Saltar al contenido principal

La parodia teatral en España

Catálogo de autores

M

Martínez y Lahoz

Catálogo de títulos
  • El verdadero conde o El timo del casamiento / por Martínez Lahoz.

Martínez Viérgol, A.

Catálogo de títulos
  • El cine de Embajadores / por Martínez Viérgol y Calleja.

Martínez Villergas, Juan

Información del autor

Es uno de los principales autores satíricos del siglo XIX. Este vallisoletano (1817-1894) no gozó de una vida tranquila: sufrió persecuciones y cárcel a causa de sus ideas liberales y republicanas, y muchas de sus publicaciones fueron censuradas; de hecho, la parodia que de él recogemos, Los amantes de Chinchón, no se estrenó debido a que fue censurada. Su nombre era uno de los que figuraban en la lista negra de la revista del régimen oficial La Censura, aunque las constantes alternancias políticas abrieron márgenes de actuación y posibilitaron que sus mordaces publicaciones vieran la luz. No obstante, y como consecuencia de sus ataques a personajes importantes, nunca pudo llevar una vida relajada, hasta el punto de tener que partir fuera de España a fin de buscar un puesto donde situarse; solamente logró un consulado en Haití. Murió en la pobreza, sin conseguir el favor del público, aunque es uno de los autores festivos mejor valorados del siglo XIX, por su ingenio y sus excelentes cualidades como escritor costumbrista.

Su carrera en el mundo de las letras ha de calificarse de tremendamente activa. Fundó un número importante de publicaciones, en su mayoría de carácter satírico y festivo, aunque solían tener una vida muy corta; entre ellas, podemos citar El Tío Camorra, Jeremías, Don Circunstancias, La Nube y El Moro Muza. También colaboró con artículos críticos y poesías burlescas en revistas como El Látigo, La Charanga, Fray Junípero y La España Moderna, entre otras. Además de sus participaciones en prensa y revista, cultivó los diversos géneros literarios, firmados con frecuencia con sus múltiples seudónimos: El Tío Camorra, Don Emilio, Don Circunstancias, El Tambor Mayor, El T. M., El Moro Muza y Antón Perulero.

Su producción dramática fue más bien escasa, pues no es un género que le atrajera demasiado. De ella cabe destacar los siguientes títulos: Los amantes de Chinchón, con Miguel Agustín Príncipe, Romero Larrañaga, Asquerino y Estrella, El ciego de Orleans, Ir por lana y volver trasquilado, El padrino a mojicones, Cada loco con su tema, El asistente y Palo de ciego. Una de las constantes de su producción es la sátira y parodia de las actitudes románticas, tan extendidas no solo en el ámbito literario, sino en el de la vida real (la sección de sucesos de la prensa informaba diariamente de suicidios por amor, de fugas de amantes, de duelos atroces y de todo tipo de actitudes más bien «literarias»). Para fustigar esas actitudes, Martínez Villergas juega con las deformaciones del elemento idealista romántico y presenta unos personajes muy próximos a los que más tarde creará Valle-Inclán en sus esperpentos. No hubo ningún otro escritor del siglo XIX que lograse llegar como este pucelano a los convencionalismos de un género y destruirlos mediante la sátira y la parodia más inteligente y dinámica; solamente Salvador María Granés y Gabriel Merino fueron capaces en la segunda mitad del siglo XIX de aproximarse a la calidad estética, dentro de los géneros festivos, que caracteriza a la obra de Martínez Villergas, pero en ningún momento lo igualaron; entre otros motivos, porque el autor pucelano no se vio constreñido por el contexto teatral o literario, como sí les sucedió a Granés y Merino con los géneros de teatro breve y musical. Si bien estos resultaron mucho más representados que aquel y obtuvieron suculentos beneficios, Martínez Villergas creó siempre por libre y sus obras merecen una valoración mucho más alta que la de aquellos.

Catálogo de títulos

Medel, Ramón

Información del autor

Apenas disponemos de datos biográficos sobre este autor. Sabemos que fue catalán y falleció en 1877. Publicó un trabajo sobre teatro y nos ha legado una relación no muy extensa de títulos teatrales, de los que citamos los siguientes: la parodia Un héroe del Avapiés, remedo de Un hombre de estado, La lámpara maravillosa, Una actriz improvisada, con Víctor Balaguer, Las dos Isabeles, Don Ricardo y D. Ramón, La niña de la casa y El casamiento de Isidora.


Mejías y Escassy, Luís

Información del autor

No disponemos de datos biográficos sobre este autor. Solo nos ha llegado una relación de sus obras, listadas en el catálogo de la Fundación Juan March. De ellas citamos las siguientes: Del crimen a la virtud, Juan el perdío y Los siete niños de Écija.

Catálogo de títulos
  • La carcajada / por Luis Mejías y Escassy.
  • Juan el perdío / por Luis Mejías y Escassy.

Merino y Pichilo, Gabriel

Información del autor

Este prolífico autor madrileño (1863-1903) fue redactor de El Imparcial, director de El Arte y de Gente Teatral, y colaborador de casi todos los periódicos de España. Escribió gran número de zarzuelas, juguetes, fantasías cómico-líricas, revistas y parodias, muchas de ellas representadas con éxito. Junto con Salvador María Granés, es uno de los parodistas profesionales por excelencia, debido a que se aplicó activamente a la recreación paródica, hasta tal punto que apenas hay bloque paródico, según la clasificación que proponemos, que no cuente con algún título suyo. Entre sus obras podemos citar: Currillo el esquilaor, La Iluminada, Miss Erere, La del capotín o con las manos en la masa, Los africanistas, en colaboración con Enrique López Marín, ¿Cytrato?... ¡De ver será! y ¡A cuarto y a dos!, ambas con Celso Lucio, Electroterapia, El cuñao de Rosa, en colaboración con A. Candela, El camelo, Mancha, limpia... y da esplendor, La pequeña vía, Juzgado municipal, El paraíso perdido, El sueño de una noche de verano... Sus parodias actúan sobre las convenciones de la obra remedada, que eran puestas al descubierto con acierto por el autor. Sin embargo, muchos de sus textos caen dentro de los esquemas fijados de teatro breve y del género chico, apenas muestran originalidad e ingenio, y los chistes y efectos cómicos resultan en ocasiones forzados y demasiado simples. En este sentido, su producción es inferior a la de Salvador María Granés, quien supo crear unas piezas teatrales más dinámicas, menos ingenuas, y con dosis puntuales de crítica que, si bien eran asistemáticas, producían efecto cómico y podían entenderse como pequeños toques de atención a las autoridades, cuya presencia siempre agradaba a los espectadores. Gabriel Merino no desarrolló hasta tal punto sus parodias, pues se conformó con marcar en ellas su aspecto lúdico y jugar, así, con el espectador, a quien le ponía al descubierto las convenciones de las obras teatrales de más éxito en el panorama escénico de la segunda mitad del siglo XIX; en este sentido, las parodias de Gabriel Merino aprovechan el contexto circunstancial de éxito de una determinada obra y están abocadas por ello a una vida tan efímera como pueda ser la de la vigencia escénica de la obra remedada. Solo hay dos textos de los por él parodiados que traspasaron los límites de su período histórico: el Cyrano de Bergerac, de Rostand, y El abuelo, de Benito Pérez Galdós, aunque no es necesario indicar que en el momento de producción de sus respectivas parodias, ¿Cytrato?... ¡De ver será! y El camelo, aquellas comenzaban su período de éxito, que era aún circunstancial. Solo el tiempo las convirtió en clásicos. Por ello, Gabriel Merino, a pesar de su tremenda productividad paródica, no pudo trascender su época, pues vivió muy apegado a ella; sin ese determinado contexto teatral, su producción no habría existido. Y como la suya, la de la práctica totalidad de parodistas que estrenaron durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. A Gabriel Merino lo salvan, sin embargo, algunos momentos acertados de comicidad, que a pesar de la ingenuidad de los mismos, le hicieron ser respetado y bien acogido en los escenarios y, por supuesto, le dieron la posibilidad de vivir holgadamente, a costa de los aplausos del fervoroso público.


Mihura Álvarez, Miguel

Información del autor

Fue actor, autor y empresario teatral; su hijo, Miguel Mihura, siguió como autor esa actividad dramática, pero con más acierto y, sobre todo, originalidad. La máxima dedicación de Miguel Mihura Álvarez tendió a los géneros de comicidad breves y musicales, escribiendo un alto número de textos teatrales, muchos de ellos en colaboración con Enrique García Álvarez o Ricardo González, entre otros. Con este segundo escribió la parodia El pueblo del Peleón, remedo de la opereta paródica La corte de Faraón. Su teatro es escasamente original, utilizando todos los recursos y formulismos de los géneros breves y musicales que cultiva. Además de la parodia citada, destacamos las piezas cómico-paródicas Cásate... y verás, y El niño de los tangos.

Catálogo de títulos

Miquel y Collantes, Saturnino Esteban

Información del autor

Nació en Madrid en 1847. Hijo del periodista y político Agustín Esteban Collantes, estudió Derecho en Madrid, logrando el título de doctor. Ejerció el periodismo, fue director de algunos periódicos satíricos y fundó y dirigió el diario Las Ocurrencias. También ocupó importantes cargos políticos, entre ellos: ministro, diputado y senador. Desde el punto de vista de la creación teatral cómica y paródica, su producción es escasa: Un almuerzo para dos, Liquidación conyugal, Los secretos del Estado y La muerte de Don César, en colaboración con Ramón Crooke.

Catálogo de títulos

Montañés y Soriano, Federico

Información del autor

No disponemos de datos biográficos de este autor. Solo sabemos que escribió varias piezas teatrales, entre las que se encuentran la parodia El esquilaor, remedo del drama romántico El Trovador, y los juguetes cómicos Todo por ir a Capellanes o Los dos gemelos y Pesquisas. En ellas se adapta a los esquemas típicos del género cómico breve, que presenta rasgos como: teatro de situación, ambientes localistas, castizos, tipos en vez de personajes, excesiva dependencia de los chistes y la comicidad gestual, y lenguaje vulgar y, en ocasiones, malsonante. No hay, por tanto, originalidad en su creación teatral y solo merece un hueco en nuestro portal como autor de la mencionada parodia del drama de Antonio García Gutiérrez.

Catálogo de títulos

Muñiz y Mas, Adelaida

Información del autor

De esta dramaturga sabemos que ejerció la actividad periodística y que ya a los quince años había estrenado en Madrid la obra Cambio de cartas. Es interesante su parodia La herencia del Tenorio, porque refleja la perspectiva femenina del fenómeno teatral decimonónico por excelencia. Además de esos títulos citados, posee una notable relación de piezas teatrales, entre las que destacamos: la parodia Maruja Carmela, Pajaritas de papel, Nada, Por el nombre y El secreto de sumario. Cultivó asimismo el drama, de tendencia neorromántica, como en Mancha heredada, y se atrevió con los autos sacramentales, en casos como El nacimiento del hijo de Dios o la adoración de los santos reyes, y El nacimiento de Jesús o la cuna del redentor. Se trata, sin lugar a dudas, de una escritora polifacética, que no puede ser encasillada en ninguna corriente teatral determinada; solo hay un elemento, de naturaleza ideológica, que aporta homogeneidad a su producción teatral: la tendencia conservadora, moral, tan extendida entre los escritores dramáticos decimonónicos.

Catálogo de títulos
  • La herencia del Tenorio / por Adelaida Muñiz y Mas.

Muñoz, Luis

Catálogo de títulos
  • Un drama de Echegaray... ¡ay! / por Luis Muñoz y Luis Tejedor.

Muñoz Esteban, Rafael

Catálogo de títulos
  • ¡Alerta! / por Rafael Muñoz Esteban y Federico Rodríguez Escacena.
Subir