A su vuelta, hizo en ella las correcciones que le parecieron
convenientes; y estudiada y ensayada por los cómicos de la
compañía de la Cruz, se representó en aquel teatro el
día 19 de mayo de 1804. No hubo parcialidades, ni venganzas, ni
conspiración, ni alboroto: la experiencia había dado a conocer la
inutilidad de estos medios y el nombre del autor aseguraba ya los aplausos. El
público la recibió con aprecio particular; no así los
falsos devotos ni los críticos. Los primeros abominaron de ella, y no
les faltaba razón; los segundos publicaron delicadas observaciones, en
que manifestaron por una parte su laudable anhelo de ver el arte en toda su
perfección, y por otra su corta inteligencia para indicar a los que le
practican los medios de lograrlo. Las censuras produjeron elogios y defensas; y
es de notar que unos y otras se escribieron con urbanidad y moderación,
prendas no muy comunes en este género de escritos y que hoy día
totalmente se desconocen.
El autor, impasible en medio de estas disputas, y únicamente
deseoso de que nadie le defendiese aunque muchos le criticasen, si algo
encontró en aquellos opúsculos digno de atención, supo
aprovecharlo; y prescindiendo de todo lo que no le pudo convencer,
remitió a sus propias observaciones en los efectos del teatro, las
enmiendas que hizo sucesivamente en esta y en las demás composiciones
suyas.
Ponce desempeñó con perfección el papel de Don
Claudio. Pinto manifestó su acreditada inteligencia en el de Don Luis,
como Francisco Vaca en el de Don Martín. Josefina Virg, estimable
actriz, cuya flexibilidad se ha prestado siempre a los caracteres más
difíciles y más opuestos entre sí, representó con
acierto el descaro, el impaciente deseo de libertad, la astucia, la falsa
devoción de Doña Clara. María García
sobresalió en el personaje de Doña Inés. Para inferir que
el de Perico mereció la aceptación pública, baste decir
que le hizo Querol. Francisco López causó el sentimiento de que
su papel del demandadero no fuese más largo; porque en él
pintó con excelencia un viejecillo tan pusilánime, inepto,
encogido, frío, memo y ñoño como el autor le
imaginó.
Escena I
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DON LUIS,
DON MARTÍN.
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DON MARTÍN | Mira, hermano, si no quieres | | que riñamos muy de veras, | | no hablemos más del asunto; | | dejémoslo. |
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DON LUIS | Tú te inquietas | | por nada. Cuando las cosas | 5 | no van según tus ideas, | | regañas, gritas... |
|
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DON MARTÍN | ¿Y cómo | | he de llevar con paciencia | | lo que está pasando? ¿Y cómo | | he de aprobarlo? ¿No es ella | 10 | mi sobrina? ¿No eres tú | | mi hermano? |
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|
DON LUIS | Nadie lo niega; | | pero, pues yo soy su padre | | y está a mi cargo y tutela, | | déjamela gobernar. | 15 |
|
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DON MARTÍN | Es verdad... ¡Y la gobiernas | | perfectamente!... ¿A qué vienen | | dilaciones y reservas? | | Llegó Don Claudio a Toledo; | | se han visto ya; pues ¿qué esperas? | 20 | Cásalos. |
|
|
DON LUIS | Yo te diré, | | me escribió veces diversas | | Don Pedro sobre el asunto; | | me levantó a las estrellas | | los méritos de su hijo; | 25 | yo, que me acordaba apenas | | de haberle visto pequeño, | | esperaba a que vinieran | | ciertos informes de Ocaña | | para darle una respuesta | 30 | decisiva; pero el padre, | | que gasta poca paciencia, | | sin avisarme le hizo | | venir aquí. Siendo fuerza | | admitir, no juzgué | 35 | conveniente que supiera | | Inés nuestras intenciones. | | Al principio observé en ella | | un agrado indiferente, | | que presumí que pudiera, | 40 | con el trato, ser amor; | | pero después, tan diversa | | se le ha mostrado, que siempre | | le recibe con tibieza | | o seriedad. Yo, entretanto, | 45 | me confirmo en la sospecha | | de que Don Claudio es un poco | | simple, de mala cabeza... | | Esta noche no ha dormido | | en casa... Yo sé que juega... | 50 | En fin, ello es necesario | | indagar qué vida lleva, | | y, sobre todo, saber | | si Inés admite contenta | | esta boda o la repugna. | 55 |
|
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DON MARTÍN | Es una cosa muy puesta | | en razón... Según la niña | | lo determine y resuelva, | | y la autoridad del padre... | |
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DON LUIS | Esa autoridad se templa | 60 | en estos casos, pues todo | | lo demás fuera violencia | | e injusticia. |
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DON MARTÍN | Sí, blandura, | | mimo, cariños... Deja, | | deja, que ya verás pronto | 65 | los efectos. |
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DON LUIS | Quien te oyera | | hablar así, pensaría, | | según lo que tú lo esfuerzas, | | que la muchacha camina | | a su perdición derecha, | 70 | y que su padre le ofrece | | medios para que se pierda. | |
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DON MARTÍN | Si observase la conducta | | de su prima, allí aprendiera | | a servir a Dios, a ser | 75 | humilde, juiciosa y quieta. | |
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DON MARTÍN | Es que yo sé bien por qué | | lo digo... Hay gran diferencia | 80 | de prima a prima... |
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DON MARTÍN | ... Por más que lo quieras | | negar. |
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DON LUIS | ¡Cierto que la tuya | | es una niña muy bella! | | Siempre está metida en casa. | 85 | Ayuna cuando la observa | | su padre; cuando se va, | | se abalanza a la despensa | | y se desquita... |
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DON LUIS | Sí hay tal. Hace sus novenas, | 90 | reza la corona, tiene | | oración mental, se encierra | | en su cuarto, abre el balcón, | | y a oscuras, porque no pueda | | verla su padre, se pasa | 95 | la niña las noches frescas | | de verano patullando | | con el cabo de bandera | | de ahí al lado. |
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|
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DON LUIS | Sí hay tal cosa. Como emplea | 100 | en el servicio de Dios | | las horas de esta manera, | | no cose jamás, no plancha, | | no hace un punto de calceta, | | no mueve un trasto, ni quiere | 105 | ocuparse en las faenas | | propias de toda mujer, | | y deja el encargo de ellas | | a su prima, pues la vida | | contemplativa y austera | 110 | no le permite atender | | a las cosas de la Tierra. | | Cuando su padre la ve, | | libros devotos hojea; | | cuando queda sola, entonces | 115 | es la lectura diversa: | | coplas alegres, historias | | de amor, obrillas ligeras, | | novelas entretenidas, | | filosóficas, amenas, | 120 | donde predicando siempre | | virtud, corrupción se enseña. | | Estas obras de moral | | Don Benito se las presta: | | ese estudiante andaluz, | 125 | opositor a prebendas, | | que vive en el buhardillón. | |
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DON MARTÍN | Pues yo te doy por respuesta, | | que no he visto tales libros, | | ni pienso que ella los lea, | 130 | ni sé de tal Don Benito, | | ni he sospechado que tenga | | con nadie conversación. | |
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DON MARTÍN | Bien está: di lo que quieras; | | no me podrás persuadir | | que la muchacha no es buena. | | Y sobre todo, pensar | | que su disimulo llega | 140 | a tanto, que siendo alegre | | y revoltosa y traviesa, | | sólo por disimular | | en un convento se encierra | | para siempre, en un delirio | 145 | que sólo tú lo dijeras. | |
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DON LUIS | No seré yo quien lo crea. | 150 |
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DON MARTÍN | Profesará, sí señor; | | profesará. |
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DON LUIS | Si te empeñas | | en que ha de ser... |
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DON MARTÍN | Y será. | | Porque yo quiero que sea. | | Y será. |
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|
DON LUIS | Bien, no te enfades; | 155 | pero si la trampa hiciera | | que renunciase las tocas, | | ¡qué chasco para quien piensa | | heredarla en vida! |
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|
DON MARTÍN | No; | | por ese lado no temas. | 160 | No es niña de las de ahora, | | no es cabecilla, ni anhela | | a más que a dejar el mundo | | por la estrechez de una celda. | |
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DON LUIS | Ello así parece pero | 165 | haces muy mal en creerla. | |
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DON LUIS | Porque apenas dice | | palabra que verdad sea. | | Si yo la conozco, si | | la observo, si sé sus tretas | 170 | mejor que tú, si no puede | | engañarme con aquella | | fingida virtud que a ti | | te enamora y embelesa. | |
|
|
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DON LUIS | Fingida, | 175 | y la causa es manifiesta. | | Cuando era niña mostraba | | candor, excelentes prendas, | | pero tú, queriendo ver | | mayor perfección en ella, | 180 | duro, inflexible, emprendiste | | corregir las más ligeras | | faltas; gritabas, no hacía | | cosa en tu opinión bien hecha... | | Tu rigor produjo sólo | 185 | disimulación, cautela; | | la opresión, mayor deseo | | de libertad; la frecuencia | | del castigo, vil temor; | | y careciendo de aquellas | 190 | virtudes que no supiste | | darle, aparentó tenerlas. | | La hiciste hipócrita y falsa; | | y así que adquirió destreza | | para engañar a su padre, | 195 | le engañó de tal manera, | | que sólo cuando más vicios | | tuvo, la creyó perfecta. | |
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DON MARTÍN | ¡Bien! ¡Muy bien!... Voy admirado | | de razones tan discretas. | 200 |
|
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DON MARTÍN | Se acabó el sermón, | | y van a cerrar la iglesia... | | Mira: tu Don Claudio sube | | cantando por la escalera. | | ¡Si habrá dormido esta noche | 205 | al fresco! ¡Qué tres cabezas: | | el padre, la señorita | | y el yerno!¡Qué tres! |
|
|
|
(Se va
DON MARTÍN por la parte del lado derecho, y por
la misma sale
DON CLAUDIO.)
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Escena II
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DON LUIS,
DON CLAUDIO.
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DON LUIS | Ya era | | tiempo de volver a casa. | | Te aguardamos con la cena | 210 | hasta las once, y al cabo | | no te vimos... Nunca vuelvas | | a trasnochar de ese modo. | |
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DON CLAUDIO | Es que me detuve ahí cerca, | | en casa de un conocido, | 215 | que tiene una tos muy recia, | | y calentura, y... |
|
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DON LUIS | Pues mira | | que cuando otra vez suceda | | no te canses en venir, | | porque haré cerrar las puertas | 220 | y que te lleven los trastos | | al mesón... Pero ¿que tengas | | tan poco juicio, que ayer | | (y eso que fue la primera | | vez) en casa de Don Juan | 225 | tales locuras hicieras? | | Fumar donde nadie fuma, | | silbar, rascarte las piernas, | | y rebañar con el dedo | | las jícaras y lamerlas; | 230 | interrumpir cuando hablaban | | los demás, no dar respuesta | | con tino ni reflexión... | | ¿Qué gracias eran aquellas | | tan pesadas que dijiste? | 235 | ¿Quién te pudo dar licencia | | para correr por la casa, | | y derretir la manteca | | en la cocina, escaldar | | al gato, y...? |
|
|
DON CLAUDIO | De esa manera | 240 | cuando vaya a alguna parte | | me habré de estar hecho un bestia | | si no permiten un poco | | de libertad... |
|
|
DON LUIS | Pero es fuerza | | que esa libertad moderen | 245 | el respeto y la prudencia. | |
|
|
DON CLAUDIO | Yo no sé cómo entenderlo. | | Si uno calla, luego empiezan | | a decir que es un hurón; | | si no calla... |
|
|
DON LUIS | Si no encuentras | 250 | medio, no es mucho que en ambos | | extremos necio parezcas. | | Si ves que al ir a decir | | una gracia se te suelta | | un disparate, y el ceño | 255 | de los demás te demuestra | | que fuiste poco gracioso, | | ¿por qué repites la escena? | | ¿Por qué quieres que a ti solo | | te escuchen? ¿Por qué no piensas | 260 | antes lo que has de decir? | | ¡Que haya cátedras y escuelas | | de saber hablar, y el arte | | de callar nadie lo enseña! | | (Hace que se va, y vuelve.) |
|
|
DON CLAUDIO | (Aparte.) | Si me apura más, tan fijo | 265 | que le digo cuatro frescas. | |
|
|
DON LUIS | Mira que voy a escribir | | a mi cuarto. Si te quedas | | en casa, por Dios te pido | | que no vayas a esa pieza | 270 | jalbegada del rincón | | a repetir la tarea | | de tu canticio infernal: | | que después de ser tan bella | | la voz que tienes, no sabes | 275 | dejarlo, a todos molestas, | | y das tales alaridos | | que en la vecindad se quejan. | | (Vase por la puerta de la
izquierda.) |
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Escena III
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DON CLAUDIO,
PERICO. Sale por la derecha.
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PERICO | Como que estoy ya de vuelta. | 280 | Un abrazo, y otro, y mil. | | Vine anoche, estabais fuera... | |
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PERICO | Al fin | | no es la prisión muy estrecha | | cuando hay asuetos nocturnos. | 285 |
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DON CLAUDIO | Ya llevé mi reprimenda. | | ¿Y qué dices? ¿Qué hay de bueno | | por Ocaña? ¿Cómo dejas | | a mi padre? |
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|
PERICO | Tan contento | | de la dicha que os espera. | 290 | Me dio una carta... Y por cierto | | que al mudarme la chaqueta | | me la dejé en el mesón. | |
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DON CLAUDIO | ¿Y no te ha dado siquiera | | algunos cuartos? |
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|
PERICO | ¿A mí?, | 295 | ni el valor de una peseta. | | Dice que yo no le sirvo, | | que os presente a vos la cuenta, | | y que me paguéis sin falta, | | pronto, y en buena moneda. | 300 |
|
|
DON CLAUDIO | Bien dicho, pero no tengo | | un maravedí. |
|
|
PERICO | ¡Pues fuera | | cosa de ver!... ¿Por ventura, | | en tres semanas y media | | que falto de aquí...? |
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DON CLAUDIO | Sí, amigo. | 305 | Qué quieres, a uno le tienta | | el diablo, y... |
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|
PERICO | ¿Qué mayor diablo | | que tener mala cabeza? | |
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DON CLAUDIO | Es verdad que yo he gastado | | en comprar mil frioleras | 310 | también, pero lo de anoche... | |
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DON CLAUDIO | Una merienda | | ahí en casa del zurdillo. |
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DON CLAUDIO | ¿Qué quieres que hiciera? | | Estuvo la Catujilla | 315 | y aquella moza trigueña... | |
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DON CLAUDIO | Esa mismo; | | yo y el hijo de la Crespa. | |
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DON CLAUDIO | ¡La Catuja, | | hombre, qué chica tan bella! | 320 |
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DON CLAUDIO | Pues merendamos, | | y para alegrar la fiesta, | | un sargento de milicias | | que le falta media oreja, | | viene, y... ¿Sabes de quién es | 325 | primo? De la Molinera. | |
|
|
|
DON CLAUDIO | Pues, amigo, sacó | | la barajilla; se empeña | | el juego, y... ¡Vaya!... Diez duros | | que importó la francachela, | 330 | por una parte, y por otra, | | él... ¡Maldito de Dios sea! | | Si en el sacanete siempre | | tengo una suerte perversa... | | Eso sí, yo le gané | 335 | las cuatro manos primeras; | | pero después se volvió | | el naipe, y en hora y media | | que duró aquello, perdí | | cuanto puse y más que hubiera. | 340 | Él echó cuatro por vidas, | | se levantó de la mesa, | | diciendo que era ya tarde, | | fuese, y a todos nos deja | | sin blanca. |
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|
PERICO | ¿Y a las muchachas | 345 | también? |
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DON CLAUDIO | Puse yo por ellas, | | porque no era regular... | |
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PERICO | ¿Conque, en fin, de la remesa | | que vino, ya no hay un cuarto? | |
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DON CLAUDIO | Nada, y... Yo no sé qué hiciera. | 350 | Y ese prendero maldito | | me va cogiendo las vueltas | | por un poco que le debo. | |
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|
DON CLAUDIO | También ésa | | y dice que ha de venir, | 355 | a ver si Don Luis encuentra | | modo de que yo le pague. | |
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PERICO | Y bien, dejarle que venga. | |
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DON CLAUDIO | ¡Toma! Pues si el viejo sabe | | eso, la hiciéramos buena. | 360 |
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PERICO | ¿Qué, ya empieza a regañar | | el suegro en flor? |
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DON CLAUDIO | Doña Inés, | | ya viste que andaba seria | | conmigo cuando te fuiste, | 365 | pues de la propia manera | | ha seguido... De las dos | | primas, la que más me peta | | es la Clarilla. Esa sí. | | Y no he dejado de hacerla | 370 | algunos cocos. A mí | | me gusta. |
|
|
PERICO | ¡Qué desvergüenza! | | Si quiere cantar maitines, | | ¿a qué vendrá distraerla? | | Pero... |
|
|
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|
DON CLAUDIO | ¿Qué te suspende? | (Hace ademanes de discurrir y vacilar en
la resolución.) |
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PERICO | Quisiera | | ver si... No... Bien puede ser; | | pero... ¡Divina ocurrencia! | | Y se ha de hacer, no hay remedio. | |
|
|
|
PERICO | Veréis qué idea. | 380 | ¿Supongo que ya sabéis | | el gran fortunón que espera | | Don Martín? |
|
|
|
PERICO | Después de cena | | me contó ayer la criada | 385 | el caso letra por letra. | | Ello es que los viejos tienen | | en Sevilla (o, por más señas, | | ya no lo tienen) un primo | | beneficiado, que deja | 390 | por su heredera absoluta | | a doña Clara... La herencia | | es un horror... ¿Qué sé yo? | | Casas, molinos, jaciendas, | | jolivas... En fin, el lance | 395 | es que como da en el tema | | de ser monjita, su padre | | (sin que nadie se lo pueda | | disputar) todo lo pilla. | | Él por instantes espera | 400 | la copia del testamento, | | teniendo noticias ciertas | | de que ya el beneficiado | | goza de la vida eterna. | | Pues aquí de mi invención. | 405 | Esta Clara, ¿se mosquea | | cuando le dicen que es linda? | | ¿Chilla cuando la requiebran? | | Si uno se arrima, ¿le vuelve | | un torniscón, o se alegra? | 410 |
|
|
DON CLAUDIO | Siempre que he llegado a hablarla, | | se ha mostrado muy risueña, | | pero como yo no hacía | | intención... |
|
|
PERICO | ¿Qué, de quererla? | | Pues ya es preciso. La otra | 415 | no os gusta, ni vos a ella; | | y al contrario, si podéis | | alzaros con la prebenda | | de la novicia, y... |
|
|
DON CLAUDIO | ¡Qué pillo | | eres para cosas de éstas! | 420 |
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|
PERICO | Si en la gran Cómpluto fui | | el coco de las escuelas. | |
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|
DON CLAUDIO | Pues mira: tú la has de hablar, | | Periquillo, y cuando veas... | |
|
|
PERICO | ¿Yo? ¿Pues me he de casar yo? | 425 |
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|
DON CLAUDIO | Hombre, si me da vergüenza. | | Vergüenza no, sino así | | como... |
|
|
PERICO | ¡Pues cierto que es buena | | ocasión de timideces | | y melindres e indirectas! | 430 | ¡Vaya que no he visto tal! | |
|
|
DON CLAUDIO | Pero ¿y si luego nos echa | | noramala? |
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|
PERICO | Probaremos. | | Háganse las diligencias, | | y si da en que ha de ser santa, | 435 | por muchos años lo sea. | |
|
|
|
PERICO | Y es, no menos, | | el señor Juan de Corella, | | demandadero mayor, | | por gracia de la abadesa, | 440 | del consabido convento. | | Según dijo Lucigüela | | anoche... Ya sé a qué viene. | | Esperad en esa pieza | | mientras se va. |
|
|
|
(Vase
DON CLAUDIO por la puerta del foro.)
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Escena V
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PERICO,
DON CLAUDIO.
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PERICO después de haber
leído el papel, hace extremos de alegría.
|
DON CLAUDIO | ¿Qué locura es ésa, | | hombre, qué...? |
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PERICO | ¡Santo papel, | | que así nuestro mal remedias! | 470 | (Lee el papel se va y se lo guarda
después.) | «J. M. y J .-Mi señor Don
Martín: A consecuencia del aviso que recibimos el otro día de que
usted nos había hecho la caridad (Dios se la pague) de cobrarnos en
Illescas, cuando volvió de Madrid, los tres mil cuatrocientos reales de
aquel censillo, había dado orden a Don Lorenzo, el mayordomo, para que
pasase a ver a usted y se hiciera cargo de ellos; pero desde ayer está
el pobrecito con un cólico terrible: el Señor quiera mejore, que
harto se lo rogamos todas. El dador de ésta es persona muy segura, y
podrá entregarle dicha cantidad. Usted perdone estos enfados, dando
memorias a todos los de su casa, y a nuestra Clara en particular, que deseamos
verla, y pedimos a Dios le dé su gracia para que le sirva. -B. L. M. de
usted su mayor servidora.- Juana María de la Resurrección del
Señor, abadesa indigna.» |
|
|
|
PERICO | ¡Ahí es una friolera!.. | | ¿Este Don Martín me ha visto? | |
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|
PERICO | Vamos con flema. | | Cuando llegamos de Ocaña | 475 | un mes ha, ¿no estaba él fuera? | |
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DON CLAUDIO | En Madrid, que luego vino. | |
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|
PERICO | Muy bien; y antes de su vuelta, | | ¿no me fui yo? |
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|
PERICO | ¿Y anoche | | no me estuve en esas piezas | 480 | de ahí dentro, que ninguno | | me vio sino la doncella? | |
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PERICO | Yo lo sé... | | Y Don Martín, por más señas, | | ¿no es medio cegarro? |
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|
PERICO | ¿Sí? Pues la trampa está hecha. | | Si no pagáis al prendero, | | se enfada, viene, lo cuenta | | y nos pierde... Sin dinero | | ninguno paga sus deudas. | 490 | Yo conozco al señor Juan, | | y él no sabe quien yo sea... | | Por otra parte, las madres | | no han de ser tan avarientas, | | que hoy mismo quieran los cuartos. | 495 | Mañana tomo soleta | | y voy a Madrid. |
|
|
|
PERICO | A encargos y diligencias | | sobre el pleito. |
|
|
|
PERICO | Pues bien; | | me voy; y aunque el hombre vuelva, | 500 | ¿a quién dirá el desdichado | | que entregó la triste esquela? | | Sospechan en mí, no importa. | | Me escriben, respondo; vuelta | | a escribir y a responder; | 505 | los canso; se desesperan... | | Y si el asunto va mal, | | que me escriban a Ginebra. | | Además, como se logre | | que doña Clarita os quiera, | 510 | entonces... Pero ella viene. | |
|
|
DON CLAUDIO | Háblala, mira no pierdas | | este lance. |
|
|
PERICO | ¿Pero vos | | tenéis trabada la lengua? | |
|
|
DON CLAUDIO | Ya viene. Adiós. | (Vase por la puerta de la derecha.) |
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|
PERICO | ¿No hay remedio? | 515 | Pues buen ánimo, y a ella. | |
|
|
|
(Se sienta de espaldas a la puerta por donde
sale
DOÑA CLARA, y hablará como si creyese
estar solo.
DOÑA CLARA escucha y le observa.)
|
Escena VI
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PERICO,
DOÑA CLARA.
|
PERICO | ¡Válgame el diantre, la niña, | | qué presto ha dado por tierra | | con mi buen señor! |
|
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|
PERICO | Y ahí es decir que nos queda | 520 | esperanza... ¡pobrecito!..., | | de que se seque y se muera. | | ¿Qué ha de esperar? Que la encierren, | | la pelen y no la vea | | jamás. |
|
|
|
PERICO | ¡Al amor! ¿Y no valiera | | más decírselo? ¿Ha de ser | | tan cruda, tan indigesta, | | que viendo a aquel infeliz...? | | No puede ser, aunque fuera | 530 | un serpentón. |
|
|
|
PERICO | ¿Quién ha de haber que consienta | | que un muchacho tan muchacho, | | y de casa solariega, | | se nos muera tontamente, | 535 | sin motivo de más fuerza | | que porque la tal Clarita | | es graciosa y pizpireta, | | y porque tiene la boca | | coloradilla y pequeña, | 540 | y porque tiene los ojos | | negritos, y... Pues por esa | | razón, ella ha de curarle, | | ya que el mal nos vino de ella. | | (Se levanta fingiendo sorpresa.) | ¡Señora! |
|
|
DOÑA CLARA | ¿Qué, ya has venido | 545 | de Ocaña? |
|
|
PERICO | Y aún mejor fuera | | no haber venido. |
|
|
|
PERICO | Por nada... ¡Si lo supiera!... | |
|
|
|
PERICO | No, señora. | | (Se va retirando y finge hablar entre
sí algunas expresiones, según lo indica el
diálogo.) | Me voy... |
|
|
|
|
|
PERICO | Pero ¿qué se arriesga? | | (Aparte.) |
|
|
|
PERICO | Si el desdichado | | (Aparte.) | pierde su salud por estas | | timideces, para mí | 555 | será un cargo de conciencia. | | Señora, si me queréis | | escuchar... |
|
|
|
|
|
|
|
PERICO | Si me prometéis callar... | |
|
|
DOÑA CLARA | Extraño que me lo adviertas. | |
|
|
PERICO | Pues, señora, perdonad | | mi atrevimiento, y... |
|
|
DOÑA CLARA | ¿Qué intentas? | | ¿A qué quieres atreverte? | 565 |
|
|
PERICO | No os alteréis. Quien espera | | hallar compasión en vos | | no vendrá a haceros ofensa. | |
|
|
|
PERICO | Contaros | | un chasco, una morisqueta | 570 | de amor. Don Claudio se quiere | | volver a Ocaña; no encuentra | | quietud en Toledo, y juzga | | que es el remedio la ausencia. | | Él no quiere a doña Inés, | 575 | la aborrece. |
|
|
|
PERICO | Y al mismo tiempo por otra | | está que se desespera. | |
|
|
DOÑA CLARA | ¿Qué dices? ¡Cosas del mundo! | | ¿Conque es de Ocaña...? Por fuerza | 580 | de allí será. |
|
|
PERICO | No, señora; | | no es de allí. |
|
|
DOÑA CLARA | ¿Pues qué? ¿Pudiera | | tener ya en Toledo amores? | | Dímelo todo... y no temas | | que se lo cuente a mi prima, | 585 | no. |
|
|
PERICO | ¿Conque ha de ser? Pues, ea | | señora, él os quiere, y... |
|
|
|
PERICO | Y os quiere de tal manera, | | que es frenesí. |
|
|
DOÑA CLARA | ¡Qué osadía! | | Pues... vete, vete y no vuelvas | 590 | a verme nunca. |
|
|
PERICO | De vos | | no esperaba otra respuesta. | | Por falta de reprensión | | y de consejos no queda, | | que bien claro se lo he dicho, | 595 | pero la pasión le ciega... | | Quedad con Dios. | (Hace que se va.) |
|
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PERICO | ¿Qué he de ver? Harto se muestra | | que no tenéis caridad. | | ¿Qué podéis decir que sea | 600 | nuevo para mí? ¿Que vais | | a ser monja? Enhorabuena. | | ¿Que es un loco? Los amores | | pierden la mejor cabeza. | |
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(Quiere irse y
DOÑA CLARA le detiene.)
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DOÑA CLARA | ¿Conque esa pasión es cierta? | |
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DOÑA CLARA | ¿Pues, quién me asegura de ella? | |
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DOÑA CLARA | (Riéndose.) | ¡Ah, bribón!... | |
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PERICO | Pero si se considera, | 610 | yo no sé qué inconveniente | | puede haber... |
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DOÑA CLARA | Calla, que empiezas | | a irritarme. |
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PERICO | Otras habría | | que admitiesen la fineza | | de un amante tan leal; | 615 | pero vos... ¡Ah! si yo os viera | | casada con él... ¡Casada | | entre los mimos y fiestas | | de hermosas criaturitas, | | vivarachitas, traviesas, | 620 | como su madre! |
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DOÑA CLARA | Perico, | | vete... ¡Ay, Dios! Toda me inquietas. | |
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PERICO | Aunque miréis con horror | | el matrimonio, pudiera... | |
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DOÑA CLARA | No, yo no le tengo horror. | 625 |
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PERICO | Pues, ¿qué detención es ésa? | | Él es de buena familia, | | de buena edad, buenas prendas... | |
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DOÑA CLARA | Eso sí; no es mal muchacho. | |
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PERICO | La verdad: ¿no le quisierais | 630 | para marido? ¿No os gusta? | | ¿No tiene linda presencia? | |
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PERICO | ¡Pobrecillo! | | ¿Qué desesperadas nuevas | | le voy a dar?... Es inútil | 635 | hablar más de la materia. | | (En ademán de irse.) |
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PERICO | Que si se quiere | | morir de amor, que se muera. | 640 |
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DOÑA CLARA | No, sino... Tú no me entiendes. | |
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PERICO | ¿Cómo queréis que os entienda? | |
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DOÑA CLARA | Dile... Que es un atrevido... | | ¡Ay Periquillo! ¡Me cuesta | | tanto rubor! |
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PERICO | ¡Qué locura! | 645 | ¡Vaya! Sobre que se juega | | limpio. |
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DOÑA CLARA | Dile que vendré | | a hablar con él esta siesta, | | aquí mismo, que me espere... | | Pero decirlo pudieras | 650 | como que sale de ti. | |
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PERICO | ¡Oh! Bien. A mi cargo queda. | | Pero, ¿no le digo más? | |
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PERICO | Pero no | 655 | me lo riñáis cuando venga. | | ¿No? |
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PERICO | Que el quereros no es ofensa. | | (Vase por la derecha.) |
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Escena VII
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DOÑA CLARA,
LUCÍA.
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DOÑA CLARA | Muchacha, estoy muy contenta. | 660 | Ya no hay tocas, ya no hay torno. | |
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LUCÍA | Pues, ¿qué novedad es ésa? | | Ya sé que no le ha de haber. | |
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DOÑA CLARA | Sí; pero no es lo que piensas. | | Don Claudio está enamorado | 665 | de mí. |
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DOÑA CLARA | Sí, y no creas | | que es un pasatiempo, no; | | es cariño muy de veras. | | A la siesta nos veremos | | para tratar lo que deba | 670 | disponerse, y... |
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LUCÍA | Ya que habláis | | de eso, sabed que os espera | | en la esquina, deseando | | un ratillo de parleta, | | el hijo de la escribana. | 675 |
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DOÑA CLARA | Anda, ve y dile que vuelva | | después, o no venga más. | |
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DOÑA CLARA | ¿Qué importa? Le quise ayer, | | porque imaginé que fuera | 680 | preciso valerme de él, | | pero ya tiene licencia | | de mudarse. |
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LUCÍA | Yo no alcanzo | | por qué con tal ligereza | | de ese Don Claudio os fiáis. | 685 |
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DOÑA CLARA | ¿Qué sabes tú, majadera? | | Si desde el punto que vino | | observé la indiferencia | | que gastaba con mi prima; | | en el estrado y la mesa | 690 | se sentaba junto a mí, | | y yo, que no soy muy lerda... | | Ayer mismo me cogió, | | sin que nadie lo advirtiera, | | esta mano, y la apretó | 695 | tanto, y dijo: ¡Ay, Clara bella, | | monilla, guapilla! |
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DOÑA CLARA | ¿Qué pudiera | | decirle estando allí todos? | | Me puse... así..., muy contenta. | 700 | Le miré, y no más. |
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LUCÍA | El gusto | | será, si las cosas llegan | | a efecto, ver a los viejos. | |
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DOÑA CLARA | ¿Qué han de hacer cuando lo sepan? | | Y, sobre todo, primero | 705 | soy yo. |
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LUCÍA | ¿No teméis la fiera | | condición de Don Martín? | |
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LUCÍA | Porque si os casáis, no habrá | | quien su cólera detenga. | 710 | Y como le habéis sabido | | embobar con apariencias | | de santica... |
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DOÑA CLARA | Hija, en el mundo | | el que no engaña no medra, | | y hoy más que nunca conviene | 715 | usar de astucia y reserva. | | Fingir, fingir... Si mi padre | | trata de heredarme, y piensa | | después de haberme tenido | | tan abatida y sujeta, | 720 | que he de sepultarme en vida, | | valiente chasco se lleva. | | Harto he sufrido. Ya es tiempo | | de romper estas cadenas, | | de vengarme y de vivir. | 725 |
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LUCÍA | (Mirando adentro.) | Vuestra prima. |
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DOÑA CLARA | Salte afuera, | | que le he dicho que tenía | | que hablar a solas con ella... | | Y al arrimón le dirás... | | Que me duele la cabeza. | 730 |
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Escena VIII
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DOÑA CLARA,
DOÑA INÉS.
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DOÑA INÉS | Y bien, Clarita, ¿qué ocurre? | |
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DOÑA CLARA | Que me saques de una extrema | | inquietud. |
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DOÑA CLARA | Como tu bien me interesa | | tanto... Dime: este Don Claudio, | 735 | que, según todos sospechan, | | ha venido a ser tu novio, | | ¿es de tu gusto? ¿De veras | | le quieres? |
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DOÑA INÉS | ¿Yo? No, por cierto. | | ¿Imaginas que pudiera | 740 | prendarme de él? |
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DOÑA INÉS | No. | | Porque no hay cosa que vea | | en él que no me disguste. | 745 |
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DOÑA CLARA | ¿Y si tu padre se empeña | | en ello? |
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DOÑA INÉS | No, no es capaz | | de empeñarse en que yo sea | | infeliz... Me quiere mucho, | | y tiene mucha prudencia. | 750 |
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DOÑA CLARA | No te puedo ponderar, | | Inés, cuánto me consuela | | que pienses así. Yo estaba | | en extremo descontenta, | | temiendo que ibas a hacer | 755 | una locura. |
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DOÑA CLARA | Él, en efecto, parece | | un hidalguito de aldea, | | vanidoso, tonto y pobre, | | aturdido mala lengua... | 760 | ¡Y qué figura tan rara! | |
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DOÑA INÉS | En eso, prima, no aciertas; | | que es buen mozo. |
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DOÑA CLARA | Si te gusta, | | Inés, en buena hora sea. | |
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DOÑA INÉS | Pero ¿qué tiene que ver | 765 | que le quiera o no le quiera | | para decir la verdad? | | Él me fastidia, me apesta, | | no puedo sufrirle, pero | | es buen mozo. |
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DOÑA CLARA | No hay belleza | 770 | sino en Dios; las criaturas | | todas somos imperfectas. | |
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DOÑA CLARA | En fin, | | si este partido desprecias, | | ¿quién sabe que no te inclines | 775 | a la religión, y seas | | monja también? |
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DOÑA INÉS | Prima, yo | | soy muy profana, muy lega, | | y algo apegadilla al mundo. | |
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DOÑA CLARA | ¿Pero no ves que nos cercan | 780 | en el siglo mil peligros? | |
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DOÑA INÉS | Sí, ya lo sé; ¿pero piensas | | que en la soledad de un claustro | | mil peligros no se encuentran? | |
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DOÑA CLARA | Practicando la virtud... | 785 |
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DOÑA INÉS | Practicándola, en cualquiera | | estado serás feliz... | |
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DOÑA CLARA | Pero no dudes que aquella | | vida penitente, humilde, | | es más pura y más perfecta. | 790 |
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DOÑA INÉS | Sí, pero lleva consigo | | obligaciones tan serias, | | que el empeño de cumplirlas | | hará temblar a cualquiera. | | Mucho de Dios necesita | 795 | la que a tanto se resuelva, | | porque si las cumple bien, | | prodigioso esfuerzo cuesta, | | y si no, después de amarga | | vida, ¡qué suerte la espera! | 800 |
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DOÑA CLARA | Eso sí, tú siempre... Vamos, | | se conoce que no apruebas | | mi elección. |
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DOÑA INÉS | ¿No he de aprobarla? | | Sí, prima, y no te parezca | | que yo la repugne en ti | 805 | porque a mí no me convenga. | | Yo, que me conozco y veo | | mi débil naturaleza, | | llena de temor, elijo | | la menos difícil senda; | 810 | tú vas por otra, y vas bien, | | (si tienes constancia y fuerzas, | | y mucha virtud), que al fin | | la perfección está en ella. | |
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DOÑA CLARA | Eso apetezco, esa es | 815 | la felicidad que anhela | | mi corazón. |
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DOÑA INÉS | (Con ironía.) | ¡Qué bien haces! | |
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DOÑA INÉS | Y aún aquí no vives triste. | |
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DOÑA INÉS | Digo que no dejas | 820 | de procurar distracciones... | |
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DOÑA INÉS | Anoche, | | con aquel tiple y aquellas | | coplas... ¡Tal cual! Ello sí, | 825 | cantaron mil desvergüenzas, | | pero la sierva de Dios | | allí se estuvo muy quieta... | | Y hubo tosecilla, y... |
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DOÑA CLARA | Calla, | | no me apures la paciencia; | 830 | mira que... |
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DOÑA CLARA | Calla, | | que te arrancaré la lengua. | |
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Escena IX
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DON MARTÍN,
PERICO, vestido ridículamente, con casaca,
manguito y bastón, un parche en un ojo y cojeando.
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DON MARTÍN | Entrad, caballero. Niñas... | |
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(Vanse
DOÑA CLARA y
DOÑA INÉS.)
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PERICO | Pues aquí tenéis la esquela. | | (Le da la esquela a
DON MARTÍN.) |
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(Lee
DON MARTÍN.
PERICO se pasea y se limpia el sudor con un
pañuelo.)
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DON MARTÍN | ¿Con que el pobre Don Lorenzo...? | |
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PERICO | Sí, amigo, ¡quién lo dijera! | | Después de diez años largos | | que no le he visto, se acuerda | 840 | de morirse... ¡Es mucho trago! | | Y ahí es decir que me queda | | otro hermano. |
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DON MARTÍN | ¿Luego vos | | sois su hermano? |
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PERICO | Un mes me lleva. | | Yo me llamo Don Sempronio | 845 | de Hinestrosa; mi parienta | | se llama Doña María | | Godínez Rivadeneira; | | de mis hijas, la más gorda | | se llama Doña Teresa; | 850 | la menor, Doña Guiomar; | | y entrambas por consecuencia | | son sobrinas del difunto. | |
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PERICO | No, pero sospechan | | que morirá... Si queréis | 855 | entregarme lo que reza | | el papelito. |
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DON MARTÍN | Al instante; | | voy allá... | (Hace que se va y vuelve.) | Pero ello es fuerza | | que hiciese algún disparate | | al comer. |
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PERICO | Si no que sea | 860 | que ayer tarde merendó | | un cochinillo con setas... | |
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PERICO | Ya se ve | | que basta, y sobra, y pudiera | | ser suficiente a matar | 865 | al convidado de piedra. | |
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PERICO | Anoche, | | a eso de las once y media, | | le entró tal calenturón, | | que pensamos que se fuera | 870 | por la posta... Convulsiones, | | hipo, delirio... ¡Tremenda | | noche! Todos aturdidos, | | toda la casa revuelta... | | Juntáronse tres doctores, | 875 | de los de más reverendas, | | que tienen atarugadas | | de difuntos las iglesias... | | Todo se volvió visajes, | | y polvos, y citas griegas; | 880 | pero viendo que el paciente | | no mejoraba con ellas, | | le recetaron la unción, | | que para el alma es muy buena. | |
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PERICO | La mayor | 885 | que sucedernos pudiera... | | Si me queréis despachar... | |
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DON MARTÍN | La pobre Doña Vicenta, | | ¿cómo está? |
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PERICO | ¿Cómo ha de estar? | | Traspasada... Si quisierais | 890 | despacharme... |
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DON MARTÍN | Sí, al momento | | iré, si me dais licencia, | | a buscar ese dinero. | |
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Escena XI
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PERICO,
DON MARTÍN.
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DON MARTÍN | Pues aquí está | | (Le da un papel con dinero.) | todo, y en buena moneda. | | Contadlo. |
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DON MARTÍN | Sí, contadlo, que pudiera | | haber equivocación. | 915 |
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PERICO | Y las niñas, ¿están buenas? | | (Se pone a contar el dinero sobre la
mesa.) |
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PERICO | ¡Cuántas veces | | me escribió mi hermano de ellas! | |
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PERICO | No importa para que sepa | 920 | sus prendas y las estime. | | Uno, dos, tres... ¿Y no piensa | | Doña Clarita en casarse? | |
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DON MARTÍN | ¡Ay!, no, señor; ésa lleva | | otro destino mejor. | 925 |
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PERICO | ¿Con que al fin está resuelta | | a dejar el siglo? ¡Bueno, | | bueno, bueno!... Y dos son treinta; | | treinta y uno, treinta y dos, | | treinta y tres... Y más valiera | 930 | que la imitase su prima. | |
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DON MARTÍN | No es para malas cabezas | | esa vocación. |
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PERICO | Ya sé | | que es un poquillo sardesca; | | pero su padre... |
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DON MARTÍN | ¡Su padre! | 935 | Siempre estamos en quimera | | por eso. |
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PERICO | Cuarenta y ocho, | | cuarenta y nueve, cincuenta. | | (Envuelve el dinero en el papel, y lo
guarda.) | Cabal está... Sí, Don Luis | | no tiene aquella prudencia, | 940 | aquel tino... Conque, amigo... | |
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DON MARTÍN | Dad a la madre abadesa | | memorias, y vos mandad. | |
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PERICO | Sólo serviros desea | | Don Sempronio de Hinestrosa. | 945 |
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DON MARTÍN | Me holgara de que pudiera | | el pobre enfermo escapar. | |
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PERICO | Es muy duro de cabeza, | | y si da en que no ha de ser, | | se habrá de morir por tema. | 950 |
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(DON MARTÍN quiere irle
acompañando y él lo rehúsa.)
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PERICO | Vos haréis que no me mueva | | de aquí. |
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(Vase por la puerta del lado izquierdo, y
después
PERICO por la derecha.)
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PERICO | Esto sí que me contenta. | | La muchacha ya nos quiere, | | el viejo dio las pesetas, | | Don Claudio revive, y yo | | tengo mi cobranza cierta. | 960 | ¡Fortunilla! no te mudes | | de madre mimona en suegra. | |
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