Saltar al contenido principal

Literatura y Música

Tono barroco. Colección de partituras de Digital CSIC.

Lola Josa
(Catedrática de la Universitat de Barcelona)

Mariano Lambea
(Científico Titular del CSIC)

Durante el siglo XVII y las primeras décadas del XVIII el tono, es decir, «la canción métrica para la música compuesta de varias coplas» (Diccionario de Autoridades), adquirió una prestancia artística sin igual en el período barroco. Según la temática del texto que servía de base para su composición, esta tipología poético-musical podía calificarse de «humano» o «divino». El tono humano contemplaba situaciones amorosas, dialógicas con la naturaleza, retratos poéticos de la persona amada, lamentos, reflexiones en torno al amor o a ese camino de autoconocimiento que suponía la experiencia del eros. Su ámbito de interpretación se circunscribía a los salones de palacio, de la aristocracia, saraos particulares, o fiestas bucólico-pastoriles y, asimismo, los escenarios de los corrales de comedias, porque los tonos humanos se convirtieron en los argumentos musicales con los que abrir dimensiones espacio-temporales dentro del tejido del drama. Otros, incluso, eran breves fragmentos de zarzuelas, de comedias mitológicas, óperas o fiestas palaciegas que circulaban y se interpretaban al margen de la obra escénica a la que pertenecían.

La tipología poética del tono humano es muy amplia: tenían cabida en él las seguidillas, los romances con estribillo, las quintillas, sextinas, décimas, etc.

Por su parte, el tono divino estaba compuesto por textos dedicados a la Navidad, al Santísimo Sacramento, a la Virgen María, a determinados santos y todos los misterios que ocupaban las meditaciones religiosas del Barroco. Su ámbito de interpretación era la iglesia, las catedrales, colegiatas, conventos, cumpliendo con las celebraciones de las festividades religiosas. En el caso de estos tonos, la forma poética era preferentemente el romance con estribillo y su asimilación con el villancico era habitual, ya que se acostumbraba a denominar con los mismos nombres a este tipo de obras. Entendamos por villancico la «composición de poesía con su estribillo para la música de las festividades en las iglesias» (Diccionario de Autoridades).

La plantilla vocal para el tono humano era de una a cuatro voces. Rara vez sobrepasaban las cuatro voces. En cambio, para el tono divino las voces podían ampliarse hasta el doble, ya que muchos de ellos fueron compuestos para ocho voces distribuidas en dos coros.

El listado que ofrecemos aquí recoge nuestras transcripciones a notación moderna de 1023 tonos humanos y divinos que abarcan la cronología referida anteriormente. Buena parte de los tonos humanos se han conservado en cancioneros poético-musicales que eran obras misceláneas que recopilaban los más célebres y los mejor compuestos. Los tonos divinos se han transmitido principalmente en papeles sueltos.

Las transcripciones traen el texto debidamente puntuado y ofrecen también información precisa sobre aspectos filológicos y musicológicos siempre útiles e interesantes.

Muchas de nuestras transcripciones se han informatizado, y otras, en cambio, son manuscritas a la espera de su edición. En cualquier caso, todas están dispuestas, sobre todo, para su perfecta interpretación por parte de los conjuntos vocales e instrumentales actuales que es, en definitiva, el aspecto de mayor impacto social de nuestro trabajo.

El presente listado es una relación por orden alfabético de partituras con texto en castellano de temática profana y religiosa. Cada composición está entrada por su íncipit literario. En su encabezamiento figura el año de nuestra transcripción.

Siempre que se ha conocido la autoría, se han incluido los nombres de los compositores y de los poetas; entre otras cosas para facilitar búsquedas.

Cada obra tiene asignado un enlace para que el usuario pueda consultar o descargar la composición.

Este listado se irá incrementando conforme vayamos introduciendo nuevas partituras.

[1002 resultados]
de 101
[1002 resultados]
de 101
Subir