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ArribaAbajoEl taller de la poesía

La creación de poemas no se desliga del resto de actividades enumeradas con anterioridad. Escuchar poesías y escribirlas se confunden y estimulan respectivamente. La poesía llama a la poesía, como demuestra en su clase Cecilia Beuchat (1992).

Las técnicas lúdicas, por su propio carácter, son las más rentables y las que mejor satisfacen las necesidades y el gusto de los niños. Bien entendido que el juego no está reñido con el esfuerzo y que no sirve la mera improvisación. Por otra parte, el trabajo en grupo se revela como el más idóneo porque es un generador de ideas y una suma de hallazgos. Además resulta muy eficaz, sobre todo al principio, como instrumento contra la timidez, el inhibicionismo y el arraigado prejuicio según el cual cada uno se niega a sí mismo la capacidad de crear algo de interés.

Voy a referirme sintéticamente a algunos de los procedimientos cuyo estímulo y eficacia he podido comprobar con la experiencia de mis alumnos y alumnas de Literatura Infantil en la Escuela de Magisterio. Los ejemplos textuales, ¡lástima!, no tienen casi cabida dadas las limitaciones de espacio. Y para una explicación más detallada he de remitir a la lectura de los trabajos de Soladana, Tusón, Vilà y Badia que, entre tantos otros, se unen a los autores ya citados. He clasificado los procedimientos en cinco grandes grupos: juegos con palabras, poesía visual, imitación de poemas, transformación automática de textos y creación libre.


ArribaAbajoJuegos con palabras

Investigamos los rasgos de las palabras: sonoridad, ritmo, orden de sus elementos, composición, etc.

1.- Palabras crecientes y decrecientes : e, té, até, maté; Belisa, Elisa, Lisa, Isa...

2.- Desplazamiento de letras. Buscar términos en los que cambiando el lugar de algunas letras o sílabas se conviertan en palabras bien distintas: tasca-casta, pitos-tipos, timo-mito, como-moco...

3.- Palabras capicúa. Encontrar palabras que invertidas resulten iguales: roma-amor, alas-sala, atlas-salta...

4.- Palabras escondidas, palabras valija. Palabras que en sí mismas contienen otras diferentes: estereotipo: este, estereo, tipo, reo...




ArribaAbajo Poesía visual

5. Inventar abecedarios. Partiendo de la forma de las letras, dibujarlas, alterarlas, explotar sus posibilidades plásticas. Hacer alfabetos fantásticos. Después se pueden sustituir las letras de un poema por las que han creado los niños o componer uno completo.

6. Palabras retrato. Con nombres propios de persona intentamos dibujar rostros y variedad de expresiones.

7. Caligramas. La disposición gráfica de los elementos textuales se relaciona de alguna manera con el tema del poema.




ArribaAbajoImitación de poemas

8. Equivocar palabras. Jugar a cambiar palabras de coplas populares o poemas muy conocidos, manteniendo la estructura métrica y rítmica.

9. Poema incompleto. Completar un poema del que se han suprimido ciertas palabras o frases.

10. Cambiar el final del poema dado.

11. Homosintaxismo. Sustituyendo las palabras significativas de una composición, crear otra manteniendo las estructuras morfosintácticas del original.




ArribaAbajoTransformación automática de textos

12. El método S + 7. Consiste en sustituir cada uno de los sustantivos de un texto base por el séptimo que le sigue en el diccionario. Admite variantes: cambiar los verbos, adjetivos, etc.

13. Poesía antinómica. A partir de un poema se busca el contrario de todas las palabras o de las más significativas.

14. La quimera. Se eligen cuatro poemas para reconstruir uno nuevo: Del 1º se conserva la estructura; del 2º se eligen los sustantivos; del 3º los adjetivos y del 4º los verbos.




ArribaAbajo Creación libre

15.- Inventar pareados. Podemos partir de cuentos mínimos y cuentos de nunca acabar en los que se sustituye la palabra final, el segundo verso, etc. y, una vez en marcha, crear pareados completos, puramente fónicos, lúdicos, disparatados: Este es el cuento del hada que estaba constipada; No me digas que nadas como las ranas con canas...

16. Encadenamientos. Procedimiento de la poesía oral tradicional al que también han recurrido grandes poetas como Alberti: el término final de cada verso es el que inicia el verso siguiente. Se pueden formar series simétricas y asimétricas que van acumulando elementos en las estrofas sucesivas.

17. Limerick. Composición que repite la siguiente estructura: el primer verso indica el protagonista; el segundo su cualidad; en el tercero y el cuarto se realiza un predicado y el quinto constituye el epíteto final: Este era un grillo/ afónico de comer membrillo./ Era el cantor de la pradera/ y no pudo cantar en primavera./ ¡Aquel descomunal y afónico grillo!

18. Componer adivinanzas. Han de seguirse unos pasos: Extrañamiento, Asociación de elementos, Metáfora o comparación y Forma misteriosa y atractiva de la formulación: Vengo tarde a primeros/ y nunca llego al final/ a unos causo alegría/ y a otros mucho pesar. (El dinero)

19. El poema verbal. Texto colectivo con el condicionante de una estructura verbal: Imperfecto de Subjuntivo-Condicional. Cada alumno escribe una frase en una hoja, el siguiente la lee y la enlaza con otra nueva. El último del grupo ha de cerrar el poema: Si yo fuera viento soplaría muy fuerte. Si soplase muy fuerte, arrastraría la luna. Si arrastrase la luna... Se puede hacer con otras fórmulas, pero ésta es especialmente interesante en nuestra región por el efecto subsidiario de corregir el extendido mal uso del condicional.

20.- Definiciones líricas. Tal vez sea éste el procedimiento que mejor nos demuestra la verdad de una capacidad creativa oculta, ignorada. Porque, sin demasiado esfuerzo, surgen aquí y allá chispazos poéticos a modo de greguerías que ofrecen una perspectiva inédita a la expresión personal y colectiva: Un eclipse es un parche en un astro; El zapato es el abrigo del pie; Las pestañas son el flequillo de los ojos...

Y también collages poéticos, anagramas, topogramas, anaglifos, mosaicos, el poema gemelo... y tantas otras propuestas para ayudar a crear y, principalmente, para aumentar la sensibilidad poética y el placer por la palabra hermosa y plena de sentido.

En conclusión, los resultados son diversos y variopintos, no se exigen metas ni se siguen modelos. Y, aunque algunas veces en esta manipulación hasta se puede llegar a destrozar alguna espléndida composición, la cuestión no es grave si a cambio los niños rompen con la pasividad o el rechazo hacia la poesía y progresan en los caminos de su imaginación y capacidad de sentir, expresar y comprender.






ArribaReferencias bibliográficas

Beuchat, C., «La poesía en la sala de clases. Algunas aproximaciones metodológicas», Colibrí, Año 4, núm. 10, 1992, pp. 11.

Cervera, J., «Aproximación lúdica a la poesía infantil» en Cerrillo, P. y García Padrino, J.(Coord.), Poesía infantil. Teoría, crítica e investigación, Universidad de Castilla-La Mancha, 1990, pp. 119-144.

Janer Manila, G., Pedagogía de la imaginación poética, Aliorna, Barcelona, 1989.

Jean, G., A l'école de la poésie, Éditions Retz, Paris, 1989.

López Tamés, R., Introducción a la literatura infantil, Universidad de Murcia, 1990, 2ª ed.

——«Poesía e infancia», Letragorda, Murcia, 1990, pp. 20-23.

Martín, F., (Re)crear la escuela, Nuestra Cultura, Madrid, 1980.

Moreno, V., El juego poético en la escuela, Pamiela, Pamplona, 1989.

Muñoz, M., «La poesía en la escuela y con ella el lenguaje» en Cerrillo, P. y García Padrino, J. (Coord.), Poesía infantil. Teoría, crítica e investigación, Universidad de Castilla-La Mancha, 1990, pp. 157-163.

Pelegrín, A., La aventura de oír, Cincel, Madrid, 1982.

——Cada cual atienda su juego, Cincel, Madrid, 1984.

Rodari, G., Gramática de la fantasía, Ferrán Pellisa, Barcelona, 1979.

——¿Quién soy yo? Primeros juegos de fantasía, Aliorna, Barcelona, 1989.

Soladana Carro, A., Cómo leer textos poéticos (Hacia una lectura creativa), Akal, Madrid, 1989.

Tusón, V., «La poesía en el aula: Experiencias de creatividad» en Varios Autores, Actas del I y II Simposios de Actualización Científica y Pedagógica, Asociación de Profesores de Español, Madrid, 1993.

Vilà, M. y Badía, D., Juegos de expresión oral y escrita, Graó, Barcelona, 1992.





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