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Bibliografía de Antonio Machado

  • Soledades, Revista Ibérica, Madrid, 1903.
  • Soledades, galerías y otros poemas, Pueyo, Madrid,1907. Geoffrey Ribbans, Cátedra, 1988.
  • Campos de Castilla, Renacimiento, Madrid, 1912.
  • Páginas escogidas, Calleja, Madrid, 1917.
  • Poesías completas, Residencia de Estudiantes, Madrid, 1917, Espasa-Calpe, 1928, 1933, 1936. Manuel de Albornoz, Austral, 6.º 1980.
  • Nuevas canciones, Mundo Latino, Madrid, 1924.
  • Juan de Mairena, Espasa Calpe, 1936.
  • La guerra, Espasa Calpe, 1937.
  • Obras, Séneca, México, 1940.
  • Juan de Mairena (nueva edición en dos volúmenes), Losada, Buenos Aires, 1943.
  • Abel Martín, Cancionero de Juan de Mairena, Losada, Buenos Aires, 1943.
  • Obra poética. Con epílogo de Rafael Alberti, Pleamar, Buenos Aires, 1944.
  • Obras completas de Manuel y Antonio Machado, Plenitud, Madrid, 1947.
  • Campos de Castilla (2.ª edición), Afrodisio Aguado, Madrid, 1949. Campos de Castilla. Edición de Rafael Ferreres, Taurus, 1970.
  • Canciones, Afrodisio Aguado, Madrid, 1949.
  • Los complementarios y otras prosas póstumas, Losada, Buenos Aires, 1957. Edición de Domingo Ynduráin, Taurus, 1971.
  • Aurora de Albornoz: Poesías de guerra de A. Machado, Asomante, S. Juan de P. Rico, 1961.
  • Obras: poesía y prosa, Losada, Buenos Aires,1964. Edición completa de Aurora de Albornoz y Guillermo de la Torre. Prosas y poesías olvidadas, Recogidas por Robert Marrast y Ramón Martínez López, Centre de recherches de L'Institut d'Études Hispaniques, París, 1964.
  • Los complementarios, Edición crítica y facsímil con trascripción, al cuidado de Domingo Yndurain, Taurus, Madrid, 1971.
  • «Cartas inéditas de Antonio Machado a Unamuno», Revista Hispánica Moderna, 1956.
  • «Cartas inéditas de Antonio Machado a Juan Ramón Jiménez» . La Torre, 1959.

Prosas dispersas (1893-1936) Edición anotada de Jordi Doménech.

Etapa (1907-1912)

  • 21. Nuestro patriotismo y La marcha de Cádiz.
  • 22. [Carta a Miguel de Unamuno, 1908].
  • 23. [Carta a Rubén Darío, 1908].
  • 24. [Un escrito de Machado citado por Rubén Darío] («Poetas de España. Los hermanos Machado»).
  • 25. [Conferencia en la Sociedad de Obreros de Soria].
  • 26. [Discurso en el homenaje a Antonio Pérez de la Mata].
  • 27. [Carta a Antonia Acebes, abuela de Leonor, 1911].
  • 28. [Carta a José Castillejo, 1911].
  • 29. [Crónicas de París].
  • 30. [Carta a la Junta para Ampliación de Estudios, 1911].
  • 31. [Cartas a Rubén Darío, 1911].
  • 32. [Carta a Juan Ramón Jiménez, 1911].
  • 33. [Informe remitido a la Junta para Ampliación de Estudios, 1911].
  • 34. La tierra de Alvargonzález.
  • 35. [Carta a Juan Ramón Jiménez, 1912].
  • 36. Perico Lija.
  • 37. Apuntes. Política y cultura.
  • 38. La admiración de algunos toreros.
  • 39. [Colaboraciones sin firmar en El Porvenir Castellano].
  • 40. [Cartas a José Ortega y Gasset, 1912].
  • 41. [Carta a Gregorio Martínez Sierra, 1912].

Azorín y Machado con Castilla al fondo

Presentación

El próximo año 2007 se cumplirán los 40 años de la muerte de Azorín y el I Centenario de la llegada de Antonio Machado a Soria, lo cual me brinda la oportunidad de exponer estos apuntes para conmemorar esta importante efemérides literaria. He realizado un corto viaje a la breve ciudad de Leonor donde he buscado a Machado en Soria, y donde he querido respirar el sobrio ambiente castellano en sus gentes y en las plácidas riberas de San Saturio y los claustros de san Juan del Duero. Esta Castilla nueva, antes le llamaban la Vieja, que según Azorín era «el fondo de la raza, lo que no pasa, lo que perdura», sin embargo, siendo un lugar vetado a los medios de comunicación nacional, porque nunca pasa nada, Gracias a Dios, un lugar con alma propia, he querido comprobarlo por mí mismo y he aquí lo que he conseguido pergeñar, unos trazos para relacionar a dos figuras máximas de nuestras letras del siglo XX, integrantes de pleno derecho en esa ya mítica «Generación del 98», del desastre y del desengaño.

Tanto Azorín como Machado, maestros ambos de la estilística más depurada del lenguaje, han influido considerablemente en muchos prosistas y poetas posteriores, porque marcaron una estética y un modo de decir, lo que ha supuesto un logro y un reconocimiento, inequívocamente admirable y académico. Comparando ambas biografías vemos que son contemporáneos, e incluso, muestran semejanzas en el estilo: Azorín (José Martínez Ruiz) nació el 4 de junio de 1873, Antonio Machado el 26 de julio de 1875. Azorín fue académico en el año 1924, Machado en 1927 (recomendado por los académicos Azorín, Ricardo León y Palacio Valdés). La llegada de la guerra civil les separó para siempre, Azorín salió de España en octubre de 1936 hacia París, y Machado se quedó al lado de la República en Valencia. Azorín murió en Madrid el 2 de marzo de 1967, a los 92 años, y Machado en el exilio en Colliure (Francia), el 22 de febrero de 1939, a los 64 años. En 1912 salen a la luz Castilla de Azorín y Campos de Castilla de Machado.

Ahora me pregunto. ¿Pero cuáles fueron las relaciones reales entre Azorín y Machado?, para ello he buscado notas dispersas en los libros y en artículos, la verdad es que no hay mucho donde elegir, porque en realidad no hubo una amistad personal entre estas dos columnas de Castilla y lo castellano, sino una relación no más allá de lo cordial y admiración recíproca, que como en un cuadro tienen a Castilla al fondo. Este amor por Castilla es el punto de flexión o lazos que les unían, una Castilla, según ellos pura, origen de la raza, inmutable, con un paisaje miserable, de pueblos abandonados y polvorientos caminos, escasa vegetación de álamos y olmos en las riberas del Duero y de trasfondo una figura mítica de nuestras letras, la de Don Quijote caballero andante, asiduo a las ventas y misterioso, porque de un lugar como La Mancha-Castilla inhóspitos e incultos planos, antaño, de la nada, se creó un milagro literario, pilar de las letras universales, o el molino de los libros. Razón por la cual los de la Generación del 98 (Unamuno, Maeztu, Azorín, Valle Inclán, Machado) intentan recuperar la dignidad de los españoles volviendo a los orígenes de nuestra historia y letras, que es la recia e inmutable Castilla y lo castellano, románico, templarios, reconquistas...

Después del Desastre del 98 y pérdida de las colonias de Filipinas y Cuba revalorizan lo castellano, y sus tradiciones, el paisaje castellano, su lenguaje castizo y espontáneos. Recorren caminos, pueblos en las dos mesetas escribiendo libros de viajes y resucitando y estudiando los mitos literarios españoles y el romancero donde se hallan las leyenda de Rolando, de Roncesvalles y los romances de moriscos. Los del 98 tratan de hacer la nueva reconquista con la pluma. Rompen y renuevan los moldes clásicos de los géneros literarios para ellos anquilosados en el romanticismo tardío y el realismo, creando nuevas formas de decir y de pensar. Descubren el Impresionismo y el Expresionismo, hasta el esperpento de las novelas de Valle-Inclán. En la narrativa no importa el argumento, importa el modo, el estilo, la novela unamuniana, la novela impresionista y lírica de Azorín, que experimenta con el espacio y el tiempo, y hace vivir al mismo personaje en varias épocas. La Voluntad (1902) es una metanovela. Sienten especial debilidad por Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique, Cervantes, Quevedo y Góngora. Buscan estos escritores y poetas la esencia y el alma española, los valores de la patria y la raíz de los problemas presentes para buscar soluciones.

Antonio Machado inició la poesía española contemporánea mezclando la seriedad reflexiva, la profunda meditación temporal y motivos cívicos con el simbolismo gira en torno a tres temas principales: la intimidad del poeta (añoranzas), el paisaje o mundo exterior a él (medio donde habita) y su amor por Leonor, su musa, muerta a los dos años de casarse. Son poesías de dolor, de recuerdos, añoranzas y ensoñaciones de un mundo que fue mejor. Influyó en poetas posteriores, entre ellos en Miguel Hernández, como escribe Francisco Esteve que entre los libros que componían la escasa biblioteca de Miguel, encontraron un ejemplar de Soledades. Galerías. Otros poemas, edición de 1917. Y este epígono llama a Antonio Machado en su poema «Llamo a los poetas» para su libro El hombre acecha (1939), aunque no editado hasta 1981 por la Casona de Tudanca.

Azorín no era poeta en sí como lo entendemos con las palabras en verso, era poeta de la palabra en prosa, como escribe Pedro Ignacio López García «[...] se trata de su caso [...] de un intento, casi místico, de hacer «poesía Pura» en prosa» (p. 17, 2005). Expresionista positivo, impresionista como los pintores plásticos, hizo admirables descripciones de personajes, cantó con sensibilidad impresionista a la serena Castilla y a sus gentes. Renovador de la palabra. Sintió profundamente los problemas de España y centró su atención en Castilla: sus pueblos, sus hombres, sus paisajes y su pasado histórico y literario. Es capaz de percibir los más mínimos e insólitos detalles de la realidad, consiguiendo con las descripciones verdaderos alardes y visiones hasta hoy nunca sentidas. Se vale de una técnica impresionista muy cercana a la utilizada por la pintura o las imágenes del cine. Además Azorín como crítico literario se relacionó tanto con poetas de los llamados «poesía pura» Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Pedro Salinas, como poetas del 27 Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Manuel Altolaguirre, Federico García Lorca y el malagueño Moreno Villa como con escritores. Y con los franceses, conoció a Marcel Proust en 1925, admiró a Paul Valéry, a Baudelaire y a Verlaine.

Retrato de Azorín (1904)

La relación epistolar

Nos encontramos con una escasa o casi nula relación epistolar (como veremos seguidamente) y envío de ejemplares dedicados como una muestra de cortesía. No conocemos fotografías de ellos juntos. La balanza de la intensidad epistolar cae a favor de Machado. Azorín escribió una crítica positiva en «El paisaje en la poesía» y le dedicó un libro Un pueblecito: Riofrío de Ávila.

Habían colaborado en la revista Electra, y firmaron la protesta ante el homenaje a Echegaray de 1905. La revista madrileña semanal Electra, que debe su nombre a un clamoroso éxito del estreno de esta obra de Pérez Galdós en Madrid, su primer número salió el 16 de marzo de 1901, en el que se encontraba como secretario su hermano Manuel Machado. Aquí publicó Antonio en la sección «Los poetas de hoy» sus dos primeros poemas: «Desde la boca de un dragón» y «Siempre que sale el alma de la oscura».

Escriben José Ferrándiz y José Payá:

«Los dos formaron parte de una de las comisiones que en 1923 se crearon para dedicar un monumento a Rubén Darío, proyecto que no llegó a consumarse pero que tuvo cierta repercusión en la revista España, sobre todo al atacar Juan Ramón Jiménez a algunos miembros de una de las comisiones, dando pie a que Azorín se retirara de la que formaba parte y a que Machado anunciara, poco después, que la dimisión de Azorín implicaba la suya».

(«Machado y Azorín. Trasfondo literario y político de sus relaciones»)



Ramón Sánchez Díaz, aseguraba en el n.º 5 de Electra que este era un periódico batallador y reformador. José Martínez Ruiz, que aun no era Azorín, era uno de los más belicosos por su anarquismo de ideas, escribirá «La España católica» número 6; «La religión», número 9.

De Machado a Azorín:

En la Casa-Museo de Azorín en Monóvar se encuentran los libros dedicados por Machado a Azorín, en cambio, no está Campos de Castilla, también la carta de 1916. Veámoslo detalladamente:

a) Los primeros guiños de ofrecimiento de una amistad comienza por iniciativa de Antonio Machado que le envía su libro Soledades. Galerías. Otros Poemas (1907), dedicado: «Al pequeño filósofo Azorín, en muestra de admiración y simpatía», Firmado Antonio Machado. Enviado desde Burgos, el 1 de noviembre de 1907. Durante la etapa soriana (1907-1912) no hay correspondencia. En estos años de primeros del s. XX, Azorín es un escritor, periodista y crítico de prestigio que escribe crítica literaria en la prensa nacional, sobre todo en ABC, Diario de Barcelona..., reconocido y de gran influencia en los medios; en cambio, Machado, en esos años era poeta tardío que comenzaba a darse a conocer, por ello buscaba el amparo de los escritores reconocidos, como es práctica usual por todo aquel que quiera darse a conocer. Por ello le dirá de Azorín en su dedicatoria, como no puede ser menos, que siente «admiración y simpatía», ante cuyos elogios el maestro responderá en 1913 con «El paisaje en la poesía». También mantenía Machado correspondencia con Unamuno y con Juan Ramón Jiménez.

b) La segunda carta o nota biográfica será en 1913, cuando Machado escribirá una autobiografía para el proyecto de antología de Azorín, posiblemente a petición de Azorín, quizás para animarle tras quedar viudo de Leonor el 1 de agosto de 1912, en su retiro de Baeza. ¿Dónde está esa carta de petición de reseña autobiográfica a Machado, y la antología prometida? La nota biografía de Machado a Azorín fue publicada por Francisco Vega Díaz, en Papeles de Son Armadans, XIV, liv, 160 [1965] pág. 49-99):

«Nací en Sevilla el año 1875 en el palacio de las Dueñas. Anoto este detalle no por lo que tenga de señorías (el tal palacio estaba en aquella sazón alquilado a varias familias modestas), sino por la huella que en mi espíritu ha dejado la interior arquitectura de ese viejo caserón. En mi próximo libro hablo de él, sin más datos que mis recuerdos infantiles [...]».

Observemos que Campos de Castilla se publica en la primavera de 1912 (posiblemente a finales de abril, antes de lo que creía, según Geoffrey Ribbans, según la nota 1 de su edición en Cátedra n.º 10), y que, a finales de ese mismo año aparecerá Castilla, colección de artículos publicados en prensa de Azorín. Evidentemente estas coincidencias en el tiempo histórico les relacionarán a partir de 1912. Ambas obras coinciden en realzar los valores del «alma de Castilla» en un intento de recuperar la España ideal de las tradiciones más puras que espiritualmente habían ensalzado los del 98. Tras la publicación de Castilla por Azorín a finales de 1912, Machado siente que «ha removido su espíritu hondamente», escribe a Juan Ramón Jiménez. Y escribirá el poema «Al maestro Azorín por su libro de Castilla», ya en su retiro andaluz de Baeza, que publicaría en Páginas escogidas (1917), y que aparece en ediciones posteriores de Campos de Castilla. En este poema Machado recrea una escena imitando el estilo azoriniano en la venta de Cidones situada en la carretera entre Soria y Burgos, con un caballero escritor «enlutado, la mano en la mejilla, medita ensimismado», que espera que llegue el coche que es el correo que llevará a otro pueblo al viajero. Leamos parte del poema titulado «Al maestro Azorín por su libro Castilla» en la escena que he mencionado. Según Ian Gibson, (pág. 294), «... y dos semanas después, en Soria, lo publica José María Palacio en El Porvenir Castellano».

La venta de Cidones está en la carretera

que va de Soria a Burgos. Leonarda, la ventera,

que llaman la Ruipérez, es una viejecita

que aviva el fuego donde borbolla la marmita.

Ruipérez, el ventero, un viejo diminuto

¿bajo las cejas grises, dos ojos de hombre astuto?,

contempla silencioso la lumbre del hogar.

Se oye la marmita al fuego borbollar.

Sentado ante una mesa de pino, un caballero

escribe. Cuando moja la pluma en el tintero,

dos ojos tristes lucen en un semblante enjuto...


CXVII (Campos de Castilla, p. 175, 1995).



Recordemos que Machado visitó el pueblo de Cidones (Soria) camino de Viruesa y Covaleda cuando fue a visitar en los Picos de Urbión el nacimiento del río Duero en octubre de 1910, que le inspiró para escribir «Las tierras de Alvargonzález».

En noviembre de 1913 se organiza un homenaje a Azorín en Aranjuez. Machado no puede asistir o no quiere asistir y le escribe un poema titulado desde «Desde mi rincón» (Este rincón se refiere Machado a Baeza, donde desolado no quería salir, según le indicó a Martín Sierra, edito de Renacimiento) con la cita «Elogio. Al libro Castilla, del maestro «Azorín» con motivo del mismo, 100 versos. Los últimos versos dicen:

¡Oh, tú «Azorín», que de la mar de Ulises

viniste al ancho llano

en donde el gran Quijote, el buen Quijano,

soñó con Esplandianes y Amadises;

buen «Azorín», por adopción manchego...


Posiblemente este verso estuviera inspirado en el libro La ruta de don Quijote que Azorín escribió en 1905, con motivo del III Centenario de El Quijote, aunque no sabía que años después sería uno de los cervantistas o cervantófilos más fecundos y reconocidos.

c) En tercer lugar sería el artículo que Antonio Machado publica en El Porvenir Castellano de Soria, el 22 de julio de 1912 (cuyo texto completo se encuentra recogido en Prosas dispersas, pp. 298-300, de Jordi Domé nech, al que hace referencia el profesor Miguel Ángel Lozano Marco en su trabajo «El cristal y el espejo. Azorín visto por Antonio Machado», Hoy es siempre todavía. Curso Internacional sobre Antonio Machado, Córdoba, 17-11 de noviembre 2005, coordinador Jordi Doménech. Ayuntamiento de Córdoba, Renacimiento, Sevilla, 2006, donde escribe Miguel Ángel Lozano:

Entre los párrafos de ese artículo destaca una frase concisa y de largo alcance; una de esas definiciones sintéticas en las que Antonio Machado sabe condensar una contenido capaz de suscitar una amplia reflexión: "Azorín es el más sutil de nuestros escritores contemporáneos. Su estilo es invisible, como un cristal de absoluta transparencia cuando no se convierte en un espejo mágico y encantado" [...] porque la relación y entre el cristal y el espejo aparece inmediatamente el lector como imagen de significación relevante...

(p. 233. Hoy es siempre todavía. Sevilla, 2006)



d) La cuarto misiva será una carta a Azorín en 1916 la única que se conoce entre ellos agradeciéndole que le dedicara el libro Un pueblecito (Riofrío de Ávila) en la que sorprende que el poeta se enterara por un tercero.

e) En quinto lugar le remitió un ejemplar de la edición de Poesías escogidas de 1917. Desde Segovia, Antonio Machado remitió a Azorín en 1928 un ejemplar de la edición de ese año de sus Poesías completas con una escueta dedicatoria: «Al gran Azorín, con la admiración y afecto de Antonio Machado»». La dedicatoria de un libro es, a menudo, una oportunidad para redactar un cumplido, y aparentemente, éste, firmado el 4 de abril, podría ser un autógrafo más entre dos escritores.

De Azorín a Machado:

a) Azorín comenta sobre los poemas de Campo de Castilla en «El paisaje en la poesía». ABC, 2-VII-1912. Donde escribe:

«Antonio Machado acaba de publicar un nuevo libro de versos: Campos de Castilla. Una colección de paisajes castellanos con la poesía reciente de Machado. El paisaje adquiere su plenitud, su cabal desenvolvimiento en el nuevo libro del poeta [...] Antonio Machado pertenece a un grupo de poetas venidos al arte en estos últimos años. No es éste el momento de estudiar la labor de dicho lírico...»

(Aparece también en Castilla, p.307-312. 1995)



b) Azorín le dedicó a Antonio Machado su libro Un pueblecito : Riofrío de Ávila (1916). Es la visión que tiene un párroco del pueblo. Que ya es mucha atención. En cuanto Machado se entera le manda una carta agradeciéndoselo.

Opina César Pérez Gracia en su artículo «La novela dieciochesca en Azorín»:

«En todo caso, tengo para mí que acaso esta curiosa novela es el libro más redondo y profundo de Azorín. Jacinto Bejarano es el héroe desterrado de Un pueblecito: Riofrío de Ávila, 1916. Ortega tuvo el excelente olfato de ver al trasluz de la biografía de Bejarano -sensual como Montaigne-, la silueta autobiográfica del propio autor. La gracia o enjundia del volumen reside en su juego de planos narrativos, de siglos en escorzo. El Madrid dieciochesco de Bejarano, con sus tertulias de Moratín y Jovellanos, y el Madrid alfonsino de Azorín, con las tertulias de Ortega y Baroja, de Valle-Inclán y Gómez de la Serna».

De momento no tenemos otras cartas de Azorín a Machado, pero estos guiños del maestro de Monóvar son suficientes como para culminar y llevar de la mano a cualquier poeta hasta el mismísimo Parnaso.

Azorín nombra dos veces a Soria en su libro Castilla , en el capítulo «En la Meseta» (p. 295-299. 1995) cuando está en la sala o habitación de la posada lee un libro titulado: «Vida pastoril» por don Manuel del Río, vecino de Carrascosa, provincia de Soria, ganadero trashumante, y hermano del honrado Concejo de la Mesta. (p. 296 y 298, Castilla ). Este libro es de 1828, su autor es don Manuel del Río Alcalde, nacido en Carrascosa de la Sierra en 1757, renombrado ganadero perteneciente al Real Concejo de la Mesta, como se confirma en el citado libro. Se ha vuelto a editar en Almazán (Soria) con Introducción y Bibliografía de José Luis Gonzálvez Escobar con el patrocinio de la Diputación Provincial de Soria-230 pág. ALMAZÁN (SORIA). Tomo un párrafo:

Queremos hacer referencia a las curiosas prácticas quirúrgicas y de profilaxis antiinfecciosa narradas en la «Vida pastoril», tales como la quirúrgica de la «modorra» o «lombriz hidatídica» y del «orzuelo» o «catarata» y la inoculación antivariólica.

Yo quiero ver a Soria en este capítulo, mientras no se me demuestre lo contrario, evidentemente. Las referencias son: 1) «Hace tres días que he llegado a la diminuta ciudad: una ciudad donde un tiempo se aposentaron durante una breve temporada Isabel de Castilla y Fernando de Aragón...» (p. 295). Aunque no se haya demostrado que los Reyes Católicos pernoctaran en Soria. 2) Hará referencia al bachiller y canónigo Juan Pérez de Moya nacido en Santisteban del Puerto (Jaén) en 1513, autor del libro nombrado por Azorín (p.198). Varias historias de santas e ilustres mujeres (Madrid, 1583). 3) Para hacer referencia a las «damas rígidas y duras» enlutadas castellanas, posiblemente fundadoras de esta diminuta ciudad. 4) Nos dice también (pág. 198) que «a la feria populosa [también de ganado] de Medina del Campo [Valladolid], saldrían todos los años caravanas de mercaderes y de caballeros ostentosamente arreados», esta diminuta ciudad, queda lejos de Medina del Campo, por lo tanto si no es Burgos debería ser Soria.

Además de lo expuesto, cabe preguntarse por qué Azorín nombra el libro de un soriano como es Manuel del Río Alcalde en este capítulo. Indudablemente para que el lector se haga una asociación de ideas sorianas. Soria era un provincia cuya vida económica estaba relacionada con los rebaños de oveja merina y la exportación de lana. No nombrará directamente a la Soria breve, en parangón con el estilo de Cervantes, cuando renunció a nombrar la patria de Don Quijote «[...] lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme [...]», lo que buscaba Cervantes era participación: «[...] para dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársela y tenérsela suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero» (Quijote, II, cap. 74). Azorín asegura que se leyó El Quijote, al menos treinta veces.

Conclusiones

Si este breve artículo ha servido para unir y recordar a estos dos grandísimos escritores, aunque, solamente un lector llegue hasta aquí, creo que es suficiente satisfacción y creo que habrá valido la pena escribirlo, sobre todo si aporta una mínima luz a la relación Machado-Azorín.

A orillas del Duero

Bibliografía consultada (Parte I)

  • AA. VV.: CL aniversario del Círculo de la Amistad Numancia (1848-1998), Excma. Diputación de Soria, 2000.
  • AZORÍN: Castilla, Edición de Inman Fox, Colección Austral n.º 254. Madrid, 1995, «El paisaje en la poesía». Páginas 307-312.
  • CARPINTERO, Heliodoro: Antonio Machado en Soria.
  • CERVANTES, Miguel de: El ingenioso hidalgo caballero don Quijote de la Mancha, II Parte.
  • ESTEVE, Francisco: «Antonio Machado y Miguel Hernández: dos poetas y una misma voz». Doménech, Jordi (coord.), Hoy es siempre todavía..., Sevilla, Ayuntamiento de Córdoba / Renacimiento, 791 p.
  • GIBSON, Ian: La vida de Antonio Machado. Ligero de equipaje. Aguilar, Madrid, 2006.
  • LÓPEZ GARCÍA, Pedro Ignacio: Azorín, poeta puro, Inst. Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante. 2005.
  • LOZANO MARCO, Miguel Ángel: «El cristal y el Espejo. Azorín visto por Antonio Machado». (pp. 231-253) Hoy es siempre todavía. Curso Internacional sobre Antonio Machado Córdoba, 7-11 de noviembre de 2005. Coordinador Jordi Doménech.
  • ——: «Antonio Machado Hoy». Acta del Congreso Internacional conmemorativo del cincuentenario de la muerte de Antonio Machado. Ediciones Alfar, Sevilla. 1990.
  • MACHADO, Antonio: Campos de Castilla, edición de Geoffrey Ribbans, Cátedra, n.º 10, Madrid, 1995.
  • ——: Obras completas, ed. crítica de Oreste Macrí, con la colaboración de G. Chiappini (Madrid, 1988).
  • MONTERO PADILLA, José y MONTERO Reguera, Lola (coords.), Actas del congreso internacional sobre A. M. Vida y obra (Segovia, 6, 7 y 8 de abril de 2000), Segovia, Real Academia de Historia y Arte de San Quirce / Junta de Castilla y León, 322 p. Recoge la ponencia de José Ferrándiz Lozano y José Payá Bernabé, (pp. 219-25) «Machado y Azorín. Trasfondo literario y político de sus relaciones».
  • MACHADO, Antonio: Soria en la poesía de Antonio Machado. Edición de la Excma. Diputación Provincial de Soria, 1975, con prólogo de Santiago Aparicio Alcalde, a la sazón Presidente de la Diputación (libro raro).
  • MARCO IBÁÑEZ, Ángel: Machado, Soria y Leonor, Las Heras 1975.
  • RIBBANS, Geoffrey: Edición de Campos de Castilla, Cátedra, n.º10, Madrid, 1995.
  • FERRÁNDIZ, José y PAYÁ, José: «Machado y Azorín. Trasfondo literario y político de sus relaciones», Actas del congreso internacional sobre A. M. Vida y obra (Segovia, 6, 7 y 8 de abril de 2000).
  • AA. VV.: Antonio Machado, hoy, 4 volúmenes (Sevilla, 1990).
  • J. VERDÚ DE GREGORIO: Antonio Machado: soledad, infancia y sueño (Madrid, 1990). Antonio Machado hacia Europa. Actas del Congreso Internacional (Turín,1990), Madrid: M.º de Cultura/Visor Libros, 1993.
  • BECEIRO, C.: Antonio Machado, poeta de Castilla. Valladolid: Ámbito, 1984.
  • DOMÉNECH, Jordi: «Sobre la publicación de Campos de Castilla», en Ínsula, 594 (1996) 3-7.
  • «Más sobre Tierras de España, de Antonio Machado», en Ínsula, 606 (1997), pp. 5-6.
  • MORENO HERNÁNDEZ, C.: «Precisiones sobre Campos de Castilla de A. Machado», en Celtiberia, 64 (1982) 233-255.
  • «Notas para una edición de Campos de Castilla», en Epos. Revista de Filología, UNED, V (1989) 513-521.
  • TUÑÓN DE LARA, M.: Antonio Machado, poeta del pueblo. Barcelona: Nova Terra, 1967; 2.ª ed., 1975. «La superación del 98 por Antonio Machado», Ibid. (1975) pp. 315-358.
Enlaces con las páginas web más destacados
  • Machado en Soria, edición de Ángel Palomino.
  • Antonio Machado Abel Martín, por Jordi Doménech.
  • La poesía de Antonio Machado, por José A. Serrano Segura.
  • A ras del Duero, Juan Martínez.
  • Ruta Machadiana (1). A un olmo seco, por Ángel Almazán.

Expediente militar de Ceferino Izquierdo Caballero, suegro de Antonio Machado

Por Ramón Fernández Palmeral.


La vida del poeta sevillano Antonio Machado Ruiz (1875-1939) no sólo nos interesa a los machadianos a través de su obra, sino que también nos es aprovechable la vida de sus familiares directos o afines, amigos y allegados. Todo ello sirve al propósito de ampliar diferentes puntos de vista que nos acerquen a conocer zonas oscuras, dudosas o circunstancias aleatorias que enriquezcan la vida del universal poeta. En este caso, nos acercamos al expediente militar de Ceferino Izquierdo Caballero, suegro de Antonio Machado, cabo de la guardia, según su hoja de servicio facilitada por la Sección Guardia Civil del Archivo General del Ministerio de Interior, de fecha 7 de noviembre 2006, que consta de 6 folios. Ceferino era el padre de Leonor Izquierdo Cuevas, esposa de Antonio Machado, casados en Soria el 30 de julio de 1909 en la iglesia de Santa María la Mayor. Ceferino y Ana Ruiz, la madrina de boda, tuvieron que dar su consentimiento para celebrar el enlace, ya que Leonor tenía tan sólo 15 años, menor de edad, ya que era la edad mínima para poder casarse, siempre bajo consentimiento. Aquí les presento su expediente militar, por cierto, muy movido con múltiples destinos, ascensos, premios por reenganches y también arrestos.

Con este artículo pretendo aclarar documentalmente los datos del padre de Leonor, un soriano, importante personaje que influyó decisivamente en su hija Leonor para que pudiera contraer matrimonio con Antonio, pues le dejó a ella la libre elección de casarse, ya que la diferencia de edad entre ellos era de unos 19 años. A la muerte de Leonor el 1 de agosto de 1912, cuando contaba 18 años, debieron romperse las relaciones familiar por afinidad entre Ceferino y Antonio, porque nada sabemos en cuestión. Posiblemente la instrucción y educación militar que recibió Ceferino, le hacían ser severo con el entorno familiar, de aquí la fama que tuvo de que era «hombre autoritario, de mal genio, que se embriagaba con frecuencia», según Mariano Granados Aguirre (alumno de Antonio Machado), además infundía «cierto pavor».

Ficha1 y Hoja de servicios

Ceferino Izquierdo Caballero nació en Cubo de la Solana2 (Soria) el 24 de agosto de 1870. (Era cinco años mayor que Antonio Machado, quien había nacido en 1875). Hijo de Sinforiano y Jacinta. En la ficha le figura el oficio de fuminasta (que arregla chimeneas y estufas). Tenía una estatura de 1.67 m., pelo de color castaño y ojos del mismo color, acredita saber leer y escribir. Ingresó en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoros3 (Madrid) el 20 de octubre de 1885 (a los quince años de edad). Hasta 1912 y como había pocas plazas solamente ingresaban los huérfanos de padre y madre, de padre y o de madre, por lo tanto su padre Sinforiano Izquierdo fue también guardia civil.

Por disposición del Excmo. Sr. Director General del Cuerpo de 3 de octubre tuvo ingreso el 20 de octubre de 1885 en el Colegio de Guardias Jóvenes. El 25 de agosto de 1986 fue filiado y firmó por el tiempo de doce años ante el Jefe del Detall Carlos de Casas y Moles, se le leyeron la leyes penales ante los testigos guardias segundos: Simón Gutiérrez García, Rafael Morales García. Y ese mismo día se presentó ante el Alcalde constitucional de Valdemoros Eloy L. de Lorena. El 12 de octubre de ese mismo año prestó juramento de fidelidad a la bandera. El 18 de enero de 1888 ascendió a distinguido de 3.ª clase por su aplicación y cualidades , el 22 de marzo es ascendido a distinguido a 2.ª clase por antigüedad, el 2 de agosto distinguido de 1.ª clase.

A final de agosto de 1888 fue baja por ser nombrado Guardia 2.º y destinado a la Infantería de la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora, forzoso, y con derecho a pasar a la Comandancia de Soria. El 1 de septiembre de 1888, fue alta en la 4.ª compañía de la Comandancia de Zamora (capital), al final de octubre de este mismo mes pasó a la 9.ª compañía de la Comandancia de Soria, al puesto de Noviercas. El 21 de noviembre de 1890, se le leyó el nuevo Código de Justicia Militar. En julio de 1890, pasó al puesto de Arcos (Arcos de Jalón4). El 21 de agosto de este mismo año pasó al puesto de la capital de Soria. En 1892 llevaba seis años de servicio, pasó un reconocimiento médico y firmó el reenganche hasta 1892.

El 4 de julio de 1893, le fue expedido certificado de soltería para contraer matrimonio con Isabel Cuevas Aceves (sic), cuyo matrimonio se celebró el 2 de septiembre del mismo año, posiblemente en Soria, según parte que remitió a la Dirección General del Cuerpo (antes era obligación de los guardias pedir permiso para casarse).

En 1893 fue instruida una causa contra él y sus compañero de pareja Gerónimo (sic) Escudero Garrido, por un caso que no queda explicado en su ficha, pero parece entenderse que tuvieron un altercado en el Barrio de las ¿Casos o Cacas? [Soria], con un tal Juan Molina, el día 29 de mayo ¿...? Pero la causa fue sobreseída, según Decreto del 18 de septiembre. Seguramente, esto produjo la necesidad de un traslado, y el 21 de junio pasó desde el puesto de la capital de Soria al puesto de ¿Ardrachal o Ardachosa (hoy despoblado de la provincia de Soria, perteneciente a Bayubas de Abajo), la ficha no se lee bien este nombre. El 25 de septiembre fue trasladado al puesto de Ágreda. El 10 de abril de 1894, pasó al puesto de Almenar (de Soria), donde nació su hija Leonor el 12 de junio de 1894.

En 1895, y acabado el reenganche, firmó por otros cuatro años más con arreglo a la Ley de 1 de junio de 1877. Se le abonaron 125 pesetas por premio como primera cuota y 475 pesetas como última cuota, al terminar el compromiso, y un plus diario de 25 céntimos de peseta. Hallándose tan tranquilo en el castillo de Almenar de Soria, el 1 de julio de 1898, fue ascendido por elección por el Director General de la Guardia Civil al empleo de Cabo y destinado otra vez al puesto de Ágreda. El 26 de agosto de 1899 firma otro reenganche por tres años este reengache le suponía 100 pesetas más y 325 pesetas la terminar el compromiso en 1902, más un plus de diario de 25 céntimos de peseta.

En 1900, había cumplido los 12 años comprometidos desde día de su nombramiento con guardia 2.º (1888), por lo que se le concedió el 1.º galón de distinción por llevar 12 años de servicios. Figura en la ficha que el año 1900 lo finalizó en el puesto de Monteagudo como comandante de puesto del mismo, debe referirse al castillo de Monteagudo de la Vicaría (Soria), que debió ser, supongo, casa-cuartel como también lo fue el castillo de Almenar. En 1902, vuelve a firmar otro compromiso de cuatro años y nuevo reconocimiento facultativo, se le pagan 125 pesetas de la primera cuota y la 475 al finalizar el compromiso. El año 1902, lo finalizó en el puesto de Monteagudo.

El 31 de mayo de 1903, pasó al puesto de Ciria5 . Se le autoriza a usar la Medalla de Alfonso VIII. El 29 de diciembre de 1903, pasa al puesto de la capital de Soria para cumplir seguramente en los calabozo un arresto de dos meses, donde finalizó el año, por causas que se desconocen. La familia no lo debió pasar muy bien, porque un arresto, indirectamente también lo paga la familia. Cumplido el arresto de los dos meses el 29 de febrero de 1904 pasó destinado al puesto de Gómara6 . En 1906 volvió a pedir un reenganche por de otros cuatro años más. Hallándose en el puesto de Gómara, cansado de tantos destinos y de la dura y sacrificada vida militar de aquellos años, y mala paga, y viendo poco porvenir para sus tres hijos: Leonor de 13 años, Sinforiano, de 10 años (observar que llevaba él con el mismo nombre del abuelo paterno) y Antonia de pocos años, pide la licencia absoluta y se la conceden el 31 de agosto de 1907 (día de San Ramón Nonato). Figura anotada en su ficha y firmada por el 2.º Jefe Accidental, Narciso Hernández Hernández. Llevaba casi 22 años de servicio, le contaba los años del Colegio. Tenía 37 años de edad.

Después de licenciado, la familia Izquierdo/Cuevas se trasladan desde Gómara a Soria y cuando el matrimonio Isidoro Martínez Ruiz y su esposa Regina Cuevas Acebes, hermana de Isabel Cuevas, deciden cerrar la pensión de la calle Collado 54, los Izquierdo abren otra pensión en c/. Estudios, 7, esquina Teatinos a donde también se cambiará Antonio Machado, que se hospedaba en la pensión de Isidoro, y además acababa de llegar en octubre al Instituto de Soria con su cátedra de francés.

No sabemos a qué se dedicó Ceferino Izquierdo, le debió quedar un ridícula pensión, posiblemente se quedará como conserje y recepcionista de su propio negocio; tampoco sabemos en qué fecha falleció. Esto queda para algún investigador audaz que tenga ganas de trabajarse el Registro Civil de Soria.

A Ceferino no le consta en su ficha un ascenso a sargento como se le suele atribuir en los libros consultados, se quedó en cabo, la posibilidad de un ascenso honorífico no es muy probable, teniendo en cuenta que la licencia fue voluntaria.

Buscando a Antonio Machado en Baeza

Viaje a Baeza

Miércoles, 20 de junio 2007

Estimado don Antonio:

No sé qué me mueve esta vez a escribirle de nuevo, no lo sé, más que nada, creo que es el recuerdo nostálgico de mi visita a Soria, el año pasado, como recodará usted por el epistolario póstumo que le dediqué, estuvimos buscándole en Soria, con motivo del I Centenario de su llegada a la ciudad chiquita y silvestre como una flor, y la verdad es que, entonces, encontré lo que buscaba, y además tanto el Ayuntamiento como las autoridades soriano-castellanas se han portada bien en este efemérides, no se pude quejar.

Ahora, en el verano del 2007, me brota una acuciante necesidad de ponerle al día de cómo están los asuntos machadianos en Baeza, la Baetia de los romanos, ¿recuerda que usted la llamó: «la ciudad moruna» (CXVIII, v. 1, 1913), o «un pueblo húmedo y frío,/ destartalado y sombrío,/ entre andaluz y manchego/) (CXXVIII, mayo 1914), donde vino usted a llorar y no a amar.

La bien atorreada y cercada ciudad por el arráez Audallamir de la que habla el más antiguo de los romances fronterizos que es de 1368, es Baeza que junto a Úbeda, en la comarca de La Loma, aceitunera por excelencia, son joyas renacentistas Patrimonio de la Humanidad.

Después de aquella tragedia o catástrofe sentimental y espiritual de la muerte de su esposa Leonor al año de casados, usted pidió salir de Soria con toda urgencia, alejarse del recuerdo como si esto fuera posible, sólo la oración interior que aconsejaba San Juan de la Cruz, que también vivió aquí, es reconfortante para los espíritus heridos. Evidentemente usted no era religioso, en cambio su poesía entra dentro de lo lírico-místico, si cabe esta formulación. ¿O es que acaso ese Cántico espiritual entre el alma de Cristo y su esposo, cuando escribe la silva: «¿Adónde te escondiste, /Amado, y me dexaste con gemido? / Como el ciervo huiste, /Habiéndome herido; /Salí tras ti clamando, y ya eras ido/»; no es caso similar a la silva machadiana «Un loco»: «Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano! / Carne triste y espíritu villano! / No fue por una trágica amargura / este alma errante desgajada y rota; purga un pecado ajeno: la cordura, /la terrible cordura del idiota».

Por San Juan hemos venido a Baeza mi mujer y yo, hemos llegado con ilusión a esta tierra de ballestas en los olivares vencidos de olivas. Por ello, nuevamente, me mueve el placer del viaje y de la investigación literaria. Íbamos a cambiar los Picos de Urbión o Tierras del Alvargonzález por la Sierra de Cazorla, con «Mariposas de la sierra», (28 de mayo 1915), número CXLII, de Poesía Completas.

Recordemos que usted conoció a Leonor Izquierdo Cuevas en octubre de 1907 en la pensión de sus tíos: Isidoro Martínez y Regina Cuevas. Se casan dos años después, luego ese viaje a París, donde seguramente, al respirar el aire viciado y húmedo de esta mega-ciudad francesa, enferman sus pulmones acostumbrados al aire puro y seco de Castilla, ha contraído la misma enfermedad que Gustavo Adolfo Bécquer: tuberculosis. El 14 de julio de 1911 vomita sangre, desesperadamente salió a busca a un médico pero era la fiesta nacional francesa y no encuentra a ninguno, a la mañana siguiente la lleva a Maison Municipales de Santé, sanatorio donde acogían los enfermos extranjeros, le recomiendan el clima altiplano del aire puro de Soria, pedirá dinero prestado a Rubén Darío para el viaje en tren, el 15 de septiembre están en Madrid, y enseguida regresó a Soria; le espera una dolorosa agonía de más de un año y muerte a las diez de la noche de 1 de agosto 1912, tenía 18 años. Usted llegó a Baeza destrozado, no era para menos, el recuerdo de Leonor le persigue, le obsesiona no sabe muy bien cómo seguir adelante. Es otoño y el invierno debió ser frío:

Tiene Cazorla nieve,

y Mágina, tormenta.

Su montera, Azniatín. Hacia Granada,

montes con sol, montes de sol y piedra.


(CXXXIX, noviembre de 1913).



Está que se vuelve loco como lo demuestran los poemas creados en los primeros años de Baeza, como en la estrofa «Es un tarde mustia y desabrida / de un otoño sin frutos, en la tierra / estéril y rauda / donde la sombra de un centauro yerra», escribió en su poema «Un Loco» publicado en El porvenir castellano, el 27.I.1913. «A un olmo seco» se compuso en Baeza y se publica en el mismo periódico el 20-II-1913. «El dios ibero» en esas explicaciones al Todopoderoso «Este que insulta a Dios en los altares, / no más atento al ceño del destino, / también soñó caminos en los mares...», publicado también en el porvenir en mayo de 1913. El mar representa lo indistinto, donde se sepulta todo lo perpetuo. Otro estremecedor poema es el CXIX «Señor, ya me arrascaste lo que yo más quería. / Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar». Continúa publicando en Lectura y escribe con tristeza persistente a su amigo José María Palacio en Soria, a quien pregunta en un poema:

Palacio, buen amigo,

¿está la primavera

viendo y a las ramas de los chopos

del río y a los caminos?

En la estepa del alto Duero, Primavera tarda,

¿pero es tan bella y dulce cuando llega!...

¿Tiene los viejos olmos

algunas hojas nuevas?...


(El Porvenir Castellano, 8-V-1916)



Placa  de la calle del poeta

Estimado don Antonio:

Ahora en este viaje a Baeza entre los días 20 a 25 de junio del 2007 me complace en informarle de los ocho años de destierro que usted viviera aquí entre 1912 a 1919.

Salimos mi mujer (Julia Hidalgo) y yo el 20 de junio desde Alicante, después de comer, por la tarde y por la A-31, hasta Albacete, en Albacete tomamos dirección Balazote, por la N-332; pasamos El Jardín con sus casas bajo la montaña; Robledo, Puerto de los Picos, donde la los pinos espesean. En la gasolinera y estación de servicio de Alcaraz repostamos; Puente de Géneve, sobre el río Guadalimar, Gutar hasta llegar al santuario de la Fuensanta, ya en Villanueva del Arzobispo e hicimos un alto y una visita al Santuario que estaba abierto.

En este Santuario es del siglo XIII-XIV, hay unas vidrieras donde podemos ver la imagen de San Juan de la Cruz, que estuvo por estar tierras, se dice que dormía a aquí en sus visitas. En Beas de Segura santa Teresa de Jesús había fundado un convento, cuya priora era Ana de Jesús. Tras la fuga de San Juan de la Cruz de su prisión de Toledo y ocultación en casa de Pedro de Toledo, San Juan es nombrado prior de la casa-convento de El Calvario, antigua ermita con una fuente en medio de la nada, al sur de Beas de Segura, cerca del Tranco, el sitio se llamaba Cerenzuela.

En El Calvario en 1577, hacía ahora 430 años compuso San Juan, esta maravilla lírica y mística:

En una noche oscura,

con ansias en amores inflamada,

(¡oh dichosa ventura!)

allí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada...



En el santuario de la Fuensanta pregunté a unos hombres por El Calvario, y me respondieron que ya allí no había nada, sino un muro, y además la carretera era estrecha, demasiado estrecha y sinuosa, dirección al Embalse del Tranco. A la entrada del Santuario de la Fuensanta podemos ver una cuadro con el Acta de la Coronación de La Virgen 29 de septiembre de 1956, por bula por el Papa Pío XII. También hay un poema del poeta José María Pemán y Pemartín.

Luego de nuestra visita al santuario seguimos la carretera Nacional, pasé el desvió a Ifnatoraf, pero no subí, lo dejé para la vuelta, en la Iglesia de Ifnatoraf hizo misa San Juan de la Cruz, y allí en la sacristía se encuentra el cáliz con el que celebró misa. Pero estas tierras estuvo en 1933 el escritor inglés Gerald Brenan y su mujer Gamel, cuando se estuvo documentando para su libro San Juan de la Cruz . Años más tarde estuvo el periodista granadino Antonio Ramos Espejo, entrevistando a al matrimonio que vivía cerca de El Calvario.

Continuamos hacia Villacarrillo, Torreperegil, Úbeda y Baeza.

Así de memoria le diré que San Juan vivió aquí unos ocho meses, al aire libre con una alimentación exclusiva de pan, verduras y ensaladas, no se les permitía probar frutas. Un novio confesó haber cogido unas cerezas, y le castigaron severamente. Cuanto más ayunaban más ligeros se sentían sus cuerpos y más arriba subirían sus espíritus. Escribe Gerald Brenan en la página 25 de su libro San Juan de la Cruz, Laia, 1973, donde colabora Lynda Nicholson, 1973, que «Los hombres de aquel tiempo creían no sólo que las cosas espirituales eran más importantes que las materiales, sino que también las determinaban de un modo directo e inmediato. Por lo tanto, un convento de frailes o de monjas, cuyos ocupantes se pasaban la vida ayunando y orando, era considerado como una especie de central energética que irradiaba sobre todo los alrededores».

Es decir, una especie de energía espiritual que protegía o exorcizaba a distancia a los habitantes de los lugares contra demonios, desventuras, infortunios, brujas o calamidades.

San Juan se convirtió en el confesor de las monjas del convento de Beas de Segura, iba todos los sábados, y el domingo seguía con ellas, se sentaba en una silla alta, que todavía se conserva, y las monjas se arrodillaban a su pie. En junio de 1579 es nombrado rector del colegio carmelita de Baeza, compró un casa y se trasladó con tres frailes. Baeza tenía unas cincuenta mil almas, Universidad desde 1538 fundada por Juan de Ávila «Apóstol de Andalucía», para formar a clérigos. Muchas fueron sus nueva obligaciones y trató con personas mundanas. También acudía con las monjas de Beas, se hospedaba en el santuario Trinitario de Ifnatoraf. En este periodo hizo dos visitas al convento de los descalzos de Caravaca (Murcia). Dos años y medio estuvo en Baeza, que pasó a Granada como tercer definidor o prior de Los Mártires, en la inmediaciones de la Alhambra por primeros días de 1582. Visitó Segovia, y enfermó en el convento de La Peñuela donde hoy está la localidad de La Carolina. Enfermó de fiebres por la inflamación de un pie acudió al prior de Úbeda fray Francisco Crisóstomo, el enfermo empeoró a pesar de que el cirujano le abrió la herida. Murió el 14 de diciembre de 1591, tenía 49 años. El cadáver se trasladó a Segovia pero se quedó en Úbeda un pie y varios dedos. Cervantes hizo referencias indirectas a este suceso, además de que nombró a Baeza (El Quijote, I parte), que veremos detalladamente más adelante.

Llegamos por la tarde a Baeza a eso de la 20 horas, el hotel Baeza Monumental está en Cuesta de Prieto, 6, por la Puerta de Úbeda donde está la escultura en honro a los doscientos ballesteros de la Compañía del Señor de Santiago y el Centro de Interpretación del Renacimiento. Ya estamos ese Baeza, pobre y señora; / Úbeda, reina y gitana... que usted cantara peyorativamente en «Viejas canciones». Publicadas en Nuevas Canciones (1917-1930). Por la estación del año, junio, aún era de día. La verdad es que la ciudad Patrimonio de la Humanidad, no conserva algunos de los lugares emblemáticos machadianos, como aquel Hotel llamado Comercio, donde usted se hospedó a su llegada a mediado se octubre de 1912, no se conserva la rebotica de Adolfo Almazán, en calle San Fernando, donde usted se reunía en aquella tertulia a la que le también asistía Leopoldo Urquía, rector del Instituto, y a la que asistían las fuerzas vivas baezanas, según Francisco Escollano, eran: don Florentino Soria, don Mariano Ferrer, don José León, Don Juan Martínez Poyatos, don Emilio Fernández del Rincón, y otros personajes.

En esta calle San Fernando se encuentra el mercado de Abastos con su arcada renacentistas, es un mercado pequeño, que debería ser ampliado, justo al lado también se encuentra la chiquita iglesia de la Concepción, donde en su porche se encuentra un azulejo de la Virgen de Alcázar, patrona de Úbeda. Es que tengo que decirle que Úbeda y Baeza están hermanadas por su historias, aunque Baeza, es más antigua.

Tampoco, se edita, como es lógico Idea Nueva, del que no hay ejemplares.

Baeza, que está situada a 48, en la Bayyasa musulmana, ya existió como pequeño núcleo romano: Vivatia o Biatia. El señor de Baeza fue Abd Alláh al-Bayas. En el s. XVI; tanto Úbeda como Baeza acogerán a los mejores artistas del momento: Andrés de Vandelvira, Diego de Siloé, Luis de Vega, Juan Bautista Villalpando, Esteban Jamete, Ginés Martínez de Aranda... A grandes rasgos la Historia de Baeza la podemos leer en varios portales de Internet, porque no sé si le he dicho que la enciclopedia omnipotente del mundo es Internet, donde está todo lo humanamente posible. Úbeda tiene el eslogan siguiente: Úbeda el Renacimiento al sur. Las primera referencias escritas de Úbeda o Idubeda se documentan en la ofensiva Alfonso VIII, realizando tanto él, como la orden de Calatrava, frecuentes incursiones por el Alto Guadalquivir, hasta que fueron frenados por la victoria del califa almohade Abu Yusuf Ya'cub en Alarcos en 1195. Las incursiones castellanas en esta región se reiniciaron en 1210 hasta culminar en la batalla de las Navas de Tolosa, 1212 donde fueron totalmente derrotados.

Siempre ha dicho salir la locución «Salir por los cerros de Úbeda», ya recogida en el Tesoro de la Lengua Castellana, de Covarrubias (1611): «Úbeda, Ciudad de la Andalucía, no lejos de Baeza. Antiguamente se dijo Idubeda [...]; verás a Abraham Ortelio verso Idubeda, que, según Estrabón y Ptolomeo, son unos montes de nuestra España. Éstos van discurriendo por muchas partes, y toman diversos nombres según los lugares por donde pasan. De aquí nació un proverbio, cuando uno se va despepitando por términos extraordinarios y levantados: Esto es irse por los cerros de Úbeda».

Pero el verdadero momento dorado de las dos ciudades hermanas fue sin duda el Renacimiento. Hoy está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2003, a 50 kilómetros de Jaén. Para conocer y situarse en Baeza nada mejor que el articulo Baeza: una ciudad la para Humanidad que se puede leer en Todo Baeza.

No es difícil recuperar la memoria de su estancia en Baeza, gracia a los libros de Ian Gibson, sobre tu biografía, Ligero de equipaje, Aguilar, 2007. Otros libros hablan de su estancia en Baeza como el de Alberto Puig Palau, de 1967, Antonio Chicharro Chamorro de 1992. Libros a lo que no he podido acceder.

Después del reconfortante éxito de Campos de Castilla en Renacimiento de 1912, y residiendo en Baeza publicó usted: Páginas escogidas, Madrid, Calleja, 1917; Poseías completas, Madrid, Residencia de Estudiantes, 1917; Soledades, galerías y otros poemas (segunda edición), Madrid-Barcelona, Calpe (Colección Universal, n.º 27, 1919. Usted lamento a su llegada a Baeza a primeros de noviembre 1912, que no había ni un solo periódico local, sin embargo el 11 de febrero de 1914, sale el primer número de Idea Nueva. Semanario Reformista, dirigido el emprendedor baezano José Cejudo Vargas, nace a los mejores intereses de la ciudad, que sólo resistió dos años y medio de vida. Lamentablemente no se conserva toda la colección completa, falta números.

La cuestión es que su estancia en Baeza fue deprimente, como se llama hoy a la tristezas, escribió a Juan Ramón Jiménez: «Llevo ocho años de destierro y ya me pesa esta vida provinciana en que acaba uno por devorarse así mismo...». No hemos de considerar a Baeza como el resultado de sus desdichas, Baeza, en aquellos años de 1912 a 1919, no era más que el reflejo de aquella sociedad caciquil de primero del siglo XX en toda España. Una España atrasada contra la que los intelectuales lucha por modernizarla, de aquí nace la idea en los años 20 al 30 de un cambio radical, de una II República, que no es más ni menos que el resultado del anquilosamiento de la monarquía, de la iglesia y la sociedad en general.

Aprovechando las nuevas tecnologías quiero que este trabajo sea multimedia, es decir, como ampliación suplementaria gracias a enlaces de Internet. Sus poesía completa se pueden leer en Wikisource.

Al final me he permitido hacer una recopilación cronológica de sus años en Baeza. Yo creo que Úbeda y Baeza se podrían llamarse: «Ubadeza», por la fusión de los dos nombres.

Jueves, 21 de junio

En Jaén buscando a Miguel Hernández

Estimado don Antonio:

Por la mañana, antes de desayunar, leí la prensa, especialmente la dedicada a Baeza. Hay un quincenal que se llama Baeza Información, quincenal independiente de la Comarca. Era el número 84 (Año IV), de sábado 9 de junio, vigente dentro de la quincena. Al menos hay un periódico con noticias locales. En esto recordé aquello que le dicho a su amigo José María Palacio de Soria en 1912: «No hay un solo periódico local, ni una biblioteca, ni una librería, ni aun siquiera un puesto de periódicos donde comprar los diarios de Madrid». Ian Gibson en su libro Ligero de equipaje, apunta en una nota de la página 265, que «Hemos visto en una colección privada, sin embargo, el número 21 (Año II) de El Norte de Andalucía. Semanario Independiente de Información y Noticias, publicado en Baeza el 25 de abril de 1912. tal vez el semanario había pasado ya a mejor vida cuando Machado llegó a la ciudad».

El quincenal de Baeza, tiene 40 páginas, es de tamaño estándar, a todo color. Las noticias de la portada son: «Leocadio Marín [Rodríguez] será el próximo alcalde». El PSOE de Baeza obtiene mayoría absoluta en los comicios del 27 M. La coalición OO-BI hará frente a la próxima legislatura desde la oposición. No noticia, empieza: «El pueblo de Baeza habló fuerte y claro en las pasadas municipales. Optó por el cambio y el voto mayoritario en la urnas recayó en el PSOE que lidera el veterano Leocadio Marín...».

Pues sí, créaselo don Antonio, el pueblo de Baeza en un «ejerciendo la democracia» le ha quitado al alcaldía a Javier Calvente (un chicarrrón de dos metros según la fotografía) de la colación del Partido Popular y Baeza Independiente la alcaldía. El nuevo alcalde socialista Leocadio Martín aparecen en las páginas 6 y 7 concediendo una entrevista a la periodista Adelaida Herrera. Entre los datos personales, apunta que nació en Baeza el 10 de noviembre de 1942, en el número 68 de la calle del Rojo (casualidades de la vida). Hizo el Bachiller en el Instituto Santísima Trinidad, el mismo donde éste diera clases de francés. Ha sido profesor de sordos en el colegio nacional de sordomudos de Madrid. Resumiendo a grandes trazos la entrevistas, nos dice que decir Baeza es decir aceite. Que cuando llegue el 2013 y desaparezcan las subvenciones europeas el olivar puede tener problemas. Afirma que la comarca de La Loma es la más productora de aceite del mundo, sine embargo casi todo le aceite se vende a granel, y lo que apuesta es por comercializar el aceite desde la comarca, y no darle el dinero a otros en lugar de ganarlos ellos, por algo es Presidente de la Fundación del Patrimonio Comunal Olivarero. También habla del conjunto Úbeda-Baeza como regalo que le hizo la UNESCO al nombrarlas Patrimonio de la Humanidad. Habla de los problemas de tráfico como en cualquier ciudad y apuesto por hacer una zona peatonal desde la plaza de los Leones hasta el final de la calle de San Pablo. No sé si dejar peatonal toda la calle de la plaza de la Constitución será posible, pero al meno hace un bulevar con los Portales Tundidores sí que sería un gran alivio para los peatones y los bares, aunque a uno no le molesta es a la cafetería Mercantil que es la que más acera coge como terraza.

La otra noticia es la fiesta del Corpus que se celebró el 2 de junio, en portada aparece la custodia del Corpus Christi, una de las celebraciones religiosas más importante baezana, la Custodia, según el quincenal es una auténtica joya de estilo barroco, labra en Antequera entre 1700 y 1714 por el platero Gaspar Nuño de castro, considerada como una de la tres mejores a nivel (sic) nacional. Esta fiesta se compara con la de Toledo Córdoba o Sevilla. Esta custodia vino a sustituir a otro robada en 1628, que había sido realizada por Juan Ruiz de Córdoba, El Vandalino.

También se encontraba en la misma mesa el Semanario Úbeda Información, pero ya no lo leí por la premura del tiempo, era hora de desayunar en el buffé del hotel. Lo que destaca la prensa es el nuevo alcalde de la ubetense ciudad será Marcelino Sánchez también socialista.

Sobre las 10 de la mañana salimos hacia Jaén, tenía que visitar la casa de un común amigo de la poesía, patrimonio del idioma como usted. Quería llegar hasta la antigua calle de la Llana. Visitar donde se alojó el autor de «Aceituneros de Jaén». La carretera desciendo rápida dirección sur, larga es la patria de estos olivares cenicientos de Andalucía, larga la espada corto el estribo, bordados olivos que producen el sagrado aceite de ungir en frentes del miércoles de ceniza, hasta llegar a una zona ajardinada, una redonda, entramos en al cuesta del paseo de España, y el inclinado Paseo de la Estación, hasta que llega un momento que se acaba y a la izquierda te manda fuero, dirección Granada. Pero insistimos en entrar en el centro de Jaén (la ciudad inclinada), retrocedemos, pasamos por infinitas calles hasta Milán de Priego, San Clemente, la catedral y poder pasar dirección al carillo de Santa Calina.

Tras la visita al castillo, y la incomparables vista de la ciudad y los límites, además allí en encuentra al Parador Nacional, bajamos con acelero hasta poder aparcar en el parking de la plaza donde está la Delegación de Hacienda. Luego subimos caminado con la vista puesta en la facha sur de la catedral, sorteamos unas escalinatas y ya estábamos asombrados de tanda grandeza, de tan gritonas piedras decoradas en sillerías acomodadas. Jaén es una ciudad monumental, llena de iglesia y palacios, puertas, fuentes y conventos, cerca de la catedral se encuentra el convento de Santa teresa, donde se custodia una copia manuscrita del Cántico Espiritual. Pero no podíamos entretenernos, nosotros venía directos a buscar a otro poeta, a un poeta de la Generación del 36, al autor de Perito en lunas.

Por la espalda bajamos de nuevo hacia la calle La llana. Y es que Jaén es un subir y un bajas, un tobogán de ciudad. Al preguntar por Francisco Coello, nadie sabía nada, pero al preguntar a unos jóvenes de 80 años por calle La Llana, sí que me respondieron y me orientaron.

Placa  de la calle del poeta

Pasamos por detrás de los naranjos de la catedral, y en un muro que sale de la cara verá que se entra a la calle de La Llana. Efectivamente la calle es llano, no está en pendiente porque transcurre como en muro de un bancal, longitudinalmente. Entramos en la calle buscando con cierta incertidumbre algún letrero que nos indicara que aquí estuvo Miguel Hernández, pero grande fue mi sorpresa cuando la hallamos, un azulejos, puestos en el año 2003. Creo que estaba como alcalde Miguel Sánchez de Alcázar Ocaña PP, que tras dos legislaturas ha sido derrotado por el PSOE-IU, y por primera vez una mujer es la alcaldesa Jaén, la socialista Carmen Peñalver Castro. Siempre es un buen paso para la Igualdad.

Por qué le hablo, don Antonio, del poeta oriolano Migue Hernández, sencillamente porque el destino les uniría en Valencia. Miguel figura en la ponencia colectiva, que leyó Serrano Plaja, en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura que fue inaugurado por el Dr. Negrín el domingo 4 de Julio de 1917. Acompañado por los ministros Jesús Hernández, José Giral Julián Zugazagoitia y Bernardo Giner de los Ríos. La última ponencia del día fue la suya titulada «Sobre la defensa y la difusión de la cultura». El congreso se traslada a Madrid los días 5 y 9 y reanudado en Valencia el día 10.

Los dos, entre otros intelectuales españoles y extranjeros, participaron como delegados, ver el trabajo de Francisco Esteve «Antonio Machado y Miguel Hernández: Dos poetas y una misma voz». Esteve nos habla amplia y documentadamente sobre la relación Machado y Miguel:

Algunos de los participantes en este Congreso, dedicando una especial mención al «poeta Machado, absorto en su mundo de valores poéticos puros», y al «joven soldado, poeta de Madrid, Miguel Hernández, de origen campesino y pastor del pueblo de Orihuela». A Hernández se refería este autor inglés, durante su intervención en el Congreso, como el pastor «que ha llegado a ser a la vez un soldado de la civilización y el poeta emocionante y profundamente imaginativo de esta guerra». Asimismo, Antonio Machado y Miguel Hernández firmaron, junto con otros escritores, el Manifiesto de los intelectuales por una gran editorial para la educación de la juventud, publicado en el diario «La hora», de las JSU, en Valencia, el 29 de agosto de 1937...


Paseamos por Jaén por calle Maestra, donde en una de las terrazas nos tomamos unas cervezas, junto a nosotros se sentada dos hombres, en la tercera juventud, entré en la conversación con mi acostumbrada sutileza, uno de ellos era Pepe Pérez con gorra blanca de cazador, 90 años, me dijo su amigo, que tenía el mozo de espadas, aficionados al toros, y goza de buena memoria . Me aseguró que fue conocido de Antonio Ordóñez y sobre todo del padre de este Cayetano, conocido por «El niño del Palma». Me dijo al Niño de la Palma, el dio la alternativa nada más y nada menos que Juan Belmonte. Luego hablamos de Ignacio Sánchez Mejías, que lo mató un toro de Ayala en Talavera en 1935, famoso más tarde gracias al poema que le dedicó Federico García Lorca. Añadí a esta tertulia temporal lo que sabía, y es que Ignacio era una persona culta y autor teatral «Sinrazón», fue quien corrió con los gastos de la reunión de poetas del 27 en Sevilla, en el Ateneo, calle Rioja, en el mes de diciembre. Se habían hospedados en el Hotel París, luego hubo fiestas y marcha en la finca que el diestro tenía en Pino Montano, bien cargados de vino una noche decidieron atravesar el río Guadalquivir.

Tras media hora de entretenida conversación lamenté no vivir en Jaén para seguir hablando con él, que como se suele decir en Andalucía, era «un libro abierto». Luego paseamos por Martínez de Molina, al norte se encuentra el antiguo barrio judío con calles angostas como jeringuillas de inyectar, pasamos por la iglesia de San Juan hasta llegar la puerta del Archivo Histórico Municipal, donde dimos la vuelta, recuerdo haber pasado la Escuela de Bellas Artes, con jardines donde viven estatuas piedra y mármol, cuya entrad la guarda la verga flácida de un dorso desnudo en bronce carbón y fuego. Acabamos preguntado dónde se comía bien, y acabamos comiendo en el Mesón Casa Gregorio (Gregorio López Martos, se llama el duelo), en calle Álamos, 6. Un restaurante limpio, muy bien atendido y donde se comer bien, yo pedí andrajos de liebre que es parecido al gazpacho manchego. Me chupé los dedos. La gastronomía de Jaén es fronteriza entre lo castellano y lo árabe, aquí os recomiendo una página que se llama «Guisar en Jaén».

Luego el café una cafetería que hay en frente del Palacio del Condestable Iranzo, dice un cartel que conserva su original artesonado mudéjar. Me asomé dentro es una Biblioteca, en un cuadro de los Hechos Históricos Andaluces, leo que el 22 de noviembre de 1462 el Condestable Manuel Lucas de Iranzo, recibió a dos condes de la pequeña Egipto, era la llegada del primer grupo de gitano a tierra de Andalucía.

Por la tarde, entre la 4 y la 5 haciendo hora para entrar en la catedral paseamos por los callejones posteriores al Ayuntamiento, hasta llega al Torreón de l Conde de Torralba. La escudos de armas en los dinteles de las casas son multitud, antiguos palacios que ahora son casas de vecinos.

Entramos en la catedral Renacentista, se construyó sobre una mezquitas, como si no hubiera terreno en otro lugar. Me llamó la atención el Santo Rostro que es casi idéntico a la Santa Faz de alicante. Exposiciones permanente de Arte Sacro. También me llamó la atención los 4 mármoles con la lista «Reverendo sacerdotes diocesanos asesinados en la revolución marxista julio 1936 marzo 1939», el primero es el Obispo don Manuel Basulto y Jiménez». Pero no está la lista de los caídos republicanos.

Viernes, 22 de junio

Estimado don Antonio:

Por la mañana a eso de la diez de la mañana me acerqué a la biblioteca de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), esta Sede que lleva su nombre (Antonio Machado) desde 1990, se encuentra en el edificio barroco Antiguo Seminario Conciliar, en la plaza de Santa María, frente a la Catedral -también renacentista- y las Casas Consistoriales Altas -pertenecientes al gótico-. otra parte de la Sede se encuentra en el Palacio Jabalquinto. ¡Oh palacio del gótico flamígero!, qué esplendor del rico consuegro de Jorge Manrique, qué haces aquí con tu delicada hermosura, orgullosas y labradas piedras con filigranas y arcos aljamiados. Uno no se espera esta belleza gótica tan al sur.

Palacio Jabalquinto.

Palacio Jabalquinto. Sede de la Universidad Antonio Machado (Baeza)

La UNIA cuenta con dos sedes permanentes: la Sede Antonio Machado, en Baeza (Jaén) y la Sede Iberoamericana Santa María de la Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva). Además, también cuenta con 2 centros especializados, que están dotados de los medios y personal especializados para desempeñar su función: el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (CAEDER), en Baeza, y el Centro Andaluz de Estudios Iberoamericanos (CAEI), en La Rábida. Todos estos centros permiten a la universidad reforzar sus lazos con América Latina y el Caribe.

El logotipo de la sede es un hombre con los brazos en cruz y piernas juntas, recuerda al hombre de medidas perfectas. de Leonardo da Vinci dentro de un círculo y un cuadrado. Pero este logo tipo es barroco. Un hombre que representa arte y pensamiento.

Bien, aparqué el coche cerca de la fuente de Santa María con forma de arco de triunfo que data de 1574, para conmemorar que la ciudad contaba con agua. Normalmente aquí no se puede aparcar porque es zona monumental pero yo sólo iba a tardar cinco minutos, el tiempo de dejarles un ejemplar de Buscando a Antonio Machado en Soria, Editorial Palmeral, Alicante 2006. Pasé la puerta del San Juan con cristalera, estas la puertas siempre están abierta en todas las casas de Baeza que los tienen. Pregunté a la señora bedel por la Biblioteca de la Universidad, y no tuve dificultad en llegar porque se veía desde la puerta tras el patio soportado. Una vez dentro de la Biblioteca a la izquierda se encontraba un joven bibliotecario tras su mostrador y ordenador.

-Buenos días -dije-, quisiera ver a la directora o persona responsable.

-Pues ahí está.

Detrás de mí había una chica embarazada, era la directora, que hablaba con otro joven alto, quizás alumno.

-Pues nada que so autor de este libro y venía de dejar un ejemplar -mostré el ejemplar, pero no le echó ni siquiera un vistazo o sintió curiosidad.

-Quieres una carta diciendo que has dejado el ejemplar.

-Pues sí, ya que es estoy aquí y si es tan amable... -le respondí, con cierta cara de estúpido, pues pensé que se iba a alegrar de tener un raro ejemplar de mi libro.

-¿Hay aquí fondos de Antonio Machado?

-No, esta sede lleva el nombre de Antonio Machado simplemente...

-Bueno sí, lo mismo se podía haber llamado de Pepe García -dije con cierta ironía.

-... en la estantería hay uno libro de su obra, de los que se pueden encontrar en cualquier librería. No encontrara nada inédito.

Efectivamente le eché un vistazo al anaquel, apenas una docena de libro, y no es que usted tenga mucha bibliografía. La directora rápidamente y con prisas porque estaba en una conversación más interesante que conmigo, me dijo que había unas carpetas, fotocopias de documentos. Eras una siete y ocho carpetas color negro. A mí me hubiera gustado verlas, pero la directora se fue hacia la calle, yo como un entraño, no quería importunar mucho, me sentía algo incómoda. Así que sólo esperé a que me diera la carta de haber entregado el libro de Soria. Por la carta puedo saber que se llama Josefa Funez Ortega. Responsable de la Biblioteca. Al salir por el soportar, me dijo el «joven alto» que cuando venía había acá había visto en la puerta del Instituto Santísima Trinidad a Juan Padilla, fumándose un cigarro.

-Hable con Juan Padilla que sabe mucho de Machado.

Y yo para no perder mucho tiempo bajé caminando hasta el Instituto Trinidad de Baeza, que se halla justo al lado de Palacio de Jabalquinto, en calle Betao de Ávila que fue el fundador de la Universidad baezana. Efectivamente, me acerqué a la iglesia románica de la Santa Cruz. Allí había cuatro hombres, me acerqué.

-Buenos días, pregunto por Juan Padilla.

-Yo soy -me dijo un hombre metido en los cincuenta y tanto, aún seguía fundado, seguramente era otro pitillo.

-Es que he estado en la Biblioteca -le dije- dejando un libro sobre Antonio Machado en Soria, y me han dicho que usted sabía bastante de Machado en Baeza.

-Bueno la gente exagera, lo que sí hago es recitar junto a otros amigos poetas. Verá este es Instituto, su Instituto de Francés, es ahora el Instituto de Enseñanza Secundaria Santísima Trinidad donde estuvo Machado dando clase de francés.

-¿Se puede ver la famosa aula?

-Sí, desde luego, venga conmigo.

Pasé un patio con columnas, hasta llegar a otros tipo claustro, me acompañó hasta el fondo donde había una la pared un gran bajo relieve de bronce conmemorativo a su nombre, realizado por un tal Cuesta en 1996. Allí delante de del bronce Juan Padilla, empezó a recitar unos versos de memoria, creo recordar que era la silva «El Loco»: En una tarde mustia y desabrida / de otro sin frutos, en la tierra / estéril y raída / donde la sombra de un fantasma yerra. Me quedé bastante sorprendido y a la vez admirado. Me quedé sorprendido, esto era amor a un poeta. Yo tenía que haber seguido con: Por un camino, en la árida llanura, / entre álamo marchitos; / a solas con su sombra y su locura / va el loco, blanco a gritos. Pero me dejó tan sorprendido que no supe reaccionar y me quedé más callado que un tenor con amigdalitis.

Me dijo que esta Universidad de Baeza se fundó, tras el Concilio de Trento, puesto que en él se acordó que los religiosos y sacerdote aprendiera a leer y a escribir. Curiosos, siempre es tiempo de aprender. También me dijo hubo aquí un Congreso Internacional, donde acudieron muchos poetas y machadianos del mundo entero, pero no me concretó la fecha. Esto lo puede averiguar más tarde gracias al libro de Antonio Checa Lechuga Baeza en Antonio Machado, homenajes. Le pregunté si había algún libro de actas, no lo sabía con certeza. La dar la vuelta, vi la vieja puerta del aula donde daba clase entre el otro de 1912 a 1919. Me dijo Juan Padilla que la abrían a las 11 de la mañana, un empleado del Ayuntamiento venía a abrir. Pero el señor Padilla había perdido la cartera, la cartera escolar, que es obligado especificar, y estaba algo nervioso. Así que buscaba y buscaba y ya no me podía entender. Así que tome unas fotos. También le pregunté dónde vivió Machado, me dijo que por el Ayuntamiento, en una casa que hoy tienen un placa, sería fácil encontrarla.

Como quedaban unos treinta minutos para las once, regresé al Hotel Baeza Monumental, recogí a mi mujer, porque esta mañana pensábamos ir también a Úbeda, a unos 9 kilómetros de Baeza.

A las once en punto estaba yo otra vez aparcado junto al lado de la iglesia de Santa Cruz, románica reformada. Entramos a verla unos cinco minutos, una chica la guardaba sentada en una mesa. La columnas que la sostienen son circulares. Esta iglesia es enorme para ser románica, aunque el catálogo dice que es de origen románico. Destacan los frescos de San Sebastián y los del Altar Mayor.

Nuevamente entré en el Instituto Santísima Trinidad, pasé al claustro y ya la puerta del cual estaba abierta. Quedé muy impresionado, toqué las puertas, el dintel, y me hubiera gustado besar el escalón, tal como hiciera Miguel Hernández, cuando en Salamanca besó el suelo por donde había pasado Fray Luis de León.

Puerta de entrada al aula

Puerta de entrada al aula de Antonio Machado

Hay una vitrina con fotocopias de documentos, pupitres los mismos que había entonces. La negra y gastada pizarra, el sillón con respaldo y la mesa antigua, los mapas, un perchero con un paraguas, una maleta en una repisa, tres fotografías donde aparece usted, dos mapas en la pared, y una armario con libros antiguos. El suelo es de azulejos geométricos. Uno se queda aquí horas mirando y pensando, hice fotos así todos que puede, entraron unos niños que con tras tranquilidad se sentaron en un pupitre como si fuera su casa, y es que esto es su casa-aula. Desde críos saben que ésta es el aula del maestro y poeta sevillano, lo cual le da un orgullo que se les nota en la felicidad de sus caras como diciendo: «esto es nuestro».

Aula de Machado

Al salir volví a ver a Juan Padilla, le pregunté si había libros de Machado en Baeza, me dijo que no sabía. Entró en la sala de profesores buscando al director, le esperé fuera, salió al momento y me dijo que no había, que lo mejor de todo estaba en la Sede de la Universidad.

Me fui con una sensación de sentir sus pocas ganas de colaborar con un investigador aficionado. Me sentí un poco desilusionado en esta Salamanca andaluza. Me hubiera gustado que me hubiera contado dónde está el bar La Perla, donde usted iba a tomar café posiblemente solo o con sus hermanos José y Joaquín cuando venían a verle. Su madre, doña Ana Ruiz Hernández vino en diciembre de 1912 para acompañarle cerca de un años. Nos relata Antonio Checa la estancia de doña Ana y sus hermanos en Baeza, con un punto de vista muy ingenioso, su ya citado libro Baeza en Antonio Machado, con el relato-introducción titulado «En una tarde azul», dedicado, nada más y nada menos que al poeta y profesor granadino Antonio Carvajal, nombrado recientemente coordinado del Patronato Provincial que gestiona la casa-natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, sustituyó a Juan de Loxa, entre otros muchos cargos, y participe en algunos homenajes machadianos que se celebraron aquí en Baeza, y jurado en el Premio Internacional de Poesía Antonio Machado.

La Sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía se ubica en Baeza, localidad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que está situada a 48 kilómetros de Jaén.

Se asienta en dos edificios: el Palacio de Jabalquinto, de finales del siglo XV y estilo renacentista, y el Antiguo Seminario Conciliar San Felipe Neri, edificio barroco enclavado en la plaza de Santa María, frente a la Catedral -también renacentista- y las Casas Consistoriales Altas -pertenecientes al gótico-, ambas del siglo XVII.

La rehabilitación del Palacio de Jabalquinto ha supuesto a la UNIA la obtención del Premio Ciudades Patrimonio de la Humanidad en 2005, otorgado por el Ministerio de Cultura a los mejores proyectos ejecutados en materia de conservación o restauración de patrimonio histórico español que tengan que ver con la conservación de los conjuntos históricos declarados Patrimonio de la Humanidad.

La actividad docente e investigadora se desarrolla de manera continuada a lo largo de todo el año, impartiéndose en ella, másteres, doctorandos y cursos de formación especializada. La labor investigadora de l a Sede Antonio Machado se desarrolla esencialmente en torno al Centro Andaluz de Estudios para el Desarrollo Rural (CAEDER), centro especializado de investigación cuyo objetivo es contribuir al mayor desarrollo económico, social y cultural de las áreas rurales y agrarias de Andalucía, y donde se llevan a cabo programas de estudio, docencia e investigación en los distintos aspectos del desarrollo rural.

La sede dispone de instalaciones completamente equipadas tanto para el desarrollo de todo tipo de actividades académicas como para hacer cómoda y fructífera la estancia de los estudiantes: residencia, salón de actos, biblioteca, aula de informática, sala de lectura y televisión, cafetería, gimnasio, pista polideportiva, zonas ajardinadas, sala de prensa y aula magna equipada con modernas cabinas de traducción simultánea.

Una corta visita a Úbeda. Buscando a San Juan de la Cruz

Estimado don Antonio:

Usted solía ir a Úbeda, andando el hoy llamado camino de Úbeda o de San Antonio, caminando entre olivares cenicientos, que se encuentra a una distancia de nueve kilómetros. Según sus biógrafos no queda muy claro los motivos de sus frecuentes visitas, por eso no voy a especular con hipótesis. No es caso Úbeda la ciudad más renacentista de Andalucía, El periodo de máximo esplendor, que vivió este pueblo, fue durante el reinado de Carlos V y en el de su hijo Felipe II, ya que D. Francisco de los Cobos, oriundo de Úbeda, tuvo mucha influencia sobre ellos. Francisco de los Cobos formaba parte de una familia de la aristocracia, la cual gracias a su influencia en la Corte consiguió, que les otorgaran muchos favores, tanto a su familia, como a su pueblo y a sus gentes.

Cada vez que usted viaja a Úbeda descansa usted en el Encinar «Y la encina negra, / a medio camino / de Úbeda a Baeza». Por esto, nosotros no podíamos dejar de visitar Úbeda, e intentar encontrar el encinar. A la salida de Baeza, dirección Úbeda, haya una estrecha y pequeña carretera que es el camino de san Antiguo. Tuvimos la suerte de encontrar una encinas, ¿Serían estas las encinas, junto al olivar en donde usted cantaba?

Cerca de Úbeda la grande,

cuyos cerros nadie verá,

me iba siguiendo la luna

sobre el olivar.


(Viejas canciones)



Continuamos el camino, hasta poder logar alcanzar la carretera general, nada más entrar se sorprende la ciudad nueva, las grandes superficies, y callejeando y pasando por el antiguo Hospital de Santiago. Edificios de rosadas piedra y tejados con musgos, dinteles, escudos, portones, soportales. Esa ciudad es como entrar directamente en el siglo XVII.

Aparcamos el coche en la Plaza de la Andalucía, bajamos por calle Real calle María de Molina, y Plaza 1.º de mayo y desde aquí callejeando por calles estrechas o callejones hasta el Museo de San Juan de la Cruz en calle del Carmen, a la entrada se encuentra la tienda de souvenir donde se venden las entradas peor eran las 13 horas y cerraban el museo, no abrían hasta la 4 de la tarde, así que no lo pudimos ver por dentro, lástima, nos conformamos con comprar unas postales y un llavero.

Recordemos que San Juan de la Cruz murió en Úbeda el 14 de diciembre de 1591, pero anteriormente estuvo peregrinando por la provincia de Jaén (El Calvario, Baeza y la Peñuela) y Granada. Se hospedaba en el convento Trinitario de Fuensanta, dijo misa en la iglesia de Ifnatoraf, aún se conserva en la sacristía el cáliz con que dijo misa, todo una reliquia, que tuve la suerte de ver. En Baeza se cree que vivió tres años, primero en la casa Horno de la Merced 1, según Crisógono de Jesús en Obras Completas, pág. 200, después fundó el convento, según la escritura de 1581, de la Orden del Monte Carmelo, a extramuros de Baeza en la colación de San Pedro, se denominó de San José, santo, que «roba dulcemente los corazones de los baezanos», según Josefino Fernández del siglo XVIII, después de San Basilio y hoy desaparecido, sólo que el nombre de la calle, la del Carmen, estuvo en lo que es hoy al Escuela de Arte Gaspar Becerra. Pintor y escultor renacentistas natural de Baeza (1520-1570). Según el libro texto de Pedro Yala Caña Baeza, Baeza. San Juan de la Cruz y Cervantes, página 41:

«Fueron muchas las vicisitudes por las que pasó el templo del Carmen o San Basilio desde la Desamortización hasta su total desaparición en 1928. Vuelve Carmen Descalzo Masculino a instalarse en Baeza en año de 1954; pero ya en un nuevo domicilio, en la iglesia de la Concepción, lugar donde estuvo el Hospital que asiduamente visitaba San Juan de la Cruz para consuelo de los enfermos».

En el capítulo 19, de la I Parte de El Quijote se nombra dos veces la ciudad de Baeza: «Vengo de la ciudad de Baeza, con otros once sacerdotes, que son los que huyeron con las hachas; vamos a la ciudad de Segovia acompañando un cuerpo muerto, que va en aquella litera, que es de un caballero que murió en Baeza, donde fue depositado, y ahora como digo, llevarnos sus huesos a su sepultura, que está en Segovia, de donde es natural». (En la edición de Martín Riquer, hay una nota que dice: «Algunos cervantistas suponen que aquí Cervantes tuvo presente la sigilosa traslación del cuerpo de San Juan de la Cruz, de Úbeda a Segovia, verificada en 1593)».

Cuando sufre en Soria el terrible mantazo de la muerte de su joven esposa Leonor, decide abandonar la ciudad castellana y gestiona su traslado, lo que le va a traer en 1912, como catedrático de francés, al Instituto de Segunda Enseñanza de Baeza, donde permanecerá hasta 1919, fecha de un nuevo traslado, esta vez a Segovia.

Los primeros momentos de su estancia en la ciudad están marcados por la insatisfacción, como se comprueba en una carta dirigida a Unamuno. El viaje desde la estación de ferrocarril -que él imaginaba situada en el casco urbano- hasta la ciudad y el susto de la supuesta «agonía» del director del Instituto, no serían precisamente un buen augurio para el alma atormentada del poeta, que contenía silenciosamente el dolor de la ausencia definitiva de Leonor.

No obstante, los paseos y tertulias en el tranquilo vivir baezano le iban a dar el sosiego necesario para desplegar una intensa actividad lectora y creativa, que poco a poco irían mitigando el recuerdo de Soria y de su esposa. Y tiempo para escribir a Juan Ramón Jiménez o la autobiografía para una proyectada antología de Azorín (ya estudie detenidamente su relativa amistad con Azorín); cartas a Unamuno y a Ortega y Gasset; más sus colaboraciones en revistas. El amplio panorama paisajístico que se contempla desde la atalaya de la ciudad, completando con viajes por las poblaciones cercanas, pronto se adueñaría del poeta, dando motivo a alguna de sus composiciones más celebradas.

«Pero las ciudades son manuscritos que hay que leer poco a poco. Mejor empezar por los pies o las raíces. Mejor ir primero donde Úbeda toca -en todos los sentidos- tierra. Así que bordeas las murallas por el norte y te bajas a la calle Valencia para visitar el alfar de Paco Tito y su Museo de lo Cotidiano. Es Paco un memorialista del barro, con unas manos hechas a las formas del tiempo, ahora empeñadas en que no se pierda lo que un día tuvo vida en arcilla. Veo su espléndido museo, su horno sacado también de la memoria, el taller donde trabaja su hijo ante los ojos de los visitantes. Todavía, antes de dejar su casa, Paco sigue haciendo su viaje a lo perdido y -de entre sus pucheros de cerámica, como el dios de Santa Teresa- saca un Quijote manuscrito y me hace colaborar en ese texto, que se afana en que copiemos a muchas manos amigos y conocidos. Si un libro se reescribe cada vez que se lee, nunca hubo libro mejor leído que el Quijote de Paco Tito».

Continuamos callejeando por Úbeda, de regreso ya la Plaza de Andalucía donde habíamos dejado el coche en el parking. En estos circuitos también se come, vimos una cafetería restaurante en unos soportales, frente a la torre del reloj, cuyo nombre no recuerdo, y comimos muy bien, estupendamente, una ensalada y un solomillo muy tierno, el más tierno que he probado jamás, buen precio y bien servidos.

Al regresa de nuevo a Baeza, desde la carretera, vimos El Colegio de Educación Especial Antonio Machado. También hay en Úbeda una avenida que lleva su nombre, posiblemente en recuerdo y agradecimientos a esta maravilla de estrofa que no me canso de repetir y recitar:

Cerca de Úbeda la grande,

cuyos cerros nadie verá,

me iba siguiendo la luna

sobre el olivar.


(Viejas canciones)



Museo de San Juan de la Cruz en Úbeda

Museo de San Juan de la Cruz en Úbeda

En Internet hay una excelente página sobre esta ciudad, se llama Todo Baeza. Hay aquí una reseña que dice:

Antonio Machado, en Baeza.

Antonio Machado (Sevilla, 1875-Collioure, 1939) recibe el 15 de octubre de 1912 el nombramiento de catedrático de lengua francesa del Instituto General y Técnico de Baeza. Deja atrás una tierra, la castellana, y una ciudad, Soria, a las que se había sentido especialmente unido y en las que había escrito su mujer poesía, pero de las que huía por el recuerdo de su esposa Leonor, fallecida pocos meses antes.

Machado diría de Baeza, en una carta escrita a Unamuno en 1913: «... no faltan gentes leídas y coleccionistas de monedas antiguas. En el fondo no hay nada. Cuando se vive en estos páramos intelectuales, no se puede escribir nada suave, porque necesita uno de la indignación para no helarse también». En Baeza iniciaría estudios de filosofía y letras y viviría en soledad, sumergido en el recuerdo de Leonor. Se iniciaría un giro en su obra, que le impulsaría a preguntarse con mayor dureza sobre las cuestiones filosóficas de siempre.

En sus primeros poemas baezanos, Machado tiene presente el doloroso, aunque contenido, recuerdo de Leonor, del que se evade en parte cuando describe el paisaje de campos de olivares y sierras.

Hemos seleccionado como muestra de esta época un poema, el CXXVIII, de su libro Caminos:

Poema de un día. Meditaciones rurales
Heme aquí ya, profesor

de lenguas vivas (ayer

maestro de gay-saber,

aprendiz de ruiseñor),

en un pueblo húmedo y frío,

destartalado y sombrío,

entre andaluz y manchego.


Federico García Lorca en Baeza

La rutina de Antonio Machado en Baeza se rompe un día con la llegada de un grupo de estudiantes granadinos que, acompañados por su profesor de arte, don Martín Domínguez Berrueta, visitan la ciudad. Entre esos estudiantes iba un joven moreno, de pelo negro y mirada soñadora; su nombre era Federico García Lorca. Visitaron el Instituto, y Berrueta presentó a Machado a sus alumnos de la Facultad de Letras granadina. Federico, aunque tímido, se atrevió a decir a don Antonio: «A mí me gustan la poesía y la música». Al atardecer se organizó una reunión en el casino para que Machado leyera poemas y Federico tocara el piano, cuyo arte había aprendido con su maestro de Granada, don Antonio Segura. Machado leyó primero poemas de Rubén Darío y luego poemas suyos, de Campos de Castilla, entre ellos «La tierra de Alvar González», cuando termina la lectura, se aplaude con entusiasmo, y Federico más que nadie.

Hecho el silencio, Federico se sienta al piano, y toca algunas piezas de motivo andaluz, entre ellas la Danza de la Vida Breve. Toca con brío y gracia, con toda su alma, y el éxito es tan grande que el joven y desconocido pianista -aún no pensaba en ser poeta-, tiene que seguir tocando: aires andaluces, de León, de la Montaña. En el concierto intervino también una alumna de Machado, María del Reposo Urquía, hija del director del Instituto, que tocó una de las Romanzas sin palabras de Mendelssohn.

De este viaje a Baeza dejó constancia García Lorca en un artículo publicado en la revista granadina «Letras», 30-XI-1917, que luego fue recogido con otro más sobre el mismo viaje, en su libro Impresiones y paisajes, 1918.

Por la tarde salimos a dar una vuelta, dirección Jódar y para Jimena, intentado recodar aquel viaje que hizo usted para llegar a la cumbre de Almazán, acompañado por Juan Camps, Adolfo Almazán, el pintor Florentino Soria, y el alcalde de Jimena. Pueblos visibles en días claros desde el mirador de la muralla. (pág. 296. Libro de Ian Gibson)

Sábado, 23 de junio

Por el Paseo de la Muralla

Estimado don Antonio:

Estaba mañana la íbamos a dedicar exclusivamente a Baeza, la ciudad señorial, la de los ballesteros.

Por la mañana, nada más desayunar en el buffé del Hotel. Salimos para la plaza que llaman de Zapatería, al final del Paseo o Plaza de la Constitución. Aparqué y directamente a buscar el ayuntamiento al que se llega por calle Gaspar Becerra, esquina con un antiguo edifico del ayuntamiento con el Balcón del Concejo, y la sede de las cofradías. En la calle hay uno de los famosos restaurantes baezanos, se llama Almazara, la carta un poca alta de precio para mi bolsillo, sobre todo en estos días de urgente investigación literaria e histórica.

Debajo del primer piso donde usted vivió, hay ahora una tienda de souvenir que se llama El Rincón de Machado. Venta de Aceite de oliva artesanía de cerámica, madera de olivo y esparto. En la esquina de la Calle Cardenal Benavides, teniéndola enfrente de la fachada plateresca del Ayuntamiento baezano, vemos la cerámica que dice: «AQUÍ VIVIÓ EL POETA D. ANTONIO MACHADO EL CIT (sic) EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO. BAEZA, 1975». (Todavía estoy tratando de averiguar qué quiere decir «el CIT»).

Este Ayuntamiento fue Cárcel y Casa de Justicia. Los cuatro balcones están distribuidos los tres escudos que se repiten por toda la ciudad: escudo de Felipe II, escudo del Corregidor Juan de Borja y en el otro lado la leyenda de que este edificio se construyó siendo corregidor Juan de Borja en 1559; este escudo es el de la de la ciudad. La cornisa está decorada con grandes ovas, sofitos o tableros y con ménsulas de volutas con figuras de niños, enanos, esfinges, quimeras águilas, chivos alados, hojas de acanto, la Caridad y la Justicia. Recordemos que Baeza era el centro administrativo de la provincia hasta el XVIII, en que tomó relevo Jaén. Otro de los amarillentos azulejos dice que este edificio es Monumento Nacional por Real Orden de 31 de agosto de 1917 (Día de San Ramón Nonato).

Cerca de allí están los Servicios Turísticos de Pópulo, que tiene librería, compré dos libros: Baeza en Antonio Machado, homenajes de Antonio Checa, y el otro libro Baeza en San Juan de la Cruz y Cervantes, de Pedro Ayala Cañada.

El libro de Antonio Checa es una recopilación de homenajes celebrado a usted aquí en Baeza, desde el frustrado de 1966, otro en 1976, otro en 1983, donde vino Óscar Acosta el Embajador de Honduras, en representación de un hondureño que había ganado el premio de poesía (trabajo no publicado) y el Excmo. León Herrera y Esteban, a la sazón Ministro de Información y Turismo y jienense de nacimiento. No sabemos el nombre del poeta hondureño ganador de este premio. Actualmente se convoca el Premio Internacional de poesía Antonio Machado en Baeza. Dotado nada más y nada menos que con 6.000 euros. Este año lo ganó Ana Isabel Conejo.

El congreso internacional por el 50 aniversario de su muerte, se celebró en Baeza el 10 de abril 1983, que es cuando se levantó el monumento en el Mirador de la Muralla, dentro de un fanal de cemento del arquitecto Fernando Ramón, el busto en bronce realizado por Pablo Serrano, copia como el que hay en Soria, o, recientemente el 19 de junio 2007, en los jardines cuyo pedestal ha sido diseñado por Alberto Corazón de la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, gracias las iniciativas de la ministra de Cultura, la sevillana Carmen Calvo, machadiana hasta los huesos y el patrocinio de ENDESA. Para cerrar el acto, Joan Manuel Serrat, que tanto ha hecho por la difusión de la poesía de Antonio Machado en todos los ámbitos de nuestra lengua, cantará tres de sus canciones machadianas.

El busto original se conserva en el museo Pablo Serrano de Zaragoza.

Busto de Machado

Busto de Antonio Machado en Baeza

En la plaza del Pópulo o Virgen del Pópulo a la que se encomendaban los cristianos cuando salían desde aquí a sus conquistas, o Fuente de Los Leones que son ibéricos que se trajeron aquí en el siglo XVI, procedentes de la villa romana de Cástulo (cerca de la actual Linares). La mujer del centro se ha identificado con la princesa Imilce, esposa de Aníbal. A la derecha vemos dos arcos, uno de ellos tiene el imponente escudo del Emperador Carlos V, que conmemora la victoria de Carlos sobre los Comuneros en 1521. El otro es el Arco de Azacaya, esta puerta se construyó para honrar al Emperador cuando pasó por aquí en 1526 para su esponsales en el Alcázar de Sevilla con Isabel de Portugal. Pasados los Arcos, vemos un cartel que dice Paseo de Antonio Machado, va camino del Paseo de la Muralla. A la izquierda un jardín sembrado de olivos ornamentales y monolitos con romances que nos recuerdan la antigüedad histórica de Baeza. Son dos joyas del patrimonio del idioma. En el primero leemos el «Romance al cerco de Baeza»:

Cercada tiene a Baeza -ese arráez Audalla Mir

con ochenta mil peones - caballeros cinco mil;

con él va ese traidor, - el traidor de Pero Gil.

Ruy Fernández va delante, - aquese caudillo ardil,

arremete con Audalla, - comiénzale de herir,

cortado le ha la cabeza, - los demás dan a huir.


Tomo el análisis de Bautista Martínez Iniestas, que nos dice que este el más antiguo de los romance fronterizos.

1. Cerco y toma de ciudades

1.1. Baeza

El Romance del cerco de Baeza, es el más antiguo de todos los fronterizos, recogido por Argote de Molina en su libro Nobleza de Andalucía (Sevilla, 1588), el cual está inspirado en el sitio de dicha ciudad andaluza y es el único conservado del siglo XIV. Pertenece al grupo de los que se difundieron sobre el rey don Pedro, escritos después de su muerte (1369) por los partidarios de don Enrique, que entonces gobernaban Baeza. Por razones de enemistad política don Pedro ayudó al rey granadino a poner cerco a la ciudad en 1368.

El romance cuenta el cerco que sufrió Baeza por las tropas del caudillo moro Audalla Mir, ayudado por las fuerzas del rey don Pedro, llamado despectivamente «el traidor de Pero Gil», como le decían sus enemigos, los partidarios de don Enrique:

Cercada tiene a Baeza -ese arráez Audalla Mir

con ochenta mil peones - caballeros cinco mil;

con él va ese traidor, - el traidor de Pero Gil.


(vv. 1-3)



Gracias a la heroica intervención de Ruy Fernández, caballero principal y caudillo de los escuderos, fracasa el asalto a los muros:

Ruy Fernández va delante, - aquese caudillo ardil,

arremete con Audalla, - comiénzale de herir,

cortado le ha la cabeza, - los demás dan a huir.


(vv. 8-10)



Paisaje

En el otro monolito leemos:

Moriscos, los mis moriscos,

los que ganáis mi soldada,

Derribedesme a Baeza,

esa villa torreada,

y a los viejos y las viejas

los meted todos a espada.

Y los mozo y las mozas

los traed a cabalgada

y a la hija Pero Díaz

para se mi enamorada.

Id vos, capitán Vanegas

porque venga más honrada,

porque enviándoos a vos

no recelo en la tomada,

ni cosas desaguisada.


Romance Fronterizo (1407)



Este romance viejo ha cumplido 600. Existen otras versiones de este romance viejo que se llama «Romance a Pero Díaz», [Pedro Díaz] defensor de la ciudad caballero de origen vasco que luego murió en la vega de Granada. Otros autores apuntan que se llama «El Romance del asalto de Baeza», narrado desde la perspectiva mora, es una muestra de los romances fronterizos. Está constituido por una intervención del rey moro, instando a sus «moricos» a tomar Baeza, matar a los ancianos y someter a la juventud.

Ordena, además, que le lleven a la hija de Pero Díaz, el defensor de la ciudad, para ser «su enamorada», encomendándole la acción al capitán Vanegas, personaje también histórico, apodado el tornadizo, ya que él no levantaría sospechas.

Por lo tanto creo, que este Pedro, no se trata del jurista don Pero Díaz de Toledo, autor de El Enquidón de Pero Díaz de Toledo, que es un manual sobre prácticas de Derecho, anterior a 1465, ya que el mismo autor dio cuenta de él este año en Introducción a la Querella. Está escrito en latín y del que ya José Luis Herrero Prados nos dio cuenta de este ejemplar único que se encuentra en el Archivo Histórico de la Universidad Complutense de Madrid. También aparece como personaje en el entremés «El Hospital de los podridos», atribuido a Cervantes.

Continuamos nuestra marcha a pie, subiendo, hasta llegar a un escampado donde aquí se alzaba dominante la antigua la antigua alcazaba, destruida por Isabel la Católica en 1476, por culpa de los enfrentamientos de los Benavides y los Carvajales. Se acaba el Paseo de Antonio Machado, hay que fui empedrado a la izquierda. Luego el campo abierto, una explanación con gravilla y un camino solitario al borde de lo que fuera el cerro del Alcázar, destruido en 1477 por Isabel la Católica por la disputas de los Benavides y los Carvajales, por lo que se llegó a llamar «guerras civiles baezanas».

Desde arriba se ven unas excavaciones al pie del cerro, continúa hasta encontrar un paseo que del viento norte resguardan los cipreses, la vista grande hacia el valle, hay como una calima, parece verse Jimena, el valle del Guadalquivir, los cerros de Mágina y el Aznaitín. Cuando me apoyo en la barandilla de hierro veo a mis pies un desnivel y los restos de la antigua muralla defensiva.

«La luna en los espartales,

cerca de Alicún!

Redonda sobre el alcor,

y rota en las turbias aguas

del Guadiana menor.


(Viejas canciones. 1924)



Éstos no son los famosos cerros de Úbeda, por donde se marcha uno de la fe y de la justicia, «Irse por los cerros de Úbeda». Usamos esta locución para dar a entender que alguien al hablar se pierde en divagaciones innecesarias, se sale del argumento que estaba tratando, cambia de tema de conversación sin motivo o responde a lo que se le pregunta con algo que nada tiene que ver con la cuestión. identificar aquéllos que no dicen nada en concreto.

Animado por un suelo ya adoquinado, con pequeños árboles en el centro atados sus pies con cadenas a la reja del alcorque para que nos los lleven, aparecen algunos monolitos con chapas de versos machadianos, lamentablemente están pintados con los valiente y nocturnos grafitis, los grafiteros héroes, incultos del spray, vemos una especie de explanación con un solitario ciprés, solitario y mástil de la llanura. A la vista tenemos un fanal de cemento y dentro su busto que forjara en bronce Pablo Serrano, al que llama popularmente «El cabezón». Hay grafitis y más grafitis. Tomo algunas fotos del recuerdo, también puedo ver algunos chapas de latón ya color del óxido, HAY UNA BRONCE QUE DICE Paseo de Machado, otros Paseo de Antonio Machado. ¿En qué quedamos?.

Al pie en bronce leemos manuscrito con cierta dificultad: «El pueblo de Baeza recibe este monumento en recuerdo de Antonio Machado y lo guarde como testimonio de identidad en los principios que enalteció el poeta (20 de febrero 1966) 10 de abril 1983».

Otra placa aparece:

Sobre el olivar se vio a la lechuza...
Sobre el olivar,

se vio la lechuza

volar y volar.

A Santa María

un ramito verde

volando traía.

¡Campo de Baeza,

soñaré contigo

cuando no te vea!


Una placa:

Elogios a don Francisco Giner de los Ríos.

Muerto el 15 de febrero 1915

   Como se fue el maestro,

la luz de esta mañana

me dijo: Van tres días

que mi hermano Francisco no trabaja.

¿Murió?... Sólo sabemos

que se nos fue por una senda clara,

diciéndonos: Hacedme

un duelo de labores y esperanzas.

Sed buenos y no más, sed lo que he sido

entre vosotros: alma.

Vivid, la vida sigue,

los muertos mueren y las sombras pasan;

lleva quien deja y vive el que ha vivido.

¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!


Firmado: Baeza, 21 febrero 1915.

Recordemos que don Francisco Giner de los Ríos (1830-1915) «el imponderable» , fue su venerado maestro en los jardines de la Institución Libre de Enseñanza, en calle de las Infantas, 42 de Madrid, cerca de donde trasladó la familia a Claudio Cohello, n.º 13. 3.º izq. Esquina calle Villanueva. Terminado el curso 1833-84, la Institución se trasladó a paseo del Obelisco, hoy paso de Martínez Campos, 15 el obelisco era una fuente en la Castellana dedica a Isabel II, que como dice Ian Gibson, «no queda ni rastro». Manuel, su hermano, acudió a don Fernando en petición de recomendación en agosto de 1912 para que le pudieron dar plaza en un Instituto a Madrid, después de su desgracia. Don Fernando contestó «Ni puedo ni debo». Es increíble pensar que en una España que funcionaba con recomendaciones, usted no pudiera conseguir nunca una.

Hoy la ILE es la sede de la Fundación Giner de los Ríos, con peligro de desparecer por la rehabilitación integral. Para el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE) envía una especie recuerdos a modo de Elegía, con la que empieza recordado sus años de párvulo:

«Los párvulos aguardábamos, jugando en el jardín de la Institución, al maestro querido. Cuando aparecía don Francisco corríamos a él con infantil algaraza y lo llevábamos en volandas hasta la puerta de la clase [...] don Francisco se sentaba siempre entre sus alumnos y trabajaba con ellos familiar y amorosamente. Su modo de enseñar era socrático: el diálogo sencillo y persuasivo. Estimulaba el alma de sus discípulos [...] Era don Francisco un hombre incapaz de mentir e incapaz de callar la verdad ; pero su espíritu fino, delicado, no podía adoptar la forma tosca y violenta...».

(BILE. XXXIX, 664, julio de 1915)



Usted conservaba buen recuerdo de sus profesores Manuel Bartolomé Cossío, con el que mantendrá una larga amistad; con el aragonés Joaquín Costa, José Caso, Aniceto Sela...

Al final del paso de la Muralla, continuamos por unos chalet hacia la catedral, pero antes nos encontramos con una iglesia románico tardío la más antigua de Baeza , la de San Pedro siglos (XIII-XIV). Luego por la bella plaza de Arcediano donde se halla el restaurante El Sarmiento. Muy cerca está la catedral Natividad de Nuestra Señora, antes fue mezquita, en su interior se puede acceder al Museo Catedralicio. La gran araña central es grande como un globo terráqueo de cristal. Desde la Puerta del Perdón podemos ver la Plaza de Santa María, la fuente homónima, la fachada del edificio de la Universidad UNI y sede Antonio Machado, y en la esquina derecha el Seminario de San Felipe Neri, fundado en 1660.

Ya bajando por la calle Compañía, pasamos otra vez por la iglesia de la Santa Cruz, Instituto Santísima Trinidad de Baeza, por la puerta del Museo de pintura Antonio Martín, nuevo, antes estuvo aquí el Cuartel de Sementales o de Remonta. Antonio Martín un pintor local que aún vive, toda un privilegio. Hay una exposición temporal abstracto de Jesús Soler, titulado por «Por la Paz».

Por la tarde dimos una vuelta por el Paseo o Plaza de la Constitución. Paseamos en coche y pasamos en por Colegio Antonio Machado. Luego por la calle Antonio Machado, que se sitúa cerca de un parque público llamado de Leocadio Marín (actual alcalde), seguramente se lo pusieron como agradecimiento a algún antiguo favor.

Nos dio tiempo, antes de cenar, a dar un paseo por una de las calles principales de Baeza, la calle peatonal y de casas señoriales de San Pablo. En esta calle encontramos el Palacio plateresco de los Salcedo, hoy reconvertido en Hotel de 4 estrellas, justo al lado, está el palacio de Sánchez Valenzuela de estilo gótico, en frente la iglesia de San Pablo construida en los siglos XVV y XVII. Otros edificios son la casa de los Pereda, de los Cabrera, la de Escalante con una portada manierista, otro es el hermoso edificio del Casino, donde usted venía algunas veces a tomar el café. A finales de su insoportable estancia en Baeza llegó a vivir en esta calle en el número 6, según el remite de una cara suya a su hermano Manuel, conservada en la Biblioteca de José María Cossío en la Casona de Tudanca (Santander). Pero en esta calla no encontramos ninguna placa que no diga que aquí vivió usted, no sabemos por cuánto tiempo.

Son años de estudios para logra ser Licenciado en Filosofía y Letras, cinco años de estudios; el doctorado en Filosofía, intentos de oposición una cátedra de italiano. En mayo 1919 aparece la segunda edición de Soledades, Galerías y otros poemas en la Colección Universal. Sabe que la única forma de salir de Baeza es tener títulos. No puede más, está cansado de sus continuos viajes a Baeza-Madrid, Madrid-Baeza.

El 7 de septiembre de 1919 solicita el Instituto de Segovia, le es concedido el 30 de octubre, el 26 de noviembre viaja a Segovia, el 1 de diciembre ya ejercer como catedrático. Segovia queda más cerca de Madrid, y puede vivir una vida intelectual más plena. Baeza, como usted mismo dijo a Unamuno, fueron ocho años de destierro. ¿Quizás porque no encontró el amor adecuado?

Indudablemente la Baeza de aquello años de primeros del siglo XX, no es la misma que la de los años actuales, donde debido al precio de las aceitunas, muchos agricultores son hoy en día millonarios, subvenciones europeas, Academia de la Guardia Civil, turismo de interior y Patrimonio de la Humanidad en el 2003.

A mí, Baeza y Úbeda, y la Sierra de Cazorla me dejaron un buen sabor de boca, y la veo como un buen porvenir, está poco hecho, por supuesto que no, queda por hacer, pero esto será ya cuestión de los propios baezanos si juegan todas sus bazas.