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ArribaAbajo[IV] (Torero)

Esta octava real es una continuación de la anterior, en ella no vemos al torero por ninguna parte, ni a Teseo mitológico, rey de Atenas, como un torero en lucha contra el Minotauro (cuerpo de hombre y cabeza de toro), del laberinto de Creta, puesto que el tema mitológico había quedado en desuso, apartado de los temas de la generación del 27 y 36.

En el primer verso: «Por el lugar mejor de tu persona», el poeta se dirige al torero, y ese «lugar mejor», debe interpretarse como el corazón del torero, donde «capullo tórnase la seda», a saber, el corazón se ha transmutado en materia, es un nudo de la corbata de seda, el nudo es a la vez el capullo de seda color rubí de la sangre (prosopopeya). «Fiel de tu peso», se refiere a la corbata que, en medio del pecho, ejerce alternativas posiciones semejantes a la aguja o fiel de una balanza o peso (recuérdese las antiguas romanas o las balanzas de platillos).

En el cuarto verso: «y de liras el alma te corona», hay que buscar una bisemia, y podría ser, o bien una composición poética o pasodoble, o bien una metáfora de cuernos por semejanza de formas con el bastidor del instrumento musical de la lira. Los cuernos como bastidor de una lira coronando la cabeza del toro, liras coronado al astado, recordemos «mi sangre astada» del soneto XVII de El rayo que no cesa, donde la metáfora nos conduce a sangre de toro.

En la segunda estrofa o proposición: «¡Ya te lunaste!», es similar a: ¡ya te pusiste el traje de luces!, veamos la similitud caligráfica entre luces y luna. Y el resto podría significar, lo que intuyó Sánchez Vidal, prosificando, queda: que cuanto más se encona el toro y se encela con su bravura en cornadas, el torero va al centro de la arena/plaza, al «eje de la rueda de arena», con desprecio de la propia vida, y «junta / todo tu oro desde punta a punta», su traje de luces, es aquí oro. «Desde punta a punta», pude ser oro de punta en punta o la punta de la espada oculta en el engaño, por eso dos veces repite punta, una para asimilar el peligro de las puntas de los cuernos o astas con la punta del estoque o espada.

Esta batalla entre hombre y bestia, de las corridas de toros simbolizan el combate entre los hombres y las fuerzas de la naturaleza, el deseo mítico de dominar las grandes fuerzas de la naturaleza.

Años después, cuando Miguel conoció a don José María de Cossío41, trabajó con él como colaborador y mecanógrafo en la Enciclopedia Los Toros. Cossío escribió Los toros en la poesía (1931). En el poemario El rayo que no cesa, Miguel dedicó poemas al toro, la palabra toro se repetiría 14 veces, el soneto más famoso es «Como el toro he nacido para el luto / y el dolor [...]», o en «El toro sabe al fin de la corrida [...]. Cita fatal», en Poemas Sueltos (1933-1934) se lo dedicó a la muerte del torero sevillano Ignacio Sánchez Mejías en Manzanares, cogido por un toro de Ayala, mecenas de las artes y amigo de Lorca.

La ilustración no tiene mucho que explicar, es un pase taurino con los ojos de un toro que mira al lector y pide explicaciones. Está dedicada a Antonio Cano, crítico taurino alicantino que me dio la oportunidad de recitar mis poemas: «Al coso alicantino» en los salones del Hotel Sidi San Juan, patrocinado por el Canal 37 Televisión de Alicante.

Torero



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