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1

El suceso histórico al que se refiere este poema es muy conocido y está relacionado con las largas negociaciones de matrimonio entre la Inglaterra de Jacobo I y la España de Felipe III y, posteriormente, de Felipe IV. Como digo, las negociaciones se mantuvieron con más o menos seriedad hasta que a principios de 1623 el Príncipe de Gales, el futuro Carlos I de Inglaterra, decidió acelerar el proceso yendo en persona a Madrid, para lo cual se vio obligado a atravesar media Europa a caballo, de incógnito, y con la única compañía del favorito del Rey, el futuro Duque de Buckingham, y dos sirvientes más. Un viaje de este tipo apenas sí tenía precedentes históricos y, consecuentemente, cautivó la atención de media Europa por meses. Precisamente uno de los acontecimientos más destacados de toda la visita sería la entrada oficial en Madrid, que queda representada por el poema que se presenta a continuación. (N. del E.)

 

2

Don Antonio de Solís: Hay una cierta confusión sobre la autoría de este poema. Por un lado, varios de los manuscritos de los cotejados para la presente edición se la atribuyen a don Antonio de Solís, mientras que, por otro lado, también conocemos otro texto que otorga la paternidad de estas octavas reales al conocido escritor Mira de Amescua. La edición crítica que se presenta a continuación no pretende solventar esa duda y sencillamente se limita a fundir en una, dentro de lo posible, las distintas versiones que existen del poema, aunque, eso sí, solventando algunas de las dificultades de interpretación del texto e indicando, por medio de notas a pie de página, las diferencias más notables entre las distintas versiones.

Entre las disponibles, como base del texto de esta edición se ha utilizado principalmente un poema que aparece en la antología poética de Antonio de Solís, la cual lleva el título de Varias poesías sagradas y profanas (385-8). Esta versión del poema, por otro lado, resulta ser prácticamente idéntica a la que aparece en los manuscritos MSS 18201 (fol. 61) y MSS 17537 (fol.56) de la Biblioteca Nacional de Madrid. También, como he indicado anteriormente, existe al menos otra versión más del mismo poema, aunque el manuscrito que la recoje no se la atribuye a Antonio de Solís, sino a Mira de Amescua. Esta última versión es la que aparece de forma íntegra en el artículo del profesor John Reynolds titulado "Mira de Amescua's 'Octavas al Príncipe de Gales'", el cual, por otro lado, también contiene información muy útil para descifrar ciertas partes oscuras del poema.

En definitiva, para efectos de la edición de esta obra, en los casos en que hay diferencias significativas entre las dos versiones principales, se ha optado por incluir en el texto principal la versión atribuida a Solís (Varias poesías), mientras que las discrepancias con la versión del poema que aparece en el anteriormente mencionado artículo de Reynolds se han indicado a través de notas a pie de página. También es necesario indicar que el poema ha sido sistemáticamente modernizado en lo referente a la ortografía y a los signos de puntuación. (N. del E.)

 

3

Encabezamiento del poema: La versión del poema que aparece en el artículo de Reynolds, además de algunas diferencias más o menos significativas en el cuerpo del poema, también es introducida de forma muy distinta a las otras versiones cotejadas para esta edición. Dice así: "Al Señor Príncipe de Gales, el doctor Mira de Amescua, / capellán del Serenísimo Infante Cardenal" (Reynolds 132). (N. del E.)

 

4

Príamo: Se refiere al último rey de Troya. (N. del E.)

 

5

Según Reynolds (137-8), todas las referencias a Troya tienen que ver con la leyenda inglesa de Brutus (o Bruto). Por lo que parece, los ingleses, con la obvia intención de darse importancia, se habían fabricado unas fantásticas raíces en la Grecia clásica muy al estilo de lo que los propios romanos habían hecho en su momento al modificar la leyenda de Eneas. Reynolds comenta en su artículo que, según una de esas leyendas, el tal Brutus era, supuestamente, descendiente del mítico Eneas y que había viajado desde Italia a las costas de Albión, la actual Inglaterra, a la cabeza de un grupo de troyanos. Allí, según cuenta esta historia, encontraron a unos gigantes que habitaban la isla y, después de una larga lucha, los exterminaron y fundaron un nuevo país, al que le darían el nombre de Bretaña en honor a Brutus. (N. del E.)

 

6

Se refiere al hecho de que Inglaterra forma parte de una isla. (N. del E.)

 

7

Esta parte del poema puede referirse a una de las estrellas relacionadas con el norte y, de pasada, nos recuerda las leyendas artúricas. Por otro lado, un uso idéntico de estas mismas palabras también puede verse en un poema contemporáneo de Góngora que también está relacionado con la estancia del Príncipe de Gales en Madrid. Este último puede encontrarse en la edición de las obras de Góngora de Ciplijauskaité (Góngora 110). Entra dentro de lo posible, por lo tanto, que nos encontremos ante un ejemplo de influencia directa de un autor sobre otro.

El Diccionario de autoridades de la Real Academia define a Arturo como una estrella de primera magnitud en el extremo de la vestidura de Bóote. (N. del E.)

 

8

Versión del poema en Reynolds: "[...], / salve, aplaudido por la insigne España, / [...]" (132). (N. del E.)

 

9

Versión del poema en Reynolds: "[...], / huésped augusto del monarca ibero, / [...]" (132). (N. del E.)

 

10

Piélagos: Alta mar (Diccionario de autoridades). (N. del E.)