Jornada segunda |
|
Salen DON PEDRO MIAGO y GALVÁN, moro galán.
|
GALVAN | Alí Maimon, de Sevilla | | Rey, deste nombre el
tercero, | | que guarde Alá largas lunas | | como ha menester
su reino; | | por conciertos de amistades | | trató con
Alfonso el Sexto, | | rey de Castilla y de León, | | vuestro
rey (que guarde el cielo) | | casar a Zaida, su hija, | | milagro
del siglo nuestro, | | que a faltarle Alá Mahoma | | esta
lo fuera en el suelo; | | Si es hermosa, el sol lo diga, | | pues
gobernando el imperio | | de su belleza, es el sol | | virey de
sus ojos negros; | | a los Abriles que están | | los dos
nácares vertiendo | | de la hermosa Andalucia, | | hurtó
a la Seitia el invierno; | | cortara flechas y rayos | | del oro
de sus cabellos | | amor, si perder pudiera | | a sus ojos el respeto; | | de su boca olor y risa | | aprende el alba y el viento, | | que
en vez de llorar aljófar | | Ríe estrellas y luceros; | | con el cristal de sus manos | | compiten los once cielos, | |
que a su belleza cobardes | | no se atreven cielo a dedo, | | formando
dulce armonía | | en la hermosura del cuerpo | | el alma
bella que goza | | su divino entendimiento. | | Con su alteza,
de Sevilla, | | para este efecto, en efeto, | | en su servicio
salimos | | los más nobles caballeros; | | si te he de decir
verdad, | | cristiano, todos sintiendo | | que Zaida lo haya de
ser, | | y es natural sentimiento | | que en la disputa, cristiano, | | de las leyes no me meto, | | pues la amistad nos estorba | | usar
nuestros argumentos; | | ya sabéis que son tan cortos | | que de la lengua al acero, | | con solo un antecedente | | la
consecuencia ponemos; | | si es la vuestra más verdad, | | nos hace fuerza y da esfuerzo | | el ser la nuestra heredada | | de nuestros padres y abuelos; | | aunque en estas diferencias | | Alá sabe lo más cierto, | | Él nos dé
luz, y haga a Zaida | | que con él reine en el cielo | | al fin, vistiendo los campos, | | con el Abril compitiendo, | | de almalafas y de plumas, | | si de bengalas el viento; | | engañamos
a los montes, | | pareciendo desde lejos | | árboles que
caminaban | | o prados de flores llenos, | | hoy fuéramos
a sus ojos, | | ya mirabeles, ya almendros, | | si a las yeguas
andaluzas | | no descubrieran los ecos; | | desta suerte caminamos | | con varios recibimientos | | de las villas y lugares, | | como
a su reina en efeto; | | y pasando a Guadarrama | | en sus peñascos
soberbios | | nevando plumas y tocas | | anticipamos a Enero, | |
adonde con la nobleza | | castellana, Alfonso, haciendo | | real
lisonja a sus ojos | | hizo mar de amor el puerto | | y a Valladolid
llegando | | mostró la corte en el ciclo | | desde su puerta
del Campo | | a su Palacio soberbio; | | aquí de los alfaquíes | | más sabios y más discretos | | de su ley para
el bautismo | | enseñada fue primero; | | y hoy que está
catequizada, | | como decís, en el templo | | mayor de vuestra
mezquita, | | donde está el famoso entierro | | de aquel
valeroso Conde | | que con invencible pecho | | el sexto Alfonso
sacó | | de la prisión de Toledo, | | la bautizan
y se casan | | juntamente casi a un tiempo, | | que el grande alfaquí
de Burgos | | vino a la corte al efecto; | | vuestro famoso Almirante, | | que es espejo en años tiernos | | de los reyes sus pasados | | que fueron del mundo espejos, | | y su esposa, tan hermosa | | que por encarecimiento | | corre parejas con Zaida, | | que es
avetitajalla al cielo, | | de la boda y del bautismo | | son los
padrinos, haciendo | | el Rey con esta amistad | | segundo deudo
con ellos; | | esto es todo lo que pasa, | | dadme licencia con
esto, | | que como estoy obligado, | | voy al acompañamiento. | |
|
|
DON PEDRO | Aguardad, hidalgo moro, | | porque quiero conoceros, | | y serviros, si es posible, | | la merced que me habéis
hecho, | | que a términos tan hidalgos | | como habéis
tenido, quiero, | | para serviros, deciros | | mi nombre en sabiendo
el vuestro. | |
|
|
GALVAN | Galvan, cristiano, es el mío, | |
cuya nobleza trajeron | | mis abuelos a Sevilla | | de los Jeques
de Marruecos; | | vivo en Ecija, que soy | | su alcalde en ella,
aunque muero, | | por Felisalba en Osuna, | | a manos de mis deseos. | |
|
|
DON PEDRO | Yo soy don Pedro Miago, | | un honrado caballero | | de Valladolid, tan noble | | como el rey Alfonso el sexto; | | vivo junto a San Esteban, | | y no tan pobre, que puedo | | cuando
la hayáis menester | | alguna hacienda ofreceros. | | Lo
que asistáis en la corte | | mis caballos serán
vuestros, | | que os aseguro que encima | | no echéis los
de Ecija menos. | | Y si queréis de posada | | mudar, una
casa tengo | | que puede el Rey envidiarla, | | y no digo mucho
en esto. | | Y advertid que estos no son | | cortesanos cumplimientos | | de los que en la corte usan | | tornasoles caballeros; | | que
soy don Pedro Miago, | | hombre de chapa, y que tengo | | mi palabra
por verdad, | | mi nobleza por espejo | | porque es de Dios apellido | | y ansí le tiene en el cielo | | y el caballero, Galvan | | que no se preciare dello, | | ni es honrado ni es cristiano, | | valiente ni caballero. | |
|
|
GALVAN | ¡Qué valeroso cristiano! | | ¡Qué palabras! ¡Qué gran pecho! | | ¡Qué
aspecto! Su Cid no pudo | | ser más, ni él pudo
ser menos. | | Por A1á que no he envidiado | | castellano
caballero, | | ni cristiano si no es este. | | Que me ha admirado
confieso. | | Llega esa yegua, Celin, | | Aquí. | (Vase.) |
|
|
|
Sale EL ALMIRANTE DE CASTILLA, mozo.
|
|
DON PEDRO | Señor, ¿vuecelencia
a mí | | viene a buscarme, pudiendo | | con un criado mandarme | | que a servirle fuese? |
|
|
ALMIRANTE | Debo | | a la sangre que tenéis | | mucha más, señor
don Pedro; | | y no es mucho que yo os busque, | | Si el Rey, soberano
dueño, | | no puede acabar con vos | | que le visitéis. |
|
|
DON PEDRO | Prometo | | a vuecelencia, que soy | | desque nací, y ya soy viejo, | | de tan contraria opinión, | | de tan cortos pensamientos | | en las cosas de Palacio | | que ni gusto, ni me atrevo | | a entrar
en ellos jamás, | | que hay laberintos en ellos | | que
enredarán al más sabio | | y perderán al
más cuerdo; | | yo estoy ya viejo y cansado | | quizá
de servir mancebo | | contra las lunas alarbes | | a su padre y
a su abuelo; | | y la verdad y la espada | | desnudas siempre estuvieron | | para servir a mi rey | | en mi mano y en mi pecho; | | y no quiero
entrar ahora | | a escuchar a lisonjeros, | | que con verdades
vestidas | | y espadas están sirviendo; | | que soy hombre
mal sufrido, | | y no estoy ahora en tiempo | | de granjear enemigos; | | al fin condición de viejos. | |
|
|
ALMIRANTE | Señor
don Pedro Miago, | | si por Almirante puedo | | de Castilla con
vos algo, | | me habéis de honrar con los deudos | | de
mi casa en el bautismo, | | velacion y casamientode los reyes. |
|
|
DON PEDRO | Vuestro
soy, | | y por orden vuestra quiero | | besalle a Alfonso la mano. | |
|
|
ALMIRANTE | Estimo, señor don Pedro, | | como es razón,
la merced | | que me hacéis. |
|
|
DON PEDRO | Vuestros
abuelos | | y vuestros padres han sido | | como vos siempre mis
dueños, | | y quiero que mi señora | | la Condesa,
en nombre vuestro, | | dé a doña Toda, mi hija, | | por dama a la Reina. |
|
|
ALMIRANTE | Espero | | del Rey muy grandes albricias, | | y hará la Condesa
en eso | | muy gran lisonja a su alteza. | |
|
|
DON PEDRO | Aunque
yo casarla puedo | | muy bien en Valladolid, | | conozco, Señor,
que pierdo, | | no metiéndola en Palacio, | | diferentes
casamientos | | adelantando mi casa, | | y que me quito con esto | | el cuidado de guardarla. | |
|
|
ALMIRANTE | Ha sido prudente acuerdo. | | Prevéngase mi señora | | doña Toda, porque
luego | | va por ella la Condesa. | |
|
|
DON PEDRO | Mil veces las
manos beso | | a vuecelencia, Ya voy. | |
|
|
ALMIRANTE | Pues en Palacio
os espero. | |
|
|
|
ALMIRANTE |
Subid, don Pedro, en el vuestro. | |
|
|
DON PEDRO | Servir de
caballerizo | | a vuecelencia pretendo. | |
|
|
ALMIRANTE | No habéis
de pasar de aquí | | por la fe de caballero. | |
|
|
DON PEDRO |
En todo, como es razón, | | a vuecelencia obedezco. | |
|
|
|
DON PEDRO | Yo
sirvo | | poco para lo que debo. | |
|
|
|
(Vanse cada uno por
su puerta.)
|
|
Sale EL REY y DON GARCÍA.
|
REY | No he visto mayor belleza | | después que reino,
García. | |
|
|
DON GARCÍA | Ya vuestra alteza algún
día, | | si se acuerda vuestra alteza, | | dijo por otra
mujer | | el mismo encarecimiento. | |
|
|
REY | Son accidentes que el
viento | | suele llevar y traer; | | pero en las propias, García, | | es verdad, y no accidente | | que se dice y que se siente. | | Más acuérdame qué día, | | que
no me puedo acordar. | |
|
|
DON GARCÍA | Yo (que no me
olvido) sí, | | aunque entonces lo encubrí | | y
hoy no lo puedo negar, | | que hoy manda que lo pregone | | mi
ingratitud y mi queja, | | ya que otro bien no me deja, | | vuestra
alteza me pregone, | | pues le llego a confesar | | hoy toda la
culpa mía. | |
|
|
REY | Mentiras de amor, García, | | dignas
son de perdonar, | | pues no hay en el mundo amante | | que no
las diga en rigor | | al amigo o al señor. | | ¿Quién
ha entrado? |
|
|
|
|
Salen EL ALMIRANTE y DON PEDRO MIAGO.
|
REY | Seáis, primo, bien venido; | | muy galán
venís. |
|
|
ALMIRANTE | No
es día | | hoy de menos alegría, | | que a poder
venir vestido | | de planetas y de estrellas | | que galas del
cielo son, | | fueran en esta ocasión, | | señor,
pocas todas ellas, | | ni de sol la maravilla | | para tan dichoso
empleo. | |
|
|
REY | Es tan gallardo deseo | | de Almirante de Castilla. | |
|
|
ALMIRANTE | Mas ya que imposible sea | | hoy con don Pedro Miago, | | a vuestra alteza le hago, | | pues su persona desea, | | mayor
presente. |
|
|
REY | Almirante, | | solo vos podéis hacerlo; | | holgara de liablarlo y
verlo. | |
|
|
ALMIRANTE | Pasad, don Pedro, adelante, | | y besad al
Rey la mano. | |
|
|
DON PEDRO | Deme los pies vuestra alteza. | |
|
|
REY | Vuestro valor y nobleza, | | nuevo Catón castellano, | | merece mejor lugar; | | alzad. |
|
|
DON PEDRO | Vuestra
mano espero, | | y seréis el rey primero | | a quien la
llego a besar; | | mas la que beso, Señor, | | cuando por
rey no lo hiciera, | | por horadada pudiera, | | pues tuvo tanto
valor | | que fuera de ser nombradas | | hazañas por justa
ley, | | parecen bien en un rey | | manos, Señor, horadadas; | | que manos que no lo están | | siempre mercedes haciendo, | | no son de rey. |
|
|
REY | Yo
pretendo | | que del nombre que me dan | | en Castilla, eso se
entiende. | |
|
|
DON PEDRO | En eso imitan a Dios | | los reyes. |
|
|
REY | No
hay, cosa en vos | | que no me admire y suspenda; | | viéndoos
estoy espantado, | | oyéndoos hablar me admiro, | | y en
vuestra persona miro | | todo un romano senado; | | así
debió ser Tiberio, | | Oton y Severiano, | | Nerva, Antonino
y Trajano, | | dueños justos de su imperio; | | no pudistes,
Almirante, | | darme más gustoso día. | |
|
|
ALMIRANTE |
Pues de su alteza podía | | contar favor semejante | | la
Condesa, que le ha dado | | a su hija doña Toda. | |
|
|
REY |
Agüeros son que a mi boda | | el gusto han acrecentado. | |
|
|
DON PEDRO | Señor, mire vuestra alteza | | que tengo
la condición | | de diferente opinión; | | tráteme
con más llaneza | | que eso parece aprendido, | | bien me
podéis perdonar, | | de los que os suelen estar | | lisonjeando
al oído; | | y soy un hombre tan claro, | | que os hablo
desta manera, | | con humor para allá fuera, | | grosero
en fin. |
|
|
|
DON PEDRO | No soy hecho al uso yo, | | y Palacio ha
menester | | hombres de otro proceder, | | que a mi el cielo me
crió | | como todos son testigos, | | bronco, y más
en esta edad, | | amigo de la verdad. | | Que tiene pocos amigos; | | y es imposible acertar | | con estas faltas aquí. | |
|
|
REY |
¡Tan notable hombre no vi! | |
|
|
DON PEDRO | Mi casa es mi muladar; | | canto allí porque no tengo | | quien me contradiga en
nada; | | pero en casa que es posada | | de tantos, ni voy ni vengo, | | que todos quieren cantar; | | canten muy en hora buena, | | aunque
hay gallo que es sirena | | y no se debe escuchar. | |
|
|
ALMIRANTE |
Pues tan bien entretenido | | a vuestra alteza le dejo | | con
quien puede ser espejo | | de Castilla, si es servido, | | voy
entre tanto a saber | | su alteza en que estado está. | | (Vase.) |
|
|
REY | Id primero, pues sabeis ya | | lo que en todo se ha de hacer. | |
|
|
DON GARCÍA | . Yo voy con el Almirante, | | para volver
con la nueva | | confieso que amor me lleva, | | mas no voy ciego,
aunque amante, | | porque donde la elección | | votó
primero que el caso, | | como no ha de obrar acaso | | va con ojos
la razón. | | (Vase.) |
|
|
|
DON PEDRO | Parece, Alfonso,
que medro | | ya con lances de privado, | | que es lo que menos
procuro. | |
|
|
REY | No es sino honrar esas canas | | de las coronas
rumanas | | merecedoras. |
|
|
DON PEDRO | Yo
os, juro | | por la fe de hijodealgo, | | que si me hacéis
merced tanta, | | no vuelva a veros. |
|
|
REY | Ya
espanta | | tanta esquivez. |
|
|
DON PEDRO | Yo
no valgo | | para otra cosa, Señor, | | que para desengañaros | | con verdades, y cansaros | | con vejeces. |
|
|
REY | No
hay valor | | para pagar lo primero. | |
|
|
DON PEDRO | Pues eso
es lo que sé hacer. | |
|
|
REY | Y lo que yo he menester. | |
Acabad, sentaos, que quiero | | saber de vos más despacio. | |
|
|
DON PEDRO | Harélo, porque sería | | incurrir
en grosería, | | como dicen en Palacio. | | Y pues de mí
es vuestro intento | | saber, y nadie de mí | | podrá
hablar mejor aquí | | que yo mismo, estadme atento. | |
Yo soy de Nuño Rasura | | legitimo descendiente, | | que
fue en un tiempo en Castilla | | uno de sus dosJueces. | | Tuvo
mi apellido origen | | desde mi abuelo, a quien siempre | | Garci
Fernández, el conde, | | hizo notables mercedes, | | pues
teniéndolos cercados | | los moros de Benavente | | en una
puente de un río | | sin ir ni poder volverse, | | con otros
treinta cristianos | | dió tan valerosamente | | en ellos,
que algunos moros, | | con el temor de la muerte, | | saltaban
a su pesar | | al río desde la puente, | | y ayudándole
su Conde | | le animaba desta suerte. | | -Ánimo, Pedro
Rasura; | | no desmayes, rompe, hiere, | | que por tu ley y tu
Conde | | haces lo que al cielo debes. | | «Por mí hago,
por mí hago»; | | respondió al Conde tres veces; | | y apretando bien la espada | | y con la espada los dientes, | | dió de manera en los moros | | que puso fuera del puente | | al conde Garci Fernández, | | dándoles por donde
huyesen | | otro de plata más ancho, | | si así a
quien huye parece; | | quedósele desde entonces | | llamarle
en Castilla siempre | | por mí hago, y corrompióse | | después en los descendientes, | | quedando perdido el
por | | con Miago solamente; | | y en Búrgos, la casa antigua | | que deste tronco desciende, | | mi padre, Nuño Miago, | | los mismos pasos pretende | | seguir que su padre, y yo | | los
de entrambos juntamente; | | porque apenas bien mis años | | cumplido los diez y siete, | | cuando vió sangre esta
espada | | de los moros cordobeses; | | maté en campal desafío | | al alcaide de los Velez | | entre Granada y Sevilla; | | di libertad
a dos Jeques | | melionenses de nación, | | que ellos llaman
matasiete, | | y no han gobernado alfanjes | | tan valientes melioneses; | | págáronme los rescates | | con más balajes
que vierten | | perlas los ojos del alba, | | cuando en el Sur
amanece; | | en la vega de Jaén, | | a pesar de sus valientes | | moros, dejé tremolando | | una banderola verde, | | cuatro
veces aguardando | | que alguno al campo saliese | | a castigar
la osadía | | de sus Tarfes y Gomeles; | | hizo treguas
vuestro padre | | Fernando, el rey, que Dios tiene, | | y retireme
a la corte, | | que era Burgos al presente | | la ociosidad y los
años, | | ella mucha y ellos verdes, | | padres de amor,
me inclinaron | | a que una dama sirviese | | de la reina vuestra
madre, | | que Dios haya para siempre, | | que me obligó
que a la edad | | lo que era debido diese; | | di libreas a mis
pajes | | de sus colores, y alegres | | galas a mis esperanzas, | | casando lo negro y verde; | | hice cifras de su nombre, | | motes
escribí y papeles, | | músicas le di y al aire | | suspiros y martinetes; | | desempedraba a carreras | | el terrero,
solo siempre, | | loco, a caballo y amante, | | que el que ama
cuerdo, no quiere; | | lloré, adoré, porfié, | | vencí al fin, que las mujeres | | más hacen por
la porfía | | que por amor muchas veces; | | diole licencia
sus padres, | | Fernando, para poderse | | desposar conmigo, en
tiempo | | que él en persona pretende | | ganar a Valladolid, | | y yo de Burgos ausente, | | apercibiendo mis bodas | | volví
a Burgos, y caseme, | | porque jamás en mi vida | | mano
a rey besar pudiese; | | contar, Alfonso, las galas, | | los saraos,
los banquetes | | que se hicieron en mis bodas, | | Es cansar,
y son vejeces; | | tuvo el conde Peranzures | | con el Rey tan
buena suerte, | | que a Valladolid le dió | | ganada a sus
pies en breve; | | deste lugar la hermosura | | me obliga a que
Burgos deje, | | y que por Valladolid | | el antiguo solar trueque; | | compré tierras, labré casas, | | que con justa
causa pueden | | competir con el palacio | | que en ella gozan
sus reyes | | enviudé de doña Blanca, | | quedando
de nueve meses | | toda, en los brazos del ama; | | sentí
en el alma su muerte, | | y aunque no era viejo entonces, | | no
determiné el volverme | | a casar, porque el casar | | no
es cosa para dos veces. | | Traté en público y
secreto | | mi persona noblemente, | | no siendo esclavo jamás | | de dinero que tuviese. | | Adelanté mis criados, | | siempre
haciéndoles mercedes; | | doy limosna cada día; | | favorezco a mis parientes, | | hago bien a mis amigos, | | el
bien que hice hallé siempre. | | No pretendo, hablo verdad | | no mormuro, y finalmente, | | voy previniendo la vida | | para
el día de la muerte. | | Esta es la causa, Señor, | | que me aparta de los reyes, | | porque busco la quietud, | | ya
que ninguno la tiene. | | Esto he sido y esto soy, | | Y esto he
de ser, si viviere, | | siendo el primero en el mundo | | que con
su estado esté alegre. | |
|
|
REY | Los que más poder
tenemos, | | ese estado no alcanzamos. | |
|
|
|
Sale DON GARCÍA.
|
|
|
DON PEDRO | Bien veis que no son extremos, | | con esto que
habéis oído | | lo que he dicho y lo que hago. | |
|
|
REY | Sólo don Pedro Miago | | a la fortuna ha entendido. | |
|
|
DON PEDRO | Es ciencia, que a la verdad | | sólo mi
experiencia enseño. | |
|
|
REY | ¡Ay, hermosa Zaida! dueño | | de toda mi voluntad. | |
|
|
|
(Vanse.)
|
|
Sale BEBRUECO,vestido
de moro, gracioso.
|
BERRUECO | Linda invención
maginé | | para entrar en el bateo, | | porque ver cosa
deseo | | que pocas veces se ve | | haréme de los parientes | | que con la Reina han venido, | | con ellos entremetido, | | poco
hablando y entre dientes, | | que parezca algarabía; | | si alguno me conociese, | | que a lo que al rostro se ofrece, | | parece de Berbería; | | las sábanas de la cama | | y el bonete de mi tío | | con que duerme cuando hay
frío, | | y aqueste como se llama | | ciega yernos u almaizar, | | frazada, o que es quisicosa, | | que a mi figura espantosa | | Le sirve de capellar | | Esta adarga y esta 1anza | | que en cas
de mi amo he cogido, | | que de molde me ha venido | | para lograr
mi esperanza. | | ¡Si ansí me viera Teresa, | | qué
de melindres haría! | | Yo es malo ser moro un día | | si es novicio y no profesa; | | no me conocerá ansí | | el padre que me parió, | | y estoy por decir que yo | | otro moro viene aquí. | |
|
|
|
Sale UN MORO.
|
|
BERRUECO | Y
ahora, | | ¿cómo le he de responder? | | Animo, ¿qué
se ha de hacer? | | Apenas, moro, habrá un hora | | que
soy moro, y ansí sé | | poco de la algarabía; | | yo habré aprendido otro día | | con que responder
podré. | |
|
|
MORO | No eres moro, eres cristiano. | |
|
|
BERRUECO |
Moro Azi, cristiano soy, | | que en cristiano engerto estoy | | y soy moro regoldano; | | perdóneme Dios si peco. | |
|
|
|
|
|
|
MORO | Ese no es nombre de moro | | andaluz. |
|
|
|
|
BERRUECO | Don
Pedro Miago | | es amo mío, y adoro | | a la hermosísima
mora | | Teresa Gil. |
|
|
|
|
MORO | No
voy ahora, | | ni estoy de ese parecer. | | A entretenerme contigo, | | que a Galvan mi dueño sigo | | cuya yegua he de tener, | | y ya empiezan a apearse, | | ansí lo dice el rumor | |
en la mezquita mayor | | adonde ha de bautizarse | | Zaida, y desposarse
el Rey. | |
|
|
BERRUECO | Hasta hoy no supe que había | | lacayos
de algarabía. | | ¿Hay Galicia en vuestra ley? | |
|
|
|
BERRUECO | Que
vayas, digo, | | donde aguardándote está | | tu amo. |
|
|
|
BERRUECO | Mahoma vaya contigo; | | de la primer aventura | | que
he salido bien sospecho; | | moro soy hombre de hecho, | | no hay
ánimo sin ventura; | | la música suena ya, | | ir
a entremeterme quiero; | | temiendo voy al perrero, | | dél
quiera librarme Alá. | | (Vase.) |
|
|
|
Salen de moros y cristianos toda la compañía;
LA REINA, de mora, llevándola de la mano EL ALMIRANTE,
EL REY a LA CONDESA, todas LAS DAMAS. Éntranse los
cristianos por una parte, que es la iglesia, y los moros
se quedan a la puerta, de rodillas.
|
GALVAN | No nos
permite pasar | | de aquí nuestra ley. | |
|
|
REY | Con vuestros
ritos. Cumplid |
|
|
GALVAN | ¡Oh
Cid, | | Alfonso, en tierra y en mar | | inmortal tu fama viva, | | y de Zaida te dé el cielo | | hijos para honrar el suelo | | español, de cuya altiva | | fortuna llegue a envidiar | | todo cuanto el orbe encierra, | | siendo Martes en la tierra, | | y Neptunos en el mar. | |
|
|
|
ZORAIDE |
A
tí Lela, | | bella reina de Castilla, | | y del mundo maravilla, | | la fama que siempre vuela, | | privilegie, y larga edad | | goces,
Alfonso. |
|
|
REY | Alá
os guarde, | | y en alumbraros no tarde | | con el sol de la verdad, | | que hoy me nace el sol a mí | | y yo comienzo a nacer. | | (Vase.) |
|
|
ZORAIDE | Y a ti, divina mujer, | | hija de Alá, que de
tí | | forma el cielo tu hermosura, | | como a mi Mahoma
adoro. | |
|
|
DOÑA TODA | No sé lo que dices, moro. | |
|
|
ZORAIDE | Basta el verte por ventura. | |
|
|
DOÑA TODA |
No hay cosa en el mundo, moro, | | que pueda dármela
a mí, | | de aquesto te satisfago, | | y no es mucha maravilla, | | si soy hija de Castilla | | y de don Pedro Miago. | | (Vase.) |
|
|
|
ZORAIDE | Muero por
esta inhumana, | | porque no he visto cristiana | | de tantas partes
jamás. | |
|
|
GALVAN | ¿A quién? ¿A mi? Aguarda, espera, | | que a nada me sé excusar. | |
|
|
ZORAIDE | Gazul, ¿con quién
está hablando | | Galvan? |
|
|
GAZUL | Si
no está soñando, | | sin seso debe de estar. | |
|
|
|
|
|
GALVAN | Si
haré, | | y tus pasos seguiré, | | y iré al
infierno contigo. | | Aguarda, moro arrogante, | | que tu soberbia
me abrasa | | el pecho. |
|
|
|
GAZUL | El
pasa | | con su locura adelante. | | ¿Qué le ha sucedido
ahora? | |
|
|
GALVAN | Ya que me llamaste, aguarda | | ¿Qué novedad
te acobarda | | de la noble sangre mora? | | Si la tienes, ¿no
te dan | | voces? ¿porqué te detienen | | las obligaciones? |
|
|
ABDELMON | (Dentro.) | ¿Vienen | | muchos contigo, Galvan? | |
|
|
GALVAN | Volveranse; aguarda, espera. | |
|
|
|
GAZUL | Zoraide,
sí; | | mas no se ve quién aquí. | |
|
|
|
GALVAN | Quisiera | | que no me hubieras seguido, | | que un moro arrogante y fiero, | | la mano en el corvo acero, | | de pardas pieles vestido, | | de
color de los que nacen | | en la mayor Etiopia, | | y que de su
sangre propia | | inhumano manjar hacen, | | como a campal desafío | | me llamó; todos pudistes | | verle; decid, ¿no le vistes? | |
|
|
|
GALVAN | ¿No vistéis
cuando me habló, | | y cuando yo le seguí? | |
|
|
ZORAIDE |
No hemos visto más que a ti | | sola la voz se escuchó. | |
|
|
|
|
|
| Sale BERRUECO riñendo. |
BERRUECO |
Yo soy moro bien nacido, | | y los nobles no dejamos | | atreverse
a nuestro honor | | perrero ni sacristán. | |
|
|
GAZUL | Este
ese el moro, Galvan. | |
|
|
BERRUECO | Y porque de mi valor, | | hoy
se conozca el valor, | | a los dos, como están juntos | | con bodigos y difuntos, | | a campal batalla reto; | | rétoles
el pan y el vino. | |
|
|
GALVAN | Pues con adarga y con lanza | | ha
vuelto, él tiene esperanza | | de empresa. |
|
|
|
|
|
GALVAN | ¿Qué has de ser, moro arrogante? | | A
embrazar la adarga de ante, | | y a empuñarla lanza voy, | | y por Alá que he de hacerte | | hoy de mi valor capaz. | |
|
|
BERRUECO | Moros, moro soy de paz, | | tan medroso de la muerte, | | que me purgaré mil veces | | por no morirme una vez; | | con un perrero soez | | que me dio como unas nueces | | pan de
perro, por ser moro, | | y a un sacristán que le dió | | ayuda, las tengo yo, | | que yo no os pierdo el decoro, | | que
todos somos parientes | | y aquí estoy arrodillado. | |
|
|
GALVAN |
Por Alá que me he engañado. | |
|
|
|
Sale DON PEDRO
MIAGO.
|
DON PEDRO | ¿Qué es esto, moros
valientes? | | ¿Por qué de Galvan el eco | | escuché
aquí? |
|
|
BERRUECO | Si
me quieres | | bien, dame ayuda. |
|
|
|
BERRUECO | El moro Pedro Berrueco, | | porque me intentan
picar | | como a pollo en corral nuevo, | | estos moros. |
|
|
DON PEDRO |
No
me atrevo, | | ignorante, a asegurar | | que eres tú. ¿Quién
desta suerte | | te ha puesto? |
|
|
BERRUECO | Pensé
poder | | de moro la fiesta ver, | | pero no hay cosa en que acierte | | un desdichado, que sólo | | porque estando en un pilón | | la Reina, desde un rincón | | respondí dos veces
bolo, | | el sacristán y el perrero | | con el hisopo y
azote | | me hicieron salir al trote; | | a mi ley volverme quiero | | y confesarelo al cura: | | bien me podéis perdonar, | | que me voy a desnudar | | para hacer otra figura. | | (Vase.) |
|
|
DON PEDRO | ¡Notable ignorancia ha sido! | |
|
|
GALVAN | Engañonos,
entendiendo | | otra cosa. |
|
|
DON PEDRO | Yo
pretendo | | serviros, y ansí he venido | | a entreteneros,
en tanto | | que la velación se acaba, | | que ya con agua
quedaba | | Zaida de Espíritu Santo, | | trocando el Zaida
en María | | y como era justa ley, | | a sólo este
efecto el Rey | | valientes moros me envía. | |
|
|
GALVAN | Alfonso
nos honra, y tanto, | | como Alfonso tu persona, | | que con esto
su corona | | hasta los cielos levanto. | |
|
|
DON PEDRO | Serviros,
Galvan, pretendo, | | como vuestro amigo alcaide. | |
|
|
ZORAIDE | Cristiano,
yo soy Zoraide. | |
|
|
DON PEDRO | El valor que tenéis
veo, | | y holgaré que me mandéis. | |
|
|
ZORAIDE | Hoy
que se ofrece ocasión, | | quiero que en obligación | | me pongáis. |
|
|
DON PEDRO | Mandar
podéis, | | que no os entiendo hasta ahora. | |
|
|
ZORAIDE | Una
hija que os dió el cielo | | para milagro del suelo, | | por su Alá el alma la adoro; | | esta mañana
la vi | | en Palacio, y me dejó | | con el alma que me dió | | sin la vista que le di; | | que amor, que no sufre espacio | | tan presto empezó a rendirme. | |
|
|
DON PEDRO | Ya comienzan
a venirme | | pesadumbres por Palacio. | |
|
|
ZORAIDE | Copiosa es la
hacienda mia, | | bien saben los de mi ley | | que no hay moro,
sin ser rey, | | tan rico en Andalucía. | | De oro cubriré
su estrado, | | y en sus albas sin verterlas, | | verá el
cristiano más perlas | | que el Sur y el Norte han llorado. | | Por las esteras de juncos | | que solemos fabricar, | | alfombras
ha de pisar | | de topacios y carbuncos. | | Alcaide soy de Carmona | | y de los reyes pariente | | de Sevilla y descendiente. | |
|
|
DON PEDRO |
Vuestra gallarda persona, | | moro, os acredita tanto, | | que
no es menester decirlo; | | vuestro valor maravillo, | | que dar
puede honor y espanto | | a la andaluza nobleza | | mas pésame
no poder | | serviros, que la mujer | | que me pedís, no
hay empresa | | en toda Arabia que pueda | | casarla (aunque fuera
el Rey) | | con quien no tenga su ley | | y ella de su padre espera | | lo que hasta a despreciar | | al mismo rey de Sevilla | | y no
usamos en Castilla | | los caballeros casar | | nuestras hijas
con los moros, | | que aunque los reyes lo hagan, | | no importa,
porque no estragan | | a sus reales decoros | | ellos con cosa
ninguna; | | que a la alteza de los reyes | | aun no se atreven
las leyes | | del tiempo ni la fortuna. | | Y para Toda, en Castilla | | Más precio un noble cristiano | | que de Zaida el mismo
hermano, | | que es príncipe de Sevilla. | |
|
|
ZORAIDE | Por
Alá, que esa respuesta, | | cristiano, que merecía... | |
|
|
DON PEDRO | Ninguno tenga osadía | | con la lengua
descompuesta, | | Abarbes, ni con la espada, | | que, vive Dios,
que si empuño, | | la espada que fue de Nuño | |
Miago, en sangre bañada | | quizá de vuestros
abuelos, | | que no me quede, advertid, | | un moro en Valladolid. | |
|
|
|
ZORAIDE | ¡Cielos! | | ¿Un cristiano ha a de tener, | | y viejo, tanta osadía? | |
|
|
GALVAN | Tente, Zoraide: desvía, | | cristiano. |
|
|
DON PEDRO |
El
Rev viene a ser | | la tregua desta pendencia, | | y el freno de
mi valor. | |
|
|
|
Sale EL REY.
|
|
|
REY | ¿A mi vista, en mi presencia, | | desnudos
tantos aceros? | | ¿A qué efeto se sacaron? | |
|
|
DON PEDRO |
Sus espadas me enseñaron | | estos moros caballeros, | | y son notables. |
|
|
REY | Tomad | | de la mano a la Condesa. | |
|
|
|
Sale el mismo ACOMPAÑAMIENTO
que entró.
|
DON PEDRO | Ser su escudero
profesa | | mi sangre y mi voluntad. | |
|
|
CONDESA | Yo estimo en mucho
el favor. | |
|
|
REY | Venid hermosa María, | | Luz del sol y
luz del día. | |
|
|
MARÍA | Soy vuestra esclava, Señor. | |
|
|
REY | Vos sois de mi pensamiento | | señora, y el dueño
mio. | |
|
|
MARÍA | Ansí, Alfonso, lo confío. | |
|
|
|
|
(Vanse los moros
por un palenque, y los cristianos por otro.)
|