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20

Se refería a la Condesa de Espoz y Mina.



 

21

Al que le parezca la frase un poco dura, puede ver su confirmación en la historia: ella nos dice lo que han sido los déspotas de Oriente y los conquistadores.



 

22

Es un hecho histórico, ocurrido hace algún tiempo en esta corte, calle de los Reyes, núm. 20, buhardilla.



 

23

Traducimos dejando el giro francés, para no desvirtuar la triste verdad del original.



 

24

Citamos esta Junta porque ha sido una de las más violentas, y no obstante no disolvió las Conferencias que había en aquella ciudad.



 

25

Esta heroica acción ha recibido uno de los premios a la virtud dados por la Sociedad Económica Barcelonesa.



 

26

Piqueras, empleado en la Bolsa con corto sueldo y familia, halló un saco con grandes valores. Nadie le vio cogerle, y podía haberle guardado; pero averiguó a quién pertenecía y se lo entregó a su dueño, sin querer recibir gratificación alguna. La Sociedad Matritense de Amigos del País le dio uno de los premios destinados a la virtud.



 

27

Copiamos la real orden en que consta el hecho asunto de este romance, y por la cual se verá que nada hemos añadido, ni desfigurado la verdad en lo más mínimo, y que nuestra relación sólo en la forma varía de la de la Gaceta del 20 de Febrero de 1868, y dice así:

«En vista de la carta del antecesor de V. E., núm. 948, fecha 30 de Noviembre último, de la que resulta que, en conformidad con lo que previene el art. 19 del programa aprobado para la adjudicación de premios a la virtud, procedió la Sociedad Económica de Amigos del País a hacer la designación de los siete individuos de su seno que habían de ocuparse en promover todo lo necesario para que la celebración de aquel acto tuviera lugar el 28 de dicho mes, en celebridad del cumpleaños del Serenísimo Sr. Príncipe de Asturias; que aquella corporación participó a ese Gobierno la dificultad de llevar a cabo su cometido a causa de no tener más cantidad disponible al efecto que 1.333 escudos, sobrante de la distribución del año anterior, suplicando se dictaran las órdenes oportunas para que todos los pueblos se apresuraran a reunir las cuotas que con dicho objeto tienen consignadas en sus presupuestos municipales; que así lo hubiera dispuesto ese Gobierno si los siniestros que en la Isla han tenido lugar no hubiesen venido a destruir la esperanza de cubrir esta y otras atenciones secundarias, ante el imprescindible deber de subvenir a la subsistencia de los que han quedado en la miseria, guardando, por otra parte, alguna consideración a los contribuyentes, que han visto desaparecer en una noche el fruto de algunos años de trabajo y economía; que, pendiente de resolución la propuesta del Jurado, vino el huracán de 29 de Octubre, y entre los varios hechos, que ningún elogio bastaría a enaltecer suficientemente, figura el de un esclavo nombrado José Quiñones, detenido en la cárcel de Guarabo, en cuya jurisdicción había sido aprehendido como prófugo; que recuperó este individuo su libertad por haberse llevado el viento las puertas de su prisión, y en vez de aprovechar este accidente para fugarse, se consagró a la salvación de muchas personas que, a no ser por sus esfuerzos, hubieran sido víctimas de la fuerte avenida del río en aquel punto, presentándose a la autoridad tan pronto como se apaciguó la tormenta; que en vista de tanta abnegación, y considerando que por las razones antes expuestas no podía tener lugar la proyectada adjudicación de los premios a la virtud, al paso que existía cantidad suficiente para dar a este individuo la recompensa que merecía su humanitario y noble comportamiento, había dispuesto ese Gobierno que de los 1.333 escudos se entregasen 1.000 al dueño de José Quiñones, por igual suma invertida en su adquisición, para que inmediatamente, y a nombre de S. M. la Reina, procediese aquél a otorgarlo su carta de libertad, ingresando el resto de 333 escudos en los fondos de la Beneficencia pública, destinados al alivio de las numerosas necesidades que sentía el país:

»Considerando que si bien las sociedades establecidas con el objeto de dar anualmente premios a la virtud deben ajustar sus actos a reglas preexistentes y programas públicos, las circunstancias anómalas en que esa Isla se encontraba impedían obrar en consonancia con este principio, y a que la notoriedad del virtuoso proceder del esclavo José Quiñones excusaba toda comprobación sobre los rasgos que le hacían tan acreedor a una recompensa extraordinaria y pública; y considerando que el esclavo, en uso de su derecho, podía, entregando dicha cantidad al dueño, obtener su libertad; la Reina (Q. D. G.) ha tenido a bien aprobar en todas sus partes lo dispuesto en este particular por el antecesor de V. E., y ordenar que esta resolución se inserte íntegra en la Gaceta, para que sea más pública la ejemplar conducta del liberto José Quiñones.

»De Real orden lo digo a V. E. para su conocimiento y efectos correspondientes. Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid 12 de Febrero de 1868. -MARFORI.- Sr. Gobernador superior civil de la isla de Puerto Rico.»



 

28

Hubiéramos dicho lo mismo de los franceses en Berlín. No nos dirigimos a un pueblo y a un rey, sino a la guerra y a la victoria.



 

29

Téngase en cuenta, para apreciar debidamente esta laboriosidad, que la gran mayoría de los acogidos pasan de sesenta años.






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