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The Golden Century of Spain (1501-1621), Londres, 1937 (2.ª edición en 1954). En las páginas dedicadas a la bibliografía anota cuatro obras de Altamira: A History of spanish civilisation, Cosntable, 1930; Manual de Historia de España, Madrid, 1934; Histoire d'Espagne, A. Colin, París, 1931 así como los volúmenes II y III de Historia de España y de la civilización española, Barcelona, 1935, 4.ª edición. Al comentar el librito publicado por Armand Colin indica textualmente que se trata de «an epitome of spanish history based on his four-volume Historia de España (1911), but written in the light of more modem knowledge».

 

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En el comentario a la bibliografía general que utilizó para elaborar su España imperial Elliot incluye la Historia de Altamira entre las cuatro más útiles existentes en lengua castellana y añade que «contiene mucha información que no puede hallarse en ninguna parte»; en La España Imperial (1469-1716), Barcelona, 1965.

 

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«Es en Altamira [...] donde yo he encontrado lo esencial de aquello que me parecía que debiera transmitir a los franceses, siempre ignorantes, a menudo desdeñosos, respecto del pasado de España», en P. Vilar, «Hommage a Rafael Altamira. Quelques mots de Pierre Vilar», en A. Alberola (Ed.), op. cit., pág. 427.

 

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J. Malagón, «La Historia de España de don Rafael Altamira», pág. 44.

 

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J. M.ª Jover Zamora, La civilización española a mediados del siglo XIX, Madrid, 1992, págs. 324-328. Del mismo Jover Zamora, una aproximación a la impronta dejada por la obra de Jaume Vicens Vives en «El siglo XIX en la historiografía española...», págs. 27-38. Acerca de la obra de Vicens ver, entre otros, J. M.ª Muñoz, Jaume Vicens Vives. Una biografia intel·lectual, Barcelona, 1977; A. Rodríguez Sánchez, «Hace cuarenta años. Historia contemporánea del trabajo modernista en España», en Studia Historica, V (Salamanca, 1987), págs. 25-57; J. Termes, «La historiografia de la postguerra i la represa de Jaume Vicens Vives», en J. Nadal et alii, La historiografia catalana. Balanç i perspectives, Cercle d'Estudis Històrics i Socials, Girona, 1990, págs. 37-51; F. Sánchez Marcos, «La historiografía sobre la edad moderna», en J. Andrés Gallego (coord.), op. cit., págs. 158 y ss.; R. García Cárcel, «Jaume Vicens Vives: vida, obra y pensamiento», en E. Sarasa Sánchez y E. Serrano Martín (Coords.), Historiadores..., págs. 283-310. En relación con la creación de una auténtica escuela de historiadores y los avatares padecidos por los discípulos de Vicens ver A. Simón Tarrés, «Jaume Vicens Vives y el nacimiento de la escuela de Historia Moderna de Barcelona», en Historia y perspectivas de investigación. Estudios en memoria del profesor Ángel Rodríguez Sánchez, Colección Documentos/Actas, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 2002, págs. 59-67. Para comprender la intensidad de las relaciones científicas de Vicens Vives ver Epistolari de Jaume Vicens Vives (a cura de J. Clara, P. Cornellá, F. Marina i A. Simón), Cercle d'Estudis Històrics i Socials, números 10 y 14, Girona, 1994 y 1998.

 

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Jaume Vicens Vives a Josep M.ª Font Rius, Barcelona, 9-II-1954, en Epistolari de Jaume Vicens Vives (a cura de J. Clara, P. Cornellá, F. Marina i A. Simón), Quaders del Cercle, n.º 10, Girona, 1994, págs. 94-95. Las cursivas son mías.

 

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J. M.ª Jover Zamora, La civilización española a mediados..., pág. 327.

 

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J. Fontana, «El concepto de la Historia...», en A. Alberola (Ed.), op. cit., pág. 420.

 

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Altamira representa para Sánchez Marcos «tanto la figura del historiador con buen bagaje metodológico y un enfoque temático amplio, como la del intelectual regeneracionista o reformista (en su versión liberal y progresista)», en «La historiografía sobre la Edad Moderna», pág. 153.

 

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Así, tras recibir el libro, Menéndez Pidal le decía a Altamira en carta fechada en vísperas de la navidad de 1899: «me dio el mayor alegrón que nunca libro recibido me produjo, pues vi en ella [Historia de España y de la civilización española] todo lo que hoy se podría soñar respecto de una manual de su clase. No representa un paso, sino muchos pasos; todos los que hoy se podían dar en un camino que tan por andar estaba, ya que refleja exactamente toda la bibliografía ya existente y aprovecha fuentes indirectas que no era de esperara hallar reflejadas en el manual». Por su parte Joaquín Costa se muestra muy modesto al afirmar: «a las personas de cultura media servirá de refrescar, perfeccionar y metodizar cosas sabidas y, para mí, que no llego a ese grado, será libro de consulta, si alguna vez tengo necesidad u ocasión de estudiar historia». Fitzmaurice-Kelly, autor de una «Historia de la literatura española», ponía de relieve el cumplimiento de los objetivos propuestos concluyendo que «el libro está lleno de noticias en lo capital, sin que se detenga en esas superabundancias de pormenores insignificantes que suelen dar las obras de este género que yo conozco». Todos los textos en VV. AA., Rafael Altamira..., pág. 79.

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