131

Ib., págs. 400 y 401.

132

Puede leerse toda entera en la Historia crítica de la poesía castellana en el siglo XVIII, del Marqués de Valmar, Colec. de escr. cast. (Madrid, 1893), t.º II, págs. 252 y sigts.

133

Las novelistas francesas (Trabajos no coleccionados, t.º I, pág. 511 y 512).

134

Ib., pág. 512.

135

Formuló esta afirmación Mesonero en carta dirigida a D. Manuel Cañete y publicada en El Heraldo, del 28 de sepbre. de 1851.

136

[«Fuerbach», corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]

137

No nos referimos a la verdad divina, que es siempre la misma para los espíritus creyentes; sino a las aplicaciones que se hace de ella por los hombres, de acuerdo con sus fines particulares.

138

(1809-1853). Natural de Valle de la Serena (Badajoz). Hizo sus estudios en Salamanca, Cáceres y Sevilla, y explicó Humanidades en Cáceres. Terminó muy joven la carrera de Derecho; fue oficial de Secretaría de Gracia y Justicia (1833); diputado a Cortes; Secretario del Consejo de Ministros, con Mendizábal; Embajador de España en Berlín y en París, donde murió, y preceptor de Isabel II. Fundó El Porvenir (1837) y fue redactor de La Abeja (1834-36), El Correo Nacional (1838) y El Piloto (1839). Orador grandilocuente y «gran poeta en prosa», como le llamó Valera.

BIBLIOGRAFÍA: J. Valera: Obras completas, t.º XXXIV. (Madrid, 1913); Gabino Tejado: Noticia biográfica a Obras de Don J. Donoso Cortés, t.º I (Madrid, 1854); Antonio Tovar: Donoso Cortés en París (El Español de 12 de diciembre de 1942); Enrique Piñeyro: El Romanticismo en España (Genier Hermanos, París), págs. 309 a 321; Francisco Elías de Tejada: Para una interpretación extremeña de Donoso Cortés (Cáceres, 1949); Carlos Schmitt: Interpretación europea de Donoso Cortés (Madrid, 1952).

139

Obras de Don Juan Donoso Cortés, t.º II, pág. 6.

140

Puede verse este mismo pensamiento expuesto con más extensión y brillantez en el Prólogo de D. Juan Valera al Fausto de Goethe. O. C. t.º XXV (Madrid, 1910), págs. 12 y siguientes.