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66-16. Acerca del Licenciado Juan de Vergara, médico, cirujano y poeta, véase la nota 17 del Canto de Caliope. (N. del E.)

 

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66-20. Modismo bastante usado en el lenguaje de la época. Así dice Calderón, al final de El Mágico prodigioso:

«Pues dexando en pie la duda del bien partido amor nuestro, al Maxico prodigioso pedid perdón de los yerros.» (N. del E.)


 

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66-23. El licenciado Juan Antonio de Herrera Temiño, hijo de Cristóbal Pérez de Herrera (murió 1620) y de D.ª Juana de Temiño. Nació hacia 1583. Fue abogado en Madrid, y estuvo casado con D.ª Lucía Guerrero. Desempeñó los cargos de escribano mayor de rentas de la ciudad de Toro y de Abogado de los negocios de la encomienda mayor de Castilla de la Orden de Santiago. Murió el 21 de septiembre de 1634.

Hay un epigrama latino suyo en la Vida, excelencias y mverte del gloriosissimo Patriarca... San Ioseph, de José de Valdivielso (Madrid, 1624); y otros versos: en las Flores de poetas ilustres (Valladolid, 1605); en el Mercurius Tri[s]megistus, de Jiménez Patón (Baeza, 1621); y en los Discvrsos del amparo de los legítimos pobres, de C. Pérez de Herrera (Madrid, 1598). Escribió un poema latino: Lusus pueritiae, que se imprimió en Madrid el año 1599, según La Barrera.

Consúltese C. Pérez Pastor, Bibliografía Madrileña, II; 149, 462 y 463. (N. del E.)

 

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66-30. El licenciado Sebastián de Nieva Calvo, natural de Tembleque, autor del poema sacro: La meior mvger, madre y Virgen, sus excelencias, vida y grandezas, repartidas por sus fiestas todas (Madrid, 1625), cuyo último canto versa sobre la batalla de Lepanto. Colaboró en la Ivsta Poetica de San Isidro, recopilada por Lope de Vega (Madrid, 1620).

Guardia piensa que Cervantes pudo referirse a Fray Juan Calvo de los Reyes, mercedario, Doctor en Teología, que estuvo en Guatemala y murió en 1638; o al P. Pedro Calvo, natural de Oporto, Predicador que fue de Felipe II en Portugal. Ambos fueron escritores de obras teológicas. (N. del E.)

 

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66-30. El Maestro José de Valdivielso, del cual hemos tratado en la segunda nota de este volumen. (N. del E.)

 

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67-3. Nada sabemos acerca de D. Juan de Argote y de Gamboa.

Henrique Cock, en su Relacion del viaje hecho por Felipe II en 1585 a Zaragoza, Barcelona y Valencia (edición Morel-Fatio y Rodríguez Villa; Madrid, 1876; pág. 80) menciona, entre los justadores del juego de cañas de Zaragoza, a cierto D. Juan de Gamboa, caudillo de una de las cuadrillas.

Luis Cabrera de Córdoba, en su Historia de Felipe II (lib. IV, cap. 6.º), cita al capitán Juan de Gamboa, castellano de Pavía. (N. del E.)

 

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67-4. Puede ser D. Diego de Abarca Maldonado, toledano, Contador mayor de la Cruzada, del hábito de Santiago, que, en 17 de abril de 1641, mató en desafío al gran rejoneador D. Luis Trejo; y a su vez fue muerto airadamente en 28 de diciembre de 1643. (Véanse las citadas Cartas de jesuitas: IV, 238; V, 404 y 405; VII, 395, y los Avisos de Pellicer.) (N. del E.)

 

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67-6. Don Diego Jiménez de Enciso, natural de Sevilla, celebrado autor dramático. Nació en 1585 y murió hacia 1634. Su más famosa obra fue la comedia El Príncipe Don Carlos.

Véanse, acerca de él, R. Schevill: Diego Jiménez de Enciso (en Publications of the Modern Language Association of America; abril, 1903); E. Cotarelo: Don Diego Jiménez de Enciso y su teatro (en el Boletín de la Real Academia Española; tomo I, cuadernos 3, 4 y 5).

En la Real Academia de la Historia se conserva un manuscrito del siglo XVII, de la Fábula de Criselio y Cleón, de Enciso. (N. del E.)

 

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67-11. Puede ser «el Contador Juan López del Valle», de quien hay un soneto «a la grandeza del Duque de Béjar», al frente de las Flores de Poetas ilvstres de Pedro de Espinosa (Valladolid, 1605). Véase F. Rodríguez Marín: Rinconete y Cortadillo; 2.ª edición; Madrid, 1920; pág. 153. (N. del E.)

 

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67-12. Según La Barrera, puede ser el «poeta y astrólogo» Pedro Gutiérrez de Pamanes, de quien Nicolás Antonio cita dos obras: la Poesía exegética: Canciones dodecapodes &c. a Nuestra Señora de la Victoria en su Convento de Málaga; y Fantasía poética: Batalla entre los Titanes y los Dioses (Málaga, Juan René, 1607).

Pero Cervantes escribe Pamonés, o Pámones, y no Pamanes. El Sr. D. F. Rodríguez Marín trae (Boletín de la Real Academia Española, tomo VII, cuaderno 28) documentos relativos a un Francisco de Pamones, que vivía en Sevilla, en la collación de Santa María, por los años 1597 a 1606, y puede ser (y puede no ser) el poeta, cuyo nombre no nos consta. Le cita, alabando su ingenio y llamándole «el buen viejo Pamones», el Licenciado Juan de Robles en la Primera parte del Culto sevillano. (Consúltese F. Rodríguez Marín: Luis Barahona de Soto, pág. 332; ídem íd.: Pedro Espinosa, pág. 107.) Añade que «se preciaba de hacer sonetos de consonantes duplicados», y aun triplicados, lo cual explica lo que Cervantes dice respecto de que «pone sus pies por do ninguno - los puso». (N. del E.)