Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajoActo II

 

El teatro representa en este acto y en los restantes el interior de una tienda de campaña, que sirve de cantina en un campamento. Mesa en el foro con botellas, frascos, algunas viandas, cigarros, etc. La puerta que da al campo está a la derecha del actor: a la izquierda habrá otra que conduce a un dormitorio y más arriba una cocina portátil: a uno y otro lado algunas sillas de lona.

 

Escena I

 

PABLO.

 
 

(Sentado a la mesa y escribiendo.)

 
   Papel y tiempo perdido.
Tan inútil será esta
como la de marras. «Tuyo
hasta morir, Pablo Elgueta».


Escena II

 

PABLO. BRIONES.

 
BRIONES
Hola! ¿Qué se hace de bueno,5
Pablo?
PABLO
Escribiendo.
BRIONES
¿Las cuentas
de la compañía?
PABLO
No,
Miguel.
BRIONES
Pues ¿qué?
PABLO
Cuatro letras
pidiendo misericordia
a la ingrata dulce prenda10
que me tiene vuelto el juicio.
BRIONES
Pablo mío, si no fuera
porque soy tu subalterno,
pues luces ya dos jinetas
y yo aun tengo el hombro zurdo15
desalquilado a esta fecha,
te diría, como amigo
que soy...
PABLO
¿Qué?

 (Se levanta.) 

BRIONES
Que eres un bestia
PABLO
¿Por qué?
BRIONES
¿Quién diablos te manda
querer a quien no se acuerda20
ni del santo de tu nombre?
¿No me has dicho que porque ella
te despreció cuando tú
la acusaste las cuarenta,
cogiste y sentaste plaza25
en las filas de la Reina?
¿No la escribiste hace un mes,
y aun aguardas la respuesta?
¿No escribiste al mismo tiempo
a toda tu parentela30
con ojepto de abriguar
si era viva o si era muerta?
¿Y qué respuso tu hermano?
Que la linda batelera
de la noche a la mañana35
se hizo noche, y malas lenguas
decían que un oficial
se la llevó... prisionera.
PABLO
¿Y qué quieres que te diga,
Briones? Di ya en la tema 40
de amarla, y la he de querer
hasta la muerte, aunque sepa
que se burla de mi afán,
y en brazos de otro la vea;
que tengo yo un corazón45
muy testarudo.
BRIONES
Recuerda
la copla que el cabo Ruiz
cantó anoche a la vihuela.
«Amor, no pongas amor
donde no hay correspondiencia...»50
PABLO
Ni tú ni todos los Ruices
del mundo entero me apean...
BRIONES
«Mira que te quedarás
a la luna de Valencia».
PABLO
¡Cállate, hombre! ¡Para coplas 55
estoy yo!
BRIONES
Pues si supieras...
Aquí donde tú me ves,
si tuviese yo vergüenza,
cuando estoy echando coplas
debería echar las muelas.60
Pero, chico, a lo hecho pecho,
y barajar y... ¡pacencia!
PABLO
Pues ¿qué te sucede?
BRIONES
¿A mí?
Nadita, una friolera.
¿No echas tú nada de menos65
en mi cantina? ¿A ver? Echa
los ojos al rededor.
PABLO
¡Calle! ¡No está aquí Teresa!
No lo había reparado.
Aquí me entré con franqueza70
rumiando mi carta... ¿Qué hay?
¿Ha malparido? ¿Está enferma?
BRIONES
¡Ojalá! Se ha desertado
esta noche.
PABLO
¡Qué me cuentas!
¡Y al frente del enemigo!75
¡Ruin acción! No lo creyera.
BRIONES
El tambor mayor me dice,
ahora que ella está diez leguas
de aquí, que la cortejaba
un comisario de guerra. 80
PABLO
Yo también, a fe de Pablo,
tenía algunas sospechas...
BRIONES
¿Y te aguantabas? ¡Qué amigos!
PABLO
Por no meterme en la renta
del excusado...
BRIONES
Mal hecho.
85
La hubiera roto una pierna
o dos..., ¡pues!, y que buscara
después su madre gallega.
PABLO
¿Y se ha marchado con él?
BRIONES
Así parece.
PABLO
¡Perversa!
90
¡Dejar plantado a un marido
de tu temple!
BRIONES
¡Mala hembra!
PABLO
Y aun si hubiese sido el hambre
la que... Vamos, la miseria...
¿Me entiendes? ¡Pero dejar95
una cantina como esta!
La mejor del campamento.
BRIONES
Lo menos siete pesetas
diarias nos producía.
Mas ¿quién entra en competencia100
con un comisario?
PABLO
Cierto.
BRIONES
¡Ya ves tú!
PABLO
¿No se contenta
ese hombre con cercenarnos
el tocino y la galleta?
BRIONES
¡Ahí verás! Mas no le arriendo105
la ganancia con la pécora
de mi mujer. Te aseguro
que no lloraré su ausencia.
¿Yo? ¡Maldito! Sólo siento
siete onzas que se me lleva. 110
PABLO
¡Pobre Briones! Y ahora
¿qué vas a hacer de la tienda?
BRIONES
Traspasarla, porque yo
no entiendo esas... mequinencias,
y ella es la que despachaba115
tabaco, vino y decetra,
y el sargento no ha de hacer
lo que hacía la sargenta.
PABLO
Pero lo que a mí me pasma,
amigo mío, es la flema 120
con que lo tomas.
BRIONES
Soy hombre
de caliá y esperencia;
y lo que me pasma a mí,
ya que me vienes con esas,
es de que tú no escarmientes, 125
Pablito, en cabeza ajena.
PABLO
¿Escarmentar? Cuando a un hombre
como yo se le atraviesa
una pasión en el alma,
no se la sacan afuera 130
médicos ni cirujanos,
ni lanzas ni bayonetas.
¿Hice poco en no escribir
al imán de mis potencias
hasta llegar a sargento?135
Entonces eché mis cuentas
y dije: ya puede un hombre
ser marido con decencia.
No me contestó Faustina,
y después de dar mil vueltas 140
al caletre, dije yo:
¿Quién sabe si ella reserva
para un sargento primero
el corazón que hoy me niega?
Y a trueque de colocarme145
otro lampazo a la izquierda,
cojo en la primer batalla
cuando arde más la refriega
un cañón con esta mano...,
y un balazo en esta pierna; 150
y llévanme al hospital
de la sangre en parihuelas;
y en cuatro días me curo,
que mi encarnadura es buena;
y, dicho y hecho, me calzo 155
la segunda charretera;
y hoy a los pies de mi dama
van la zurda y la derecha;
y con ellas alma y vida;
y si como son de seda160
fuesen de oro, juro a Dios
que lo mismo se las diera;
y otro tanto pienso hacer
a cada ascenso que tenga;
y si recibo un balazo 165
antes que una subtenencia,
mejor. ¡No quiero vivir
si no vivo para ella!
BRIONES
¡Vaya un corazón a macha
martillo y una querencia!,170
que... ¡me río yo! No estante...
Pero allá te las avengas.
Mientras concluyes tu carta,
voy a ver si el cabo Ortega
me traspasa la cantina 175
y después daré la vuelta...
PABLO
Aquí te espero.
BRIONES
No olvides
la leición de mi parienta.


Escena III

 

PABLO.

 
   La carta repasaré,
no haya puesto una blasfemia...180

 (Leyendo para sí.) 

«Um...» Esto es hablar al alma.
«Em...Um...» ¡Bien! Si no es de piedra,
lagrimones como nísperos
verterá cuando la lea.
«Um...» Perfectamente. «Tuyo 185
hasta morir, Pablo Elgueta».
El sobre...
 

(Entra FAUSTINA, calzada, con pañuelo de seda en la cabeza a estilo de Guipúzcoa y debajo del brazo un lío de ropa, que al entrar deja sobre una silla.)

 


Escena IV

 

FAUSTINA. PABLO.

 
FAUSTINA
¡Ah de la cantina!
PABLO
 (Levantándose con la carta en la mano.) 
¡Cielos! ¿Qué voz...?
FAUSTINA
Mi primero...
PABLO
No es sueño. ¡Ella es! Yo muero190
de alegría...
FAUSTINA
¿Quién...?
PABLO
¡Faustina!
FAUSTINA
No sé...
PABLO
¡Dichoso tropiezo!
Ven; abrázame... Yo te hablo.
Soy yo...
FAUSTINA
Esa cara...
PABLO
¡Soy Pablo!
¡Soy el pescador de Lezo! 195
FAUSTINA
¡Ah! ¡Pablo!

 (Le abraza.) 

PABLO
Estoy hecho un hombre;
¿verdad?
FAUSTINA
Sí; mucho has crecido.
No te hubiera conocido
si no me dices tu nombre.
PABLO
¿Quién con estos atalajes200
y cinco pulgadas más
conoce al que años atrás
pescaba atún en Pasajes?
Pero tú no te despintas
a los ojos de tu Pablo.205
No es maravilla. ¡Qué diablo!...
Las mujeres sois distintas.
Vuestra cara es un deleite,
pues no os ha tocado en lote
corbatín quo os agarrote210
ni barbero que os afeite.
Y no te parezca extraño,
pues del alma eres señora,
que te reconozca ahora
el que te adoraba antaño; 215
que tu perfil es el mismo,
aunque tu gracia es mayor.
Por eso ya no es amor
el mío; que es fanatismo.
¡Bajas los ojos! Si miento, 220
que me arranquen de un tirón
al frente del batallón
las insignias de sargento.
¿No he de amarte, voto a bríos!,
si vales más que Vergara225
y Dios derramó en tu cara
toda la gracia de Dios?
Y cuanto más te avergüenzas
más hermosa me pareces,
y lo diré una y mil veces230
hasta que tú te convenzas.
Linda eras como un jacinto
cuando lloré tus desdenes...
FAUSTINA
¡Ay, Pablo!
PABLO
Mas ahora vienes
mejorada en tercio y quinto,235
y lléveme Belcebú
al infierno más profundo,
si hay en España, en el mundo
una moza como tú.
FAUSTINA
¡Pablo, aun te acuerdas de mí240
cuando la enemiga suerte...!
¡Pablo, yo debí quererte
desde el día en que te vi!
PABLO
Si tu alma fue de guijarro,
con razón fuistes ingrata; 245
que entonces, hablando en plata,
no valía yo un cigarro.
Pero de eso no te espantes.
Poco importa, bella aurora,
como me quieras ahora 250
que no me quisieras antes.
No saldré tan mal librado
si venzo al fin tu esquivez
y me pagas de una vez
todo el amor atrasado.255
¿Que si me acuerdo de ti?
Pues ¿hay hombre más constante?
Ni una hora, ni un instante
te has apartado de aquí.

 (Pone la mano en el corazón.) 

¿Ves esta carta, alma mía,260
que tengo ahora en la mano?
Pues no era para mi hermano,
que para ti la escribía.
FAUSTINA
¡Para mí!
PABLO
¿Estás satisfecha?
Esto se llama querer.265
Oye; te la he de leer
desde la cruz a la fecha.
FAUSTINA
No te canses...
PABLO
Seré breve.

 (Lee.) 

«Campos de Lodosa, Abril
veinticuatro, año de mil 270
ochocientos treinta y nueve.
Bella Faustina, recreo
del mar, del monte y del valle,
me alegraré que esta te halle
con salud, como deseo.275
Yo he recibido un balazo...»
FAUSTINA
¡Dios mío! ¡Un balazo...!
PABLO
Sí;
En la pierna. Aun duele... Aquí;
pero estando fuerte el brazo...

 (Lee.) 

«Pero ya, gracias a Dios,280
ando listo y sin muleta,
y me han dado otra jineta;
es decir que tengo dos.
Faustina, esta se dirige,
aunque digas que me copio,285
a repetirte lo propio
que ha mes y medio te dije;
que te quiero y te idolatro,
aunque extrañes mi porfía,
lo mismo que te quería290
en el año treinta y cuatro.
Faustina, deja el batel
y da la mano a un sargento
si te agrada el campamento
y no te asusta el cuartel.295
Todo el sueldo que me dan
para la boda lo ahorro,
y a falta de otro socorro,
por ti vendería el pan».
FAUSTINA
¡Pablo! ¡Ah Pablo mío!...300
PABLO
¡Eh!, mi estómago es valiente.
Con dos cuartos de aguardiente
tiro yo veinticuatro horas.

 (Lee.) 

«Según me dijo Melchor
tratas con un oficial...»305
FAUSTINA
(¡Ah!)
PABLO
«Mas yo no creo tal,
porque eres mujer de honor».
FAUSTINA
(¡Oh!)
PABLO
«Y siento no estar ahí,
porque el jefe no me deja,
para arrancar una oreja 310
al que murmure de ti.
Adiós, que te dé completa
felicidad, y concluyo
por no ser molesto. Tuyo
hasta morir, Pablo Elgueta».315
FAUSTINA
¡Amar con tanta pasión
a quien tuvo la crueldad...!
¡Ah!, tu generosidad
me traspasa el corazón.
PABLO
Tú serás la generosa,320
que no yo. Pues, criatura,
¿merezco yo por ventura
casarme con una diosa?
Dirán en el regimiento,
dirá el estado mayor:325
«¡Lástima que ese primor
se guarde para un sargento!»
Mas soy joven todavía,
y si en la guerra no muero,
de aquí a tres años espero330
mandar una compañía.
Sí, hermosa, y mientras la mando,
no menosprecies mi lecho;
que algo es llevar en el pecho
tres cruces de San Fernando. 335
FAUSTINA
Con más vergüenza te miro
cuanto más amor me muestras.
PABLO
Cosas tenéis... como vuestras
las mujeres, y me admiro...
¿No me amas, Faustina?
FAUSTINA
¡Oh!, sí.
340
¿Quién como tú lo merece?
PABLO
Pues entonces, ¿qué te escuece
que lloras, Faustina, así?
FAUSTINA
Sabraslo aunque pierda yo
todo el amor que me tienes. 345
PABLO
¡Perderlo ahora que vienes
buscando a tu Pablo!
FAUSTINA
¡No!
PABLO
¡Ah que ese no me asesina!
¡Y pensé, necio de mí...!
Di por tu vida que sí...,350
aunque me engañes, Faustina.
FAUSTINA
Ni tú lo mereces, Pablo,
ni sabe mentir mi lengua.
A otro busco, por mi mengua;
no a ti.
PABLO
¡Por vida del dialo...!
355
Pero tú me hablas de chanza.
FAUSTINA
¡Ojalá!
PABLO
¿Y es el amor
quien buscando a ese señor
te trajo...?
FAUSTINA
No. ¡La venganza!
PABLO
¡Venganza! Pues ¿quién te injuria?360
Nómbrale y, sea quien sea,
donde quiera que le vea
le dará muerte mi furia.
FAUSTINA
Yo basto contra el infiel,
aunque mujer desvalida.365
No vale tanto su vida
que tú te pierdas por él.
PABLO
No importa. Le desafío...
FAUSTINA
¡Imposible! No es tu igual.
PABLO
¿Qué escucho? Aquel oficial...370
¿Sería cierto...?
FAUSTINA
¡Dios mío!
PABLO
¿Lloras?
FAUSTINA
¡Sí, Pablo!
PABLO
¿Por qué?
FAUSTINA
Porque muero de dolor.
Lloro ultrajado mi honor,
lloro burlada mi fe.375
¡Qué distancia entre los dos!
Échame, Pablo de aquí,
que no merezco de ti
ni la palabra de Dios.
PABLO
¡Y que la tierra no se abra380
a mis pies!... Pero si fuiste
engañada...
FAUSTINA
¡Ay de mí triste!
Sí.
PABLO
Te daría palabra...
FAUSTINA
Sí. Incrédula todavía,
supe defender mi honor385
mientras juraba el traidor
por su vida y por la mía;
mas le creí, ¡desdichada!
cuando juró lisonjero
por la fe de caballero 390
y por la cruz de su espada.
PABLO
¿Qué oigo?
FAUSTINA
Su labio risueño
para mayor desventura
recordaba a mi locura
las ilusiones de un sueño...,395
y aun en la cumbre del bien
me juzgaba cuando vi
que de Dios maldita fui...
¡Maldíceme tú también!
PABLO
¡Maldecirte!... ¿Qué se entiende...?400
Antes me hiera una lanza.
Mi maldición sólo alcanza
al traidor que así te vende.
Si allá en tus días serenos
te llamé prenda adorada, 405
hoy que eres desventurada,
¿habré de quererte menos?
¡Eh, vamos!... no te amilanes.

 (Abrazándola.) 

Llora en mi pecho... y perdona.
Si un mal hombre te abandona, 410
aquí estoy yo, ¡voto a sanes!
FAUSTINA
No; arrójame con horror
de ti. El honor no consiente
que en el seno de un valiente...
PABLO
Yo no entiendo así el honor. 415
Si te abandonó cruel
quien te engañó con malicia,
o en el mundo no hay justicia
o la infamia es para él.
Y en fin, no tengas zozobra; 420
que si te llevo al altar,
para hacerte respetar
tengo yo honor que me sobra.
FAUSTINA
¡Casarme contigo!
PABLO
¡Y presto!
FAUSTINA
¡Pablo!..., no es posible.
PABLO
¡Hun...!
425
Pues ¿amas al otro aún?
FAUSTINA
No, Pablo, que le detesto.
¿Qué digo? Nunca le amé;
no. Lo que pasó por mí
ni entonces lo comprendí430
ni ahora explicarlo sabré.
Sus halagos fementidos,
que ahora a llorar me condeno,
fueron..., ¿qué sé yo?..., un veneno
que trastornó mis sentidos.435
Nunca al mirarle sentí,
te lo juro por el cielo,
este gozo, este consuelo
que siento ahora por ti.
Delirio, locura fue440
lo que realidad es hoy.
Ahora enamorada estoy,
y entonces, Pablo, ¡soñé!
PABLO
¡Me quieres y no te casas;
me aburres, y me consuelas,445
y por un lado me hielas
y por el otro me abrasas!
FAUSTINA
¡Quiero ser tuya, y no puedo!
¿Qué dirían tus parientes?
No quiero yo que las gentes450
te señalen con el dedo.
Mi honra perdí, y no la fundo
sólo en tu justicia, no;
que, al fin y al cabo, tú y yo
no componemos el mundo;455
y así, aunque mi pecho sienta
no premiar tu amor sincero,
sólo el desagravio espero
de quien me causó la afrenta.
PABLO
Pero es mucha felonía...460
¿Cómo se llama ese alférez,
o ese diablo...?
FAUSTINA
Don Juan Pérez,
capitán de infantería...
PABLO
Y después del contrabando
infame que hizo de ti, 465
¿le has visto?
FAUSTINA
En vano, ¡ay de mí!
le voy hace un mes buscando.
Vendido el triste batel
con que ganaba la vida,
como una mujer perdida 470
voy por el mundo tras él,
y ni rastro de tal hombre
hallo en ningún campamento.
PABLO
Pues, si no en el regimiento,
te habrá engañado en el nombre.475
FAUSTINA
Tal creo. A muchos he visto
que tienen el nombre igual;
pero uno no es oficial;
otro... no es él.
PABLO
¡Vive Cristo!
¿Quién no se llama en el día480
Juan Pérez? Sin ir más lejos,
quintos, o soldados viejos,
hay cuatro en mi compañía.
Por si acaso vienen más,
en mi lista los numero...485
¿Estás? Juan Pérez primero,
segundo, tercero... ¿Estás?
Pero ya me tienen harto
los cuatro, porque confundo
con el primero al segundo490
y al tercero con el cuarto.
FAUSTINA
Ya no sé cómo ni dónde
buscar a ese hombre sin fe,
pero yo le encontraré
si la tierra no le esconde. 495
PABLO
Podrás hallarle quizá
algún día, pero en vano,
que si te niega la mano...
FAUSTINA
Con la vida pagará.
PABLO
Sí; yo a matarle me obligo. 500
No hay remedio para él.
Le mataré por infiel
si no se casa contigo.
FAUSTINA
¿Y si se casa?
PABLO
Si es mío tu corazón 505
y no suyo, no es razón
que me aguante y diga amén.
En fin, cumpla o no el contrato,
seas, o no su parienta,
por tu cuenta, o por mi cuenta, 510
no hay recurso: yo le mato.
FAUSTINA
¡Pablo!...
PABLO
Es justa la venganza
mas no por eso, Faustina,
violaré la disciplina
ni faltaré a la ordenanza.515
Para que no haya disputa
sobre si embisto o no embisto
a mi jefe, iré provisto
de la licencia absoluta;
y entonces dos ciudadanos, 520
no sargento y capitán,
cuerpo a cuerpo medirán
el corazón y las manos.
FAUSTINA
No lo sufriría yo;
que por tu mano vengada525
fuera menos desdichada,
pero más honrada, no.
Ni tú serías dichoso;
que ningún poder humano
me haría entregar la mano 530
al matador de mi esposo.
Aunque una espada no ciño,
deja sólo a mi valor
el cuidado de mi honor
y no te ciegue el cariño;535
que desengaños y ultrajes
para que al fin lo recobre
darán aliento a la pobre
batelera de Pasajes.
PABLO
Dices bien. Ya no te arguyo.540
Tú sabes más que un sargento,
y no sirve mi talento
para descalzar al tuyo.
Lo que tú gustes harás.
Seré, si no eres mi esposa,545
tu hermano, tu... Cualquier cosa...
Tu asistente. ¿Quieres más?
FAUSTINA
¡Pablo!... Siempre tu Faustina
te amará...
 

(Dentro tocan a orden.)

 
PABLO
Suena el estruendo
de la caja... Voy corriendo...550
Quédate en esta cantina.
Es de un amigo leal.
Voy a tomar la consigna...
Volveré... (¡Qué perla! Es digna
de un capitán general.)555


Escena V

 

FAUSTINA.

 
   ¡Qué corazón tan hermoso!
¡Cuánta ha sido mi injusticia
en no haberle amado siempre
como él se lo merecía!
Otro me hubiera arrojado560
con menosprecio y con ira
de su lado; y generoso
él mis desaires olvida
y perdona mi flaqueza.
¡Oh Petra!, bien me decías...565
No puedo tenerme en pie,
que después de la fatiga
del camino... Ha sido mucha
mi agitación... Esta silla...

 (Se sienta.) 

¡Ay Dios!...


Escena VI

 

FAUSTINA. BRIONES.

 
BRIONES
(He visto a lo lejos
570
a mi camarada, que iba
a tomar la orden... ¡Calle!...
¿Quién será aquella individua?)

 (Se acerca.) 

Que Dios guarde a usté, mi reina.
FAUSTINA
Y a usted también.
BRIONES
(¡Qué bonita!)
575
Si viene usté a refrescar,
pimpollo, la tienda es mía.
Pídame usté lo que quiera;
su boca será medida.
FAUSTINA
Gracias.
BRIONES
¿Qué gracias ni qué...?
580
El ama ha tomado pipa,
pero aquí estoy yo, y no creo
que se me caiga la ensinia...
¿Está usté, prenda? Y de gratis;
que mozas de esa estampía585
siempre tienen hecho el gasto
donde está este cura.
FAUSTINA
Viva
usted mil años. Yo...
BRIONES
Vaya,
¿qué quiere usté que la sirva?
¿Sagardúa?, ¿chacolí?,590
¿vino?, ¿aguardiente de guindas?
FAUSTINA
No tengo necesidad
de nada.
BRIONES
¿Un par de sardinas?
FAUSTINA
Gracias. ¡Si digo...!
BRIONES

 (Sentándose al lado de FAUSTINA.) 

No sea
usté desagradecida, 595
que aquí hay mucho aquél, y mucha
voluntad. ¿Está usté, niña?
Pero ¡vaya un cuerpo bueno
y unos ojos, y una fila...
Lo dicho: toda la tienda 600
es de usté, y ancha Castilla!
FAUSTINA
No quiero nada. He venido...
Esperaba aquí...
BRIONES
¿Al Mesías?
Es decir... Dice el refrán:
el que a buen árbol se arrima...605
Justamente el mostrador
está vacante hoy en día,
y desde ahora te lo endoso
con todas sus baratijas,
y amén de eso, toda el alma 610
de un sargento.
FAUSTINA
¡Qué porfía!
Aparte usted.
BRIONES
¿Que me aparte?
Soy mosca muy pegadiza,
y para algo te ha enviado
la Providencia divina 615
a mi casa de comercio.
¡Ea, no seas esquiva!
Un beso para hacer boca...
 

(FAUSTINA le da un bofetón y se levanta. BRIONES se levanta también.)

 
FAUSTINA
Aparte, digo.
BRIONES
¡Chiquilla!
¡No es nada si casca firme!620
Y con esa manecita...
Mas no importa. Ya estoy hecho
a semejantes caricias.
Manos de mujer no agravian...,
aunque duelen; y por vida625
de quien soy, que he de volver
a la carga aunque repitas
el ausequio.
FAUSTINA

  (Sacando un puñal.) 

¡Atrás, o muere
a mis manos si se arrima!
BRIONES

  (Retrocediendo.) 

¡Cañuto!... ¡Vaya un lenguado!630


Escena VII

 

PABLO. BRIONES. FAUSTINA.

 
PABLO
¿Qué es eso?
BRIONES
Nada. ¡La chica
tiene ijares!
FAUSTINA

 (Guardando el puñal.) 

Esto es dar
lecciones de cortesía
a quien las ha menester.
PABLO
¡Miguel!
BRIONES
¿Eh?... ¿También me miras
635
tú de reojo?
PABLO
¡Briones!
Alguna mala partida
quisiste hacer...
BRIONES
Darla un beso,
no más, pero es tan arisca...
PABLO

 (Desenvainando.) 

¡Somaten!... Saca esa espada. 640
BRIONES
¡Otra! ¿Tú me desafías?
Pues ¿qué diablos te va a ti
ni te viene...?
FAUSTINA

 (Interponiéndose.) 

¡Pablo!
PABLO

 (Desviándola.) 

¡Quita!
BRIONES
¡Qué!, ¿la conoces?
PABLO
¡En guardia!
BRIONES
Si por una niñería645
se han de matar dos amigos,
¡andar! Yo no soy gallina.

 (Desenvaina.) 

¡En guardia!
FAUSTINA
¡Pablo, detente!
¡No te pierdas! No sabía
sin duda tu amigo...
PABLO
Yo
650
no soy amigo, ni pizca,
de quien no guarda respeto
a las faldas.
BRIONES
¡Voto a cribas!
¿Soy yo algún cartujo? Aquí
la encontré como llovida 655
del cielo, y creí...
PABLO
¿Qué importa?
Es mujer.
BRIONES
¡Pesia tu crisma!
Pues si no fuera mujer,
no habría caso. ¡Y qué linda!
PABLO
Y si el ser mujer bastaba660
para que no la persigan
cuando ella no lo consiente,
sobraba ser prenda mía...
BRIONES
¿Qué me dices? ¿Es acaso
tu paisana...?
PABLO
Sí, Faustina.
665
BRIONES
¡Voto al chápiro!... ¿Y por qué
no dijo usté: soy la misma,
soy la hermosa batelera
de Pasajes, la querida
de Pablo Elgueta?, y en vez670
de atropellar la consigna,
la hubiera tratado yo
con toda la... ortografía
que merece. Ea, envainemos,
camarada, y no haiga riña.675
 

(Envainan.)

 
Si no fuese ella quien es,
defendiera mi conquista,
pero siendo quien es ella,
me aguanto y Dios la bendiga.
Y usté me ha de perdonar,680
mi primera, y que me sirva
el bofetón por bastante
castigo de mi osadía.
PABLO
¡Hola! ¿Te pegó?
BRIONES
¡Y de mi alma!
Ningún obispo confirma685
con tanta fe.
FAUSTINA
Yo lo siento,
señor Briones...
BRIONES
No, hija;
el que lo siente soy yo,
que aun está brotando chispas
el carrillo.
PABLO
Razón es
690
que pagues tu golosina.
BRIONES
No me quejo. Cada cual
está en derecho de justicia;
el hombre cuando camela
y la hembra cuando santigua.695
Yo soy de aquellos -¿estás?-
que no se andan en chiquitas,
porque la ocasión es calva...
¡Pues!; ¿y a qué gastar saliva?
Mas la mujer de mi amigo700
es para mí una reliquia
sagrada, y nunca con ella
mis pasiones se amotinan,
porque las meto en el cepo
de la prudencia y no chistan.705
Y no hay más que hablar; y si alguien
la toca...; ¡tocar!, la guiña
siquiera un ojo, ya pueden
rezar por su alma. ¡Requiscan!
PABLO

 (Dándole la mano.) 

Eres un buen camarada, 710
Briones.
BRIONES
Lo mismo harías
tú en mi lugar.
FAUSTINA

 (Dándole la mano.) 

Toque usted,
que yo también soy su amiga.
BRIONES
Corriente. Acecto.
PABLO
Briones,
mi paisana necesita715
alojarse con decencia.
¿Has vendido la cantina?
BRIONES
No. Suya es desde ahora
con vïandas y vasijas
y cama y muebles... Yo sólo720
me quedo con la mochila.
PABLO
Pero ha de ser con su cuenta
y razón.
BRIONES
¡Eh!, no me digas...
PABLO
¡Nada!, yo te he de abonar
lo que vale, o no hay tu tía.725
BRIONES
¡Qué tontunas...!
PABLO
¿Reñiremos
otra vez?
BRIONES
No corre prisa...
PABLO
Entiendo. Delante de ella
toma posesión de todo
y prepara la comida730
para los tres...
BRIONES
Eso..., bien.
PABLO
Mientras vamos por la orilla
del río a dar un paseo.
BRIONES
Pero...
PABLO
Adiós.
FAUSTINA
Hasta la vista.


Escena VIII

 

FAUSTINA.

 
   ¡Qué feliz viviera yo 735
en la honrada compañía
de mi enamorado Pablo
si el rigor de mi desdicha...!

 (Reconociendo la cantina.) 

La vivienda es espaciosa.

 (Mirando al cuarto de la izquierda.) 

Allí hay una cama..., y limpia...; 740
el fogón en aquel lado
con avíos de cocina...

 (Se sienta junto al fogón.) 

Pero la lumbre se apaga.
Pondremos unas astillas.

 (Toma algunas de las que habrá en el suelo, las pone sobre la lumbre, y las enciende con un aventador.) 

Aquí está el aventador.745
Mucho temo que me rinda
el sueño... Anoche no pude
descansar... Toda la línea
del Ebro... a pie... ¡Desdichada!...
No puedo... Días y días...750

 (Se queda dormida.) 



Escena IX

 

FAUSTINA. BUREBA.

 
BUREBA

 (Con un cigarro en la mano.) 

Aquí encenderé el cigarro.
¡Ah de la cantina! ¿No hay
quien me responda? ¡Muchacha!
FAUSTINA

 (Despertando.) 

¡Ah!... Me he dormido. ¿Quién va?
BUREBA

 (Paseándose.) 

Un poco de lumbre.
FAUSTINA

 (Tomando un tizón.)  

Voy
755
corriendo, mi capitán.

 (Reconociéndole y dejando caer la lumbre.) 

¡Cielos!...
BUREBA
¿Qué veo? ¡Faustina!
FAUSTINA
¡Al fin te veo!
BUREBA
(¡Fatal
encuentro!)
FAUSTINA
¡Tú no esperabas
volver a verme jamás!760
BUREBA
Yo... (No sé qué responder.)
Mi sorpresa... Mi pesar...
FAUSTINA
Allá para ti habrás dicho:
es hija de un ganapán
y sufrirá mi abandono765
con santa conformidad.
No se atreverá a pedirme,
siendo a mí tan desigual,
satisfacción de su honra,
y se morirá de afán,770
o si yo la desamparo...
otro la consolará.
¿Qué entiende de honra una moza
que se ha criado en la mar?
Mujeres de su ralea 775
harto premiadas están
con merecer cuatro días
que hombres de alta calidad
se humillen a enamorarlas
por capricho y nada más.780
Eso habrás dicho, traidor;
pero me has juzgado mal;
que aunque mujer de la plebe
y sola y de tierna edad,
tengo aliento que me sobra785
para obligarte... ¡sí tal!
a cumplirme la palabra
que me distes a la faz
del cielo, y a que me vuelvas,
que nada tuyo me das,790
la honra que me robaste.
Honra plebeya, es verdad,
pero más limpia que el oro
y más tersa que el cristal
hasta que en hora maldita795
te vi a mis plantas llorar.
BUREBA
Justa es, Faustina, tu queja.
He sido ingrato y falaz,
lo confieso. Pocos años...,
tentaciones de Satán...800
Aborréceme, Faustina.
Mi conducta criminal
no merece...
FAUSTINA
Pues ¡qué!, ¿piensas
que te amo y mi ceguedad
es tanta que arrodillada805
pretenda ahora ablandar
con lágrimas vergonzosas
tu corazón desleal?
No. Tu mano es la que pido.
BUREBA
Yo te la quisiera dar,810
pero mi clase, mi cuna...
FAUSTINA
Tu clase, tu cuna... ¡Ya!
No hablabas de esa manera
cuando turbando mi paz...
BUREBA
¡Faustina!...
FAUSTINA
Yo no codicio
815
tu nombre ni tu caudal,
no. Cúmpleme tu promesa,
y desde el pie del altar
juro alejarme de ti
donde no te vea más,820
y nada te pediré...
¡Me amargaría tu pan!
Y si aun ausente de ti
en mi pobre oscuridad
te estorba acaso mi vida825
para algún ilustre plan...,
dame un veneno, ¡cruel!,
pon a mi cuello un dogal;
que como yo muera honrada,
¿qué me importa lo demás?830
BUREBA
Me desgarran tus lamentos
el corazón, y quizá
si tú lo pudieses ver...
Pero la fatalidad...
Otra palabra empeñada...835
No puedo volverme atrás...
FAUSTINA
Te casas con otra, ¡infame!
BUREBA
No siempre la voluntad
es libre. Causas... Respetos
sociales... Mi amor filial...840
(Quisiera encontrarme ahora
en las cumbres de Arlabán.)
FAUSTINA
¡Tan turbado y balbuciente
ahora, y tan lenguaraz
algún día!
BUREBA
Mas yo puedo
845
de otra suerte reparar
mi yerro. Soy rico...
FAUSTINA
¡Eh!, calla.
Yo no soy mujer venal.
Ya te lo he dicho: ¡tu mano!
BUREBA
Pero... ¡si te digo que hay850
obstáculos...! Lo mejor
sería que en amistad
arreglásemos...
FAUSTINA
¡No, indigno!
Yo acudiré a un tribunal...
BUREBA
¿Con qué pruebas, desgraciada...?855
FAUSTINA
¡Cómo! ¿Serías capaz...?
BUREBA
Nuevo delito sería,
pero... tan crítica es ya
mi situación...
FAUSTINA
Te comprendo;
pero si burlas sagaz860
la justicia de las leyes,
la mía no evitarás.
BUREBA
¡La tuya!
FAUSTINA
¡Qué!, ¿te sonríes?
Lástima acaso te da
tan flaco enemigo. ¡Gracias! 865
Pero guarda la piedad
para ti. La misma mano
que supo un día remar
tal vez tendrá fortaleza
para blandir un puñal.870
BUREBA
Te ciega el rencor, Faustina,
pero tú meditarás
más tranquila, y cuando veas
que afectuoso y liberal
te pruebo cuán pesaroso 875
estoy de aquella maldad,
confío... Permite ahora
que me aleje de este umbral,
volveré... Toma entre tanto...

 (Saca un bolsillo.) 

FAUSTINA
¡Oro a mí!

 (Echando mano al puñal.) 

¡Villano!

 (Desfalleciendo.) 

¡Ay!...
880
¡No resisto... a tanta infamia!...
¡Dinero!...
 

(Cae sobre una silla: BUREBA, avergonzado, guarda el bolsillo.)

 
¡No puedo más!
BUREBA

 (Acudiendo a socorrerla.) 

¡Cielos!...
FAUSTINA
¡Dinero!

 (Cae en tierra desmayada.) 

BUREBA
Se ha desmayado. No da
señal de vida. ¡Socorro!885
 

(Una banda de música toca dentro generala.)

 
Mas la música marcial...
Oigamos... ¡La generala!
Mi deber de militar
es primero. Esa infeliz...
Despedazándome irán890
crueles remordimientos...
Quizá en la lucha campal
expiaré... No respira...
Pero aquí mi mengua está;
allí mi puesto.

 (Desenvaina la espada.) 

¡A las armas!
895
¡Muerte, o gloria y libertad!

 (Vase corriendo.)