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ArribaAbajoCoplas de amor sentenciosas




El amor nace con penas


ArribaAbajo   El amor nace con penas,
con penas se hace constante,
y sin penas no hay amante
y, si es que lo hay, es apenas.




En tanto que el amor dura


ArribaAbajo   En tanto que el amor dura
toda locura es fineza,
pero, si a menguar empieza,
toda fineza es locura.




Piedra en bruto viene a ser


ArribaAbajo    Piedra en bruto viene a ser
el hombre de más talento
si no le da pulimento
el amor de una mujer.




El otro día en el calche


ArribaAbajo    *El otro día en el calche16
se levantó un huracán,
y unas hojas van al río
y otras al cielo se van.

  —125→  


El amor no da confianza


ArribaAbajo    El amor no da confianza,
es como fardo cerrado
a veces contiene seda
y otras veces, cañamazo.




Yo tengo la convicción


ArribaAbajo   Yo tengo la convicción
y la profunda certeza
que no manda la cabeza
donde manda el corazón.




¡Qué negro y qué feo herrero!


ArribaAbajo    -¡Qué negro y qué feo herrero!,
me dijeron al pasar;
como si a mi corazón
le pudieran contemplar.




De mi vida han murmurado


ArribaAbajo    De mi vida han murmurado,
¿qué tendrán que murmurar?
Cada uno mata sus pulgas
como las puede matar.




Señora, cierre la puerta


ArribaAbajo    Señora, cierre la puerta,
que usted tiene hijas donosas;
si entra algún pobre, han de darle
el corazón de limosna.




Piensan los enamorados


ArribaAbajo    *Piensan los enamorados,
piensan y no piensan bien;
piensan que nadie los mira
y todo el mundo los ve.




El oro para ser bueno


ArribaAbajo    El oro para ser bueno
del Napo se ha de sacar;
la mujer, para casada,
como el oro ha de brillar.




El amor desconocido


ArribaAbajo    El amor desconocido
es píldora azucarada;
después que se la ha tragado
viene el amargo y la arcada.

  —126→  


La mujer que tuvo amores


ArribaAbajo    La mujer que tuvo amores
no sirve para casada,
pues de su vida pasada
le quedan los borradores.




Para esposa no conviene


ArribaAbajo   Para esposa no conviene
la mujer que a otro ha querido,
porque su pecho no tiene
para dos amores nido.




Para la chola, el cholito


ArribaAbajo    *Para la chola, el cholito;
para señora, el señor;
váyase caballerito
a otra parte con su amor.




Señora del paño verde


ArribaAbajo   *Señora del paño verde
y el rebozo colorado,
no se meta muy adentro,
mire que el toro es jugado.




Si alguien tuvo dos amores


ArribaAbajo    Si alguien tuvo dos amores,
un primero y un segundo,
sólo el uno fue amor vivo
y el segundo, amor difunto.




Cálmese, señor ansioso


ArribaAbajo   *Cálmese, señor ansioso;
cálmese, no sea bueno;
si con lo propio hay de sobra,
¿para qué quiere lo ajeno?




Hermosa, cierra la puerta


ArribaAbajo   Hermosa, cierra la puerta,
aldaba tu corazón;
si dejas la entrada abierta,
¿qué culpa tendrá el ladrón?




Amor con tanto delirio


ArribaAbajo   *Amor con tanto delirio
que todo el mundo lo sabe,
si es mi deshonra y martirio,
¡que se acabe, que se acabe!

  —127→  


Muchachos, a trabajar


ArribaAbajo    Muchachos, a trabajar
si quieren tener mujer;
pues no la han de mantener
con las conchitas del mar.




ArribaAbajoLíricas y eróticas




Con una chispa se enciende


ArribaAbajo    Con una chispa se enciende
el carbón y se hace brasa;
así una mirada prende
el corazón y lo abrasa.




Amantes, muchos tendrás


ArribaAbajo   Amantes, muchos tendrás
en el mundo, bien lo sé;
pero amante como yo,
¡no sé, señora, no sé!




Si el verte me da la muerte


ArribaAbajo    Si el verte me da la muerte
y el no verte me da vida,
¡venga la muerte con verte,
no, con no verte, la vida!




Amable imposible mío


ArribaAbajo    *Amable imposible mío,
por imposible te quiero;
pues quien ama lo imposible
es amante verdadero.




Es un censo irredimible


ArribaAbajo    *Es un censo irredimible
el amor que a ti me liga,
y por ese censo se halla
hipotecada mi vida.




Aunque no me puedas ver


ArribaAbajo    Aunque no me puedas ver,
ni sientas lo que yo siento,
en medio de mi tormento
constante te he de querer.

  —128→  


Qué dulce es morir de amor


ArribaAbajo    *¡Qué dulce es morir de amor,
arder y quemarse vivo;
cuán grande es el atractivo
entre el placer y el dolor!




Yo hago por ti una fineza


ArribaAbajo    *Yo hago por ti una fineza,
la que tú por mí no harás:
quererte sin que me quieras.
¿Qué más quieres, quieres más?




Si es que nunca has de ser mía


ArribaAbajo    Si es que nunca has de ser mía,
muérete más bien, mi amor;
¡quizás en la sepultura
nos juntaremos los dos!




En el jardín de mi amor


ArribaAbajo   En el jardín de mi amor
tengo una rosa muy linda;
si la arranco, tengo miedo
que allí me nazca una ortiga.




Dios que nos crió a los dos


ArribaAbajo   Dios que nos crió a los dos
podrá hacer que yo me muera,
pero hacer que no te quiera...
¡Dios lo podrá porque es Dios!




Unas niñas tienen ojos


ArribaAbajo   Unas niñas tienen ojos
y esos ojos tienen niñas,
y esos ojos y esas niñas
son las niñas de mis ojos.




Hay ojos que dan enojos


ArribaAbajo    Hay ojos que dan enojos,
y hay ojos que congracian;
hay ojos que con mirar
un mar de ilusiones crían.




Eres clavel, eres rosa


ArribaAbajo    *Eres clavel, eres rosa,
eres clavo de comer,
eres manzana olorosa;
tú me enseñaste a querer.

  —129→  


Una pena quita pena


ArribaAbajo    Una pena quita pena,
un dolor quita dolor,
un clavo saca otro clavo,
pero amor no quita amor.




En la enfermedad de amor


ArribaAbajo   En la enfermedad de amor
el remedio es olvidar;
pero más duele el remedio
que la misma enfermedad.




De la peña brota el agua


ArribaAbajo    *De la peña brota el agua
y del naranjo la flor;
mi pecho que es una fragua
produce llamas de amor.




En la orilla de la cocha


ArribaAbajo    *En la orilla de la cocha
donde bebe mi ganado,
te vi ayer, y mi sosiego
para siempre me ha dejado.




Mi pecho es un macetero


ArribaAbajo   Mi pecho es un macetero
que echa flores a montones:
unas se abren, otras cierran,
y otras quedan en botones.




El amor lo dejan ver


ArribaAbajo    *El amor lo dejan ver
el semblante y la mirada
que fieles testigos son
de lo que en el alma pasa.




Qué tienes en el pecho


ArribaAbajo    *-¿Qué tienes en el pecho
      que huele a esencia?
-La flor de mis amores
      recién abierta17.

  —130→  


Tu boquita parece


ArribaAbajo    Tu boquita parece
      clavel rosado;
yo quisiera ser guinde
      para lograrlo.




Dicen que las heladas


ArribaAbajo    *Dicen que las heladas
      secan los yuyos,
así me voy secando
       de amores tuyos.




Allá van mis suspiros


ArribaAbajo   *Allá van mis suspiros
      hasta tu almohada;
si eres caritativa,
       dales posada.




Tercianas me parecen


ArribaAbajo    *Tercianas me parecen
      tu amor y el mío,
tú con la calentura
       yo con el frío.




Tienes unos ojitos


ArribaAbajo   Tienes unos ojitos
       y unas pestañas,
y una boca de almíbar
       con que me engañas.




Yo le dije a mi negrita


ArribaAbajo   Yo le dije a mi negrita:
-Muriéndome estoy por ti.
Ella, por no contestarme,
la boca no quiso abrir.




Ya que conseguir no puedo


ArribaAbajo    Ya que conseguir no puedo
la dicha de estar contigo,
abre un poco la ventana
para que entren mis ensueños.




Pero tiene unos ojitos


ArribaAbajo    Pero tiene unos ojitos
que no se apartan de mí,
y con ellos me contesta:
-También me muero por ti.

  —131→  


Vengo con mi triste canto


ArribaAbajo    Vengo con mi triste canto
a turbar tu dulce sueño;
no te enojes, vida mía,
del amor traído vengo.




Vestida de azul saliste


ArribaAbajo   Vestida de azul saliste
a competir con el cielo;
que también hay en el suelo
cielo que de azul se viste.




Cuando pasa la bonita


ArribaAbajo   Cuando pasa la bonita,
la de macanita azul,
mis ojos la van siguiendo
y el pecho me hace tul-tul.




Aunque tu boquita dice


ArribaAbajo   Aunque tu boquita dice
que no me quieres, cholita,
tus ojos me están diciendo
que no crea a tu boquita.




El incendio del amor


ArribaAbajo   El incendio del amor
los desdenes no lo apagan,
hacen más bien con su soplo
lo que el viento con las brasas.




Muriéndome estoy de amor


ArribaAbajo   Muriéndome estoy de amor;
si no hago mi testamento
es sólo por no decir:
«Ítem, declaro, te dejo...».




Tú dizque eres sacerdote


ArribaAbajo   Tú dizque eres sacerdote,
y yo dizque me confieso
y humilde dizque te digo:
«Acúsome que te quiero».




Paloma, paloma ingrata


ArribaAbajo   *Paloma, paloma ingrata,
¿dónde está tu pensamiento?
Mira que yo soy el mismo
que adorabas otro tiempo.

  —132→  


Fragante a la hierba buena


ArribaAbajo    *Fragante a la hierba buena
que crece a lado del agua,
se viene la lavandera
con su ropita lavada.




El tiempo rápido pasa


ArribaAbajo   El tiempo rápido pasa
y no olvido ese cariño
que te profesé de niño,
cuando jugaba en tu casa;
ni la muerte ese cariño  5
ha de poder acabar,
porque ¿cómo he de olvidar
lo que quise desde niño?




Sin ti, la razón delira


ArribaAbajo   Sin ti, la razón delira;
sin ti, el gozo se me ahuyenta;
sin ti, la pena se aumenta;
sin ti, el corazón suspira.
Ni contigo, ni sin ti  5
he podido hallar consuelo;
contigo porque me matas,
y sin ti, porque me muero.




Desde que te vi te amé


ArribaAbajo    Desde que te vi te amé,
te entregué mi corazón,
y si muero, moriré
consumido de pasión.




Quisiera no haber nacido


ArribaAbajo    Quisiera no haber nacido
y amor por ti no sentir;
pero te vi, y es preciso
vivir muriendo por ti.




Con tus ojos de escribano


ArribaAbajo    Con tus ojos de escribano18,
con tu cara de agua clara
y con tus labios de rosa,
no he visto más linda cara.

  —133→  


Por esa mano derecha


ArribaAbajo    *Por esa mano derecha
con su anillito de coco,
si no me la entrega el cura
yo me voy a volver loco.




Si quieres donde el Teniente


ArribaAbajo    Si quieres donde el Teniente19
te haré papel de concierto
y me tendrás concertado
de vivo y después de muerto.




Con escoba de mil flores


ArribaAbajo   *Con escoba de mil flores
mi casita he de barrer,
y con agua de congona
cuando seas mi mujer.




Si no sabes, Amorcito


ArribaAbajo   Si no sabes, Amorcito,
cuánto amor mi pecho encierra,
anda, busca si hay igual
desde el Carchi hasta mi tierra.




Mas, que sepas es preciso


ArribaAbajo   Mas, que sepas es preciso
que amor una guarandeña20
no consagra a los traidores
y que al cobarde desdeña.




Tienes unos ojitos


ArribaAbajo   Tienes unos ojitos
       de votoalante,
que me dan tentaciones
      de ser tu amante.
Ojos como los tuyos  5
      jamás he visto,
   con razón en tu pueblo
      nadie hay tranquilo.
El gobierno, quitarte
       debe los ojos  10
a que por causa de ellos
      no haya alborotos.

  —134→  


Ayer pasé por tu calle


ArribaAbajo    Ayer pasé por tu calle
con esta mi mala traza,
y he de volver a pasar
hasta que te caiga en gracia.




Por donde quiera que voy


ArribaAbajo   *Por donde quiera que voy
me parece que te veo,
y es la sombra del deseo
en que abrazándome estoy.




Quien bien quiere, nunca olvida


ArribaAbajo    *Quien bien quiere, nunca olvida;
y si olvida, no aborrece;
y aunque el mundo dé sus vueltas
vuelve a querer si se ofrece.




No es posible, no es posible


ArribaAbajo    ¡No es posible, no es posible
olvidar lo que se quiere!
Porque en la tumba renace
el amor cuando se muere.




Voy al Ejido a coger


ArribaAbajo   *Voy al Ejido a coger
unas rosas y otras flores;
y ¡ojo!21 aunque te lastimes
allí pondré mis dolores.




No digo que soy bonita


ArribaAbajo    No digo que soy bonita,
ni yo niego mi color;
pero con mi colorcita
hago privar22 al mejor.




Los ojos que desde lejos


ArribaAbajo    Los ojos que desde lejos
se quieren y se aman bien,
no son ojos sino espejos
en que dos almas se ven.

  —135→  


En cada vez que te veo


ArribaAbajo    En cada vez que te veo
nueva admiración me das,
y cuando te miro más,
aún más mirarte deseo.




Hasta cuándo, vida mía


ArribaAbajo    ¿Hasta cuándo, vida mía,
hemos de vivir penando?
Echemos la capa al toro
aunque revienten hablando.




En mi mente tan grabada


ArribaAbajo    *En mi mente tan grabada
estás, de mi pecho imán,
que las tres potencias van
contigo a cualquier morada;
si duermo, tú eres soñada;  5
si velo, viéndote estoy;
si huyo, contigo voy;
y así no puedo perderte,
ni menos dejar de verte
por donde quiera que voy.  10




Yo creo, niña, que tienes


ArribaAbajo    Yo creo, niña, que tienes
enfermos tus labios lindos;
si quieres que te los cure
el remedio está en los míos.




En un botón de rosa


ArribaAbajo   En un botón de rosa
       mis labios puse:
olor, color y gusto,
       todo fue dulce.




Ese lunar que tienes


ArribaAbajo   Ese lunar que tienes
      junto a la boca,
no se lo des a nadie
       que a mí me toca.



  —136→  

ArribaAbajoDe la tristeza




Quiero querer y no puedo


ArribaAbajo    Quiero querer y no puedo,
quiero olvidar, y es en vano;
y entre querer y olvidar
vivo suspenso y penando.




Corazón loco, ¿por qué


ArribaAbajo    *Corazón loco, ¿por qué
tan ingrato dueño amaste?
¿Te incomodaba el sosiego
que tanta inquietud buscaste?




Más y más crecen mis penas


ArribaAbajo    Más y más crecen mis penas
con las sombras de la tarde;
viene la noche y la paso
llorando, y tú no lo sabes.




Ya me llevan a la guerra


ArribaAbajo    Ya me llevan a la guerra;
si volveré, Dios lo sabe.
¡Nuestro amor, tan firme y tierno
tal vez a balas se acabe!




Pájaro que vas volando


ArribaAbajo    *Pájaro que vas volando
y en el pico llevas hilo,
dámelo para coser
este corazón herido.




Me enamoré de una flor


ArribaAbajo    Me enamoré de una flor
de las tres que hubo en la mata;
mi suerte fue tan ingrata
que se secó la mejor.




Peor que estar en cadenas


ArribaAbajo    Peor que estar en cadenas
es del querer la pasión,
porque entonces son los grillos
para el pobre corazón.

  —137→  


Al silencio de la noche


ArribaAbajo    Al silencio de la noche
y al ruido de sus cadenas,
a buscar sale tu esclavo
alivio para sus penas.




Ingrata ¿quier de la fe


ArribaAbajo    *Ingrata ¿quier de la fe
que guardar me prometiste?
Dime ¿dónde la pusiste
que tan pronto se te fue?




Donde quiera, dulce bien


ArribaAbajo   Donde quiera, dulce bien,
presente estás a mis ojos;
y en la tumba mis despojos
te han de estar viendo también.




Me enamoré de mañana


ArribaAbajo   Me enamoré de mañana,
de tarde, perdí mi amor;
Como ella era tierna flor
¡ay! tuvo muerte temprana.




Ayer me dijiste que hoy


ArribaAbajo    *Ayer me dijiste que hoy,
hoy me dices que mañana;
mañana me has de decir:
«no quiero, no tengo gana».




Por mi camino me fui


ArribaAbajo    Por mi camino me fui
y allí te volví a encontrar;
tú me viste y yo te vi,
poniéndonos a llorar.




Tengo una pena profunda


ArribaAbajo    Tengo una pena profunda
y es la de haberte querido
y haberte hecho llorar
por una falta de juicio.




Aquellas cenizas frías


ArribaAbajo    *Aquellas cenizas frías
reliquias de un amor muerto,
te pido las encomiendes
a las ráfagas de viento.

  —138→  


Como la llama en el viento


ArribaAbajo    Como la llama en el viento
fue mi amor en tu memoria;
y así he gozado una gloria
tan sólo por un momento.




Suspiro, hijo del amor


ArribaAbajo    *¡Suspiro, hijo del amor
como que del alma sales,
sabes mis ansias mortales
sabes cuál es mi dolor!




Al querer pensar en ti


ArribaAbajo    *Al querer pensar en ti,
mi destino me maldice
y una oculta voz me dice:
¡No naciste para mí!




Mis ojos lloran por verte


ArribaAbajo    Mis ojos lloran por verte,
mi corazón por amarte,
mis pies por ir donde estás,
mis brazos por abrazarte.




Son las once, Cielo santo


ArribaAbajo    *Son las once, Cielo santo,
y mi amor ¿dónde estará?
¡Si se acordará de mí
o me habrá olvidado ya!




Mientras más caricias me haces


ArribaAbajo   Mientras más caricias me haces
me viene más desconfianza,
porque tus caricias son
vísperas de tu mudanza.




Un ponchito estoy tejiendo


ArribaAbajo    *Un ponchito estoy tejiendo
en el telar de mi amor;
mudanza, desdén y olvido
forman la lista mejor.




Por verme de angustias lleno


ArribaAbajo    Por verme de angustias lleno,
me has dado a tomar, ingrata,
ponzoña en poma de plata
y, en copa de oro, veneno.

  —139→  


Tú te llamas Alegría


ArribaAbajo    Tú te llamas Alegría;
sí, lo será para ti.
Tu nombre es una ironía
muy amarga para mí.




Para qué me abres tus puertas


ArribaAbajo    *¿Para qué me abres tus puertas,
niña, con tanta ternura,
si quedan de mi ventura
tan sólo memorias muertas?




Cantar me pides, señora


ArribaAbajo   *Cantar me pides, señora,
no estando para cantar;
un corazón consternado
más está para llorar.




Apenas, como en bosquejo


ArribaAbajo   Apenas, como en bosquejo,
mis penas te significo,
y peno porque no explico
las penas de que me quejo.




Tormento disimulado


ArribaAbajo   Tormento disimulado
el que se hizo para mí.
¡Imposible estar contigo,
imposible estar sin ti!




Cintas negras al pelo


ArribaAbajo    Cintas negras al pelo,
      ¡memoria triste!
Llorando me dejaste
      cuando te fuiste.
Quedé llorando,  5
       pero también te fuiste
¡ay! lamentando.




Paloma mía


ArribaAbajo    Paloma mía,
       ¿dónde te has ido
dejando herido
       mi corazón?
Sin despedirte  5
       alzaste el vuelo
y mi consuelo ¡también voló!