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ArribaAbajoCapítulo V

Cómo se consiguió un canal


Dos meses después del meeting de Tamarite, el partido liberal sucedió al conservador en el gobierno de la nación, quedando encomendada la cartera de Fomento al Exmo. Sr. D. Segismundo Moret. La Junta de la Cámara aprovechó la ocasión para recordar al egregio hacendista su propia doctrina y los compromisos del partido respecto del canal de Tamarite, dirigiéndole con fecha 18 de Diciembre una carta mensaje y de petición, a la par que se le felicitaba por ver colocado al frente del Ministerio de Fomento al eminente estadista que tan bien supo interpretar en memorable ocasión los anhelos de la agricultura patria, necesitada, más que de nada, de agua de riego, y trazar el único camino por donde podrá llegar a lograrla con la urgencia que su desesperada situación reclama e impone.

Más tarde, la Junta directiva de la Cámara Agrícola, nombró una Comisión compuesta de los Sres. Costa, Sahún, Molina, Conde de San Juan y D. Enrique Porta, los cuales se trasladaron a Madrid, a la cual se unió el refuerzo valioso de personas tan prestigiosas como lo son los Sres. D. Carlos Castel, D. Joaquín Gil Berges, D. José Fernando González, D. Rafael Salillas y D. Teótimo Heredia, quienes animaron a la Comisión salida de Barbastro a perseverar con empeño creciente en la obra de regeneración que había emprendido sin otra mira que la pública y el bien común.

§ 1.º-Audiencia con el ministro de Fomento: Canales y pantanos.- La misión principal que llevaban los comisionados era poner en claro el estado legal de los proyectos de canal de la Litera y pantano de Roldán, activar su tramitación y explorar el ánimo del Gobierno con respecto a ellos y a los demás de la provincia y de fuera de ella.

Como el Gobierno acababa de presentar al Congreso de los Diputados el proyecto de ley sobre ferrocarriles secundarios, nuestra Comisión hizo ver al señor ministro cómo el Alto-Aragón precisa de canales y pantanos más que de vías férreas; expuso que la construcción de este género de obras, por hallarse fuera del alcance de la acción individual, -testigo la experiencia dentro y fuera de España,- y ser condición necesaria de existencia en países cálidos y secos como el Alto-Aragón, debe correr a cargo del Estado; que, por ello, al plan general de ferrocarriles secundarios debería acompañar, ya que desgraciadamente no le haya precedido, un plan general de canales y pantanos de riego; y que ayudaría mucho a reanimar a la agonizante agricultura el que se presentara a las Cortes un proyecto de ley o se añadiese a la de presupuestos un artículo mandando formar inmediatamente dicho plan y subastar, para que sea construida por la nación, alguna de las grandes obras hidráulicas proyectadas en la provincia de Huesca, -donde son más urgentes que en ninguna otra y con la cual tiene compromiso directo el partido liberal,- porque serviría de prenda y como señal de la sinceridad con que el Gobierno pro mete ocuparse del fomento de la agricultura por medio de una operación de crédito para obras públicas, luego que los presupuestos hayan resultado nivelados durante dos años consecutivos...

El señor Ministro (D. Segismundo Moret) manifestó a la Comisión que sigue manteniendo la doctrina de que los canales y pantanos de riego deben ser construidos y explotados por el Estado, como obras públicas; cree que efectivamente los Gobiernos han de preocuparse de esto muy en breve: en su opinión, un plan general de obras hidráulicas para la agricultura es empresa de largo estudio si ha de ser completa, entre otras razones, porque requiere estudiar el modo de recoger y encauzar los derretimientos de las nieves en las montañas más elevadas, y para formarlo no es necesaria una ley, bastando una orden ministerial, que él estaba dispuesto a dictar; respecto de las obras hidráulicas proyectadas en el Alto-Aragón, ofreció sacar a subasta desde luego, y sin necesidad de ley, por acuerdo del Consejo de Ministros, para que sean costeadas por el Estado en tres o cuatro ejercicios, las del pantano de Roldán y Santa María de Belsué, a fin de iniciar este género de obras en la provincia con una cuyo coste, no obstante su importancia, cabe dentro del presupuesto ordinario del Estado y cuyo proyecto se halla libre de complicaciones y responsabilidades del pasado; y, por último, ofreció imprimir la mayor actividad posible al expediente del canal de la Litera, para que se lleven a cabo todas aquellas operaciones que son consecuencia de la declaración de caducidad, a fin de que pueda someterse al Parlamento la cuestión de si ha de declararse obra pública y ser construido por la Administración del Estado.

A propósito de esto, la Comisión y el ilustre estadista cambiaron impresiones sobre el tema, entre otros, de si el país se halla o no suficientemente preparado para transformar sus secanos en regadíos, y las condiciones y el límite en que esta transformación podría operarse.

Los Sres. Castelar y Alvarado, diputados por la zona del pantano de Roldán, a quienes la Comisión visitó por encargo de la Junta, ofrecieron prestar su patrocinio a las pretensiones de la Cámara. Con tal motivo, el insigne orador expuso a los comisionados su doctrina acerca de la construcción de canales de riego por el Estado en relación con la nivelación de los presupuestos, y recomendó al Sr. Alvarado que formulase en el Congreso la pregunta, anunciada al señor ministro de Fomento, acerca de la situación legal del canal de la Litera.

También visitó la Comisión diversas veces a los Directores generales de Obras públicas y de Agricultura, Sres. Quiroga, Ballesteros y Sagasta; al presidente de la Junta facultativa de Obras públicas,.Sr. Morer; al de la sección de Hidráulica, señor Álvarez; al ingeniero ponente, Sr. Rebolledo; al jefe del Negociado de aguas, Sr. Arenas, etc., logrando que la expresada Sección 4.ª celebrase sesión extraordinaria para informar con urgencia el expediente del pantano de Roldán.

§ 2.º-Impresiones de la Comisión. -Dijo el actual presidente de la Cámara en su discurso de la Asamblea preparatoria de 7 de Septiembre, que si el Alto Aragón quería, a la vuelta de cinco años estaría construido el canal de la Litera, y a la vuelta de diez el canal de Sobrarbe. Después de recorrer tantos centros y conversar con tantas y tan diversas personas, la Comisión de la Cámara ha sacado la impresión de que aquel aserto del Sr. Costa no fue aventurado ni fantástico: han visto de tal manera preparado el terreno, que juzgan cosa no difícil decidir en muy breve tiempo a los Poderes a emprender por cuenta de la nación la construcción de todos los canales y pantanos económicamente posibles en España, y en primer término los de nuestra provincia. Para ello consideran suficiente el empleo perseverante de los medios especificados en el Reglamento de nuestra Cámara, y que ésta ha ensayado en su mayor parte durante los nueve meses que lleva de existencia; pero también los juzgan precisos todos, incluso y sobre todo uno a que la Junta no había prestado atención y del cual creía que podría prescindir: la representación permanente de la Cámara agrícola cerca de los Poderes. La convicción adquirida por los comisionados en este respecto es uno de los resultados positivos que ha producido su viaje, y no quizá de los de menos consecuencia.

La acción de la Cámara y de los elementos sociales que puede poner en movimiento es (dicen) insustituible; pero, por su carácter de intermitente, necesita ser complementada por otra acción continua, siquiera menos intensa, ejercida por un órgano personal que apoye en aquélla sus iniciativas y le sirva de abogado, intérprete y portaestandarte cerca del Parlamento y del Gobierno. En los momentos en que los comisionados se disponían a regresar a Aragón, los buenos deseos del señor ministro de Fomento y de la Junta facultativa de Obras públicas, los esfuerzos tenaces y desesperados de la Comisión misma, se estrellaban contra un obstáculo inesperado: el expediente del pantano de Roldán, que se creía completo y en curso, había resultado con tales deficiencias e irregularidades, que se hace punto menos que imposible aprobarlo y tomarlo como base de una subasta. No se improvisa nada duradero en el mundo, y menos tratándose de cosa en que tenga arte la Administración pública de España: también los expedientes necesitan ser cultivados pacientemente por aquellos a quienes interesan, para que no se congelen en la primera flor ni se pierda o retrase su madurez.

§ 3.º-Cooperación parlamentaria. -Para completar esta reseña, reproducimos los siguientes párrafos del artículo editorial del diario madrileño El Liberal, fecha 6 de Agosto de 1893:

«... ¿Debe construir el Estado esas obras que, por su magnitud y por el carácter especial de sus resultados, se hallan fuera del alcance de la iniciativa individual? Sin duda ninguna; cuando no para impulsar y fomentar la riqueza, para prevenir el hambre, como el Gobierno belga lo ha hecho en la Campine y el Gobierno inglés en el Indostán. Es la antigua, policía de abastos, adaptada a las necesidades y a las condiciones de la vida moderna. El Sr. Castelar reputaba por más grave dolencia la sequía crónica de Aragón que las inundaciones de Levante, y tenía razón. Ahora bien, el Estado ha tomado a su cargo, por iniciativa del Sr. Cánovas del Castillo, las obras de defensa del Guadalentín y del Segura, habiéndose consignado para ellas en los nuevos presupuestos una primera partida de un millón de pesetas.

»El Sr. Moret prometió hace dos meses a los comisionados de la Cámara agrícola alto-aragonesa, Sres. Gil Berges, Costa, Salillas, conde de San Juan, Ripollés, Sahún, Molina, duque de Solferino, Sol, Porta, Heredia, según la reseña publicada en el Boletín de la asociación, sacar desde luego a subasta las obras de los pantanos, para que sea costeada por el Estado en tres o cuatro ejercicios, y mandar liquidar, inmediatamente que la Real orden de caducidad sea firme, los trabajos ejecutados en el canal, a fin de abonar lo que proceda al concesionario y plantear ante las Cortes la cuestión de si debe declararse obra pública y continuarse por la nación el mencionado canal de Tamarite.

»En el siguiente mes, el día 19 de Julio, el diputado Sr Alvarado excitó en el Congreso el celo del ministro de Fomento a fin de que dispusiera el cumplimiento por parte de la Administración, de las obligaciones que le impone el art. 11 de la ley de auxilio a los canales de riego para los casos de caducidad de las concesiones; y contestó el Sr. Moret que tropezaba con un obstáculo invencible, a saber: que la Real orden de caducidad no había causado estado, por haberla reclamado en vía contencioso-administrativa el concesionario Sr. Soler.

»Como el Sr. Soler había escrito a la Cámara alto-aragonesa manifestándose dispuesto a retirar sus reclamaciones judiciales, siempre que se encuentre una fórmula que le asegure el reembolso de los capitales invertidos, el senador D. José Fernando González, ilustre hijo de aquella provincia y socio benemérito de la Cámara, conferenció largamente con el ministro de Fomento, dando por resultado la conferencia ofrecerse el Sr. Moret a presentar en la legislatura próxima, terminadas que sean por voluntario desistimiento o por fallo del Tribunal, las reclamaciones del concesionario, un proyecto de ley encomendando a la Administración del Estado la conclusión del canal como obra pública.

»Tres o cuatro días después, en la sesión del martes último, el diputado Sr. Álvarez Capra rogó al propio ministro que dedique algún rato de las vacaciones parlamentarias al estudio del canal de Tamarite, recomendando al propio tiempo una transacción con el concesionario; y el Sr. Alvarado, adhiriéndose al ruego de su compañero, propuso nuevamente que se liquiden las obras ejecutadas, a fin de tener una base de que partir para esa transacción. Contestóles el Sr. Moret que confirmaba lo que había manifestado a los comisionados de la Cámara agrícola del Alto Aragón; que el asunto de los pantanos ha entrado ya en curso de ejecución; que el expediente del canal se resolverá en sentido favorable a la terminación de la obra, tan pronto como las demandas entabladas por el concesionario contra la Real orden de caducidad queden retiradas, dejando expedito el camino a la Administración; y que mientras tanto, puede efectivamente ganarse tiempo practicando desde luego la liquidación, aunque sigue creyendo que debe confirmarse la Real orden.

»Seguidamente, se levantó el diputado Sr. Gavín para manifestar que unía su voto a la excitación de los anteriores.

»Tenemos motivos para esperar que las negociaciones entabladas en vista de una transacción darán en breve resultado satisfactorio; aunque más sencillo fuera que el Tribunal contencioso-administrativo hubiese apresurado la resolución de los litigios incoados hace mucho tiempo, no siendo fatal ni dogmático que deban durar años, con daño de los pueblos.

»Principalmente a la Cámara agrícola del Alto Aragón corresponde la prioridad en la iniciativa, y aquel país puede sentirse orgulloso de la que es mantenedora de sus intereses primordiales.

»Su brillante campaña de meetings de propaganda y veladas científicas, asambleas, excursiones agronómicas y gestiones públicas y privadas de todo género, llevadas a cabo en los once meses que aquella Sociedad cuenta de existencia, dejan el terreno admirablemente preparado para el curso próximo. El asunto de los riegos del Alto Aragón, que parecía abandonado e insoluble, revive y entra en una fase enteramente nueva, de que tendrá que felicitarse en breve la más liberal y juntamente la más desheredada de las provincias españolas.

»En cuanto al ministro de Fomento, decía el Director general de Obras públicas en el acto de la inauguración del ferrocarril de Canfranc, que amaba a Aragón con delirio, siendo el más aragonés de todos los aragoneses. Si lo prometido se cumple, será, en efecto, el Sr. Moret el más aragonés de los aragoneses, porque será un aragonés al estilo de Pignatelli.»

§ 4.º-Primeros resultados de estas gestiones. -El señor Ministro tuvo la atención de participar a la Junta en dos ocasiones, por conducto de la Subcomisión expresada, que se estaba ocupando con resolución en el asunto del canal de Tamarite: y posteriormente, que se remitía el expediente de los pantanos a la División Hidrológica de Zaragoza para que fuesen subsanadas las deficiencias señaladas en él por la Junta facultativa. El Presidente dio las gracias por telégrafo en nombre de la Cámara. El día que se celebró la Asamblea de agricultores y ganaderos (7 de Septiembre), tuvo noticia la Junta de que el Ingeniero Jefe de la expresada División acababa de reforzar el persona destinado al despacho de dicho expediente, por expresa recomendación del Sr. Moret. A la semana siguiente comunicó éste a la presidencia de la Cámara que el expediente había vuelto ya al Ministerio para su ultimación.

Dos días después de la Asamblea, cuando acababan de recibir publicidad en Madrid sus conclusiones y los lemas de las Juntas locales, dijeron los periódicos oficiosos que «el Ministro de Fomento estaba resuelto a que sea un hecho lo más pronto posible el canal de Tamarite, y no perdonaría medio para conseguirlo mientras continuase al frente de aquel departamento.» (LA IBERIA, LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, 9 Septiembre.)

A la semana siguiente, el pensamiento del Ministro había tomado ya forma y aun contaba, al parecer, con la aquiescencia de todo el Gobierno. «Es muy probable que el Sr. Moret tome una resolución beneficiosa para los intereses agrícolas de Aragón dentro de un breve plazo. Considera tan legítimas las quejas de aquella región, que hará cuanto esté en sus facultades para satisfacerlas.» (LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, 13 Septiembre.) «El señor Ministro de Fomento está redactando algunos proyectos de ley que presentará a las Cortes en cuanto éstas reanuden sus tareas. Entre dichos proyectos figura uno de obras públicas en el Alto Aragón». (LA IBERIA, LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, 14 Septiembre.) «Dio cuenta [el Sr. Moret en el Consejo de Ministros] de un proyecto de decreto para continuar las obras del canal de Tamarite». (EL MOVIMIENTO CATÓLICO, 14 Septiembre.) «El Sr. Moret prepara un vastísimo proyecto de obras públicas y canales para Aragón». (Telegrama de EL DIARIO DE LÉRIDA, 14 Septiembre.)

El DIARIO DE AVISOS de Zaragoza tiene por probable (20 Octubre) y LA CAMPANA DE HUESCA por seguro (24 Septiembre), que a la Cámara agrícola del Alto Aragón exclusivamente ha sido debido este primer movimiento del poder público, precursor de otros ya decisivos, en el sentido de la política hidráulica, esto es, de la construcción de canales de riego por el Estado. Gloria será del Sr. Moret haber sentado este precedente. En pueblos ya formados y mayores de edad, no son legítimos gobernantes ni se abren camino en el corazón de los gobernados ni dejan huella durable en la memoria de la posteridad, sino aquellos que se consagran por entero a ser colaboradores de la multitud, intérpretes de su voluntad, ejecutores de sus designios. Pero mal podrán atender a la opinión si ésta no se pronuncia acerca de sus necesidades de un modo auténtico, categórico, definido y persistente, como se ha pronunciado el pueblo alto-aragonés. Y así se explican tantas exhortaciones de la prensa a los agricultores de la Península para que vuelvan la vista a nuestra Cámara y emulen su fe, su tesón y sus procedimientos.

§ 5.º-Petición por el canal de Sobrarbe. -Extrañábanse muchos de que nuestra Sociedad no hubiese tocado en todo el año la cuestión del canal de Sobrarbe, habiendo puesto todo su empeño en agitar la del de Tamarite e interesar en su favor a la prensa, a la opinión y al Gobierno, no obstante que el mayor número de los socios de la Cámara y la casi totalidad de los individuos de su Junta directiva radican en la derecha del Cinca.

En su discurso-resumen del meeting agrícola celebrado el día 8 de Septiembre, el presidente de la Cámara explicó, a satisfacción y con aplauso del auditorio, las razones de estrategia que habían impuesto y justificaban esa conducta, en apariencia anormal, y anunció que la Sociedad, en el segundo año de su existencia, consagraría gran parte de su atención a resucitar el ya casi olvidado proyecto del canal de Sobrarbe y ponerlo en igual línea que el de Tamarite, para que corriesen los dos una suerte común u obtuviese las preferencias del poder aquel por el cual demostraran más firme voluntad y más varonil decisión los pueblos respectivamente interesados en ellos.

Pocos días después, el mismo Sr. Costa redactó una solicitud que, suscrita por la Junta, fue elevada al señor Ministro de Fomento con fecha 29 de Septiembre, cuyo contenido es como sigue:

«Exmo. Sr. Ministro de Fomento:

La Cámara Agrícola del Alto Aragón domiciliada en Barbastro, y en su nombre la Junta directiva que suscribe, a V. E. con toda reverencia suplica:

Que se digne tomar bajo su patrocinio, como de excepcional interés para la nación, el proyecto de Canal de Sobrarbe, en esta provincia, y proponer y recomendar a las Cortes en la próxima legislatura su construcción, por cuenta del Estado.

Entre todas las obras hidráulicas para riego proyectadas hasta ahora en España, y entre cuantas cabe proyectar, dada la estructura hidrográfica de la Península, figuran a la cabeza con gran ventaja, por su magnitud y por los resultados económicos que han de producir, los dos canales de Tamarite (río Ésera) y Sobrarbe (río Ara)19, destinados a fertilizar las vastas y desoladas planicies que se extienden a derecha e izquierda del río Cinca (provincia de Huesca y Lérida), cruzadas por el ferrocarril de Zaragoza a Barcelona. Los 26 proyectos de canales y pantanos concedidos, caducados y en tramitación, que han pasado por el Ministerio de Fomento en los últimos treinta años, están calculados para regar 400.000 hectáreas de tierra, números redondos: pues bien, los dos canales nombrados, de Sobrarbe y de Tamarite, entran en ese total por una mitad: 102.000 el primero y 104.000 el segundo.

Entrambas concesiones se hallan caducadas, pero con esta diferencia: que el Real decreto de caducidad del canal de Tamarite (por otro nombre «de Aragón y Cataluña») no ha causado estado todavía, por tener entablados varios recursos el concesionario ante el Tribunal contencioso- administrativo; al paso que el Real decreto de caducidad de la concesión del canal de Sobrarbe es firme hace muchos años. En la necesidad, pues, de que la nación acuda con urgencia a salvar la agricultura de este país, defendiéndola contra el azote de la sequía, que ella por sí solo es impotente a contrastar; en la necesidad, al propio tiempo, de ocurrir a la crisis del trabajo que amenaza para el invierno próximo, promoviendo obras públicas de cuenta que prevengan, durante su construcción y después de construidas el hambre, la emigración y el malestar general o los desórdenes que son secuela obligada de toda cuestión de subsistencias, el canal de Sobrarbe brinda mayores facilidades al Poder que el canal de Tamarite, porque estando su proyecto, como está, libre enteramente de responsabilidades del pasado, no exige contar con el beneplácito o con renuncia de acciones por parte de ningún concesionario ni proceder a operaciones previas de liquidación de obras construidas, etc.

En cuanto a la necesidad y utilidad, no son menores las del canal de Sobrarbe que las del de Tamarite. El primero, ha de regar la comarca comprendida entre los ríos Cinca y Alcanadre; el segundo, la que se extiende entre el Cinca y el Segre. Las condiciones de una y otra zona vienen a ser iguales: con la misma intensidad padecen los rigores de la sequía: la misma fertilidad en el suelo brindan al cultivo intensivo de regadío: la vista de los dos y a igual distancia se abren los valles de Pirineo, semillero de brazos sobrantes que la provincia no puede retener ahora por falta de condiciones naturales, y que tienen que emigrar al extranjero; crúzalas por igual, y sin solución de continuidad el ferrocarril intermarítimo de Pasajes a Barcelona, que las pone en comunicación con los mercados de Cataluña, del Norte y del exterior. Si existe alguna diferencia, es a favor del proyecto de Sobrarbe; en la zona de éste existe mayor número de poblaciones adiestradas en las prácticas del regadío que en la zona del de Tamarite: por lo tanto, la aceptación del agua del canal por los terratenientes y la consiguiente transformación de los cultivos habrán de verificarse en mucho menos tiempo.

Según el proyecto de canal de Sobrarbe, expuesto por sus autores Sres. Bergnes de las Casas en una luminosa Memoria impresa, las tierras de la zona regable pueden apreciarse en la actualidad en cien millones de pesetas, con el beneficio de riego seguro, su valor aumentará a 800. Este acrecentamiento tan considerable en la riqueza nacional se consigue con un presupuesto de obras de sólo 27 millones. El aumento de producción anual, trigo, aceite, ganado, etc., está calculado en 75 millones de pesetas, y en 9 el de la contribución para el Tesoro. Añádase 30.000 caballos de fuerza motriz en multitud de saltos distribuidos a lo largo del canal de conducción y de los tres canales de derivación, que miden un desarrollo de 231 kilómetros en junto, y que pueden producir, aplicados en sus dos terceras partes a la industria manufacturera, tan desarrollada ya en la vecina Cataluña, una renta de 22 a 25 millones de pesetas.

De los hechos que anteceden resulta que no existe razón alguna económica ni política para inclinar el ánimo de V. E. y de las Cortes a otorgar sus preferencias al canal de Tamarite sobre el de Sobrarbe; que, si acaso, las hay para que deba ser preferido éste a aquél; y en su consecuencia, a V. E. respetuosamente suplica esta Cámara:

1.º Que el proyecto de ley sobre obras hidráulicas del Alto Aragón que V. E., movido por espíritu de patriótica previsión y dando un giro práctico y salvador a la política económica del Gobierno, está preparando, se haga extensivo por igual a los dos canales de Sobrarbe y de Tamarite; y

2.º Que caso de que V. E. no juzgue factible o conveniente esa simultaneidad de las dos obras, se digne otorgar la prelación al canal de Sobrarbe, dejando para una ley ulterior el de Tamarite.

Barbastro, 29 de Septiembre de 1893. -(Siguen las firmas.)

*

El Sr. Moret contestó la carta de la Junta acusando recibo de la instancia, prometiendo ocuparse de ella con todo interés, y participando al propio tiempo que el proyecto de los pantanos del río Flumen iba a ser anunciado oficialmente a los efectos del art. 3.º de la ley de Aguas de 1883.

§ 6.º-Los pantanos del Flumen en la « Gaceta». -Efectivamente, en la Gaceta del día 14 de Octubre insertó la Dirección general de Obras públicas un anuncio, concebido en los siguientes términos:

«En cumplimiento de lo mandado por Real orden de esta fecha, esta Dirección general ha acordado anunciar al público que los proyectos de los pantanos de Santa María de Belsué y del Salto de Roldán, alimentados con aguas del río Flumen, en la provincia de Huesca, han sido estudiados por el Estado en virtud del art. 13 de la ley de 27 de Julio de 1883, y que las condiciones principales de dichos proyectos son las que comprende la siguiente nota.

»En el plazo de treinta días, contados desde el en que este anuncio se inserte en la Gaceta, podrán las Corporaciones interesadas y los particulares exponer lo que estimen conveniente acerca y en contra de la construcción de los pantanos de que se trata, su importancia y sus rendimientos probables.

»Madrid, 12 de Octubre de 1893. -El Director general, B. Quiroga

Seguía una nota-extracto de los proyectos de los dos pantanos.

§ 7.º-Conferencia con el Ministro en Zaragoza. -Dos días después, el 16 de Octubre a media noche, llegó a Zaragoza el Excelentísimo señor Ministro de Fomento, D. Segismundo Moret, acompañado de los señores Directores generales de Agricultura y de Obras públicas, con objeto de inaugurar el suntuoso palacio levantado en la capital de Aragón para Facultades de Ciencias y de Medicina. Recibióle en la estación del Arrabal, junto con varias otras Comisiones, una de la Cámara Agrícola del Alto-Aragón, compuesta de los Sres. D. Joaquín Costa, don Mariano Español y D. Vicente Grau, que llevaban de la Junta directiva el encargo de cumplimentar al ilustre estadista en nombre de la Corporación, expresarle del modo más solemne el agradecimiento de ésta por los favores que le dispensa y la atención que presta a sus demandas; significarle las grandes esperanzas que ha despertado en la región alto-aragonesa su pensamiento de canalización y embalse de las aguas del Pirineo, el impulso dado por él al expediente de los pantanos del Flumen, su anunciado proyecto de ley para la continuación de las obras del canal de Tamarite, etc.; estimularle a perseverar en tan redentores propósitos; e insistir en la petición referente al canal de Sobrarbe, dándole a conocer con más pormenor las condiciones de esta obra y los beneficios que reportaría su construcción a la provincia de Huesca y al Tesoro de la nación.

En los días 17, 18 y 19 la referida Comisión, con más el señor D. Manuel Casasnovas, que se hallaba en Zaragoza por asuntos propios y tuvo la bondad de agregarse a ella, acompañó al Ministro a cuantos actos de carácter público, no político, se celebraron con tal motivo: solemnidad literaria en honor del venerable Cerbuna, en la Universidad; inauguración del palacio de Ciencias; excursión a las esclusas del canal Imperial; visita a la Granja-modelo; banquete de las Sociedades Económicas y Corporaciones literarias y científicas en el Casino Mercantil, etcétera. En este último, el Sr. Costa brindó por Zaragoza y por el Ministro, en nombre de la Cámara, exponiendo de paso en líneas generales el pensamiento político-económico en que informa aquélla todos sus actos y que considera como el común denominador de los programas de todos los partidos.

Dejemos la palabra al luchador presidente:

§ 8.º-Brindis. -La Cámara Agrícola del Alto Aragón nos ha enviado a Zaragoza para saludar y expresar su respeto y admiración y su agradecimiento al egregio estadista que concentra ahora en su mano el porvenir entero de España en el interior y en el exterior, por haberse apiadado de aquel país tan tristemente dotado por el cielo y que hasta ahora no había encontrado lo único que necesitaba: un poco de entrañas y de compasión de parte de los que tenían en su mano la llave del remedio. Nos ha enviado al propio tiempo para rendir un tributo de admiración y de agradecimiento a este gran pueblo de Zaragoza, a quien venera como maestro en todo género de disciplina social, viendo en él, no al pueblo celebrado en todas las historias por su fortaleza sin igual en los empeños de la guerra, sino al pueblo del consejo, al pueblo maestro en las artes de la vida moderna, al pueblo del sentido político frente al cantonalismo en 1873, de la dignidad y del selfgoverment frente a la cuestión del Canfranc en 1884; del altruismo sublime y del heroico desprecio de la muerte enfrente del cólera y del miedo, de las demás ciudades epidemiadas en 1885; del instinto justiciero frente al indulto parcial de los autores del crimen de Conesa en 1892; del espíritu avisado y práctico, que concilia tan a maravilla las tradiciones y memorias del pasado con las necesidades del presente en el centenario de Pignatelli en 1893. Por uno y por otro brindo, en nombre de la Cámara, por el gran economista y por la gran ciudad, que así han sabido entenderse y compenetrarse para despertar las energías dormidas de esta región aragonesa y llamarla a nueva vida, aportando el uno la incomparable alteza de su pensamiento, el caudal inagotable de idealidad que atesora su alma y que no tiene rival en Europa, su elocuencia arrebatora, ante la cual se habrían prosternado Grecia y Roma después de haber oído a Demóstenes y Cicerón, y su prestigio personal como científico y como político y la posición preeminente y tan sólida como elevada que ocupa en el cuadro de nuestros partidos políticos; aportando la otra su proverbial tenacidad, que le da color en el organismo de las regiones españolas, su carácter de acero, que engendró la epopeya gigante de sus sitios, su reputación de formalidad, que hace de ella como una Inglaterra meridional, su sentido práctico, que ha hecho de ella por toda la historia española fuerza de resistencia contra los desbordamientos del espíritu progresista y contra los desbordamientos del espíritu reaccionario y fuerza de impulsión contra el desaliento y la inercia del país y contra la inacción de los poderes públicos.

Diálogo entre dos estatuas. -Arquetipo de estas cualidades de nuestra raza fueron dos hombres cuyas estatuas se contemplan ahora una a otra allá en la plaza de Aragón: Servet y Pignatelli, médico aquél, hidráulico éste, precursores los dos de la España moderna, nacidos a orillas del Ebro, y que con el conde de Aranda, glorioso hijo del Alto Aragón, completan la gran trilogía en cuya vida y en cuyos hechos se halla cifrado el programa para la regeneración, y aun diría para la resurrección de la patria española. ¿Qué se dirán, señores, qué se dirán aquellos grandes profesores de carácter, Servet y Pignatelli, más acerados, más de piedra y de bronce mientras vivieron que lo son sus estatuas; qué se dirán, en ese coloquio inacabable, mudo para el vulgo que circula distraídamente entre ellos, pero claro y vibrante para quien ha aprendido el lenguaje de los sepulcros y sabe entender a los muertos? Tú (le dice Pignatelli a Servet), tú descubriste la circulación pulmonar de la sangre en el cuerpo humano, y sentaste las bases de la medicina moderna; yo perfeccioné la circulación del agua en el cuerpo de la nación aragonesa y senté las bases de la economía racional para toda la Península. Tú miraste a la doctrina y yo a la producción; tú al verbo y yo al pan: predicaste por categorías y afirmaste a precio de tu vida el principio de la inviolabilidad de la conciencia y la libertad del pensamiento; yo la hice posible aprisionando el sol por el agua, multiplicando la riqueza, generalizando el bienestar; sin mí tus libertades no pasan de ser un buen deseo, porque la fuente de la libertad está en la independencia, y la raíz de la independencia está en el estómago, de tal suerte que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas, tiene toda su persona bajo la dependencia ajena, y por el contrario, el que posee la llave del estómago es amo y señor de la conciencia, por cuya razón, el rico es libre siempre, aunque viva bajo un régimen de despotismo, y el pobre es siervo siempre, aunque viva bajo un régimen democrático y republicano, como dijo hace tres mil años Salomón: redemptio animae vivi divitiae suae: dives pauperibus imperat.

No me opongo a tu doctrina, contesta Servet después de oír ese latinajo, y aun puedo reivindicarla como propia, pues no en balde fundé la ciencia de la Geografía comparada, que en este siglo ha cobrado tan gran importancia. Te diré más: yo soy el médico; pero tú eres el boticario, aunque no te llamen así; la enfermedad que causa más víctimas no es el cólera ni la difteria, ni la tisis: es el hambre: de cada diez enfermos que se les mueren a los médicos se salvarían nueve si en vez de darles recetas para la botica pudieran dárselas para la tablajería, para la panadería, para la lechería, para la carbonería y para la taberna; si pudieran darles en vez de jarabes vino, en vez de píldoras albondiguillas, en vez de cataplasmas, eso que llaman beefsteak con patatas.

-Celebro haber coincidido con tal autoridad, replica Pignatelli, y que tengas al barreno que abre paso al agua de riego y multiplica la carne y el pan por mejor médico que a la lanceta y a la dieta: admito el título de farmacéutico que me confieres por causa del Canal Imperial que construí; pero dime: ¿es verdad que viene ahora a Zaragoza un gran farmacéutico de esta nueva especie, que va a construir allá por el Alto Aragón no sé qué canales tan grandes que eclipsarán el mío, que me ha valido esta estatua?

-Sí (contesta Servet), ha venido ya y se llama D. Segismundo Moret, y en él revive para bien de Aragón nuestro amigo el conde de Aranda, aquél que inauguró su ministerio llamando al pueblo a la gobernación del país y a la vida pública, de la cual estaba alejado desde el día nefasto de Villalar acabó sus días fundando escuelas y proyectando acequias; con una diferencia: que este nuevo Aranda, aragonés por adopción, sabe hablar, como aquel no sabía; que por lo mismo tiene éste un tacto y una flexibilidad de que carecía aquél. Recuerda cuán excelente resultado dio hace ochenta y tanto años la mezcla de un general andaluz, Álvarez, con un pueblo del Pirineo, Gerona, en las artes de la guerra, y podrás calcular el resultado que puede dar la unión de un estadista andaluz, Moret, con un pueblo aragonés, Zaragoza, en las artes de la paz.

-Ya lo calculo, ya lo calculo, replica Servet; y sin embargo, si yo viviese abrigaría un temor: los aragoneses están muy divididos sobre materia política: ¿Sabrán unirse para esa empresa económica, por igual provechosa para todos, y no estorbar, y antes bien estimular, sostener y ayudar al hombre ilustre que ha comprendido mejor que ningún otro los rumbos positivos que urge imprimir a la novísima política económica, que si se ciñera al solo capítulo de la nivelación de los presupuestos sería incompleta y enteramente ineficaz?

Alejémonos ya, señores, de la compañía de aquellos dos hombres inmortales a quienes la humanidad ha debido tan grandes beneficios; pero no sin antes recoger el eco de sus últimas palabras y formar propósito de no dar razón a sus recelos. Defiendan en buen hora la libertad los liberales, cada uno según su matiz y desde su campo; combátanse los partidarios del antiguo régimen, reputándole como cosa abominable y vitanda; contemporicen con ella como quieran o como puedan los conservadores; pero caminen unidos todos para procurar así en tiempo de liberales como en tiempo de conservadores, bajo el régimen de A, o bajo el de B, eso que nos es común a todos, que es independiente de formas de Gobierno y de matices de constitución; el progreso económico del país, el bienestar material de los españoles. Luchemos unidos todos en falange cerrada contra el enemigo común, la miseria, esa fuente de donde manan las nueve décimas partes de los males que padece la humanidad.

Acuñemos aquel oro.- Si me preguntáis donde está ese oro, os diré: en los ríos: no en las arenas del Darro, no en las arenas del Sil, cuyas mezquinas pajuelas no bastan a aplacar el hambre del que las recoge; no en las arenas, sino en la corriente misma del Darro y del Sil, del Guadalquivir y del Ebro, del Ésera, del Ara, del Cinca, del Aragón, del Gállego, del Flumen considerados como instrumentos para la conquista del sol que es la gran mina; con el sol que nos sobra a los españoles, habría más de lo preciso para nivelar los presupuestos y poner los cambios a la par y que nuestra plata volviera a ser plata civilizada y europea y se nivelaran los presupuestos de España sin desnivelar los presupuestos de los españoles.

Causa sonrojo pensar que seamos tan inhábiles y tan para poco que en una latitud como la que ocupamos, con una ayuda tan poderosa como la que nos brinda el sol, no acertemos a sacar de tan vasta península subsistencias bastantes para que no se mueran de hambre, de fatiga y de preocupación cautivos del suelo diez y siete de los diez y ocho millones de españoles...

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Este programa se compendia en un sólo vocablo: canales, canales, porque sin canales no hay hierba, y sin hierba no hay ganado, y sin ganado no hay trigo, no hay agricultura remuneradora, que es decir europea, no hay crédito agrícola, no hay labradores satisfechos, no hay ciudadanos independientes, no hay elecciones libres, no hay presupuestos desahogados, no hay nación fuerte para rechazar la más leve agresión como no sea desafiando temerariamente el cataclismo, en condiciones semejantes a la del toro que acomete bravamente a la locomotora disparada a gran velocidad. Canales, repito: descartada la cuestión de los tratados de comercio, no tiene por el momento otro programa la agricultura aragonesa. Cuando ese programa esté realizado, y no es ninguna obra de romanos, podrá decir el venturoso Ministro de Fomento lo que aquel rey de Caldea, Hammurabi, en una inscripción desenterrada hace poco en las ruinas de Babilonia, fechada hace tres mil seiscientos años, dos siglos antes de Moisés: Yo he construido el canal Nahar Hammurabi, bendición de los habitantes de Babilonia20.

§ 9.º-Una Real orden. -Como consecuencia de las activas gestiones realizadas con tanto empeño por aquella abnegada Cámara, y que el canal de Sobrarbe pudiera llegar a ser realidad algún día; y a fin de que el proyecto de D. Teodoro y don Antonio Bergnes de las Casas, reuniese todos los requisitos exigidos por la legislación entonces vigente, se dictó la siguiente Real orden:

«Ilmo. Sr.: S. M. el Rey (q. D. g.), y en su nombre la Reina Regente del Reino, ha tenido a bien disponer, en vista de lo que declara el art. 13 de la ley de 27 de Junio de 1883, que por el Ingeniero Jefe de la División Hidrológica del Ebro se proceda a estudiar y a redactar un proyecto de canal de riego derivado del río Ara, sobre la base del que presentó D. Francisco García López, denominado de Sobrarbe. -De Real orden lo Comunico a V. I. para su conocimiento y efectos oportunos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid, 4 de Noviembre de 1893. -S. Moret. -Señor Director general de Obras públicas.»

§ 10.-Construcción del canal de Tamarite: Ley de 5 de Septiembre de 1896. -Por fin, la buena y acertada doctrina sostenida con tanto empeño por el Sr. Costa, se impuso en las altas esferas del poder, y vio triunfante su bandera. Satisfecho debe estar el espíritu de aquel hombre genial, allá en la tumba de Torrero, al saber que de día en día se va ensanchando el área del suelo regable en la Litera, sin cuya tenaz intervención, es casi seguro que aquel simpático pedazo de tierra aragonesa se vería casi desierto y abandonado.

He aquí el texto de la Ley de referencia:

Artículo 1.º -El estado se encarga de la continuación de las obras del Canal de Aragón y Cataluña (Tamarite), para construir, en primer término, las que se necesiten a fin de dar riego a las primeras secciones de las que componen el proyecto aprobado por Real decreto de 23 de Abril de 1864, y modificaciones introducidas por el de 3 de Julio de 1888.

Art. 2.º -Para los gastos que origine ese servicio se destinarán en el presente año económico, considerándose comprendido en un capítulo adicional de la sección 7.ª, «Ministerio de Fomento», un millón de pesetas, y en cada uno de los doce siguientes, 1.500.000 pesetas como mínimo.

Art. 3.º -Las obras se ajustarán al proyecto aprobado, con, las modificaciones que determine el Ministro de Fomento, y que, sin disminuir la extensión de la zona regable, permitan hacer deducciones en el presupuesto.

Art. 4.º -Las obras se ejecutarán por el sistema de administración, pudiendo emplearse el de subasta para la adquisición de materiales en los casos que determine el Ministro de Fomento.

Art. 5.º -El Gobierno respetará, por su parte, y hará cumplir a los terratenientes, los compromisos existentes para el riego con agua del canal, procurando durante la ejecución de las obras, aumentar el número de compromisos para el riego y la formación de Sindicatos de regantes. Se estudiarán también las reglas para la aplicación del canon y la reducción que sea posible hacer en la tarifa máxima señalada en el Real decreto de 3 de Febrero de 1888.

Art. 6.º -De la administración y conservación de las obras se encargará una Junta nombrada por el Ministerio de Fomento, el cual, de acuerdo con el de Hacienda, en lo que se refiere a la parte administrativa, dictará el reglamento por que haya de regirse la Junta.

Dado en Palacio a 5 de Septiembre de 1906, etc...

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Las obras de este Canal se inauguraron, en cuya solemne festividad echóse de menos la respetable presencia de quien con tan tenaz empeño había conseguido la continuación de esta obra redentora. Pero es que a Joaquín Costa, hombre de innata modestia, le sucedía lo que con gran acierto ha dicho Araquistáin, «que sacrificaba la manufactura de su fama a la solución de los problemas nacionales; y que, dada su honradez intelectual, era incapaz de ir mendigando un empréstito de gloria...»

Diez años después, en el mes de Marzo de 1906, una importante revista de Madrid, La Liga Agraria, publicaba un interesante artículo, que sin duda no llegó a conocer el malogrado Costa, bajo el título de «El bautismo y el Canal de Tamarite», el cual, por el espíritu de justicia que lo informa, trasladamos a estas páginas, a fin de que las futuras generaciones puedan saborearlo. Dice así: