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Volumen 18 - carta nº 538

De FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Sevilla, 24 octubre 1905

Mi querido y respetable amigo: No me ha ido muy allá de salud este mes, aunque, gracias a Dios, mis achaques no han sido de la garganta. Este malestar y lo despacio que en la impresión de Díaz lo han llevado todo han sido causa de mi silencio.

Hoy van, con tres pliegos de mi libro (aún queda uno y medio del discurso preliminar), unas pruebas del Quevedo. Quedo corrigiendo seis tiras más, que mandaré a V. pasado mañana jueves. Da más que pensar un soneto de Quevedo, para puntuarlo con mediano acierto, que una buena partida de ajedrez. Convendrá que vea V. despacio, para dejarlas, enmendarlas o quitarlas, las dos o tres notillas que no son meras copias de las notas de don Jusepe Antonio. Holgadamente terminaremos este tomo antes de acabarse el año.

Escribí, como V. me aconsejó, algunas cartas a los señores de la Academia, aunque tan tarde, que temí que no hallaran a nadie libre de compromisos. Como V. habrá sabido, si está ya en Madrid, va la cosa que no puede ir mejor, a juzgar por lo que de ahí me escriben. Esto se debe, claro es, más que a méritos míos, a que todos saben que V. me quiere y ve con gusto cuanto en mi favor se haga. Con tan buen abogado sería muy difícil perder el pleito. Ahora falta que el señor Moret pueda cumplir lo ofrecido, y así, este árbol de mi mala sombra, que, cuando más, dió flores, cuajará el fruto alguna vez. El tardío fruto; que no queda hombre, me parece, sino para gustarlo, cuando más; y eso, si cuaja; que todavía tiene que dormir al sereno muchas noches.

En refundir esa parte última de mi introducción al Rinconete y en acabar de buscar en el Archivo de Indias algunos datos para la relación de la sortija peruana en que salieron Don Quijote, Sancho, el Cura, el Barbero y la Infanta Micomicona (presumo que a principios de 1607), se me han ido los pocos días que mi jaquecoso catarro me dejó alguna aptitud para trabajar. Ahora pondré mano de firme en los Cantos populares españoles, y acabare ese folletinillo de la sortija, y otras dos o tres cosillas referentes a Cervantes, y he de verme y desearme para ir saliendo de ello; porque con tantas cosas en qué pensar, tengo como azolvados el tiempo y la atención.

Hasta pasado mañana; que se acaba el pliego. V. sabe que muy de corazón le quiere su agradecido amigo y discípulo, q. l. b. 1. m.,

Francisco Rodríguez Marín

 

Rodríguez Marín - Menéndez Pelayo, p. 285-286 .