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Volumen 11 - carta nº 111

De CAMILO ORTÚZAR
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

San Remo (Italia) Villa Bosio, 26 marzo 1891

Muy señor mío y de mi mayor aprecio: El 19 del mes próximo pasado me tomé la libertad de enviar á Vd. una lista de palabras que usadas en el Diccionario de la Real Academia Española no figuran en artículo corespondiente del mismo, á fin de que, siendo del agrado de Vd. tuviera á bien presentarla á aquella ilustre Corporación. Séame permitido acompañarle ahora otra con el mismo objeto. [1]

Al hojear el Diccionario y reparar ciertos arcaismos, solecismos y otros errores de marca, bien se adivina que inadvertidos pasaron á la Real Academia casuales descuidos de uno que otro de sus miembros; y así como á nadie le ocurrirá creer que les ha dado carta de naturaleza, me parece que tampoco han de suponerse admitidos por ella los vocablos que, sin hallarse registrados en el lugar alfabético correspondiente, se ven empleados en el cuerpo de la obra. Hay voces, ha dicho graciosamente el señor Cuervo, que aunque parecen no estar en el Diccionario, sí están, pero agazapadas y como jugando al escondite. No pretendo yo por esto desvirtuar de ningún modo la importancia de nuestra guía más autorizada en materia de lenguaje. Lejos de asociarme á los que injustamente la atacan, reconozco su inmenso valor, y celebro muy de veras la estimación universal de que goza. Gran fortuna por cierto, que al no aceptarse respetuosamente sus fallos sobrevendría en nuestra lengua una confusión tan indecible como la que, á causa de la corta influencia de la Academia de la Cruzca, padece hoy día el italiano.

Junto con la primera lista mencionada iba otra bien larga de expresiones incorrectas, que quizá he sido demasiado impertinente en enviar á Vd., como que á la verdad mi proceder podría dar lugar á pensar que yo imagino que los escritores sobresalientes son como las bibliotecas públicas establecidas para ser consultadas por todo el mundo.

Ruego á Vd. sea bastante indulgente para disculpar la demasía á que me expone el empeño con que he emprendido el trabajo de que le he hablado en mi anterior, y se digne creer que, por muy grande que ella sea, es mucho mayor la estimación y gratitud con que procuro corresponder á los beneficios recibidos.

Vea Vd. en que puede serle útil su afmo. S.S. y C.

Camilo Ortúzar

 

[1] No se conserva con esta carta.