Epistolario
José Cadalso
[Nota preliminar: Edición digital a partir de la recopilación y edición de Nigel Glendinning y Nicole Harrison en José Cadalso, Escritos autobiográficos y epistolario, Londres, Tamesis Books Limited, 1979, pp. 34-136. Recomendamos la consulta de esta edición para la adecuada interpretación crítica del epistolario de José Cadalso, cuyas cartas fueron parcialmente publicadas por Emilio Cotarelo y Mori, Foulché Delbosc, Felipe Ximénez de Sandoval, Edith Helman, Nicolás González Deleite y Philip Deacon.]
Reverend Father
As I have had the Honour to teach your Reverence a considerable part of that noble, manly, solemn & majestick Language, the English Tongue, I thought my self oblig'd to write to you in the said tongue, tho' it is not a la mode, especially as I have been witness of the wonderful improvements you have made in it in so little time, tho' I must confess, you did it more by your own happy natural Disposicion, than by my Leçons; therefore give me Leave to tell you in English, as well as in the other few tongues I know, that I shall always be, as I am now,
Your very obd.t Serv.t & true friend
Jos. de Cadalso
Rev.d Father
[Versión española]
Reverendo Padre
Ya que he tenido el honor de enseñarle a V. R. una parte considerable de aquella lengua tan noble, varonil, solemne y majestuosa -la inglesa- me sentí obligado a escribirle en dicha lengua, a pesar de no estar de moda, tanto más cuanto he visto los progresos maravillosos hechos por Vd en tan poco tiempo, aunque he de confesar que ha sido más bien por su buena capacidad natural que por mis lecciones. Permítame por lo tanto decirle en inglés, y en algunas pocas lenguas más que conozco, que quedaré siempre, como ahora,
Su seguro servidor
y verdadero amigo,
Jos. de Cadalso
R. P. Jac. Loz.
S. D. Jos. Cad.
Hanc tot Idiomatibus scriptam Epistolam, potius vanâ superbiâ, quam sincerâ amicitiâ produci non nullis videbitur; mea vero erga te tanta est veneratio ut mihi pauci, imo et nulli, sit pretii quidquid invidiosâ lingua loqui, et pectore invidioso cogitare possit aliquis. Istam, igitur, qualemcumque epistolam accipe Reverende ad modum Pater, magnopere dilecte amice non prout superbiae effectum, sed prout amicitiae pignus, si quidem non tantum hae 4, sed nec etiam 100 quae tribuuntur famae Linguae suffici videntur ad meam erga te venerationem simul cum amore enuntiandam.
Vale.
[Versión española]
Al Reverendo Padre Diego Lozano, de su discípulo José Cadalso
No habrá a quien deje de parecer que esta carta, escrita en tantos idiomas, se produce más por vana soberbia que por sincera amistad. Pero es tan grande mi veneración hacia ti que tiene para mí poca importancia, o más bien ninguna, lo que cualquiera pueda decir con envidiosa lengua, o pensar con envidioso espíritu. Recibe pues esta carta en cualquier caso, reverendísimo padre, dilectísimo amigo, puesto que no es efecto de la soberbia, sino prenda de amistad, habida cuenta de que no sólo estas cuatro lenguas, sino ni siquiera las cien que se atribuyen a la tradición, parecen suficientes para expresar mi veneración hacia ti al mismo tiempo que mi amor.
Mon tres reverend Pere Lozano.
Je voulois vous ecrire une Lettre dans la quella [sic] je m'etois proposé de garder avec la plus parfaite exactitude toutes les Regles de l'Eloquence, j'allois meme comencer mais quelle folie! comment oserais je presenter un tel Ouvrage a un si grand imitateur de Ciceron? C'est pourquoy jay changé de sentiment et je ne veux vous ecrire q ce que me paroitra plus naturel pour expliquer combien je vous aime. Oui mon Rev. Pere et cher ami, je me felicite moy meme d'avoir trouvé une Personne si digne d'une amitié sincere. Vous pouvez y conter [sic] toujours, et m'ordonner tout ce que vous voudrez, puis que je me croirez trop heureux de trouver quelques ocasions de vous montrer le plus profond respect avec le quel
J'ay l'honneur detre
Mon R. P.
Votre tres humble et tres
obeisant serviteur
de Cadalso
Querido y reverendo Padre y amigo mío.
Llegué el domingo.
Dejémonos de circunloquios y tales cosas que parecen monadas francesas y cumplidos italianos. Hablemos con toda sinceridad española. Me alegraré que V.R. se halle con la salud que le deseo, y nuestro Comendador. He llegado en buena disposición a esta mi querida y hermosa patria, aunque ya me duele la garganta de las jotas y haches de mis queridos aunque bárbaros paisanos. Me alegrara que V.R. viniese a hacer la experiencia; no porque le deseo a V.R. dolor de garganta, sino porque me deseo a mí mismo el gusto de verle a V.R. A nuestro Comendador mil cariñosas expresiones y la carta que va aquí dentro. Yo siempre le estimaré por mil prendas que le hacen amable, especialmente aquella virtud tan grande. Me pasma cuando lo considero. ¡Es un ángel! Y si no fuera por aquello que dijimos sería adorable. Pero creo que Dios le ha dejado el genio así para distinguirlo en algo de la naturaleza angélica. Por lo que toca a Cabrera, estuve con él cerca de tres cuartos de hora, y por modo de paréntesis me preguntó ¿cómo está el padre Lozano y aquella gente? Le respondí que muy bien y muchas memorias. No es mala historia para nuestro Comendador. He visto a Silva. Sicut erat in principio. Pero ya me falta tiempo y papel, y todo menos la voluntad para escribir a V.R. de quien seré siempre
el más rendido servidor
y fino amigo como debo
Joseph de Cadalso y Vázquez
[En el margen] Lea V.R., si gusta, esta carta a Caamaño, y dé V.R. la carta que aquí va. A toda mi sala mil cosas. Y al padre Montero a quien estimaré siempre.
[Escrito al revés] A Andonaégui mayor, mil cosas en especial.
2. Carta al padre Lozano del padre Zacagnini, con apostillas de Cadalso, escrita desde Cádiz el 7 de noviembre de 1760
P. C.
Mi padre, amigo y señor: Llegué a ésta con toda felicidad, sin la menor novedad en todo el camino. Ya estoy harto de visitas, lo que no es de extrañar, si se hace V.R. cargo de las pocas que frecuentaba en esa casa. Sentiré muy mucho que esos caballeros no den a V.R. gusto en un todo; y aunque de su porte puedo persuadirme en general que procurarán satisfacer a su obligación, no obstante, quizá algún particular se apartará del carril, andando extraviado. Espero de la prudencia de V.R. que sabrá disimular, cortar &c. hasta tanto que a mi vuelta quede V.R. aliviado de carga tan molesta. Póngame V.R. a la obediencia de todos los de sala. Presentez mes tres humbles respect [sic] au R.d Pe Montero, en lui priant de vouloir avoir la bonté de dire à Mrs. de la Hanti que j'ai eu l'honneur de remettre leur lettre à Mr Butler, aussi bien que celle de Mr Beyens à son cher pere, avec qui j'aurais le plaisir de diner Lundy prochain. J'ai remis la lettre de Mrs Terry à Mr. leur oncle, qui nous a comblé de tant de politesses que nous sommes tout-à-fait pleins de confusion. Vous n'ignorez pas le tendre attachement, et le profond respect de celui qui ne cessera jamais d'etre
Mon Reverend Pº.
Votre tres humble et tres
obeissant serviteur
IHS
agrave; Cadix ce 7 nov.
Zacagnini Jes.
[en el margen, de letra de Zacagnini] No, me he olvidado de Ignacio y de Antonio.
[Sigue a la carta esta nota de Zacagnini] Este borrón es de Cadalso
[Postdata de puño de Cadalso] Me alegraré que V.R. haiga recibido la fantasmonísima carta que le escribí a V.R. el correo pasado. Si tuviera tiempo hiciera lo mismo en éste, pero no puedo. El correo que viene je prendray la liberté de vous incomoder avec une longue et tres longue lettre et si je scavois le Biscayen et 2 autres langues avec les 4 autres vous pourriez faire un Calepinus septem linguarum. Faites mes compliments a tous nos ami [sic] et no duda V.R. de la sinceridad
de Cadalso
[En el margen de la postdata de letra de Cadalso] Al canónigo mil cosas, y al Malta dos mil.
Revd Father and Dear Friend
It is useless to tell you that yr Letter was to me the greatest pleasure a [sic] could receive, because you know very well that news from so Dear a Man as you are to me, must be so.
I have not answerd before because I was at St Lucar visiting an old aunt & some other relations who live there. They al receivd me with the greatest kindness.
I receivd a Letter from our common Friend to whom I beg you would remit the inclos'd letter to him & assure him of my Friendship.
Zacagniny has no [sic] determind the Day of his Depart from here, but I suppose it will be the first of next month. He has great many visits & diverts him self very well. Sylva, Sarsfield & I, go every night to the College where we are very well receivd. We dine very often together.
I went with Fa. Zacagniny to ye Academy of Marine. We saw all that was to be seen in it & Zacagniny himself was very well pleas'd with it. They are very polite & treatable people. They made me dance, fence, speak English, & French & they were so good as to give me great aprobations.
You will be so good as to present my respects to all ye Revd Fathers of that good house & my compliments to all my companions especially Caamaño, & Andonaégui.
I remain as it is my duty yr [sic]
Your most obed.t Serv.t
amp; true Friend
Joseph de Cadalso
Cádiz Nov. 20. 1760
[Traducción].
Reverendo padre y querido amigo:
Huelga decir que su carta me dio el mayor placer posible, porque sabe muy bien que las noticias de una persona tan cara como V.R. lo es para mí no puede menos de agradarme.
No he contestado antes porque fui a Sanlúcar para visitar a una vieja tía y algunos parientes más que viven allí. Me recibieron todos con la mayor amabilidad.
Recibí una carta de nuestro común amigo a quien le ruego remita la carta que acompaño, asegurándole mi cordial amistad.
Zacagnini no ha decidido todavía la fecha de su partida de esta ciudad, pero supongo será el día primero del mes que viene. Hace muchas visitas y se divierte muy bien. Silva, Sarsfield y yo vamos todas las noches al colegio donde nos acogen muy bien. Cenamos juntos a menudo.
Fui con el padre Zacagnini a la Academia de la Marina. Vimos todo lo que hay por allí y le gustó mucho al padre Zacagnini. Son gentes finas y muy sociables. Me hicieron bailar, hacer esgrima, hablar inglés y francés, y tan amables eran que todo lo aprobaban.
Le estaría muy agradecido diese mis recuerdos a todos los Reverendos Padres de aquella buena casa, y mis saludos a todos mis compañeros -a Caamaño y Andonaégui sobre todo.
Quedo de V.R. como debo
su seguro servidor
y verdadero amigo
Joseph de Cadalso
Cádiz, el 20 de noviembre de 1760.
Estimado padre, y amigo de mi alma:
Recibí con sumo gusto la de V.R. y con ella la de nuestro galleguito. Él es muchacho, y muchacho del genio que sabemos, con que junto a estos motivos el mucho afecto que V.R. le tiene no dudo le perdone si ha faltado en algo.
El padre Zacagnini marcha el miércoles a lo más tarde, y puede ser que yo marche con él. No obstante, suplico a V.R. no deje de responder a ésta.
Cádiz me va gustando más cada día: es un estuchecito de hermosuras. (¡Se me había olvidado que mis cartas habían de ir en inglés!) So let us go on in English. I din'd last Wednesday at Mr Landaburu, who sends his compliments to you. We din'd five Seminarists at his House, & all the dinner time we spoke of nothing else but of the Seminary, of which all People, generally, speak very well, because the Fathers Jesuits [sic] are very well lov'd here tho' not so much as they deserve.
My best Complements to all my Friends, & be so good as to put y following Letter in Caamaño's Hands.
As there is nothing particular to acquaint you with, I will trouble you no more only to asure you that I shall always be
Your true Friend
amp; h.ble Serv.t
Rev.d Father
Joseph de Cadalso
Cádiz 28. Nov 1760
[En el margen] Mil expresiones cariñosas a nuestro amigo el buen padre Montero, a quien venero y amo muchísimo, y quisiera imitar en virtud.
[Traducción de la parte en inglés]
Así que sigamos en inglés. El miércoles pasado cené en casa del Sr. Landaburu, que le manda saludos. Estábamos cinco seminaristas cenando en su casa, y durante toda la comida no hablamos de otra cosa que del seminario, que todo el mundo, generalmente, elogia, porque se ama mucho aquí a los padres jesuitas, aunque no tanto como se merecen.
Dé V.R. muchos saludos a todos mis amigos de mi parte, y le agradecería entregase la carta que añado a Caamaño.
Ya que no hay nada especial que comunicar, no le molestaré más, asegurándole tan sólo que siempre quedaré
Su buen amigo
y seguro servidor
Reverendo padre
Joseph de Cadalso
Cádiz, el 28 de noviembre de 1760.
Reverendísimo y queridísimo amigo y padre:
No sé si tendrá ésta la dicha y fortuna de llegar a las manos de persona tan amada, pero en fin, vaya pues audaces fortuna juvat.
Aquí nada tenemos de nuevo que merezca ser puesto en noticia de V.R. y así no paro más en capítulo de novedades.
Patricio y Silva prosiguen portándose con sumo juicio, y el último acaba de salir de ocho días de ejercicios en el colegio de la Compañía.
Y porque (con gran pesar de mi alma) quizás sea a ésta la última que nos escribamos por algunos años, me encomiendo de todo corazón a las oraciones de V.R. pues en ellas confío. Estas, supongo, no me negará V.R. para corresponder a la ternura, amor, cariño, respeto, estimación y constancia con que le he amado, amo y amaré a V.R. mientras viva el que se gloria siempre y con alta voz se publica (cuando se ofrece) ser de V.R.
Tierno, cariñoso, constante y sincero amigo como debe
Joseph de Cadalso
Queridísimo y reverendísimo padre y amigo,
Padre mío Diego Lozano.
Señor,
Don Joseph de Cadalso, capitán agregado en calidad de vivo al regimiento de caballería de Borbón, puesto a los reales pies de Vuestra Majestad
Dice que deseando continuar su Real Servicio con más esplendor anhela a adornarse con el hábito de una de las Órdenes Militares. Por tanto, a Vuestra Majestad
Suplica se digne concederle merced en una de las expresadas Órdenes Militares, sin exceptuar la de Santiago, en que recibirá especial gracia de Vuestra Majestad,
Don Joseph de Cadalso
[Recomendación del Inspector, el marqués de Villadarias]
Señor,
Este oficial sirve con honor y tiene buenas proporciones de ser útil en el servicio de Vuestra Majestad y es uno de los proponentes que hizo el aumento anterior de la caballería; por lo que será muy propio efecto de piedad de Vuestra Majestad concederle la gracia de hábito que solicita.
San Ildefonso, 7 de agosto de 1765.
El marqués de Villadarias
Querido Primo:
Con motivo de haberme participado mi tío Don Diego de Cadalso que Vmd se había servido encargarse de las diligencias conducentes a tener todos mis papeles prontos para cuando lleguen a ésa mis informantes, que será luego que Vmd me dé el aviso correspondiente, paso a suplicar a Vmd no pierda un instante en dichas diligencias, como en participármelas, a lo que quedaré sumamente agradecido como debo.
He celebrado esta ocasión de ofrecer al servicio de Vmd mi persona y facultades, aunque inútiles, como también el gusto de conocer a tan digno pariente y acreedor a que yo me esclavice en su obsequio, como lo ejecutaría gustoso a la menor ocasión que se presentase.
He de deber a Vmd el favor de que en respuesta de ésta me informe si gusta de que la demás correspondencia se siga con el estilo de Vmd o el de tú, que es más propio entre parientes.
Interin Vmd se sirve responder al contenido de esta carta, quedo con el mayor afecto rogando a Dios guarde a Vmd los muchos y felices años que deseo.
Alcalá de Henares y 17 de mayo, 1766.
B.L.M. de Vmd su más afecto primo y rendido servidor,
Joseph de Cadalso
Querido Primo:
En virtud de la poderosa razón de tan cercano parentesco como el que tenemos tú y yo y lo que expones en tu muy favorecida de 30 del pasado, practico este estilo como el más adaptado al asunto. Dicha carta no llegó a mis manos hasta el día de ayer, por haber yo estado fuera de esta ciudad alguna corta temporada con inesperado motivo. La aprecié en el corazón, como la noticia de la buena salud que goza madama tu pariente y el chico, a quienes presentarás de mi parte expresiones del más fino y sincero cariño, y a mis otras tres primas, Francisa Xaviera, María Manuela, e Ignacia.
Siendo el hábito que me pongo el de Santiago por acomodarme así para obsequiar al sujeto que se ha ofrecido a ser padrino mío en esto como lo es en otros -no necesito más partidas de ese Señorío que los correspondientes a mi padre (que de Dios goce), y al padre y a la madre de mi padre: esto es, puramente mis abuelos paternos, sin pasar a la clase de bisabuelos. Para cuyo completo, sólo falta, según me expresas en dicha carta, lo de mi abuela Doña Magdalena de Vizcarral, que será lástima se malogre el asunto por este solo artículo, respecto de tener corriente en Cádiz todo lo conducente a la línea materna. Por lo que, valido de nuestro tan inmediato parentesco, me atrevo a suplicarte hagas la diligencia con el mayor fervor. Y en caso de que aun así no se logre lo que se pretende, hablaremos más despacio del modo de remediarlo, sabiendo qué género de sujeto es el que tiene en su poder el archivo o protocolo en que se deben hallar los referidos papeles. Creo que me he explicado.
En otro correo me dilataré más, y tú me has de hacer el favor de aguantar tanta impertinencia, y mandar a quien es de corazón
Tu afectísimo primo y rendido servidor
Alcalá y 15 de junio, 1766
Cadalso
Alcalá, 23 de junio, 1766.
Querido primo:
En virtud del asunto que hemos tratado, ésta no sirva más que para repetir las súplicas que te tengo hechas acerca de hallar por cualquier medio que sea el instrumento que falta; como también, si hay un sujeto hábil en ésa que tenga habilidad para pintar con sus respectivos colores el Escudo de Armas que está en la casa solariega de mis padres, lo estimaré.
Por la priesa con que estoy, pues me acaban de citar para revista, no me dilato más, y así, manda a
Tu primo y servidor
Cadalso
Querido primo:
Respondo a tus últimas apreciabilísimas cartas, y doyte mil gracias por las molestias que te habrá causado la negociación de mis pruebas, y agradezco y venero tus amantísimos consejos, quedando enterado de lo mucho que te debo por todas partes.
No prosigo por que está el Excmo. Sr. Marqués de Villadarias pasando revista de inspección al regimiento y no tenemos un minuto libre.
Tuyo de corazón
Pepe
Alcalá de Henares, 11 de agosto.
Primo querido:
Recibo tu estimada carta del 22 de agosto, y otra en el mismo correo de mi tío Don Diego en que me dice lo correspondiente hecho acerca de los gastos ocasionados por mi hábito en ésa. Por la molestia que habrás tenido durante la temporada que duraron las diligencias te doy infinitas gracias, que darás de mi parte a todos los que haigan contribuido a su conclusión; como también mil expresiones finísimas a nuestras queridas primas Francisca Xaviera, María Manuela y Ignacia, como también a nuestros comparientes, los señores Ibaizabal y Meñaca. Luego que vaya a Madrid haré con mucho gusto las visitas que me encargas. Lo que te han dicho de que yo tenía otro grado además del de capitán no se ha verificado hasta ahora, pero fiemos en Dios y en mi aplicación al servicio. Te avisaré luego que se ejecute la ceremonia de ponerme el hábito. Mándame en todas ocasiones como que soy
Tu afectísimo primo
Joseph de Cadalso
Alcalá de Henares, 1ro de septiembre.
Querido primo de mi mayor estimación:
Recibo con el debido aprecio tu muy estimada carta, y cree que si no te he escrito ha sido por la ocupación grande que de suyo lleva el servicio en esta Plaza, no tanto por el número de las ocupaciones, como por su importancia, y la indispensable asistencia a Palacio, casas del general, gobernador, y Inspector y coronel, cuya distribución llena todo el tiempo y mucho más que hubiera, aunque ahora, con el motivo de estar la Corte en el Pardo, se proporciona algún descanso más.
Te doy mil gracias por las enhorabuenas que me das en tu nombre y el de todos mis parientes en ésa, a quienes presentarás de mi parte mil agradecimientos.
De lo demás de tu carta quedo enterado, y por la priesa ceso, pero no de rogar a Dios que te guarde muchos años. Madrid, 16 de enero, 1767.
Tu primo que de corazón
te quiere
Cadalso
La existencia del memorial consta del Registro de memoriales (AGS, Guerra moderna, Legº 5619). Es posible que Cadalso haya solicitado la compañía que vacaba por la muerte de Don José Asensio. No había sido propuesto por el coronel en su carta al rey del 8 de mayo, pero el marqués de Villadarias le mencionó en una nota adjunta, diciendo que era «aplicado a la erudición y posee diferentes idiomas, y por sus proporciones y talentos promete utilidad al servicio de Vuestra Majestad».
Querido primo:
Me valgo de tu favor para que te encargues de ver cómo se han de sacar de manos de un vecino de esa ciudad que llaman Don Marcos Díez de Sollano, unos 14,000 reales vellón pertenecientes a Don Andrés de Barrutieta, que murió en Méjico, debiendo a mi difunto padre y señor 8,000 y más pesos. Y según me avisa mi tío Don Diego, el de Cádiz, será fácil conseguirlo, respecto de que dicho Sollano está deseando que se le mande juez competente.
Te ofrezco mi inútil buen afecto en esta Corte, deseando me mandes con cuanta confianza merezca a tu cariño, presentando igual obsequio mío a los pies de mis primas muy queridas, y mil abrazos a mis demás parientes.
Pido a Nuestro Señor te guarde los años que mi afecto te desea.
B.L.M. y queda con el mayor afecto
tu primo que de corazón te quiere
Joseph de Cadalso
Madrid, 4 de febrero, 1768.
P.D. Te remito un poder correspondiente al encargo.
Querido primo:
En virtud de lo que me participas en tu muy estimada carta que acabo de recibir con el mayor gusto, fecha 12 del corriente, remitiré por el correo de mañana a mi tío la instrucción de lo que debe practicar para el logro.
Respecto de ser especie nueva totalmente hasta ahora para mí, la de tener dicho Sr. Don Marcos Díez de Sollano en su poder esos maravedís del difunto Barrutieta, me ha entrado la aprensión de si se podrán o no encontrar más bienes suyos en ésa, u en poder tal vez de dicho Sollano o otros, para lo cual he de deberte practiques alguna diligencia sigilosa. Y si en virtud de tu sagacidad descubrieses alguna vislumbre, avísamelo inmediatamente para que te envíe, si fuese necesario, alguna Paulina u otro remedio de la misma eficacia.
Interin responde el tío Don Diego, cuya respuesta te comunicaré, pido a Dios te guarde muchos y muy felices años en compañía de todos los parientes, a quienes darás de mi parte mil abrazos, acompañados de las expresiones del más cariñoso afecto. Madrid, 19 de febrero, 1768.
Tu afectísimo primo
Joseph de Cadalso
Querido primo:
En consecuencia de lo que me dijiste que te había respondido Sollano, remití la tuya al tío de Cádiz, quien me respondió la adjunta que te remito para tu gobierno, pues yo no la entiendo; o sea, que no estoy muy impuesto en estas materias, o que el amanuense se olvidó de poner alguna palabra indispensable para su inteligencia.
Perdona tanta molestia como te ocasiona un primo soldado, quien no te puede servir de nada más que dar la vida por ti, que haré gustoso. Y por la priesa ceso, pero no de pedir a Dios te guarde muchos años.
Madrid, 7 de marzo, 1768.
Tu primo que de corazón
te quiere
Joseph de Cadalso
Querido primo:
Con fecha de 22 del último me avisa nuestro tío Don Diego te escribía por el mismo correo, incluyéndote la escritura que a mi favor otorgó en Cádiz dicho Barrutieta, y la cuenta corriente que también dejó firmada, para que con ellas te presentes y pidas en mi nombre. Como desde dicha fecha no he tenido noticia tuya estoy con algún cuidado, por lo que te suplico me avises lo que hasta ahora me hayas agenciado en el asunto. Interin ruego a Dios te guarde los años que puede y deseo. Madrid, 21 abril, 1768.
Tu primo afectísimo
que de corazón
te estima
Joseph de Cadalso
Querido primo:
Con fecha de 22 del último me avisa el tío Don Diego que te remitía un papel que haría mucho al caso para la conclusión de la dificultad que tenía Sollano en entregarte el dinero, pues dicho papel es un [sic] escritura que otorgó el difunto Barrutieta a mi favor en Cádiz; de cuya resulta te he de deber la fineza de que me participes respecto de que este regimiento mudará en breve de destino, y quisiera dejar el negocio concluido. Y perdona tanta molestia, mandando con la libertad que puedes a tu
primo que de corazón te
estima
Cadalso
Madrid, 30 abril, 68.
Querido Primo:
En consecuencia de la que recibí en el correo último de tu parte, que me fue muy gustosa por las prósperas noticias de tu buena salud, he pasado en el de hoy un poder a un vecino de ahí para pedir dichos maravedís a Sollano, y a ti la escritura &c de Barrutieta que anteriormente te había enviado el tío Don Diego.
Por la priesa ceso, y no de rogar a Dios te guarde los años que mi afecto te desea.
Tu primo afectísimo
Joseph de Cadalso
Madrid, 9 de mayo, 1768.
Querido primo:
Acabo de recibir la tuya muy estimada, fecha 20 del presente, en que me da noticia de todo lo actuado en el asunto de los reales míos que paran en poder de Sollano, y te suplico contribuyas en cuanto puedas a la conclusión del negocio.
Te repito mi fino afecto, deseando me emplees en cosas de tu obsequio. Interin pido a nuestro [Señor] te guarde muchos años. Madrid, 27 de mayo, 1768.
Tu primo que
de corazón te quiere
Joseph de Cadalso
La existencia del memorial consta del Registro de Memoriales que empieza en 1.º de [enero] de [1768] y acaba en fin del mismo año (AGS, Guerra moderna, Legº 5620). Se sabe que pidió una compañía que vacaba en su regimiento sin conseguirla en la primera parte del año. Lo más probable es que haya pedido de nuevo algún ascenso.
22. Carta en verso a José López de la Huerta (Ortelio), escrita a fines de 1768 o principios de 1769 en Zaragoza
Epístola dedicada a Ortelio
Desde el centro de aquestas soledades, | |||
gratas al que conoce las verdades, | |||
gratas al que conoce los engaños | |||
del mundo, y aprovecha desengaños, | |||
te envío, amado Ortelio, fino amigo, | 5 | ||
mil pruebas del descanso que consigo. | |||
Ovidio en tristes metros se quejaba | |||
de que la suerte no le toleraba | |||
que al Tíber con sus obras se acercase, | |||
sino que al Ponto cruel le destinase; | 10 | ||
mas lo que de poeta me ha faltado | |||
para llegar de Ovidio a lo elevado, | |||
me sobra de filósofo, y pretendo | |||
tomar las cosas como van viniendo. | |||
Oh, ¡cómo extrañarás, cuando esto veas, | 15 | ||
y sólo bagatelas aquí leas, | |||
que yo criado en facultades serias, | |||
me aplique a tan ridículas materias! | |||
Ya arqueas, ya levantas esas cejas, | |||
ya el manuscrito de la mano dejas, | 20 | ||
¿por qué dejas los puntos importantes? | |||
y dices: «Por juguetes semejantes, | |||
¡No sé por qué capricho tú te olvidas | |||
materias tan sublimes y escogidas! | |||
¿Por qué no te dedicas, como es justo, | 25 | ||
a materias de más valor que gusto? | |||
Del público derecho, que estudiastes | |||
cuando tan sabias cortes visitastes; | |||
de la ciencia de Estado y los arcanos | |||
del interés de varios soberanos; | 30 | ||
en la ciencia moral, que al hombre enseña | |||
lo que en su obsequio la virtud empeña; | |||
de las guerreras artes que aprendistes | |||
cuando a campaña voluntario fuistes; | |||
de la ciencia de Euclides demostrable, | 35 | ||
de la física nueva deleitable, | |||
¿no fuera más del caso que pensaras | |||
en escribir aquello que notaras? | |||
¿Pero coplillas, y de amor? ¡Ay triste! | |||
Perdiste el poco seso que tuviste». | 40 | ||
¿Has dicho, Ortelio, ya cuanto, enfadado, | |||
quisiste a este pobre desterrado? | |||
Pues mira, ya con fresca y quieta flema | |||
te digo que prosigo con mi tema. | |||
De todas esas ciencias que refieres | 45 | ||
(y añade algunas otras si quisieres), | |||
yo no he sacado más que lo siguiente: | |||
escúchame, por Dios, atentamente; | |||
mas no, que más parece lo que digo | |||
relación, que no carta de un amigo. | 50 | ||
Si miras mis sonetos a la diosa | |||
de todas las antiguas más hermosa, | |||
el primero dirá con claridades | |||
por qué dejé las altas facultades, | |||
y sólo al pasatiempo me dedico; | 55 | ||
que los leas despacio te suplico, | |||
y si conoces que razón me sobra, | |||
calla, y no juzgues que es tan necia mi obra. | |||
Pero si acaso omites este asunto, | |||
y la crítica pasas a otro punto, | 60 | ||
cual es el que contiene la obra mía | |||
faltas contra la buena poesía, | |||
Conozco tu razón, mas oye atento; | |||
con Ovidio respondo a tu argumento: | |||
Siqua meis fuerint, ut erunt, vitiosa libellis, | 65 | ||
Excusata suo tempore, lector, habe. | |||
Exul eram; requiesque mihi non fama petita est; | |||
Mens intenta suis ne foret usque malis. | |||
Significa (y perdona la osadía | |||
de interpretar de Ovidio la armonía, | 70 | ||
porque en la traducción es consiguiente | |||
que pierda la dulzura competente, | |||
como sucede a todos los autores | |||
en manos de mejores traductores): | |||
El tiempo en que esta obra yo compuse, | 75 | ||
las faltas que hallarás, lector, excuse. | |||
Quietud busqué, no fama, desterrado, | |||
por distraer a mi alma del cuidado. |
Adiós.
23. Carta en verso a José López de la Huerta, escrita de uno de los pueblos de Aragán en que estaba acuartelado su regimiento: Belchite, Escatrón, Alcañiz y Caspe. ¿El invierno de 1768-1769?
Carta escrita desde una aldea de Aragón a Ortelio, que había adivinado la melancolía del poeta.
Pastor ingenioso, | |||
Ortelio discreto, | |||
¿cómo has acertado | |||
la vida que llevo? | |||
¿Qué estrella te dijo | 5 | ||
(pues lees en los cielos) | |||
la vida que paso | |||
cargada de tedio? | |||
Desde que el hado | |||
conmigo severo, | 10 | ||
la mano tirana | |||
firmó mi decreto, | |||
no he visto la cara | |||
serena al consuelo: | |||
el cielo se muestra | 15 | ||
airado y tremendo; | |||
las hierbas sus verdes | |||
matices perdieron; | |||
las aves no forman | |||
sus dulces conciertos, | 20 | ||
como acostumbraban, | |||
de armoniosos metros. | |||
Del sueño no grato | |||
cuando me despierto, | |||
sólo oigo la ronca | 25 | ||
voz del negro cuervo, | |||
murciélago triste, | |||
gavilán siniestro, | |||
u de otros iguales, | |||
y para mal agüero; | 30 | ||
ni sueño gustoso | |||
cosas de contento: | |||
sólo se aparecen | |||
(si alguna vez duermo) | |||
imágenes tristes | 35 | ||
de horroroso aspecto: | |||
si salgo a los campos | |||
a hablar con los ecos, | |||
los ecos se espantan | |||
de mi devaneo; | 40 | ||
y nunca repiten | |||
de tales lamentos | |||
las sílabas duras; | |||
con cuyo desprecio, | |||
andando en el aire, | 45 | ||
se las lleva el viento. | |||
Ya de los ganados | |||
olvido el gobierno; | |||
se van mis ovejas | |||
por donde no quiero; | 50 | ||
ni sirve llamarlas, | |||
porque con desprecio | |||
al amo insensato | |||
perdieron el miedo. | |||
Tal vez a la orilla | 55 | ||
de algún arroyuelo | |||
a llorar mis cuitas | |||
acudo indiscreto. | |||
De verle tan libre, | |||
y verme tan preso; | 60 | ||
de verle cual corre | |||
por el campo fresco, | |||
y ver cual la suerte | |||
me tiene sujeto, | |||
me aparto más triste, | 65 | ||
y él se va más bello, | |||
habiendo tomado | |||
notable incremento | |||
con el llanto mío. | |||
(¡Oh!, ¡quieran los cielos, | 70 | ||
que seas tú solo | |||
quien saque provecho | |||
de esta ausencia mía, | |||
arroyo discreto! ) | |||
Si acaso mi flauta | 75 | ||
entona algún metro | |||
resuenan tristezas, | |||
que arroja mi pecho. | |||
Si de otros pastores | |||
las danzas presencio, | 80 | ||
advierto mudanzas; | |||
y como las temo | |||
del pecho que sabes, | |||
el baile aborrezco. | |||
Si llego a la mesa, | 85 | ||
es vano el intento | |||
de probar manjares: | |||
ninguno apetezco. | |||
Los otros pastores, | |||
que advierten mi tedio, | 90 | ||
me ofrecen en vano | |||
algún alimento. | |||
Entonces, amigo, | |||
comer plantas suelo, | |||
o frutas del campo, | 95 | ||
o leches o quesos; | |||
porque son comidas | |||
de poco aderezo; | |||
y son naturales | |||
como mis afectos. | 100 | ||
Del agua más pura | |||
alguna vez bebo | |||
de una clara fuente, | |||
clara como el pecho | |||
que a beber se inclina; | 105 | ||
y en su puro espejo, | |||
de horrores me espanto, | |||
cuando considero | |||
mi cara ¡qué adusta! | |||
mis ojos ¡qué muertos! | 110 | ||
mi boca ¡qué triste! | |||
mis labios ¡qué secos! | |||
Y en tantas mudanzas | |||
que padece el cuerpo, | |||
mi espíritu el mismo, | 115 | ||
y el mismo mi afecto, | |||
que cuando solía | |||
mirarme sereno | |||
(Ortelio, ¡deliro!) | |||
en aquel espejo, | 120 | ||
tan limpio, tan puro, | |||
tan claro, tan terso, | |||
en que yo veía | |||
de placeres lleno | |||
alegres mis ojos, | 125 | ||
mi rostro halagüeño, | |||
mi boca chistosa, | |||
mis labios parleros, | |||
diciendo ternuras | |||
y dulces requiebros, | 130 | ||
que oía gustoso | |||
mi adorado dueño. | |||
¡Su vuelo tomaron | |||
las alas del tiempo! | |||
Cupido, ¡las tuyas | 135 | ||
no sigan tal vuelo! | |||
Los días felices | |||
se pasaron luego, | |||
apenas sentidos, | |||
cual soplo ligero | 140 | ||
de céfiro suave, | |||
que convida al sueño; | |||
y los tristes días | |||
que al presente veo, | |||
son nortes furiosos, | 145 | ||
cuyo soplo adverso | |||
arranca las peñas, | |||
deshace los techos, | |||
destruye los campos, | |||
anuncia el invierno, | 150 | ||
destruye el rebaño | |||
de tristes corderos. | |||
En vano acostumbro | |||
con piadoso celo | |||
al ara de Jove, | 155 | ||
el Padre supremo, | |||
llevar la pregunta | |||
de si este tormento, | |||
que así me aniquila, | |||
ha de ser eterno. | 160 | ||
Más dudas suscita | |||
su oráculo incierto, | |||
hasta que en furores | |||
se convierte el tedio; | |||
y pido a los Dioses | 165 | ||
fulminen del cielo | |||
centellas y rayos | |||
de horroroso estruendo, | |||
que a negras cenizas | |||
reduzcan mi pecho. | 170 | ||
(Asunto bien fácil, | |||
pues ya lo está haciendo | |||
de amor y venganza | |||
unido el incendio.) | |||
Ya pido a la tierra, | 175 | ||
más blanda que el cielo, | |||
que abriendo sus bocas, | |||
puertas del averno, | |||
me trague y sepulte | |||
en su horrendo seno. | 180 | ||
Ya desesperado | |||
de no hallar consuelo, | |||
al mar yo me arrojo | |||
con mortal intento; | |||
sus olas, que huyen | 185 | ||
de mi ardiente incendio, | |||
me vuelven a echar | |||
a la orilla luego, | |||
sin siquiera darme | |||
el corto consuelo | 190 | ||
de que con sus aguas | |||
se apague mi incendio. | |||
Ya busco a las fieras, | |||
de quienes deseo | |||
ser víctima triste; | 195 | ||
y quieren los cielos | |||
se ablanden sus furias | |||
y no mi tormento. | |||
Ya suelen los Dioses, | |||
inmortales dueños | 200 | ||
de los corazones, | |||
templar mis desvelos | |||
por pocos instantes; | |||
y con ellos contemplo | |||
la fuerza del hado | 205 | ||
que así lo ha dispuesto; | |||
que el hombre no puede, | |||
por débil y necio, | |||
frustrar de los Dioses | |||
los altos decretos. | 210 | ||
Entonces confuso, | |||
y de dudas lleno, | |||
consuelo mis cuitas, | |||
diciendo a mi Ortelio: | |||
Pastor ingenioso, | 215 | ||
Ortelio discreto, | |||
¿cómo has acertado | |||
la vida que llevo? | |||
Escatro, el pastor | |||
a quien tanto quiero, | 220 | ||
te envía expresiones | |||
dignas de su pecho. | |||
Por Jove te juro | |||
(y debes creerlo | |||
porque yo lo digo, | 225 | ||
aun sin juramento), | |||
que tu amado nombre, | |||
que el nombre de Ortelio, | |||
que nombre tan caro | |||
será mi consuelo | 230 | ||
mientras haya estrellas | |||
en el firmamento, | |||
flores en el campo, | |||
frutas en los huertos, | |||
llantos en mis ojos, | 235 | ||
y en mi alma duelos. | |||
Adiós, ¡o mi amigo! | |||
Otra vez, y ciento, | |||
adiós te repite | |||
mi corazón necio | 240 | ||
en la despedida | |||
de un amado objeto. |
Carta a Augusta, matrona que, inclinada a la filosofía, empieza a fastidiarse de la corte.
¡Egregia Augusta mía! | |||
me dices en tu carta celebrada | |||
que a la filosofía | |||
alguna vez te sientes inclinada; | |||
recíbela en tu pecho, persuadida | 5 | ||
que ella es el solo bien de nuestra vida. | |||
Tristes son los mortales | |||
que fingen en su idea diversiones; | |||
sus fuerzas desiguales, | |||
al peso de sus males y aflicciones, | 10 | ||
con exteriores gustos y contentos | |||
ocultan lo interior de sus tormentos. | |||
Al filósofo, Augusta, | |||
en cada punto la naturaleza | |||
obsequia, sirve y gusta, | 15 | ||
todo es para él quietud, todo riqueza, | |||
ni se acaba el contento que recibe; | |||
vive feliz, y muere como vive. | |||
El vulgo de los hombres | |||
vive entre pena, envidia, llanto y susto; | 20 | ||
su vida (no te asombres) | |||
apenas por mil penas logra un gusto, | |||
y aún ése acaba y para tan temprano, | |||
que aun no le goza el corazón humano. | |||
Recibe, pues, prudente, | 25 | ||
la luz que ya comienza a iluminarte, | |||
agradece el presente | |||
que quieren las estrellas regalarte; | |||
el tiempo te dirá lo que has ganado, | |||
y la razón dirá lo que has dejado. | 30 | ||
De la corte te ausenta, | |||
el filósofo en ella es despreciado, | |||
pues ni finge, ni ostenta, | |||
ni adula, ni es ansioso, ni es osado. | |||
Vente a la aldea; su sencilla vida | 35 | ||
a la naturaleza es parecida. | |||
Por los campos el sabio | |||
usa de aquel derecho incontrastable | |||
de que su justo labio, | |||
cual siente el corazón, se explique y hable: | 40 | ||
al malo llame malo, al necio, necio, | |||
y a cada cosa dé su justo precio. | |||
El pecho, sin el susto | |||
de tanto respetillo, respetado, | |||
concibe, como es justo, | 45 | ||
lo que el alma tranquila le ha dictado; | |||
y el alma, sin ficciones misteriosas, | |||
recibe las especies de las cosas. | |||
¡Deja lo artificioso! | |||
¡Desprecia la lisonja y la mentira! | 50 | ||
¡Olvida lo estudioso! | |||
¡Abandona ese fausto que te admira! | |||
¡La corte y las locuras que eslabona | |||
deja, desprecia, olvida y abandona! | |||
¡Aprecia lo apacible, | 55 | ||
busca lo que es sencillo y placentero, | |||
goza de lo plausible, | |||
experimenta un gozo verdadero! | |||
Al campo y los placeres que presenta, | |||
¡aprecia, busca, goza, experimenta! | 60 | ||
Esos coches dorados, | |||
esos encajes, telas y diamantes, | |||
esos muchos criados, | |||
esos timbres, blasones arrogantes, | |||
olvida, pues, no gozas de ellos nada, | 65 | ||
siendo menos señora que encantada. | |||
Esta alegre campaña, | |||
este bosque, vergel, jardín y prado, | |||
este arroyo que baña | |||
este tesoro para ti guardado, | 70 | ||
disfruta, pues, con pródiga franqueza | |||
toda la liberal naturaleza. | |||
Verdad es que en la aldea, | |||
de fatuos una turba bulliciosa | |||
que tu toaleta vea, | 75 | ||
no puedes encontrar, Augusta hermosa: | |||
pero hallarás pastoras y pastores | |||
que te cubran el lecho con mil flores. | |||
Ni el paje primoroso, | |||
ni la criada antigua y estimada | 80 | ||
un almuerzo suntuoso | |||
presentará en vajilla bien labrada, | |||
pero la leche blanca cual tu frente | |||
permitirás mi mano te presente. | |||
Ni polvos, ni pomada, | 85 | ||
cintas compuestas, aguas ni alfileres | |||
te ofrece mi morada, | |||
ni espejo, consejero de mujeres; | |||
podrás en un arroyo divertirte, | |||
lavarte, poner flores y vestirte. | 90 | ||
Los muchos ornamentos, | |||
que el lujo cada día multiplica, | |||
son fuertes argumentos | |||
de lo que el artificio fructifica; | |||
mas sólo pueden engañar al necio, | 95 | ||
como ellos acreedor a tu desprecio. | |||
Aquí, que solamente | |||
tendrás que divertirte y recrearte, | |||
vestida lisamente, | |||
serán superfluos compostura y arte; | 100 | ||
agravio debe ser a la hermosura | |||
el ofrecerla afeite y compostura. | |||
Después que estés vestida, | |||
visita no tendrás ni concurrencia | |||
en que esté establecida | 105 | ||
murmuración, mentira ni demencia; | |||
un sencillo pastor y su pastora | |||
a saludar vendrán a su señora. | |||
A la hora destinada | |||
para el preciso natural sustento, | 110 | ||
la mesa preparada | |||
verás en un ameno apartamento | |||
con sazonado gusto y alegría, | |||
sin plata, ni primor ni simetría. | |||
No esperarás sensuales | 115 | ||
mezclas de mil sustancias combinadas | |||
de peces, de animales | |||
y de aves, con las salsas delicadas | |||
que en un pequeño plato han reunido | |||
todo cuanto este mundo ha producido. | 120 | ||
Pero hay los pichoncitos | |||
que en casa por mi mano he sustentado, | |||
los frescos pececitos | |||
que en las vecinas aguas he pescado; | |||
un jabalí pretendo regalarte | 125 | ||
que en el bosque maté por obsequiarte. | |||
Pues, ¡qué de las sabrosas | |||
riquezas de los troncos que he plantado! | |||
¡Qué peras tan gustosas! | |||
¡Qué pero tan gustoso y colorado! | 130 | ||
Tendrás en mi vergel melocotones, | |||
naranjas, brevas, limas y melones. | |||
Después que hayas comido, | |||
si buscas el descanso y el reposo, | |||
ya te tengo escogido | 135 | ||
un paraje encantado y delicioso | |||
en una parte del jardín de casa, | |||
por donde el Ebro en miniatura pasa. | |||
Los árboles, cargados | |||
de flores olorosas, hacen techo | 140 | ||
con ramos enlazados, | |||
con que el furor del sol queda deshecho; | |||
mil pájaros, gozando la frescura, | |||
se burlan de su ardor en la espesura. | |||
Al pie de un mirto ameno | 145 | ||
te pondré con mis manos una cama, | |||
no de tisú relleno, | |||
sino de azar, jazmín y verde grama; | |||
sus lados a dos fuentes van tocando, | |||
que los van defendiendo y refrescando. | 150 | ||
No temas los mosquitos, | |||
ni avispas, en los huertos tan frecuentes; | |||
habrá mil ceferitos | |||
que con sus alas anden diligentes. | |||
No temas; dormirás tan descansada, | 155 | ||
que tu cama será bien envidiada. | |||
De tantos cefirillos, | |||
de tantas aguas claras y ligeras, | |||
de aquellos arbolillos, | |||
de las aves sonoras placenteras | 160 | ||
los trinos, el ruido y el murmullo | |||
te servirán de lisonjero arrullo. | |||
No soñarás, te juro, | |||
y en caso que tú sueñes, dueño mío, | |||
será sueño seguro | 165 | ||
de terrores y fastidio; | |||
será agradable y dulce como el puesto | |||
que a conciliar el sueño te he dispuesto. | |||
Después, si tú quisieres | |||
dar un paseo, no he de conducirte | 170 | ||
adonde mil mujeres | |||
pretendan, envidiosas, maldecirte, | |||
y mil hombres, ansiosos de burlarte, | |||
empiecen con mentiras a engañarte. | |||
A la corte dejemos | 175 | ||
ese que allí paseo delicioso | |||
llaman; acá busquemos | |||
otros cuyo placer sea gozoso | |||
encontrar en el campo ameno, llano, | |||
uno por cada día de verano. | 180 | ||
De vuelta del paseo, | |||
teatro ni tertulia concurrida | |||
no pida tu deseo, | |||
como en la corte se halla pretendida; | |||
se juntan en mi casa mil pastores, | 185 | ||
y tratan varias cosas y aun amores. | |||
Después de esta asamblea, | |||
en que ni la virtud ni honor se ofende, | |||
y el alma se recrea | |||
y por el campo de placer se extiende, | 190 | ||
cada uno se recoge a su cabaña | |||
con paz que entre los grandes es extraña. | |||
No pienses que se olvide | |||
la dulce idea del amor, Augusta; | |||
el campo nunca impide | 195 | ||
una pasión que al alma tanto gusta; | |||
antes con su quietud y diversiones | |||
se llenan más de amor los corazones. | |||
Si es natural instinto | |||
el principio de amor en nuestro pecho, | 200 | ||
en el verde recinto | |||
siempre se halla gozoso y satisfecho, | |||
pues en el campo la naturaleza | |||
ostenta su primor y su grandeza. | |||
Verás cómo el jilguero, | 205 | ||
entre los ramos de vergel, parece | |||
que obsequia placentero | |||
a la jilguera que su amor merece; | |||
dulzuras la persuade cuando canta, | |||
su corazón anima a su garganta. | 210 | ||
¡Si vieras cuál corteja | |||
el eficaz pichón a su consorte! | |||
¡Qué fino la festeja! | |||
No hay tan finos amantes en la corte, | |||
verás cómo ella paga su fineza | 215 | ||
con gusto, con halago y con terneza. | |||
El toro bruto, horrendo, | |||
feroz, precipitado y espantoso, | |||
se ve, menos tremendo, | |||
que se despoja de su ardor furioso, | 220 | ||
y se llega a su vaca tan rendido | |||
como el galán más tierno y derretido. | |||
Hasta las plantas tienen | |||
sus lances amorosos extremados; | |||
verás cómo entretienen | 225 | ||
las vides a los olmos abrazados; | |||
mil brazos de sus pechos van saliendo, | |||
y todos a los olmos ofreciendo. | |||
Mil veces me he parado | |||
al ver cómo el imperio de Cupido | 230 | ||
más lejos ha llegado | |||
que el del conquistador más atrevido. | |||
Filósofo yo soy... y te prometo | |||
que estuve por rendirte mi respeto; | |||
con que, si tú quisieres | 235 | ||
abandonar la corte, fausto y arte, | |||
pero no te atrevieres | |||
a dejar del amor el estandarte, | |||
ven por acá, que acá te buscaremos | |||
un amante tal cual como le hallemos. | 240 | ||
Si ya (como se estila) | |||
tuvieres en la corte quien lo sea | |||
en posesión tranquila, | |||
contigo le traerás a que esto vea, | |||
como sus artificios no adulteren | 245 | ||
la sencillez de aquellos que lo vieren. | |||
Pero si el tal amante | |||
(no obstante que en la corte se ha criado) | |||
fuese fino y constante, | |||
discreto sobre todo y moderado, | 250 | ||
le nombraremos rey de los pastores | |||
y juez de este distrito y sus amores. | |||
Augusta, no te rías | |||
de lo que va mi pluma a proponerte; | |||
de tus coqueterías | 255 | ||
me temo contra mí quieras valerte. | |||
Iba a decirte... mas... no digo nada, | |||
que te estoy viendo echar la carcajada. | |||
Pero allá voy, no obstante: | |||
decía que si acaso no tuvieres | 260 | ||
a estas horas amante, | |||
ni buscarle quisieres... | |||
aquí estoy yo, filósofo sin duda; | |||
mas piensa que el amor todo lo muda. | |||
Del ciego dios alado | 265 | ||
he visto más milagros prodigiosos | |||
que hay en el verde prado | |||
flores y pajarillos armoniosos; | |||
hace jocoso al serio, alegre al triste; | |||
a su suave poder nada resiste. | 270 | ||
¡Cuántos conquistadores | |||
perdieron de sus triunfos todo el fruto | |||
porque de sus amores | |||
Marte ofreció a su Venus el tributo, | |||
y marchito el laurel de sus proezas, | 275 | ||
con mirto coronaron sus cabezas! | |||
¡Cuántas veces los jueces | |||
de su recta justicia se olvidaron, | |||
y en injustos dobleces | |||
su vara a las beldades inclinaron! | 280 | ||
¡Cuántas veces, de recta, la han torcido | |||
en arco concorvado de Cupido! | |||
¡Cuántas el marinero, | |||
insigne por el arte y valentía, | |||
se escapa del severo | 285 | ||
océano, que riesgos le ofrecía | |||
en golfos, en escollos y en arenas, | |||
y viene a naufragar en las sirenas! | |||
Más ejemplos citara | |||
si fuera necesario el ir probando | 290 | ||
una verdad tan clara, | |||
que todos pueden ir atestiguando; | |||
llegue su mano cada cual al pecho, | |||
los milagros verá que amor ha hecho. | |||
Verás con qué presteza | 295 | ||
me quito aquesta barba respetada, | |||
verás esta cabeza | |||
con flores y con cintas adornada, | |||
y en un vestido alegre y primoroso | |||
trocado el sayo oscuro y espantoso. | 300 | ||
De mi filosofía | |||
estos despojos juntaré, y haciendo | |||
una ara sacra y pía, | |||
irélos a mi Venus ofreciendo | |||
con dos palomas, para que propicio | 305 | ||
su numen no desprecie el sacrificio. | |||
Y luego te aseguro | |||
que ayer a un arroyuelo me miraba; | |||
por Cupido te juro | |||
que un rostro regular representaba, | 310 | ||
y bien sea verdad o bien deseo, | |||
yo me decía: «No, no soy tan feo». | |||
Mis ojos no se vieron | |||
ni chicos, ni llorosos, ni apagados; | |||
sabes que merecieron | 315 | ||
ser de otros (¡qué hermosos!) bien mirados; | |||
los dientes aún conservan su blancura, | |||
y el uno y otro labio su frescura. | |||
Vamos claros: suspiran | |||
cada día los hombres nada hermosos; | 320 | ||
las damas los admiran | |||
como prodigios raros y pasmosos; | |||
no es el amor por cierto en las mujeres | |||
el que distingue más de pareceres. | |||
Yo mismo, cuando niño | 325 | ||
(pasé aquel tiempo alegre como sueño), | |||
fui visto con cariño | |||
de una deidad, que me llamó su dueño; | |||
tú puedes repetir lo que ha pasado | |||
mil años ha, si sigues lo empezado. | 330 | ||
Este es el campo ameno, | |||
éste soy yo, filósofo o amante, | |||
éste el tiempo sereno | |||
que pasa en un retiro semejante; | |||
mas no lo creas, ven a ser testigo, | 335 | ||
Ven, Augusta, a gozar de ello conmigo. |
25. Memorial al rey, escrita en abril de 1772, solicitando el rango de teniente coronel con el apoyo del conde de Aranda. ¿Perdido? Su existencia consta por una carta de Aranda del 17 de marzo de 1773
26. Al Consejo de Castilla, remitiendo su dictamen sobre la traducción de La Farfalla, ou la comédienne convertie por el R. P. Michel-Ange Marin, de la orden de Mínimos, que se deseaba publicar, fecha en Madrid el 2 de diciembre de 1772
Muy señor mío:
Devuelvo a Vmd la adjunta obra que me remitió de orden del Consejo, con el dictamen que doy sobre su impresión, para que Vmd se sirva hacerlo todo presente al Consejo cuando convenga.
Nuestro Señor guarde a Vmd muchos años. Madrid y 2 de diciembre de 1772
B.L.M. de Vmd
u más obediente servidor,
Joseph de Cadalso
[Adjunto]
M.P.S.
De orden de V.A. he examinado con el cuidado debido la obra intitulada La Farfalla, o la Cómica arrepentida, escrita en francés por un Religioso Mínimo, publicada con las licencias y aprobaciones necesarias, y traducida al castellano por don Benito Aragonés, presbítero.
Me parece obra muy digna de la luz pública, así por el original que es de muy buena doctrina, como por la traducción que es superior en su línea a la mayor parte de las que hoy suelen hacerse.
Madrid, 2 de diciembre de 1772
Joseph de Cadalso y Vázquez
27. Carta a don Manuel López Hidalgo, oficial del regimiento de caballería de Borbón, escrita desde Madrid en diciembre de 1772. Sólo se conoce el fragmento publicado por Foulché Delbosc
Mis respetos al jefe, a quien deseo felices pascuas, entradas y salidas de año, según la antigua usanza, con aumentos de gracia espiritual y temporal, bien que en ésta no cabe más gracioso humor que el que le acompaña, lo cual celebro pues es prueba de su buena salud y satisfacciones. He estimado mucho cuanto Vmd me dice de su parte. Respóndale Vmd de la mía, que si supiera yo que había en el mundo vizcaíno más vizcaíno que yo, iba en derechura a Vizcaya, echaba abajo el árbol de Garnica, y con sus ramos y tronco pegaba fuego a un pobre y pequeño, pero honrado y antiguo, solar que se halla en la anteiglesia de Zamudio. Añádale Vmd que si algo se me ha pegado de los muchos países que he visto, ha sido sólo de lo exterior, que en nada influye a lo interior; y si algo he sacado de ver tanto pícaro ha sido la idea de que por lo mismo he de ser yo más hombre de bien. Ítem, que de esto me he formado un sistema, del cual por ningún acontecimiento próspero u adverso me apartaré hasta morir; y que para perfeccionarlo hago un estudio formalísimo que prefiero, con no poca estimación, a los que tuve cuando niño y joven; porque miro esto como principal deber y digna ocupación del hombre; y al contrario, sólo aprecio como meras diversiones, pasatiempos y adornos cuanto puede aprender y enseñar de gramática, retórica, poesía, lenguas muertas y vivas, filosofía antigua, física moderna, derecho de gentes, historia, matemáticas, y más lejos iba a extender este catálogo de lo que llaman ciencias, pero suspendo por temor de que llegue a Salamanca, y el claustro pleno me anatemice, etc.
De más a más diga Vm. al consabido, que me debe a mi carta sin fecha una respuesta, y que a trueque de ver algo de su alegre genio, juro sobre el Santo Libro de los Fueros de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, no olvidar ni perdonar esta deuda, ni en la presente vida ni en la futura, ni para aquí ni para delante de Dios. -Que para vengar este agravio, si le alcanzo en días, volveré desde los Campos Eliseos con Aqueronte; y en su barca, traeré a Sísifo, a Tántalo, a los Titanes, al Briareo, a los Centauros, a las Scylas, a la Quimera, a las Harpías, Gorgonas, Lapythas, Ixión, Eumenides, y toda la comparsa infernal, con aquello de las hachas, culebras, víboras, sierpes, Cerbero, por adelante, hasta su alcoba; y armará toda esta cuadrilla tal estrépito, estruendo, rumor, bulla, ruido, gritería, alaridos, gemidos, silbidos, barahunda, confusión, horror, tempestad, tormento, alboroto, terremoto, que no podrá menos de despertarse nuestro buen jefe; sudar, temblar, dudar, cerrar los ojos, cubrirse con la almohada, llamar al padre capellán. Y si acaso, por cuanto dicho Jefe (tomemos un polvo y un poco de aliento que yo me hallo cansado de escribir tanto desatino, y Vmd lo estará mucho más de leerlos), si acaso, repito, nuestro Jefe...
Señor,
Don Joseph de Cadalso, capitán del regimiento de caballería de Borbón con el más debido respeto, puesto a los reales pies de Vuestra Majestad: expone que ha desempeñado a satisfacción de sus Jefes la Comisión de Secretario del Consejo de Guerra en que fue sentenciado el coronel don Francisco Sensi; cuyo encargo duró más de dos años, con suma responsabilidad de papeles y documentos, mucho trabajo material sobre el esencial del asunto, quebranto de su salud, y sin la menor gratificación ni satisfacción; y siéndole muy sensible que no consta el celo, conducta e inteligencia con que ha manejado este encargo como se evidenciaría en honra suya mediante alguna gracia de Vuestra Majestad.
Suplica a Vuestra Majestad que, en atención a este mérito y el que ha contraído en su carrera como constará por informes competentes, se digne Vuestra Majestad concederle un grado de Teniente Coronel: gracia que espero de la benignidad de Vuestra Majestad.
Madrid, 1.º de marzo 1773.
Joseph de Cadalso
[Nota al margen en apoyo de la solicitud del marqués de Villadarias]
Señor: Este interesado, que empezó a servir de cadete en 4 de septiembre de 1762, estuvo en la campaña de Portugal, y por servicio extraordinario que hizo a Vuestra Majestad de costear cincuenta hombres montados, armados y equipados, obtuvo de la piedad de Vuestra Majestad despacho de capitán en 22 de junio de 1764. Es de talentos, instruido en varios idiomas, con ingenio particular; y estas proporciones prometen será de mucha utilidad en servicio de Vuestra Majestad. Es cierto que ha tenido la comisión que manifiesta, y de su desempeño en ella podrá informar con pleno conocimiento el Capitán General, Conde de Aranda, por haber sido su encargo bajo su inmediata orden; en cuya virtud Vuestra Majestad se dignará mandar lo que fuere de su real agrado. El Prado, 9 de marzo de 1773 = El marqués de Villadarias.
[Carta en apoyo de la solicitud de Cadalso escrita por el conde de Aranda, el 17 de marzo de 1773, al conde de Ricla]
Excelentísimo señor.
Muy señor mío: Devuelvo a V.E. el memorial de Don Joseph Cadalso, capitán del regimiento de caballería de Borbón, que V.E. me remitió a informe de orden de Su Majestad en 11 del presente, diciendo que en 16 de abril del año pasado hice presente al rey por medio de V.E. un memorial del mismo interesado en que solicitaba un grado de teniente coronel, apoyando yo su pretensión, con el particular mérito que contrajo siendo Secretario del Consejo de Guerra de Oficiales Generales en que fui Presidente, formado para juzgar a Don Francisco Sensi, coronel que fue del regimiento de caballería de Algarve; a lo cual nada tengo ahora que añadir, sino que me conformo con el dictamen del Sr. marqués [de] Villadarias, contemplando a este oficial digno de que la benignidad de Su Majestad lo atienda en la gracia que le suplica.
Dios guarde a V.E. muchos años, Madrid, 17 de marzo de 1773
Excelentísimo Señor,
B. L. M. de V.E. su seguro servidor
El conde de Aranda
32. Al escribano del Consejo de Castilla, Don Antonio Martínez de Salazar, explicando que ha perdido el libro francés cuya traducción se remitió a su censura. Fecha en Madrid el 1 de abril de 1773
Muy señor mío:
La traducción del libro francés intitulado La cómica arrepentida tiene todo el mérito posible en esta clase de obras, como informé al Consejo. No remití a Vmd entonces el original porque se perdió entre otros libros en la mudanza de posadas que hice en aquel tiempo. He buscado otro ejemplar de la obra, y lo he encargado a varias ciudades de España en que hay librerías francesas, pero ha sido infructuosa esta diligencia.
Lo que comunico a Vmd en contestación del oficio que me ha pasado sobre este particular.
Nuestro Señor guarde a Vmd muchos años.
Madrid, 1 de abril 1773
B.L.M. de Vmd
su más seguro servidor,
Joseph de Cadalso
33. A don Pedro Escolano de Arrieta, escribano del Consejo de Castilla, sobre La Farfalla y la pérdida de la copia del libro, escrita en Salamanca el 18 de mayo de 1773
Muy señor mío:
Aun antes de pasar a Don Antonio Martínez Salazar el papel fechado en 1 de abril, busqué con el debido cuidado entre mis libros el intitulado La Farfalla o La cómica arrepentida, y no habiéndole hallado, por la casualidad inesperada de haberse perdido con otros míos en la mudanza de posadas en esa corte, lo encargué infructuosamente a varias ciudades de España que tienen librerías francesas, como lo dije en el expresado papel; y en el día no hay modo de adquirir un ejemplar, por lo que no puedo adelantar diligencias en este particular sino que el interesado diga qué valor puede tener el original para satisfacerle; y por lo tocante a la traducción me ratifico en el dictamen que di al Consejo, aprobándola en todas sus partes por muy digna de la luz pública que solicita el traductor.
Que es cuanto se me ofrece en contestación de la carta que Vmd me escribe sobre este particular por indisposición de Don Antonio Martínez de Salazar, con fecha del 7 del corriente.
Salamanca y 18 de mayo, 1773.
B.L.M. de Vmd
su más seguro servidor
Dn Joseph de Cadalso
34. A don Tomás de Iriarte, escrita poco después de su llegada a Salamanca en el mes de mayo de 1773 para reunirse con su regimiento
El autor de Los eruditos a la violeta saluda al autor de Los literatos en cuaresma, le envía esta carta, y le pide no la lea delante de algún majadero. Nota: Y pide respuesta.
Estimabilísimo y estimadísimo amigo:
¿Qué puede importar a Vmd que yo haya llegado a Salamanca o me haya muerto en el camino; esté bueno u malo, alegre o triste, libre u enamorado, fastidiado o divertido, en una buena posada o en el hospital? Pero a mí, sí, me importa y mucho que Vmd sepa que le estimo mucho, y, por tanto, le dé noticia de haber llegado bueno, estar de buen humor filosófico, bien establecido con mis libros y bastantemente favorecido de estas gentes en Salamanca, doctísima universidad, donde no se enseña matemática, física, anatomía, historia natural, derecho de gentes, lenguas orientales, ni otras frioleras semejantes; pero produce gentes que con voz campanuda pondrán sus setenta y siete mil, setecientos y setenta y siete silogismos en Baralipton, frisesomorum o fapesmo sobre cómo hablan los ángeles en su tertulia; sobre si los cielos son de metal de campanas u líquido, como el vino más ligero, y otras cosazas de semejante inutilidad, que Vmd y yo nunca sabremos, aprenderemos ni estudiaremos.
Dos hermanos tiene Vmd en este mundo y un tío en el otro, de quienes deseo noticias. Démelas Vmd y muy frescas. A los dos que están todavía por acá dará Vmd muchos abrazos de mi parte, y casi iba a encargarle lo mismo para el que ya pasó la Barca de Aqueronte, pero no me atrevo a exponerle a Vmd a que por complacerme se fuese boniticamente a casa de la Sibila, a preguntarla el camino y pedirla el pasaporte; y que estando Vmd viendo los cuadros de su capilla, saliese ella con una cara de esqueleto, un vestido de telaraña, y una voz de vieja gangosa y carraspeña, le mandase comprar unos cuantos terneros y carneros, matarlos, y luego ella hiciese mil gestos cuales suelen hacerlos los endemoniados de hogaño; y después le diese a Vmd, por no hacerle esperar tanto tiempo, un ramo de oliva muy guapo, con sus cintas, o tal vez, como no tuviese mucho que hacer aquel día, tomase su mantilla y se fuese con Vmd en buen amor y compañía caminito de otro mundo, donde se encontrarían de manos a boca con varios monstruos que no se ven en las menageries de por acá; después varias ánimas, deseosas de entrar, como la [de] los Sres. Oronte y Palinuro; después la barca de Aqueronte, el cual, con aspereza de verdadero marino, se haría de pencas para recibirlos, hasta que viese el ramo; después, al desembarcar, se hallarían con el Cerbero, que ladraría endemoniadamente hasta que le echase Vmd o la compañera de viaje un pastelillo para que se entretuviese; después llegarían adonde están los chiquillos que murieron cuando apenas podían decir caca; los que se mataron a la inglesa, los que murieron inocentes, y los amantes, entre los cuales estará mi Filis, que se murió y me dejó y se fue sin llevarme, por más que yo le decía como Hernando de Herrera a su Lucinda:
Estréchame, Lucinda, entre tus brazos,
y pasaremos juntos el Leteo;
después, verían Vmds el puesto destinado para los verdugos alquilados para matar a sus hermanos, digo, los guerreros insignes como los que celebra la historia y yo no quiero nombrar; después, tirando sobre la izquierda, encontrarían con todos los bribones condenados por sus iniquidades a ser los unos fritos en aceite, otros a ser asados, otros a estar en las parrillas, otros a la crapaudina, otros en escabeche, etc., etc.; y después de todos estos despueses, volviendo sobre la derecha, se hallaría Vmd en un campo como así me lo quiero, donde encontraría la compañía más honrada del mundo, de gente sabia, quieta y filósofa. Allí estaría con Séneca, con Marcial, con Cervantes, con Garcilaso, con León y otros sabios españoles el venerable Iriarte, que saldría al preguntar Vmd a aquellos insignes hombres y a su conductora:
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(Virg: Aeneid, lib. vi, vers 669 et seq.) |
Condición preliminar
del tratado de comercio literario que hacemos Vmd y yo
In nomine individuae Trinitatis, etc.
Vmd responderá a mis cartas y me escribirás otras de impulso propio siempre que quiera y no tenga nada que hacer, sin que yo forme la menor queja, y viceversa.
Extraordinariamente extraordinaria (como dice la extraordinarísima conclusión de la octava que Vmd me dice haberse impreso de letra de molde en el año de mil setecientos y setenta y tres de nuestra Redención), extraordinariamente extraordinaria, vuelvo a decir, es, ha sido y será siempre la carcajada de risa que me causa la calidad del panegírico del gallego mejor que hubo en Galicia, y el español mejor que hubo en España, y del Salomón gallego que fue llorado con sosiego porque fue gallego; como también si hubiese sido manchego; y que si en lugar de ser gallego o manchego hubiera sido extremeño, hubiera sido llorado con ceño, nec non si hubiera sido malagueño; y a ser el Revmo. granadino hubiera sido llorado con desatino, y en caso de ser aragonés le hubieran llorado con el ojo del revés, y siendo mallorquín con lágrimas de bacín, et sic de coeteris.
Gallego llorado con sosiego me hace a la memoria aquello de
Bajaba por lo duro del peñasco | |||
una hormiga vestida de damasco, |
y luego
y al entrar en el yermo, | |||
hallóse luego con un monje enfermo. |
Oyendo todo esto, y conociendo la sujeción servil al consonante de quien no sabe o no quiere manejarle bien, dijo uno
Si como fue peñasco, fuera peña, | |||
bajaría vestida de estameña. |
y luego,
si como yermo ha sido, fuera huerto, | |||
se encontraría con un monje muerto. |
o una cosa así; que a fe mía hace ya algunos años que oí este juguete, y no me acuerdo de las voces precisas, pero sí de la idea, y de la semejanza con el lance presente, porque aquí que nadie nos oye sino los dos hermanos y tal cual amigo de confianza, ¿quién me quitaría decir, al oír que el gallego fue llorado con sosiego, la siguiente retahíla?:
Sarmiento fue llorado con sosiego | |||
porque el dicho Sarmiento fue gallego, | |||
que, si hubiera nacido en la Bañeza | |||
ya le hubieran llorado con viveza; | |||
pero siendo Sarmiento malagueño, | |||
le llorarían, ya se ve, con ceño, | |||
y, al contrario, si fuese de Almería | |||
se lloraría tal vez con alegría. | |||
Pues ¿qué si hubiera sido de Valencia? | |||
Le llorarían todos con violencia. | |||
Y en caso de que fuese granadino, | |||
¿cómo le llorarían? Con gran tino. | |||
Pues demos que naciera en Albacete: | |||
Le llorarán bailando el minuete. | |||
Y gracias a que no nació en Durango, | |||
que entonces le lloraran con fandango. | |||
Y porque veas, Febo, en un instante, | |||
la fuerza del maldito consonante, | |||
con que a las musas de las lenguas vivas | |||
de penas cargas y de gusto privas, | |||
si al sumamente reverendo Padre, | |||
en Toledo le faja la comadre, | |||
no hallándose el consonante de Toledo, | |||
diría, que le lloran con un pedo - | |||
verso que causaría mil enojos | |||
a la nariz no menos que a los ojos. | |||
¡Triste de mí! Si el Hado dispusiera | |||
que mallorquín por nacimiento fuera, | |||
diría: Ya se ha muerto el mallorquín, | |||
llorémosle con ojos de Bacín; | |||
y (en caso de que fuese montañés) | |||
lloradle con el ojo del revés. |
et sic de coeteris in saecula saeculorum. Amén.
Si lo que se ha de publicar con motivo de Fray Flórez es igual a lo visto, serán dos monumentos eternos levantados a la ignorancia, pedantería y a la ignominia de nuestro país y siglo. ¿No hay una alma caritativa que delate al tribunal de la razón una obra semejante?. Haga Vmd una visita muy formal de mi parte a D. Amador de Vera, autor de Los literatos en cuaresma para que escriba algo sobre este asunto, que a no estar tan lejos de Madrid D. Joseph Vázquez, autor de Los eruditos a la violeta, ya lo trabajaría con gusto. El luto que insinúa el panegirista que debían llevar los benitos había de ser, no por la muerte del elogiado, sino por el infortunio de tener en sus claustros semejantes elogiadores. Yo no soy amigo de hablar del gobierno, pero no puedo menos de hacer esta pregunta: ¿por qué se permite publicar esta especie de producciones que no puede causar otro efecto que el de empeorarnos cada día la fama en el mundo literario y confirmar a los extranjeros en la preocupación en que están contra nuestras obras del siglo pasado y presente? Las Academias debieran volver por la honra de la nación, y acudir al trono pidiendo alguna resolución capaz de remediar este daño. Si yo llegase alguna vez a entrar en una de estas asambleas (lo que estoy muy lejos de merecer ni solicitar), no dejaría pasar sesión alguna en que no suscitase esta especie.
Va esto muy serio para el tiempo que hace y demasiado para quien acaba de leer los extractos del papelón; remítamelo Vmd todo entero, si fuese su tamaño cómodo para el correo; pero si después de bien leído le parece a Vmd digno (por lo ridículo) de remitirse, aunque de volumen tan grande como los desatinos que contiene, envíemelo aunque sea menester alquilar una carretería entera como las que llevan el metal de Vizcaya; aquel metal tan poderoso hasta que se descubrió con abundancia el de Méjico y Perú. Y vea Vmd su poco de moral de paso. Ni crea Vmd que sea importuna esta moralidad, porque no deja de haber cierta conexión entre oro y plata y monjes benitos.
De la literatura de este país no puedo decir a Vmd más de lo que Vmd mismo me dice, y aténgase Vmd a su dictamen, que es el más verdadero juicio que se puede formar del estado de las cosas literarias de Salamanca. Pero, prescindiendo de lo sabio, en lo demás es muy buena gente.
Dará Vmd mil abrazos a sus hermanos, a quienes quiero yo también casi casi tanto como a Vmd, de quien soy
ex-corde
J.C.Abreviatura de mi nombre y apellido muy semejante al dulcísimo nombre de Jesucristo, que también se suele poner con J.C. -cosa que me llena de consuelo espiritual.
«Ni al santo el voto ni al niño el coco». Conque así ha hecho Vmd muy mal en no darme las noticias que me prometió del papelote panegírico del Padre Flórez; siendo así que mi curiosidad está sumamente exaltada con la idea que formé en vista del que se hizo para el Padre Sarmiento, y Vmd se sirvió extractar para mi consuelo. No le perdono a Vmd la omisión, ni se le perdonaré in articulo mortis, cuando tenga un padre capuchino a mi derecha, un agonizante a mi izquierda, el bacín a la cabecera, el orinal a los pies, y todo lo restante de estas comparsas. Si desde la cama voy al cielo, como lo espero de los méritos de Jesucristo, intercesión de la Virgen de Atocha y oraciones de una tía monja que tengo en opinión de santa, perderá Vmd mucha parte de mis buenos oficios con Dios por esta sola culpa; y si me condeno, lo que no permita la Virgen Santísima que suceda a mí ni a ningún devoto de su rosario, le atormentaré a Vmd en sueños, haciendo todas las noches el viaje, arrastrando cadenas, echando fuego por los ojos y boca, llenando el cuarto de humo, apestando a azufre y dando unos aullidos, rugidos, relinchos, rebuznos, chillidos y otros gritos, que se ha de ver Vmd muy negro si no tiene la precaución de poner en sus puertas y ventanas un letrero que diga: Ave María, Padre Rojas, u otro conjuro semejante de los que hay muchos, y Vmd supiera algunos de memoria si mirase más por su pobrecita alma que estará sabe Dios cómo. Sobre cuyo último asunto no quiero dilatarme por no faltar a la caridad fraterna; pero este escrúpulo no me ha de bajar de un grado el celo para la salvación de las almas de mis prójimos; y así me reservo la facultad de acudir a la piedad y autoridad de sus dos hermanos mayores para que corrijan al hermano menor, y le vuelvan a poner en el camino de la salvación, del cual se ha apartado sobradamente: con cuyos saludables consejos y edificantes ejemplos, ayudados de mis fervorosas oraciones, aun espero verle a Vmd digno de gozar la vida eterna, ad quam nos perducat, etc. amén.
Se encarga un Padre nuestro y un Ave María por el peligro en que está el alma del predicador por la vecindad de una mozuela que vive frente por frente, y tiene dos ojos como dos tizones sacados del infierno para abrasar al siervo de Dios.
Chanzas aparte, soy de Vmd y de sus hermanos muy de veras,
Cadalso
Lo de chanzas y veras, ¿qué tal?
37. A don Tomás de Iriarte, escrita en Salamanca a fines de 1773 o principios de 1774, y con toda seguridad antes del mes de marzo de 1774
Reverendísimo Padre Provincial:
Mi dueño: En vista de la carta de V.P. Reverendísima, llamé a mi celda al hermano Fr. Joseph, y le mandé leer tres hojas del Flos sanctorum del P. Rivadeneyra, dos capítulos de los ejercicios de San Ignacio y una hoja de la venerable Maria Agueda de Jesús; y después de haberle hecho tener media hora de oración mental y recitar los siete salmos penitenciales, le hablé sobre el asunto consabido con todo el fervor que me inspira, 1.º, la obediencia a V.P.R.; 2.º, el deseo de la salvación de su alma; y 3.º, el honor del convento. Tuve el consuelo espiritual de ver con estos mis ojos que un llanto copiosísimo de amargura y arrepentimiento le inundaban las mejillas obesas y coloradas hasta bañarle el vientre inmoderado y protuberante, de tanta magnitud y volumen que parece digno de cualquiera jubilado y no de un lego de la orden. La gracia, no sólo suficiente, sino la eficiente, le iluminó y en la energía de las voces con que abjuró de la poesía profana, étnica, ovidiana, virgiliana, horaciana, catuliana, tibuliana, properciana y otra ejusdem generis, le conocí digno de participar a las oraciones de V.P.R., a las que le encomiendo.
Me prometió dedicar su poesía en adelante a varios asuntos místicos, eremíticos, ascéticos, claustrales, dogmáticos, evangélicos, monacales, edificantes, apostólicos, verbi gratia:
1. A las cinco llagas de San Francisco. -Odas anacreónticas.
2. A San Antonio teniendo el Niño jesús en cueros sentado en su mano derecha. -Idilio anacreóntico.
3. A San Bernardo echándole leche la Virgen en la boca como se ve en los cuadros. -Sáficos y adónicos.
4. A San Antón criando su puerco. -Canción pindárica.
5. A los dos ángeles que fueron a Sodoma en busca de Lot y escaparon de un fiero chasco. -Seguidillas.
6. A las bodas de San Josef. -Epitalamio sin aquello de Ven, Himeneo; ven, Himeneo.
7. Al juicio final. -Jácara.
8. A la obra del P. Sánchez, De Matrimonio. -Madrigal.
9. La vida de San Pablo. -Romance en el mismo metro que los de Francisco Esteban. Omnia sub correctione Stae Rae Eclae.
Pero como todos los sermones y consejos el ejemplo es el que más fuerza hace, yo mismo hago ánimo de ayudarle en esas obritas ortodoxas; por más que el mal demonio, tan enemigo de nuestras almas como de la buena poesía, me sugiera cada día nuevas especies. Por ejemplo: un lector joven y vivo de nuestra orden (que se llama Dn Juan Meléndez, y concurre mucho a mi celda con libertad cristiana y religiosa, mozo algo inclinado a los placeres mundanales, a las hembras, al vino y al campo, y sobre todo afecto con demasía a estas cosas modernas, acompañado de muy buena presencia, veinte años no cumplidos y poco respeto a los prelados), entró el otro día al tiempo de estar yo en profunda meditación sobre el infierno de Virgilio con aquello de
Diis quibus imperium est animarum umbraeque silentes | |||
Et chaos et Phlegethon, &c &c; |
entró el susodicho mancebo, y me dijo poco más o menos:
-Padre maestro, benedicite. Me muero cuando leo algo del venerable Anacreonte, o bien en su hermosísimo original, o ya en las primorosas traducciones e imitaciones del maestro Villegas. Cierta delicia ocupa mi espíritu y mi cuerpo: tengo envidia al primero y celos del segundo, y así he compuesto las siguientes odas por el estilo de los dos.
Leyómelas (P. Rvmo.), leyómelas; y cuando creí que el techo caería, que el suelo se abriría, que el diablo se lo llevaría, me encantó, entre otras, la siguiente
Anacreóntica
Sobre el temor de la vida futura
Si es forzoso, Belisa, | |||
morir y nadie puede | |||
por mucho que la tema | |||
librarse de la muerte, | |||
ni conocer tampoco | |||
de la mano y | |||
lo que después sucede, pluma del autor | |||
ni dónde nos quedamos | |||
ni quién allá nos tiene, | |||
agora que vivimos, | |||
gocemos los placeres, | |||
los gustos y delicias | |||
que Venus nos ofrece. |
Del mismo tenor son las otras que componen un corto cuaderno con título de Batilo, nombre escandaloso y piarum aurium ofensivo, respecto de que, como V.P.R. sabe, el susodicho Batilo fue un muchacho a quien el viejo malvado Anacreonte quería un poquito más que como a prójimo, al ejemplo de Júpiter para con Ganimedes, Apolo para con Hiacinto, Alejandro para con Ephestión, Sócrates para con Alcibíades, y &c.
La Silva amatoria, que V.P.R. se sirve enviarme, se leerá en mi celda a los piadosos que acuden a ella, se copiará de muy buena letra y se le devolverá; pero hasta entonces nondum venit hora tua.
Al tal lectorcillo, joven y díscolo, he procurado apartar de la errada senda de la poesía, le he dicho muchas veces cuánta lástima me causa su pecaminosa inclinación, y cuán provechoso le sería su talento si lo dedicara a otras cosas más sólidas, como a comentar a Aristóteles, a escribir la vida del gran Simón de Rojas o a componer algunas novenas devotas a Santa Úrsula y sus once mil compañeras de martirio y de virginidad. Pero le arrastra su innata malvada tendencia al infierno con todas las señales de precito, pues se inclina con predeterminación física al dicho pasatiempo y a estudios serios de peor naturaleza, cuales son El Espíritu de las leyes de Montesquieu, El Derecho de gentes de Vatel, y otros de igual perjuicio espiritual, en conocido detrimento de su alma. Aun le he oído hablar con respeto de Newton y otros matemáticos y físicos buenos.
No obstante, le estimo más que a otro algún joven novicio, corista, lector, y aun tengo más concepto de él que de muchos padres graves catedráticos, jubilados, presentados, definidores; y viendo con lástima no sólo el malogro de sus prendas intelectuales, sino también el positivo riesgo que corre su salvación, he procurado apartarle a lo menos de la poesía, con las siguientes amonestaciones: (Miento: no irán hasta el correo que viene, pues no pueden estar copiadas a tiempo para el de esta noche.)
Encomiéndome muy de veras a las oraciones de los hermanos en Cristo fray Domingo y fray Bernardo, como también a las de V.R., suplicándole me eche su bendición y me tenga muy presente en sus coloquios con Dios.
FRAY ROTUNDO DE LA PANZA
Nota - Sin perjuicio de remitir ut supra he prometido las amonestaciones que hice al dicho lectorete en el correo que viene, hay tiempo y lugar oportuno para la siguiente octava que hice luego que oí sus primeras poesías:
Cuando Laso murió, las nueve hermanas | |||
lloraron con tristísimo gemido, | |||
destemplaron sus liras soberanas, | |||
que sólo daban fúnebre sonido; | |||
gimieron más las musas castellanas, | |||
creyéndose entregadas al olvido; | |||
mas Febo dijo: -Aliéntase el Parnaso: | |||
Meléndez nacerá si murió Laso. |
P.D. Por enviar todo junto no fue esta carta el correo pasado, deteniéndose hasta el de hoy. Devuelvo la Silva, después de haberla copiado y reservado la copia entre los papeles de mi mayor aprecio, como todo lo que venga del mismo autor.
Ave María
Mil veces me he puesto a escribir a Vra. Caridad, Hermano en Cristo, sobre la muerte de los dos famosos monstruos, como Vra. Caridad los llama con todo fervor religioso, pero el mal (enemigo de nuestro bien espiritual: aquel que en alianza con el Mundo y la Carne se opone a que ganemos el reino de los cielos), me distrae de tan santa empresa, poniendo ante mis ojos cierto objeto de concupiscencia, cuya vista atormenta la quietud de mi espíritu, y me causa aquellos vivos estímulos de la carne de que se queja tan enérgicamente Pablo, el Apóstol de las gentes y vaso de elección. No obstante el remedio de ayunos, cilicios, oraciones y los restantes que aconsejan todos los doctores místicos, siento una ley en mi sangre contraria a la divina, y como hombre frágil, hecho del lodo y concebido en pecado, he hecho repetidas veces la deplorable experiencia de que pienso más en cierta samaritana que en todos los elefantes del Asia y todos los carmelitas de Europa.
Y para que veáis, hermano, cuán a paso de gigante camina la propagación del daño, llegué pocas noches ha a figurarme que yo no era español, ni cristiano, ni vivía en Salamanca, ni en el año que según el almanak del sucesor de Dn Diego de Torres es 6973 de la creación del mundo (antes de cuya época esta tierra que pisamos era sin duda alguna inanis et vacua et tenebrae erant super faciem abyssi, según Moisés en el libro de Génesis hebraice sive Beresith, y según Ovidio, en el primer libro de sus Transformaciones,
rudis indigestaque moles, &c.
Figuréme, bien al contrario, ser yo un poeta griego que por extravagancia sabía el español, como algunos españoles saben el griego. Llena la cabeza de dioses, templo, aras, urnas, etc., compuse a Cupido y a su señora Madre los himnos adjuntos en sáficos y adónicos, que remito a Vra. caridad y a sus hermanos para que se lean en el primer capítulo que celebren, con protesta de que comprendo muy bien que en ninguna de las lenguas vivas pueden hacerse tales versos, porque nuestras prosodias no señalan la cantidad de todas las sílabas. Con que así lo de sáfico y adónico pretendo se entiendan sobre poco más o menos.
En medio de la aflicción que me causa esta tendencia mía a lo que no es más que un muladar cubierto de nieve (según Fray Luis de Granada), he tenido estos días un consuelo espiritual que ha llenado mi alma de gozo. El caso es como sigue.
Desde que tuve uso de razón (digo rationis ratiocinantis), me ha llenado de espanto la posesión de las Américas y destrucción de unos catorce millones de almas hecha por unos cuantos extremeños, que fueron allá a predicar a cañonazos la ley del Cordero que los ancianos vieron sobre el libro de los Sellos (Apocal., San Juan, cap. v). Pero acaban de defenderse en este claustro pro universitate unas conclusiones tocantes a estos asuntos, y entre otras una dice así ni más ni menos:
Theorema Sextum,
at cum in Scripturis canonicis per D. Paulum testetur. Quid enim mihi de iis qui foris sunt judicare disserendum venit an Ferdinand. V et Elisabeth, ob eximiam religionem Catholicis cognominatis, S.P. Alexander VI, ann. 1493, jure ac debite ex plumbaria bulla committeret ut hos Indos hispanico subjecerent imperio, et ad Christi fidem reducendos curarent? Nos vero havito respectu ad dicta, non solum affirmative, verum et in bello indico, ita processisse contendimus, prout ad tot Catholicos decebat Dynastas.
Con esto me he aquietado, hecho cargo de las fuertes razones que aquí se insinúan; siendo mucho mayor mi humildad que la de algunos doctores que, arguyendo sobre esto, se dijeron cosas poco conformes a la caridad cristiana y que pasaban de corrección fraterna.
Otra plumbaria bulla (que para eso la he rayado), sea concedida a vos y vuestros hermanos para que toméis segura, legítima y quieta posesión de los cielos. Amén.