A Burgos la de las torres
A Madrid da diversión
Ara tiene los miembros
giganteos
Armida la encantadora
Contra todo ardid guerrero
Con viento murmurador
De este modo fabla el Cid
Del polvo que en la tumba está dormido
¿De qué sirve a mi belleza
De tinieblas y sombras rodeada
De todo bastecimiento
«Dímelo todo, Fortún
Él huye, mas se lleva su tesoro
Ella al jardín, yo a su lado
El nocturno centinela
El prudente Almanzor, Emir
glorioso
Encanto es el suspiro de una hermosa
En dos noches vi el mundo sepultado
¿Eres tú aquel Adán afortunado
Huyamos de sus iras; mas ¿adónde?
Las bodas de los hijos del
desierto
Las trenzas sin alheñar
Marcha, despiadada y cruda
Mientras el siglo trece concluía
Muy metido en el embozo
Muy ronco silbaba el viento
Nazarena por la fe
Ninguna como Rojana
Plácenme historias pasadas
Por esposas han pedido
Porque nacieron libres son osados
¡Que el cielo te proteja, hermosa mía!
¡Quién fuera, sultana linda
¿Quién me ha de llamar rey? Librad mi pecho
¡Quién tendrá dichas
mayores
Rodeada de jardines
Si cantáis himnos de
flores
Sobre pupila azul con sueño leve
¡Tanto exigió el humano desvarío!
Teu-Man siempre halagado del destino
Tiene el Darro arenas de oro
Tribunal para el perdón
Un himno más, ¡oh lira!
Un lustro gozara el Cid
Ven, dulce paz, como sereno día