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Salen ALEJANDRO y GUARDAINFANTE.

 
ALEJANDRO
¿Guardainfante?
GUARDAINFANTE
Señor mío.
ALEJANDRO
¿Quereisme bien?
GUARDAINFANTE
¿Yo?
ALEJANDRO
Sí.
GUARDAINFANTE
No.
ALEJANDRO
¿Por qué? di.
GUARDAINFANTE
¿Pues qué criado
quiso bien a su señor?
ALEJANDRO
¿Podré fiarte un secreto?
GUARDAINFANTE
Un secreto no es ración
adelantada; bien puedes.
ALEJANDRO
Sabe que resuelto estoy
de robar a Julia.
GUARDAINFANTE
¿Cuándo?
ALEJANDRO
Esta noche habrá ocasión.
GUARDAINFANTE
Si la robas te harás hombre,
que es espadilla de amor.
ALEJANDRO
¿Me ayudarás?
GUARDAINFANTE
Tu criado
de ayuda seré desde hoy.
ALEJANDRO
Tú eres bueno para todo,
y te quiere mi afición
como a hijo.
GUARDAINFANTE

 (Ap.) 

¡Los arrumacos
que hace al criado el señor
cuando necesita dél!
Pero no me burlo yo
con un amo potro nuevo;
¡criados! ojo avizor,
que esta noche dan las ancas
y mañana tiran coz.
ALEJANDRO
Si tú no fueras gallina...
GUARDAINFANTE
¡Qué gentil disparatón!
para un buen cristiano viejo
no hay comodidad mejor.
¿Qué tenemos con que riña
un hombre como un Sansón,
si no le darán por eso
la hija de un aguador?
Ver un valiente, no hablando
palabra de sol a sol
que no sea: «Dile un choque;»
«gendile como un peón;»
«diéronme esta cuchillada;»
«hurguele, hermano de Dios,
porque no se le pegase
la cazuela del arroz;»
«prendiome ayer un ministro,
Soltáronme por favor;»
«¡qué resistencia hice anoche!»
«¡qué bofetada di hoy!»
¿no es mejor, decir, hui?
Cascáronme un bofetón,
y doliome luego, luego,
Mas luego no me dolió;
tiráronme un candelero,
mas quiso Dios que me erró;
y no que a todo valiente
de los de verde pendón,
los trae el diablo a la sombra
y los pone Dios al sol.
ALEJANDRO
Volviendo al caso, ya sabes
que con piedad y valor
di anoche la vida al padre
de Julia.
GUARDAINFANTE
Harto me pesó.
ALEJANDRO
Y que después la pedí
por premio...
GUARDAINFANTE
Ya lo sé yo,
que a tu Julia le pediste,
y sé, que te la negó:
pero el viejo ya creía
que era tu esposa, y por Dios
que hiciste mal en pedirla.
ALEJANDRO
Digo que tienes razón;
mas tú, Guardainfante amigo
has de dar, si hay ocasión,
este papel a mi Julia.

 (Dale un papel.) 

GUARDAINFANTE
Sí haré; mas dudando estoy,
¿cómo he de poder entrar
a darle, que es un Nerón
el padre Antonio, y el primo
Andrés Capelete dos?
ALEJANDRO
Eso tú lo has de saber.
GUARDAINFANTE
Pensarlo quiero por Dios.
que en estas materias suelo
discurrir como un Catón.
Mira, a las diez de la noche,
que es hora en que vacía amor,
suele salir Esperanza
a buscar su posesión,
y podré darle el papel.
ALEJANDRO
Es tarde.
GUARDAINFANTE
¿Por qué razón?
ALEJANDRO
Porque en un coche de posta
a esa hora pienso estar yo
más de diez leguas de aquí.
GUARDAINFANTE
Y dime, ¿será mejor
atarle con una piedra
y tirarle a un corredor
que caiga al cuarto de Julia?
ALEJANDRO
No es esa buena invención;
porque puede algún criado
dar con él.
GUARDAINFANTE
Es que ando yo
procurando que no den
conmigo ¡válgame Dios!
¿Si haré una seña? esto es malo,
que se vendrán a la voz,
y me darán sin hallar.
Topelo.
ALEJANDRO
Di.
GUARDAINFANTE
A este rincón
de la iglesia de San Carlos,
¿no ves un grande montón
de tejas?
ALEJANDRO
Pues di, ¿qué tratas?
GUARDAINFANTE
Pienso tomar una o dos,
y pues me fingí albañil
y me dijeron que hoy
volviese a trastejar, quiero
volver con esta ocasión,
y desta teja decir
que un millar compré, y que yo
vengo a saber si las tejas
son buenas o malas son.
Y sobre las tejas quiero
fabricar esta invención,
que de las tejas arriba
te he de servir, vive Dios.
ALEJANDRO
El arbitrio es como tuyo.
GUARDAINFANTE
A aquel albañil peón,
que es guardateja, le quiero
dar aqueste real de a dos
por un par.
ALEJANDRO
Pues por mi cuenta
puedes poner un doblón.
GUARDAINFANTE
Si no puedo decir saca,
¿qué importa que digas pon?

 (Vase) 

ALEJANDRO
Noche, enemiga del día,
negra hija de la traición,
tú que borras con las sombras
rayos que el sol escribió,
pues de cómplice te precias
en los delitos de amor,
ayuda a tu delincuente;
llegue con curso veloz
tu sombra a ser dicha mía
por mejorar mi dolor,
que mis dichas son tan breves
que no más que sombras son.
Baja presto, y yo te ofrezco
por premio deste favor
quitarte la S y clavo
con que mi Julia te erró.
Yo te daré libertad
si me haces tu dueño hoy,
que de Julia eres esclava
si eres esclava del sol.
 

(Sale GUARDAINFANTE con dos tejas.)

 
GUARDAINFANTE
¿Qué te parecen las tejas,
Alejandro?
ALEJANDRO
Buenas son.
GUARDAINFANTE
Ea, pues, entro con ellas.
ALEJANDRO
Oyes, a la iglesia voy
a esperarte.
GUARDAINFANTE
No hagas tal,
Alejandro.
ALEJANDRO
¿Por qué no?
GUARDAINFANTE
Porque Antonio Capelete
tiene tribuna y balcón
desde su casa a la iglesia,
y escaleras, que es patrón
de aqueste templo, y ser puede
que salga a hacer oración
porque te lleven los diablos
o porque te lleve Dios.
ALEJANDRO
Pues en esta esquina espero.
GUARDAINFANTE
Dame el papel.
ALEJANDRO
Tómalo.
GUARDAINFANTE
¿Bastará darlo a Esperanza,
o a Elena, que se quedó
con ella en su casa anoche?
ALEJANDRO A
cualquiera de las dos
le darás.
GUARDAINFANTE
¿Si su marido
el conde lo sabe?
ALEJANDRO
No,
a entrambas quiero llevarme.
GUARDAINFANTE
¿Di por qué?
ALEJANDRO
Tengo temor
que se venguen en Elena
si la dejo.
GUARDAINFANTE
Pues adiós,
que voy a dar tu papel.
ALEJANDRO
Aquí esperándote estoy.
GUARDAINFANTE
Aquí voy a trastejar,
mas temo...
ALEJANDRO
Baja la voz.

 (Vase.) 

GUARDAINFANTE
Que si este viejo me ve
será mi trastejador
y los dos me han de poner
donde me ponen los dos.
Ahora manos a la obra,
pero pies será mejor
para trastejar. Ya entré
al zaguán, ¡válgame Dios!
¡Qué de valientes hubiera
si no se usara el temor!
por una muy mala parte
trasudando ahora voy,
mas las cosas de mi amo
las he de hacer con calor.

 (Entra por una puerta y sale por otra.) 

Éntrome a este cuarto bajo,
antesala y su farol
para manchar cuantos pasan;
lleno miro aquel rincón
de repulgos de empanada
y cabos de vela ¡oh!
Huyamos, aquí fue dueña.
 

(Sale ELENA al patio.)

 
ELENA
¿Guardainfante?
GUARDAINFANTE
¿Quién pidió
Guardainfante? Alguna niña
enseñan a hablar, que hoy
antes que el mamá y el taita
es el Guardainfante, voy.
ELENA
¡Ha, Guardainfante!
GUARDAINFANTE
¿Quién llama?
ELENA
Elena.
GUARDAINFANTE
Llego a tu voz;
Toma este papel y voime.
 

(Dale el papel a ELENA.)

 
ELENA
¿De quién es?
GUARDAINFANTE
De mi señor.
ELENA
Déjame leerle antes.
GUARDAINFANTE
¿Lees bien, Elena?
ELENA
Yo no.
GUARDAINFANTE
Pues si tú no lees bien,
yo ando bien, gracias a Dios.
ELENA
¿Es para mí?
GUARDAINFANTE
Él lo dirá.
ELENA
Aguarda.
GUARDAINFANTE
Aguardando estoy;
léele aprisa.
ELENA
Sí haré.
no hay de qué tengas temor,
porque Antonio no está en casa.
GUARDAINFANTE
¿Qué importa si yo lo estoy?
ELENA

 (Lee.)  

«Luego que hayas anochecido, saldrás a la puerta principal de la Iglesia de San Carlos, donde espero; trae contigo a tu amiga; y dado que lo rehúse, puedes venir sola, sin prevención alguna, que yo tengo dos postas y lo necesario para nuestra huida. Dios te guarde.»

Para mí es este papel,
que como Alejandro vio
el riesgo en que está mi vida,
con fineza y con amor,
sabiendo que estoy aquí,
me ha avisado su intención;
a Julia leeré el papel;
dice que vamos las dos
donde ordena; como Julia
quiera salir.
GUARDAINFANTE
Yo me voy.
ELENA
¡Ha, Guardainfante!
GUARDAINFANTE
¿Qué dices?
ELENA
El padre de Julia entró.
GUARDAINFANTE
No importa, tejas y a él.
ELENA
Voime.

 (Vase.) 

GUARDAINFANTE
Vete; esto es peor,
que el conde Paris con él
ha entrado: en gran riesgo estoy,
porque me conoce el Conde;
ya ha salido mi invención
a teja vana; yo me entro
con un miedo como yo
debajo deste bufete;
ahora yo me zampo, choz.
 

(Éntrase debajo de un bufete que estará en el tablado, con sobremesa que le cubra todo.)

 
 

(Salen EL CONDE y ANTONIO.)

 
CONDE
En fin, ¿la venís a hablar?
ANTONIO
Con esa resolución.
CONDE
Alejandro llevó a Elena
anoche, y pues la llevó,
no ha de volver a mi casa.
ANTONIO
Y con mejor ocasión
la podéis dejar.
CONDE
Sí, amigo.
ANTONIO
Idos a esperarme.
CONDE
Voy
a este zaguán.

 (Vase.) 

ANTONIO
Vive el cielo
que se ha de casar con vos.
GUARDAINFANTE

 (Ap.  

Mi vida está en una cosa,
en sólo que me dé tos.)
ANTONIO
¡Ha, Julia!
GUARDAINFANTE
Desde aquí oiré
con comodidad mejor.
 

(Sale JULIA.)

 
JULIA
¿Quién llama? tú eres, Señor.
ANTONIO
Sí, Julia, yo te llamé.
Cerrar esta puerta quiero.
JULIA
¿Mi padre qué me querrá?
ANTONIO

 (Ap.) 

Mi resolución verá.
JULIA

 (Ap.) 

¿Qué me acobardo?
ANTONIO

 (Ap.) 

¿Qué espero?
JULIA

 (Ap.) 

Hoy mis penas morirán.
ANTONIO
Julia, ¿sois mi hija vos?
Responded.
GUARDAINFANTE

 (Ap.) 

Su madre y Dios
solamente lo sabrán.
JULIA
Señor sí.  (Ap.  Mucho me llevo
de un temor y de un cuidado.)
ANTONIO
¿Debeisme el ser que os he dado?
JULIA
Y el amor también os debo.
ANTONIO
Pues, Julia, si esto es así.
JULIA
Decidme lo que queréis.
ANTONIO
¿Obedecer no debéis
cuando yo os mandare?
JULIA
Sí.
ANTONIO

 (Ap.) 

¡Que un padre llegue a temer
a su hija!
JULIA
¿Qué decís?
ANTONIO
Que con el conde Paris
os caséis.
JULIA
No puede ser.
ANTONIO
¿La obediencia dónde está
de vuestro pecho amoroso?
JULIA
El Conde es de Elena esposo.
ANTONIO
El Conde no lo será.
JULIA
Si es porque a Elena aborrece,
toma ejemplo en ese error.
ANTONIO
Es muy discreto.
JULIA
Señor,
a mí no me lo parece.
ANTONIO
¿Es galán?
JULIA
No le he mirado.
ANTONIO
Es valiente y no cruel.
JULIA
¿Qué me importa a mí si él
no ha de reñir a mi lado?
ANTONIO
Es de nuestra sangre el Conde,
JULIA
Menos por eso me aplaco.
GUARDAINFANTE

 (Ap.) 

¡Oh hija de aquel bellaco,
qué lindamente responde!
ANTONIO
¿No hay remedio?
JULIA
¿No lo ves?
ANTONIO
Pues otro medio tomad:
o con el Conde os casad
o con vuestro primo Andrés.
JULIA
Doy que por padre o por viejo
dueño busque tu afición,
a mí toca la elección,
a ti no más del consejo.
Justo es que casarme intentes,
soy tu hija, tiénesme amor;
persuádeme, Señor,
mas no es bien que me violentes,
y dale otro plazo ahora
a tu intención no entendida,
que lo que es para una vida
no se elige en sola una hora.
ANTONIO
Menos ahora me empeño
De cuanto he llegado a oír,
que vos podáis elegir
Estado, pero no dueño.
Vuestro esposo ha de ser uno
de los dos, si, vive Dios;
y así elegid de los dos
a cual queréis.
JULIA
A ninguno.
ANTONIO
Ya os entiendo yo.
JULIA
¡Ay de mí!
ANTONIO
Mas yo lo remediaré;
¿anoche no os escuché
que a Alejandro amabais?
JULIA
Sí;
Mas fue por ver si podía
templar tu temeridad.
ANTONIO
Ea, decid la verdad,
vuestra sangre es sangre mía,
ya yo sé lo que es amor,
experiencias tengo y años,
logro ya los desengaños,
¿quereisle bien?
JULIA
No, Señor.

 (Ap. 

Si hablo, mi muerte recelo.
Bien de su enojo se infiere,
callaré.)
ANTONIO

 (Ap. 

Si ella le quiere
ha de morir, vive el cielo.)
a casarte con él salgo
si le llegas a querer.
JULIA
Señor (por no parecer
que no te obedezco en algo)
ya uno eligió mi deseo,
pues lo mandas.
ANTONIO
Di, ¿cuál es?
¿El conde Paris o Andrés?
JULIA
Es Alejandro Romeo.
ANTONIO
Traidora, infame, ¿qué es esto?
A
Alejandro tú, ¿por qué?
JULIA
Perdona, que yo pensé
que me le habías propuesto.
ANTONIO
Hija inobediente, advierte,
que si en mi cuerda elección
no tomas resolución
te tengo de dar la muerte.
JULIA
¿Que, en fin, tan airado aquí
¡oh padre! te vengo a hallar,
que la muerte me has de dar
si no te obedezco?
ANTONIO
Sí.
JULIA
¿Que, en fin, violentarme quieres?
ANTONIO
Que me obedezcas te advierto.
JULIA
¿Tengo de morir?
ANTONIO
Es cierto.
JULIA
¿No hay remedio?
ANTONIO
No le esperes.
JULIA
Pues al que elige el deseo,
si el Conde ha de ser o Andrés...
ANTONIO
Acaba, dime cuál es.
JULIA
Es Alejandro Romeo.
ANTONIO
Cómplice la más atroz,
¿cómo a tu labio despeñas?
JULIA
¿Si no entendiste las señas,
qué culpa tiene la voz?
ANTONIO
Puesto que de mi consejo
y mi obediencia te alejes,
porque de mí no te quejes
segunda elección te dejo.
Y así ahora...
JULIA
¡Estoy mortal!
ANTONIO
A que elijas te condeno,
o a tu labio este veneno,
o a tu pecho este puñal.
 

(Saca un vaso con una bebida, y pónele sobre el bufete.)

 
JULIA
Cruel estás.
ANTONIO
Estoy airado;
que elijas el uno espero.
JULIA
Yo, ni veneno ni acero.
GUARDAINFANTE

 (Ap.) 

Diga eso, y pierdo doblado.
ANTONIO
Llegue el tósigo a tu labio
que mi crueldad inventó,
pues estoy bebiendo yo
el veneno de mi agravio.
JULIA
Si eres quien se ha de vengar,
la muerte empieza a elegir,
que yo no quiero morir
aunque me quieras matar.
ANTONIO
Pues vive el cielo, traidora,
que pues en balde porfío,
ya con iras, ya con ruegos,
con amenazas y avisos;
pues son de mi deshonor
tus acciones mis indicios,
pues a un Montesco cobarde
a mi honor has preferido,
que has de morir o al veneno
o al acero; yo fui mismo
quien para matarte tuvo
el veneno prevenido.
En el manjar intentaba
disimularle, y hoy miro
que a un agravio descubierto
sobra un veneno fingido.
Estrénate en ese acero,
traidora.
JULIA
Detén los filos
de tu acero y de tu enojo
¡oh indignado padre mío!
Y debate una atención
quien no te debe un alivio.
Señor, si el cielo me deja
obrar con el albedrío,
imita a Dios, y no quieras
hacer lo que Dios no hizo.
La nube arbitria en los vientos,
y el aire diáfano y limpio
se mancha con sombras negras,
flor hay que cierra el capillo
a la noche y a la aurora
sale a lograr el rocío;
hurón de plata el cristal
roza la peña a su arbitrio,
y aunque por frágil arena
brotará al prado florido,
eligieron sus audiencias
la dificultad del risco.
El ave manda en el viento
y aunque él se oponga atrevido,
o le vence con las alas,
o te corta con el pico.
Fiera elige de su especie
la otra fiera; blanco armiño,
Símbolo de la pureza,
o no vive o vive limpio;
la palma cuaja en el prado,
gigante vegetativo,
a la vista del consorte
el embrión amarillo.
ANTONIO
Julia, de tu atrevimiento
tan airado estoy, que hoy libro
en tu muerte mi venganza;
ya tu deshonor he visto
en las señas de tus ojos,
de tu queja en los indicios.
Tú de un cobarde Montesco
el amor has preferido
a una fama y a un honor
que dura igual con los siglos,
y pues ya ninguno puede
de los que te han pedido
ser tu dueño, que no es bien,
cuando sin honor te miro,
poner mi fama en un riesgo,
y tu vida en un peligro;
y así hoy te libro de aquel,
pero deste no te libro.
Deste acero a este veneno
no dispensa mi castigo,
padre soy, juez quiero ser,
tú confiesas tu delito:
padre, yo te perdonara,
como juez, no lo permito;
y así...

 (Dale el veneno.) 

JULIA
Ya tienes remedio.
ANTONIO
¿Qué remedio has elegido?
JULIA
Si es delito que yo quiera
a Alejandro, a quien estimo,
dame por esposo y dueño
a Alejandro, a quien te pido,
y el delito de quererle
no viene a quedar delito.
ANTONIO
Y aun porque lo quieres tú,
te quiero dar el castigo.
JULIA
Siendo mi esposo, no corre
tu fama y honor peligro.
ANTONIO
Bien dices, si yo olvidara
mi odio con tu cariño.
La culpa de tu elección
castigaré.
JULIA
Padre mío,
¿los astros no influyen todos?
ANTONIO
Todos influyen precisos.
JULIA
¿Pues qué culpa tengo yo
de lo que un astro ha influido?
ANTONIO
Mi honra es antes que una estrella.
JULIA
Remedio hay en el peligro,
yo soy mía.
ANTONIO
Dices bien,
pero tu honor sólo es mío.
JULIA
Albedrío para amar
me ha dado el cielo benigno.
ANTONIO
Y para darte la muerte
también me ha dado albedrío.
JULIA
Pues, Señor, si estas palabras
que por los ojos destilo,
si estas lágrimas cuajadas
que pronunciar solicito,
no bastaren a embotar
de ira y pasión tus dos filos,
muera yo, pues tú lo quieres,
no al filo de tu cuchillo,
de sangre por las heridas
de mi amor corriente Nilo,
muera yo deste veneno
dilatado en parasismos:
un hondo desmayo aliente,
desmaye un aliento mismo.
Tu cuchillo no se diga
que me mató, que hoy miro
por ti, porque no se cuente
que hubo padre tan impío
que quiso matar su hija
solamente porque quiso.
Y ahora de mi obediencia
y de tu crueldad testigo,
será el cielo, luna hermosa,
ejemplo de cielo mismo.
Llena estuvo mi fortuna,
hoy menguará, ya le imito
astro, que amor me influiste,
mi rey eres, ya te sirvo
y pues ni vale mi ruego
ni mi razón ha valido,
y con lágrimas que arrojo
con quejas que desperdicio,
ni te muevo como a anciano
ni como a padre te obligo;
por dejar a las edades
un ejemplo, quede escrito
en los mármoles y bronces,
hojas del futuro siglo,
que Julia por Alejandro
muere así.

 (Bébese la bebida.) 

ANTONIO
Tente ¿has bebido
el veneno?
JULIA
Por mis venas
discurre mortal y frío.
ANTONIO
¿Todo el tósigo bebiste?
JULIA
Todo el tósigo he bebido.
ANTONIO
Quise amenazarte sólo,
y mi desdicha no quiso...
JULIA
¿Luego no ha sido tu intento
matarme?
ANTONIO
El intento mío
fue amenazarte no más,
hija.
JULIA
Tarde arrepentidos
han llegado tus acentos
a la región de mi oído,
¡padre!
ANTONIO
¡Qué dolor!
JULIA
¡Qué pena!
ANTONIO
Habla, hija.
JULIA
En balde porfío
a pronunciar mi dolor,
si no es que hablen mis suspiros.
Alejandro, esposo, Julia,
el Conde, Andrés, mi enemigo,
mi padre, Elena, mi amor;
Alejandro...
ANTONIO
¡Ay dolor mío!
JULIA
Veneno, puñal, acero,
venganza, fuerza, delito,
dolor, crueldad, rabia, engaño,
corazón, muerte, martirio.

 (Cae en el suelo.) 

ANTONIO
¿Para qué, piadosos cielos,
si nunca os hallo propicios,
lograr pretendéis airados
el nombre de compasivos?
Para ahora se hizo el llanto,
pues a un mismo tiempo miro
a mi hermosa Julia muerta
y mi noble honor perdido.
Quise darla aquel veneno
y a arrepentirme porfío;
amenácela con él,
y ella se tomó el castigo.
Pero si es tan grande el mal
que no tiene el mal alivio,
algún remedio se busque.
¿Ha, conde Paris?
 

(Sale EL CONDE.)

 
CONDE
Amigo.
ANTONIO
Cerrad la puerta.
CONDE
Ya cierro.
a mis ojos martirizo
viendo desmayado el sol.
ANTONIO
¡Oh, pluguiera al cielo impío,
que fuera desmayo!
CONDE
Antonio,
¿qué me decís?
ANTONIO
Lo que os digo
es, que a Julia di la muerte
por vos.
CONDE
Acabad, decidlo.
ANTONIO
Un veneno...
CONDE
¡Qué dolor!
ANTONIO
En su pecho...
CONDE
¡Padre impío!
ANTONIO
Violento... pero no es tiempo
de morir a los delirios
de mi voz, sólo por vos
le dí la muerte atrevido.
Y así por esta tribuna,
que me ayudéis solicito
a bajarla hasta la iglesia,
y con sus mismos vestidos
que no se amortaja el sol
cuando muere en los abismos,
sin que ninguno lo sepa,
puesto que ya ha sucedido,
en una bóveda mía
darla sepultura elijo.
CONDE
¿Pues qué inconveniente hay
para ese intento?
ANTONIO
Colijo
que si Alejandro Romeo
viene a saber que yo he sido
quien le dio la muerte airada,
intente con sus amigos,
por ser más que son los nuestros,
como airado y como fino,
vengar de Julia la muerte.
CONDE
¡Qué de yerros han nacido
de un error!
ANTONIO
Quiérelo el cielo.
CONDE
Vuestra ignorancia lo quiso.
ANTONIO
Quise que con vos casase.
CONDE
¿No hallasteis otro camino
para ello?
ANTONIO
Luego os diré
el suceso.
CONDE
¡Muerto vivo!
¡Ay mal lograda hermosura!
ANTONIO
Quede en tanto aquí escondido
que a abrir la bóveda bajo.
CONDE
Voy con vos.
ANTONIO
Abrid amigo,
¡no aplaque mi llanto el cielo!
CONDE
¡No me dé el dolor alivio!
 

(Vanse y llévanla desmayada y sale GUARDAINFANTE de bajo del bufete.)

 
GUARDAINFANTE
El que inventó sobremesa
fue hombre próvido y, limpio,
¡ay! también pienso que el viejo
la ha hecho cerrada conmigo;
mas la llave está en la puerta,
ahora yo me determino
a suplicarla se deje
torcer del brazo un poquito.
La cerraja ha andado fácil,
abriome, y yo he presumido
que la untara con veneno
si el viejo la hubiera visto.
Ahora pongo pies en calle,
que es en polvorosa; digo,
que todo lo que no es
no querer bien, es mal vicio.
¿Adonde estará mi amo?
En esta esquina imagino
que me espera, yo le llamo.
Ah, Señor.
 

(Sale ALEJANDRO.)

 
ALEJANDRO
Seas bien venido,
¿diste el papel?
GUARDAINFANTE
Ya lo he dado
a Elena.
ALEJANDRO
¿Y Julia le ha visto?
GUARDAINFANTE
No, Señor.
ALEJANDRO
Dime, ¿por qué?
GUARDAINFANTE
Hay grandes cosas.
ALEJANDRO
¿Qué ha habido?
GUARDAINFANTE
Quísola el padre casar
con el Conde, ella no quiso;
propuso a Andrés, dijo pares,
pues pares a los dos hizo;
propúsote a ti; más viendo
que eran tres los elegidos,
dijo a esta pregunta, nones;
apretola el viejecillo,
diola otra vuelta, y como ella
tenía amor, y diz que es niño,
sufrir no pudo el tormento,
y confesó su delito.
Sentenciola el padre a muerte,
rogola con mil cariños,
ella dijo, tijeretas,
y él la respondió, cuchillos.
Enmedicose a esto el padre;
sangrarla primero quiso;
más diola una purga luego,
con que vino a hacer lo mismo.
Púsose para tomarla
antojos de haberte visto
con que se vino a quedar...
ALEJANDRO
¿Cómo?
GUARDAINFANTE
Como un pajarito.
ALEJANDRO
Mientes.
GUARDAINFANTE
No es mucho que mienta,
pues que también miente el vino,
que le venden por arrobas
y nos le dan por cuartillos.
ALEJANDRO
¿Pues cómo si Julia es muerta,
yo, que lo escucho, estoy vivo?
¿Cómo si ella les dio luz,
están estos astros fijos?
No puede ser; ven acá,
¿tú lo has visto?
GUARDAINFANTE
Yo lo he visto
por señas, que ahora la bajan
el padre y el Conde mismo,
vestida como murió,
ala bóveda, que ha sido
casa de aposento de
todos sus antecocidos.
ALEJANDRO
No es muerta.
GUARDAINFANTE
¿Por qué, Señor?
ALEJANDRO
Si a dos instrumentos miro,
que igualmente estén templados,
y diestra mano ha querido
tocar uno, suena luego
el otro que está distinto.
Si estrella hermosa de Venus
sale a dar rayos divinos,
la de Júpiter a un tiempo
luce con iguales visos;
que de las dos el amor
es tanto, tanto el cariño,
que a un mismo tiempo fallecen
y a un mismo tiempo han lucido.
Yo soy instrumento, que hoy
templado como al principio
me hallo; si aquel instrumento,
que está templado a mi arbitrio,
por las dos cuerdas que ajusta
del corazón el sonido
se destemplara, también
faltara el orden del mío.
Julia es estrella de Venus,
y si del alba al aviso
o apagara o escondiera
los rayos con que ha lucido,
yo, que de Júpiter soy
astro que su luz imito,
cedería mi luz constante;
¿murió? Pues ¿cómo respiro?
¿Destemplóse el instrumento?
¿Cómo éste suena preciso?
Luego, pues arde la estrella,
luce aquel astro divino.
¿Suena este instrumento? Luego
templado está el otro y fijo;
que ni ella vivir pudiera
si yo hubiera fallecido;
ni yo, si Julia muriera
durara un instante vivo.
GUARDAINFANTE
¿Pues qué es lo que hacer intentas?
ALEJANDRO
Escucha el más peregrino
intento, y que pensar pudo
el valor.
GUARDAINFANTE
Acaba, dilo.
ALEJANDRO
Pues yo a la iglesia he de entrar
a verla solo contigo,
y he de ver si muerta está.
GUARDAINFANTE
Primero me diste un pisto
con decir he de entrar solo,
y se me asentó él contigo
sobre la boca del miedo.
ALEJANDRO
Pues prueba.
GUARDAINFANTE
Ya estoy ahíto.
ALEJANDRO
Si tú me ayudas ahora,
verla esta noche imagino;
pero si muerta la hallare,
como león al bramido
dar la vida con mi voz
tiernamente solicito.
Siguiente: ¿en qué estás suspenso?
GUARDAINFANTE
Señor, si soy con los vivos
gallina, ¿qué haré con los muertos
si no más o ser lo mismo?
ALEJANDRO
Julia, a morir en tus brazos
tu Alejandro va rendido,
y tú has de ver con mi muerte
el más noble sacrificio.
GUARDAINFANTE
Señor, no veo bien de noche.
ALEJANDRO
Ven conmigo.
GUARDAINFANTE
Ya te sigo.
 

(Vanse.)

 
 

(Salen ANDRÉS y OTAVIO, criado.)

 
ANDRÉS
Dime Otavio...
OTAVIO
¿Señor?
ANDRÉS
¿No has entendido
que esté el coche de posta prevenido?
OTAVIO
¿A la puerta del templo y a estas horas?
ANDRÉS
Pues mi intención ignoras,
decirte quiero todo mi cuidado:
ya sabes tú que anoche hallé encerrado
a Alejandro con Julia en su aposento.
OTAVIO
Sé tu amor, sé también tu sentimiento
y sé lo que a tu dicha se promete:
sé que tu tío Antonio Capelete
tan mal a su palabra corresponde
que a Julia hermosa quiso dar el Conde
y habiéndotela dado a ti primero;
mas di, ¿qué intentas?
ANDRÉS
La venganza espero
más nueva, aun con razón escarmentado,
que el amor y el ardid han inventado.
Como te dije, a dar la queja llego
a Antonio Capelete, airado y ciego;
díjele que en su casa hallaba entrada
Alejandro; dijo él que una criada
le escondió sin que Julia lo supiera,
y que intentaba dar la muerte fiera
a Esperanza, sin que esto se supiese.
Dijo que yo conficionar hiciese
un veneno tan fuerte
que no le diese plazos a la muerte
para que esta criada muera luego;
su intento apruebo, y como amante ciego,
considerando lo que ser pudiera,
comencé a discurrir desta manera;
Julia, sin duda debe de ser culpada
porque para matar a una criada
no hicieran sus pasiones
tan prudentes secretas prevenciones;
y este delito (que su ira advierte),
pide, menos castigo que una muerte.
Pues el rigor en sí es rigor ajeno
¿luego fue para Julia este veneno?
Demás (me dije a mí la ira templada)
¿qué importa que no muera una criada?
Y si llevo el veneno penetrante
aventuro la vida de mi amante;
pues aunque Julia hermosa no me quiera,
muera de celos yo, Julia no muera.
A un extranjero llamo, amigo mío,
De cuyas esperanzas me confío;
oye cuanto mi industria le propone,
y le ordeno después que conficione
tan unidos un opio y un beleño
que no den muerte pero infundan sueño.
El opio llevo a Antonio, y él airado,
que a Julia se le dio me ha asegurado.
Leonora, otra criada, y mi tercera,
dice que en esta bóveda primera
él y el Conde vestida la dejaron,
y pues los dos a un tiempo me engañaron,
entrar en este templo es mi deseo,
donde hallar viva mi esperanza creo;
y pues la noche oscura
se ha vestido el color de mi ventura,
y pues de aqueste templo tengo llave
(ya que mi amor tales industrias sabe),
que del cuarto de Antonio la he traído
(que es patrón deste templo) y yo he podido
hurtarla diligente,
desde donde pendiente
fuese blasón de la pasada historia,
la colgaba el olvido por memoria.
El vengarme ahora elijo por preciso
de Julia hermosa, porque no me quiso;
robarela, y llevándomela a España,
de un padre que me engaña,
de Alejandro y del Conde, mi enemigo,
tomaré la venganza y el castigo.
OTAVIO A
prevenir las postas voy primero.
ANDRÉS
Vete, Otavio, delante.
OTAVIO
Allá te espero.
¡Qué bien así tu dicha se concierta!
Quédate adiós.

 (Vase.) 

 

(Saca ANDRÉS una llave y prueba a abrir.)

 
 

(Salen ALEJANDRO y GUARDAINFANTE.)

 
ANDRÉS
Yo pruebo a abrir la puerta.
GUARDAINFANTE
¿Adónde vas, Señor? Dime en qué has dado,
si el sacristán la llave te ha negado,
y tu puerta deseada
tanto como la noche está cerrada?
¿Dónde las plantas mueves tan veloces?
ALEJANDRO
Desde este cimenterio daré voces
a mi Julia.
GUARDAINFANTE
Señor, habla más quedo.
ANDRÉS
Entró la llave, pero abrir no puedo,
si acaso por de dentro está cerrado...
GUARDAINFANTE
Junto a la puerta un hombre está parado.
Escóndete y espera.
 

(Salen ANTONIO y EL CONDE con luz por el otro cabo.)

 
ANTONIO
Muera Alejandro, amigo.
CONDE
Muera, muera.
ANTONIO
Junto a esta esquina dice que parado
esta noche le ha visto mi criado.
ANDRÉS
Mucha gente con luces ha venido
y yo sacar la llave no he podido.
ANTONIO
Un bulto veo.
CONDE
Llégate.
ANDRÉS
Aquí espero,
que han de reconocerme considero;
déjola, que volver luego imagino.
 

(Deja la llave puesta ANDRÉS en la cerradura.)

 
ANTONIO
¿Quién va?
ANDRÉS
Andrés Capelete.
ANTONIO
Pues, sobrino,
¿qué hacéis aquí?
ANDRÉS
Un grande amigo espero,
que me ha dejado aquí.
ANTONIO
Esto es primero;
venid conmigo.
ANDRÉS
Estoy aquí ocupado.
ANTONIO
Seguidme, pues sois parte en mi cuidado.
ANDRÉS
Un amigo a quien debo honor y fama
necesita de mí.
ANTONIO
También os llama
a empeño más honroso
quien es más que un amigo.
ANDRÉS

 (Ap.) 

Ya es forzoso
irme con él; si resistirme intento
quizá conocerá mi pensamiento.
ANTONIO
¿No venís?
ANDRÉS

 (Ap.) 

¡Oh dolor que en mí no cabe!
En la cerraja me dejé la llave,
y perder temo esta ocasión, supuesto
que no sé si podré venir tan presto.
ANTONIO
¿Qué esperáis?
ANDRÉS
Voy con vos: ¿a dónde vamos?
CONDE
A Alejandro buscamos.
ANTONIO
La justa muerte espere.
ANDRÉS
Volveré lo más presto que pudiere.
ANTONIO
Sígueme.
ANDRÉS
Voy contigo.
ANTONIO
¡Oh venganza!
CONDE
¡Oh dolor!
ANDRÉS
¡Oh hado enemigo!
Vamos, Antonio
ANTONIO
Mi valor te espera.
ANDRÉS
¿A dónde vas?
ANTONIO
A que Alejandro muera.
 

(Vanse.)

 
ALEJANDRO
¿Fuéronse?
GUARDAINFANTE
Sí, ya se fueron.
ALEJANDRO
Pues lleguemos a la puerta
a ver si acaso... ¿Qué es esto?
En la cerradura puesta
está una llave.
GUARDAINFANTE
Es verdad,
y es la llave de la iglesia.
ALEJANDRO
¿Quién la habrá dejado aquí?
GUARDAINFANTE
No sé.
ALEJANDRO
Guardainfante prueba
a torcer la llave ahora.
GUARDAINFANTE
Señor, no puedo torcerla

 (Tuerce la llave.) 

que está echa un Faraón.
ALEJANDRO
Toma esta llave y con ella
podrás con facilidad
abrir.

 (Dale otra y métele por el ojo de la cerradura y abre.) 

GUARDAINFANTE
Eso es mejor, venga.
ALEJANDRO
¿Abriose la puerta?
GUARDAINFANTE
Sí.
ALEJANDRO
Pues entremos a la iglesia.
GUARDAINFANTE
Oyes, éntrate tú solo,
que yo te aguardo acá afuera.
ALEJANDRO
¿Y quién ha de alzar la losa
si no puedo solo?
GUARDAINFANTE
Prueba
hasta ver si alzarla puedes;
y como fuerza no tengas,
aquí estoy yo, ven por mí
que iré a ayudarte por fuerza.
¿Quién pondría aquí aquesta llave?
ALEJANDRO
Deja el miedo, acaba.
GUARDAINFANTE
Entra
tú delante, ya te sigo.

 (Van entrando.) 

¿Sabes el Requiem æternam?
ALEJANDRO
Sí.
GUARDAINFANTE
¿Y el memento meí Deus?
¿Cerraré la puerta?
ALEJANDRO
Cierra;
y esa vela que compraste
a aquella lámpara llega,
y enciéndela, Guardainfante.
GUARDAINFANTE
¡Que quieras con una vela
de aqueste sebo maldito
vaya a alumbrar una muerta!
ALEJANDRO
De cera amarilla habías,
ignorante, de traerla.
GUARDAINFANTE
¿Oyes? Busca tú el pabilo,
que no te faltará cera.
ALEJANDRO
¿Entiendes?
GUARDAINFANTE
Ya voy, Señor.

 (Va a encender.) 

ALEJANDRO
¡Ay mi Julia! ¡Quién pudiera
darte una vida! Mas ya
un alma en decente ofrenda
a sacrificarte vengo.

 (Sale con luz.) 

GUARDAINFANTE
Deo gratias.
ALEJANDRO
Amigo, llega,
y la bóveda busquemos.

 (Lee en el suelo.) 

GUARDAINFANTE
«Aquí yace (dice en esta)
Bartolomé de la Escala,
Señor de Verona.»
ALEJANDRO
Deja
esa y pasemos a otra.
GUARDAINFANTE
Lleve el demonio la muerta.
«Aquí reposa el muy noble
Luis Capelete;» topela.
ALEJANDRO
Pues tira de la sortija:
como está recién abierta
es muy fácil levantarla.

  (Abre la bóveda.) 

GUARDAINFANTE
Ya abrí; tomo mi caldera
y mi hisopo: Señor, tú
allá te lo hayas con ella:
escalera hay puesta, baja.
ALEJANDRO
Guardainfante, aquí me espera.
GUARDAINFANTE
Señor, ¿tú no eres Montesco?
ALEJANDRO
Sí lo soy.
GUARDAINFANTE
Pues considera
que de airados Capeletes
está la bóveda llena;
y si bajas solo te han
de poner que sea vergüenza.
Yo he de bajar a tu lado.
ALEJANDRO
¿Posible es que miedo tengas?
 

(Véela ALEJANDRO.)

 
GUARDAINFANTE
El miedo me tiene a mí;
Señor, ¿a escuras me dejas?
Dios me perdone, esto es hecho,
en fin, morí (Dios me tenga
en su gloria); sí yo soy
el que hablo; mas si yo fuera,
ya me hubiera puesto yo
de dos trancos a la puerta.
ALEJANDRO
¡Ha, Guardainfante!
GUARDAINFANTE
¿Qué quieres?
ALEJANDRO
Baja.
GUARDAINFANTE
¿Quieres tú que quepa
un Guardainfante tan ancho
por entrada tan estrecha?
ALEJANDRO
Pues ayúdame a subir
a mi Julia.
GUARDAINFANTE
Enhorabuena.
ALEJANDRO
Toma la luz.
GUARDAINFANTE
Ya la tomo.
ALEJANDRO
Guardainfante vaya.
GUARDAINFANTE
Venga.

 (Súbenla entre los dos desmayada.) 

¡Qué pesados son los muertos!
Por eso solo pudiera
no morirse una persona;
Señor mío, sube apriesa,
que está la muerte muy junto
y pienso que se me pega.
ALEJANDRO
De aqueste confesionario
quito esta silla, y en ella
la puedes sentar.
GUARDAINFANTE
Bien dices.

 (Siéntala.) 

ALEJANDRO
Cierra la bóveda.
GUARDAINFANTE
Ea.

 (Cierra.) 

ALEJANDRO
Julia, mi prolija suerte
tu ruina infelice llora,
que no quiere quien no adora
hasta después de la muerte;
muerta imaginaba verte;
pero tu hermosura es tal,
que en ti me da ejemplo igual
la exhalación que corrió,
que de la luz que logró
dejó impresa la señal.
El sol hermoso murió
en agua salada y fría,
pues aún no ha aspirado el día,
aunque planeta espiró;
un crepúsculo dejó,
aunque no de luz tan pura,
igual ejemplo asegura
verte a ti sol eclipsado,
que en crepúsculo has dejado
el día de tu hermosura.
Pavesa hermosa, que admiro
no arder y no fallecer:
¡oh quién pudiera volver
a esconderte de un suspiro!
Mas si amor es fuego y miro
que el fuego no aprovechó
con ser fuego ardiente yo,
¿cómo he de poder violento
darte llama con el viento
si el fuego no te la dio?
Yo vi escrita tu luz pura,
borró la muerte indignada,
¿qué importa que estés borrada,
si se lee tu hermosura?
Dime, aquesta enigma oscura
por lauro tuyo o por palma,
di (de mis sentidos calma),
¿cómo están con perfección,
con un alma cada acción,
si todas están sin alma?
O es que lo hace mi pasión
que imposibles fingirá,

 (Tiéntala el pecho.) 

o con las alas está
latiendo tu corazón;
¿sueño? Si no es ilusión,
porque el tacto no ha mentido,
que tu corazón ha sido
como reloj concertado,
que después de haber sonado
se queda con el ruido.
GUARDAINFANTE
Locos he visto, y ninguno
he visto con esta tema;
Señor, sólo hay un remedio
para que viva la veas.
ALEJANDRO
¿Qué es?
GUARDAINFANTE
Que yo la resucite.
ALEJANDRO
¡Vive Dios!
GUARDAINFANTE
Yo hablo de veras;
mira, yo estoy hecho un santo
desde que ha que entré en la Iglesia,
y ver quiero si hacer puedo
este milagro con ella.
ALEJANDRO
¿Qué intentas?
GUARDAINFANTE
Resucitarla.
ALEJANDRO
¡Qué así mi dolor diviertas!
GUARDAINFANTE
Cuando no te la dé viva,
no te la daré más muerta.
ALEJANDRO
¿Qué has de decirla?
GUARDAINFANTE
Oye atento
¡Ha, señora Julicita!
ALEJANDRO
Habla quedo.
GUARDAINFANTE
Aun plegue a Dios
que me oiga desta manera.
Hisopo, por la virtud
que Dios te ha dado...

 (Échala agua.) 

ALEJANDRO
¡Hay tal bestia!
GUARDAINFANTE
Que resucites a Julia.
Señora, un coche te espera;
(mujer que no vuelve a coche,
no hayas miedo tú que vuelva.)
¿Ves que no la resucito?
Pues por Dios que es la postrera
que yo no he resucitado.
Desta va.
ALEJANDRO
¡Hay tema más necia!
GUARDAINFANTE
¡Ha, Julia! ¡Ha, Julia!

 (Dale en la cara con el agua del hisopo, y vuelve en sí.) 

JULIA
¿Quién llama?
ALEJANDRO
¡Qué miro!
GUARDAINFANTE
Hémosla hecho buena
JULIA
¡Ah, Alejandro!
ALEJANDRO
¡Ah, Julia mía!
JULIA
¡Mi esposo!
ALEJANDRO
¡Mi dulce prenda!
¡Qué! ¿estás viva?
JULIA
¿No lo ves?
¡Guardainfante!
GUARDAINFANTE
Guardafuera:
Julia, yo te mando misas.
JULIA
¿Cómo aquí desta manera?
ALEJANDRO
¿Dónde he de estar sino aquí?
JULIA
¿Cómo estaba yo en la iglesia?
ALEJANDRO
Eso después lo sabrás.
JULIA
¡Feliz suerte!
ALEJANDRO
Y la primera.
GUARDAINFANTE
Digo que tienen los hombres
dos mil virtudes secretas.
¡Válgame Dios! ¿Si soy santo,
y no pensé que lo era?
ALEJANDRO
Tu puedes irte delante
para que el coche prevengas.
GUARDAINFANTE
Pues yo voy, quedad con Dios.

 (Vase.) 

ALEJANDRO
¡Grande amor!
JULIA
¡Feliz estrella!
Por tuya mi vida estimo.
ALEJANDRO
Esposa, tiempo nos queda;
vente conmigo y los dos
entre la oscura tiniebla
iremos hasta la puente
donde el coche nos espera.
JULIA
Ya sé cómo se hallan glorias.
ALEJANDRO
¿Cómo?
JULIA
Buscando las penas.
 

(Vanse.)

 
 

(Sale ELENA con capa y sombrero.)

 
ELENA
Aquí me dice el papel
que le he de hallar, y así es fuerza
(pues que la noche me ampara)
no apartarme de la iglesia.

 (Arrímase a la iglesia.) 

 

(Sale ANDRÉS.)

 
ANDRÉS
A Antonio dejé en su casa,
y vengo a ver si pudiera
entrar, pues en el postigo
me dejé la llave puesta.
Llegar quiero.
ELENA
Un hombre miro.
ANDRÉS
Un hombre junto a la puerta
he visto... mas ¿qué recelo?
Llégome, quien fuere sea.
ELENA

 (Ap.) 

Sin duda que es Alejandro.
ANDRÉS O
miente la noche negra,
o del templo sale gente.
 

(Sale ALEJANDRO y JULIA asida de su capa.)

 
ELENA

 (Ap.) 

Gente sale de la iglesia.
ALEJANDRO
Asete de mí, Señora.
ELENA

 (Ap.) 

La voz de mi hermano es ésta,
voy con él, que me habrá visto.
ALEJANDRO
¿Síguesme?
JULIA
Sí.
ALEJANDRO
No te pierdas.
JULIA
Tropecé ¡valgame el cielo!
 

(Tropieza JULIA, suelta la capa de ALEJANDRO, a este tiempo ELENA ásese de ALEJANDRO, atraviésase ANDRÉS y ásese JULIA de ANDRÉS, pensando que es ALEJANDRO.)

 
ANDRÉS

 (Ap.) 

O fingís, sombras, la idea,
o he visto salir tres hombres.
Llégome.
JULIA
Señor, espera,
que tropecé.
ALEJANDRO
Ven conmigo.
JULIA
¿Adónde dices que espera
el coche?
ANDRÉS

 (Ap.) 

¿Qué es lo que escucho?
la voz de mi Julia es ésta;
callar quiero.
ALEJANDRO
¿No andas?
ELENA
Sí.
JULIA
Esposo, ¿dónde me llevas?
ANDRÉS

 (Ap.) 

¿Esposo, dijo? ¿Qué es esto?
ALEJANDRO
¡Que llevo mi hermosa prenda!
JULIA

 (Ap.) 

Seamos amigos, fortuna.
ALEJANDRO

 (Ap.) 

Fortuna para tu rueda.
 

(Vanse por una puerta ALEJANDRO con ELENA, y por otra ANDRÉS con JULIA, asidas de las capas, con que se da fin a la segunda jornada.)