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Caracas en el tiempo de Miranda y 1810

José Félix Díaz Bermúdez





En tiempos de la colonia, en el año decisivo de 1810, la ciudad de Caracas y la provincia de Venezuela y otras, eran un territorio colonial relativamente menor en comparación con distintas dependencias en América.

Cuando Francisco de Miranda realiza su expedición libertadora, existía una población de 728 000 personas, de las cuales 500 000 pertenecían a la provincia de Venezuela, 100 000 de Maracaibo, 80000 de Cumaná, 34 000 de la entonces llamada Guayana Española, 14 000 de la Isla de Margarita.

Caracas..., admirable ciudad y el Ávila testigo de su nobleza y su de carácter, albergaba en ella a los blancos criollos y algunos naturales de España; y en su mayor parte, a los mestizos, a los mulatos, a los libertos y a los indios, nacidos en su tierra.

Los primeros, descendientes de los peninsulares, dueños de la riqueza, recibían en cierta forma «una educación liberal» en los seminarios y en la Universidad de Caracas, donde predominaban la religión, el derecho español e indiano, sustento del estamento colonial. Sin embargo, como bien lo apuntaba Depons: «Cada uno es ambicioso», citando a Sans, «de convertirse en un abogado, un sacerdote o un monje. Aquellos cuyas pretensiones no son tan grandes, quieren ser notarios, escribanos o empleados». Observaba el viajero francés que no obstante la lucha por las distinciones sociales, se gestaba una revolución: «en vísperas de ser cumplida» y la existencia de una generación capaz de propiciar «un mejoramiento moral» y «de la sabiduría nacional».

El carácter y la conducta social de los criollos era cordial, afable, gentil. Los libertos se encargaban de desempeñar diversos oficios aún cuando «no son aficionados al trabajo personal», muchos de ellos se encontraban formando parte de las milicias donde podía alcanzar el rango de capitanes. No obstante el no extremo rigor de las leyes relativas a los indios, los mismos seguían siendo: «indolentes y destemplados», como lo apunta E. Oliver.

El gobierno de Caracas y de otras provincias en el resto de América Española, se sustentaba en relaciones de estricta dependencia de la metrópoli. El gobernador o capitán general es un representante de Su Majestad. La Real Audiencia de Caracas la integraban aquél, un regente, tres jueces, dos fiscales. La milicia representaba un notable poder, con autoridad, privilegios, recursos y autonomía.

Cuando Miranda planifica invadir Venezuela, no disponía la corona una fuerza naval significativa, pero si estaban emplazadas tres fortalezas en Maracaibo y cuatro batallones de tropa de línea; en Coro encuentra 2 baterías de 15 o 18 piezas de cañones; Puerto Cabello, otro fuerte con numerosa artillería y posiblemente 5000 milicianos para su defensa en caso de guerra; La Guaira y Caracas se estaban bien fortificadas; Cumaná era inaccesible y con gran número de tropa, sin embargo, las distancias entre las plazas fuertes permitía la realización de un desembarco, si simultáneamente se producía un ataque a las fortalezas.

Depons estimaba una fuerza militar en Caracas, La Guaira y Puerto Cabello unos 918 hombres, 400 soldados de línea en Maracaibo, 150 en Cumaná y Guayana, 77 en Barinas, pero podían defender la Capitanía General unos 13 059 hombres de tropa y de milicia.

La religión católica imperaba, la Iglesia colonial mantenía su dominio sobre las almas y el Tribunal de Inquisición el control sobre las disidencias. Los libros considerados prohibidos, todos aquellos que subvirtieran aquel orden y los privilegios. Los ingresos del Monarca y del obispo por concepto de diezmos eran significativos en Caracas.

Catedral de Caracas

Catedral de Caracas finalizando el siglo XIX
(Litografía original)

El suelo de la Venezuela colonial era rico y la actividad rural predominante. En sus campos fértiles y labrados crecían el cacao, el café, azúcar, añil y el tabaco. Depons relata las maravillas de sus frutos, así como Humboldt lo extraordinario de su naturaleza y de la sociedad naciente.

La ganadería en el país comienza con el paso del conquistador. Para el momento previo de nuestra independencia, el ganado vacuno se estima en 1 200 000, caballos y yeguas de 180000, mulas 90 000, los ovejos y los ciervos eran muy abundantes.

Las principales provincias tenían derechos para comerciar de manera directa con España, mas no con el resto de América. Solo Caracas llegaría a exportar una gran cantidad no muy lejana de lo que recibiera de la propia península.

En la Caracas donde se gesta el 19 de abril de 1810, a la que llega Miranda, conspira Bolívar, enseña Bello y estudia Sucre, se inicia la independencia de América. Correspondería a ella las más gloriosas páginas de determinación y sacrificio, en tantos hechos singulares, y más allá de ella... sus hijos, los que anduvieron los caminos lejanos de la América esclava, haciendo libres pueblos y hombres, forjando como pocos la historia más sagrada del nuevo Continente.

Simón Bolívar

Grabado de Simón Bolívar (El Callao Histórico, 1926)





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