | que
anuncia su funeral. | | Ceñida la sien de flores, | |
no deposita una sola | | sobre la tumba del hombre | | que
la adoró. Ni un suspiro | | lanza aquel pecho de roble, | | si no a la grata memoria | | del que iba a ser su consorte, | | siquiera al sincero amigo, | | siquiera al valiente joven | | que el alma rindió invocando | | de patria y de
amor el nombre. | | Bien haces. Dios no se paga | | de sacrílegos
clamores. | | No insultes, ¡ay!, a su sombra. | | Déjala
que en paz repose, | | ingrata mujer; no mandes | | a tus ojos
que le lloren | | si en otro semblante luego | | se han de
fijar seductores. | | Más puro será mi llanto, | | más veraz, y desde el orbe | | celestial quizá
benigno | | mi Pablo amado lo acoge. | | Mi tálamo es
su sepulcro. | | Deja que en él me corone | | yo sola.
Yo sé que su alma | | al alma mía responde, | | y pues yo la he merecido | | más que tú,
¡no me la robes! | |
|
|
|
(El sacristán sale de la
iglesia, cierra la puerta y se retira. Sigue la música.)
|
ELÍAS | ¡Ah, señora! Yo tendría | | un corazón de alcornoque | | si no derramase lágrimas... | | (Por mis cuarenta doblones.) | | Pero al fin... ¡Cómo
ha de ser! | | Aunque usted gima y solloce, | | Dios lo hizo:
no hay esperanza | | de que su fallo revoque. | | Y ya han
cerrado la puerta, | | y sopla un viento de norte... | | (ISABEL se arrodilla en el umbral de la puerta y cruza
las manos en actitud de orar.) | (No me escucha;
se arrodilla | | en yertos escalones, | | y orando por el difunto | | estatua parece inmóvil. | | ¡Oh, Virgen Madre, que
ruegas | | por nosotros... acreedores!, | | ¿merece un muerto
insolvente | | tan devotas oraciones?) | |
|
|
Escena XII
|
|
ISABEL, D. ELÍAS, RAMÓN,
D. PABLO
|
PABLO | (Ya ha recibido el papel, | |
ya es otro hombre, ya me llora. | | ¿Qué apostamos
a que ahora | | soy un santo para él?) | | ¿Otra vez
en el salón | | suena la música impía? | | ¡Oh vil, infame alegría! | | ¡Oprobio!... ¡Prostitución! | | ¿Y no arrojaré del pecho | | el ídolo torpe,
ingrato...? | | (Saca el retrato, lo despedaza y lo pisa.) | ¡He aquí su falaz retrato...! | | Caiga a mis plantas
deshecho. | | Si un día fui tu cautivo, | | ya no, mujer
inconstante. | | Quien vende muerto al amante | | vendiera
al esposo vivo. | | ¿Qué se diría de mí | | si me rindiese al dolor...? | | Entierra, Pablo, al amor, | | pues te han enterrado a ti. | | Engañadora sirena, | | te creí sincera y firme... | | Pues si acierto a
no morirme, | | ¡como hay Dios que la hago buena! | | Olvidemos
a la infiel, | | que si airado resucito, | | ¿qué haré
con alzar el grito? | | Un ridículo papel. | | Vuelva
a mi pecho la calma, | | y pues soy muerto viviente, | | voy
a ver qué buena gente | | pide al cielo por mi alma. | | Y a fe que, si al catecismo | | doy un repaso, quizás | | tampoco estará de más | | que yo me rece
a mí mismo. | | ¡Vaya, que es rara aventura! | | Para
mí es niño de teta | | el austero anacoreta | | que cava su sepultura. | | Más eco hará en
los anales | | el nombre de un ciudadano | | que concurre vivo
y sano | | a sus propios funerales. | | (Da algunos pasos hacia
la iglesia, siempre embozado, y se para.) | Por hoy ya no
puede ser, | | que la iglesia está cerrada. | | Mas
¿qué veo? ¡Arrodillada | | al umbral una mujer! | |
¿Quién será el alma bendita | | que así
me llora insepulto? | | En este esquinazo oculto | | observaré... |
|
|
ELÍAS | ¡Isabelita!... | | (¿Si será la hermana bella | | de Jacinta? No. ¿A
qué asunto | | suspirar por un difunto | | que en su
vida...?) |
(El criado que se pasea silencioso con
la linterna en la mano, pasa por junto a ISABEL, y la reconoce
D. PABLO. Cesa la música.)
| (¡Pues
es ella! | | ¡La otra tan malas entrañas | | y ésta
adorando mi nombre! | | No hay como morirse un hombre | | para
ver cosas extrañas.) | |
|
|
ISABEL | Sombra que amo y reverencio, | | perdóname si llorosa | | interrumpo de tu losa | |
el venerable silencio. | |
|
|
|
ISABEL |
Más
grata oblación | | diérate la amada prenda; | | mas no rehuses la ofrenda | | de mi tierno corazón. | |
|
|
PABLO | (Me amaba, me ama... ¡Oh portento!) | |
|
|
ISABEL | Si de
una triste mortal | | desde el trono celestial | | oyes benigno
el acento, | | no a Dios le pidas que yo | | deje, sin dejar
el mundo, | | el dolor veraz, profundo | | que tu muerte me
infundió. | | No turbe, no, mi quebranto | | las delicias
de tu Edén, | | ¡que Dios ha puesto también | | gloria y delicia en el llanto! | |
|
|
PABLO | (¡Qué alma!
¡Y no la conocí!) | |
|
|
ISABEL | Pídele sólo
al Señor | | que eterno sea el amor | | con que el alma
te rendí; | | que nunca humana flaqueza | | me conduzca
a no quererte. | | ¡Antes un rayo de muerte | | caiga sobre
mi cabeza! | | (Calla y contemplativa alza los ojos al cielo.) |
|
|
PABLO | (¡No puedo más! ¡Qué pasión! | | Yo llego... ¡Oh ventura mía! | | (Deteniéndose.) | Mas la súbita alegría | | tal vez...) |
|
|
ISABEL | (Después de un profundo suspiro.) | Vámonos,
Ramón. | |
|
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Escena XIII
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ISABEL, D. PABLO, D. ELÍAS, RAMÓN,
D. FROILÁN
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FROILÁN | Entremos. Aún
será tiempo... | | Pero la iglesia cerraron. | |
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PABLO |
(Ya está aquí mi hombre.) |
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FROILÁN |
¡Isabel! | | ¡Don Elías! ¿Cómo os hallo | | a estas horas
por aquí? | | ¿Salía del entierro acaso? | |
¡Ah! sí, no hay duda. Ese luto... | | Parece que se
ha acabado | | el funeral. |
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FROILÁN | ¡Y fue para mí un arcano! | | ¿Por qué no habérmelo dicho, | | y mis ardientes
sufragios...? | |
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ISABEL | ¿A qué, si ya en otra tumba | | le habías tú sepultado | | más profunda? |
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FROILÁN | ¿A
mi Pablo? | | ¿Al mejor de mis amigos? | | ¿A quien ya llamaba
hermano? | |
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PABLO | (¡Para el necio que te crea!) | |
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FROILÁN |
Pues ¡si le quería tanto...! | | Poco he dicho. Le
adoraba. | |
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ELÍAS |
(¡Extraña metamorfosis | | por cierto!) |
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FROILÁN | ¡Tan
buen muchacho...! | | ¡Ah...! Me nombró su heredero. | |
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FROILÁN | Aquí
traigo | | su postrera voluntad. | |
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PABLO | (Eso no, que ya he
tomado | | mis medidas, por si muero | | antes de reír
el chasco.) | |
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ELÍAS | ¿No habla de otros legatarios | | el testamento?
¿O de deudas...? | |
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FROILÁN | No. Todo me lo ha dejado. | | ¿Qué mucho si nos unió | | desde los primeros
años | | la dulcísima amistad | | cuyos halagüeños
lazos...? | |
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FROILÁN |
¿Nuestras
almas | | llenaron siempre de encantos? | |
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FROILÁN | ¡Ay, caro amigo!
Este rasgo | | de cariñosa bondad | | hacer mayor mi
quebranto. | | ¿Qué son todos los tesoros | | del mundo,
si los comparo | | con la delicia de verte, | | de hablarte...?
Mi acerbo llanto | | no podrá, ¡triste de mí! | | arrancarte al duro mármol | | que te esconde... |
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ISABEL | ¡Calla,
impío! | | ¡Blasfemo, sella los labios! | | Guárdate
el oro que heredas | | y no turbes el descanso | | de aquella
alma generosa, | | que acaso estará penando | | porque
tan mal empleó | | sus dádivas. |
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ISABEL | ¡Calla por piedad! No me hagas | | testigo
del vil escarnio | | con que insultas las cenizas | | de tu
bienhechor. Huyamos... | |
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ELÍAS | Si
usted | | quiere servirse del brazo... | |
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ISABEL | ¡No! Sola
me quiero ir. | | Detesto al linaje humano. | | ¡Perfidia,
maldad, bajeza | | donde quiera...! ¡Ay Pablo, Pablo! | |
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Escena XIV
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D. PABLO, D. FROILÁN,
D. ELÍAS
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PABLO | (¿Es sueño acaso?
¿Es delirio? | | ¡Tanto amor!...) |
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FROILÁN | ¡Qué
sinrazón! | | ¡Qué ruin interpretación | | de mi profundo martirio! | |
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ELÍAS | Y en efecto, el
testamento... | |
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FROILÁN | ¡Ah! ¡Cuánto dolor
me cuesta! | | Y ahora volver a esa fiesta... | | He aquí
mi mayor tormento. | | Mas debo forzosamente | | acompañar
a mi hermana. | |
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ELÍAS | La herencia es más que
mediana, | | y usted que era ya pudiente... | |
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FROILÁN |
¡Yo baile, oh Dios, yo concierto, | | cuando mi pena es tan
grave...! | |
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ELÍAS | Yo tenía, usted lo sabe, | | relaciones con el muerto... | |
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FROILÁN | No toque
usted ese punto, | | que mi aflicción... |
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ELÍAS |
Sin
embargo... | | Usted debe hacerse cargo | | de las deudas del
difunto. | |
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FROILÁN | ¡Ya no hay placer para mí | | en el mundo! |
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ELÍAS | Él
me debía | | unos cuartos... |
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FROILÁN | Noche
y día | | rezaré por su alma, sí. | |
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PABLO |
(El diálogo me divierte.) | |
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ELÍAS | Si me olvidó,
no es portento, | | que sin duda el testamento | | lo hizo... |
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ELÍAS | (¡Diablo de hombres!) Yo
decía... | |
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FROILÁN | Lo dejó en la escribanía | | al salir de Zaragoza. | |
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FROILÁN | ¡Amigo
fiel! | | Aunque venda mis camisas, | | mañana doscientas
misas | | mandaré rezar por él. | |
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PABLO | (Eso
me encuentro. Por Dios | | que de él no esperaba tanto.) | |
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ELÍAS | Mas yo le hice un adelanto... | |
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FROILÁN |
¡Ah Sí; lloremos los dos. | |
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FROILÁN | Con
ojos serenos | | ¿quién ve a su amigo morir? | |
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ELÍAS |
Pero puede usted decir: | | los duelos con pan son menos. | | ¿Y quién vuelve a mi escritorio | | el dinero...? |
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ELÍAS | Alma
que no paga | | no sale del purgatorio. | | Diez onzas..., |
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FROILÁN | No
cuestan tanto | | las doscientas misas. |
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(Hablando, han llegado a la casa
del baile.)
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FROILÁN | (Ya dentro del portal.) | Ni
a hablar acierto. | | ¡Adiós! |
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ELÍAS | ¡Me planto! ¡Lléveos el diablo | | a ti, a la herencia, y al muerto! | |
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Escena XV
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D. PABLO, D. ELÍAS
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Llega D. PABLO por detrás de D. ELÍAS y le
toca en el hombro.
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PABLO | Tenga usted más
caridad | | con los difuntos. |
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ELÍAS | (Volviéndose
asustado.) | ¿Qué
voz? | | Si yo creyera en visiones | | diría... | (Reconociéndole.) | Sí,
¡él es! ¡Favor!... | |
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|
PABLO | ¡Silencio! No soy fantasma. | | Vengo... |
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|
ELÍAS | De
parte de Dios | | te digo, sombra iracunda... | |
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|
PABLO | No hay
tal sombra. Vivo estoy. | | Acérquese usted sin miedo. | | Tenemos que hablar los dos. | |
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ELÍAS | Si en el otro
mundo penas | | como en éste peno yo, | | al heredero
le toca | | procurar tu redención; | | no a mí,
difunto don Pablo, | | a mí que soy tu acreedor, | |
a mí... |
|
|
PABLO | Basta.
Sabe usted | | que soy hombre de razón, | | y si yo
me hubiera muerto, | | no lo negaría, no. | | Caí
herido de un balazo | | en medio de la facción. | |
Sin duda, al verme tendido | | sin aliento y sin color, | |
todos me dieron por muerto | | sin más averiguación; | | y como nadie después | | de mí ha sabido
hasta hoy, | | no extraño que en mis exequias | | haya
graznado el fagot. | | Recobrados mis sentidos | | con el frío
y el dolor, | | medio vivo, medio muerto, | | me levanté
del montón. | | En vano pedía auxilio: | | nadie
escuchaba mi voz. | | Por fin llegué como pude | | a
la choza de un pastor. | | Por buena suerte la herida | | no
era mortal, aunque atroz. | | Aquella familia honrada | | tuvo
de mí compasión, | | y curándome en sigilo, | | sin botica ni doctor, | | me libertó de las uñas | | de Tristany o Caragol. | | Recobradas ya mis fuerzas, | |
mi marcha emprendo veloz | | de regreso a Zaragoza, | | y
hoy llego a puestas de sol | | para reír desengaños | | de este mundo pecador. | |
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ELÍAS | ¡Es posible! ¡Ah!
mi alegría... | |
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PABLO | Usté es un hombre de
pro. | | Usté ha rezado en mi entierro... | |
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ELÍAS |
¡Oh! Sí, con mucho fervor. | |
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PABLO | Y gracias por
su cristiana | | misericordia le doy. | | Sólo a usted
me he descubierto... | |
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ELÍAS | ¡Usted me hace sumo honor!... | |
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PABLO | Mas nadie sepa que vivo | | hasta mejor ocasión. | | Usted sabrá mis proyectos, | | y cuento con su favor | | para llevarlos a cabo. | |
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ELÍAS | Sabe usted que siempre
estoy | | a su obediencia. A propósito, | | el papel
que se quedó | | sin firmar... Aquí lo traigo. | | Si a la luz de ese farol | | (El que habrá
en el portal de la casa donde se baila.) | quisiera
usted... Pediremos | | un tintero... |
|
|
PABLO | ¿No
es mejor | | que se venga usted conmigo | | y le daré
en el mesón | | las diez onzas consabidas, | | los réditos
y otras dos | | en muestra de gratitud...? | |
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PABLO | Justamente
ya ha debido | | cobrar mi administrador | | unas letras... |
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|
ELÍAS | No
es decir | | que yo tenga prisa, no. | | Sólo por acompañar | | a usted... (¡Supremo Hacedor, | | no me le mates ahora! | | ¡Cumpla su buena intención!) | |
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ELÍAS | (Componiéndole el embozo de la capa.) | Abríguese usted. | | (D. PABLO tose.) | ¡Cuidarse! ¿Qué es eso? ¿Tos? | |
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ELÍAS | Es
que usté estará | | delicado, y el pulmón... | |
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PABLO | (Riéndose.) | Cálmese usted, don Elías, | | que mi palabra
le doy | | de no morirme otra vez | |
sin pagarle. |
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Escena I
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D. PABLO, D. ELÍAS
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Entran con precaución.
El teatro está oscuro.
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PABLO |
Si alguno nos ha observado... | |
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ELÍAS | Sólo lo
sabe Ramón, | | y ése es de satisfacción. | | Puede usté entrar descuidado. | | Jacinta está
de jolgorio | | con su novio y los amigos | | que servirán
de testigos | | para el impío casorio. | | Luego que apuren
los platos | | del opíparo banquete, | | vendrán
a este gabinete | | para firmar los contratos. | |
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ELÍAS | No
fue posible | | hacerla entrar en la fiesta. | | La maldice y
la detesta | | como sacrilegio horrible. | |
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PABLO | ¡Pobrecilla!
¿Y don Froilán? | |
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ELÍAS | Muerto está de
pesadumbre, | | mas, ya se ve, la costumbre..., | | la etiqueta,
el qué dirán... | |
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PABLO | Al bien y al mal se
acomoda | | esa frase; y ¿qué ha de hacer | | quien por
fuerza ha de escoger | | entre un duelo y una boda? | |
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ELÍAS |
Ya, pero, entre el mundo y Dios, | | don Froilán gime...
y devora; | | luego apura el vaso... y llora; | | y así
cumple con los dos. | |
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PABLO | Sentiré
que alguien me vea. | |
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ELÍAS | ¿Cómo? En un cuarto
excusado... | |
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PABLO | Quisiera un instante hablar | | con Isabelita...
Pero | | prepárela usted primero. | |
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ELÍAS | Entiendo.
Vóila a buscar. | | Pues llevan largo el convite | | y
Ramón está advertido, | | fácil será... |
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ELÍAS | Traen luces. ¡Al escondite! | |
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(D. PABLO corre a esconderse en el cuarto del foro; cierra
por dentro las vidrieras. RAMÓN trae luces.)
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Escena IV
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D. ELÍAS, ISABEL
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ISABEL | ¿Qué hace usted tan solo aquí? | |
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|
ELÍAS |
Isabel, no es de mi gusto | | esa infame bacanal, | | y aquí
me estoy hecho un búho | | contemplando las flaquezas | | y aberraciones del mundo. | | ¿Dejarán la mesa pronto? | |
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|
ELÍAS | Desde
aquí descubro... | | (Mirando por la puerta
de la izquierda.) | Los postres sirven. No acaban | | ni en veinticinco minutos. | | ¡Qué contraste! Ellos
riendo, | | ¡y usted vestida de luto! | |
|
|
ISABEL | Y quizás
de mi aflicción | | se mofan. |
|
|
ELÍAS | ¡Atroz
insulto! | | ¡Y acaso aún están calientes | | las
cenizas del difunto! | |
|
|
|
ELÍAS | Si
apareciese ahora | | entre ellos vivo y robusto | | el mismo
a quien juzgan muerto, | | como figuras de estuco | | se quedarían. |
|
|
|
ELÍAS | Y ¿qué maravilla? Algunos | | suelen
tornar a la vida | | desde el borde del sepulcro. | |
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|
ISABEL | No
con vanas ilusiones | | aumente usted mi profundo | | dolor. |
|
|
ELÍAS | No
quiero decir | | que Dios, aunque sea sumo | | su poder, haga
un milagro | | y se alcen a mis conjuros | | los que descansan
en paz; | | pero, señor, yo pregunto, | | ¿quién
da fe de que haya muerto | | don Pablo? Un parte confuso..., | | la declaración verbal | | de un amigo infiel, perjuro... | |
|
|
ISABEL | Y otros ciento que en el campo | | le vieron yerto,
insepulto; | | y los facciosos también | | le contaron
en el número | | de los muertos. Si él viviera, | | no podría estar oculto | | su destino tantos días. | | ¡Nunca se verán enjutos | | mis ojos! ¡No hay esperanza! | |
|
|
ELÍAS | Pues yo la tengo, y la fundo | | en razones poderosas. | | ¡Oh! ¡Cómo de esos renuncios | | se cometen en los
partes! | | Ni siempre la voz del vulgo... | | Bien pudo caer
don Pablo | | herido en el campo, y pudo | | salvarse después...
En fin, | | aunque parezca un absurdo, | | yo creo... Yo tengo
datos... | |
|
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|
|
ISABEL | ¡Insensata! ¿Cómo puedo | | esperar...? |
|
|
ELÍAS | Si
de su puño | | enseñase yo una carta... | |
|
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ISABEL |
Basta, basta. Yo no sufro | | que usted se burle de mí | | tan cruelmente. |
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|
ELÍAS | No
me burlo. | | Vive don Pablo. |
|
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ISABEL | ¡Oh,
Dios mío! | | ¿Será posible? |
|
|
|
|
ELÍAS | Baje
usted la voz. | | Si no temiera que un susto | | repentino... |
|
|
ISABEL | No,
mi gozo... | | Venga esa carta... |
|
|
ELÍAS | Presumo | | que usted daría más crédito | | a un
testigo..., y me aventuro | | a presentarlo... |
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|
|
|
|
|
(Junto
a la puerta del foro que había entreabierto DON PABLO.)
|
ELÍAS | Salga
usted. | | El momento es oportuno. | |
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Escena V
|
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D. PABLO, ISABEL, D. ELÍAS
|
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ISABEL | (Al verle grita y retrocede
asustada, y después de un instante de silencio le
abraza con la mayor ternura.) | ¡Ah!...
Pablo mío! | | ¿Es posible que te ven | | mis ojos? ¡Pablo!
¿Tú vives? | | Mi alma se anega en placer. | | ¡Dios de
bondad! Si es delirio, | | muera yo dichosa en él. | |
Mas no; mis brazos amantes | | le están estrechando.
¡Él es! | | (Avergonzada se desprende de los brazos
de D. PABLO, y baja los ojos.) | (¿Qué estoy diciendo,
insensata? | | ¡Oh rubor!...) Perdone usted... | |
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|
ELÍAS | (Observando a la puerta.) | Ya han retirado los postres | |
y las copas de Jerez. | |
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|
PABLO | Isabel, ese cariño | |
que en el alma grabaré, | | viene a endulzar la amargura | | de un desengaño cruel. | |
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|
ISABEL | Dios sabe con qué
aflicción | | tu muerte, Pablo, lloré... | |
|
|
ELÍAS |
Ya recogen la vajilla. | | Ya levantan el mantel. | |
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|
PABLO | Aunque
por muerto me dieron | | de mis heridas sané. | | Otra
me han hecho en el alma. | | Yo la curaré también. | |
|
|
|
|
ISABEL | (¡Hermana!... ¡Ay de mí!) |
|
|
PABLO |
Isabel, | | tú sola sabes que vivo. | | Otros lo sabrán
después. | | ¿Querrás por breves instantes | |
guardarme el secreto fiel? | |
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|
ISABEL | Lo guardaré, mas
¿qué intento?... | |
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|
PABLO | A ese contrato nupcial | | presente quiero
que estés. | |
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|
PABLO | Y
no importa | | que les des el parabién. | | Yo se lo doy
desde luego, | | y ya jamás fiaré | | ni en lisonjeros
amigos | | ni en palabras de mujer. | |
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|
|
PABLO | ¡En
la tumba se aprende | | mucho! |
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|
|
PABLO | Adiós... Yo seré
más cauto... | | por si me muero otra vez. | |
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|
|
(Se entra en el cuarto del foro, cerrando las vidrieras.)
|
Escena VII
|
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ISABEL, D. ELÍAS, D. FROILÁN,
JACINTA, D. MATÍAS, D. ANTONIO, D. LUPERCIO, DAMAS,
CABALLEROS.
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Toman todos asiento en varios grupos.
D. MATÍAS, JACINTA con otras damas y galanes a un
lado; D. LUPERCIO con los demás convidados a otro;
D. ANTONIO junto a D. FROILÁN; D. ELÍAS e ISABEL
a un extremo.
|
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|
LUPERCIO | ¡Oh, que está
aquí don Elías! | |
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|
ELÍAS | Buenas noches,
don Lupercio. | |
|
|
MATÍAS | ¿Cuándo viene ese Notario, | | que en verdad, ya me impaciento | | esperándole? |
|
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|
MATÍAS | Mira,
luego | | que se firmen los contratos | | conyugales, bailaremos. | |
|
|
DAMAS | Sí, sí, un poquito de baile. | |
|
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|
FROILÁN | (Aparte
con D. ANTONIO.) | Esa boda se va a hacer | | bajo auspicios
muy funestos, | | don Antonio. |
|
|
ANTONIO | ¿Qué
sé yo?... | | Se quieren y están contentos... | |
|
|
JACINTA | (Aparte con D. MATÍAS.) | Por fin ya nos
favorece | | mi hermana. Pero ¡qué gesto! | | Y es un
insulto el entrarse | | aquí con vestido negro. | |
|
|
MATÍAS |
Como es tan sentimental, | | no me admiro... |
|
|
JACINTA | Pues
yo creo | | que tiene más de envidiosa | | que de santa. |
|
|
MATÍAS | Y
aun por eso, | | a falta de otro galán, | | se resigna
a los obsequios | | del buen don Elías. |
|
|
JACINTA | Siempre | | tuvo ruines pensamientos. | |
|
|
DAMAS | (En voz baja.) | ¿Qué
dote lleva la novia? | |
|
|
LUPERCIO | No es gran cosa. Seis mil
pesos. | |
|
|
ISABEL | (Aparte con D. ELÍAS.) | ¿Cuáles
serán los designios | | de don Pablo? |
|
|
ELÍAS |
Es
un secreto, | | señorita, y como yo | | de económico
me precio, | | quiero ahorrar las conjeturas, | | pues al fin
he de saberlo. | |
|
|
FROILÁN | (Aparte con D. ANTONIO.) |
Es un cargo de conciencia, | | sí, señor, y
yo no debo | | autorizar... |
|
|
ANTONIO | ¡Bobería! | | Los que se casan son ellos, | | no usted. |
|
|
|
|
FROILÁN |
¡Don Pablo amaba a Jacinta! | |
|
|
ANTONIO | ¡Sí, señor...,
pero se ha muerto! | |
|
|
|
ANTONIO | Ya, pero no es su heredero. | |
|
|
|
ANTONIO | ¡Cómo ha de ser! Ya
lo veo. | |
|
|
|
ANTONIO | Yo
también | | las vertería... a ese precio. | |
|
|
MATÍAS |
¡Ya está aquí el Notario! ¡Viva! | |
|
|
Escena VIII
|
|
ISABEL, JACINTA, D. ELÍAS,
D. FROILÁN, D. MATÍAS, D. ANTONIO, D. LUPERCIO,
el NOTARIO, DAMAS, CABALLEROS
|
NOTARIO | Buenas noches,
caballeros. | |
|
|
DAMAS | (Aparte a un convidado.) | Ese curial
incivil | | no saluda al bello sexo. | |
|
|
MATÍAS | Vamos;
¿vienen ya extendidos | | los contratos? |
|
|
NOTARIO | (Sentándose
a una mesa, donde habrá recado de escribir.) | Sí
por cierto. | | No falta más que firmar; | | los contrayentes
primero | | y los testigos después | | en sus respectivos
huecos. | |
|
|
FROILÁN | (A D. ANTONIO en voz baja.) | Ese
hombre, que para mí | | es una especie de cuervo, | |
despierta en mi corazón | | atroces remordimientos. | |
|
|
NOTARIO | Si ustedes me lo permiten, | | calo las gafas y leo... | |
|
|
MATÍAS | ¡No, por Dios! ¿A qué cansarnos | | con
ese eterno proceso? | |
|
|
NOTARIO | No tal. Yo soy muy lacónico. | | Tendrá veintisiete pliegos... | |
|
|
MATÍAS | ¡Misericordia!...
¡Una pluma! | | (Llega a la mesa y la toma.) | ¿Da usted fe
de que en efecto | | me caso con la que adora | | mi corazón? |
|
|
NOTARIO | Por
supuesto. | | Con doña Jacinta... |
|
|
MATÍAS | Basta. | | Firmo como en un barbecho. | | (Firma.) |
|
|
FROILÁN | (Tapándose los ojos.) | ¡Ah! ¡Qué
horror! ¿Y sufro yo | | tan bárbaro sacrilegio? | |
|
|
ELÍAS | (A ISABEL.) | ¿Qué le ha dado a don Froilán? | | Suspira, se pone trémulo... | |
|
|
|
JACINTA | (Se acerca a la mesa.) | Volando, | | que mi gloria cifro en esto. | |
|
|
FROILÁN | ¡No puedo
más! | (Se levanta, y se acerca también a la
mesa.) |
|
|
|
|
FROILÁN | ¡Detén, en nombre del cielo, | | esa
mano temeraria! | | ¿Olvidas tus juramentos? | | ¿Menosprecias
tu opinión? | | ¿No sabes que hay un infierno | | para
los perjuros? ¡Ah!... | |
|
|
|
FROILÁN | ¿Vas a casarte con otro | | cuando
la sangre del muerto | | está humeando? Aún escucho | | las campanas de su entierro... | |
|
|
JACINTA | ¡Eh! ¿Quieres dejarme
en paz? | |
|
|
CABALLEROS | Ese hombre ha perdido el seso. | |
|
|
DAMAS | (A D. ANTONIO.) | ¡Qué hipocresía! |
|
|
|
ELÍAS | (A ISABEL.) | Como soy que me divierto. | |
|
|
MATÍAS | Ea, firma, y no hagas caso | | de un fastidioso
agorero. | |
|
|
JACINTA | Sí; el corazón me lo manda. | | ¿Aquí?... (No sé por qué tiemblo. | | ¡Ánimo!) | (Firma.) | Ya
está. |
|
|
FROILÁN | ¡Gran
Dios!... | | ¡Ella ha firmado! ¡Esto es hecho! | | ¡Ah! ¿Qué
sería de ti, | | falsa mujer, si del centro | | de la
tumba aquí se alzase | | don Pablo y con voz de trueno?... | |
|
|
|
|
(Todos los interlocutores,
a excepción de ISABEL, ríen estrepitosamente.)
|
|
|
|
ANTONIO | Se nos viene con sandeces | | del siglo decimotercio. | |
|
|
MATÍAS | No hablaba usted de ese modo | | dos días
ha. |
|
|
|
ELÍAS | (A ISABEL.) | Oportuno es el sermón. | | Parece que está de acuerdo | | con don Pablo. Mas
¿qué aguarda, | | que no sale del encierro? | |
|
|
FROILÁN |
Don Matías, no es la herencia | | la que ha obrado este
portento. | | Mueve mi labio divina | | inspiración. Yo
preveo... | |
|
|
MATÍAS | ¡Eh! Basta ya de simplezas, | | que
estamos perdiendo el tiempo. | | Concluyamos. Los testigos. | |
|
|
|
ANTONIO | Servidor. | (Va
a la mesa y firma.) | Sea
mil veces | | en buen hora, |
|
|
|
LUPERCIO | Allá voy... | (Firmando.) | Y
con el alma | | y la vida lo celebro. | |
|
|
|
ELÍAS | (Va y firma.) | Presente. | | Sea enhorabuena, y laus Deo. | |
|
|
|
PABLO | (Dentro.) | ¡No! | | ¡Falta un testigo! |
|
|
|
(Sorpresa general.)
|
|
|
|
|
|
(Óyese una fuente detonación
en el cuarto del foro; ábrese la puerta, y aparece
D. PABLO cubierto de pies a cabeza con un manto blanco. Un
vivo resplandor rojizo alumbra el cuarto de donde sale.)
|
|
Escena IX
|
|
ISABEL, JACINTA, D. PABLO. D. ELÍAS, D. FROILÁN,
DON MATÍAS, el NOTARIO, D. ANTONIO, D. LUPERCIO, los
CONVIDADOS
|
|
Al aparecer D. PABLO retrocede JACINTA
aterrada; las demás señoras chillan, y una
o dos se desmayan en brazos de los caballeros que las rodean,
volviendo en sí a pocos momentos; D. FROILÁN
se queda extático; D. ELÍAS suelta la carcajada,
y hace notar a ISABEL los gestos de los demás; D. MATÍAS calla, entre dudoso y amostazado; D. ANTONIO
y D. LUPERCIO dan muestras de admiración, y el NOTARIO
se esconde detrás de la mesa.
|
|
|
|
|
|
|
FROILÁN | ¡Yo no lo dije por tanto! | |
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GALÁN 3.º | (Haciendo aire
a una que está desmayada y en breve recobra el sentido.) | ¡Señora...! |
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GALÁN 2.º | (Yo tengo más
miedo que ella.) | |
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ELÍAS | (Aparte a ISABEL.) | La tramoya
ha estado bella. | | ¡Se ha portado el polvorista! | |
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JACINTA |
(La imagen de mi conciencia | | veo en su rostro fatal.) | |
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FROILÁN |
(Si es aparición, tal cual; | | si está vivo,
¡adiós la herencia!) | |
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JACINTA | Yo confieso mi locura, | | Pablo, y te pido perdón. | |
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JACINTA | Ten
compasión | | de una frágil criatura... | | A tus
plantas... |
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(Va a arrodillarse, y D. MATÍAS
la detiene.)
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MATÍAS | ¡Eso
no, | | por vida de San Matías! | | ¿Tú a sus plantas?
¡No en mis días! | | Él ha muerto, y vivo yo. | | Y nos veremos las caras, | | pues ya se firmó el concierto, | | si quiere meterse el muerto | | en camisa de once varas. | | Ni él ha muerto; no hay tal cosa; | | que si difunto
estuviera | | no alzara así como quiera | | la yerta y
pesada losa. | | Yo no le disputo a Dios | | el poder de hacer
milagros; | | mas los muertos están magros, | | y éste
abulta como dos. | | Le quisiste vivo, es cierto, | | y ahora
a mí; sea enhorabuena. | | Eso no vale la pena | | de
resucitar a un muerto. | | Si él ha muerto, ¿qué
hace aquí? | | Vuelva al panteón profundo; | |
y si vive para el mundo, | | muerto sea para ti. | | En fin,
que viva o que muera, | | tuyo no ha de ser jamás. | |
Veremos quién puede más; | | él muerto
y yo... calavera. | |
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PABLO | (Soltando el manto y dando algunos
pasos.) | No he muerto, gracias al cielo, | | ni por una infiel
y un loco | | quiero exponerme tampoco | | a dar la vida en un
duelo. | | Que perdone este mal rato | | pido a la tertulia toda, | | pues mal sienta en una boda | | el funeral aparato; | | pero
hombre de calidad, | | cuya muerte es tan sentida, | | justo
es que vuelva a la vida | | con cierta solemnidad. | | Conozco
que algún menguado | | en esta cómica escena | | más me quisiera alma en pena | | que muerto resucitado; | | pero si alguno desea | | ser pasto a la muerte avara, | | yo
no: ya he visto su cara, | | y me parece muy fea; | | y puesto
que debo tanto | | al Sumo Hacedor, no es justo | | que por dar
a nadie gusto | | me vuelva yo al camposanto. | | Mis quejas
no escucharán | | los amigos fementidos, | | no, porque
a muertos y a idos... | | Conocido es el refrán. | | Que
matan los desengaños | | dice la gente. No a mí, | | que, como muerto los vi, | | no han de abreviarme los años. | | Nada de rencor, Matías. | | Querer a una dama hermosa | | más que a un fiel amigo, es cosa | | que se ve todos
los días. | | Siempre amor en tal pelea | | ha de triunfar;
esto es cierto; | | y más si el amigo ha muerto | | y
la dama pestañea. | | Yo la quise; tú la quieres... | | Tuya debe ser la bella, | | pues yo he muerto para ella, | | y tú por ella te mueres. | | Ni tu cambio llevo a
mal, | | Jacinta. ¿Con qué derecho | | pidiera yo a tu
despecho | | una palma virginal? | | Se olvida al galán
más pulcro, | | vivo, lozano, fornido, | | ¿y no ha de
echarse en olvido | | al que yace en el sepulcro? | | El amor
en nuestros días | | como el Fénix se renueva, | | que ya no hay almas a prueba | | de balas y pulmonías. | | Yo te creía más firme, | | mas si otro me reemplazó, | | la culpa me tengo yo. | | ¿Quién me mandaba morirme? | |
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MATÍAS | No haya duelo. ¿En qué lo fundo | | si
no hay rival a mi amor? | | Mucho aplaudo al buen humor | | con
que vuelves a este mundo. | |
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JACINTA | Pablo, la sorpresa...,
el gozo... | | Pero... ya ves... he jurado... | | (Después
que ha resucitado | | me parece mejor mozo). | |
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PABLO | Señoras,
cese ya el susto, | | que si lo causo viviente, | | me moriré
de repente | | estando sano y robusto. | | Y el Notario fugitivo | | ¿adónde fue? |
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NOTARIO | (Sacando la cabeza.) | Me
escondí... | |
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PABLO | Ea, salga usted de ahí | |
a dar fe que estoy vivo. | | Aquiete usted la conciencia, | |
que, a fe del nombre que tengo, | | del purgatorio no vengo | | a tomarle residencia. | | ¡Don Lupercio! ¡Don Antonio! | |
De ustedes muy servidor. | | Hasta ahora, aunque pecador, | |
no me ha llevado el demonio. | |
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PABLO | Como
hablan las paredes, | | ya sé que me han hecho ustedes | | justicia... después de muerto. | | ¡No era tan feliz
mi suerte | | cuando vivo!... ¿Conque soy | | un ángel
ahora? Doy | | muchas gracias a la muerte. | | Ruego a ustedes,
pues advierto | | que me va mejor así, | | que siempre
que hablen de mí | | se figuren que estoy muerto. | |
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ANTONIO | (Aparte a D. LUPERCIO.) | ¡Pullas, después que en
mil puntos | | su elogio hicimos ayer! | | Ya no se puede tener | | caridad... ni con difuntos. | |
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PABLO | Don Froilán,
siento en verdad | | decir a un amigo fiel | | que el consabido
papel | | no es mi postrer voluntad. | |
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FROILÁN | Es acción
muy baladí | | que perdonarse no puede | | el resucitar
adrede | | para burlarse de mí. | | (Risa general.) | Señores, nada de risas, | | que es sobrada
impertinencia | | despojarme de la herencia | | y quedarse con
las misas. | |
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ELÍAS | Agorero cejijunto, | | justo es que
a Dios satisfagan | | herederos que no pagan | | lo que debía
el difunto. | | Era insigne mala fe, | | riendo de mi abstinencia, | | comerse, amén de la herencia, | | lo que yo economicé. | | No era usted quien merecía | | tanta dicha, alma de
Anás, | | Tartufo... No digo más... | |
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PABLO | Tenga
usted calma. | | Yo las misas pagaré..., | | a no ser
que quiera usted | | que se endosen a su alma. | | Lea usted
ahora en desquite | | esta carta que Melchor | | me dio... |
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FROILÁN | (Toma la carta, la abre y la lee para sí.) | Sí,
mi arrendador | | de la hacienda de Belchite. | |
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ELÍAS | Un
color se le va | | y otro se le viene... |
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FROILÁN | ¡Cruel, funesta noticia! | | ¡Desventurado
de mí! | | Yo esperaba el bien ajeno, | | ¡y pierdo el
mío! ¡Infeliz! | | Me han subastado el aceite, | | me
han secuestrado el redil, | | me han destruido el molino, | |
y ¡adiós, trigo!, ¡adiós, maíz! | | A
mí, que no me metía | | con liberal ni servil, | | y ni he sido diputado, | | ni prócer, ni alcalde,
ni... | | Si hasta los neutrales tienen | | su hacienda y vida
en un tris, | | ya es crimen la indiferencia. | | ¡Guerra! ¡Un
fusil! ¡Un fusil! | | ¡Canónigo atroz!, la sangre | |
siento ya en mi pecho hervir. | | Yo moriré peleando | | o me vengaré de ti. | |
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Escena X
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JACINTA, ISABEL, D. PABLO, D. ELÍAS,
D. MATÍAS, DON ANTONIO, D. LUPERCIO, el NOTARIO, los
CONVIDADOS
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ISABEL | ¡Pobre
Froilán!... | | ¡Funesta guerra civil! | |
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PABLO | Le está
muy bien empleado. | |
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PABLO | Volviendo a lo de la boda, | | en buen hora sea mil | | y mil veces. Yo también | | me caso. |
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PABLO | Sí. | | Si ustedes quieren mañana | | a mi contrato asistir... | |
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(Muestran todas mucha curiosidad.)
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(Los caballeros forman otra vez
corrillo.)
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MATÍAS | ¿Quién es la novia
feliz? | | Dime... |
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PABLO | Son
amores póstumos. | | No es la novia que escogí | | de este mundo. |
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PABLO | No. Fresca como el abril. | | ¡Flor de mi tumba!
¿Por qué | | tan tarde te conocí? | |
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ISABEL | (Me
mira... ¡Ah! ¡Cómo palpita | | mi corazón!) |
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PABLO | Aunque a su gracia gentil | | sabe hermanar
la modestia, | | su nombre puedo decir, | | que pues le ofrezco
mi mano, | | no la alejará de sí | | quien ya me
dio el corazón. | |
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(ISABEL no puede reprimir
su agitación.)
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DAMA 1.ª | (Aparte a
las otras.) | Hacia aquí mira. ¿Advertís? | |
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PABLO |
¡Ah! Sí. Ya anuncia mi dicha | | en su labio de
carmín | | la sonrisa del amor. | |
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DAMA 1.ª | (¡Yo
soy! Me ve sonreír...) | |
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PABLO | Y esa mirada... | (Acercándose
a ISABEL y presentándole la mano.) | ¡Isabel! | |
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(Toma la mano de D. PABLO, y reclina la cabeza en el pecho del mismo como para
ocultar el exceso de su gozo.)
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DAMA 1.ª | (Con
un suspiro y abanicándose.) | (¡No
era a mí!) | |
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ANTONIO, LUPERCIO, DAMAS, GALANES | |
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MATÍAS | (A JACINTA.) | ¡Era
tu hermana! | |
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MATÍAS | ¿No dijiste que tu esposa | | no era de este
mundo? |
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PABLO | Sí. | | Mujer de un alma tan pura, | | cuya virtud sin igual | | compite
con su hermosura, | | es un ser angelical; | | no es humana criatura. | | Mujer de tanta virtud, | | mujer de amor tan profundo | | que
en su tierna juventud | | se inmolaba... ¡a un ataúd!... | | no pertenece a este mundo. | | Yo, que su ventura anhelo, | | ya no me juzgo habitante | | de este miserable suelo; | | que
Isabel me mira amante | | y sus brazos son... ¡el cielo! | |
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ISABEL |
Yo que te lloré en la losa; | | yo, que con verte, no
más, | | me tenía por dichosa, | | ¿qué
haré ahora que me das | | el dulce nombre de esposa? | |
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PABLO | ¡Cuán de veras lo mereces! | | ¡Dichosa muerte
mil veces! | | Muérete ¡y verás!, Matías... | |
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MATÍAS | ¡Lindo regalo me ofreces! | |
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PABLO | ¿Qué
dice usted, don Elías? | |
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ELÍAS | Que el mundo
es un entremés, | | don Pablo. |
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ELÍAS | No hay
cosa como morir... | |
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