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Eoff sees in their decision to leave Spain and live together in France «a victory of the individual over convention» (118). Kirsner voices a similar opinion in regard to their departure: «Más vale la rebelión: lo individual por encima de lo colectivo» (139). (N. del A.)

 

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Several other manuscript passages seem to call into question Amparo's moral rectitude. When Caballero first visits her at Rosalía's house, she is not reading the Bible, but rather a «novelón» which, in the words of Caballero, is filled with «sandeces» and «estampas... muchas y malas» (f. 104-05). When her burden becomes unbearable, Amparo decides to see a priest, but this decision to confess stems not from any true religious feeling, but rather from the same deleterious source of Isidora Rufete's prostitution in La desheredada: feuilletonistic writing. In the manuscript which Ido del Sagrario leaves in her apartment and which Amparo reads, the «hermosa Esmeralda», likewise guilty of a «gravísima falta», seeks pardon from man and God: «Para fortalecerse y dar á su conciencia fuerza y valor discurría acercarse al altar de la penitencia y depositar el [illegible] de sus culpas en los oídos de un sacerdote, con la esperanza de que perdonada por Dios, podría hallar fuerza necesaria para solicitar el perdón de un hombre» (f. 367). (N. del A.)

 

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Eamonn Rodgers shares Rodríguez's view of Amparo's involvement: «Moreover, the extent and nature of Amparo's guilt is called in question at an even more fundamental level, for although at certain moments she thinks of herself as the victim of Polo's predatory instincts, we are left in no doubt that there is more to the relationship than this» (Enlightenment 98). (N. del A.)

 

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For Rodgers, this reader involvement represents perhaps the most vital aspect of Tormento: «The reader's feeling that he is implicated in this process is surely his [Galdós's] greatest tribute to the realism of the novel» («Appearance-Reality» 398). This statement would certainly be less valid had Galdós not made these changes between the original and the published versions. (N. del A.)

 

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Aquí y en lo sucesivo las referencias entre paréntesis indicarán la parte de la novela con números romanos en mayúscula, los capítulos con números romanos en minúscula, y las páginas de la edición utilizada con números arábigos. (N. del A.)

 

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Uso el concepto de «parodia» en su sentido crítico actual, de reestructuración de un modelo pretérito, pero sin que sea necesario el propósito denigrante o irrisorio. Ver el libro de Linda Hutcheon, donde indica: «It will be clear by now that what I am calling parody here is not just that ridiculing imitation mentioned in the standard dictionary definitions. [...] While the Odyssey is clearly the formally backgrounded or parodied text here [se refiere al Ulysses de Joyce], it is not one to be mocked or ridiculed; if anything, it is to be seen, as in the mock epic, as an ideal» (5). (N. del A.)

 

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«It is in the name of the father [sic] that we must recognize the support of the symbolic function which, from the dawn of history, has identified his person with the figure of the law», comenta Lacan (67). En esta identificación entre la figura partriarcal y la ley, tanto social como internalizada, Lacan sigue a Freud, uniendo el concepto macrosicológico de Totem y Tabú con sus estudios de psicología personal y el desarrollo del concepto del super-yo. (N. del A.)

 

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Para Northrop Frye la relación entre mito e ironía es diacrónica: la literatura empieza con la articulación de mitos, y en el tiempo, se desplaza hasta lo que él caracteriza como la «ironía» de un Kafka, con lo cual empieza de nuevo un acercamiento a la imaginación mitológica (33-52). Sin embargo, es útil la consideración de una relación sincrónica de mito e ironía, que comprende, según creo, la forma dialéctica del realismo decimonónico. (N. del A.)

 

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Pattison, sin conocer las cartas publicadas por Bravo-Villasante, escribe sobre la relación de Galdós con Pardo Bazán basándose en tres cartas publicadas en el periódico mexicano Excelsior en 1971. Defiende la autenticidad de estas cartas y sugiere que Galdós rompió con Pardo Bazán por su enredo y compromiso con Lorenza Cobián, madre de su hija, María. Lambert y Smith estudian la relación que sostuvo Galdós con Concha-Ruth Morell entre 1881 y 1906. Lambert publica una carta larga de Sitges Grifoll al novelista catalán, Narcís Oller, en la cual Sitges narra la historia de esta relación en la vida íntima de Galdós. Smith examina con cuidado las 160 cartas que Concha-Ruth Morell escribe a Galdós entre 1891-1898, selecciona y publica una veintena de epístolas y concluye que Galdós se vale de su relación con esta mujer como punto de partida para su novela Tristana. Ve cierto paralelismo entre la relación de Tristana y Horacio en la novela y la de Concha-Ruth Morell y Galdós.

De la Nuez estudia cómo el último amor de Galdós aparece representado en personajes de ficción, todas maestras de escuela, en El caballero encantado, La Primera República y La razón de la sinrazón.

Bravo-Villasante incluye fragmentos de tres cartas de Galdós a Teodosia Gandarias: del 31 de julio de 1908, del 16 de agosto de 1908 y del 26 de agosto de 1909 (Galdós, 183-85). Madariaga ha reproducido unas dieciocho cartas dirigidas a Teodosia Gandarias, que datan de las siguientes fechas: 8 de agosto de 1907; 31 de julio de 1908; 16 y 20 de agosto de 1908; 17, 26 y 30 de agosto de 1909; 3 y 6 de septiembre de 1909; 21 de agosto de 1910; 20 y 22 de agosto de 1912; y el 1º y 8 de septiembre de 1913. Tres de las cartas no llevan año (342-63). Sebastián de la Nuez, quien analiza las últimas novelas de Galdós a través de su correspondencia con Teodosia, ha editado siete cartas más de este extenso epistolario: 21 de julio de 1907; 6 y 10 de agosto de 1907; 2 de septiembre y, 11 de octubre de 1907; 5 y 20 de septiembre de 1908 («Las últimas novelas» 210-16). Sebastián de la Nuez acaba de publicar el epistolario entero de Galdós con Teodosia Gandarias. (N. del A.)

 

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Lambert concluye: «Berkowitz's treatment of Galdós' erotic life is inadequate because of the biographer's intolerant attitude to his subject's sexual behavior. [...] Berkowitz however appeared to believe that it was reprehensible for an unmarried man to engage in any kind of sexual activity». (41). (N. del A.)

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