Prosigue nuestro autor contando su buena conducta y fortuna
en Manila. Refiere su licencia, la muerte del coronel, su
funeral y otras friolerillas pasaderas
En el que nuestro autor cuenta como se embarcó para
Acapulco, su naufragio, el buen acogimiento que tuvo en una
isla donde arribó, con otras cosillas curiosas
En el que nuestro Perico cuenta cómo se fingió
conde en la isla, lo bien que lo pasó, lo que vio
en ella y las pláticas que hubo en la mesa con los
extranjeros, que no son del todo despreciables
En el que refiere Periquillo cómo presenció
unos suplicios en aquella ciudad, dice los que fueron y relata
una curiosa conversación sobre las leyes penales que
pasó entre el chino y el español
En el que cuenta Perico la confianza que mereció
al chino, la venida de éste con él a México
y los días felices que logró a su lado gastando
mucho y tratándose como un conde
En el que nuestro Perico cuenta cómo quiso ahorcarse,
el motivo por que no lo hizo, la ingratitud que experimentó
con un amigo, el espanto que sufrió en un velorio,
su salida de esta capital y otras cosillas
En el que Periquillo refiere el encuentro que tuvo con
unos ladrones, quiénes fueron éstos, el regalo
que le hicieron y las aventuras que le pasaron en su compañía
En el que nuestro autor cuenta las aventuras que le acaecieron
en compañía de los ladrones, el triste espectáculo
que se le presentó en el cadáver de un ajusticiado
y el principio de su conversión
En el que Periquillo cuenta cómo entró a
ejercicios en la Profesa, su encuentro con Roque, quién
fue su confesor, los favores que le debió, no siendo
entre éstos el menor haberlo acomodado en una tienda
En el que Periquillo refiere la muerte de su amo, la despedida
del chino, su última enfermedad y el editor sigue
contando lo demás hasta la muerte de nuestro héroe